[Cine] The forest of love (2019)

Cine

The forest of love (2019; 54/20191103)

Netflix está muy activo en las últimas semanas en el ámbito de los largometrajes. Se acerca el final de año y la temporada de premios cinematográficos, y como ya venía sucediendo en los últimos años, reserva sus estrenos más destacados para esta temporada. Pero de todos modos, la película que os traigo hoy se caracteriza por salirse de las pautas habituales. Al fin y al cabo, está dirigida por el ínclito, extravagante y transgresor director japonés Sono Sion.

Para ilustrar la entrada, un paseo por Dotombori en Osaka, uno de esos lugares donde se mezclan cosas de lo mejor y de lo peor del País del Sol Naciente. Y como nunca falta gente para alimentarlas…

Rodada en Japón y hablada en japonés, Netflix ha presentado la película con un título oficial en inglés, aunque en Japón puede que se conozca con el título de Ai-naki mori de sakebe [愛なき森で叫べ], que vendría a significar algo así como Gritando en un bosque sin amor. Mmmmm… algo se ha perdido en la traducción. Desde luego, poco amor real y positivo hay en esta última propuesta de Sono, que sigue su camino habitual de transgredir con una mezcla de cinismo, sangre y sexo. Sexo desesperanzado, las más de las veces.

Dos jóvenes se mezcladas con unos tipos que quieren rodar una película, al mismo tiempo que un estafador reaparece en sus vidas. Pero las dos jóvenes tienen una historia trágica en su adolescencia, en el que la muerte accidental de una compañera de las que ambas estaban enamoradas, llevó a un suicidio colectivo en el que murieron otras tres compañera, una de las supervivientes quedó con secuelas, y la otra se arrepintió antes de saltar. Todo este grupo de personajes entrará en la senda de la destrucción mutua, en un relato que dice estar basado en hechos reales.

Es la segunda incursión de Sono en las plataformas de pago por visión, después de la vampírica transgresión que presentó en Amazon Prime Video. El problema es que la fórmula de Sono, por lo menos la que aplica de forma más o menos sistemática en los últimos años, de chicas jóvenes con problemas que acaban pasándose una buena parte de la película en ropa interior o desnudas, mientras la sangre y otros fluidos corporales acaba pringando a todos los que por allí aparecen, empieza a ser más cansina que transgresora. No voy a negar que detrás de la película haya alguna idea interesante, críticas a las instituciones establecidas en cualquier sociedad conservadora, como son las de Asia oriental. Y entre los intérpretes, no falta algún valor reconocible. Pero globalmente, la película acaba siendo larga y prolija para lo que cuenta, deteniéndose más en escandalizar que en contar.

Así que,… aunque Sono Sion ha sido un director que me ha llamado la atención durante un tiempo, he de reconocer que ese tiempo está pasando, y que difícilmente considero esta película recomendable. Aunque si tienes una suscripción a Netflix, poco cuesta probar y ver por tí mismo… lo único que tienes que perder es el tiempo.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

[TV] Cosas de series; rotoscopias, vikingos y viajes en el tiempo

Televisión

Las dos series que traigo hoy a la palestra tienen en común que, de una forma u otra, parece que la gente viaja en el tiempo. Seguro en un caso, parece en el otro. Pero a partir de ahí, se parecen la una a la otra como un huevo a un Ferrari. Vamos con ellas.

Undone es una serie de animación de Amazon Prime Video. Y tiene de particular en lo técnico que está realizada mediante rotoscopia. Es decir, se filma en forma de acción real, con actores de verdad, en este caso protagonizada por Rosa Salazar, y luego se «calca» en forma de dibujos para el producto final. A mí la animación me gusta. Y me gusta disfrutar de las distintas formas de animación. Aunque tiendo a sentirme como en casa con la animación más tradicional… los dibujos animados, en el sentido más literal. El caso es que la rotoscopia, con esa característica suya de estar a medio camino entre la acción real y la animación, quizá sea mi menos favorita forma de animación. Pero al cabo, lo que importa es lo que se cuenta, ¿o no? Y Alma (Salazar), tras sufrir un grave accidente automovilístico, comprueba que tiene una nueva relación con el tiempo. Y con su padre muerto hace unos años… al que echa de menos, mientras mantiene complejas relaciones con su novio, su madre y su hermana. Que todos llevan también lo suyo. Con la ayuda de su fallecido padre… intentará cambiar el pasado para evitar la muerte del progenitor.

Unas cuantas vistas de Oslo serán apropiadas para ilustrar la entrada de hoy.

Historia compleja, con muchas capas, y que poco a poco va indicando un final que si no es del todo previsible, es intuible. O lógico. No sé si tendrá segunda parte. Conforme pasa el tiempo… creo que no necesita segunda parte. No voy a compararla con cierta película que me viene a la mente porque sería destripar el final… pero uno de los problemas de aquella película es que no saben pararla a tiempo, convirtiéndola de un película muy interesante en una película que odio. En fin. Razonablemente recomendable, con buen trabajo actoral, que conviene ver en versión original.

Beforeigners es… Bueno. Cosas de las casualidades. En cuestión de pocos días, un canal de vídeo bajo demanda estrenaron dos series con una premisa inicial casi idéntica. Aunque luego derivan muchísimo. Una me interesó, la serie noruega que traigo aquí hoy. Y la otra ni siquiera terminé de ver el primer episodio. Creo que está cancelada. Y eso que la estrenaron también en HBO… las dos. Vamos con la serie noruega. Que nos plantea una interesante premisa en seis episodios.

Oslo, la actualidad. De repente, en el fiordo, empiezan a aparecer personas, algunas se ahogan que están viajando en el tiempo. También son noruegos… o gentes que habitaban lo que hoy es Noruega, pero en distintos momentos de la historia. Prehistóricos, vikingos y ciudadanos de la decimonónica Cristianía. Nadie sabe a qué se debe. Pero habrá que integrar a este gente de alguna forma. En realidad, cosas parecidas pasan en todo el mundo. Unos años después del comienzo del fenómeno, una guerrera vikinga empieza a trabajar para la policía de Oslo, y la emparejan con un policía contemporáneo, divorciado, quemado y drogadicto. Y tendrán que resolver una serie de crímenes.

La serie tiene varias dimensiones. Pero básicamente se mueve entre la resolución del caso criminal y la denuncia de las intolerancias hacia el extraño, la enésima metáfora sobre los problemas de las migraciones. Aunque esta, con un poquito más de originalidad. Tiene momentos esta serie; algunos muy buenos. Pero también tiene sus bajones. De todos modos, cuando venga la segunda temporada, si viene, que creo que sí, la veré.

[Cine] Gisaengchung (2019) [Parásitos]

Cine

Gisaengchung (2019; 53/20191027)

Hace una semana que vimos ya esta película surcoreana. Dirigida por Bong Joon Ho, un director de lo más polivalente en sus formas… que no tanto en sus fondos, porque siempre hay una preocupación social en sus películas.

A veces me sorprende que estas películas surcoreanas tengan la misma nacionalidad que las series de Netflix que veo como placer culpable. Estas películas son buenas. Pero de verdad, muy buenas. No ha faltado quien ha calificado de obra maestra esta película. Creo que no llega a tanto… pero por poco. Y parece mentira que encuentren tan excelentes intérpretes, que parece que desaparecen o se transforman en otra cosa, bastante peor, cuando hacen televisión. Aunque no debería extrañarme… en España pasa algo parecido. Potencialmente buen cine… series de televisión, pues no tanto.

Un paseo por el tradicional Bukchon Hanok de Seúl, para ambientarnos y ponernos a tono con la película.

Dos familias. Aparentemente muy diferentes. Pero muy parecidas. Padre, madre, hija mayor, hijo menor. Con dos diferencias importantes. Los unos son ricos, asquerosamente pijos. Los otros son pobres, lamentablemente cutres. Los pobres son mayores que los ricos. Pero si analizas los roles… tampoco se diferencia tanto. El hijo de los pobres consigue un puesto de profesor particular de inglés de la hija adolescente de los ricos. Y a partir de ahí comenzará una insidiosa infiltración de la familia pobre en la familia rica. Hasta que sin ser conscientes, dan el paso equivocado y salta un secreto a la luz del día. O más bien de la noche. Y el infierno llega…

La película tiene momentos realmente magistrales. Comedia negra negrísima, crítica social ácida acidísima, que puede que valga para la relativamente desigual sociedad coreana. ¿Desigual? Está más o menos a la par con España… aviso. Sorprende la cantidad de semejanzas entre dos países en los dos extremos del continente euroasiático. Una guerra civil en el siglo XX, un dictadura militar que la sigue, una transición más o menos revuelta, una democracia estupenda sobre el papel, pero con problemas de ejercicio en el fondo, corrupción política y económica, un tren de alta velocidad con estaciones en medio de ninguna parte,… También existen diferencias. Pero vamos, que lo que se cuenta en esta película podría haber sido contado, con diferencias formales pero no de fondo, por Berlanga y Azcona. Y como toda comedia negra, sólo valen dos finales… o el triunfo del pícaro o la deriva hacia la tragedia. Lo comprobáis viéndola.

La película comete un pecado. O mejor dicho su director y guionista. Monta un espectacular enredo, un magnífico fresco del mundo real visto de una retorcida forma, pero le cuesta encontrar una salida al enredo, y en su tramo final se desmadra un poquito en su resolución. Nada grave. Pero le roba a la película ese calificativo de obra maestra. Por lo demás, las puesta en escena, el movimiento de la cámara, la impecable dirección de actores en estado de gracia… todo perfecto.

Véanla. Atrévanse con la versión original, aunque no entiendan nada. Se acostumbrarán a leer los subtítulos y apreciarán mejor los matices. De lo mejor de este año. Sólo le ha faltado un cierre más redondo. Hubiera sido perfecta.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****
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[Recomendaciones fotográficas] Del arte contemporáneo y otras cosas que interesan a los fotógrafos… o deberían

Fotografía

Estamos en el segundo día del que va a ser un puente muuuuuyyyy largo para mí. Porque como andaba sobrado de días de fiesta, lo he prolongado hasta el martes de la semana que viene, incluido. Y como ayer por la tarde le dio por ponerse a llover, dediqué un buen rato a explorar algunas cosas relacionadas con el arte moderno y contemporáneo, del que la fotografía forma parte de modo fundamental, bien sea como medio de expresión principal, bien sea como herramienta para inmortalizar aquellas formas de arte contemporáneo efímeras por su naturaleza.

Aunque muy tímidamente, los colores del otoño llegan a la ciudad de Zaragoza. Me temo que, como ha pasado en los últimos años, muchos árboles de hoja caduca pasarán directamente del verde al suelo, sin pasar por la gama de ocres. Pero bueno… menos es nada.

Por ejemplo… en el canal de Youtube de Smarthistory pude ver un vídeo dedicado a dos de las últimas pínturas de Katsushika Hokusai, habitualmente conocido por una de sus Treinta y seis vistas del monte Fuji, la llamada Bajo una gran ola en Kanagawa, y que se puede considerar como un gran precursor y un adelantado de muchos elementos del arte moderno y contemporáneo. Un vídeo que, en poco más de siete minutos, enseña más sobre arte que muchas disertaciones sesudas que sueltan los expertos. Os lo dejo puesto.

Pero además recibí un correo de parte del Museum of Modern Art MoMA de Nueva York anunciando algunas novedades y cambios en su página web, que permite disfrutar del museo sin necesidad de visitarlo. Una de las mejores webs sobre arte que conozco. Dos secciones me interesaron especialmente, en audio. Eso sí, en inglés. Por una lado, las distintas colecciones de audios que permiten escuchar lo que artistas, conservadores y otras personas tienen que decir sobre las obras conservadas y expuestas en el museo. Por otro lado, la colaboración BBC Radio 3 para realizar la serie The Way I See It, un podcast en la que distintas personas con distintos perfiles profesionales o académicos nos cuentan cómo ver las obras de arte del MoMA y lo que significan para ellos. De lo más interesante. Y no faltan fotografías entre las obras seleccionadas.

Un post en Instagram de José Garrido, fotógrafo del Museo de Zaragoza que me gusta seguir por su saludable mezcla de visión y sentido del humor, me hace darme cuenta que tenemos nuevo Premio Nacional de Fotografía 2019 desde hace unos días, que no me había enterado, estuve muy liado esos días, y que se trata de Montserrat Soto. Y si recorremos un poco su obra, volvemos a lo que decía en el primer párrafo de la interrelación de fotografía y arte contemporáneo. Porque Soto a veces parece más una artista que realiza instalaciones que traslada a fotografías, que una fotógrafa propiamente dicha. O que utiliza la fotografía en sus instalaciones. Todavía no he tenido tiempo a revisar convenientemente su página web. Estoy en ello.

No hace mucho vi un hilo en Facebook, una conversación sería más apropiado decir, que criticaba a determinados sitios que promocionan o dan a conocer la obra de fotógrafos contemporáneos. Especialmente criticaban, a veces con mucha acritud, a LensCulture. Parece que la línea editorial de este sitio no era del gusto de los que conversaban virtualmente. Sigo a LensCulture desde hace años. Y como siempre con estos sitios, a veces te interesan más las propuestas de las que habla y otras menos. Pero por ejemplo, en el boletín que recibí esta semana por correo electrónico, con obras de Bérangère Fromont (instagram), Daniel Szalai (instagram), Stacey Tyrell (instagram) y Elinor Carucci (instagram), había poco desperdicio. Y mucho compromiso. Ético y estético. ¿Seré yo el raro… o es que los listos de la fotografía española están anclados en un cómodo conservadurismo? No sé. Sinceramente.

Oscar Colorado sigue presentándonos fotógrafos soviéticos del grupo Octubre. Lo cual está muy bien. Esta semana ha sido el turno de Eleazar Langman, aunque sinceramente, como ha sido cosa de esta mañana, no he tenido tiempo de enterarme muy bien. Pero os lo dejo.

Por cierto,… he hablado bastante de museos hoy, y hace unos días un artículo de Magnum Photos nos hablaba de la afición de sus afiliados a hacer fotos en los museos. Siempre he pensado que es un sitio estupendo para ello, aunque luego la política «fotófila» o «fotófoba» de los museos es de lo más diversa. Esta semana Sarah Urist Green, la presentadora y alma del canal de Youtube The Art Assignment (Web, instagram), nos hablaba de sus 40 reflexiones sobre el arte, y una de ellas era que no dudáramos en fotografiar aquellas obras arte que nos interesaran, que luego nos servían de memoria y de continuación del disfrute. Eso sí… que no contemplásemos las obras de arte exclusivamente a través del visor de la cámara… lo cual es razonable y obvio… salvo para muchos, claro.

A la gente de Carmencita Film Lab no les hace gracia el anuncio de Ilford Photo de poner a disposición de los fotógrafos la película Ilford Ortho Plus 80. Creo que es la primera vez que les veo hablar contra algo… Estoy de acuerdo que algunas de las propuestas que ellos hacen estarían muy bien… pero ponerse en contra de una mayor disponibilidad de una película fotográfica… Y a mí sí que me gusta el aspecto de las películas ortocromáticas. Y la de Rollei sólo tiene un ISO 25. Y los controles de calidad de Rollei e Ilford no son comparables. A favor de los británicos claro. Aquí no han estado finos los «carmencitos»… De quienes estoy esperando que me digan que han recibido mis carretes de película negativa en color de octubre… para empezar a revelarlos.

[Cine en TV] Tell me who I am (2019)

Cine

Tell me who I am (2019; 52/20191025)

Hacía tiempo que no incluía un estreno en plataforma de vídeo bajo demanda, que desde hace unos años incluyo también entre mis comentarios de estrenos cinematográficos. En esta ocasión afrontamos, por primera vez en mucho tiempo, un documental. Un documental que nos ofrece Netflix, y que llegó a la plataforma sin mucha publicidad, o yo no estuve al tanto, pero del que me enteré por un enlace sobre fotografía.

Londres y las zonas rurales no alejadas de la capital británica serán los escenarios donde se desarrollará el drama que nos relata este documental.

El documental trata de la historia de dos hermanos gemelos británicos, uno de los cuales sufre al final de su adolescencia un terrible accidente con traumatismo craneoencefálico que borra toda su memoria, todos sus recuerdos, de su época infantil y adolescente. Con la ayuda del archivo fotográfico y de su hermano gemelo va reconstruyendo esas épocas, como una época feliz en familia, lo típico de cualquier hogar de clase media. Aunque percibe que la relación de los dos hermanos con sus padres es extraña. Hasta que a la muerte de la madre, el padre había muerto previamente, unos años más tarde, la aparición de otra fotografía le alarma y pone en cuestión la realidad sobre esa vida reconstruida tras el accidente. Solo décadas más tarde, los dos hermanos ya con más de cincuenta años volverán a retomar su vida en común para sacar a la luz la verdad.

El documental nos plantea varios temas. Uno de los principales, que no voy a desvelar, el de los problemas, profundos e inquietantes, de la relación de los dos jóvenes con sus padres. Otro es el de la relación entre hermanos y las difíciles decisiones que ha de cargar sobre sus espaldas uno de ellos que, queriendo a su hermano, tiene que decidir qué puede hacerle más feliz; la verdad o una realidad adulterada, azucarada. El tercero es el derecho de la persona a conocer la realidad de su vida, con el fin de tomar las decisiones que como persona autónoma, libre con capacidad de decisión, tiene derecho. Tema este último en el que estoy sensibilizado, pensando en la conspiración de silencio que en nuestra sociedad existe todavía con determinados enfermos con enfermedades graves, probablemente mortales, a los que se les oculta el diagnóstico «por su bien». En el documental, el problema de base es distinto, pero en esencia es la misma cuestión.

El documental se ve con interés. De alguna forma, el misterio que rodea la vida de estos jóvenes te atrapa como el de una buena película de ficción. Pero te planteas en ocasiones si el enfoque no tiene un punto de efectista en ocasiones. De que al director, Ed Perkins, que no hace mal trabajo, le importa más el efecto que va a producir en el espectador que la empatía por los dos hermanos, y la reflexión sobre los aspectos más negativos y preocupantes de nuestra sociedad. Porque hay elementos importantes en la historia que deja caer, pero en los que no se profundiza. No obstante, es bastante recomendable. Y la forma en que los dos hermanos se desenvuelven en las entrevistas en pantalla resulta de lo mejor. Por ello, esas cuatro estrellas en «interpretación», aunque no lo sea propiamente hablando.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***