[Libro] Ajisai – Aki Shimazaki

Literatura

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. He visitado Kamakura en dos ocasiones. Y aun me quedo con las ganas de volver a esta agradable ciudad japonesa, cargada de historia y cultura… y quizá de demasiados turistas, aunque yo nunca sufrí los agobios en ninguna de las dos visitas.

De la japonesa Aki Shimazaki, afincada en Canadá, nacionalizada canadiense, que escribe en francés, pero que sigue escribiendo después de 21 novelas cortas, incluida la de hoy, sobre Japón y sus gentes, he hablado ya con frecuencia en estas páginas. Veintiuna novelas cortas, puesto que este es su estilo, que se agrupan en quintetos con historias entrelazadas, con personajes relacionados, y que constituyen una gran historia más amplia. Cada una de sus novelas cortas tienen sentido en sí misma. Pero adquiere más sentido cuando has leído el quinteto en su conjunto. Hasta el momento, por necesidad o por preferencia, he leído los quintetos más o menos agrupados. Los dos primeros se publicaron traducidos al castellano como un único volumen. Así que no se percibían como cinco libros distintos sino como una novela en cinco partes. Pero los dos siguientes sí que los leí con cada novela corta por separado, pero separadas por breves intervalos de tiempo.

Shimazaki viene a publicar una de sus novelas cortas al año. La primera es de 1999, la última que ha publicado, en mayo de 2025. Esos son 27 años, de los que sólo ha fallado en 2003, 2004, 2007, 2009, 2011 y 2020. En enero de este año me enteré que la publicación de la primera novela corta de su quinta serie, esta Ajisai [アジサイ, hortensia], que comento hoy. El nombre de la flor del género del género Hydrangea tiene una escritura en kanji en japonés [紫陽花], pero es costumbre en el País del Sol Naciente que los nombres comunes de las plantas y animales se escriban en katakana. Como curiosidad, la escritura en kanji está tomada del chino, pero no se correlaciona en absoluto con su lectura, con el nombre común de la planta en japonés. La lectura habitual de esos kanji no tiene nada que ver. En katakana, sí que es una lectura fonética directa. Terminaré esta disgresión que tiene poco que ver con el libro recordando que todos los títulos de las novelas cortas de Shimazaki tienen nombres de plantas o pequeños animales. Que aparecen de un modo u otro en el relato.

El protagonista del relato es un joven estudiante de lo que aquí llamaríamos filología, pero que en el texto aparece simplemente como un estudiante universitario de japonés o lengua y literatura japonesa, en sus últimos años antes de graduarse. Es un joven de una familia acomodada, el pequeño de tres hermanos. Frente a sus hermanos que han estudiado empresariales, el mayor, y derecho, la mediana, carreras útiles y prácticas, a este joven protagonista, más mimado, se le ha permitido estudiar algo… «poco útil». Está empezando a orientar su futuro hacia el doctorado y hacia una carrera de profesor universitario. También ha empezado una novela. Y en estas está cuando le llega la noticia de que la empresa familiar, unos grandes almacenes, va a declararse en quiebra. Y su familia no podrá apoyarlo económicamente como antes. Tendrá que abandonar su cómodo apartamento en Kamakura, buscarse trabajos a tiempo parcial y apretarse el cinturón. Una familia acomodada de Tokio que tiene una casa en esta agradable ciudad costera, le ofrece alojamiento gratis a cambio de cuidar de la casa cuando ellos falten, que es la mayor parte del tiempo, sólo van los fines de semana y en vacaciones. Aceptará. Y empezará una amistad con la esposa, una mujer atractiva, en la mitad de la treintena, que evolucionará a algo más que una amistad.

Nos encontramos ante una novela iniciática. El desarrollo emocional y social del joven, que ha vivido entre algodones y consentido, se había quedado en una especia de eterna despreocupada adolescencia, a pesar de que veía en sus amigos que el mundo y la vida no tienen que ver con la suya. Poco dado al compromiso con las chicas, centrado en sus lecturas y su actividad intelectual, tendrá que madurar a marchas forzadas. Y también tendrá que madurar emocionalmente ante una relación que le romperá los esquemas.

Esta pequeña historia está bien. No es la más interesante de las novelas cortas de Shimazaki… pero de alguna forma, al ser la primera de la quinta serie, es una puesta en escena de una historia más amplia. Desconozco quienes serán los protagonistas de los siguientes relatos, a los que iremos acompañando durante cuatro años más por lo menos. ¿Los amigos? ¿Sus padres y hermanos? ¿Su atractiva amante casada y su familia? Ni idea. Tendremos que esperar. Pero sin duda si nada lo impide, ya lo leeré cuando llegue el momento.

[Libro] El loco De Dios en el fin del mundo – Javier Cercas

Literatura

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Un día de extraordinario buen tiempo siendo diciembre en Ciudad del Vaticano en 2004.

Supongo que fueron las noticias repetidas sobre los ingresos hospitalarios de Jorge Bergoglio, conocido popularmente como el papa Francisco, su nombre elegido como monarca absoluto del estado teocrático de Ciudad del Vaticano, lo que me hizo interesarme por este libro de Javier Cercas. En su momento ya me habían interesado otras obras de Cercas de no ficción, un autor que tenía un poquito olvidado, y decidí agenciármelo. Era el día 7 de abril. Y claro, que Bergoglio falleciese dos semanas más tarde, de repente puso al libro muy de actualidad. «De repente» se refiere al interés por el libro, no al fallecimiento de Bergoglio que, para cualquier conocedor de lo que es los males y enfermedades de los ancianos, se veía venir a pasos agigantados dijeran lo que dijesen los telediarios. No obstante, hasta casi un mes después de que Bergoglio se reuniese con su creador,… suponiendo que esté exista, y es mucho suponer,… o con el diablo, cuya existencia me resulta más probable,… no empecé su lectura, mientras todavía estaba recorriendo tierras sicilianas.

Pero al fin y al cabo, según lo que nos relata Cercas en su libro, una de las motivaciones para escribir el libro fue tener la oportunidad de preguntarle al argentino, en nombre de su madre, si realmente la buena mujer se iba a reunir con su difunto marido tras exhalar su último aliento. Dejando de lado que ya existe por ahí alguna demostración «científica» que nos enseña que todos vamos a ir al infierno, siendo además un sistema exotérmico, y por la tanto, como se nos ha contado, bastante calentito, esta excusa me parece más un entretenido macguffin más que otra cosa. Aunque tampoco tengo motivos para dudar que por motivos emotivos, para el autor, sea importante. En cualquier caso, al autor se le presentó la oportunidad de sumarse a la comitiva papal durante un viaje pastoral a Mongolia. Hablan de él como uno de los últimos… claro que siendo en agosto-septiembre de 2023, habiendo fallecido en abril de 2025, tendría que ser de los últimos. Pero a lo tonto modorro, aun hizo un par más por tierras francesas, uno por el Benelux y otro por países de Oceanía y el Sudeste Asiático.

No voy a entrar en el «argumento» del viaje… que lo podéis encontrar en muchos lugares de consulta. El escritor, dedicó buena parte de su tiempo hábil en las semanas anteriores al viaje, durante el viaje y en los días posteriores a entrevistarse con distintas personas; de los medios de comunicación y relaciones públicas vaticanas, de la curia vaticana, misioneros diversos en el país centroasiático… etcétera. Lo cual le permite realizar una semblanza sobre la naturaleza de Bergoglio como líder supremo de la Iglesia Católica, y de su visión y cómo le gustaría que esta fuese. No voy a entrar mucho a cuál es la visión que los entrevistados dan de su líder supremo, ni de cómo lo entiende el autor. Al igual que Cercas, yo soy muy escéptico sobre la autentica naturaleza de la ideología de Bergoglio. Nunca he acabado de verlo como ese papa progresista, incluso de izquierdas para disgusto de la derecha más ultramontana, que muchos proclaman.

Siempre he creído que Bergoglio es un «apolítico»… es decir un señor de derechas. Confesarse «apolítico» es una forma de ser de derechas, incluso cuando quienes se proclaman como tales ignoran este hecho. En cualquier caso, existen varios ejemplos, y Cercas nos ofrece algunos, que muestra que Bergoglio estuvo dispuesto a contemporizar o colaborar con regímenes autoritarios a cambio de que a «su» Iglesia le fuese bien. Lo cual es una tendencia común a muchos de sus antecesores. Y su visión a favor de los desfavorecidos, no deja de ser esa visión caritativa, pero no comprometida con la justicia social y la equidad. Cercas, no obstante, no hace sangre. Los medios próximos al Papa le ofrecen la posibilidad de tener una experiencia única, y de plasmarla en un libro con garantías de publicación. Y sin renunciar a su propia visión, opta por mantener una postura amable; sin «hacer sangre».

Por lo demás, aquí no descubro nada nuevo, Cercas escribe bien. En mi opinión uno de los mejores escritores españoles contemporáneos. Y además de escribir bien, escribe para que se le entienda, lo cual tiene más mérito en su conjunto, sin decaer en el nivel literario de su escritura. Y eso me gusta. Me gusta que al terminar un libro tenga la sensación de que he aprendido a hablar o escribir mejor que al empezarlo, y que ademas me haya sentido interesado y entretenido, que ambas cuestiones son válidas simultáneamente. Realmente no debería haber tenido tan olvidado durante tan tiempo a este escritor.

[Libro] El proscrito – Selma Lagerlöf

Literatura

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Día de chubascos dispersos en Gotemburgo, ciudad no lejos de donde suceden los hechos del libro de hoy.

No hace tanto, menos de dos años, que comenté en estas páginas un libro de la escritora Selma Lagerlöf, primera mujer en obtener un premio Nobel en literatura. Aunque no la primera en obtener un premio Nobel en cualquier categoría, ya que se le adelantó Marie Curie, en física, y Bertha von Suttner, de la Paz. Curie, además, lo obtuvo una segunda vez, con posterioridad, en química. Me gustó. Y me quedé con la idea de que habría de leer más de la autora sueca si se me ponían a tiro. No siendo una autora contemporánea, suponía que aparecerían ofertas en libros electrónicos con frecuencia. Pero ha tardado todo ese tiempo en aparecer otra. Salvo que me haya despistado con anterioridad.

En esta ocasión estamos ante un libro dramático. Con tonos trágicos. Aunque quiero pensar que con un puntito de esperanza. Unas vidas trágicas, de varias personas, especialmente de los dos protagonistas. Un joven sueco que es cedido por sus padres en adopción a una acomodada familia británica, pero que vuelve tras una malhadada aventura ártica, ya un joven adulto, acusado de haber practicado la antropofagia para sobrevivir. Lo cual lo convertirá en un paria social a pesar de sus esfuerzo por servir a las comunidades en las que vive. Y una joven hermosa, que creció en un hogar protegido, para casarse con un prometedor clérigo, protestante como es propio de aquellos lugares, que resulta un hombre celoso, que incluso llega a maltratar a la joven. Y de fondo, la guerra mundial, la primera, la Gran Guerra, y la tragedia de los miles de muertos en la batalla de Jutlandia, cuyos cadaveres llegaron hasta las costas suecas del Skagerrak y el Kattegat. Y la relación entre los jóvenes desgraciados. Y con sus familias.

Lagerlöf publicó esta novela en 1918, prácticamente algo antes de que terminase la guerra, y es un reflejo del horror que la carnicería que en Europa se producía en ese momento le producía. Un horror pesimista, aunque en algún momento se quiere ver alguna luz en la herencia que dejan detrás los trágicos protagonistas de la historia con su ejemplo de bondad hacia los demás, a pesar del horrible comportamiento que de los demás sufren, de uno u otro modo. Lagerlöf era una mujer de ideas progresistas para la época que le tocó vivir. Pacifista, con un deseo de vida activa y rica para las mujeres, más allá de las restricciones al cuidado del hogar y los niños y a atender al esposo, con principios éticos bien definidos de afecto y colaboración con los demás, especialmente los desfavorecidos.

Esta novela me conmovió en no pocas ocasiones. El nivel literario, que se refleja en la traducción, es elevado. Y la considero muy recomendable. Y a pesar de escenificarse en el suroeste de Suecia en la segunda década del siglo XX, hace más de 100 años, es perfectamente actual.

[Libro] The murder of Roger Ackroyd – Agatha Christie

Literatura

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Wells, una pequeña ciudad con una tremenda catedral gótica me servirá de escenario para comentar esta entrada literaria.

No soy especialmente aficionado a la whodunit en forma de libro. Con el cine y la ficción televisiva, si está bien llevada la acción… ya tal. Pero en libros… me cuesta. Y la reina de la whodunit es Agatha Christie, con su Poirot, Miss Marple y demás. En su momento, en mi juventud, muy juventud, es decir, adolescencia y poco más, aún disfruté con algunos de sus libros. Pero poco a poco me empezaron a aburrir. Todos seguían un esquema muy similar. Quizá los que más me llamaban la atención eran los que no pertenecían a ninguna de sus series de detectives más famosos. Y esa tónica de apatía hacia las obras de la británica la he mantenido en toda mi edad adulta. Lo cual no ha impedido que de Pascuas a Ramos le haya dado alguna oportunidad extra. Sin mucho éxito.

Hace pocos meses leí un artículo muy elogioso de este libro. Uno de los primeros dedicado a Hercule Poirot, se afirmaba en el artículo que fue el que de alguna forma lanzó a la escritora y al personaje. Llegaban a decir que es uno de los más influyentes de la autora y del género en líneas generales. Especialmente por el inesperado giro final de la historia, cuando descubrimos quien es el asesino. Sí, claro, hay un asesino. Y no es el mayordomo… ¿o sí? ¿Y precisamente por eso es inesperado el final? No lo voy a destripar. Supongo que en el contexto de la época puedo entender que tuviera un gran éxito y que fuera influyente en el género. Pero cuando has leído ya unos cuantos… pues tampoco te parece para tanto. Como en tantas ocasiones, porque tengo la sensación de que escenarios y personajes se repiten constantemente, un señor acomodado, que vive en una pequeña ciudad o pueblo de provincias en las Midlands inglesas, o algún sitio parecido, aparece un día muerto. Y cuando va a empezar la investigación, aparece por allí el famoso detective, Monsieur Poirot, ya retirado y acomodado, que accede a hacerse cargo del caso y con sus brillantes dotes deductivas, es capaz de ver de forma evidente lo que es desconocido para los demás. Y a pesar de que todo es una deducción, y nunca tienes claro que hayas pruebas físicas suficientes para incriminar al sospechoso/asesino… este confiesa y todo queda resuelto. Lo de siempre,… con un giro inesperado.

Narrado en primera persona por el médico del pueblo, que por supuesto conoce a todo el mundo, tiene las mismas características de estilo que todos los de la autora. Lleno de tópicos que muestran que era una individua bastante esnob y clasista en su clasificación de los seres humanos, aficionada a la fisiognomía, infame pseudociencia que afirmaba saber del carácter y personalidad de un individuo a través de su aspecto físico, y que no era más que una forma de racismo, clasismo y aporofobia. Los nazis alemanes eran muy aficionados a la fisiognomia cuando estudiaban las razas infrahumanas y esas cosas. Son las cosas que con el tiempo me llevaron a rallarme bastante con las obras de Christie. Pues eso. Más de lo mismo.

¿Es horrible? Pues no. Es relativamente entretenido. Me la leí durante las vacaciones en Sicilia. Como viajé sólo, mientras comía o me desplazaba en trenes o autobuses, iba leyendo. Y como es de lectura fácil, incluso en su versión original en inglés, aunque con formas estilísticas que resultan un tanto anticuadas ya, pues se lee enseguida. Pero vamos… lo dicho. Por cierto, he dicho algo en el comentario que, al lector de ficción avezado le servirá para imaginar quien es el asesino. A mí me sirvió. Aunque no lo pueda demostrar, antes de la mitad del libro ya había supuesto quienes es el asesino.

[Libro] Antimatter blues – Edward Ashton

Literatura

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Las cárcavas de los alrededores de Daroca me servirán para ilustrar la geología de Nilfheim, el planeta que colonizan Mickey Barnes y sus «amigos».

Sinceramente, no voy a perder mucho tiempo comentando este libro. Que, ya adelanto, es un entretenimiento razonable, pero poco más. Terminé de leerlo en el viaje de ida a Sicilia. Aunque como digo es entretenido, se me había atascado, y llevaba arrastrándolo desde el viaje de vuelta de Berlín. Un montón de semanas para lo que es. Y lo que es no es otra cosa que la segunda parte, la continuación o una aventura más de Mickey 7, un libro que comenté hace unos meses, y cuya adaptación cinematográfica comenté hace unas semanas. Escrito por supuesto por Edward Ashton, el mismo autor que su aventura predecesora.

Y cogemos a Mickey, su novia y algunos otros conocidos personajes más un par de años después del final de la anterior aventura, cuando las cosas parece que van bien para la colonia humana, que está en paz con los aborígenes del planeta. Parecen. Porque en realidad, unos problemas con la fuente de energía de la colonia hace que las cosas pinten mal, especialmente si el buen tiempo actual termina y vuelven los fríos gélidos que se encontraron los colonos al llegar. La única solución será recuperar la bomba de antimateria que Mickey entregó a los aborígenes. No les llaméis alienígenas. Que en este planeta los alienígenas son los humanos. Y el encargado de recuperarla será Mickey con unos cuantos más, que lo tendrán complicado cuando descubran que en el planeta hay una guerra latente entre distintos grupos alienígenas. Y que establecer pactos y compromisos con unos o con otros es muy muy muy complicado.

Sinceramente, este libro no aporta gran cosa a las propuestas de su predecesor. Para mí es simplemente un intento de ingresar unos buenos dineros aprovechando el éxito del libro original, y la expectación generada por su adaptación cinematográfica. Así que mantiene ese tono de aventura entre la comedia y el drama, y nos encontramos ante el típico viaje del héroe y sus compañeros de ida y vuelta en territorio hostil, para conseguir un fin que parece imposible de conseguir. Entretenido. Sin más. Si este hubiese sido el primer libro de la saga, no hubiese repetido. Tampoco me arrepiento de haberlo leído. Pero si se aventura el autor en una tercera entrega, tampoco me ha dejado con ganas de más. Es lo que hay.

[Libro] La cigarra del octavo día – Mitsuyo Kakuta

Literatura

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Últimas horas de la tarde en mi visita a Nara en 2014.

A pesar de que la primera novela que leí de Mitsuyo Kakuta me dejó en un punto intermedio, con cosas que estaban bien y otras que me convencían menos, la verdad es que esta es ya la tercera novela que leo de esta autora japonesa. Así que… algo tendrán la guapa cuando la peinan. Su forma de ver el mundo de las mujeres, al menos de las mujeres japonesas, tiene su cosa. Sus novelas no dejan de tener un trasfondo feminista, pero puede que muchas feministas no lo sintieran así. Porque no carga las tintas (en exceso) sobre los agentes externos a las propias mujeres, sino que no deja de poner sobre ellas las responsabilidades de sus propios actos. Incluso si en el fondo son víctimas de una sociedad que les puede ser hostil en no pocas ocasiones. Pero eso no obsta para que no la «caguen» también.

Y aquí vuelve a llevar a una de estas mujeres, que es a la vez sufridora y culpable de sus propias desdichas, a una situación extrema. Una mujer relativamente joven, que se cuela en un domicilio cuando el matrimonio que lo habita sale para ir a trabajar y hacer una compra, dejando sola a una niña, una bebé de pocos meses. Y esta mujer, en un pronto, decide llevarse a la niña. Y comenzar una huída por el país, que la llevará a convivir con distintas personas y en distintos ambientes, como si fueran madre e hija, incluida una temporada con una secta exclusivamente femenina. Una huída que durará años. La novela terminará con un capítulo final donde escucharemos la voz de la niña, siendo ya adolescente.

Es posible que, tras las semanas que han pasado desde que lo terminé, este haya sido el libro que más me ha convencido de la autora japonesa. Es una potente reflexión sobre la maternidad. Sobre los valores que conlleva, sobre las presiones que presenta, tanto internas como externas, sobre las diversas formas que tiene de manifestarse. Puede haber formas de entender la maternidad tantas como mujeres. Y de la forma que en ocasiones se ha reflexionado sobre la familia a través de falsas familias, en esta ocasión se usa una maternidad que no es… o sí es, pero no debería ser. Incluye también algunas reflexiones, en las distintas etapas de la huída de esta mujer, sobre lo que es la hermandad entre las mujeres, sobre las distintas formas de entender el apoyo mutuo, ante las dificultades que las sociedades les presentan por el hecho de ser mujeres.

Me parece una novela que, sin ser perfecta, está muy bien. Engancha, a veces conmueve, y no deja de mezclar la crítica social con un relato de acción. De «acción» si queréis, con comillas, porque no hablamos, salvo algún momento puntual en que las cosas se aceleran, de acción trepidante, pero esas huidas,… no deja de ser acción. Y sobretodo, ese tramo final, en el que cambia el foco de la novela de la «madre» a la hija, y con su mirada y sus sentimientos nos ayuda a reinterpretar toda la historia. Yo la recomendaría.

[Libro] When we were orphans – Kazuo Ishiguro

Literatura

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Las últimas fotografías que realicé en Shanghái en el viaje de 2019.

Kazuo Ishiguro es un autor que se ha convertido en un habitual en mi lecturas. Y poco a poco voy recuperando su bibliografía. No tremendamente extensa, pero que me dará para un tiempo. Japonés de nacimiento, británico de adopción, vive en Inglaterra desde niño, por lo que su lengua literaria es el inglés, y premio Nobel en 2017, sus relatos tienen siempre situaciones imprevistas o sorpresas para el lector. Especialmente cuando opta por un relato en primera persona. Técnica literaria que siempre nos debe hacer dudar de la veracidad de lo que se nos está contando. Y que a mí, cuando está bien desarrollada, me encanta.

Y este es uno de esos casos. El narrador es un hombre cuya infancia transcurrió en Shanghái, donde fue feliz, hasta que sus padres desaparecieron. Al parecer secuestrados. Trasladado a Inglaterra al cuidado de una tía con dinero, llevará una buena vida hasta, que ya graduado en la universidad, optará por dedicarse profesionalmente a las labores de investigador privado. Ámbito en el que alcanzará el éxito. Pero siempre con una obsesión; volver a la ciudad asiática a buscar a sus padres. Cosa que hará en 1937, justo cuando los invasores japoneses y los defensores chinos se disputan la ciudad en los primeros compases de la Segunda Guerra Chino-japonesa, uno de esos conflictos que salpicaron el mundo en el final de los años 30, y que si no fuese por la visión eurocentrista de la historia situarían el comienzo de la Segunda Guerra Mundial varios años antes a su comienzo oficial en 1939. Durante sus años de juventud, en sus 20 y sus 30, se irá encontrando con otra joven con un ansia desesperada por triunfar en sociedad. También huérfana. Y a pesar de su obvia atracción mutua no reconocida por ninguno de los dos, sus vidas se cruzarán repetidamente, pero sin llegar a cuajar una relación.

Estamos ante un libro complejo, en su planteamiento y en su desarrollo. Como ya he dicho, o insinuado, es el propio protagonista quien narra la historia. Pero siempre con la duda de si lo que nos cuenta es cierto o no. ¿Nos podemos fiar de sus recuerdos infantiles, cuando sucedió la tragedia de sus padres? ¿Nos podemos fiar de cómo vive su vida social, ante la inseguridad perpetua del huérfano que no tiene clara su lugar en el mundo? Este es un tema central. Él es huérfano. La joven que aparece y desaparece de su vida es huérfana. La niña canadiense que acoge y cría como si fuera su padre es huérfana. Y sobre todo, en las sobrecogedoras escenas de la guerra en Shanghái, ¿nos podemos fiar de que lo que nos cuenta es lo que realmente sucede? Incluso cuando conocemos el desenlace de lo que sucedió con los padres, algo que no esperas, algo con un punto tremendo, todavía más dramático que lo que creíamos conocer, te planteas dudas de qué es verdad y qué es mentira. Quien dice o cree decir la verdad y quien no. Como digo un relato complejo.

La novela, indudablemente bien escrita, tiene un argumento que nunca sabemos claramente dónde nos lleva. A mí me desconcertó en varias ocasiones. Y quizá por ello sea una de las obras más discutidas del autor. Alguno la califican de las más flojas, el propio Ishiguro dice no estar del todo satisfecho de ella, aunque la mayor parte de las revisiones la sitúan bien. Ishiguro es buen escritor, muy buen escritor, por lo que incluso sus obras más flojas pueden tener más interés y ser mejores literariamente hablando que las mejores obras de otros autores, bien conocidos, pero claramente inferiores. Por mi parte, cuando fui superando los desconciertos, y teniendo en cuenta que hace más de un mes desde que la terminé, lo cierto es que es una novela que ha ido creciendo poco a poco en mi memoria, y caba vez valoro mejor los valores que contiene. Así que me parece muy recomendable. En fin, llevo mucho retraso comentando cosas leídas, después de este comentario me quedarán cuatro lecturas pendientes, y voy por la mitad de otro libro… pero no me quiero precipitar acumulando comentarios, no vaya a ser que me entre algún parón lector de los que me suceden de vez en cuando y me quede sin libros de los que hablar.

[Libro] El libro de las hermanas – Amélie Nothomb

Literatura

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. La fotos, indefectiblemente, París. En primavera. Aunque en blanco y negro.

En su momento leí mucho de Amélie Nothomb. Autora belga, nacida en Kobe, Japón, muy querida también en Francia, escribe en francés, muy prolífica. Y he disfrutado mucho con sus libros. Aunque con tantos que ha escrito los hay mejores y peores. La constancia en la calidad y la mucha publicación no siempre van acompañadas. En cualquier caso, sus novelas, nunca muy extensas, tiene elementos característicos. A mí me suelen gustar, aunque hace unos años me cansé, y llevaba un tiempo sin leer nada nuevo de ella.

Un tema habitual en sus novelas es la familia. Y sobre ello va esta que comento hoy. Narrada en primera persona por una mujer que nació de un matrimonio que se amaban tanto que se bastaban a sí mismos. Tuvieron a sus hijas, porque es lo que tocaba, pero las descuidaron. Se cuidaron a sí mismas, puesto que de nada serviría llamar la atención de sus padres. A partir de ahí las hermanas se volvieron inseparables durante la infancia, y sólo al llegar a la edad adulta entraron en un eventual conflicto. Y también contó la protagonista con la caótica hermana de su madre y su prima.

Novela entre sarcástica y amarga. Centrada en el desencuentro con los progenitores. Cuando el interés de estos no coincide necesariamente con el interés de los hijos, o lo que realmente conviene de los hijos. Especialmente compleja, como se muestra hacia el final de la novela, la relación con la madre. Un libro que engaña, ya que bajo cierta apariencia de comedia, esconde un profundo drama.

No voy a decir que sea la obra que más me haya gustado o convencido de Nothomb. Pero es buena escritora, y siempre tiene interés. Lo he pasado bien, y me ha hecho pensar. Por lo tanto me parece razonablemente recomendable.

[Libro] The Appointment – Katharina Volckmer

Literatura

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Siendo la autora alemana y acabando de regresar de un viaje a Berlín, ya podréis suponer de donde son las fotos. Incluida una foto tomada en el campus de la Charité, un hospital berlinés de gran tradición en la historia de la medicina… y ya que estamos en la situación en que estamos en la novela…

A pocas semanas del viaje a Alemania de esta Semana de Pascua pasada, en plena preparación de los aspectos prácticos y logísticos del viaje, me llegó la recomendación, no de este libro, sino de la autora, Katharina Volckmer, alemana afincada en Londres, y que escribe en idioma inglés. Leí varios artículos alabándola mucho por su osadía, y por su incisiva forma de abordar los temas. Así que busqué a ver cuál podía ser el libro adecuado para iniciarme en esta escritora, y me decidí por esta «cita». En versión original, en inglés.

La protagonista de esta novela corta se encuentra en la consulta de un médico, en plena exploración, que por las descripciones que nos ofrece suponemos que tiene un carácter ginecológico. Aunque tendremos que llegar hasta casi el final de la narración para conocer la naturaleza exacta de la misma. Aparentemente, la paciente está hablándole al médico. Sobre si realmente lo esta haciendo o si lo que leemos es lo que pasa por su mente durante el procedimiento, sin que necesariamente verbalice lo que piensa… podéis suponer lo que queráis. Tiendo a opinar que sucede lo segundo. Y las ideas surgen desbordadas en su discurso, sea verbal o mental. La mujer vive en conflicto. Con su nacionalidad de origen, con su familia, con sus relaciones con los hombres, con su cuerpo, con su sexualidad, con su identidad personal. Y durante toda la extensión de la obra, ese discurso va saltando de unas ideas a otras, a veces avanzando en las mismas, otras retrocediendo, dejando entrever el conflicto permanente y personal en el que la persona ha vivido a lo largo de su vida.

Muy mordaz en el contenido, no deja títere con cabeza. La protagonista del libro no es lo que se llama precisamente «políticamente correcta». Nacismo, racismo, sexualidad en conflicto, adulterios, fracaso laboral y personal, con profunda autoacusación, pero también con acusaciones ácidas hacia la sociedad que le rodea, que le ha negado siempre la posibilidad de ser quien realmente es.

Cuando terminé el libro, hace ya cuatro semanas, mis sensaciones eran contradictorias. Dijéramos que el interés que sentí por lo que estaba leyendo tuvo oscilaciones. Y de hecho, dado que es una novela corta, tardé más de lo que hubiera supuesto en leerlo, porque en algún momento estuve a punto de desengancharme. Empecé con mucho interés, los temas iniciales son muy provocadores, especialmente en sus irónicas críticas hacia su propio país y nacionalidad, pero luego llegan los altibajos. Hasta un tramo final en el que el interés aumenta, conforme desvela lo que realmente está sucediendo en esa consulta médica.

No obstante, le daría un aprobado. Y en el recuerdo, el libro ha mejorado apreciablemente en mi consideración. Por su estilo, invita a ser leído de forma rápida. Estamos ante una verborrea mental en la que no hay interrupciones. Pero quizá merezca la pena no apresurarse. Y pararse de vez en cuando a asimilar lo que se acaba de leer. Integrar las ideas, someterlas a un proceso crítico, e intentar empatizar con una protagonista que pocos enganches de simpatía nos ofrece. Como contexto, dado que todo sucede en una consulta médica, la escritora se muestra muy crítica hacía la misoginia médica que ha padecido, siendo paciente por una endometriosis grave. Uno de los procesos ginecológicos peor comprendidos y peor tratados probablemente.

[Libro] Microsiervos – Douglas Coupland

Literatura

Esta serie de fotografías que ilustran esta entrada de este Cuaderno de ruta puede verse tambien en Fotos en serie. Paseos en la tarde de San Francisco.

Cosas que pasan. Llevo más años de los que recuerdo siguiendo uno de los blogs más veterano en habla española de divulgación tecnológica, científica y otras cosas divertidas más años de los que soy capaz de recordar. Se trata de Microsiervos. Según ellos mismos nos recuerdan, llevan en activo desde 2003, con algunos escarceos que se remontan al año 2001. Mi propio Cuaderno de ruta, estas páginas, se remonta a 2005, con escarceos desde 2003. En aquellos momentos, los blogs me parecían lo más. Y a pesar de su caída en popularidad por el impacto de las redes sociales, me parece que a la hora de publicar noticias, novedades o comentarios sobre distintos temas, me parecen más interesantes, y permiten más profundidad, que una anotación o imagen en redes sociales. Y bueno… Microsiervos ha sido siempre bastante divertido. Especialmente, pero no únicamente, su sección WTF.

Los sigo probablemente desde que en el año 2005 Google abrió su agregador de noticias, Google Reader. Una herramienta utilísima, lo cual debió ser definitiva para que la cerrasen en 2013. Google siempre se ha dado buena maña en cerrar servicios que me parecía útiles, manteniendo otros un tanto estúpidos. Pero bueno, sin solución de continuidad, seguí con la misma dinámica en Feedly, y hasta ahora. También los he seguido habitualmente en Twitter hasta la deriva filofascista de esta red social, momento en que pasé a seguirlos en Bluesky. En cuanto a su nombre, Microsiervos, lo asumí de siempre como aquellos al servicio de los tecnológico-científicos en la era de la microinformática.

Pero recientemente me enteré que tomaron el nombre de una novela de Douglas Coupland. Cuyo comentario traigo hoy a estas páginas. En su título original, Microserfs. Pero la he leído en versión traducida, porque me prestaron el libro en formato de árboles libros. Prestarse libros, eso que hacíamos tradicionalmente, y que permitía que leyéramos muchos más libros que los que comprábamos, y a nadie le parecía mal. Pero si te los prestan en formato electrónico, es pirateo. Curioso, ¿no? Y no estoy defendiendo la piratería, que conste. Que soy de los que opinan que los autores tienen derecho a ganarse la vida con dignidad y agradecimiento de sus lectores. Otra cosa son las absurdas políticas editoriales de las empresas del ramo en España… y probablemente en muchos países. Pero en España especialmente. Pero no quería hablar de eso. Simplemente que quizá debiera haberlo leído en su idioma original, como hago con más frecuencia. Porque es la obra original, siempre que tengas suficiente comprensión lectora en ese idioma, y porque suele ser apreciablemente más barato. Al menos en versión electrónica.

Coupland se hizo famoso, entre otras cosas, por acuñar para el título de uno de sus libros más famosos y apreciados el término Generación X. La Generación X es definida por algunos como las de aquellos nacidos entre 1965 y 1981, mientras que otros dicen que iría desde 1960 y 1985. Así que no sé si soy Generación X o babyboomer. Quizá por el retraso que llevó España en lo del baby boom, por aquello de posguerras y dictaduras, sería babyboomer. El problema es que el lío de las generaciones es una cosa que surgió en los EE. UU. y su sociedad no es equivalente al 100 % con la de otros países, más o menos desarrollados. Por haberme iniciado con rapidez en la microinformática y por mi afición a la tecnología y la ciencia, creo que tengo más afinidades con la Generación X que con los babyboomers, de todos modos.

Microsiervos también es un libro generacional. Sus protagonistas son un grupo de profesionales de la informática, nacidos más o menos al mismo tiempo que yo o algo más jóvenes la mayoría de ellos. Se conocen trabajando en las instalaciones de Microsoft en Redmon, cuando la empresa de Bill Gates, o simplemente Bill en la novela, se está comiendo el mundo. Pero deciden abandonar la empresa para trasladarse a California, en las cercanías de Silicon Valley, en la empresa emergente que monta uno de los más veteranos. El relato tiene forma de diario, y se cuenta desde el punto de vista de uno de ellos, en cuya casa familiar en California instalan provisionalmente la base de la empresa. Tiene dosis de humor por arrobas, es una de las responsables de que se vea a los profesionales de la informática como friquis, desde la acepción que la palabra ha tomado en castellano, no necesariamente equivalente a la que tiene freaks en inglés.

Tiene dosis de romance, relaciones de amistad, relaciones familiares, relaciones laborales,… de hecho, lo que más contrasta es que, desde el prejuicio del friqui como alguien sumido en sí mismo, en su trabajo y en sus aficiones, lo que Daniel nos narra en sus observaciones, en su diario, está lleno de humanismo, de relaciones interhumanas más profundas de lo que el aspecto externo de las mismas puede aparentar. Un sentimiento de solidaridad y proyecto común, no sólo empresarial, sino también vital, en el que hay una aceptación del otro con sus peculiaridades. También supone un análisis sociológico de la diversidad de la sociedad norteamericana de aquel momento. Lo curioso es que 30 años después, y a pesar de la evolución tecnológica que se ha producido, el libro sigue funcionando. Yo me lo he pasado bastante bien leyéndolo. Y en la medida en que, salvo las referencias más locales del libro, haya pillado la mayor parte de las referencias culturales que aparecen, me hace pensar que, sociológicamente, si no estrictamente por edad, estoy más cerca de la Generación X que de los babyboomers. No sé si es algo bueno o malo. Simplemente, es.

[Libros] The flowers of evil (Serie manga) – Shūzō Oshimi

Literatura

Esta serie de fotografías que ilustran esta entrada de este Cuaderno de ruta puede verse, comentada desde un punto de vista de la técnica fotográfica, en Carlos en plata. El ciudad vieja de Takayama.

No sé si se nota mucho cuando redacto estas entradas. Pero cuando voy a comentar algo que he leído, una película que he visto o una serie de televisión que he seguido, suelo investigar un poquito sobre su autor, sus antecedentes, sus influencias y otras circunstancias. No es una gran profundización sobre la obra. Se trata simplemente de entender el contexto. Especialmente cuando procede de culturas con las que estoy menos familiarizado. Son muchos los autores que describen el arte como una conversación entre ideas, sentimientos, estilos, estéticas y formas que viene transcurriendo desde que el ser humano es ser humano y comenzó a expresarse artísticamente. Creo que fue con Gompertz con quien leí más detalladamente sobre el concepto «participar en la conversación». Y este es uno de los motivos principales por los que hago esta breve búsqueda sobre influencias y obras similares.

Cuando leí una de las series de manga de Inio Asano, aquella que trata de una relación, tórpida, entre dos jóvenes adolescentes, me encontré con varias referencias a la serie de manga que traigo hoy a comentario. Como veremos, también trata sobre una relación entre adolescentes con carácter complejo. Tóxica en esta ocasión. Escrita e ilustrada por el japonés Shūzō Oshimi, toma su título, Aku no hana (Las flores del mal), de la más famosa colección de poemas de Charles Beaudelaire. Una obra, esta última, que produjo escándalo en su momento, siendo considerada como perversa o libertina. Existe traducción al castellano de esta serie, pero no la he encontrado en formato electrónico, y alguien me prestó una versión en inglés, que comencé a leer a mediados de enero, y tardé dos meses en concluir. Algunas veces con más ritmo y otras con algún descanso.

La obra, que consta de 57 capítulos agrupados en 11 volúmenes, tiene dos partes claramente diferenciadas y un capítulo final. En la primera, el protagonista masculino y las dos protagonistas femeninas de esa primera parte, se encuentran estudiando la educación secundaria (uso la nomenclatura de los niveles educativos españoles para no liarnos). Y un pronto que le da al chico al apropiarse de la ropa deportiva de una de ellas, lleva a que la otra chica le acose y le chantajee, amenazándole con denunciarle como pervertido. Al final, los tres adolescentes se verán envueltos en una espiral de relaciones tóxicas que casi acaban en tragedia. En la segunda parte, el chico vive en otra ciudad, está estudiando bachillerato, empieza a hacer nuevas amistades, y una potencial relación con una de sus compañeras. Pero sin un cierre que no sea en falso de los acontecimientos de su pasado esto no puede ser posible. El capítulo final nos sitúa ya con el protagonista como joven adulto, años después.

Hasta hace no mucho me sorprendía, ahora ya no, o no tanto, que algunos mangas y animes japoneses, presuntamente destinados a adolescentes, o con protagonistas de esa edad, tocasen temas propios, en cualquier otra localización del mundo, de las obras de ficción destinadas a adultos. Y muchas veces con recomendación de no consumo por menores de 18 o 17 años de edad. La complejidad de la relación entre los tres protagonistas originales del manga, que van desde la atracción patológica, con componentes sexuales no muy saludable, como mínimo, a los componentes de dominancia o sumisión sadomasoquista, sin la parafernalia que habitualmente se asocia a esos géneros, realmente sorprende. La segunda parte de la obra, carente de estos elementos, tiene un tono mucho más psicológico. Es es regreso, difícil, si acaso es posible, a la normalidad. A cierta normalidad. En cualquier caso, complejo.

Los once volúmenes me parecen de intensidad irregular. Si en su conjunto la serie me parece una obra notable, tiene momentos más inspirados y otros menos inspirados. Sobre si es recomendable… me cuesta comprender que se lo incluya en el demográfico shōnen, es decír, los adolescentes masculinos. Como ya digo, los temas me parecen muy de adultos. Y sin embargo, pocos de ellos se acercarán a este género. Obviamente, en el consumo de este tipo de obras, hay diferencias notables entre el País del Sol Naciente y el mundo occidental.

[Libros] La lavandería de almas de Marigold – Yun Jungeun

Literatura

Esta serie de fotografías que ilustran esta entrada de este Cuaderno de ruta puede verse, comentada desde un punto de vista de la técnica fotográfica, en Carlos en plata. Templo Bunhwangsa con su torre de piedra de hace casi 1400 años en Gyeongju, Corea del Sur.

Sinceramente, no sé muy bien cómo afrontar el comentario de esta novela de la surcoreana Yun Jung-eun. Yun es una escritora cuya primera novela, la que hoy nos ocupa fue un éxito de ventas en su país, colocándose en un momento dado entre los cinco libros más vendidos, y que se ha traducido a un buen número de idiomas. Muy probablemente a la estela del tirón que la cultura popular surcoreana está teniendo en todo el mundo, impulsada por la música, el cine y las series de televisión. Yo ya he tenido la oportunidad de leer algún libro de ese origen, y me habían gustado. Por lo que ante la popularidad relativa de esta novela, no muy extensa, decidí que nada perdía por darle una oportunidad.

Sin embargo, es un libro en el que sientes que conforme vas avanzando en la lectura, tus expectativas se van derrumbando progresivamente y por distintos factores. Una novela que quizá podamos situar en el ámbito del realismo mágico… o más bien directamente en el de la fantasía, con una protagonista, una mujer que parece no envejecer y que parece vivir durante siglos. Una mujer que en su momento abandonó a su familia, en una aldea de aspecto idílico, y que desde entonces no encuentra su sitio en un mundo en el que todo pasa y ella permanece. En un momento dado, llega a la población de Marigold, y allí adquiere una vieja lavandería cerrada, a la que convertirá en una «lavandería de almas», en la que «quitará las manchas» que apesadumbran a las distintas personas que por allí se acerquen.

Como idea general, como planteamiento, puede ser tan bueno o tan malo como cualquier otro. Pero en este caso, y desde mi punto de vista, se van acumulando factores negativos que hizo que me costara terminar el libro y que, al final, la impresión que me dejase fuese más bien negativa. El primero y más claro es la traducción al castellano. No voy a reproducirlas aquí, pero se usan con relativa frecuencia expresiones que puedes encontrar con cierta frecuencia en el lenguaje hablado, coloquial, el habla popular, pero que me parecen impropias de una traducción literaria. Y eso me fue generando poco a poco una cierta incomodidad en la lectura. Galicismos diversos, muy frecuentes desgraciadamente en las traducciones literarios, uso de preposiciones como si fueran adverbios, y otras cuestiones que cuando las oyes en la calle no les das más importancia… pero que no tienen pase en una traducción de este tipo.

Pero además, la propia evolución de la historia, y el nivel conceptual que desarrolla la autora son también decepcionantes. Los problemas de las personas que pasan por allí parecen sacados de un muestrario de desgracias, tópicos, de los que se usan en las series televisivas del país asiático de forma más melodramática. Es como si procediesen de un recetario para elaborar una historia más o menos melodramática de forma fácil. Y luego,… pues todo son corazones, todo son pétalos, todos son imágenes metafóricas más propias de la imaginación de una adolescente jovencita que de una autora con profundidad. Detrás de todo su buen rollo, hay unas dosis de superficialidad tremendas. «Pasa, oye, te lavo esta camiseta que te presto, y ríete mucho, que así todos los problemas de la vida se resuelven, sin más». No hay una auténtica reflexión sobre los problemas, sobre cómo afrontarlos, sobre cómo afectan a las personas. Filosofemas facilones, de los que podemos encontrar en las redes sociales. Y que me son relativamente desagradables porque hace que tiempo que me parece que están pensados para evitarnos las malas caras o la tristeza de los demás, diciéndoles que, por muy jodidos que estén, tienen que sonreír y fingir que están bien. Como si eso solucionase algo.

Posmodernismo de la peor especie. Novela formulaíca. Tiramos de tópico, de situaciones comunes, de recetas del buen rollo, y nos sacamos un final feliz que no es consecuencia del esfuerzo o del recorrido del personaje, sino del arte del birlibirloque, imaginado con muchos petalitos y corazoncitos. No. No creo que esto sea una fórmula para ayudar a la gente a sentirse mejor. Más bien es para tranquilizar las conciencias de los que ya están bien, pensando que los que no lo están es porque quieren. Que sonrían y se rían… y ya está.