[Libro] The Tatami Time Machine Blues – Tomihiko Morimi

Literatura

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Las novelas de Morimi en el universo del Tatami y sus derivadas espirituales transcurren en Kioto, y allí nos vamos, a pasear por las típicas calles y santuarios en Higashiyama.

En la primavera de hace dos años pude ver en una plataforma de contenidos una serie de animación japonesa que me encantó. Me divertí mucho. Me lo pasé pipa. Y así descubrí al escritor Tomihiko Morimi y su Universo del Tatami. El autor es de Nara, y realizó sus estudios universitarios en Kioto, período de su vida que supongo inspiró las andanzas de los personajes de este peculiar universo de ficción. Universo que vio la luz con su novelaYojōhan Shinwa Taikei [四畳半神話大系, literalmente las crónicas míticas de los cuatro tatamis y medio], que con el tiempo fue adaptada a serie de animación, que con el tiempo vi, y la novela que nos ocupa hoy Yojōhan Taimu Mashin Burūsu [四畳半タイムマシンブルース, literalmente el ‘blues’ de la maquina del tiempo de los cuatro tatamis y medio]. Y hubo otra novela, adaptada a largometraje de animación, Yoru wa Mijikashi Aruke yo Otome [夜は短し歩けよ乙女, literalmente la noche es corta, camina, muchacha], que leí durante mi viaje a San Francisco. Esta última no es exactamente una historia perteneciente al Universo del Tatami, pero sus personajes y su espíritu tienen mucho que ver con este. Incluso la adaptación animada tiene un diseño de personajes claramente copiado de las series de animación mencionadas. Esta es mi favorita. La película ya la he visto en más de una ocasión, y cada vez le encuentra más miga.

Frente al complejo multiverso de la historia original, en el que una y otra vez regresamos cíclicamente a la repetición con variantes de la historia de watashi (yo, el protagonista de la historia), aquí estamos en una situación estable en cuanto a este multiverso. Es verano, y los habitantes de la residencia universitaria con habitaciones de cuatro tatamis y medio (algo más de siete metros cuadrados, de aquí viene el nombre del universo de ficción), al menos los afiliados al club de cine, está rodando una película, dirigida por Akashi, la joven que es el centro de atracción romántica de watashi, el protagonista. Pero dos situaciones llevan a esta microcomunidad al caos. Una botella de soda que se derrama sobre el mando a distancia del único aparato de aire acondicionado de la residencia, arruinando su funcionamiento en el agobiante calor del verano kiotense, y la aparición de una misteriosa máquina del tiempo y su «soso» viajero.

Estas novelas no están traducidas al castellano, por lo que las que he leído estaban en inglés. Pero tengo la sensación de que están bien traducida y trasladan con fidelidad el caos que nos quiere transmitir su autor. La historia no deja de ser un romance disfrazado de aventuras. Pero con las paradojas en el tiempo muy bien gestionadas. He de recordar que me encantan las historias de viaje en el tiempo, cuando están bien desarrolladas, porque son tremendamente divertidas e intelectualmente desafiantes. Aquí, salpicadas de aventuras absolutamente delirantes, que generan una notable hilaridad.

Con estas historias yo me lo paso muy bien. Quizá, esta sea la más ligera. La más casual. La más anecdótica. Pero recomendable. Muy recomendable, desde mi punto de vista. Aunque supongo que no atraerá a un público general. Sin duda puede atraer a un público joven, relativamente cultivado, y sin reparos a exponerse a otras culturas y situaciones. Aunque yo creo que es una exposición que debería promocionarse en todo tipo de gentes. Otome me resultó más entrañable. Trasunto de Akashi en esta historia, no son simplemente el mismo personaje; aquel era más profundo y empático. Akashi es más ligera… aunque también con mucho encanto. Y no he leído (todavía) la novela que comenzó todo esto. En algún momento. Por cierto, que del mismo autor es otra novela que también fue adaptada a largometraje de animación que vi hace unos años… quizá me anime a buscarla también.

[Cine] Kurenai no buta [紅の豚] (Porco Rosso) (1992)

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Tenía varias posibilidades para mostrar el Adriático en esta entrada. He optado por fotos de Piran, Eslovenia, una de las diversas ciudades que son denominadas «la Perla del Adriático».

Kurenai no buta (紅の豚) (Porco Rosso) (1992; 32/20250725)

He visto en múltiples ocasiones esta película, pero siempre en pantalla pequeña. En vídeo o en plataforma de contenidos. Desde hace unos años, todo el catálogo de Studio Ghibli está disponible en Netflix. No sé cuanto durará… pero ya lleva un tiempo. Una de las grandes cosas de la plataforma. Una de la pocas grandes cosas que le van quedando, en una plataforma que ha ido derivando a marchas forzadas desde las series de prestigio iniciales a productos ultracomerciales, pero de calidad dudosa en el mejor de los casos. Eso sí… producen tanto, que siempre hay alguna cosa que rascar. Pero ya he comentado que estoy a un paso de darme de baja. Pero nunca había visto en pantalla grande las aventuras de Porco/Marco, Fio, Gina, Curtiss, los Mamma Aiuto y demás entrañables aventureros de las maravillosas costas del Adriático.

Desde la primera edición, hay tres elementos que me llamaron de las aventuras de aviador italiano. La primera es la poesía nostálgica que destila la película, eso sí salpicada por las trifulcas con los «piratas» del aire y con las autoridades fascistas de esa «nueva Italia». La segunda es Fio Piccolo, el enésimo homenaje o propuesta que Hayao Miyazaki hacia jóvenes féminas, resolutivas, justas, dispuestas a pelear por lo que quieren. Sí… ya sé que el personaje de Gina está ahí… quien no se enamoraría de Gina… Pero forma parte del primer punto, la poesía nostálgica. Y la tercera es esa escueta declaración de principios que Porco/Marco enuncia al Capitán Ferrarin en una sala de cine de Milán.

ファシストになるくらいなら、豚でいたほうがましだ

«Fashisuto ni naru kurainara, buta de itahō ga mashida»

«Prefiero ser un cerdo que un fascista»

Qué apropiado, incluso, o especialmente, para los tiempos que corren. La película, detrás de su fachada, divertidísima fachada, de películas de aventuras, con no pocos homenajes al cine mudo de los años 20, y al de otras épocas, y a los principios de la aviación, tema que siempre ha fascinado a Miyazaki, es un alegato antibélico y antifascista, a favor de la libertad muy notable. Entre su dimensión poético nostálgica hay que destacar esa magnífica visión que nos regala Miyazaki cuando Porco/Marco narra a Fio su brutal experiencia en la Gran Guerra, con esa estela que cruza el cielo, de aviadores de todos los países fallecidos en combate. Una estela que recuerda a la Vía Láctea. No sé si será casualidad o será intencional, pero no puedo evitar recordar con esa escena un libro muy emotivo, que leí hace un tiempo, en el que la Vía Láctea es una línea ferroviaria que transporta el alma de los fallecidos para cruzar al otro mundo. La novela de Kenji Miyazawa también tiene dos protagonistas, dos grandes amigos, con nombres italianos, Giovanni y Campanella. A la obra se la equipara con El principito, pero fue anterior a la obra de Saint-Exupéry.

La película está llena de referencias a hechos históricos. Ferrarin fue el apellido de un as de la aviación italiana durante la Primera Guerra Mundial. El nombre del estudio, Ghibli, aparece en un motor que se va a instalar en el deteriorado hidroavión de Porco/Marco, pero es que hubo un avión italiano que llevaba esta apodo, Caproni Ca.309 Ghibli, donde ghibli es el nombre con la ortografía italiana de un viento del desierto libio. Los USAmericanos suelen pronunciar mal ghibli; suelen usar la g de «gin tonic» en lugar de la de «giving» que es la que corresponde. Pero los USAmericanos casi nunca se han preocupado de entender al resto del mundo. Miyazaki era muy consciente y por eso nos regala el persona de Curtiss, un tontolaba mezcla de Errol Flynn y Ronald Reagan. Por cierto, Curtiss suele aparecer por ahí con solo una s, pero creo que hay que considerar que su nombre es un homenaje a un constructor americano de aviones, un precursor de la aviación. Pero también, detalles como la canción que canta Gina en varias ocasiones, Le temps de cerises (El tiempo de las cerezas), que fue dedicada por su escritor a una enfermera de la comuna de París, que se dedicó al cuidado de los heridos en la semana sangrienta por la represión del derrotado ejército francés en la reciente Guerra Francoprusiana.

Con hora y media de duración, sin necesitar los excesos visuales generados por ordenador que plagan la animación actual, Porco Rosso es uno de los títulos más destacados de la obra de Hayao Miyazaki. Que es lo mismo que decir que es uno de los títulos más destacados del cine de animación. O de la historia del cine. Punto. Aunque para muchos sea desconocido o minusvalorado porque «los dibujos animados son para niños y adolescentes» o alguna tontería por el estilo. Una animación elegante, bella, con grandes paisajes, unos personajes entrañables, que nos enganchan, a los que queremos y de los que nos gustaría saber más. Una historia con alma, con corazón. Una película de esas que sientes que son imprescindibles. Que si Miyazaki no la hubiese hecho, alguien debería de haberla hecho.

Valoración

Dirección: *****
Interpretación: *****
Valoración subjetiva: *****

[Cine] Jeon, ran [전,란] (Invasión, insurrección) (2024)

Cine

Jeon, ran [전,란] (2024; 51/20241011)

Este estreno reciente de Netflix procedente de Corea del Sur me interesó e intrigó por la presencia en Park Chan-wook en los créditos de la película. Park tiene títulos muy interesantes en su carrera. Por indicar algunos de los que he visto en pantalla grande en los últimos años, podemos hablar de este muy reciente, de un clásico del cine coreano de este siglo, de una película de intenso y elegante erotismo, y… menos interesante, una incursión en el cine norteamericano. Park aparece como guionista de la película, y nos decían las crónicas que su intención era dirigir este drama de acción histórica, pero otros compromisos hicieron que esa tarea pasase al más bisoño Kim Sang-man. Así pues… el aliciente estaba ahí. El mismo viernes que la estrenaron, por la noche, me dispuse a verla.

La acción nos traslada a finales del siglo XVI, durante las invasiones japonesas de la península de Corea. Y nos habla de la rivalidad entre un joven noble (Park Jeong-min) y su criado/esclavo (Gang Dong-won) de edad similar. Entre la amistad y el odio, ambos quedarán separados justo antes de las invasiones niponas por la crueldad en el trato de los esclavos por parte de la familia del joven noble. Tras la expulsión de los japoneses del país, el reino de Joseon se encuentra arruinado, hay hambre, y las población siente que los gobernantes no les prestan atención, por lo que es terreno abonado para los levantamientos e insurrecciones. Y ambos jóvenes, ya no tan jóvenes, volverán a encontrarse enfrentados.

El reino de Joseon fue un reino muy encerrado en sí mismo cuya sociedad fue configurada en torno a un confucianismo extremo. Frente a los muchos papanatas que ven las filosofías asiático-orientales como siempre estupendas, espirituales y superiores al materialismo occidental. Pero lo cierto es que el confucianismo promueve una fuerte estratificación social, prácticamente un sistema de castas, donde el que nace siervo o esclavo así permanece, no existe ascensor en la escala social, y los nobles «eruditos» conservan perpetuamente sus privilegios. Teóricamente la filosofía de Confucio predica la prevalencia del estudio y el mérito, pero en la práctica sólo los hijos de los nobles «eruditos» pueden convertirse en la siguiente generación de privilegiados. Además es profundamente patriarcal, reservando a la mujer un papel pasivo y absolutamente dependiente del hombre. Por lo tanto, en la base de la película hay material para una reflexión social importante. Especialmente en un momento de la historia del país especialmente revuelto. Pero al final, el desarrollo de la historia queda como un conjunto de peripecias aventureras, con luchas de capa y espada, siempre tan excesivas en el cine asiático, con idas y venidas en el tiempo, mal engarzadas, la película no está correctamente construida. Y el resultado es más bien confuso y banal. A pesar de que se han introducido medios.

Las interpretaciones son correctas. Entre los intérpretes coreanos hay bastante más oficio de lo que las teleseries del país nos muestran, y eso se aprecia. Pero no bastan para levantar la calidad de una película que tenía muchos mimbres para ser interesante, incluso bastante buena, y se queda en una mediocridad absoluta con pretensiones. Allá cada cual si es suscriptor de Netflix si se anima o no con ella.

Valoración

Dirección: **
Interpretación: ***
Valoración subjetiva: **

[Libro] Starter villain – John Scalzi

Literatura

Después de la divertidísima e ingeniosa aventura en un mundo paralelo donde viven los kaijū, y del interesante inicio de su trilogía sobre un imperio espacial plutocrático en crisis, me quedé con ganas de leer más cosas de John Scalzi. Un autor que, con esos dos libros, me divirtió bastante. Por eso, cuando encontré de oferta la versión electrónica de la historia que traigo hoy, no lo dudé y lo compré para leerlo en cuanto encontrase un momento. Lo cual sucedió hace ya dos meses, en las primeras semanas de junio. Llevo mucho retraso en esto de comentar libros. Y es que últimamente he encontrado una rutina adecuada para ir leyendo con ritmo todos los días. Además de que me han tocado en suerte o me han interesado algunos libros que son breves en su concepción.

Es inevitable leer esta aventura en una clave que no sea la de la parodia o sátira. Más bien… parodia. Un mediocre periodista que, tras la crisis de los medios de comunicación por internet, se gana la vida como profesor sustituto de instituto, y mal vive en el caserón familiar, acosado por sus medio hermanos que lo quieren echar para vender la propiedad, se convierte en el albacea y heredero de su tío, el hermano de su madre fallecida mucho tiempo atrás. Pero lo que el pensaba que era un más o menos lucrativo negocio de estacionamientos, es una tapadera para asuntos mucho más turbios. Lo cual puede comprobar cuando al funeral de su tío sólo acuden individuos mal encarados que sólo quieren asegurarse de que está muerto… incluso apuñalando el cadáver por si acaso. Tras un intento de asesinato con una bomba y el incendio de su casa, arrastrado por una colaboradora de su tío, iniciará su carrera como villano de los negocios, miembro de un cártel de desaprensivos empresarios mafiosos de todos el mundo que pretenden controlar el mundo desde la clandestinidad, y contando con empresas normales como tapaderas.

Una parte de las aventuras que relata la novela de hoy transcurren en un hotel de lujo a orillas del lago de Como… así que… Tengo que volver al lago de Como. Las fotos que tengo del lugar son un poco flojas.

Como en las anteriores novelas de Scalzi, esta, que incluye elementos de ciencia ficción, con gatos y delfines inteligentes, lo cual aviso si alguien ver la cubierta de la novela con la figura de una gato trajeado, hay una mezcla de aventura, de humor y de crítica social, esta vez encaminada al mundo de los grandes empresarios y de los grandes cárteles que influyen las decisiones de las autoridades políticas y financieras. Pero con ese punto de parodia que podemos extraer del mundo del cine, en el que estos villanos todopoderosos tienen islas secretas, se reúnen en hoteles de lujo, controlan satélites artificiales y mantienen ejércitos de sicarios y guardaespaldas.

No tiene la brillantez conceptual de las dos primeras novelas que leí del autor, especialmente la de los kaijū, y no siempre mantiene la misma regularidad en el ritmo de la narración. Pero sigue siendo una lectura muy entretenida, bastante adecuada para un relax en la época veraniega, y con elementos aquí y allí que extraerán frecuentemente la sonrisa del lector, e incluso alguno pequeña carcajada. O sea que bien. Recomendable. Leído en inglés porque no me consta que exista versión en castellano… y porque es lo que me apareció en oferta. Creo que es la última novela escrita por el autor, o sea que hasta que llegue la traducción al castellano… si llega… Y bueno. Ya comentaré pronto que algunas de las traducciones de estas novelas en los últimos tiempos dejan que desear. Cuando llegue, no tardando mucho, el comentario de la segunda entrega de aventuras imperiales, ya lo mencionaré con más calma. Y otra cosa… yo creo que Scalzi está esperando que alguien le empiece a llamar para adaptar sus novelas al cine. La estructura de esta claramente está pensada para adaptarla a la gran pantalla.

[Libro] Shogun – James Clavell

Literatura

Nuevamente me salto el orden de comentario de los libros que he leído en las últimas semanas, tengo nueve en espera incluyendo el de hoy. Los libros que tengo en espera fueron terminados de leer en el 14 de mayo y el 6 de julio, día en el que terminé de leer un libro de relatos gráficos, historietas, y una novela corta. Pero cuelo este de hoy porque es un comentario conjunto con una de las series que he visto y comentado en tiempos recientes. Un libro que no pensaba leer por diversos motivos. Porque no soy especialmente adepto a este tipo de best-sellers tan de moda en los años 70 y 80 del siglo pasado. Porque no suele apetecerme empujarme así por las buenas un novela de más de 1000 páginas salvo que este muy muy muy justificado. Pero me lo prestaron. Insistieron y me lo prestaron. Y así como sucede que aproximadamente un 10 % de los libros que me compró los abandono por diversos motivos sin terminar de leerlos, cuando me prestan un libro me lo leo hasta el final sí o sí. Me parece una desconsideración no hacerlo. Y nunca he olvidado devolver un libro… que yo recuerde.

En lo que mi memoria alcanza siempre ha habido best-sellers en las librerías. Superventas o mejor vendidos si hablásemos castellano habitualmente. En la Fundeu nos recomiendan usar el término superventas, que es muy usado en el mundo discográfico. Pero lo que he venido observando es que no necesariamente significa que realmente sean los más vendidos. Más bien parece que son libros que de entrada están pensado para ser vendidos como churros desde su lanzamiento, con abundancia de apoyo publicitario, con un lugar destacado en la librería, y que al final, en edición de bolsillo, acaban siendo los que se venden en los quioscos de prensa de los aeropuertos y las estaciones de tren. Son novelas formulaicas, que siguen un esquema más o menos similar, con una serie de elementos que parecen ser del gusto de ese lector medio, popular, que quiere leer… pero sin complicarse la vida. Que hay romance, intriga, hechos históricos cuya veracidad importa poco, buenos y malos… pues eso. Algunos pertenecen a géneros como podréis deducir; novela rosa o romántica, novela histórica, novela negra o detectivesca, fantasía,… Supongo que es lo que enseñan las universidades norteamericanas en sus cursos y seminarios de escritura creativa; la receta para escribir un superventas. En el mundo del cine, existe un libro de 2005 que explica como escribir un guion de cine con estas características. Un libro que ha ayudado mucho a degradar la calidad de las historias que se cuentan en el cine actual.

James Clavell, el autor del superventas que hoy nos ocupa, fue, además de novelista, guionista y director de cine. Incluso escribió y dirigió alguna película que en su momento me pareció relativamente notable, aunque hoy en día quizá la viese con ojos menos favorables, sin que me disgustase. Y que decir del guion de una de las más divertidas películas sobre la Segunda Guerra Mundial… escrito con otros dos guionistas. Por lo tanto, no podemos dudar de la capacidad de Clavell para escribir historias destinadas al gran público, con más tirón que profundidad, sin necesidad de leer ese libro que explica que para un espectador tonto y adocenado, el bueno de la película tiene que salvar al gatito de una niña para entender que es «el bueno». Frente al malo… que fuma. Esto no sé si lo dice el libro,… pero es algo que está ahí en los formulaicos guiones actuales. Suponiendo que dejen que aparezca alguien fumando en pantalla. Y Shogun es un producto de esa forma de escribir.

Como comentaba cuando hablé de la serie, es una ficcionalización libre y no basada en hechos históricos constatados de los acontecimientos que llevaron a la muerte de una noble japonesa de casta samurai, y que fue el casus belli que llevó a la batalla de Sekigahara, en la que se impuso Ieyasu Tokugawa, convirtiéndose el primer shogun del llamado periodo Edo de la historia del País del Sol Naciente. Pero… es un superventas destinado al público occidental, predominantemente norteamericano, que es el mayor mercado del mundo anglófono. Por lo tanto, el protagonista tiene que ser un europeo, en aquellos tiempos América de Norte estaba en mantillas, predominantemente anglosajón y protestante. El precursor de los WASP norteamericanos, clase dominante en Estados Unidos. Creo que ya dije que la serie, que es bastante fiel al libro, pero que da más juego a los personajes japoneses, hubiera sido bastante mejor sin el personaje del inglés. Pero en el libro,… siempre vamos acompañando al inglés… que es un personaje que me parece un imbécil e insoportable. En el libro y en la serie. También tiene que haber romance y sexo, aunque sea descrito de forma discreta, no escandalosa. Da igual que sea una relación improbable y fuera de carácter. La cuestión es que satisfaga al lector simplón. Y tiene que haber abundancia de tópicos, a ser posible sangrientos. Abundancia de harakiri o seppuku, su ración de torturas y muertes de campesinos arbitrarias, el empeño en comer pescado crudo en lugar de los platos normales a base de carne del mundo anglosajón (¿os he contado alguna vez que como semanalmente cinco veces más pescado que carne, y que estoy encantado si es en forma de sashimi?), y mucho bushido… incluso si el concepto existía aunque el nombre del concepto sea algo relativamente moderno.

No me cabe la menor duda que el libro tiene, o tuvo, los elementos para atraer a un abundante grupo de lectores. Pero no es bueno. Como sucede con otros muchos superventas. ¿Os he contado que soy tan rarito que Los pilares de la Tierra me pareció de una mediocridad conceptual tremenda en contra de la opinión de la mayoría? ¿Poco más que un folletín de novela barata? Pues eso. No es difícil de leer, claro. Sería contrario al concepto de superventas. Y por eso, aunque su contenido me resulte estomagante en muchas ocasiones, puedo seguir adelante y llegar hasta el final. Pero quizá ahora entienda un poco mejor al excesivamente elitista C. S. Lewis cuando hablaba de distinto tipos de lectores y libros en un ensayo que leí y comenté recientemente. No obstante, sigo pensando que el superventas de buena calidad es posible. Pero tal y como está el mercado editorial, poco probable.

[TV] Cosas de series; entre la fantasía y la ciencia ficción según la animación japonesa

Televisión

Me quedaban dos series por comentar del primer trimestre de anime de 2024. No tan brillantes ni mucho menos como las que comenté hace unas semanas. Pero al menos entretenidas. Y nos sirve para comentar la visión de los animadores nipones de algunos de los diversos géneros a los que se dedican. A veces con numerosos elementos predecibles. Otras… más originales.

Majo to yajū [魔女と野獣, la bruja y la bestia], en inglés, literalmente, The witch and the beast, es la típica adaptación de un serie de manga que se mueve en el terreno del fantástico. Presuntamente en el del terror, pero más bien funciona como una de aventuras entre buenos y malos. En un mundo ficticio donde existe la magia y los seres sobrenaturales, ambientado como la Inglaterra a caballo entre el siglo XIX y el XX, una curiosa pareja formada por un ser bestial atrapado en un cuerpo femenino y un mago que acarrea consigo a cuestas un ataud van por el mundo cazando brujas, buscando la que embrujó al ser bestial, de aspecto muy poco bestial. No voy a decir que me haya entusiasmado siempre el periplo de esta pareja, pero tiene algunos momentos conseguidos. Yo creo que le falta algo para terminar de atrapar. Quizá demasiado convencional en determinados aspectos. Si hay futuras temporadas, no tengo nada claro que me vaya a enganchar a ellas. He probado, he visto… y ya está.

Una de las series tiene en sus primeros episodios unas entretenidas aventuras ferroviarias… así que unas fotos de ferrocarriles nipones.

Metallic rouge (en inglés en el original) es una serie de ciencia ficción que va claramente de más a menos. Desgraciadamente, demasiado a menos. En un futuro más o menos cercano o lejano, el ser humano a colonizado ya algunos planetas del Sistema Solar, y ha entrado en conflicto con alguna raza extraterrestre. Estamos en una tregua. Uno de los elementos para luchar contra los extraterrestres es una raza de humanoides sintéticos, que llevan incorporadas, mira tú por donde, las leyes de la robótica de Isaac Asimov. En ese ambiente, tenemos a una androide en una misión en el planeta Marte, acompañada de una joven, donde debe acabar con una humanoide que por algún motivo es hostil al gobierno. La cosa empieza bien. En un Marte que quiere recordar, a veces, al de Cowboy Bebop, tenemos una aventura entretenida entre estas dos chicas y una fauna diversa de gentes de moral siempre dudosa. La cosa empieza a enredarse cuando resulte que alguno androides se convierten en unas especies de grandes robots que disparan muchos tiros, y lo que parecían unas aventuras simpáticas por Marte, se complica en una trama sobre conflictos entre humanos y humanoides, pero mal llevada, engorrosa, y que resuelven de forma poco sutil. Esta es prácticamente seguro que no la seguiré viendo. Esta es la típica que parte de ideas interesantes, aunque no originales, y que pretende darle originalidad a través de tramas enrevesadas y espectacularidad pirotécnica llevada al extremo.

En fin… que en esta ocasión, no hay mucho que recomendar. El problema de ver estrenos,… que no tienes referencias para elegir. Tienes que arriesgar.

[Cine] Furiosa: A Mad Max Saga (2024)

Cine

Furiosa: A Mad Max Saga (2024; 28/202400602)

Llevo leyendo desde hace un par de semanas constantes referencia a una taquilla de cine en España en estado letárgico. La gente no va al cine. Es caro. Y la mayor parte de la oferta es mero entretenimiento que da igual ver ahora que después, en la sala de cine o en casa tranquilamente. Y las palomitas y la cocacola salen mucho más baratas en casa. Las puedes comprar donde quieras sin abusos. Y llevamos décadas enseñando un cine de consumo fácil, y el cine como disciplina artística cada vez interesa menos al público. Que cree que una «buena» película es una con mucho presupuesto y muchos efectos especiales. El fin de semana pasado me propusieron ir al cine, pero yo no veía en la cartelera, y en versión original, muchas posibilidades. Propusieron esta secuela/precuela de las películas de Mad Max/del personaje de Furiosa, que interpretó originalmente Charlize Theron. Aquella no la vi en el cine. En casa. En la tele. No me dijo gran cosa. Las dos terceras partes de la película, un montón de gente persiguiéndose, haciendo explotar cosas y matándose hasta llegar a un determinado punto. El tercio restante, lo mismo, pero para volver al punto de partida. No había nada más. De verdad.

No tenía a mano paisajes tan áridos como los de los desiertos australianos donde se ruedan estas películas. Pero en Aragón no faltan paisajes áridos, aunque en esta ocasión aliviados por la laguna de Gallocanta.

Pero la película fue un éxito de taquilla. Por lo que han sacado una precuela con Anya Taylor-Joy en el papel protagonista, dirigida, por supuesto, por George Miller que, aunque ha hecho alguna otra cosita, lleva viviendo de esta saga toda su vida. Taylor-Joy me gusta como actriz… pero ni aun así me apetecía mucho. No tenía otros planes alternativos, así que me apunté a la matinal. Y es más de lo mismo. Muchos efectos especiales, muchas explosiones, muchos muertos, para una historia esquemática, convencional, con unos caracteres esquemáticos, convencionales, apenas definidos. Y en este caso, ni siquiera podemos decir que esté bien hecha, porque en muchas ocasiones los efectos digitales cantan en exceso, y se nota que se ha rodado sobre fondo verde. Parece que el presupuesto no llegaba para una empresa digna de efectos digitales.

Indudablemente, esta película entretendrá a los deglutidores compulsivos de palomitas y cocacolas. Pero es una película absolutamente vacía. Un mero entretenimiento visual en la que incluso los villanos que podrían ser lo más interesante de la película, están desaprovechados y acaban siendo convencionales y poco interesantes. De verdad… o yo soy muy raro, o la falta de cultura cinematográfica en la población es tal… que no es de extrañar que no haya especial interés por el cine… porque en poco tiempo esto lo podrán ver apoltronados en sus casas sin tener que pensar mucho, echando kilos y promoviendo la diabetes, mientras ingieren hidratos de carbono con sal y aceites, y refrescos de soda con más hidratos de carbono y más sodio, sin esfuerzo alguno, ni físico ni mental. Ya está. No hay más.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

[Libro] El hombre que pudo reinar (ilustrado) – Rudyard Kipling, Fernando Vicente (ilustrador)

Sin categorizar

Como sucede muchos años, a mediados de diciembre, una semana antes de la Navidad, en una mañana de sábado, nos encaminamos al Salón del Cómic de Zaragoza. Tradicional en esas fechas. Hay que echar el anzuelo a los consumidores que compran regalos para esas fechas. Y nosotros… picamos. Pero con gusto. Siempre nos llevamos algún regalo, y alguna cosa para nosotros mismos. Cuando vamos, los sábados por la mañana, suele estar animado, pero faltan los visitantes más vistosos, los que acuden disfrazados de sus personajes favoritos; los cosplayers. Alguno hay. Pero no suelen madrugar; van más por la tarde. Pero odiamos las muchedumbres agobiantes. Y ya el sábado por la mañana hay mucha gente. No quiero ni pensar lo que puede haber seis o siete horas más tardes. Es barato. Un euro la entrada. Una forma de establecer un tíquet moderador. Los meramente curiosos, sin más interés por lo que se expone y vende, no se gastarán el euro.

Salgo de allí con un libro ilustrado. Una novela corta publicada por Nórdica Libros, escrita por Rudyard Kipling, ilustrada por Fernando Vicente, un clásico de la literatura en inglés, aunque lo que yo llevo es una traducción, que fue adaptada al cine por John Huston, y protagonizada por Sean Connery y Michael Caine, con Christopher Plummer como Kipling y narrador de la historia. En ella se nos habla de la peripecia de dos estrafalarios aventureros, suboficiales del ejército inglés en la India, que van por libre, y que deciden dirigirse al Kafiristan, región del Hindú Kush, montañas al norte de Afganistán y Pakistán, donde vivirían los descendientes de los griegos que acompañaron a Alejandro Magno en su expedición por Asia. Allí serán acogidos como dioses, formarán un ejército que les permitirá erigirse como reyes del lugar… hasta que las cosas se tuercen.

Existieron realmente colonias griegas en la Transoxiana, más allá del río Oxus, hoy en día conocido como Amu Daria, y que dan base a la elucubración de los personajes de Kipling sobre el origen europeo de los habitantes del lugar. Un reino de cultura griega más descendiente del imperio helenístico seléucida( de Seleuco, uno de los generales de Alejandro, que le sucedió en lo que se llamaba Persia en aquel momento). De ahí a pensar que los habitantes de los valles elevados y remotos del Hindú Kush sean de ascendencia europea… En cualquier caso, es una aventura propia de los tiempos coloniales, en los que además seguía la exploración del mundo, en el que seguían existiendo regiones ignotas… para la Europa occidental. Eran perfectamente conocidas para los locales. Para quienes un lugar ignoto sería… Londres. En fin. Se nos dice con frecuencia que los aventureros de esta historia estarían inspirados por el que fue rajá de Sarawak, James Brooke, que fue el malo en la literatura en la conocida novela de Emilio Salgari Los tigres de Mompracem, que dio comienzo al ciclo de novelas de los piratas de Malasia, protagonizados por Sandokán.

El libro se lee en poco tiempo. Es muy entretenido. Combina la ironía, casi la parodia, en la forma en que los dos aventureros se desenvuelven, con un tono melancólico, como adivinando que el mundo de los aventureros románticos está acabando en ese final del siglo XIX, con los avances del siglo XX, entonces en el futuro, llamando a la puerta. Ese tono se nota especialmente en la adaptación al cine de Huston. las ilustraciones de Fernando Vicente, creo que muy influidas por la película, están muy bien, y acompañan convenientemente al relato. Ilustraciones claras, limpias, pero expresivas, que hacen que el libro que presenta Nórdica pueda recibir una buena nota y ser muy recomendable. Tanto para quienes disfruten de un buen relato de aventuras, como para los que gusten de los libros ilustrados. Un buen regalo… de Navidad o en cualquier momento del año.

[TV] Cosas de series; animación de la buena… y de la realmente buena, buena buena

Televisión

Dos series de animación que no proceden del País del Sol Naciente cayeron durante el mes de diciembre. Y he de decir que me lo pase muy bien con ellas. Con la primera… muy divertida, muy bien. Pero es que la segunda roza el concepto de obra maestra. De verdad. Y al parecer no soy el único que opina lo mismo. En fin, vamos con ellas.

El principio de la serie de ambiente japonés que comento hoy transcurre en Kioto… y allí es donde nos iremos para ilustrar fotográficamente la entrada de hoy.

Scott Pilgrim takes off es una nueva versión de la historieta de éxito Scott Pilgrim en forma de animación. En primer lugar, una serie de aclaraciones. La historia original ya se adaptó al cine trece años antes en acción real, una película que yo no he visto, y que fue razonablemente bien recibida. Muchos de los intérpretes de aquella ponen la voz a los mismos personajes en esta versión animada. He dicho que no procedía de Japón, que no era un anime, pero eso es parcialmente cierto. Es una coproducción en la que hay una importante participación de animadores nipones. Pero directores, guionistas y puestos importantes son norteamericanos, incluyendo Canadá. Y la animación del movimiento de la boca está pensada para que coincida con el guion en inglés. También he dicho que es una «nueva versión» de la historieta, pero parece que en realidad cogen la premisa de partida y los personajes de aquella, y narra una historia nueva, diferente en alguna medida. Como no conozco el material original, no puedo juzgar las diferencias. Así que aclarados los puntos esenciales.

En esta versión de la historia, nuevamente, Scott Pilgrim (Michael Cera, voz) el bajista de los Sex Bob-omb, grupo canadiense de rock, de Toronto, a un nivel más bien aficionado, se encuentra sin oficio y beneficio, cuando queda prendado de una repartidora sobre patines en línea, Ramona Flowers (Mary Elizabeth Winstead, voz). Pero cuando empiece a ser correspondido, se las tendrá que ver contra la coalición maligna de los exnovios de Ramona, resultando en que desaparece, presuntamente muerto, en una pelea con uno de ellos en un concierto. Y Ramona iniciará la búsqueda, reencontrándose con los presuntos culpables. Y en general, esto es muy divertido. Siendo la premisa inicial una comedia romántica entre veinteañeros de edad universitaria, acaba siendo una aventura de ciencia ficción, con viajes en el tiempo, paradojas temporales, llena de personajes muy divertidos, muchos de ellos merecedores de su propia serie. Ciertamente una serie generacional, apropiada para gente mucho más joven que yo, pero que por sus buena factura, su guion, su buen diseño de caracteres, Ramona es un personaje absolutamente fenomenal y auténtica protagonista de la fiesta, y por su ritmo general, aunque tenga algún pequeño bajón, es recomendable para todos los amantes a la animación/comedia romántica/ciencia ficción/viajes en el tiempo (táchese lo que no proceda y quédese con lo que le valga). Los ocho episodios de apenas media hora de duración saben a poco. Pero no parece que esté prevista una segunda temporada. En Netflix.

Y luega esta Blue eye samurai. Tampoco es japonesa, aunque su historia transcurre, al menos en esta primera temporada, en una versión ficticia de lo que serían las primeras décadas del shogunato Tokugawa en el denominado periodo Edo de la historia de Japón. Ficticia… porque el shogun no es un Tokugawa y otras cosas. Es una coproducción francoamericana. La concepción y los principales productores proceden de Estados Unidos, pero la animación sea realizado en Francia. La acción transcurre en una Japón que ha cerrado las fronteras a los extranjeros, algo que sucedió en realidad, al mismo tiempo que se prohibió el cristianismo en general, el catolicismo en particular, tras conocer la colonización de las Filipinas por los españoles a través de la introducción de misioneros portugueses y españoles (no olvidemos que en aquellos tiempos los reinos hispánicos, incluido Portugal, tenían el mismo rey de la rama española de los Habsburgo, o Austrias). En este ambiente, un extraño samurái al servicio de ningún señor y que oculta sus ojos tras unas gafas de cristales ambarinos, va buscando a los cuatro europeos que supone siguen en el país. Sus ojos están ocultos por ser de color azul. Por ser mestizo. Por lo que es considerado un demonio y una aberración. Y va buscando a estos europeos para matarlos. Uno de ellos es su padre. Y ha ocasionado la ruina y la muerte de su madre. Y aun esconde algún que otro secreto más, que no voy a desvelar. Es duro. En ocasiones, despiadado. Y temerario.

Esta producción de Netflix ha recibido una unánime consideración por crítica y público como una serie excelente, con valoraciones altísimas por unos y por otros. Con unos dibujos y una animación muy expresivos, muy cuidados, con momentos que parecen verdaderas obras de arte, se acompaña de un diseño de caracteres absolutamente impecable, y de unos guiones de altísima calidad. La historia y las aventuras de Mizu(*), que así se llama el personaje principal, enganchan muchísimo y son de las que no puedes dejar. Son duras. Es animación para adultos y bien adultos. Hay mucha violencia. Hay prostitución. Hay abusos sexuales. Hay manifestaciones de odio racial. Y Mizu (Maya Erskine, voz) no es el único personaje interesante. Además del malo de la serie, el irlandés Abijah Fowler (Kenneth Branagh, voz), uno de los caracteres más interesantes es el de la princesa Akemi (Brenda Song, voz), una consentida hija de un noble que ha sido prometida al hijo menos del shogun, y que está enamorada de un samurái bravucón, inicialmente un antagonista del personaje protagonista, aunque eso evolucionará. Esperemos saber más de ella en futuras temporadas. Hay algunos de los ocho episodios que son absolutamente antológicos. Muy muy buenos. El sexto tiene una doble versión. En Netflix, bajo suscripción, en color pleno. Pero en Youtube, en abierto, en el canal oficial de Netflix, está el mismo episodio pero en blanco y negro, con acentos aquí y allí de color. Y con la banda sonora diferente. Por si queréis probar antes de consumir. Os lo dejo aquí incrustado.

(*) En la versión japonesa escriben el nombre en katakana, ミズ, como si fuese una palabra extranjera. Pero mizu 水, escrito con kanji, significa agua.

Realmente, estamos ante la mejor serie de animación que he visto en el 2023, y probablemente una de las mejores series de animación que se puedan ver en general. La primera temporada ha dejado cerrado un arco argumental, pero ha abierto la serie a un nuevo arco argumental y a nuevos escenarios por el mundo. Los ocho episodios de entre 35 y 62 minutos de duración saben a poco. Pero esta serie no será sencilla de hacer y supongo que habrá que tener paciencia para la segunda temporada. Y es material original, no se basa en manga, novela o historia previa alguna. Como curiosidad, dentro de las tendencias en integración de la industria del cine y la televisión, todos los personajes japoneses tiene actores/actrices de voz norteamericanos pero de origen asiático. Aunque hablan un ingles americano típico y tópico como lo podría hablar cualquier otro actor o actriz de la misma nacionalidad. El personaje europeo ya he mencionado que es Kenneth Branagh.

[Cine en TV] Chicken Run: Dawn of the nugget (2023)

Cine

Chicken Run: Dawn of the nugget (2023; 68/20231219)

Estos últimos días no hemos podido desplazarnos a las salas de cine. O estábamos ocupados con otras historias, o los horarios de las versiones originales eran impertinentes para quien tiene que madrugar, en el caso de que sólo se pueda ir a las salas de cine entre semana. Pero he suplido la carencia acudiendo a Netflix, donde se ha estrenado la secuela de una de nuestras más queridas películas de animación. Que no de dibujos animados. Es animación en volumen, aunque normalmente se conoce por el anglicismo stop motion. Vamos, muñecos de plastilina que se van moviendo y fotografiando plano a plano.

Chicken Run fue una sorpresa, muy agradable, un acontecimiento, allá por el año 2000. No porque la técnica fuese novedosa. Si no porque se combinaba con un guion impecable, una aventura de acción inspirada por los clásicos de evasión de campos de prisioneros nazi, especialmente The Great Scape (La gran evasión), pero ambientada en una granja de gallinas para carne. Elementos conocidos, vistos en otras películas, pero en su conjunto muy original y muy divertido. Una joya de la animación. Ahora nos llega su secuela, 23 años más tarde. Las gallinas escapadas de la granja se han establecido en una isla en medio de un lago, en la campiña inglesa, alejados de los seres humanos, y viven felices. Ginger (Thandiwe Newton, voz) y Rocky (Zachary Levi, voz), los protagonistas, han tenido una hija, Molly (Bella Ramsey, voz), muy querida por todos. Pero muy movida y curiosa. Quiere conocer el mundo. La cosa es que, no lejos del lago, se ha instalado una granja para «gallinas felices», muy sospechosa. Y allí, aunque ellos no lo saben hay una vieja conocida (repite Miranda Richardson, voz). Y Molly acabará allí, metida en problemas.

Esto se resume con pocas palabras. La película está muy bien hecha, los actores y actrices que ponen las voces lo hacen muy bien, con una variedad de acentos que lo hace muy divertido, siempre que lo veas en versión original, claro, y la trama es muy amena y divertida. Inspirada en esta ocasión por las películas de distopías, con inspiración de diversas películas más recientes en el ámbito de la ciencia ficción sobre todo. Muy divertida. Pero ha perdido por completo el factor novedad y originalidad. No puede generar el mismo nivel de sorpresa y satisfacción que su predecesora, porque ha pasado mucho tiempo y los espectadores han vivido otras experiencias en el ámbito de la animación. Y el tono es más familiar. El hecho que la protagonista sea la gallinita adolescente la hace un producto más familiar, mientras que aquella de hace 23 años tenía un punto que atraía al público adulto. ¿Es recomendable? Si estás suscrito a Netflix, sin duda. Pero siempre que ajustes tus expectativas.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine] Indiana Jones and the Dial of Destiny (2023)

Cine

Indiana Jones and the Dial of Destiny (2023; 39/20230629)

Sería 1991 cuando conocí a Luis. Tenía tres perritas. Se llamaban Marion, Willie y Elsa. Y yo tenía el suficiente nivel de amor por el cine y por el buen cine de aventuras para coscarme de inmediato de cuál era la inspiración para los nombres de los animales de compañía de su familia. Un par de meses más tarde me enteré de que Luis iba a convertirse en el cuñado de una amiga de los tiempos de universidad, que con el tiempo regresaría a mi vida y se convertiría en una de mis mejores amistades, todos los tiempos incluidos. Pero siempre resultó raro incluir a las tres «chicas Indiana» en el mismo saco. Por que la última cruzada tenía una dinámica distinta. La cosa no iba de la dinámica entre el héroe y la chica, sino entre el héroe y su padre. Y Elsa Schneider no dejaba de estar del lado de los malos. Al menos una cosa estuvo clara desde el principio… nunca volvería a salir en una secuela. Algunos se han preguntado porqué es Marion Ravenwood (Karen Allen) y no Willie Scott la que permaneció en la saga. Olvidan que la acción del arca perdida es posterior en la cronología interna de la saga a la del templo maldito. Y al mismo tiempo, apareció antes en la vida del doctor Henry Jones Jr. (Harrison Ford)

Una de mis más graves carencias viajeras es no haber visitado todavía Sicilia. Así que para suplir los sitios arqueológico de la isla con presencia en la película de hoy, utilizaré los de Pompeya… que también tienen un volcán de fondo.

En la última entrega de las aventuras de Indiana Jones, se rompe también la dinámica entre el héroe y la chica, aunque haya chica. Porque Helena Shaw (Phoebe Waller-Bridge) es familia. Es la ahijada de Jones. Por lo tanto… no puede haber el mismo rollo. De hecho, si de algo va es de que parece que es el último tenue hilo que le queda al anciano profesor universitario para alejarse de la soledad en la vida. Un profesor que está retirándose de la docencia al mismo tiempo que los norteamericanos celebran la llegada a la luna, que ya no conecta con sus alumnos… y especialmente con sus alumnas,… y que ha perdido las ganas de vivir, el humor, la ilusión, y más cosas. Un Jones más cínico que nunca, pero además desencantado. Pero es Helena la que lo va a sacar de esa pendiente descendiente hacia la soledad, en la búsqueda de un nuevo macguffin con propiedades sobrenaturales, en esta ocasión el mecanismo de Anticitera. Este mecanismo, una calculadora mecánica para conocer las fechas de determinados eventos, se atribuye en la película a Arquímedes (Nasser Memarzia), que se convierte en un personaje más de la historia. Junto con un buzo español (Antonio Banderas) que se pasea por las islas griegas, y el malo de la película (Mads Mikkelsen, muy en su salsa), un nazi, conforman el conjunto de personajes de la aventura. Ah bueno,… y un adolescente marroquí (Ethann Isidore), que no sé si pretendían que fuese el nuevo Short round/Tapón, en lo que fracasan notablemente.

La historia… es lo de menos. Con las variaciones apropiadas a las circunstancias, no deja de ser la historia de siempre. Pero está bien contada. El director de la fiesta deja de ser Spielberg, supongo que precavido por si la cosa no funciona, para no manchar su prestigio como en la cuarta entrega (que hoy en día valoro con menos optimismo que cuando la vi). Así que la papeleta se la han encargado a James Mangold, lo que se llamaba antaño un artesano frente a los directores de cine que se consideraban autores. Que conste que no es mal director y que su filmografía tiene títulos interesantes. Para mí la cosa tiene sus aspectos buenos y sus aspectos menos buenos. Es entretenida, y aunque dura más de dos horas y media, se te pasa en un vuelo. Es digna en su guion y dinámica, aunque es muy convencional y… hasta cierto punto,…. previsible. Pero le falta más humor. Más cinismo. Más socarronería. Waller-Bridge hace lo que puede para ello, pero el pesimismo gruñón del protagonista no le sienta bien al carácter. Están a punto de desbarrar en algún momento cuando se introducen en el berenjenal de los viajes en el tiempo… pero creo que acierta al no profundizar, y dar una salida rápida al asunto sin preocuparse por las paradojas de los ciclos infinitos que pueden generarse. Están ahí… que se le va a hacer si se va al garete la cadena causal; esto es para entretenerse y no para divagar.

En fin. Película nada original, película que procura ser fiel a la saga. Con unas interpretaciones entre buenas y muy buenas, a la que falta un poco de desparpajo y buen humor, y que cierra de forma razonable las aventuras de Indiana. Por contra… no aporta nada especialmente nuevo; lo que ya le pasaba a la cuarta entrega. Porque no ha habido nunca ninguna necesidad de cerrar nada. Si se han hecho más películas más allá de las aventuras originales, es porque la gente se lo pasaba bien, iba al cine, producían dinero a los empresarios, y un héroe popular bastante simpático para la cultura popular. Pero quizá ya no tiene sentido. Y parece que las cifras de taquilla indican que las nuevas generaciones ya no sienten tanto apego al personaje, y menos si ya es un abuelete. Pero vamos. Que se puede recomendar sin problemas para pasar un buen rato en el cine sin más trascendencia. Mejor en pantalla grande que en pequeña, estoy seguro. Ahora… teniendo en cuenta que la cosa está en manos de Disney… temamos con horror por un hipotético reboot del personaje. Quizá los malos datos de taquilla sean una bendición después de todo, porque igual lo impiden.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine] Avatar: The way of water (2022)

Cine

Avatar: The way of water (2022; 64/20221218)

Sinceramente, no había hecho intención de ver esta película. Vi la original en su momento. Hace mucho menos tiempo del que yo pensaba, tenía la sensación de que era más antigua. Y en aquel momento, es una película que me entretuvo, pero no me entusiasmó. Un pastiche con múltiples préstamos argumentales de otras películas realmente originales. Nada realmente original ahí, salvo los adelantos tecnológicos en imágenes generadas por computadora; una película que era más animación que otra cosa, pero con un alma prefabricada, de consumo fácil y rápido. Eso es algo que caracteriza el cine de James Cameron, incluso en sus mejores momentos. Mucha espectacularidad, pero todo muy superficial, en realidad. Lo que sucede es que me encontré con una sesión matinal, y más barata, en versión original en un domingo por la mañana en el que no tenía especiales planes.

La película transcurre con abundancia de escenas submarinas con los indígenas de Pandora buceando. Lo cual me ha llevado a ilustrar la entrada con las mujeres «ama» de la prefectura de Mie, que se ganaban la vida buceando para recolectar de alimentos y perlas de los fondos submarinos de las costas de Japón.

La primera sorpresa es que en una película de tanto relumbrón… fui el único espectador en la sala de cine. El nivel de alergia a las versiones originales, a otros idiomas, en este/a triste país/ciudad… lleva a esta situación. Triste herencia del franquismo y de los espíritus carpetovetónicos. Pero bueno… por lo menos no vino un empleado de las salas de cines a cancelar la proyección con la excusa de problemas técnicos como me pasó un par de veces en el pasado en situaciones similares. y a partir de ahí, más de tres horas de animación generada por computadora, con alguna presencia de escenas de acción real, de más de lo mismo. Nada nuevo con respecto a lo que se pueda decir de la primera película de la saga, salvo que los adelantos tecnológicos hacen que sea animación más realista. Porque estamos ante eso. Animación. Aunque la matriz de la misma se ruede con actores. Es algo que ya se hacía con las técnicas de rotoscopia, dentro de las formas de animación tradicional. Para los quisquillosos, ya sé que la captura de movimiento no es lo mismo que la rotoscopia,… pero me refiero a las esencias. Pero en fin. Unos malos muy malos, codiciosos, que matan «a modo de ballenas inteligentes», militarotes que dicen «uhaaa», e indígenas buenos buenísimos, muy armoniosos y muy majos. El mito del buen salvaje, que es un mito, nunca ha sido una realidad, volando y bajo el agua, sacando la lengua como los maoríes neozelandeses. Porque seguimos con el pastiche en el que nada es original en realidad, todo es cortar y pegar de otros sitios.

Dicho lo cual, la película podría recibir muy buena nota si no fuera por algunos problemas. El primero es que los diálogos están estereotipados hasta la saciedad. Son absolutamente previsibles. Una enorme colección de clichés, de frases hechas, que se emplean hasta la saciedad en multitud de películas. Cualquier día de estos, se reunirán todas en una base de datos, se despedirá a todos los guionistas, y un programa de inteligencia artificial las combinará de forma más o menos convincente y obtendremos un guion parecido. El segundo es que es demasiado larga. Empieza muy bien, con ritmo, muy entretenida, y después entra en una fase desesperante, la convivencia de los indígenas arborícolas entre los indígenas acuáticos, en la que los elementos que hacen avanzar la película se suministran con cuentagotas, o se cuentan de forma prolija y en ocasiones aburrida. Y como ya he dicho, tópica y previsible. Finalmente, llegamos a la última hora de película, en la que la acción vuelve a la película… y está muy bien. Es realmente muy entretenida y te lo pasas muy bien. Una lástima que entre medias hayas tenido una hora o más que se podría haber resumido en quince o veinte minutos, y así comer en casa a una hora más civilizada, ya que era una sesión matinal.

Sobre las interpretaciones, poco se puede decir. Una película que básicamente es animación, con un montón de diálogos absolutamente prefabricados, no permite valorar realmente el trabajo interpretativo de los numerosos actores y actrices que han participado en esta supermegaproducción que ha costado muchísimo dinero, para un espectáculo tecnológicamente y visualmente apabullante, pero con un fondo que es poco más que una aventureta de serie B más o menos bien planteada. Se deja ver con agrado. Pero me pasará como la otra. Que al cabo de un par de años, recordaré haberla visto, recordaré las sensaciones que me dejó, pero no me acordaré de nada de lo que pasa en la película. Pero seguro que los amantes del cine palomitero y de fácil digestión se lo pasarán bien, y no deja de ser recomendable en ese espíritu.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***