[Televisión] Cosas de series; muchas despedidas, muchas novedades, puede que alguna interesante

Televisión

Esta semana adelanto un día mi entrada semanal dedicada a las series de televisión, porque a partir de mañana, muy probablemente, entraré en modo viaje. Así que mis futuras entradas dependerán de las circunstancias. Es decir, de mi accesibilidad a la red de redes. Como de costumbre comenzaré con las novedades.

Ha vuelto Downton Abbey. No sé qué posibilidades hay de que alguno de mis lectores esté en Babia, y no esté al tanto del dramático final del episodio navideño. Si es así que no siga leyendo, ni lea en el futuro las entradas que se refieran a esta serie, porque seguro que destripo los acontecimientos pasados. El caso es que, siendo como es un drama coral, en este momento hay una auténtica protagonista de la serie, que no es otra que Lady Mary (Michelle Dockery). Reflexionábamos ayer, después del cine, que en esta serie la mayor de los personajes masculinos, con alguna leve excepción, son unos memos. Seguramente, los productores piensan que su público natural son las mujeres, y son a quienes quieren halagar. Me da igual. El caso es que ya no tenemos al memo mayor, y la cosa va bien. Obviamente, tendremos más de lo mismo. Intrigas, romances, bellos escenarios, gente guapa pero anticuada… Difícilmente alcanzará la brillantez y la frescura de cuando las laidies perdían la virtud con guapos diplomáticos turcos, probablemente uno de los episodios más divertidos de la televisión mundial de los últimos años, pero supongo que lo seguiremos pasando bien. Ah. Se me olvidaba. Atentos a Lady Edith (Laura Carmichael), que se está poniendo mucho más guapa y simpática.

Swinton Street

Con la abundancia de series británicas en la entrada de hoy, recorreremos diversos paisajes ingleses. Como Swinton Street al anochecer, en Londres.

Han vuelto, para despedirse, los chicos de How I Met Your Mother. Con «mother» incluida (Cristin Milioti). Que parece que va a ser simpática. Notable reto. Van a contar a lo largo de toda la temporada la boda de Barney (Neil Patrick Harris) y Robin (Cobie Smulders). Aunque veo que incluirá flashbacks y otros asuntos que permitirán meter más acción. Esperemos que lo hagan bien y tengan la despedida que se merecen.

Hemos visto el piloto de Masters of Sex. Esta viene de las cadenas de cable, de Showtime. Eso quiere decir que habrá chicha y sexo. Por lo menos al principio para enganchar al público. Masculino especialmente. Y efectivamente, esta historia de dos personajes reales, William Masters (Michael Sheen)Virginia Johnson (Lizzy Caplan), que se dedicaron en los 50 y los 60 del siglo XX a estudiar la fisiología del sexo, en su primer episodio, tiene abundancia de tetas y culos. Pero aparte de eso no pinta mal. Veremos como evoluciona. Además el primer episodio termina con un cliffhanger poco habitual… pero interesante.

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O una casa de vecinos también en Swinton Street, a primeras horas de la mañana.

Hemos visto el primer episodio de Hostages, que con Toni Collette y Dylan McDermott como protagonistas ya presenta bastante interés. Un grupo de secuestradores toman como rehenes a la familia de una ilustre cirujana que ha de operar al presidente de los Estados Unidos con el fin de que esta durante la intervención lo mate. Ahí es nada. Lo que no sé es cómo lo pueden llegar a estirar para que sea una serie duradera. Veremos. Este primer episodio no ha estado mal.

Y también hemos visto el primer episodio de The Blacklist. Esta me ha entusiasmado menos, aunque le daré alguna oportunidad más. Después de todo está James Spader por medio. Pero no deja de ser una variante del juego entre Hannibal LecterClarice Starling, lo único que sin canibalismo por el medio. No sé. Ya veremos.

Canterbury

Quizá un tranquilo vecindario en Canterbury, cerca de la estación.

Un telefilme, The Wipers Times. Las trincheras británicas de la Primera Guerra Mundial vistas con cierto humor e ironía, a propósito de la historia real de una compañía de ingenieros que se encuentran con una máquina de imprimir y deciden publicar la revistilla que lleva el nombre del telefilme. Con Ben Chaplin al frente, y alguna intervención de Michael Palin, entretiene, sin muchas más pretensiones, y está hecha con razonable buen gusto. Sin caer ni en la condescendencia ni en el dramatismo. Empieza a estar mayor el ex monty python, pero que bien me cae.

Final de temporada, corta, de seis episodios para Big School, comedia de situación británica sobre la vida en un instituto británico en el que los únicos sensatos y razonables son los alumnos. Un montón de profesores absolutamente imposible. Ni bien ni mal. Solo meh… Pero como dura poco cada episodio… Con la excompanion del Doctor Donna (Catherine Tate) a la cabeza.

Regent's Canal

Un paseo por Regent’s Canal, subsidiario del Gran Union Canal que nos lleva de Londres hasta la Birmingham de Peaky Blinders, serie también en activo de la que no hablo hoy.

Final de Southcliffe, drama de cuatro episodios que intenta analizar los porqués y las consecuencias de una a priori tranquila e idílica comunidad provinciana costera en Inglaterra, donde tras verse ridiculizado por sus conciudadanos, uno de los vecinos se arma de un fusil y mata a quince personas, algunas de ellas al azar, y hiere a unas cuantas más. Serie dura y sin concesiones pero bastante interesante de ver, con una ambientación opresiva y sorprendente profundidad en los temas. La familia, las relaciones de vecino, el ejército, y en general la idealizada sociedad inglesa de provincias puestos de vuelta y media. Probablemente aplicable a cualquier otra sociedad occidental.

Final de What Remains, otro drama de cuatro episodios británico. En esta ocasión nos meteremos en un vecindario de pesadilla. Ante la aparición del cadáver descompuesto de una joven obesa de la que nadie sabía nada desde hacía dos años, sin familia, sin nadie que la echase de menos, y ante la pasividad de la policía por aclarar los hechos, el policía jubilado Len Harper (David Threlfall) se introduce en el vecindario para averiguar que pasó. Y lo que descubrirá será un microcosmos podrido donde cualquiera podría ser un asesino. Y es difícil encontrar a alguien que pueda ser realmente inocente. Opresiva a ratos, nunca miraré a mis vecinos con la misma tranquilidad desde ya mismo. No está mal tampoco.

Condado de Kent

Podemos imaginar un loco asesino disparando a diestro y sinniestro por los campos del condado de Kent.

Y hemos llegado al final de Dexter… Era difícil que con los niveles que alcanzó en un momento dado esta serie, el final fuera satisfactorio. Pero ya lo comentaré más adelante. Porque esta serie merece un entrada especial para ella sola.

Con esta entrada, doy por finalizada la temporada veraniega y las series que por ella aparecido, y empezamos ya la temporada de otoño-invierno de lleno. Con abundancia de estrenos en los próximos días, pero que tardaré en comentar.

Westgate-on-Sea

O que la tranquila población de Westgate-on-Sea cerca de Margate podría ser donde el vecindario exaltase al mencionado loco asesino. Uigggg, que peligrosos están resultando estos británicos.

[Televisión] Cosas de series; es Navidad, pongámonos británicos

Televisión

Durante el parón navideño en las series americanas, lo cierto es que aprovecho para revisar películas. Largometrajes. Algún clásico de toda la vida, algunos que no pude ver en las salas del cine, algunos que me apetece volver a ver. Por ejemplo, es fijo en estas fechas Gone with the Wind (Lo que el viento se llevó), más probablemente en Año Nuevo, y estos días he vuelto a ver Salmon Fishing in the Yemen (La pesca del salmón en Yemen), que me parece una delicia de película con una Kristin Scott Thomas en personaje cómico que me parece divertidísima. Y otras que no vienen a cuento, para no alargar la cosa. También aprovecho para revisitar alguna serie. Ahora que anuncian su regreso en enero, estoy volviendo a ver los episodios que se emitieron en verano de Bunheads. Es algo ligero, que hace llevaderas las «entrañables» fiestas de fin de año.

Pero los que son claves en estas fechas son los episodios navideños de algunas series británica. Y de paso, os comento una miniserie de dos episodios vista recientemente.

The Poison Tree

Un hombre, Rex Clarke (Matthew Goode), que ha pasado sus últimos 12 años de vida en la cárcel por asesinato, se reúne con su mujer Karen (MyAnna Buring) y su hija Alice (Hebe Johnson), en un lugar lejos de su pasado para intentar rehacer su vida. Pero no será fácil, porque el pasado, una juventud loca de AliceRex y la hermana desaparecida de este, Biba (Ophelia Lovibond), les persigue.

Dos episodios ha durado esta producción británica. El primero no fue para tirar cohetes pero me intrigó, y esperé que el segundo elevara el listón, además de resolver el misterio. Pero no. Lo cierto es que bajó el nivel, se hizo previsible, y al final ha sido una pérdida de tiempo. Qué se le va a hacer. No todo lo que hacen los británicos va a ser bueno. En cualquier caso, tampoco ha sido largo.

Paseo en dromedario

Ya que estamos de especiales navideños, ambiente navideño en la plaza del Pilar de Zaragoza, con los niños paseando a lomos de joroba.

Doctor Who – The Snowmen

Este año, el especial navideño del Doctor (Matt Smith) levantaba mucha expectación. No se limitaba a ser un divertimento familiar al margen de la historia principal, sino que se nos prometía que iba a estar integrado en la misma, y que iba a ser la introducción definitiva de la nueva compañera del DoctorOswin (Jenna-Louise Coleman)Clara, que no sé cual va a ser su nombre oficial, después del papel que tuvo en el primer episodio de la temporada, y que tan intrigados nos dejó sobre cómo iban a encajar su historia.

También ha servido para recuperar tres personajes con los que la audiencia se encariñó en el episodio A Good Man Goes to War, la «lagarta» Madame Vastra (Neve McIntosh), su compañera, en todos los sentidos, sí, también en ese, Jenny Flint (Catrin Stewart), y el comandante sontaran Strax (Dan Starkey). A mí Jenny me parece un encanto. A ver si salen más veces. Incluso me apunto a los que verían un spin-off con estos tres como protagonistas.

El caso es que todo esto supone que la acción transcurre en 1892. Y lejos de desvelarnos el misterio sobre Oswin/Clara tal y como quedó planteado en Asylum of the Daleks, lo cierto es que parece que el eje conductor de los siguientes capítulos va a ser la naturaleza de esta animosa y proactiva joven. También es posible que la Gran Inteligencia sea el nuevo supervillano al que se enfrenten ocasionalmente el dúo. Un dúo más equilibrado, ya que parece que la chica va a tener más iniciativa y más capacidad de decisión por sí misma.

Por lo demás, el capítulo especial funciona razonablemente bien como uno más de la serie, pero no tiene el glamour y la espectacularidad de otros especiales navideños del Doctor. Desde ese punto de vista se queda más flojo. Pero bien está como dosis para los aficionados hasta que nos devuelvan esta primavera lo que queda de está séptima temporada, tan fraccionada en el tiempo.

Asador

O preparando brasas en los asadores para las longanizas o para ahumar pescado.

Downton Abbey – A Journey to the Highlands – Christmas Special

Creo que llegará un momento que se podrá escuchar la frase

Eres más sadico que un guionista de Downton Abbey.

y todos nos llevaremos las manos a la cabeza, y desconfiaremos de quien reciba tan durísimo calificativo. Porque desde luego, tenemos que considerar que tras aquellos tiempos gloriosos en los que nos contaban los amoríos y aventuretas de los Crawley, en los últimos tiempos se han dedicado a hacerles sufrir de lo lindo. Pensando en el especial de Navidad de hace un año, y siendo otro especial de Navidad, uno esperaría otro capítulo de los bonitos, de los que se avanza trama pero con parsimonia, donde abundan los buenos sentimientos, etcétera. Lo primero que llama la atención es que vemos a la familia yéndose de vacaciones a las Highlands escocesas. Y eso es algo que unos nobles ingleses no hacían en invierno. Lo hacían en verano, que es la época del año en la que puede que haga algo parecido al buen tiempo en aquellas norteñas latitudes. Por lo tanto, el episodio, de hora y media de duración, de navideño nada. Y después de esa hora y media contando más bien poco, más allá de quemar un personaje entre los criados que podría haber dado algo de sí, y de introducir como personaje fijo a la niña pija y caprichosa que apareció en los últimos capítulos de la temporada entre la familia, acaban con una noticia feliz y una situación bomba que creo que no esperábamos nadie. Ni aun los que pensábamos que ese personaje era un pesado y un aburrimiento. Pero así son las cosas. Y los responsables de la serie han jugado toda la tercera temporada a ser dioses griegos, y a jugar a capricho con el destino de sus criaturas. Y si lo quieres lo coges y si no, lo dejas. Esto es un culebrón, aunque de lujo, y según que cosas pasan.

Deslizadores

O simulando trineos, a falta de nieve, en unos gigantescos toboganes.

[Televisión] Cosas de series; adiós a los zombis y a Hunted, y sólo hasta luego para Downton Abbey

Televisión

En primer lugar, la semana pasada decidí retirar de mi cartelera televisiva a The Walking Dead. Es sorprendente que haya visto enteras dos temporadas de una serie que, por bien hecha que esté, pertenece a un género que nunca me ha llamado la atención. Y eso que yo, siendo muy joven me merendé La noche de los muertos vivientes (Night of the Living Dead), la original, la de 1968, en el Cinema Elíseos de Zaragoza cuando era cine de arte y ensayo. No recuerdo que año la vi. Según lo que he encontrado por ahí, en España se estrenó en 1970. Pero yo era ya un adolescente cuando la vi. O sea que más tarde.

El caso es que el género del terror y la charcutería fresca nunca me ha enganchado. Sin embargo, sí que me estaba gustando la serie. El chabisque sanguinolento se dosificó con cuidado en las dos primeras temporadas, así como la violencia, de la que obviamente la serie no puede estar exenta. Pero se repartió sabiamente en los distintos episodio y en los momentos oportunos. En esta tercera temporada todo ha cambiado. Podría cambiar el título de la serie a Los revientasesos. Y ale gore. Y mucha, mucha violencia… Esto ya no es lo mío. A mí me gustaban cuando pasaban cosas distintas, provocadas por la apocalíptica situación, pero que enriquecieran los personajes,… que ahora están más bien simplones. Pero si hasta la guapa Maggie (Lauren Cohan) me sale hecha una zarrapastrosa. Donde iremos a parar. Ya me contaréis como termina.

St Katharine's Docks

St Katharine’s Docks, Londres; uno de los malos de «Hunted» se hace rico especulando sobre el terreno de los muelles de Londres. También tengo la impresión de que algunas escenas de «Call the Midwife», una serie que ya comenté, y que me gustó, pueden haber estado rodadas por aquí.

Y mira por donde, me entero hace unos días que Downton Abbey, que yo pensaba que estaba finiquitada, a falta del episodio de navidad, pues no. Que el año que viene vuelve con una cuarta temporada. Pero si me han ido cerrando tramas a toda marcha. O vuelven a abrir nuevas tramas en el especial navideño, o se inventan una serie casi nueva, o quizá le den una oportunidad a la pobre Edith (Laura Carmichael), que hasta el momento la tienen mártir a la pobre. En fin. Yo, que me he vuelto un marujo de mucho cuidado, me alegro de la noticia.

Y se ha terminado la primera temporada de Hunted. Quizá debiera decir que ha terminado la serie. Porque no está claro su regreso. Esta serie de espías de la BBC no ha estado a la altura que se esperaba. Si el comienzo no fue brillante, por lo menos prometía. Pero finalmente no han sacado todo el partido que se le podía sacar a la historia quedando bastante banal. Pero bueno, las ha habido peores, con otros orígenes.

Junto a la estación

Bucólicos arrabales de Canterbury, que me recuerdan al pueblecito cerca de «Downton Abbey».

[Televisión] Cosas de series; dios, Stephen Hawkings, y otras cosas que vienen de Inglaterra

Televisión

Dura semana, muy liada, que hace que mi crónica semanal, mi repaso de las series televisivas, llegue con un día de retraso. Cosas que pasan. De las series que de fondo nos acompañarán durante la temporada, poco hay que decir. Todas van a su ritmo, más o menos desenfrenado como he dicho en ocasiones anteriores. Estoy mencionando poco a Fringe, quizá porque siendo su última temporada, está siendo muy distinta, más extrema en su argumentos, más dinámica. En cierto modo me recuerda, no en su tema o argumento, sino en su dinámica a los últimos episodios de Battlestar Galactica. Su momento habrá para comentar extensamente esta serie. Me hizo ilusión ver a Anne Dudek en The Mentalist, más por el recuerdo de su paso por House MD que por su papel circunstancial en esta otra serie. Y el personal masculino sigue atontado por los escotazos que luce Emily Thorne/Amanda Clarke (Emily VanCamp) en Revenge, que nos despistan de la interesante trama del culebrón vengativo. Pero vamos a algunas cosas sustanciales.

He tenido la oportunidad de ver una breve serie de tres capítulos, Stephen Hawking’s Grand Design, en los que afirmando que la filosofía ha muerto, se dedica a hacer bastante filosofía. Basados en el libro que publicó hace un par de años del mismo título, The Grand Design, nos transmite su pensamiento sobre el origen y evolución del universo, en relación con las grandes preguntas trascendentes que la filosofía se ha hecho a lo largo de los siglos, y con las respuestas que desde el mundo de la ciencia pueden recibir tales pregunta. Curiosa. Razonablemente interesante. Hice un comentario del libro en su momento.

Leica IIIf

Estos días tengo pocas novedades fotográficas, a la espera de recoger los negativos de la Yashica del día del tren minero. Pero he estado enredando en casa. La gracia de esta foto no es ver mi Leica IIIf con el Voigtländer Color-Skopar 25/4…

En el largo fin de semana pasado, me chupé la primera temporada de seis episodios de Call the Midwife, basada en los libros autobiográficos de Jennifer Worth. Esta mujer fue enfermera y matrona en los años cincuenta, en los que trabajo en un consultorio del National Health Service regentado por una orden religiosa de monjas anglicanas, en el East End londinense. Salvo algunos nombres de personas que son fieles, todos los demás están cambiados, pero parece que la esencia del trabajo de aquellas mujeres se conserva, aunque con una visión fundamentalmente positiva. Me ha gustado mucho, tanto en su realización como en su interpretación, y me ha dejado con ganas de más. Combina drama y humor, con alguna nota de tragedia, pero sin pasarse. Muy bien equilibrado. La chica protagonista, la actriz Jessica Raine, es una monada y un encanto. Se come la pantalla constantemente. Pero sin desdeñar al resto del elenco.

Finalmente, decir que la temporada oficial de Downton Abbey, la última y tercera, está finiquitada. Pero no la serie en su conjunto que se cerrará con un especial en navidad. En esta última temporada, la tensión y el drama subió muy deprisa en los primeros episodios, pero luego ir terminando de forma un poco anticlimática. Ha estado todo muy bien, pero quizá el final ha ido muy suave. Como no hay grandes tensiones pendientes, supongo que en el especial de navidad lo que harán será un cierre bonito y elegante con el coral reparto de la serie al completo. En cualquier caso, en su momento, habrá que dedicarle una entra en exclusiva, a la altura de lo que merece este excelente culebrón británico. Y veremos si finalmente los guionistas tienen un poco de piedad con la pobre Edith (Laura Carmichael), que ni es fea, ni a estas alturas es tan antipática como al principio. Es más, en su evolución personal, ha acabado una de las chicas más interesantes del lugar. Pero la siguen puteando argumentalmente hablando.

Autorretrato con pareja dispar

… sino que está tomada con la Olympus OM-D E-M5 calzada con el Elmar 50/3,5 que acompaña normalmente a la Leica IIIf. Nunca había utilizado esta combinación. Y es divertido. Aunque no me atrevo a retraer el objetivo por miedo a dañar las tripas de la cámara digital.

[Televisión] Cosas de series; impáctalos de entrada, luego ya veremos…

Televisión

Un par de semanas que no venía a hablaros de series de televisión. Lo cierto es que los estrenos de este año son más bien flojos. Desde la última vez, he abandonado Last Resort y 666 Park Avenue. En sus segundos capítulos ninguno ha mostrado señales de que mereciera la pena. No me interesó nada el drama basado en la música country, Nashville. Fuera. Voy a dar una segunda oportunidad a Arrow, una especie de Batman con arco y flechas, y también, pero con tendencia a la baja, a no permanecer, a Beauty and the Beast, que es más bien policia guapa con una especia de hulk.

Más interesante, y probablemente aguantará toda la temporada, una serie de espías británica, Hunted, una especie de Mission: Impossible pero con protagonista femenino, protagonizada por Melissa George, a quien vimos en una temporada de In Treatment, y que está razonablemente interesante. Pero en general, poca originalidad.

Sin embargo se mantienen en buen tono las series ya veteranas. Estamos ante la última temporada de 30 Rock, que me parece que está divertida como nunca. Y todas las demás parece que han cogido el dicho que creo que hay que atribuir a Billy Wilder. De entrada impáctalos, pégalos a la butaca, y luego cuéntales la historia que quieras.

Entre mis guilty pleasures, Grey’s Anatomy parece que vuelve con fuerza por sus fueros, y los dos primeros capítulos han sido abundantemente dramáticos. Curiosamente, hemos visto en el segundo lo que pensábamos que veríamos en el primero. Y en Revenge avanzan como siempre a grandes pasos, y sin hacer prisioneros. Nuestras vengativas y dominadoras damas no descansan, y parece que hay una nueva dispuesta a sumarse al cotarro. Y Once Upon a Time sigue produciéndome carcajadas. Empiezo a creer que sus creadores no se toman muy en serio tampoco la cosa. El «you’re kidding me» de la prota cuando le presentan a un tipo de raza negra en armadura y le dicen que es Sir Lancelot, no tiene precio.

En cosas más serias, Homeland está sumamente intensa, con un segundo episodio fenomenal y espectacular, y un tercero menos espectacular, pero que nos mostró a un Brody como no lo habíamos visto.

Downton Abbey no se puede decir que esté empezando temporada, cuando sólo le faltan tres para acabar la temporada, más el especial de navidad que se supone cerrará la serie. Pero está sacudiendo a los Crawley a base de bien. No falta drama. Difícil decir que habrá un final feliz. Se van a dejar abundantes cosas por el camino. Y anuncian precuela con los condes de Grantham de jóvenes.

En fin, que si no hay novedades interesantes, por lo menos, entre lo veterano, nos lo pasamos bien.

Uyyy, se me olvidaba, también han vuelto los zombis de The Walking Dead. Más sangrientos y gores que nunca. No sé si aguantaré mucho yo con una serie de esta temática, por bien hecha que esté.

Pettycoat Lane Market

Parece que las fotos londinenses de la Zeiss Ikon Ikonta B han interesado. Aquí una mas en Pettycoat Lane Market. No cuela ya como foto antigua por la presencia del rascacielos detras, pero no está mal.

[Televisión] Cosas de series; y he aquí que todo vuelve, y poca cosa nueva en el horizonte…

Televisión

Estas dos últimas semanas han sido de muchas novedades. Unas pocas ya venían de hace unas semanas antes. Y la temporada quedará totalmente definida con algunas cosas que quedan por llegar durante el mes de octubre. Como son muchas cosas las que hay que comentar para definir mi cartelera televisiva, lo haré de forma un poco telegráfica.

Novedades absolutas

Ya en semanas pasadas he comentado algunas novedades. Me centraré en lo que se queda o en lo que he visto en la última semana. Sólo he visto primeros capítulos de series que a priori parecía que me pudieran interesar. Otras posibilidades se pueden sumar si veo que despiertan interés general.

The New Normal: La pareja gay con madre de alquiler y abuela racista y homófoba aguante en mi cartelera por los pelos. Porque es una sitcom cortita que rellena tiempos muertos.

The Neighbors: Una familia normal se va a vivir a una urbanización donde sólo hay alienígenas. No me hizo ninguna gracia el pilo. Paso.

Animal Practice: Una clínica veterinaria con sus personajes raros, un mono muy gracioso y una pareja protagonista con tensión sexual no resuelta. El piloto me hizo gracia, pero el segundo episodio menos. De momento aguanta por los mismos motivos que la primera que he comentado.

Last Resort: Un drama de acción e intriga a propósito de un submarino que se ve metido en un intento de provocar una guerra nuclear y que luego es perseguido por su propio gobierno. Una curiosidad que seguiré hasta comprobar si se afianza en algo sólido. El piloto recuerda demasiado a Crimson Tide (Marea roja),  con los colores de la piel cambiados y con chicas. Pero será distinto.

666 Park Avenue: Una de miedo que de momento no da mucho miedo, pero sale gente guapa, y tiene su intriga. Veremos a ver en que queda, aunque no garantizo su continuidad en mi cartelera.

Cuckoo: Sitcom británica cuya primera tempora aguante en mi cartelera entera porque no será muy larga. Pero ya veremos, porque para ser británica es algo flojita. Una familia burguesa inglesa en cuyo hogar se cuela el marido alternativo que se ha echado su guapa y simpática hija mayor.

The Paradise: Miniserie inglesa que adapta una novela de Zola, Au Bonheur des Dames, de la serie de Los Rougon-Macquart, aunque trasladada la acción a Londres. Si son fieles a Zola, bajas pasiones aseguradas. Creo que la veré entera, más cuando tras un primer episodio prometedor, acabo de ver un segundo episodio realmente divertido. Las bajas pasiones están muy matizadas, porque parece que no es una de las novelas en las que más se marcan. Pero habrá ambiciones, amoríos y vaivenes.

Portobello Road

Mañana por la tarde, estaremos en Londres. Quizá el sábado nos pasemos por Portobello Road… aunque no creáis que su mercadillo me gusta tanto…

Nuevas temporadas de series veteranas

En el apartado de dramas, he decidido mandar a freir churros Person of Interest. Por lo demás, son fijas Fringe, Homeland y Dexter, cuyos primeros inicios de temporada me han gustado, y está en peligro de muerte The Mentalist. Pero de momento aguanta.

En el apartado comedias, son fijas Modern Family, The Big Bang Theory y How I Met Your Mother. En peligro de muerte, New Girl, que se sigue salvando por el encanto de su protagonista femenina, y porque es una sitcom cortita, que como las anteriores se ve en cualquier momento.

Por último, los guilty pleasures. Grey’s Anatomy sufre renovación con más bajas de lo que esperábamos, y mucho drama. Pero también una interesante incorporación, Camilla Luddington, una buenorra británica que nos alegró la vista en Californication. Seguro que aquí sale mucho más recatada, pero a falta de saber si es buena actriz por lo menos está maciza. Revenge, ese tremendo culebron sobre los pijos de los Hamptons, vuelve en su línea. Así que si el año pasado me divertía, sigue la cosa. Y las chicas también están muy guapas. Y me sigue pareciendo mediocre e incluso ridícula Once Upon a Time, pero de momento no me decido a dejarla. Es que alucino y hago risas. Aunque no sean lo que pretendan.

Epílogo británico

De momento, mi cartelera televisiva parece excesivamente abultada. Pero es que estos días de vacaciones he tenido tiempo para ver tele. Conforme ajuste mi disponibilidad horaria con lo que es interesante, irá disminuyendo el número. Lo que sí que es cierto es que pocas de las novedades me han interesado realmente. Podría prescindir de todas.

Mañana me voy a Londres a pasar unos días. Espero poder ir mandaros noticias de mis andanzas, que serán modestas y tranquilas, a través de este Cuaderno de ruta. Ahora que se nos ha ido hasta navidad el Doctor, nos queda todavía Downton Abbey para ambientarnos. Y yo me pregunto… ¿Qué les habrá hecho el personaje de la pobre Edith (Laura Carmichael) para que los guionistas la maltraten sin compasión alguna? Jo, macho.

The London Eye

Y seguro que en algún momento pasamos cerca del Támesis con vistas al London Eye. Nunca he subido. Igual nos animamos.

[Televisión] Cosas de series; en el trajín de las novedades, se acabó el desfile (Parade’s End)

Televisión

Sí. Ya estamos en la primera semana de novedades. Aunque, en realidad sean más retornos que novedades propiamente dichas. Y todavía habrá más en lo que queda de semana. Pero el comentario de los retornos y las novedades lo haré la semana que viene. Para tener una visión de conjunto. Y además, es muy probable que tenga más tiempo para escribir mis impresiones. Estaré de vacaciones.

Esta semana también va a pasar algo importante, de todas formas. Asistiremos a la despedida de los Pond en Doctor Who. Básicamente, estos últimos capítulos han sido una preparación de ese momento. Por cierto, que en el último episodio emitido, hubo un personaje nuevo que tal vez pudiera dar de sí. Jemma Redgrave, de los Redgrave actores y actrices de toda la vida, creo que es prima de la más famosa, Vanessa, que da vida a una científica de UNIT, Kate Stewart. Hija de algún personaje de las series de antaño. Y mira tú… si con los Pond perdemos de vista a Brian (Mark Williams), el padre de Rory, será una pena, porque en los dos capítulos que ha salido ha sido un elemento cómico divertido. Pero ya digo, que se acerca la despedida, y parece que tendremos ángeles llorones y la presencia de River Song (Alex Kingston), lo cual siempre promete. El título del episodio, The Angels Take Manhattan. Ahí es nada. Para quienes sigan la serie, lo dice casi todo.

British Museum

El viernes de la semana que viene por la tarde llegaremos a Londres. No nos alojaremos muy lejos del British Museum. Tal vez entremos a tirar alguna foto a alguna momia. No sé si seguirá siendo gratis.

Por otro lado, van avanzando con buen tono las vidas de los Crawley en Downton Abbey. Pero aunque me quedaré en esta época, hoy no haré más comentario sobre estos. Y es que durante cinco semanas hemos tenido una serie también británica, drama de época contemporáneo del anterior. Se trata de Parade’s End, adaptación de una serie de cuatro novelas relacionadas entre sí, escritas por Ford Madox Ford. En ellas nos hablan de la vida de Christopher Tietjens (Benedict Cumberbatch), caballero inglés, conservador, funcionario del servicio de estadísticas del gobierno, que en un momento lado se lía con una alegre chica de la alta sociedad Sylvia (Rebecca Hall), con el lastre de ser católica, que se queda embarazada, pudiéndo ser el retoño de Tietjens o no. Como es un caballero, y aun con las dudas, se casa con ella. Lo que los lleva de cabeza a una profunda infelicidad conyugal y vital. Más cuando Tietjens conozca a una joven, prácticamente una adolescente, Valentine Wannop (Adelaide Clemens), guapa, moderna, inteligente, emotiva,… prácticamente perfecta. De quien se enamorará y será correspondido, aunque nunca consumarán el adulterio. Hasta que llega la Primera Guerra Mundial, que todavía pondrá más patas arriba un mundo, el de la Inglaterra victoriana, que se derrumba a su alrededor. Es el final del desfile al que hace referencia el título de la serie y la tetralogía literaria.

Ambiente en Leicester Square

Casi seguro que nos entretenemos en el ambiente en torno a Leicester Square en algún momento. No es que me mate el lugar, pero…

Vamos a ver. Me ha encantado. Por dos motivos. Cuenta mucha de las cosas que cuenta Downton Abbey pero con personas de verdad, de carne y hueso. Y con pasión más auténtica, menos de folletín, y mira que el culebrón de los Crawley me gusta. Pero esto creo que es más profundo. El segundo motivo, por las excelentes interpretaciones de las que podemos disfrutar. No sólo por los protagonistas, sino también por los secundarios que van apareciendo entre los que encontramos diversos ilustres de la interpretación británica. Entre los protagonistas, me parece especialmente destacable Rebecca Hall que demuestra que es un actriz como un piano de grande, con capacidad de dotar atractivo a sus personajes por arroba, a pesar de ser «la mala» de la película. Pero mucho más interesante que cualquier otro personaje, salvo el torturado protagonista. Muy bien esta chica.

En fin, un drama de época altamente recomendable, y que no me importaría volver a ver en algún momento con renovada tranquilidad. Y apropiado para estas fechas en las que estoy en víspera de aterrizar por unos días en Londres. En una semana y poco más. Bieeen.

Unas pintas y una canción en Covent Garden

Mucho más agradable tomarse unas pintas en Covent Garden, ¿verdad?

[Televisión] Cosas de series; algunos finales y algunos principios, de la temporada de verano a la de otoño-invierno

Televisión

Sí. El verano ya se acaba. Y con él algunas de las historias televisivas que nos han ido acompañando. A cambio, llegará el otoño con una densidad de emisiones mucho más fuerte. Y algunas cosas se han ido viendo. Es cierto que el final más sonado ha sido el de la octava temporada de Weeds, que ha supuesto el adiós definitivo a los Botwin. Pero a ese final le dedicaré una entrada en exclusiva. Y que entre las novedades del otoño que hasta ahora han ido entrando sólo me he quedado de momento, pero en precario con The New Normal; nada más de los pilotos que he visto me ha llamado la atención. Ya lo conté la semana pasada. Pero bueno.

En primer lugar decir que hemos tenido una despedida parcial. White Collar, después de diez episodios en su cuarta temporada, se despide hasta el mes de enero, en el que seguirá con otros seis. He de decir que sigue tan entretenida como de costumbre, gracias a la química entre sus dos protagonistas. Pero el cliffhanger del último capítulo ha sido tan previsible como manido. De verdad. La primera vez que se vio, fue grandioso (cuidado con el enlace que es un spoiler). Pero ahora ya… En fin. Tampoco ha sido una serie que haya pretendido nunca otra cosa que eso, entretener. Por cierto, que chirrían mogollón los anuncios que intercalan sobre cierta marca de coches americana. Otro problema, esta temporada no ha habido chica fija guapetona acompañando a los habituales. Han reaparecido algunas «novias» de Neal, pero poco más.

En los últimos días hemos tenido dos entradas en mi cartelera de series particular. Vuelve Bones, ya muy veterana en su octava temporada pero aguantando. Después del final de la protagonista dándose a la fuga en la pasada temporada, hemos tenido el clásico capítulo en el que se recompone todo para seguir, supongo con una fórmula que no acaba de desgastarse, a pesar de que está siendo muy imitada. Policía y consultor científico con química resolviendo casos. Bueno. Seguiré con la doctora Brenan porque a ella y su equipo les he cogido mucho cariño. Aunque ya veremos si sigue dando de sí la cosa.

Heredera de la fórmula Bones ha sido la primera temporada de Perception. En este caso es una agente femenina del FBI, que es amiga y se apoya en un experto universitario en psicología, o psiquiatría, o neurología, porque parece que sabe de todo, y que si la antropóloga de Bones tiene su punto de Asperger, en este caso es directamente un esquizofrénico paranoide con sus delirios y todo. No ha sido gran cosa. Y si la he ido viendo es porque venía bien de relleno a la hora de comer o de cenar. Ha sido renovada para una segunda temporada, pero ya veremos si me reengancho.

Dejo para el final la segunda de las entradas en cartelera. Nada más y nada menos que la tercera y última temporada del lujoso culebrón británico de época de moda. Downton Abbey. De entrada una cosa. Mi favorita, Lady Mary (Michelle Dockery), está más guapa que nunca. Y sí. Definitivamente, su amado es un personaje que cada vez me resulta más gilipollas. Estoy empezando a desear que adorne su artistocrática aunque aburguesada cabeza con unas buenas astas. Pero probablemente no irán por ahí los tiros. Tuvimos un entretenido primer capítulo, pero veremos con se desarrollan los que queda, basados como siempre en el binomio amor/dinero, más las penas más discretas de los sirvientes. La gran novedad, la llegada a escena de la abuelita norteamericana de las chicas Crawley, Martha Levinson (Shirley McLaine), de quien todo el mundo espero interesantes interacciones con la estirada abuela británica, la inconmensurable condesa viuda de Grantham (Maggie Smith). En fin. Esperemos que tenga esta serie el final que se merece. Pero para eso todavía tenemos siete capítulos más de disfrute.

Con el regreso de Downton Abbey volvemos a las esencias británicas, como estos dos especímenes, algo desenfocados es cierto, en Camden Stables Market, en Londres.

En vísperas de la escapada,… suiza

Cine, Música, Televisión, Viajes

Mañana cojo los bártulos y me voy. Hasta el domingo. A Suiza. Básicamente Ginebra y lo que dé de sí en los alrededores de lago Leman. No tengo un plan muy definido. Este depende de otros factores que no controlo yo. Pero me da igual. Se trata de airearse, hacer algunas fotos, y otras cosas importantes que no vienen al caso. De cualquier modo, el domingo estaré de vuelta. No me voy a matar por estar en contacto a través del Cuaderno de ruta. Si es fácil, como hace una semanas en Noruega, pues ahí estaré con algún comentario. Si no, a la vuelta os lo cuento. Y elaboraré el correspondiente diario de viaje. Faltaría más. Si alguien tiene mono. Os dejo con los más recientes. Por tierras navarras, y por los fiordos nórdicos.

Tengo la sensación que en esta ocasión, las grandes cimas de los Alpes suizos las veré desde lejos, pero nunca se sabe. En la foto, las pistas de esquí a los pies del Kleine Matterhorn.

Para hoy, no tenía grandes temas. No ha habido cine estos días. En realidad sí. Pero la película ya está comentada, y sólo una combinación de factores ha hecho que repitiera. Me sigue pareciendo lo mismo. Lo que decía un tweet que leí hace unos días «Me gusta, pero no me gusta. Pero me gusta. Pero no me gusta…» Gran espectáculo visual al servicio de un guion realmente mediocre, que aun así te mantiene pegado a la butaca, aunque sales echando pestes. Menos mal que en cuestiones de extraterrestres, en un par de semanas o menos tenemos de vuelta al Doctor. Dicen que podría empezar temporada el sábado 25. A ver si es verdad. Y hablando de series británicas… se ha filtrado un trailer no de muy buena calidad de la tercera, y al parecer última, temporada de Downton Abbey. El megaculebrón de época británico de época que tanto me ha gustado. Y parece que viene dramón, dramón, dramón.

Grandes montañas con muchas nubes es el paisaje típico que vemos en Prometheus. Como lo que vimos en la cara norte del Eiger desde Grindelwald.

Y si los dramas de época también son conocidos como dramas históricos, será por tienen que ver con la historia. Y sobre personajes históricos estamos. Nos cuentan en Microsiervos que unos tipos han hecho un gráfico en el que comparan la longitud de los artículos dedicados en la Wikipedia a distintos personajes históricos. Que el artículo dedicado a George Washington tenga el triple de longitud que el dedicado a Socrates,… sip, normal. O el de Ghandi, gran pacifista, que es casi cuatro veces más largo que un gran guerrero como Gengis Kan,… vale, me alegro. Pero es que el dedicado a Optimus Prime, uno de los Transformers, que creo que son unos juguetes que han dado el paso a unas infames películas casi dobla la longitud que el más largo de los anteriores. La Wikipedia está muy bien, pero se nota que está hecha por seres humanos. Y hay que ver lo que llegan a desbarrar en ocasiones los seres humanos.

Hace un par de años casi, en Budapest, en la escalinata de la basílica de San Esteban, había un músico muy simpático tocando un instrumento muy raro. Como un platillo volante. O como dos ensaladeras enfrentadas una contra otra. Era curioso. Pero nunca supe que instrumento era ese. Creía que sería algún instrumento oriental, de los que usan los místicos y esas cosas. Pero no, resulta que es un instrumento salido de la inventiva de unos tipos en Berna. Me he enterado en Amazings. Y se llama hang, al parecer porque es la forma que tienen los berneses de pronunciar la palabra alemana que significa mano, y es un instrumento que se toca con las manos. Y ya que estamos en Berna, os vuelvo a recordar que mañana me escapo hasta el domingo a tierras suizas.

El simpático músico callejero que tocaba el hang en la escalinata de San Esteban, en la capital húngara.

[Televisión] Cosas de series: especiales de navidad, qué ha sido de Anna Friel y alguna otra cosilla

Televisión

En este repaso semanal del mundo de las series de televisión iré en orden inverso a como lo he presentado en el título.

Alguna cosilla: fin de la 2ª temporada de Rizzoli & Isles

La mayor parte de la series con temporada larga en activo están de parón. Entre las que yo sigo, no ha habido nuevos episodios esta semana. Salvo el final de temporada de Rizzoli & Isles. Quiero dejar algo claro. Esta serie se aproxima bastante al concepto de guilty pleasure del que ya os he hablado algunas veces. Las situaciones son simplonas y tópicas. Las interpretaciones son relativamente flojillas. Nada hay que no se haya visto antes. Pero les cogí simpatía en su momento a la dura policía de homicidios y a su amiga la forense friqui y pija, y sigo con ellas. Suponía que tal y como sucedió en la primera temporada, la segunda terminaría con algún momento dramático. Y así ha sido. Un poco forzado. Les ha salido poco natural. Pero ya he dicho que la serie en realidad es flojilla. Aunque ya tengo ganas de saber cómo las dos mujeres recuperan la amistad que el fin de temporada les ha robado.

Mucho ambiente británico en las series de hoy; en la fotografía, la columnata en la entrada del British Museum (Pentax P30N, Sigma 28-70/3,5-4,5).

Anna Friel: La inolvidable Charlotte «Chuck» Charles de Pusing Daisies

Pushing Daisies (Criando malvas) fue una serie que me gustó mucho, con una primera temporada excepcional, y una segunda más floja pero interesante. Su cancelación me supo a cuernos quemados. Una mezcla de estética chiclé, de cuento de Tim Burton, con sus aventuras detectivescas, su mundo absurdo y su romance imposible desde el punto de vista físico, tenía todos los ingredientes para gustar. Y uno de los méritos fundamentales era el reparto, y dentro del reparto, la encantadora actriz protagonista, la menuda, avispada, romántica y británica Anna Friel.

El caso es que tras el fin de la serie sólo volví a coincidir con la actriz en una película de Woody Allen, donde hacía un pequeño papel, poco memorable. Y me entró el gusanillo de saber que había sido de ella. Y me encontré que en el mes de diciembre de 2011, iba a estrenar dos miniseries, que decidí ver.

Neverland es una producción de Syfy de un tipo que no me suelen gustar. Adaptaciones de cuentos o historias infantiles o juveniles en forma de precuelas, secuelas o adaptaciones al mundo moderno.  Ya había visto alguna entera previamente, como Tin Man, una secuela de El mago de Oz con la encantadora Zooey Deschanel como Dorothy, que aún era pasable. Pero luego no he sido capaz de tragarme ninguna otra de este tipo. Hasta esta precuela de la historia de Peter Pan, en dos capítulos, en la que conocemos el origen del personaje, de los chicos descarriados, de los piratas, los indios, etcétera.  Y ahí nos ha aparecido la Friel como una capitana pirata, antecesora de Garfio, malísima, pero con toques sexies,… casi como de lo poco aprovechable de una miniserie que es un verdadero despropósito. Nada recomendable en absoluto. Particularmente el niño que hace de Peter que merece se paseado por la tabla y lanzado a los cocodrilos para sumirlo en un profundo olvido colectivo. Mal rollo.

En vísperas de navidad, la cadena británica ITV emitió los tres capítulos de una miniserie, Without You, en la que Anna Friel es Ellie, la esposa de un contable con el que lleva 12 años conviviendo, y que buscan afanosamente un hijo. Pero de repente el marido, Greg (Marc Warren) muere en lo que aparentemente es un accidente de coche mientras se desplazaba con un atractiva mujer mayor, aparentemente un infidelidad hacia su esposa. Sin embargo, esta no queda convencida de la casualidad del accidente, deprimida y algo trastornada, empieza una investigación personal para aclarar la muerte de su esposo y la acompañante. Que no serán las únicas. Esta serie es un drama en el que la actriz encarga como protagonista absoluta a una mujer de su edad, treintaytantos, destrozada por las circunstancias. Sin embargo, he de confesar que aunque la serie no está mal hecha, y la actuación de Friel es meritoria, tampoco es de las mejores series británicas que he visto.

En fin, que de momento me quedaré con el recuerdo que conservo de «Chuck» Charles, aquel personaje que devuelto de la muerte, tenía más vida que el resto de la humanidad entera, encanto para derrochar, y que nos ofreció una romántica y bonita historia de aventuras.

Tanto la aventura del Doctor como las peripecias de los Crawley se producen en las proximidades de los terribles conflictos bélicos del siglo XX; en los que participaron las unidades de la Home Guard que hoy en día ejecutan sus elaborados cambios de guardia para los turistas (Pentax P30N, Rikenon 135/2,8).

Especial de navidad; Doctor Who – The Doctor, The Widow and The Wardrobe

Hay que advertir que los especiales de navidad de Doctor Who pueden situarse al margen de la historia central serializada del personaje, aunque mantengan ciertas relaciones. Son historias básicamente familiares, que han de ser aptas para todos, niños en especial y grandes. Particularmente me han gustado en los últimos años The Voyage of the Damned, en la que pasamos la navidad en un Titanic espacial y en compañía de una estupenda Kylie Minogue, la dickensiana A Christmas Carol de hace un año con Michael Gambon, y la reciente The Doctor, The Widow and The Wardrobe. En un prólogo que es claramente un homenaje al comienzo de La Guerra de las Galaxias, y un homenaje espléndido y divertido, diría yo, el Doctor (Matt Smith) acaba aterrizando dentro de un traje espacial en la Tierra en 1938, donde conoce a Madge Arwell (Claire Skinner), una simpática ama de casa que le ayuda a encontrar su «cabina de policía». Tres años más tarde, con el mundo en guerra, Madge recibe en vísperas de navidad un telegrama que le anuncia la desaparición de su marido, piloto de bombarderos, en el Canal de la Mancha. Oculta el hecho a sus hijos y les promete las mejores navidades de su vida. Lo que no sabe es que el Doctor va a volver esa navidad, lo cual es garantía de que serán las navidades más diferentes de sus vidas.

Ciertamente, consiguen los guionistas de la serie un episodio muy divertido, muy conmovedor, que se hace corto, con un ritmo espléndido, con una ambientación muy buena, y con excelentes interpretaciones. Un episodio obligado para los fans del Doctor, pero que seguro que agrada al público en general. Con reenganche final a los Pond, que salen para felicitarnos la navidad aunque sea un poquito.

Ya que no podemos asomarnos a los magníficos jardines que rodean la mansión donde se ruedan Downton Abbey, nos conformaremos con los parques de Cambridge (Pentax P30N, SMC-A 50/2).

Especial de navidad: Downton Abbey

Comentaba en su momento que la segunda temporada del culebrón de época británico había caído bastante por debajo de su temporada inicial, sin ser un mal producto en absoluto. Achacaba este bajón a unos guiones que no habían conseguido encajar ni mucho menos con tanta precisión las muchas historias personales que confluían por el caserón británico. Y pedía por favor que se centraran en la pobre Lady Mary Crawley (Michelle Dockery), que estaba pidiendo a gritos una salida digna de semejante personaje. Quizá como hilo fundamental de la futura temporada. En aquel momento, asumía que el especial de navidad que nos habían anunciado tendría un carácter excepcional, que no formaría parte de la línea principal argumental de la serie. Estaba muy, pero que muy equivocado.

El que hay que considerar como noveno y resolutivo capítulo de la segunda temporada se basta por sí mismo, en su duración extraordinaria de hora y media, para devolver el sentido a todo lo sucedido en la misma. Esta vez sí que los guionistas se han centrado en las historias principales de la serie. Abajo, en el drama entre Bates (Brendan Coyle), acusado de homicidio con predemitación, juzgado en los días de navidad de 1920, y su aparente amor imposible con la doncella Anna (Joanne Froggatt). Arriba, la imposible situación del compromiso de Lady Mary con el falto de escrúpulos y de estilo Sir Richard Carlisle (Iain Glen) que la mantiene sujeta mediante chantaje, y la libertad para amar que tiene su primo Matthew (Dan Stevens), aunque este todavía se sienta atado a los votos que le hizo a su difunta prometida. Y todo tiene su resolución, aunque dejando los convenientes cabos sueltos para una futura, y parece ser que definitiva tercera temporada. Es cierto que deja que todos los demás personajes tienen su momentito de gloria. Pero queda claro quién es protagonista y quién es secundario, y qué historias son las guían y mueven el conjunto argumental. Muy bien. Y muy, muy bonito. Y que habrá derretido de gusto a los shippers más empedernidos.

Curiosidades – Downton Abbey

Estos días he vuelto a ver Conspiracy (La solución final), drama de la HBO sobre la Conferencia de Wannsee que encuentro altamente recomendable. Allí sale Bates/Brendan Coyle haciendo de malísimo general de las SS.

Ayer vi la película que comentaré mañana, Tinker Tailor Soldier Spy (El topo) en el que hace un brevísimo papel Laura Carmichael, la antaño corrosiva Edith, segunda hija de Lord Grantham. Aunque últimamente sale hecha un corderito.

Hemos echado de menos en el episodio navideño de Downton Abbey a la pequeña de los Crawley y a su flamante e izquierdista esposo; se les supone en Irlanda. Probablemente en Dublín, donde encontramos este monumento a unos de los activistas de izquierdas de los años previos a la independencia (Canon Powershot G6).

[Televisión] Cosas de series: fin de temporada para Dexter y poco más

Televisión

Teniendo en cuenta que ayer dediqué un monográfico a Homeland, y que ya en semanas anteriores la mayor parte de las temporadas habían llegado a su parón navideño, pocas cosas hay que comentar en esta sección que ya he convertido en casi fija todas las semanas. Desde luego hay que comentar el final de la sexta temporada de Dexter sobre el que me extenderé algo más adelante. Pero poco más.

Tengo en activo por ahí a la pareja de chica policía y forense pija que forman Rizzoli & Isles, que llegarán a final de temporada la próxima temporada. Pero es una serie de puro entretenimiento sin especial enjundia. Y ya comenté que me había reenganchado a la emisión en España de American Horror Story, que me entretuvo en algunos capítulos pero que vuelve a estar en cuestión. Está bien hecha, pero a mí, lo de las casas encantadas me llaman la atención sólo hasta cierto punto.

Sigo recuperando capítulos de la segunda temporada de Treme, que tenía pendiente. Es curioso. Sigue estando igual de bien hecha, los personajes son casi los mismos, la música sigue siendo buenísima, pero no me tiene tan enganchado ni mucho menos. De todos modos, aprovechando la escasez de tele interesante de las navidades, en unos días terminaré la temporada. A base de pases a la hora de comer.

Dicho lo cual, sólo queda esperar los especiales navideños de distintas series, más algunas miniseries que nos lleguen del Reino Unido para animar los días festivos, y poco más. Volveremos a ver al Doctor, y nos volveremos a pasear por Downton Abbey. La BBC ha prometido una miniserie de la dickensiana Great Expectations. Ya sabemos que estos dramas de época son muy propios de estas épocas. En fin. Como dijo un ciego a otro ciego,… ya veremos.

Y centrémonos un poco en la sexta temporada de Dexter. He de decir que durante unos cuantos capítulos me mantuve expectante. El tema de la religión como leitmotiv de la  temporada podía ser sustancioso, y además estaba el previsible duelo entre el protagonista (Michael C. Hall) y el «malo» interpretado por Edward James Olmos. Pero eso no sucedió. En un momento dado nos sorprendieron, esta vez negativamente, y el duelo no llegó. Y todo fue muy distinto. Y además malditas las ganas que teníamos de escuchar las neuras de la «teniente» Morgan (Jennifer Carpenter). Y todos los secundarios que han flojeado. Básicamente, porque el guion de la serie ha descendido unos cuantos escalones. Desde luego, esta serie que estaba entre mis favoritas absolutas ya no es más que una serie relativamente entretenida. Quizá sea hora de dar un final digno al personaje, que es lo único que la sostiene en pie. Una pena. Pero las cosas, como son.

La semana que viene más.

Ivonne de Carlo y los demás

En esto de las series de "miedo", siempre he preferido a la familia Monster por encima de cualquier otra, incluida esta modernez de American Horror Story. A punto estuve de comprar la tacita con Lily Monster/Ivonne de Carlo en el Salón del Cómic de Zaragoza el domingo pasado (Leica D-Lux 5).

[Televisión] Cosas de series: Downton Abbey,… pero menos

Televisión

Mañana es 11 de noviembre. Es el día de la memoria. El día en que se recuerda a los muertos en las distintas masacres que asolaron el mundo en general, y Europa en particular, en el siglo XX. En España no tiene significado alguno. No estuvo en esos ajos. Afortunadamente, diran muchos. Bueno,… ni en esos «malos ajos», ni en muchos  «buenos ajos». No estuvo. La fecha está escogida por ser el día en que a las 11 horas entró en vigor el armisticio que cesó la matanza de la Primera Guerra Mundial. La firma de la paz llegó más tarde, llegó en falso y originó, entre otros factores, la Segunda Guerra Mundial.

Casualmente, en estos días he terminado dos cuestiones relacionadas con la guerra del 14, como la llaman a veces los franceses. Una serie de televisión y un libro. Hoy hablaré de la serie de televisión. Mañana, del libro.

Y la serie de televisión no es otra que la segunda temporada de la celebrada Downton Abbey. A falta del especial de navidad, que no sé que trascendencia tendrá, la serie nos ha contado las tribulaciones de los Crawley, su servicio y sus allegados, durante la segunda mitad del conflicto mundial. La temporada anterior terminaba un 4 de agosto de 1914, supongo, en el que Inglaterra declaraba la guerra a Alemania, al invadir este último país la pequeña y neutral Bélgica. Esto no lo contaba la serie con este detalle, pero fue así. También dejaba en suspenso o en mala situación buena parte de los amoríos que entre los protagonistas del culebrón habían ido surgiendo.

The Mall

Hemos visto muchos personajes vestidos de militares en esta temporada. A veces muy elegantes, como este guardia a caballo en el Mall londinense, y otras llenos del barro de las trincheras (Pentax P30N, Ricoh Rikenon 135/2,8).

En el primer episodio de la segunda temporada, estamos en 1916 en plena batalla del Somme. Algunos de los hombres jóvenes válidos están en la guerra. Otros se irán incorporando. Los civiles que se quedan en Downton Abbey y su área de influencia también empiezan a notar los efectos del conflicto. Nuevo personajes aparecen, y otras historias siguen su curso. Matthew (Dan Stevens) se compromete con la mona pero insulsa Lavinia (Zoe Boyle), un personaje que al final acaba teniendo un peso inesperado en la trama. Mary (Michelle Dockery) se relaciona con Richard Carlisle (Iain Glen), un magnate de la prensa sin escrúpulos. Sybil (Jessica Brown-Findlay) cada vez tiene más problemas para resistir ante los avances de Branson (Allen Leech), el guapo chofer irlandés y socialista. La antipática Edith (Laura Carmichael) se nos suaviza e incluso tiene un escarceo con un granjero. Bates (Brendan Coyle) y Anna (Joanne Froggatt) sufren a manos de la arpía de la mujer del primero, Vera (Maria Doyle Kennedy). Hay varios otros escarceos por ahí que no voy a relatar todos para no aburrir, como la tentación de Lord Grantham (Hugh Bonneville) ante cierto distanciamiento de su mujer Cora (Elizabeth McGovern) hacia una nueva y agradable doncella del servicio, Jane (Clare Calbraith). Todo ello aderezado de vez en cuando con las impagables intervenciones de la condesa viuda de Grantham (Maggie Smith). Es decir. Lo que todo el mundo esperaba de esta serie. Amoríos, intrigas y ambientación esmerada, lujosa. Que todo sea muy bonito. Aunque adaptado. La mansión convertida en hospital de convalecencia, alguna visita eventual a las trincheras, etcétera.

Sin embargo, la serie no ha funcionado con la misma precisión. No ha habido posibilidad de empatizar u odiar a los nuevos personajes, que han pasado sin más pena ni gloria. Algunos de los antiguos personajes se han diluido. Por ejemplo, la rencorosa y traicionera Edith casi se nos vuelve una santa al final, desapareciendo el elemento de tensión entre hermanas. Mientras que en la primera temporada las tramas del servicio y las de los señores estaban equilibradas, en esta el servicio ha ido quedando en un segundo plano o con tramas menos interesantes, repetitivas o delavazadas. Determinadas tensiones han resultado casi caricaturescas, como la que han mantenido Cora y Isobel (Penelope Wilton), la madre de Matthew. La precipitada evolución temporal, nuevamente más de dos años en ocho capítulos, pero con la gran variedad de tramas, no se ha soportado como en la primera temporada, donde sí que se consiguió aunque por los pelos, siendo uno de los méritos de la serie.

Portobello Road

Las organizaciones de caridad tuvieron que ponerse las pilas durante el conflicto bélico, seguramente entre ellas el pintores Ejército de Salvación, cuya sede de Portobello Road vemos en la imagen (Pentax P30N, probablemente con un Sigma 28-70/3,5-4,5).

No nos engañemos. Sigue siendo una serie muy entretenida de ver. Pero no ha despertado mi entusiasmo ante la resurrección del culebrón de época como lo hizo el año pasado. Si la primera temporada fue un producto «cinco estrellas», algo imprescindible, en esta ocasión es un producto entretenido, «tres estrellas». Sin más. Bonito de ver y esas cosas, pero sin esa precisión en los argumentos que te mantenía constantemente con ganas de saber más, de conocer más, de ver más. Sólo uno de los personajes ha mantenido el interés ante el bajón generalizado. Mary sigue siendo desde mi punto de vista la estrella de este espectáculo. Parece que sólo va a tener una temporada más. Y que se van a contener en sus saltos temporales. Creo que para bien de todos, debería tener como gran protagonista al personaje que interpreta Michelle Dockery, y permitir que la orgullosa y al mismo tiempo insegura hija de Lord Grantham tenga el final que se merece. Sublime, sea para bien o sea trágico.

Para finalizar, pido públicamente la desaparición por muerte cruel de los personajes de Molesley (Kevin Doyle), Daisy (Sophie McShera) y el doctor Clarkson (David Robb). En esta segunda temporada, su mera aparición en pantalla hacía bajar enteros la serie por arrobas. No digo que sea por culpa de sus intérpretes. Creo que el carácter que les otorgan los guionistas tiene mucho que ver.

Observatorio de Greenwich

Podrían ser las mansiones de la nobleza británica en 1916, pero... no,... se trata de los edificios del museo de la marina o de la universidad de Greenwich, en los aledaños de Londres (Pentax P30N, probablemente con un Sigma 28-70/3,5-4,5).