[Cine] Wicked: for good (2025)

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Otro palacio para ilustrar esta fantasía que tan poco me ha convencido, el de Schwerin, en Alemania.

Wicked: for good (2025; 55/20251121)

Voy a perder muy poquito tiempo con el comentario de esta película que, al fin y al cabo, es la segunda parte o continuación de la que pudimos ver hace un año. De hecho, aquella parte, aunque aceptable, me entusiasmó tan poco que estuve en un tris de pasar de ver esta segunda parte. Pero al fin y al cabo, ya que has empezado a ver una película, pues termínala… ese fue el argumento con el que fui convencido por almas bienintencionadas. Pero a las que les costará encontrar el perdón en mi corazón por haberme arrastrado a ver esta película

Como digo, lo que pude decir en aquella entrada de hace más o menos un año, sigue siendo válido. Sobre la factura de la película, sobre las interpretaciones, mucho más pobres de lo que muchos argumentan en mi opinión, y de una banda sonora y unas canciones más bien mediocres en comparación con tantos y tan buenos musicales que en la historia del cinematógrafo han sido. Y una continuación de la historia se convierte en muy previsible. Al fin y al cabo, conociendo la historia clásica de The Wonderful Wizard of Oz, era evidente que en algún momento se había de solapar con esta. Y se solapa. Y a partir de ahí… todo se hace, como digo, muy previsible.

Desconozco el motivo de porque este musical tuvo éxito y se consideró que merecía la pena ser llevado a la pantalla. Bueno… supongo que acertaron, porque en taquilla lo ha petado. Pero lo cierto es que el musical me parece mediocre. Y por mucho que se hayan derrochado medios en su adaptación cinematográfica, la parafernalia visual no ha conseguido quitarme esa sensación. Y esta segunda parte poco a poco me fue echando de la historia… y acabé poco menos que aborreciéndola. Desde mi punto de vista, no merece la pena. Pero parece que pertenezco a una corriente de opinión minoritaria. Qué se le va a hacer. Que les aproveche. Parece que se está desinflando en la temporada de premios, así que igual no la tenemos que sufrir demasiado en esos eventos.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: ***
Valoración subjetiva: **

[TV] Cosas de series; terceras temporadas de universos e historias reimaginados, entre «jedis» y «Alicias»

Televisión

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta están comentadas desde el punto de vista de la técnica fotográfica en Fotos en serie. En los alrededores y cerca del gran santuario de Izumo.

Hay historias literarias o cinematográficas que llegan para quedarse. Atrapan el imaginario de los lectores o los espectadores, y pasan al acerbo de las historias «de siempre». Leyendas cuyo origen conocemos perfectamente, quién las imaginó. Y cómo otras personas, otros creadores, las acogen, las reimaginan, cambian la perspectiva, expanden esos universos, a veces las elevan, a veces las hunden. Hoy tenemos dos de esas historias y universos. Muy distintos. Pero cuyas reimaginaciones han sido llevadas a la pequeña pantalla, a series que, en este caso, ambas han llegado a su tercera temporada.

La primera de ella es una serie de animación, que podéis ver en Disney+, porque al fin y al cabo es una iniciativa de esta megaproductora que tiene los derechos del universo Star Wars. Se trata de Star Wars: Visions. Cada temporada es una antología de historias cortas de animación, nueve en cada temporada, que duran entre los 10 y los 25 minutos, generalmente más cortos que un episodio de animación japonesa al uso, de 22-23 minutos. Y son realizados por autores de animación japonesa que, libremente, pero con la venia de Disney, idean y realizan una historia que transcurre en algún momento de línea temporal del universo Star Wars. Antes de la república, durante la república, en las guerras clon, durante el imperio, durante la rebelión… cuando sea. Y con personajes que no aparecen en las historias clásicas. Y con estilos de animación diversos, muy diversos, con libertad creativa para los autores.

La calidad y el interés de estas pequeñas historias es muy diversos. Algunas son más previsibles, otras son más arriesgadas, unas más accesibles, otras más experimentales, unas más fieles al canon del universo oficial, otras exploran situaciones y posibilidades más divergentes. En cualquier caso, el nivel general de creatividad es alto. Y hay varias que me dejan con las ganas de más. De eso que te quedas pensando que ojalá Disney dejase de lado alguna de las tonterías que ha estrenado en los últimos años y que están quemando a los aficionados, y adoptase algunos de estos enfoques para renovar la frescura del universo de ficción, e incluso atraer nuevos espectadores. Pero supongo que seguirá siendo una rareza. Una simpátíca y afortunada anécdota cuyo previsible final sucederá en cualquier momento. Algunas de las de esta temporada han sido continuaciones de las anteriores.

Y luego ha estado la tercera temporada de Imawa no Kuni no Arisu [今際の国のアリス, Arisu en la frontera], más conocida como Alice in Borderland. Recordemos que el nombre del protagonista (Kento Yamazaki), Arisu 有栖/アリス, es homófono con Alice en japonés. Pero no es una niña. Es un hombre joven que en la primera temporada se encontraba repentinamente en una realidad alternativa, con un Tokio despoblado, en el que los que allí se encuentran se ven obligados a jugar a una serie de juegos para sobrevivir. Aunque pueden perder la vida en esos juegos. Me intrigó mucho. Una extraña versión japonesa del Juego del Calamar, inspirada por la historia de Alice in Wonderland. Recordemos que la protagonista femenina (Tao Tsuchiya) se apellida Usagi 宇佐木/ウサギ, conejo en japonés. Así que ya tenemos dos personajes de la historia de Carroll. A partir de ahora, posibles espóileres de las dos primeras temporadas, quedáis avisados.

Al final de la segunda temporada quedó claro que la intención de la serie no es la crítica social como en la reconocida serie surcoreana. Y que ese país fronterizo en el que se encuentran los personajes de la historias es el país que está entre la vida y la muerte. Algunos de aquellos que estuvieron en esa situación próxima a la muerte, han seguido sus vidas. Arisu y Usagi se han casado y son felices. Pero tienen la inquietud de que algo pasó durante el tiempo que estuvieron en coma, algo vivieron, que apenas recuerdan, que es trascendente. Y acabarán volviendo al país fronterizo y a los juegos. Mmmmm… Lo voy a resumir. Aunque bien hecha, con nuevos juegos muy currados, me parece una temporada superflua. La historia ya estaba contada y cerrada. Estos es meramente intentar ordeñar la vaca aprovechando la buena acogida de la serie. Y la cosa es que al final de esta tercera temporada nos amenazan con secuelas localizadas en otros países del mundo… Dudo que me apunte. Esta temporada, de sólo seis episodios, me ha costado un horror terminarla. Sobre todo por que los dos últimos episodios duran ochenta minutos y nunca encontraba el tiempo suficiente para verlos. Pero si hubiera estado más motivado…

[Cine] Kpop Demon Hunters (2025)

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. La última tarde que pase en Corea del Sur antes de finalizar el viaje, en Seúl.

KPop Demon Hunters (2025; 29/20250627)

Sinceramente, cuando apareció anunciada en Netflix me generó una cierta curiosidad. Pensé que era animación coreana. Sólo recuerdo haber visto una película de animación coreana y me pareció curiosa. Por eso, me puse el aviso para su estreno. Pero cuando llegó, puse unos minutos y me percaté que era una película USAmericana que chupaba de la popularidad de la música pop coreana y pasé de ella. Me parecía que tenía el estilo de tanta animación inane norteamericana. Pero… en la semana siguiente me encontré con un bombardeo de noticias asegurando que la película era un bombazo para la plataforma, y con muchas críticas elogiosas. No es que no dejase de ser escéptico hacia esta película dirigida por Chris Appelhans y Maggie Kang. Directores con poco bagaje como tales directores, pero con mucho bagaje trabajando en películas de animación. Incluso algunas realmente buenas. Pero bueno… con una duración de hora y media, desde el sofá de casa… poco había que perder.

Bien… El argumento es lo de menos. Podría haber sido casi cualquier cosa. Un grupo de pop coreano femenino, un trío, que triunfan por doquier, pero que además son cazadoras de demonios para mantener el mundo a salvo de los malvados seres del Averno que se alimentan de almas humanas. Pero aparece un grupo masculino, de siete, a competir con ellas. Y la cosa se pondrá oscura. Más cuando una de las chicas parece que no tiene una genética exclusivamente humana… y encima el líder de los chicos le tira los tejos. Argumento banal y previsible donde los haya.

No hay mucho más que comentar. Hay derroche de espectáculo visual, nulo interés de mostrar los aspectos oscuros de la explotación de adolescentes en la industria del Kpop, donde los demonios parecen estar más en las agencias de representación y en las discográficas y no en los infiernos, y. topicazos por doquier,… muy propios del cine norteamericano, que decide que quiere su tajada del fenómeno cultural surcoreano. Pero entiendo que tenga su público. Pero si no perteneces a ese público, mejor abstente. No. No aporta nada nuevo. Es más de lo mismo, de esa animación hipercomercial yanqui, que hace tiempo que perdió el corazón y se convirtió en una fábrica de productos audiovisuales formulaícos, destinados a tener mucha mercadería complementaria. Ya está. No hace falta dedicarle más tiempo.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: ***
Valoración subjetiva: **

[Libros] La lavandería de almas de Marigold – Yun Jungeun

Literatura

Esta serie de fotografías que ilustran esta entrada de este Cuaderno de ruta puede verse, comentada desde un punto de vista de la técnica fotográfica, en Carlos en plata. Templo Bunhwangsa con su torre de piedra de hace casi 1400 años en Gyeongju, Corea del Sur.

Sinceramente, no sé muy bien cómo afrontar el comentario de esta novela de la surcoreana Yun Jung-eun. Yun es una escritora cuya primera novela, la que hoy nos ocupa fue un éxito de ventas en su país, colocándose en un momento dado entre los cinco libros más vendidos, y que se ha traducido a un buen número de idiomas. Muy probablemente a la estela del tirón que la cultura popular surcoreana está teniendo en todo el mundo, impulsada por la música, el cine y las series de televisión. Yo ya he tenido la oportunidad de leer algún libro de ese origen, y me habían gustado. Por lo que ante la popularidad relativa de esta novela, no muy extensa, decidí que nada perdía por darle una oportunidad.

Sin embargo, es un libro en el que sientes que conforme vas avanzando en la lectura, tus expectativas se van derrumbando progresivamente y por distintos factores. Una novela que quizá podamos situar en el ámbito del realismo mágico… o más bien directamente en el de la fantasía, con una protagonista, una mujer que parece no envejecer y que parece vivir durante siglos. Una mujer que en su momento abandonó a su familia, en una aldea de aspecto idílico, y que desde entonces no encuentra su sitio en un mundo en el que todo pasa y ella permanece. En un momento dado, llega a la población de Marigold, y allí adquiere una vieja lavandería cerrada, a la que convertirá en una «lavandería de almas», en la que «quitará las manchas» que apesadumbran a las distintas personas que por allí se acerquen.

Como idea general, como planteamiento, puede ser tan bueno o tan malo como cualquier otro. Pero en este caso, y desde mi punto de vista, se van acumulando factores negativos que hizo que me costara terminar el libro y que, al final, la impresión que me dejase fuese más bien negativa. El primero y más claro es la traducción al castellano. No voy a reproducirlas aquí, pero se usan con relativa frecuencia expresiones que puedes encontrar con cierta frecuencia en el lenguaje hablado, coloquial, el habla popular, pero que me parecen impropias de una traducción literaria. Y eso me fue generando poco a poco una cierta incomodidad en la lectura. Galicismos diversos, muy frecuentes desgraciadamente en las traducciones literarios, uso de preposiciones como si fueran adverbios, y otras cuestiones que cuando las oyes en la calle no les das más importancia… pero que no tienen pase en una traducción de este tipo.

Pero además, la propia evolución de la historia, y el nivel conceptual que desarrolla la autora son también decepcionantes. Los problemas de las personas que pasan por allí parecen sacados de un muestrario de desgracias, tópicos, de los que se usan en las series televisivas del país asiático de forma más melodramática. Es como si procediesen de un recetario para elaborar una historia más o menos melodramática de forma fácil. Y luego,… pues todo son corazones, todo son pétalos, todos son imágenes metafóricas más propias de la imaginación de una adolescente jovencita que de una autora con profundidad. Detrás de todo su buen rollo, hay unas dosis de superficialidad tremendas. «Pasa, oye, te lavo esta camiseta que te presto, y ríete mucho, que así todos los problemas de la vida se resuelven, sin más». No hay una auténtica reflexión sobre los problemas, sobre cómo afrontarlos, sobre cómo afectan a las personas. Filosofemas facilones, de los que podemos encontrar en las redes sociales. Y que me son relativamente desagradables porque hace que tiempo que me parece que están pensados para evitarnos las malas caras o la tristeza de los demás, diciéndoles que, por muy jodidos que estén, tienen que sonreír y fingir que están bien. Como si eso solucionase algo.

Posmodernismo de la peor especie. Novela formulaíca. Tiramos de tópico, de situaciones comunes, de recetas del buen rollo, y nos sacamos un final feliz que no es consecuencia del esfuerzo o del recorrido del personaje, sino del arte del birlibirloque, imaginado con muchos petalitos y corazoncitos. No. No creo que esto sea una fórmula para ayudar a la gente a sentirse mejor. Más bien es para tranquilizar las conciencias de los que ya están bien, pensando que los que no lo están es porque quieren. Que sonrían y se rían… y ya está.

[Libro] Quienes se marchan de Omelas – Ursula K. Le Guin

Literatura

Ursula K. Le Guin es una de la autoras más destacadas de la ciencia ficción y la fantasía del siglo XX. Y sin embargo, no le he dedicado el tiempo necesario teniendo en cuenta ese estatus. Por ejemplo, en el ámbito de la fantasía, no le he dedicado tiempo a su Terramar, aunque tengo un libro de esa serie en lista de espera. Sólo me hace falta encontrar la motivación del momento. He leído algún otro relato corto además de este de 1973 que traigo aquí. Y además… su bibliografía es tan extensa. Necesito encontrar alguna guía de recomendaciones para iniciarse en la lectura de la autora.

Con frecuencia, los totalitarismos de cualquier signo justifican sus desmanes en el bien común o en el bien de la patria, aun perjudicando a la mayoría y, especialmente, al «chivo expiatorio» de turno. Extranjeros, otras religiones… cualquier diferencia cultural o social es válida. En las fotos, los edificios del EUR en Roma, que iba a ser una celebración del fascismo italiano, arruinada por la guerra mundial.

Pero en un momento dado, tras volver de un viaje de vacaciones, cayó en mis manos este relato corto de Le Guin, uno de los más celebrados de la californiana, que nos dejó no hace tanto, en 2018. En él, Le Guin nos transporta a Omelas, una ciudad en un lugar indeterminado, en el momento en que se celebra el solsticio de verano. Un lugar ideal, en el que, aunque no hay grandes avances tecnológicos, hay una sociedad igualitaria, sin desequilibrios en el reparto de la riqueza. Un lugar de ciudadanos cultivados, inteligentes. Es la utopía. Hasta que el narrador nos traslada a un rincón de la ciudad, donde se mantiene preso, a oscuras, en la miseria y en la inmundicia a un niño. Es el sacrificio que hay que hacer para mantener la felicidad de los ciudadanos de Omelas. Algunos de ellos se acercan a visitar al niño. No está prohibido, cualquiera lo puede hacer. Y muchos de ellos, al verlo, deciden abandonar la ciudad. Son quienes se marcha de Omelas.

El relato corto lo he leído en una edición de Nórdica, reciente, pero existen otras más antiguas, con otros traductores, en los que se titula en castlellano Los que abandonan Omelas. Y dicen que hay también versiones que se titulan Los que se alejan de Omelas. Con frecuencia se ha publicado en colecciones o antologías de relatos cortos de la autora. En cualquier caso, con economía de medios y conceptos, Le Guin lanza un reflexión ética de enorme calado y profundidad. No existen las utopías. Toda utopía es una distopía en el fondo. No puede haber felicidad para unos sin la desgracia de otros. Es el concepto del chivo expiatorio. Para que la mayoría disfrute, algunos han de ser sacrificados. ¿Es esto ético? ¿Es esta una felicidad real, la construida sobre el sufrimiento de los demás?

Le Guin no da soluciones al dilema. No es infrecuente en las sociedades y las organizaciones humanas que se sacrifique el bienestar o los intereses de algunos en beneficio de la mayoría. Tampoco es infrecuente que se aduzca el bien de la mayoría por parte de los gobernantes para introducir normas o acciones dañinas para algunos, y al final son unos pocos los que se benefician, mientras que el número de perjudicados real es mayor. La reflexión ética, y política, que provoca el relato es clara. Y a pesar de lo devastador que resulta, hay un punto de esperanza. Al menos algunos reconocen la injusticia. Y si bien no se rebelan y la eliminan, al menos abandonan la ciudad, quizá para dirigirse a lugar más difíciles… pero quizá ¿menos injustos? En cualquier caso, una lectura muy recomendable.

[Cine] Nosferatu (2024)

Cine

Nosferatu (2024; 01/20250102)

El segundo día del año nos dirigimos a las salas de cine por primera vez en este 2025. Un principio de año en el que nos cuesta mucho encontrar películas que nos motiven. El género de terror, además, y especialmente la historia de Drácula, tampoco han sido nunca de mis favoritas. Quizá la versión más interesante de todas fue una bastante irreverente con la propia mítica del personaje. Bueno… no. La versión más interesante es el nosferatu original de Murnau. Y quizá debamos empezar por entender ese nosferatu original, para entender el actual. Y escribo nosferatu con minúscula y en cursivo, porque sería una palabra de un idioma extranjero, rumano, que significa no muerto. Aunque no está claro que en rumano exista tal palabra y no sea una mera invención literaria, que aparecía ya en la novela de Bram Stoker. Dicen. No la he leído.

Supongamos que Hamburgo, u alguna de las otras ciudades hanseáticas del mar del Norte o el Báltico en Alemania, sea una inspiración para la ficticia Wismar de «Nosferatu»…

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Pero vamos con Murnau. Y su época. Y su país. Porque no nos olvidemos que para valorar la obra de arte, la obra creativa, nos tenemos que situar en el hic et nunc, literalmente el aquí y ahora, es decir, el tiempo y el lugar en el que surge y es creada. Alemania. 1922. Poco más de tres años tras el final de la guerra mundial que arruinó al país. Con el expresionismo en su apogeo. Murnau quiere utilizar a Drácula para hablar de cosas. Cosas que importan. Pero no quiere negociar derechos y no quiere ser fiel a algunas cosas del original literario. No hay conde Drácula, hay conde Orlok. No viaja a Londres, sino a la ficticia y portuaria ciudad alemana de Wismar. No acaba con la tripulación de la goleta, son las ratas que le acompañan con la peste en su sangre. El mundo acaba de pasar, no solo una cruenta guerra, sino una costosa (en vidas) pandemia de gripe, que todavía está dando sus últimos coletazos, sus últimas ondas epidémicas, en 1920. Y Alemania, la República de Weimar, se encuentra convulsa, con tensiones políticas, al mismo tiempo que una ola de liberación cultural y de costumbres sacude el país, con cambios en los roles de las clases, de los sexos, de las instituciones, de los artistas,… Y además tenía poco dinero. Y haciendo de la necesidad virtud, surge una obra de arte de ese expresionismo cinematográfico alemán, donde los cambios en la historia, por sutiles que parezcan, por el argumentos es «casi» clavado al del original de Stoker, son fundamentales para reinterpretar las metáforas que acompañan a la película.

De la misma forma que el Drácula original ha sido reinterpretado o vuelto a adaptar en numerosas ocasiones, con mayor o menor éxito, también el nosferatu de Murnau ha sufrido este proceso. Quizá no en la misma medida, pero sí apreciablemente. Sin contar los híbridos de ambas versiones, como considero yo la versión de Herzog, que vi en su momento, en la que se conservan los nombres de los personajes de la novela de Stoker, mientras que se ambienta en la ficticia Wismar de Murnau. Y en esta ocasión ha sido el turno para Robert Eggers, un director que se ha puesto de moda con sus inquietantes historias que atraen a tanta gente, y a quien le reconozco una gran habilidad para la puesta en escena, pero menos habilidad a la hora de conseguir que me interesen sus historias. Eggers se mantiene fiel al guion de Henrik Galeen, que firmó el de la película de Murnau, pero altera los aspectos visuales y trabaja a fondo con los personajes para darles su propia visión.

Y aquí es donde empiezan, para mí, los problemas, aunque me ponga a la contra del éxito de crítica y público que parece estar teniendo la película. Su alto nivel de diseño de producción y sus aspectos visuales, son indudablemente de primer nivel. Una de las representaciones más auténticas de lo que imagino yo de la historia, situada en la primera mitad del siglo XIX, y con la asociación con la muerte, la enfermedad y la putrefacción que tiene el personaje principal (Bill Skarsgård), el nosferatu. Hasta ahí, es decir, el primer acto de la película, el viaje de Hutter (Nicholas Hoult) a los Cárpatos, sin problemas. Aunque empiezan a chirriarme algunas cosas, como esos gitanos tan tópicos, o como esa lady godiva transilvana, y absolutamente gratuita, sin mucho sentido. Pero cuando toca regresar a la ficticia Wismar… las cosas empiezan a no convencerme. Para empezar, por las interpretaciones excesivas, histriónicas en ocasiones, de Ellen Hutter (Lily-Rose Depp) y, especialmente, del trasunto de Van Helsing, el doctor von Franz (Willem Dafoe), cuya verborrea sin sentido me saca por completo de la película. Comienzan a producirse numerosos diálogos que me resultan absolutamente ridículos. ¡Bendita sea la versión muda de Murnau! Llega un momento en que, lejos de generarme terror o inquietud, empieza a producirme cierto grado de (involuntaria) hilaridad. De la mala. De la que no toca. A lo que llegamos al último acto y desenlace de la película,… estoy totalmente fuera de ella.

Algo necesario cuando afrontamos un relato de ficción, es que el espectador o lector entre en un estado de renuncia voluntaria a su incredulidad. Especialmente fundamental en un relato mucha dosis de fantasía. Pero para que esta renuncia se mantenga, la obra debe mantener una cierta coherencia interna. No incluir elementos o recursos argumentales que chirríen, para impedir que el lector/espectador abandone ese estado de incredulidad. Desgraciadamente, el cine actual acusa una exagerada verborrea. Entra en explicaciones sin sentido, generalmente acompañadas de interpretaciones vacuas. A mí me expulsa con facilidad de la ficción que se desarrolla ante mis ojos. Es uno de los elementos principales de mi aversión a los superhéroes.

La falta de economía de medios, no conceder al espectador un razonable nivel de inteligencia, por lo que parece necesario explicarle todo, nos lleva a película demasiado largas, prolijas y que a mí no me convencen. Indudablemente, a los fanes de este tipo de historias, es muy probable que les entusiasme. Pero a mí,… el enfoque de Eggers no me funciona. Y de repente, por mucho esfuerzo de producción y puesta en escena que haya, unas interpretaciones más normalitas de lo que nos están vendiendo, y además exageradas, y una forma de contar de la historia con muchos elementos que me sobran… pues no. Salí molesto del cine. La verdad.

Valoración

Dirección: ****
Interpretación: ***
Valoración subjetiva: **

[Cine] Gekijōban Mononoke: Karakasa [劇場版「モノノ怪 唐傘」] (2024)

Cine

Gekijōban Mononoke: Karakasa [劇場版「モノノ怪 唐傘」] (2024; 60/20241204)

Como creo que ya comenté, he estado dudando sobre si llevar esta película a una entrada televisiva o incluirla en los estrenos de cine. Estrenada recientemente en Netflix, con hora y media de duración, es una aventura más del misterioso boticario ambulante que recorre Japón luchando con los espíritus malignos que interfieren en las vidas humanas, llamados mononoke [モノノ怪]. No. Mononoke no es el nombre de la heroína de una de las mejores películas de animación de la historia. Mononoke hime, si uno escucha la traducción correcta de la versión original de la película, es la princesa de los «mononoke», y no la princesa Mononoke, como si así se llamase la chica. Su nombre es San [habitualmente サン, pero también 三], que significa tres, porque es el tercero de los hijos (adoptiva) de la diosa loba que la crio. Y es el nombre que le dan los habitantes humanos de la Ciudad de Hierro, por el terror que les inspira y por su relación con los animales sobrenaturales del bosque. A veces se oye la traducción princesa de las bestias. Pero ahí se pierde el matiz sobrenatural de esos seres.

El actual Kōkyo (皇居), residencia imperial en Tokio, se construyó en los terrenos del antiguo castillo de Edo, residencia de los shogunes. Se encuentra en el área de Marunouchi 丸の内 de la ciudad de Tokio, especia de distrito financiero donde también encontramos la estación de Tokio. Que no es que sea la única, ni la más concurrida; es la que recibe ese nombre, Tōkyō Eki 東京駅, y es la terminal de las líneas de alta velocidad con principio o final en la capital japonesa. Marunouchi 丸の内 significa «círculo interior».

Volviendo a lo actual. La película, dirigida por Kenji Nakamura, es secuela de la serie de 2006, creada por el mismo Nakamura, en la que se sitúa la acción en el final del periodo Edo y el principio de la era Meiji, aunque no faltan los anacronismos. Y que es conocida por sus características artísticas que la sitúan en el límite entre la animación comercial y la animación más experimental y de autor. Su diseño artístico visual es impactante, e incluso en ocasiones apabullante. Pero realmente, para cualquier amante de la animación es un must see. En esta ocasión, los caminos del boticario le llevan hasta el Ōoku [大奥] del palacio de Edo, centro de poder y residencia de los shogun Tokugawa, y que no es otra cosa que el serrallo, el lugar donde residen las mujeres y concubinas del shogun y su familia. Allí asistimos al momento en que dos jóvenes entran al servicio del lugar con ambiciones de ascender en el escalafón entre las féminas del palacio, quien sabe si incluso alcanzar la posición de concubina. Pero una vez dentro comprobarán que algo no funciona de forma normal. Un mononoke hace de las suyas.

La traducción del título original de la película sería Mononoke: el paraguas chino. Pero el título que se le está dando en inglés/español, Mononoke: Phantom in the rain/El fantasma bajo la lluvia, aunque también en algún lugar Paper umbrella, más próximo al original. Y en cierta medida, y es lo que me hizo dudar en incluirlo en una publicación televisiva, podría ser el equivalente a tres episodios de la serie original. Los doce episodios de la serie se dividían en grupos de dos o tres episodios que agrupaban arcos argumentales del boticario peleando contra el mononoke de turno. Sin embargo, la presentación general de la trama, la profundidad de la misma, los aspectos visuales, están pensados fundamentalmente como un largometraje para las salas de cine, aunque sólo se haya estrenado en las mismas en su lugar de origen y no sé si en algún otro país de Asia. Me hubiera gustado verla en pantalla grande.

Volvemos a lo que he dicho antes. La película es un filigrana apabullante en su diseño artístico. Su fluidez, su colorido, su barroquismo, tanto sorprenden y maravillan como abruman y apabullan. Es cierto que 18 años después de la serie original, que usaba ampliamente técnicas de animación digital aunque no tenga ese aspecto visual, ya no es tan innovadora. La animación digital nos ha mostrado en los últimos años otros ejemplos de visuales apabullantes, difíciles de conseguir con técnicas de animación tradicional. Pero conserva el espíritu original. No obstante, sigue entre la fina línea entre los comercial y el ejercicio autoral, que puede explicar una puntuación no demasiado alta entre los votantes de IMDb, a pesar del indudable mérito de la obra. Yo soy un poco de la misma opinión con una nota muy alta en la realización, sólo sería recomendable para un grupo de espectadores partidario y dispuesto a aceptar este tipo de producciones.

Valoración

Dirección: ****
Interpretación: ***
Valoración subjetiva: ***

[Cine] Wicked: Part I (2024)

Cine


Wicked: Part I (2024; 58/20241127)

He retrasado unos días el comentario de esta película, ya que he intentado volver a ver la película original de la que es precuela, de alguna forma. O sea The Wizard of Oz, una de las películas de referencia en la historia del cine, que lució el Technicolor de los principios del cine en color, y que supuso un bombazo para el cine musical, en su época más dorada. Pero finalmente no he encontrado momento u ocasión, y no me apetece esperar más. Así que vamos con esta adaptación cinematográfica del musical de Broadway, que a su vez es una secuela de una novela que, en realidad, más que ser una precuela de la conocida historia de las aventuras de Dorothy en Oz, es más bien una reimaginación de ese mundo y una relectura de los personajes secundarios y antagonistas de la misma. Dejo esta entrada programada para la tarde del sábado, aunque la redacto con veinticuatro horas de antelación, porque no sí si el sábado tendré tiempo para ello.

Un castillo medieval inglés en las Midlands, Warwick, para representar el mundo de fantasía de Oz.

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La película la estamos conociendo con el título de Wicked (malvada), pero el títular original nos hace observar que es una primera parte, y que habrá al menos una segunda. Y así puedo confirmar que esta película adapta el primer acto del musical de Broadway. Dentro de un añito podremos ver el segundo acto, o sea, la película que nos cuenta la segunda parte. Dirigida por Jon M. Chu, seguimos los primeros años de la vida de la que será conocida como la Bruja malvada del Oeste (Cynthia Erivo), principal antogonista de Dorothy en The Wizard of Oz. Un joven que nació distinta, con la piel verde, lo que generó el rechazo de los demás. Pero también con una fuerte afinidad por la magia. Y especialmente conoceremos de su estancia en la universidad y de su relación con la que será conocida más adelante como la Bruja buena del Norte (Ariana Grande). Y cómo al final se revelará contra el statu quo de Oz, representado por el famoso mago (Jeff Goldblum), y su secuaz (Michelle Yeoh).

La película es una de las muchas que usan (y abusan) de la filmación sobre fondo verde, para luego generar por ordenador los escenarios, paisajes y fondos de la película. Desde ese punto de vista, casi diríase que es una película de animación con personas. Está bien hecha, Hollywood tiene en estos momentos tecnología de sobra para ellos. La trama es la del musical, con sus números musicales, quizá alguno menos y quizá alguno más, no conozco mucho el musical y no puedo decir. Las referencias a la crítica social son obvias. La discriminación por el color de la piel. O por la especie a la que pertenezcas. Todo referencias muy obvias sobre el racismo y la xenofobia. Se avecina en la segunda parte una discriminación por discapacidad; todo el que conozca un poco la obra original sabrá que la Bruja malvada del Este es la hermana de la Bruja malvada del Oeste, y el personaje de la hermana (Marissa Bode) ya ha aparecido de sobras en la película, indicando por donde va a ir el conflicto. Y claramente, lo que trata es subvertir el concepto de bien y de mal, y en qué medida estos están determinados por la ideología y el régimen político y social dominantes. No hay muchas sutilezas. El mensaje es muy obvio.

Con unas interpretaciones correctas, no les veo tampoco nada de especial, y unos números musicales que podrán gustar más o menos, no es de los musicales que más me hayan llamado la atención, me parece una película correcta sin más, por debajo de la expectación días antes había despertado su estreno en Estados Unidos. Pero claro, la popularidad del universo de Oz es mucho menor en nuestro país que en el mundo anglosajón. Y de hecho es improbable que haya tenido en nuestro país un impacto equiparable al que ha tenido en Estados Unidos, a lo que hay que añadir que la afición al cine musical no es excesiva en nuestro país. A mí ni me ha despertado grandes emociones, pero se deja ver y entretiene. Incluso tiene uno tramo final que estaría muy bien si no fuera porque la interpretación de la canción principal, Defying Gravity, me resulta un poquito histriónica y cargante. Lo cierto es que no es una canción de mi agrado. Si a eso añades que… Ariana Grande tampoco es una artista de mi agrado… y bueno. Dejémoslo estar. No está mal. Se deja ver. Y poco más puedo decir. Allá cada cual.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: ***
Valoración subjetiva: ***

[Cine] Hokkyoku Hyakkaten no Konsheruju-san [北極百貨店のコンシェルジュさん] (The Concierge) (2023)

Cine

Hokkyoku Hyakkaten no Konsheruju-san [北極百貨店のコンシェルジュさん] (2023; 49/20240928)

Antes de irme de viaje a Singapur dejé pendientes de comentario dos películas de estreno. Curiosamente, de ninguna de las dos teníamos expectativas altas, y curiosamente las dos nos aportaron cosas. Y en concreto, la película de animación japonesa que nos ocupa hoy nos gustó bastante más de lo que pensábamos, ha ido creciendo en la memoria, y en estos momentos mi opinión es que está francamente infravalorada.

Gifu - Japón

Dirigida por Yoshimi Itazu, está basada en el manga del mismo título. El título original en japonés se traduce como La conserje de los Grandes Almacenes del Polo Norte. Y nos habla de las peripecias de una nueva empleada de estos grandes almacenes, cuya inspiración clara son los primeros grandes almacenes parisinos del siglo XIX, de los que por ejemplo nos hablaba Zola en Au bonheur des dames, una novela que también trata de una joven que entra a trabajar en los grandes almacenes que dan nombre a la novela. Pero la historia de esta película se aparta pronto del naturalismo del escritor francés, y entra de lleno en el ámbito de la fantasía. Los clientes de estos grandes almacenes son animales… animales extinguidos principalmente. Muy torpe al principio, la bondad natural de Akino, la protagonista, la hará desvivirse por atender las necesidades de los clientes, y orientarlos hacia aquellas secciones del establecimiento que más les convienen

Película de muy buen rollo, en la que es muy fácil coger cariño a la protagonista, esa joven un tanto atolondrada de gran corazón, que acabará siendo querida por todos, compañeros y clientes. Pero las peripecias de la joven es un macguffin para trasladar los riesgos que la vida salvaje tiene ante la acción depredadora, invasiva y modificadora de los ecosistemas del ser humano. Durante buena parte de la historia de forma inconsciente, pero hoy en día de forma egoísta, codiciosa, y al mismo tiempo previsible. Con una animación totalmente basada en el manga de origen, de líneas claras, sencillas, pero muy expresivas, es una película que nos enganchó, y que como ya he dicho, en mi caso, ha ido creciendo en el recuerdo.

Gifu - Japón

Por todo lo anterior, la encuentro muy recomendable. No obstante, está pasando relativamente desapercibida. Y quizá por la ausencia de espectacularidad en su planteamiento o en sus aventuras, está injustamente infravalorada por el público. Aunque el material de origen, el manga, fue muy apreciado y premiado en su momento, lo que debió influir para proceder a la adaptación a largometraje de animación. Que también goza de cierto aprecio por la crítica y por los festivales dedicados al género.

Valoración

Dirección: ****
Interpretación: ***
Valoración subjetiva: ****

Gifu - Japón

[Cine] Beetlejuice Beetlejuice (2024)

Cine

Beetlejuice Beetlejuice (2024; 46/20240907)

Después del día de excursión a Sigüenza el viernes, el sábado me levanté al ralentí. Sin muchas ganas de apresurarme por nada. Sin tareas domésticas pendientes que requirieran necesariamente mi atención, simplemente a pasar un día relajado. Cuando sonó el aviso de llegada de un mensaje proponiendo una matinal cinematográfica. La segunda parte de una de las películas más divertidas que recuerdo. No un películón ni nada por el estilo, sino una comedia para pasarlo realmente bien, con personajes entrañables y buenas actuaciones. Un recuerdo agradable de las visitas a las salas de cine cuando éramos veinteañeros e íbamos en grupo de amigos. Antes de decir que sí a esta segunda parte, revisé lo que decían los comentarios y las críticas. Es que estaba realmente vago, y para motivarme necesitaba argumentos.

No tenía nada claro que fuese necesaria un secuela de aquella película 35 años más tardes, cuando fue una película que quedó redonda y cerrada. No me fío de la películas que tienen toda la pinta de ser un sacaperras basado en la nostalgia. Y, últimamente, no me fío de Tim Burton. Director que en los años 80 y 90 me parecía estupendo y necesario… pero que ya no tanto. El caso es que la mayor parte de los voceros habituales, críticos y comentaristas de la cosa cinematográfica alababan la película. Bien es verdad que mi lugar de referencia, el más fiable que tengo, aunque no sea perfecto, no se ha pronunciado al respecto. En fin. Que me apunté. Fui a ver la película. Versión original. 12:30 del mediodía. Poca gente en el cine. Pero era un sábado. Y versión original… en Zaragoza,… donde la gente suele tener alergia a los productos cinematográficos no adulterados.

Y la frialdad del ambiente en la sala se nos contagió enseguida. En ningún momento nos animamos. Algunos de los personajes significativos de la primera película, como la entonces adolescente (Winona Ryder) convertida en madre de otra adolescente (Jenna Ortega), con conflicto intergeneracional incluido. Y los escenarios y dinámicas que, supongo, se esperaban. Ciertamente, la historia que cuenta es lo de menos. La película es un vehículo para rescatar al entrañable diablillo Beetlejuice (Michael Keaton) y para repetir uno tras otros, vengan a cuento no, los mismos gags que hicieron célebre la película original. Un ejercicio de nostalgia vacío, porque sí, donde incluye una subtrama con un malvado que está mal encajada y que se resuelve sin especial emoción y sin que trascienda en lo más mínimo. Ni siquiera la referencia al Day-O de Harry Belafonte, una de las escenas que más me ha hecho reír en mi historia cinéfila, me animó lo más mínimo.

No entiendo que pintan nombres como Monica Bellucci o Willem Dafoe, qué necesidad tienen con su prestigio acumulado, para participar en esta película. Ni aportan, ni suponen diferencia. Cualquiera podría haber hecho lo que hacen. Así que… globalmente considerada, esta película me ha dejado frío, sus gags humorísticos no me generaron me parecieron repetidos, ya vistos, previsibles, y me parece una película absolutamente superflua, por mucho que esté correctamente realizada y poco más. Desconozco por qué ha generado la aprobación general de la crítica. Puedo entender mejor el éxito de público… porque quizá esperábamos repetir la experiencia de hace 35 años.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: ***
Valoración subjetiva: **

[Libro] La ciudad y sus muros inciertos – Haruki Murakami

Literatura

Como ya he comentado en otras ocasiones, he leído todas las novelas de Haruki Murakami, bastantes de sus relatos cortos, y alguno de sus ensayos. Lo cual ya hará suponer al lector de estas líneas que es un autor que me gusta, es uno de mis autores preferidos. Los lectores habituales de este Cuaderno de ruta también serán conscientes de que leo con frecuencia libros de autores del País del Sol Naciente, por lo que podrían pensar que tengo un sesgo hacía este país, y por eso leo a Murakami, probablemente el más famoso escritor japonés en nuestro medio. Pero la relación «causal» va a la inversa. Porque en una ocasión, hace ya muchos años, leí algo de Murakami y me gustó, eso me llevó a animarme en la lectura de otros autores del mismo origen. Afortunadamente.

Pero los motivos de afición a Murakami no están en el hecho de que sea japonés, sino que en que las cosas que cuentan. Alguna vez lo he dicho. El sexismo en la literatura no sólo «castiga» a las mujeres. También a los hombres. O son los héroes o son patéticos. Muchas veces no parece haber alternativas, y para algunos lectores, entre los que me encuentro, me cuesta empatizar o sentirme identificado con los personajes masculinos de la literatura. Habitualmente. Obviamente, hay numerosos ejemplo de lo contrario, pero no son mayoritario. Sin embargo, en Murakami, sus protagonistas masculinos son gente normal. A la que no necesariamente le pasan cosas normales.

Porque ese es el siguiente motivo por el que me atrae el autor japonés. Por sus descaradas incursiones en el realismo fantástico, que generan universos interesantes, pero sin perder el contacto con los problemas cotidianos del ser humano. Y esta es una ocasión más. Un hombre que lidia a lo largo de su vida, y está en sus cuarenta y tantos, con el duelo de la pérdida de su primer amor, adolescente, de forma inesperada e inexplicable. O al menos, inexplicada. Y la huida al lugar mítico donde pueda encontrar a esa joven,… mujer,… a la que perdió con 17 años, y cuya pérdida no ha conseguido superior. Esa ciudad de inciertos muros. En tres fases, con tres escenarios. El mundo real de la adolescencia, la ciudad amurallada a la que es difícil llegar y donde el tiempo no tiene sentido, y ese refugio para el cuarentón que busca romper con sus dinámicas, en un pueblo de las montañas. Y un fantasma.

Murakami,… o te gusta, o no te gusta. O te dejas llevar por sus propuestas, o no tienes nada que hacer. Escribe bien. Y escribe claro. Pero necesitas contexto. Y necesitas abrazar sus historias. A mí sale con naturalidad. Y disfruto de sus novelas. Y sueño con sus mujeres. Qué capacidad para crear personajes femeninos interesantes, con su punto de misterio, de quienes pocas veces sabemos todo lo que querríamos saber. Y que quizá relacionamos con el misterio que encierran nuestras propias pérdidas. Especialmente para quienes arrastramos ya unas cuantas décadas de vida. Yo lo recomendaría. Lo recomiendo. Pero allá cada cual.

[Libros] Algunos cómics; Dandadan, Saga y las memorias Osamu Tezuka

Literatura

Como llevo acumulados muchos libros sin comentar, voy a meter en una misma entrada los últimos libros de historietas, cómics, relatos gráficos o como queráis llamarlos. Son diversos, pero bueno. Ya va bien.

En primer lugar, el volumen 11 de Saga. Mi aventura espacial favorita de estos momentos, y una de mis favoritas de todos los tiempos. Las aventuras de Hazel y su familia por sobrevivir en una galaxia estúpidamente en guerra entre las gentes de su madre y las de su padre. Como siempre, sigue manteniendo su tono entre la aventura con humor y la amargura. Con una Hazel que va creciendo, pero todavía apenas una niña, y un complejo familiar y amistades muy desestructurado, pero más sólido de lo que parece. Las aventuras que nos traen Brian K. Vaughan a la escritura y Fiona Staples a la ilustración me siguen pareciendo un enorme monumento a la imaginación, a la aventura, y una precisa denuncia a la guerra y a todas esas gentes con el poder de hacer más felices a las gentes, pero que lo que hacen es arruinarlas y hacer la vida más mísera. Lo que otras grandes «sagas» como Star Wars, Star Trek y otras podrían haber sido si hubiesen sabido evolucionar y profundizar en los mensajes implícitos inicialmente en sus producciones destinadas al entretenimiento. Pero que nadie, ni siquiera su fans, han permitido nunca que crezcan, progresen y sirvan a causas más interesantes. Y ya sólo quedan siete volúmenes para terminar. Lo cual será en algún momento entre 2030 y 2031, salvo algún retraso, como el de este último volumen. Normalmente las traducciones en castellano salían en otoño, pero la traducción de este último salió en abril de este año. Con retraso de varios meses, no con adelanto.

Dado el antibelicismo de algunas de las obras que comento hoy, un paseo por el Parque de la Paz de Hiroshima no estará de más.

Otra serie que sigo desde el año pasado es Dandadan, que ha llegado a su volumen 10. Este manga de Yukinobu Tatsu lo empecé a leer cuando al hijo de unos amigos le regalamos los primeros números, que me leí en su momento. Desde entonces, sigue la serie, y cuando se los lee me los presta para que los lea también. Las aventuras de Momo Ayase y su amigos en un mundo en el que cuando no te aparece un fantasma te aparece un extraterrestre, y la mayor parte de ellos con aviesas intenciones he de reconocer que son muy divertidas. Pero no puedo negar que es un guilty pleasure, porque evidentemente no pertenezco al público diana de estas historietas. Por cierto, que nos cuentan los medios que en otoño se viene una serie de anime adaptando el manga. Y que se podrá ver en Netflix… creo. Por supuesto que le daré un vistazo.

Finalmente, en otro tono, el día que compré el volumen 11 de Saga me llamó la atención la recopilación de relatos gráficos de Osamu Tezuka, La fortaleza de papel. No había leído ninguna obra original de Tezuka todavía, pero había oído hablar de ellas, y he visto alguna serie de animación basada en su obra, como Dororo, que me gustó mucho. Tezuka falleció hace ya bastante tiempo, en 1989. Pero queda obra suya sin publicar en español. Y con este volumen se han recopilado una serie de relatos y obras inacabadas del autor en el que con mucho humor, y no poca amargura en ocasiones, nos habla de su vida. Con especial hincapié en los años de su adolescencia, que le pillaron durante la Guerra del Pacífico, y en la que sufrió el hambre, los bombardeos, las consecuencias del régimen militar autoritario y cualquier otra catástrofe propia de unos tiempos así. También nos habla de sus primeros amores, de sus primeros éxitos, de algunos de sus fracasos, y del hambre… sobretodo del hambre. Habiendo oído hablar en casa, sobretodo a mi madre, del hambre de la posguerra española, no he podido que engancharme genuinamente a las aventuras del joven Tezuka. Muy recomendable.