(presunto) Intelectual y creacionismo

Ciencia, Política y sociedad

Los domingos no tengo la costumbre de leer el periódico. Entre semana en el trabajo, tengo disponible siempre dos periódicos, uno de carácter local y otro de carácter regional, que me permiten comprobar entre otras cosas si «salimos en la prensa». No es que varíe mucho mi tarea cotidiana, pero las administraciones públicas, y yo trabajo para uno, a veces sufren bandazos según marche la opinión publicada. A través de Google Reader, leo los titulares de un diario de carácter nacional. Pero los domingo, nada en papel.

Claro que siempre encuentro un rato para visitar a mi padre que fiel a una costumbre de décadas, todos los domingos se compra el Heraldo. Y en el día de descanso suele venir acompañado de un suplemento con el impronunciable nombre de XLSemanal. A pesar de que colabora en él alguna que otra firma presuntamente ilustre, nunca me ha gustado mucho, y muchos domingos, como el pasado, lo ignoro.

He aquí que a través de Microsiervos, me dirijo a leer un artículo firmado por Juan Manuel de Prada sobre creacionismo y evolucionismo. Y me sirve para constatar una cosa. Vivimos en un país muy inculto en la que incluso los intelectuales, en este caso procedente del mundo de las letras, confunden términos y conceptos, y además lo hacen con relativa impunidad.

Veamos.

La teoría de la evolución es una teoría científica. Charles Darwin intenta explicar la diferenciación de las especies, la generación de las mismas y los contenidos del registro fósil en la Tierra mediante una serie de proposiciones basadas en la observación y en la experimentación. Esta teoría no es válida de forma intrínseca. Esta teoría es válida mientras las ulteriores observaciones o nuevos experimentos resulten de acuerdo a las predicciones que establece. En algún momento, puede suceder que falle en explicar alguno de las observaciones y los experimentos, y por lo tanto habrá que modificar la teoría o, si es preciso, formular una nueva. La mecánica newtoniana fue el paradigma aceptado por la física para explicar el movimiento de las partículas durante más de doscientos años, hasta que determinadas observaciones la situaron en una situación de crisis resuelta temporalmente por la teoría de la relatividad que formuló Einstein. Este nuevo paradigma ya está en crisis, y en la actualidad los físicos buscan una nueva teoría que explique nuestro universo. La evolución de las especies tal y como la formuló Darwin también ha sufrido modificaciones  en su conceptualización teórica, conforme los nuevos conocimientos han aportado nuevos datos.

Como vemos, las teorías científicas no son planteamientos dogmáticos. Son herramientas científicas para procurar un avance del conocimiento del mundo que nos rodea. Son métodos de trabajo y modelos para la mejor comprensión del mundo. Y por definición, están sometidas continuamente a la crítica y al escepticismo de los científicos.

El creacionismo es una creencia religiosa. Es decir, forma parte de la fe de algunas personas que creen en algo indemostrable, que es la existencia de una inteligencia superior que crea el mundo y a sus habitantes. No hay forma de demostrar la existencia de dicha inteligencia superior, la cual adopta distintas formas y actitudes según el grupo de personas que son adeptos a ella. Estos grupos de personas no suelen admitir críticas hacia la inteligencia superior en la que creen, y su cuerpo teórico está basado en dogmas, cuya negación supone la expulsión del grupo para el que la formula.

En principio, teorías científicas y creencias religiosas no tendrían porque entrar en conflicto. Estas últimas no son el interés de los científicos como tales científicos, aunque pueden manifestar interés por ellas como personas. Sin embargo, con frecuencia los grupos religiosos se han sentido amenazados por el desarrollo científico y han negado e incluso perseguido hasta con gran violencia este progreso de las ciencias. En la actualidad, también se da que algunos grupos religiosos pretenden equiparar sus creencias con la ciencia y exigen que se estudien en el mismo plano educativo cuando no de forma exclusiva. Son grupos fanáticos e incultos, aunque pueden acumular mucho poder. Así que el conflicto, innecesario, está servido.

El señor de Prada, en su artículo, toma partido por estos grupos fanáticos, defendiéndoles y asimilando conceptualmente las teorías científicas y las creencias religiosas. Por lo tanto, habrá que suponerle la misma incultura que al resto de activista creacionistas. Aunque el no se pronuncia sobre cual es su sistema de creencias. Obviamente, aunque como de costumbre las editoriales mencionan aquello de que no se responsabilizan de las opiniones de sus colaboradores, el mantenimiento de un escritor de este talante define a los responsables de la publicación dominical en cuestión. Que por otra parte, y bajo la libertad de prensa, tiene todo el derecho a opinar. Faltaría más. Aunque vendría bien que se documentaran.

Planta

Naturaleza en el Alto de Alcubierre (Huesca). Canon EOS D60; EF 28-135/3,5-5,6 IS USM

The Millenium Simulation Project, un pedazo del universo de 2.000 millones de años-luz de lado

Ciencia

Hace un par de días, aparecía en Microsiervos un artículo sobre el asombroso parecido entre las conexiones de las neuronas y el aspecto global reticulado que se le supone al Universo. Este tipo de semejanzas y analogías son celebradas por muchos como algo trascendente. No es el caso del autor del artículo, que señala parecidos sorprendentes, pero no conclusiones más allá. A mí me parecen coincidencias, en las que me cuesta mucho alcanzar la trascendencia, concepto que siempre me resulta resbaladizo y esquivo. Pero no es aquí dónde iba yo a parar. La cuestión es que la lectura de la mencionada entrada, me llevó a conocer el Millenium Simulation Project.

Este proyecto de investigación del Instituto Max Planck de Astrofísica trata de representar mediante simulaciones la estructura del Universo a una escala grande, bastante grande. Ya sé que esto no es muy científico, pero es lo único que se me ocurre para decir que quieren representar cómo parece ser el Universo si analizáramos un cubo de 2.000 millones de años luz de lado. Lo cual tampoco es muy exacto, porque claro lo que estamos viendo y detectando corresponde a distintas épocas de nuestro Universo, dada la lenta velocidad a la que se arrastra la luz por el mismo. Entrar ahora a explicar o comentar los aspectos científicos del proyecto sería una necedad por mi parte. Probablemente cometería imperdonables errores, que harían de mi el hazmerreir de cualquier persona bien informada. Pero lo que indudablemente me ha parecido de interés general es el bello aspecto reticular de las imágenes generadas por las simulaciones.

No os las perdáis, visitad el sitio.

La imagen de hoy corresponde a cómo se ve el Universo en una esfera de 300.000 km de radio, centrada en el planeta Tierra. Uy, aparece otro cuerpo celeste además de la propia Tierra.

Terraza y luna

(Canon EOS 40D; EF 24-105/4L IS USM)

El fin de la vida, el universo y todo lo demás

Ciencia, Humor

Lo he intentado. De hecho, ayer no escribí nada por eso. Porque intenté resistirme. A escribir sobre el fin del mundo. Ya sabéis, por lo del LHC (Gran Colisionador de Hadrones). El agujero negro y esas cosas. Pero no lo he podido evitar.

Y es que, afortunadamente, hay quien se lo toma con buen humor. Y para aquellos que les cuesta enterarse de las cosas, alguien ha publicado una página web con el título ¿Ha destruido ya el LHC el mundo? (en inglés, pero se entiende bien; lo juro). Claro que hay algunos cuyos miedos van más allá de la simple destrucción del mundo, por lo que también han publicado otra página web con el título ¿Ha destruido ya el Gran Colisionador de Hadrones el Universo? (también en inglés, pero también se entiene bien; de verdad).

La parte semitriste/semicachonda de la cuestión es la elevada autoestima que tiene una parte de la humanidad sobre sus propias capacidades. Parece ser que hay un convencimiento por parte de alguna gente de que en un experimento altamente modesto en comparación con los fenómenos naturales del Universo, seamos capaces de liberar energías que en la naturaleza sólo se dan en situaciones casi cataclísmicas. Ahí tus pelendengues. Con un par. ¿Que no somos capaces de destruir el mundo? Ya verás tú. Y sin tener que pulsar el botón del arsenal atómico. El cual por otra parte tampoco le haría gran cosa a la Tierra en su conjunto. Tan sólo modificaría ligeramente ciertas condiciones necesarias para la vida basada en el carbono de una fina capa en la interfaz entre la materia sólida y líquida del planeta y la atmósfera que hemos dado en llamar biosfera. La Tierra como tal, seguiría dando vueltas alrededor del Sol como si tal cosa. Lo dicho. Esto es sobrevalorarse como especie.

La imagen de hoy, un pedacito especialmente hermoso de biosfera. En la provincia de Soria. Cerca de El Royo.

Orquidea silvestre

(Canon Powershot G6)

De unos 2.000 a 6.713.708.102 (a las 17:36 de hoy)

Ciencia

Siempre me ha gustado el tema de la evolución humana. Creo que es muy ilustrativa de lo que realmente somos, y no de los que en nuestro engreimiento creemos ser, como especie.

En una entrada publicada en Microsiervos sobre The Genographic Project, me encuentro con un enlace a National Geographic, donde puedo leer un pequeño artículo sobre las conclusiones que va ofreciendo el estudio genético de las poblaciones. En estos momentos se sitúa la aparición de nuestra especie, Homo sapiens, en hace unos 200.000 años. El comienzo de su expansión por todo el globo se sitúa en algún momento hace unos 60.000 años. Lo cual deja un intervalo de tiempo de 140.000 años en los que la especie humana moderna fue una especie exclusivamente africana.

El artículo nos habla de varias cuestiones, pero la que más me ha llamado la atención es que las tremendas sequías que se produjeron en África hace unos 150.000 años pudieron reducir la población total de la especie humana moderna a unos 2.000 individuos. Estuvimos a punto de extinguirnos por la dureza implacable de la que puede ser capaz la cuna de nuestra especia. y sin embargo, según Word POPClock Projection, en el momento de empezar a redactar esta entrada la población se estimaba en 6.713.708.102 personas. Y en los doce minutos que llevo editándola ha aumentado en 1.850 individuos. Casi el tamaño de aquella población que penosamente se arrastraba por la reseca sabana africana.

Habrá gente a la que esto no le diga nada. O muy poco. Pero a mí me da que pensar. Y estamos provocando unas nuevas condiciones climáticas que nos pueden llevar otra vez a un grave riesgo de extinción… ¿Saldremos de ésta como nuestro antepasados de 1.500 siglos atrás?

En la imagen de hoy,… seres humanos… ¿modernos? Sí, en el sentido biológico; de lo que trata el artículo. En lo sociológico o ideológico,… pues cada uno tendrá su opinión. Todas respetables. En Cracovia, Polonia. En cualquier caso, fotografía ya publicada con antelación, pero con un nuevo tratamiento del color y el contraste de la fotografía.

Judios ortodoxos

(Canon EOS 40D; EF 24-105/4L IS USM)

Sorpresiva aparición del Monstruo de Espagueti Volador

Ciencia, Política y sociedad

Creo recordar que alguna vez he comentado en estas páginas, o en su versión anterior, que si yo hubiese de pertenecer a alguna religión sería al Pastafarismo,

¡Oh, Tallarines que estáis en los cielos!

También en alguna ocasión he mencionado que profesionalmente estoy vinculado al proceloso mundo de la sanidad. Esto conlleva que una de mis fuentes bibliográficas a la hora de ilustrarme como profesional sea PubMed, servicio de bases de datos bibliográficas de la U.S. National Library of Medicine y de los National Institutes of Health, ambos instituciones públicas del otro lado del charco.

Pues hete aquí que he ido a realizar una búsqueda de información sobre un tema de interés profesional, y en la página de inicio de PubMed, me encuentro con la siguiente imagen.

¡Que me aspen si lo que aparece en la esquina superior derecha del recuadro verde no es otra cosa sino una representación iconográfica de Su Santidad Tallarinesca!

Casi me extraña ver un guiño en favor de quienes propugnan la clara diferenciación entre lo que es ciencia y lo que es religión o superstición en un página que depende de la administración federal norteamericana, dominada por los republicanos, tan cerriles ellos a la hora de mezclar churras con merinas. Pero bienvenido sea.

En la imagen de hoy, fieles adoradores de Su Tallarinesca Santidad, loándole en los restaurantes del Rynek Glowny de Cracovia.

Rynek Glowny - Cracovia

(Fujifilm Finepix F10)

La explosión de Tunguska, las meninas y vacaciones en Polonia

Arte, Ciencia, Fotografía personal, Viajes

Hoy hace 100 años, en la tundra siberiana sucedió el evento de Tunguska. Tal día como hoy, una gran explosión devastó un área de más de 2000 km2. Se cree que un objeto celeste, tal vez un pequeño cometa compuesto de hielo por lo que no se han encontrado restos, explotó en la atmósfera terrestre, ocasionando el desastre. En cualquier caso, siempre me ha recordado lo que decía Abraracourcix, el jefe de la aldea gala de Astérix:

Sólo hemos de temer que se nos caiga el cielo encima; y eso no sucederá mañana.

El caso es que en estos días se celebra en Zaragoza una exposición de esculturas en la calle; instaladas en el Paseo de la Independencia, uno se puede encontrar con imágenes como éstas:

(Canon EOS 10D; EF 70-210/3,5-4,5 USM)

El caso es que si nos retrotraemos un año en el tiempo, encuentro en mi archivo fotografías como la siguiente tomada hace aproximadamente un año en la Esplanade de Helsinki.

(Canon EOS D60; EF 24-105/4L IS USM)

Mmmmm… sí, son las mismas. Obra del escultor Manolo Valdés. Y todo esto me sirve de excusa para contaros que de la misma forma que el año pasado estaba de vacaciones por estas fechas, hoy salgo hacia Polonia, dentro de un ratito. Y que en estos momentos, lo único que temo es que se me caiga el cielo encima… y eso no va a pasar mañana.

Si tengo un acceso razonable a internet, tendréis noticias mías. Si no, hasta la vuelta.

Hasta el 40 de mayo…

Ciencia, Política y sociedad

Pues estamos ya a «43 de mayo» y por fin vemos algo de sol. Ya veremos lo que dura. Cualquier otro año a estas alturas llevamos días con el termómetro en la raya del 30º. Este año apenas se ha acercado. Y no ha parado de llover. ¿Será el cambio climático? ¿Será alguna maldición por cierto evento que se celebrará los próximos tres meses en Zaragoza, y  que está a punto de inaugurarse?

No lo sé. Pero con lo poco que me gusta el calor, nunca pensé que diría, ¡a ver si sale el sol y nos calienta un poquito!

Os dejo con una imagen de las últimas nubes de tormenta que pasaron ayer por Zaragoza.

Nubes de tormenta

(Fujifilm Finepix F10)

Día internacional de los museos, la tetera de Russell y me voy a Italia

Ciencia, Política y sociedad, Viajes

Proclaman hoy en las radios que es el Día Internacional de los Museos. Por ello, organizan actividades especiales y se entra gratis o a precio reducido. Me ha producido cierta amargura esta noticia. Recuerdo que en 1990, año en el que viví en Madrid, cualquier ciudadano de la Comunidad Europea (todavía no se llamaba Unión Europea entonces) entraba a los museos públicos españoles gratis en cualquier momento simplemente mostrando el DNI o el pasaporte. Cualquier día era el Día de los Museos. Pero llegaron los burócratas de Bruselas y decidieron que eso no podía ser. Que qué tontería lo de la cultura. Que toda actividad económica tenía que ganarse la vida por si misma, sin subvenciones, y que había que cobrar. Es el problema. No hemos superado todavía la Europa de los Mercaderes. No hemos sido capaces de avanzar hacia la Europa del Ciudadano, de las Culturas, de las Ausencia de Fronteras, de…

En otro orden de cosas, un amigo me manda una nota sobre la Tetera de Russell. Russell es Bertrand Russell, uno de esos filósofos de los que muchos hablan pero a los que casi nadie lee. Os pongo un párrafo que muestra la idea.

Si yo sugiriera que entre la Tierra y Marte hay una tetera de porcelana que gira alrededor del Sol en una órbita elíptica, nadie podría refutar mi aseveración, siempre que me cuidara de añadir que la tetera es demasiado pequeña como para ser vista aún por los telescopios más potentes. Pero si yo dijera que, puesto que mi aseveración no puede ser refutada, dudar de ella es de una presuntuosidad intolerable por parte de la razón humana, se pensaría con toda razón que estoy diciendo tonterías. Sin embargo, si la existencia de tal tetera se afirmara en libros antiguos, si se la enseñara cada domingo como verdad sagrada, si se la instalara en la mente de los niños en la escuela, la vacilación para creer en su existencia sería un signo de excentricidad, y quien dudara ameritaría la atención de un psiquiatra en un tiempo iluminado, o la del inquisidor en tiempos anteriores.

Bertrand Russell

Hoy día se han propuesto analogías similares para luchar contra la superstición en tono divertido, como el Unicornio Rosa Invisible o el Monstruo Volador de Espagueti. Yo soy especialmente adepto a este último. Aunque siempre me provoca cierta tristeza que en la sociedad actual se encuentre en desventaja quien utiliza la razón y la experimentación para adquirir conocimiento, frente a quien transmite creencias basadas en supersticiones, en mitos, en… nada.

Pero nadie me va a amargar el día. Porque mañana salgo de viaje hacia Italia. Que a pesar de su deriva política, sigue siendo un país bellísimo. Estaré seis días. La mitad de ellos tengo una reunión de trabajo. En Trieste. La otra mitad, aprovecharé para darme unos paseos por Venecia. Si no se hunde mientras tanto, claro. Os dejo una foto de la ciudad ducal.

(Pentax P30N; Sigma 28-70/3,5-4,5)

Ciencia que da risa en regímenes que dan miedo y ciencia que da miedo en sociedades que dan miedo

Ciencia, Política y sociedad

Hoy os pongo dos vídeos, que se deberían comentar por sí mismos.

El primero procede del viejo NODO, ese noticiario documental que los españolitos nos teníamos que tragar en tiempos del Tío Pachi, para que quedaramos enterados de los logros del régimen nacional-catolicista. Lo pongo:

Creo que se comenta a sí mismo. Bueno,… igual tenían razón… ellos veían en Marte arbolitos y animalitos, pero dos décadas más tardes se quedó seco y yermo… Cuántas mentiras más no nos contarían constantemente los impresentables del régimen.

El segundo vídeo me ha llenado de tristeza y de miedo. En él vemos a unos niños en un experimento sociológico, enfrentados a unos muñecos de juquete. Los niños son negros (o afroamericanos, para los amantes del lenguaje políticamente correcto). Los muñecos son blancos y negros. Las respuestas que dan los niños ante las preguntas que realizan los investigadores son devastadoras.

Me ha dejado triste esto último, así que me despido con una foto alegre del Mercado de los Sitios, que se celebró recientemente en el Barrio de San Gregorio de Zaragoza.

Anillo vegetal

(Canon EOS 40D; EF 24-105/4L IS USM)

Vía: Pixel y Dixel – Cuando descubríamos vida en Marte.

Vía: Mujeres TIC – ¿Cuál es el muñeco más bonito?

40 años para una odisea muy especial…

Ciencia, Cine, Literatura

… y espacial.

Es curioso la cantidad de tontos aniversarios con los que nos bombardean los medios cotidianamente. Sin embargo, ha tenido que pasar un mes para que apareciera en un blog el recordatorio de que el pasado 4 de abril se cumplió el 40 aniversario de 2001: una odisea del espacio.

Esta película es importante por dos motivos; uno general y otro particular, más personal.

A estas alturas, casi nadie puede negar que este filme es una obra maestra de Stanley Kubrick, que marca un hito en la historia del cine de ciencia ficción. Reflexionemos por un momento:

  1. No es una película de ciencia ficción dedicada al mero entretenimiento, a las aventuras. Es una película que entra en aspectos filosóficos sobre el desarrollo y evolución de la especia humana desde su estado de simio sin consciencia hasta el momento en el que se plantea la evolución hacia un Homo tecnológico o espacial. Kubrick es consciente de que las transformaciones tecnológicas que se estaban empezando a producir en ese momento van a impactar notablemente en el ser humano. Es la época en la que aparecen y se conocen los primeros ordenadores relativamente potentes, aunque todavía no personales. Es la época en la que el hombre sale al espacio y visita nuestro satélite. Pero es también una época en la que muchos valores son puestos en cuestión, y todo eso, de una forma u otra está ahí.
  2. Es una película en la que, salvo las partes especulativas, no quedan derogadas las leyes de la física. Los movimientos por el espacio se corresponden con la mecánica clásica newtoniana. El espacio está sumido en el silencio. La luz se desplaza a su cansina velocidad de 299.792,458 km/s. Es auténtica ciencia ficción. No es una mera película fantástica. Hay rigor. Quizá haya predicciones sobre el futuro que no resultan correctas, pero hay un interés es ser correcto dentro del marco de la ciencia conocida. Obviamente, hay una parte especulativa, por no decir metafórica, que se salta estas leyes en pro de otros objetivos.
  3. Hablando de metáforas, hay que decir que también es un filme en el que abunda la poesía. No sólo en las metáforas, sino también en la realización. Ese momento en el que el fémur lanzado al aire mientras terminan de sonar las notas del poema sinfónico Also sprach Zarathustra de Richard Strauss se convierte en una lanzadera espacial que baila un vals con la estación en órbita bajo los compases de An der schönen blauen Donau de Johann Strauss hijo, tiene algo de especial que pocas veces he encontrado en el cine.
  4. Desarrolla uno de los personajes más fascinantes y humanos de la historia del cine. Y se trata de una computadora, HAL 9000, que nos refleja más lo que somos nosotros mismos que el resto de los personajes humanos del filme.
  5. Este filme y esta historia es un influjo neto en toda la ciencia ficción posterior, tanto filmada como escrita. Acabo de leer un par de novelas del escritor Jack McDevitt y me ha sorprendido ver hasta que punto es posible encontrar el influjo de 2001 en obras escritas 38 o 39 años más tarde.

Hay más elementos de reflexión, pero nos conformaremos con estos en este momento.

El motivo personal es el impacto que tuvo sobre mí mismo. Cuando yo vi este filme, calculo que tendría unos 13 años o como mucho 14 años recién cumplidos. Recuerdo que al poco tiempo leí el libro escrito por Arthur C. Clarke, guionista del filme, que con ciertas variaciones seguí la misma historia. Es curioso, como novela me parece mucho menos importante que como película, pero hay elementos de la historia escrita que me gustaría que hubieran sido así también en el filme. El Ojo de Japeto siempre me ha fascinado. También recuerdo como el profesor de ciencias que tenía en el Colegio Calasancio de Zaragoza, José Luis Ibarra creo que se llamaba (del apellido estoy seguro), nos preguntó si habíamos visto la película. Sólo levanté la mano yo. Me hizo unas preguntas para ver si había entendido algo; fue piadoso, comprendió que una «persona» de 13 años tiene serias limitaciones para entender el conjunto de la obra. Pero entendió que sí había apreciado algunos de los aspectos formales del filme. En cualquier caso, hizo una serie de comentarios que contribuyeron a que empezase a entender de qué iba la cosa. Luego he visto el largometraje en numerosas ocasiones, y aunque reconozco que la parte final no ha envejecido bien, sobre todo la parte de los colorines psicodélicos, el conjunto sigue siendo importante y válido.

También es importante personalmente porque contribuyó a poner la semilla de lo que es mi sistema de pensamiento actual en algunas cuestiones que tienen que ver con mi concepción de la ciencia, del universo, y también del sentido de la vida.

Así que mi propósito para esta semana será encontrar un momento para volver a ver la película, que descansa en mi videoteca personal sin ser vista desde hace unos años. Recordar al maestro Kubrick y volver a pensar sobre lo que nos quiere contar.

Como la imaginación es libre, uno puede imaginar que esa estela que cruza el cielo sobre el Monasterio de Veruela es una lanzadera con destino a la Luna, transportando al profesor Heywood Floyd, para desentrañar el misterio de TMA-1.

Luna y jet - Veruela

(Canon EOS 40D; EF 24-105/4L IS USM)

Via: Blog de cine.

Atrapados en el hielo – documentales (Shackleton y los náufragos del Endurance)

Ciencia, Cine, Fotografía

Ya dediqué hace unas semanas una entrada a la exposición Atrapados en el hielo sobre la expedición de Shackleton a la Antártida. En días pasados, en el Centro de Historia de Zaragoza, se han venido proyectando una serie de documentales sobre esta aventura… u odisea más bien, si atendemos a la definición de la Real Academia Española. Tuve ocasión de asistir a dos de ellos.

El primero, titulado como la exposición Atrapados en el hielo, es el documental oficial de la exposición, por decirlo de alguna forma. En 98 minutos, utilizando imágenes de la propia expedición y algún metraje propio para aquellas localizaciones geográficas que no pudo cubrir el animoso Frank Hurley, realiza una narración muy detallada de las circunstancias que rodearon los avatares de la expedición.

El segundo, titulado South, es el documental oficial de la exposición, tal y como lo concibió el fotógrafo y cineasta australiano, y que se estrenó en 1919, una vez acabada la contienda mundial. El documental tiene dos partes. La primera de ellas consiste en mezcla del metraje rodado por Hurley junto con algunas fotografías fijas, y va narrando las peripecias del viaje. Al documental original, le han añadido una voz en off que comenta las circunstancias de la producción del mismo, así como algunas de las peripecias de la expedición. Allí nos enteramos que la parte final del documental, rodada por el propio Hurley en South Georgia (o isla de San Pedro para el mundo hispano hablante) un año después del final de la odisea, consistente sobretodo en imágenes de pingüinos, focas, elefantes marinos, cormoranes y petreles entre otros animales, así como de los glaciares de la isla, respondía al gusto del público de la época, que prefería ver los animales evolucionando que enterarse de las interesantísimas peripecias de la expedición.

En cualquier caso, ambos documentales son muy recomendables, y complementan perfectamente la exposición fotográfica.

En la imagen de hoy… pues un pingüino. Aunque no está fotografiado en las Sandwich del Sur. Más bien en la Magdalena de Santander. Pero bueno. Más vale esto que nada. Ya tiene unos años la imagen, ya. Del año 1990. Semana Santa.

Pingüino en Santander

(Pentax P30N; probablemente con Sigma 28-70/3,5-4,5)

Armas, gérmenes y acero

Ciencia, Historia, Literatura

Este es el título del último libro que he estado leyendo. Escrito por el divulgador científico Jared Diamond, nos ofrece una profunda visión de los porqués de la distinta velocidad evolutiva de las distintas sociedades humanas en el planeta Tierra. En la actualidad, la mayor parte de las sociedades más ricas y desarrolladas, aquellas que en muchas ocasiones han situado al resto de las sociedades humanas a un papel subordinado, cuando no esclavo, cuando no simplemente de elemento molesto que hay que eliminar, proceden del extremo occidental del continente euroasiático. ¿Qué hizo de este continente, y en concreto de su apéndice europeo, algo especial para que se produjera la dominación del resto? ¿Fue debido a la superioridad racial de estos pueblos? ¿O se debió a otras causas? Esta es la pregunta que el escritor quiere responder a lo largo de más de quinientas páginas en la edición de bolsillo.

La respuesta a las preguntas queda clara desde el principio. El autor, de quien ya había leído con antelación el ensayo El tercer chimpancé, busca desacreditar cualquier teoría racista o supremacista, para establecer como elemento diferenciador el medio ambiente en el que se desenvolvieron las distintas sociedades. Creo que la visión histórica y biológica del libro es muy rigurosa. Si te interesa el tema, se va leyendo sin problema, aunque hay momentos en los que se hace un poco farragosillo o repetitivo. Quizá la misma tesis, con los argumentos fundamentales para sostenerla, se podría haber expuesto en una menor extensión. Pero en cualquier caso, creo que es una lectura muy interesante.

Originalmente, me llamó la atención por la aparente similitud en el planteamiento con un libro que leí hace ya unos años que se titula Plagas y pueblos de William H. McNeill, en el que se analizaba el impacto de las infecciones epidémicas sobre el devenir histórico y la interrelación entre distintas civilizaciones. Combinado con otros factores, pues al fin y al cabo, el autor era historiador y no epidemiólogo. La realidad es que el libro de Diamond profundiza mucho más en el conjunto de factores que condicionan los contactos entre civilizaciones, quedando la exposición a gérmenes diversos como uno más de los factores que entran en juego.

Resumiendo, interesantes lecturas que nos permiten comprender mejor cómo hemos llegado donde hemos llegado. Muy poco maniqueas en su planteamiento. No hay buenos ni malos; no hay humanos superiores e inferiores. Simplemente hay humanos más afortunados con el entorno en el que les ha tocado nacer. Idea que desgraciadamente, todavía no ha calado en toda la población

Una de las bases de argumentación del libro es el desarrollo de la agricultura y la ganadería en distintas zonas del mundo. Aquí vemos un paisaje agrícola en la comarca aragonesa de los Monegros, entre Monegrillo y Castejón de Monegros.

Puntón de Miramón y panorama
(Canon EOS 40D; Tokina AT-X Pro 12-24/4: dos fotos ensambladas)