Cuando terminó la serie de animación basada en esta serie de manga, ya hice un amplio comentario sobre esta obra. Aunque más desde la perspectiva de la producción televisiva que de la serie literaria. Sí. Literaria. El cómic, la historieta, los relatos gráficos, las novelas gráficas, el manga… como lo queráis llamar, también es literatura. El guion es tan importante como la ilustración. También conviene… deben… estar bien escritos. Y podemos asegurar que Inio Asano, el autor de esta serie, es un magnífico escritor. En aquellos momentos iba por la mitad de los doce tankōbon (単行本) de los que consta. Ya he terminado la serie completa. Y sí, me reafirmo. Siendo muy muy buenos tanto el manga como el anime, el manga es superior.

En cualquier caso, el anime es bastante fiel al manga, aunque hay algunas diferencias. El episodio 0 del anime, que sirve como prólogo, es el final del manga. Y la resolución de la historia es diferente, siendo más optimista la de la serie de animación. Resumamos la historia.
Un 31 de agosto cualquiera una gigantesca nave espacial, la «nave nodriza», aparece sobre la bahía de Tokio y se queda estacionada girando lentamente sobre la metrópolis japonesa. Y en el mundo en general, pero en Japón y Tokio en particular, las gentes tienen que adaptarse a una nueva normalidad. Y entre las gentes, un grupo de adolescentes, que tienen que seguir con sus vidas cotidianas. Con sus estudios, sus amistades, sus amoríos, sus indecisiones, sus problemas familiares… Y mientras, políticos, prensa, ejército, de Japón y de otros países, comienzan una carrera de hipocresía en la «lucha» contra los «invasores», unos «invasores» que tienen un aspecto que es cualquier cosa menos amenazante, y que en ningún momento dan muestras de agresividad, aunque son constantemente cazados y aniquilados cuando abandonan la nave nodriza. Una nave con problemas, que se deteriora claramente, hasta que tres años más tarde llega otro 31 de agosto, y llega el apocalipsis, o el fin del mundo tal y como lo conocíamos.

Ya comentaba en la entrada a propósito de la serie de animación que los temas son diversos. O el género al que pertenece la serie. Ciencia ficción, recuentos de la vida, un canto a la amistad entre las dos protagonistas y las gentes que les rodean, una historia de amor encubierta (aunque la serie queda más como una historia de amistad). O bien una dura sátira contra los modos y las trazas de los seres humanos, de los políticos (al loro con el alter ego de Donald Trump), de las empresas… de la civilización humana en general. La serie de manga es algo más áspera y dura que la serie de animación. No por mucha ventaja, pero tiene un punto más de pesimismo. Y de genialidad. Teniendo en cuenta que 2014, y ante el «riesgo apocalíptico», Asano ya adelantó que la preocupación de las amas de casa iba a ser acaparar papel higiénico,… como sucedió en 2020 durante los confinamientos por la covid-19.
La serie tiene tres partes. Una primera parte en la que acompañamos a las protagonistas en su vida cotidiana como estudiantes de instituto o de primer año de universidad. Una parte basada en el relato de lo cotidiano,… si no fuera por la anomalía de la presencia extraterrestre sobre sus cabezas y entre ellos. La segunda parte es la cuenta atrás hacia la catástrofe global, en la que además conoceremos los acontecimientos del pasado, o que se dieron en una realidad alternativa, y que provocaron la situación actual en la que se encuentra el mundo. Y finalmente, ese epílogo final, en el que el padre de Kadode, una de de las chicas protagonistas, toma el protagonismo, ha sido un gran ausente durante el resto de la serie, y busca la resolución de los problemas de/con su hija. Y de paso… del mundo. Ya he dicho que la resolución no es igual en la animación y en el manga. Y el manga es algo más pesimista o indefinido.

En cualquier caso, he disfrutado mucho de esta lectura. Un serie de manga tremendamente inteligente, muy actual, muy certera en sus diagnósticos sobre las sociedades humanas y sobre el mundo en el que vivimos, y al mismo tiempo muy entrañable, con personajes con los que sentimos real empatía, con quienes nos emocionamos. Un producto engañoso ya que detrás de su apariencia de producto para adolescentes y jóvenes adultos, es una reflexión muy adulta, válida para todos los públicos con una suficiente madurez para afrontar las duras consecuencias de lo que se narra. Muy recomendable. Aunque los prejuicios hacia el género (sea cual sea como lo definamos, manga, ciencia ficción…) hará que la mayor parte de la población no lo considerará nunca como una opción de lectura. Los mangas son «cosa de críos y adolescentes»…. dirán.
















