[TV] Cosas de series; entre diablos y el infierno

Televisión

Varias cuestiones. En primer lugar, empecé a ver ya hace algún tiempo una serie que se está propagando mucho con el boca a oreja, The Durrells, en Filmin. Podría hablar ya de ella, porque ya he visto una temporada. Pero he decidido que la comentaré toda entera cuando la termine. Como es británica, son temporadas cortas, entre 6 y 8 episodios, así que tampoco tardaré mucho. Así que me centraré en dos series, una que ha terminado para siempre, y otra… que supongo que tendrá segunda temporada, pero no lo sé a ciencia cierta. Una va sobre el diablo… como personaje fantástico,… la otra sobre el infierno… que es en lo que se convirtió Berlín en el año 45 del siglo pasado.

Unas cuantas fotos tomadas en mi último viaje a Berlín, en blanco y negro, con película tradicional.

The Defeated es una serie europea que transcurre en el verano de 1946 en el Berlín dividido tras el final de la Segunda Guerra Mundial en Europa un año antes. Poco a poco se van reconstruyendo la sociedad civil, y llega como asesor para un incipiente cuerpo policial en el sector americano un policía neoyorquino. Que tiene una agenda propia, porque se ha prestado voluntario para intentar encontrar a su hermano, desaparecido tras entrar con su unidad militar en el infame campo de concentración de Dachau. Y allí se encontrará en medio de una serie tramas que incluyen las rivalidades soviético-norteamericanas, las mafias de la prostitución que se aprovechan de la situación de caos en que se sumió la ciudad, y la corrupción entre funcionarios y militares de los cuerpos de ocupación de la ciudad. La serie ha recibido muy buenas críticas y tenía ganas de verla. Pero he de confesar que, aunque bien hecha y correctamente interpretada, sus argumentos y resoluciones me han resultado más previsibles y simplones de lo que suponía. Se prevé una segunda temporada de ocho episodios, como la primera, que se supone resolverá la trama principal y renovará las tramas secundarias que han concluido en la primera temporada… aparentemente. Se ve en Netflix. Supongo que la veré.

Lucifer ha llegado a su final con su sexta temporada. Esta serie sobre el diablo que decide tomarse unas largas vacaciones en la Tierra harto de su trabajo como rey del infierno, y acaba como asesor civil de la policía de Los Ángeles, de pareja con una competente inspectora (o detective que dicen los americanos) de policía. Recordemos que fue una serie que empezó como un procedimental al uso, con una tensión sexual típica y tópica no resuelta entre sus protagonistas, que funcionaba bien, especialmente por el buen hacer de su protagonista masculino, Tom Ellis. Sobre la calidad interpretativa de su protagonista femenina,… se puede discutir más. De hecho, creo que es una actriz muy limitada. Pero la pareja funcionó bien en sus primeras temporadas, con unos cuantos secundarios que cumplían bien. La serie se canceló en su cadena de origen y la rescató Netflix tras la tercera temporada, por lo que las cuatro últimas son más cortas. Y cambia la dinámica, dejando en segundo plano o ignorando en algunos momentos el procedimental, para ir a una trama continuada a lo largo de la temporada… en la que se nota más las carencias de la protagonista, especialmente cuando se resuelve la tensión romántica entre ambos, y en general de una trama que parece un poco forzada y difícil de resolver. En cualquier caso, se terminó. Siempre quedará en el recuerdo como una serie simpática, aunque es una pena que en sus últimas temporadas no hayan sabido buscarle unos argumentos con más miga.

[Fotos] Fotopaseo con película instantánea tras lo peor de la pandemia

Fotografía

Confluencia de dos eventos que llevan a esta entrada de fotografía instantánea.

A principios de verano, en la sección de «productos reacondicionados» de Amazon, vi una oferta de película de «segunda mano» (concepto absurdo por demás), Instax Square Star Illumination, a un precio bastante más bajo del habitual. Así que lo cogí. Esta es una película Instax Square Color normal y corriente, pero el marco de la foto, en lugar del tradicional blanco, es negro con un punteado blanco como si fueran estrellitas. El segundo evento es que, tras el parón por las recomendaciones de distanciamiento social debidas a la pandemia del nuevo coronavirus, a finales de septiembre AFZ Asociación de Fotógrafos de Zaragoza comenzó de nuevo actividades colectivas, con un fotopaseo en torno a las riberas del río Ebro a su paso por la ciudad de Zaragoza.

Los detalles técnicos, que son pocos, en Instax Square Star Illumination para el primer fotopaseo AFZ tras la pandemia.

[Recomendaciones fotográficas] Un popurrí de cosas recogidas en las últimas semanas

Fotografía

Claro está. Más preocupado por preparar un viaje en mis vacaciones, y viajar, lo de recoger recomendaciones fotográficas ha quedado un poco en segundo plano en las últimas tres semanas. Pero algo tengo recogido. Vamos con ello.

Las fotos de hoy, un adelanto de un rollo en color de Kodak Portra 400 realizado con la Olympus Pen EE3 que comentaré… cuando pueda. Dentro de unos días o semanas. Es que tengo mucho «trabajo» fotográfico atrasado.

Quizá uno de los temas que más han dado que hablar ha sido la declaración del fotógrafo de Magnum Jonas Bendiksen confesando que su último trabajo, The Book of Veles, es falso. Veles es un pueblo de la antigua república yugoslava de Macedonia, creo que ahora le han dado finalmente el nombre oficial de Macedonia del Norte, donde por algún motivo se generan muchas noticias falsas, pero creíbles. Y Bendiksen se montó un reportaje y un libro, mezclando actualidad y antiguas religiones, que era todo mentira. Se ha montado un pollo. Lo han tratado en varios sitios pero yo os enlazo a Cartier-Bresson no es un reloj y a Blind Magazine. Eso sí, los medios no se ponen del todo de acuerdo sobre la actitud ética del fotógrafo. Para unos, su performance, por llamarla de alguna forma, es una denuncia de la facilidad con la que se cuelan las noticias falsas en nuestra sociedad, cosa que se está comprobando en política y prensa constantemente, sin que haya demasiados escándalos, y sería una acción legítima. Para otros, el fotógrafo ha tomado el pelo a todo el mundo y merece el desprecio y el destierro de la comunidad fotográfica y periodística. Hemos de recordar que acciones similares se han realizado en el pasado, aunque el autor ha procurado dejar claro en la comunidad de interés que estaba exponiendo una ficción, y denunciando las noticias falsas. La situación en esta ocasión no ha estado clara,… porque si no, no se hubiera levantado tanta polémica.

Me encanta Duane Michals. No hace mucho publiqué por aquí sobre un libro suyo que compré recientemente. En Blind Magazine me entero, a través de un artículo con algunas imágenes inéditas del autor, de una misma serie, Polaroids de una mujer en un apartamento variando su aspecto con un cambio de vestuario, que el autor está remitiendo desde algo más de un año pequeños librillos en formato pdf con trabajos y fotografías inéditas. Yo me he descargado muchos en este enlace. Lo que no me he enterado es de donde hay que subscribirse para recibirlos…

Ruth Orkin fue una fotógrafa norteamericana del siglo XX que merecería ser más conocida. Inspiró, desde mi punto de vista, uno de los personajes de una de las películas que más me gustaron en la pasada década. Y fue una observadora de la realidad bastante notable. En Blind Magazine nos ha recordado el trabajo de Orkin, fundamentalmente fotografía documental en la calle, tanto en blanco y negro, como en un excelente color que la incluiría como una precursora de la fotografía documental en color de gran calidad. Siempre me gusta ver el trabajo de Orkin.

Terminaré con una mirada al pasado, a la historia de la fotografía. A los primeros intentos serios de fotografía en color como fueron los de los pictorialistas que usaron los autocromos para obtener bellas imágenes fotográficas, con un aspecto próximo al del impresionismo, ya demodé a principios del siglo XX cuando el autocromo se puso, hasta cierto punto, de moda. Y en Blind Magazine nos han hablado del trabajo de Antonin Personnaz que se recorrió el valle del Oise con su cámara y su particular material sensible. Nunca he sido especialmente afecto al pictorialismo. Pero los autocromos me encantan. Mucho.

[Libro – historieta] La giovinezza – Hugo Pratt (un relato de Corto Maltés)

Literatura

En las tres semanas que he estado de vacaciones, aun me queda el lunes, hasta el martes no vuelvo al trabajo, he roto con el maleficio del bloqueo lector que sufría desde hace varios meses. Y han sido cuatro los libros que me he leído. No muy largos, pero todos muy interesantes. No los comentaré necesariamente en el orden en el que los leí. De hecho, esta historieta de Corto Maltés, el personaje universal del cómic creado por Hugo Pratt, fue el tercero de los cuatro.

A falta de fotos de Manchuria, que no tengo, usaré las recientes de la Costiera Amalfitana para mostrar el mar Tirreno, parte del Mediterráneo a orillas del cual también nació nuestro amigo Corto.

Cuando volvíamos en tren desde Sorrento a Roma, donde pasé las dos últimas noches del viaje, teníamos 50 minutos de espera en la estación central de Nápoles, y me metí en la sucursal de LaFeltrinelli que había en la estación. En Italia hay muchas librerías de todo tipo. Más que en España, estoy convencido, aunque no he leído nada al respecto. Pero es frecuente encontrar sucursales de dos cadenas que están por todo el país; la mencionada LaFeltrinelli, y Mondadori. Ambas tienen la sede en Milán. Pero para que os hagáis una idea, Mondadori pertenece a la familia Berlusconi, y LaFeltrinelli la fundó un militante del Partido Comunista Italiano, que fue el partido comunista disidente de la Unión Soviética por excelencia. La verdad es que ambas cadenas están muy bien para perderse en ellas, aunque la orientación social de LaFeltrinelli me atrae personalmente más, sin que tenga que ver con militancia política alguna. Y allí encontré unas historietas de Corto Maltés en un formato que no había visto nunca en castellano, libros más manejables, más pequeños de formato, y con relatos que no conocía. Me compré esta, que por lo que hojeé prometía hablarnos de cuando el marinero de Malta, hijo de una gitana de Sevilla y de un marinero de Cornualles, tenía sólo 17 años, pero ya viajaba embarcado por el mundo.

Y su peripecia le lleva a Manchuria, en las fases finales de la guerra ruso-japonesa, 1905, en un momento en que el armisticio ya está firmado, con la victoria nipona, aunque hay unidades rusas que todavía disparan. En realidad, en este relato corto de las aventuras de Corto, aparece poco. Y más bien hacia el final. A quienes acompañamos en sus peripecias hasta que confluyen con el maltés son a Rasputín, desertor del ejército ruso donde ha matado a un oficial, y a Jack London, que está como observador neutral, en el lado del frente nipón.

El relato es la primera parte de una historia más larga en la que Corto y Rasputín iban a acabar viajando a la búsqueda del reino de Saba y las minas del rey Salomón. Pero los azares editoriales hizo que la acción se detenga cuando ambos se disponen a abandonar Manchuria.

Me ha encantado. Es muy divertido. Y me encantan los alter egos de los personajes históricos. Evidentemente, el místico ruso, Grigori Rasputín, no estuvo en la guerra ruso-japonesa de soldado, aunque sí que viajó por Siberia entre 1904 y 1905, con sus rollo religiosos. Conoció a la zarina y al zar hacia finales de ese 1905. En cuanto al auténtico Jack London, sí que estuvo en Manchuria de periodista con el ejército japonés, al principio de la guerra, en 1904, pero no pasó de ese año ya que los japoneses lo expulsaron y no consiguió que su periódico lo acreditara ante el ejército ruso, donde esperaba tener más libertad de acción. Pero bueno, como dicen los propios italianos, idioma en el que he leído el libro, «si non è vero, è ben trovato». No será verdad, pero está bien narrado. Muy recomendable. Aunque supongo que los fans del maltés ya lo conocerán todos. Tengo que leer más libritos de esta colección.

[Viajes] Resumiendo con fotos el reciente viaje a Italia

Viajes

En principio, a lo que íbamos era a la Costiera Amalfitana. Pero las cosas han salid un poco diversas.

Nos alojamos en Sorrento, un lugar muy bien situado tanto para visitar la mencionada abrupta costa de la Campania, como para visitar el golfo de Nápoles, que en realidad ya conocíamos, lo visitamos hace 13 años, aproximadamente en las mismas fechas de principios de octubre, por mi tendencia a huir de las fiestas o «no fiestas» del Pilar en Zaragoza, que no me agradan mucho. El caso es que en octubre de 2008 pasamos calor, y en este octubre de 2021 hemos ido justos de ropa de abrigo, y hemos tenido que tener el chubasquero a mano siempre, aunque hemos tenido preferentemente buen tiempo, aunque fresco.

Teníamos unas expectativas muy altas con respecto a la Costiera Amalfitana. Todo el mundo nos había hablado muy bien de esta zona. Y en nuestro recuerdo estaba la visita en 2014 a otra bonita costa italiana, en la Riviera Occidental, la llamada Cinque Terre, que visitamos en 2014, y que nos gustó mucho. Pues bien… es bonita. Pero ni se puede recorrer con tranquilidad por adecuados senderos, ni los pueblos son tan monos, aunque son majos, como aquellos. Y además, algunos de ellos están convertidos en centros comerciales al aire libre… muy agobiante. Ya digo, es bonita, pero no a la altura de las expectativas.

Le íbamos a dedicar tres días completos a la Costiera Amalfitana, de los cinco que íbamos a estar por la zona, seis noches, pero al final sólo le dedicamos dos. El resto de los días fuimos buscando distintas vistas del monte Vesubio, volcán en activo de carácter explosivo que cualquier día dará un susto de muerte a los muchos habitantes del golfo de Nápoles. No todos los días hicimos lo que quisimos. Una huelga de trenes y autobuses de transporte de pasajeros evitó que pudiéramos visitar Pozzuoli, con sus sulfataras volcánicas y sus restos arqueológicos, y lo sustituyéramos por una visita a la isla de Capri, que ya conocíamos. Así pues, vistas del Vesubio…

Nos despedimos el día 12 al mediodía, aunque yo aún me quedé a dormir un par de noches a mi aire en Roma. Sin prisas por volver. Dediqué una tarde a hacer mi particular rally fotográfico con la cámara para película tradicional en blanco y negor, que se verán en unos días.

Y el último día, me fui de excursión a Tivoli, a visitar Villa d’Este, barroca, y Villa Adriana, romana del siglo II, palacio de verano del sevillano emperador Adriano. También merece la pena el paseo por el casco histórico de la antigua Tibur.