[TV] Cosas de series; utopías, distopías, apocalipsis, robots y otras cosas de anticipación

Televisión

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. La Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia está de moda como escenario de dramas de ciencia ficción.

Desde que leía,… o devoraba,… las novelas de Jules Verne en mi niñez y adolescencia temprana he sido aficionado a las ciencias. Bueno. Yo soy un chico de ciencias. Escéptico por naturaleza, lo cual es una buena cualidad para alguien de ciencias, lejos de admitir dogmas y verdades absolutas conviene poner en duda lo que creemos saber e impulsarse a buscar nuevas explicaciones, la literatura, el cine o las series televisivas de ciencia ficción han satisfecho el afán de soñar sobre lo que es el futuro de eso que llamamos humanidad, civilización, universo, o como lo queramos ver cada uno. Que no haya malos entendidos. No soy un friqui del asunto. Lo mismo que me gusta, también soy muy crítico con muchos de los productos, especialmente series y sagas, que entusiasman a muchos friquis del asunto, pero que son banales, estereotipados, formulaícos, y sin mucho fondo. La buena ciencia ficción tiene que entretener, pero también tiene que hablarnos, con una suficiente profundidad, de quienes somos. Para bien o para mal. Por dejarlos claro, Star Wars no es ciencia ficción. Es fantasía. Y por eso, tanto en sus mejores momentos, como en los peores… que son demasiados ya, no nos habla de lo que a algunos nos gustaría que hablara. Hay alguna excepción. Y creo que pronto hablaré de una de ellas.

Existe la tendencia en ciencia ficción de publicar, literaria o audiovisualmente, en forma de series o sagas. Las famosas trilogías. Trilogías que han acabado siendo, no de tres, sino de cuatro, cinco y hasta ocho partes. Formas de ordeñar la vaca cuando se produce un éxito, un pelotazo de ventas o de audiencias. Pero hace tiempo que miro las sagas con escepticismo. Las segundas, terceras,… enésimas partes no suelen ser buenas. Miren ustedes Dune, lo estupenda que es la novela original, y el plomazo que son las continuaciones. Por eso, suele suceder que leo la primera entrega. Asumo que que ya está bien, que ya me han contado lo esencial de lo que me querían contar… y paso de lo siguiente. Aunque no sea ciencia ficción, pero sí una distopía, palabra que aparece en el título, leí The Handmaid’s Tale, vi la primera temporada de la serie… y no he vuelto a ver más. Lo importante que había que decir y transmitir estaba ahí. No hacía falta seguir. Para nada. Incluso si sus continuaciones están bien hechas.

Pero está el extremo opuesto. El relato corto. Y en el medio televisivo, el ultracorto. Una historia que literariamente puede ocupar menos de 100 páginas, incluso bastante menos, pero que de forma sucinta y concreta lanza potentes mensajes, siendo potencialmente muy entretenidas. Su equivalente,… los episodios autoconclusivos de series antológicas, que es como llaman ahora a las series con episodios non relacionados entre sí. Y en el ámbito de la ciencia ficción y anticipación, he visto recientemente sendas temporadas de dos de las más interesantes. Y que sepáis que las colecciones de relatos cortos es algo que cada vez me atrae más en la cosa de leer.

Ya comente un poco que había comenzado a ver la séptima temporada de Black Mirror, una serie británica (al menos en origen) que ha marcado de forma clara el género en los últimos años. Y sigue estando muy bien hecha. Y sigue contando cosas interesantes. Pero… Sí, con un pero. Que ya no tiene el impacto que tuvieron sus primeras y originalísimas series. Ya conocemos la fórmula. E incluso hemos visto como han ido surgiendo otras series y películas que desarrollan temas a través del impacto que las tecnologías de la información están teniendo en nuestra civilización. Generalmente en forma de distopía. Esta serie es fundamentalmente distópica. Siempre unas presuntas ventajas y progresos, para encontrarnos a unos seres humanos con sus miserias, y sus cosas buenas, de siempre. Y con esa deriva hacia el dramón o el terror que… bueno… yo prefiero los episodios en clave de comedia. Pero seguiré viendo nuevas temporadas si llegan. Supongo.

Y en forma de microdosis llenas de ingenio, la tercera temporada de Love, Deaths & Robots, esas antologías de ficción conceptual en formato de animación, o formatos, muy diversos, de animación. Una historia que se cuenta en cinco, diez, quince minutos… no mucho más. Pero que están llenas de sustancia, y que al mismo tiempo nos maravillan por la capacidad de imaginar mundos de sus diversos creadores. Estos sí que son creadores, y no los «creadores (de contenido)» de las redes sociales. Disfruto mucho con estas píldoras de imaginación. Lo que contaba al principio. La ciencia ficción y la anticipación como escape soñador de alguien que, habitualmente, en lo cotidiano, es, básicamente, un escéptico.

[TV] Cosas de series; cuando las parodias y las imitaciones me complacen más que el original

Televisión

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Un clásico en Star Trek es que el cuartel general de la Flota esta en San Francisco, y las correspondientes vistas del Golden Gate.

Desde hace unos días, está disponible en Netflix la séptima temporada de Black Mirror, una de las series de televisión de más éxito, y al mismo tiempo más valorada por la crítica, de los últimos quince años. Hasta la fecha, no me he perdido ningún episodio. Salvo por el hecho de que de esta séptima temporada sólo he visto dos de momento y me faltan cuatro. Es decir, voy a ponerme a comentar cosas sobre la misma sin haberla visto entera. Lo entenderéis, más adelante. No puedo negar que la serie tiene sus altibajos, dentro de su buena factura general. Y que suelo preferir cuando entra en modo comedia, parodia o exageración que cuando entra en modo terror. Pero es una serie imprescindible para ofrecer una mirada crítica a los adelantos que los avances en las tecnologías de la información nos han aportado a nuestras vidas en este primer cuarto del siglo XXI. Qué cosas… parece que hemos estrenado siglo hace nada, y ya nos hemos comido una cuarta parte. En fin.

El caso es que ayer mismo vi la primera continuación o segunda parte de un episodio dentro de la serie. Se sobrentiende que la mayor parte de los episodios transcurren en el mismo universo de ficción. Obsérvese la cantidad de San Juníperos (hospitales, escuelas, hoteles,…), que llevan este nombre dentro de la serie desde el exitoso episodio que llevaba ese título, uno de los mejores, que allá por la tercera temporada. Imprescindible y propio de una antología. Pero otro de los mejores, y que también puede entrar en una selección antológica, fue el dedicado a la nave espacial USS Callister. En esta séptima temporada podemos presenciar la continuación de aquella aventura protagonizada por Cristin Milioti, Jesse Plemons y Jimmi Simpson, entre otros. Como he dicho, la única clara continuación de la misma historia, aunque pueda haber guiños al hecho de que todo suceda en un mismo universo de ficción.

El hecho de que aquella historia haya merecido una segunda parte, no estrictamente necesaria en mi opinión, se puede deber a dos motivos. El primero es que es uno de los episodios más valorados de la serie, de más éxito. En lo que influye mucho el carisma de Milioti, una actriz que, en la práctica, no ha salido del ámbito televisivo, aunque cuando me la he encontrado por ahí me ha parecido siempre que tenía potencial para más cosas. O quizá simplemente hace papeles que le van a su forma de actuar y a su físico. A lo tonto modorro, cuando fui consciente de su existencia como la chica del paraguas amarillo en una divertida y entrañable serie, era todavía una veinteañera, cuando ahora ya se acerca ya a los cuarenta si no los tiene ya. Pero también influye, y es el segundo motivo, que además de los elementos de crítica que acarreaba aquel episodio, como todos los de la serie, era una parodia, al mismo tiempo que un homenaje, a una de las sagas/franquicias más celebradas de la ficción televisiva y cinematográfica, Star Trek.

A pesar de que siempre me han gustado las aventuras espaciales, literarias, televisivas o cinematográficas, que me han aportado muchos buenos momentos (y no pocas decepciones), Star Trek no ha formado pare de las que me hayan enganchado. Tengo recuerdos muy cariñosos de la serie original, que se emitió en España durante mi infancia bajo dos títulos diferentes, La conquista del espacio y Viaje a las estrellas. No creo que viese todos los episodios. Pero sí unos cuantos, que me gustaban bastante. Era antes de que llegase mi adolescencia en la que vi 2001: A Space Odissey, Star Wars y Solyaris, tres aventuras espaciales muy distintas, pero que definieron mi afinidad por el género. Las tres las vi en el cine entre los años 1977 y 1979. 2001 y Solyaris en el cine Rialto de Zaragoza, tradicionalmente cine de barrio en San José, en el breve periodo en que fue cine de arte y ensayo. Y la otra… como todo el mundo en algún popular cine de la ciudad. El Don Quijote creo que fue, uno de los más grandes y nuevos de aquella época. Ambos desaparecidos. Pero siguiendo con lo que estaba, siempre he tenido la consideración de que todo era muy cutre, desde el relanzamiento de la franquicia en cines en el año 79 con una película que me pareció horrenda, como todas las que siguieron en la década y media siguiente. El aumento del nivel en la producción que llegó con J. J. Abrams hizo que dejará de ser cutre, pero pasaron a ser películas efectistas, sin mucha sustancia real en sus historias. Hasta las narices de los flares originados en los objetivos anamórficos de los que abusa en sus producciones.

Con posterioridad, alguna serie me ha parecido interesante y menos cutre, y alguna serie de animación me ha divertido… pero sin más. Y lo más curioso es que siempre me lo he pasado bien con las parodias/homenajes. La primera que me viene a la memoria fue la infravalorada Galaxy Quest (Héroes fuera de órbita), en la que lo que se parodia no es a la propia serie, sino a los actores y productores de la misma, cuando se ven en la obligación de llevar su simulación en la pantalla a la vida real ante una amenaza alienígena. Un cachondeo en la que sus prestigiosos intérpretes se lo debieron pasar muy bien, a la que quizá le faltó un poquito más de mala baba. Yo la recuerdo con cariño. Creo que me lo pasé muy bien. Quizá porque me parecía bien parodiar una serie que yo asociaba con cierto grado de cutredad a pesar de su popularidad, como sucedía con los protagonistas de la ficción en la película. La disfruté infinitamente más que cualquier largometraje de la franquicia original hasta ese momento. Creo que con el tiempo se le ha valorado mejor que lo que fue en su estreno.

Y la serie que también disfruté un montón, un plagio en las formas, consentido, sin duda, de la franquicia original, fue The Orville. En las formas, que no en el fondo y contenido. Si la franquicia original iba de «vamos a llevar por toda la galaxia el buen rollito, la paz y la amistad», cosa que han valorado mucho los trekkies por los «valores» que representa la serie, la serie de Seth MacFarlane era una respuesta directa clara y concreta al trumpismo. MacFarlane vio venir el triunfo del populismo del aprendiz de dictador, y sacó, coincidiendo con el comienzo del mandato de ese personaje, una serie que detrás de su aspecto paródico estaba llena de críticas sociales y políticas a los nefastos valores del populismo de derechas. Y además los personajes eran simpáticos, tenían carisma, estaban bien interpretados, y si la serie no tenía un nivel de efectos especiales de primera, maravillosos y pirotécnicos, daba igual porque no iba de eso. Y además, a pesar de ello, como no se avergonzaba de lo que quería ser, no resultaba cutre. Cutre no quiere decir sin recursos. Quiere decir «quiero y no puedo», pretendo ser lo que no soy.

Y antes y después, llegó la USS Callister de Black Mirror, que con una visión distinta, un buen nivel de producción, y un buen trabajo interpretativo, nos trajo también unas historias interesantes, necesarias y encomiables. Ambas, especialmente la segunda, con 90 minutos de duración, son prácticamente largometrajes, que cuentan su historia con competencia. Y que marcan definitivamente el hecho que me ha hecho escribir esta entrada como lo he hecho. Las parodias de Star Trek me gustan y me interesan mucho más que la franquicia original. Es lo que hay.

[TV] Cosas de series; reencarnaciones y terrores posmodernos

Televisión

Normalmente comento las series de televisión agrupadas por ciertos criterios. Series occidentales, series con un determinado tema, placeres inconfesables surcoreanos, animación japonesa (o de otros países)… lo que sea. Pero hoy, voy a mezclar. Porque aunque podría haber hecho una entrada dedicada a los placeres inconfesables surcoreanos, he decidido que agruparé varias series de este país que ya he visto con otra que estoy en proceso, por compartir protagonista femenina. Mientras, estoy muy interesado en una serie china que adapta una novela que me interesó mucho, siendo que la serie también tiene su punto, pero tiene 30 episodios. Y hay un par de series más en las que voy avanzando cuando encuentro tiempo. Que no siempre tengo tanto como les parece a algunos. Especialmente teniendo en cuenta que yo, a partir de las 9:30 de la noche, habiéndome despertado a las 6:30 de la mañana, y sin dormir nunca siesta… no valgo nada y estos pensando en que me quiero ir a dormir. Soy como los niños, si no duermo mis horas soy un zarrio. En fin vamos con una emblemática serie de este siglo XXI y con un placer inconfesable (o confesable) surcoreano.

Fotográficamente, nos iremos a Inglaterra, país de origen de una de las series de hoy.

Mucho se ha hablado de Black Mirror desde su impactante estreno en la BBC allá por diciembre de 2011, y las obligaciones impuestas a un primer ministro británico por el secuestrador de una princesa. Actualmente una serie exclusiva de Netflix, en esta sexta temporada hemos percibido una deriva en el tono y en los temas. Originalmente, la serie estaba orientada hacia la reflexión sobre los retos y los peligros que imponen las nuevas tecnologías de la información, con mucha atención a los desarrollos de las redes sociales, los mundos y realidades virtuales y las (llamadas) inteligencias artificiales. Aunque de vez en cuando han flirteado con el género de terror, normalmente anclado en lo anterior. Pero si esta temporada comenzaba con un episodio claramente heredero de su tradición e intenciones iniciales, un fenomenal Joan is awful, poco a poco ha ido derivando a un predominio del género de terror, el cual ocupa por completo el último episodio de la temporada, Demon 79, homenaje al terror demoniaco de los años 70 y 80 del siglo XX, que no ha gustado mucho al público votante de IMDb, pero que a mí me ha parecido fenomenal, lo cual es notable dado que no soy especialmente aficionado al género de terror. Y con un episodio central, Beyond the sea, a caballo entre los dos géneros y la ucronía, con aventura espacial incluida, que también está muy bien, muy bien. Son los otros dos episodios de la temporada los que me resultan más de relleno. Quizá la serie esté lejos de sus mejores momentos, y no soy especialmente partidaria de la deriva hacia unos temas distintos de los que la inspiraron. Pero reconozco que hay buenos materiales en ella todavía. La duración de algunos episodios, más de 75 minutos, los convierte en pequeños largometrajes, mejores que mucho de lo que se estrena habitualmente en la pantalla grande. De momento, me seguiré apuntando a temporadas futuras.

Recientemente me he encontrado con un fenómeno curioso. Tres series surcoreanas. En dos de ellas, la protagonista recuerda sus vidas pasadas (eso de la reencarnación es muy propio de Asia en general, aunque pocos entiende bien cómo «funciona»). En dos de ellas, hay peleas entre familiares por el poder empresarial en un hotel de lujo y prestigio. O sea, hay una que mezcla las dos cosas. Por lo que hasta que me puse al día, nunca sabía cual estaba viendo. Bueno…. dos de ellas todavía están en marcha en Netflix, pero Geunomi geunomida [그놈이 그놈이다, ese tipo es el tipo], conocida internacionalmente por títulos en inglés como To all the guys who loved me o Men are men, entre otros, se puede ver entera porque es una serie de 2020. Es de esas series que sólo te aparecen en la oferta de Netflix en España si configuras la interfaz para el idioma inglés. Creo que si la configuras en español no aparece. El caso es que es un triángulo rectángulo amoroso, en la que la hipotenusa y uno de los catetos se han criado como hermanos, estando él colado por ella, mientras que el otro cateto y la hipotenusa fueron pareja/matrimonio/novios en sus tres vidas anteriores, con finales trágicos. Y ambos recuerdan (él) o han recordado pero olvidado (ella) esas vidas anteriores. Por otra parte, ella ha decidido no casarse nunca y ser una mujer profesional e independiente, editando o creando webtoons, un género muy pujante en Corea del sur. La mayor parte de la serie está en clave de comedia romántica, que es donde mejor funciona, especialmente por la buena química entre los protagonistas, liderados por la chica Hwang Jeong-eum. Pero también tiene su parte de drama e intriga… que funciona peor. Al final, podría haber terminado sin problemas en el episodio 14 de los 16… pero lo prolongan tontamente hasta ese número total en dos episodios sin interés. No es ninguna maravilla, pero entretiene. Y hay un tema que te mantiene intrigado. La chica, ya una mujer de 37 o 38 años, 32 para el personaje de la serie… pero constantemente te da la sensación de que ha pasado por una remodelación en profundidad de «chapa y pintura» en algún cirujano plástico… y no acabas de sentirte cómodo. No sé si es cierto o no. Es simplemente una sensación, que compartí con alguna que otra amistad que vio algún episodio de la serie. Estas coreanas se operan demasiado, de forma para mí totalmente incomprensible. Nota: No confundir la serie con un largometraje adolescente, también de Netflix, con un título similar, norteamericano, pero con protagonista de origen asiático.

[TV] Cosas de series; entre la utopía LGTB+ y la distopía tecnológica

Televisión

En primer lugar, mencionar una serie fallida. Habitualmente incluyo los dramas coreanos dentro de los guilty pleasures, placeres culpables, series francamente defectuosas pero que me entretienen y disfruto de ellas. Y Netflix tiene varias «originales», con las que lo paso bien. Pero recientemente incluyeron una House of Cards alrededor de la política parlamentaria coreana… llamada Chieff of Staff internacionalmente (original Bojwagwan: Sesangeul Woomjikineun [보좌관 – 세상을 움직이는 사람들]) que muestra que cuando se salen de determinadas fórmulas, estas series pueden ser un rollazo tremendo. No he pasado de la primera media hora del tercer episodio. No me voy a extender en porqué es un pestiño, pero lo es.

Vi estas series al poco de volver de China… y la verdad es que con esto de que todo el mundo tiene que estar representado en todo, no faltan los personajes de origen asiático. Aunque estén metidos con calzador. Como dos hermanos mellizos… en los que además de ser artistas conceptuales con base en las redes sociales… creo que su variante sexual era… ¿el incesto? Es que no me quedó claro… un ejemplo de personajes pensados como desahogo cómico y que están mal desarrollados.

Vamos a lo más sustancial. Cuando volví de vacaciones me encontré con un estreno en Netflix que me llamó la atención por su reparto; Laura Linney, Ellen Page, Olympia Dukakis… Se titula Tales of the City (reconvertido en Historias de San Francisco en castellano) y la verdad es que los primeros capítulos llevaban un camino que me desconcertaban un tanto… sentía que algo me estaba perdiendo en algo que parecía en un anuncio de Oliviero Toscani para cierta marca italiana de los años 90… un compendio de lo politicamente correcto tanto en la orientación/identidad sexual/de género, como étnica/racial… Así que al final del tercer episodio de diez que componen esta miniserie (como tal se ha vendido). Y comprobé que es una secuela de una serie de seis episodios de principios de los 90, del mismo título, que ya tuvo un par de secuelas en 1998 y en 2001. Claro… si no conoces algo de las series originales, hay guiños y referencias que te pierdes. Por lo demás, queda como una utopía en la que todo el mundo es bueno, con sus «defectillo», pero muy majos todos. La cuestión es que la serie llega a animarse y tiene unos episodios finales entretenidos. A mí me suena a que es un intento de resucitar de forma no confesada la serie, con una nueva generación de protagonistas. Que han estado demasiado eclipsados por los protagonistas de la antigua generación, como para haber empatizado con ellos. La serie original, que también he visto, la de 1993, no las otras, tiene su cosa, pero no ha envejecido bien. Y muestra discordancias con la actual. Aunque emitida en 1993, la acción de la misma transcurría en la mitad de los 70, lo que les permitió obviar la epidemia del sida que marcó a la comunidad LGTB+ en los 80 y los 90. El caso es que no ha envejecido bien. Y además genera incongruencia en lo que se refiere a las edades de los protagonistas. Lo que sí que es cierto es que aquella serie era más valiente que la excesivamente «correcta» actual. Lo que sí es cierto es que nos ha dejado con ganas de visitar San Francisco.

Y también afronté semanas atrás la quinta temporada de Black Mirror. A la que tuve que añadir el especial que emitieron hace unas semanas, Bandersnatch, en plan «elige tu propia aventura». Decir en primer lugar que el experimento de esta última no me convenció. Además de que te obliga a verlo en el ordenador o en la tablet, porque a través del Chromecast o del iTV la interactividad no funciona, esta no aporta gran cosa. De hecho, creo que la pusieron para jugar con la idea de «juego» y de «interactividad», pero en mi caso sin que me funciona ni me aporte nada. Lo considero el peor episodio de la serie. Los tres que forman la quinta temporada oficialmente se dejan ver, pero de alguna forma han perdido la capacidad de sorprender y de reflexionar en profundidad. Quizá la fórmula esté agotada, o quizá la idea siga siendo válida, pero necesita una renovación de ideas. Aunque como digo, se dejan ver sin problemas.

[TV] Cosas de series; futuros virtuales y humoristas elegantonas

Televisión

He de reconocer que en las últimas semanas, si no he visto mucho la tele, no tanto como antes, por lo menos lo que he visto me ha gustado. Me divierte. Con la serie de Star Trek que menos se parece a Star Trek de toda la historia en alza, con unos episodios muy divertidos, muy entretenidos. Aunque han supuesto un cambio tremendo en la dinámica de la serie. Por un momento pensé que el lunes pasado habíamos llegado al final de temporada. El final del episodio era muy propio para esto. Pero no,… parece que hay un par más de episodios. Y el cachondeo que supone un «drama» médico japonés que estoy viendo, y que hay momentos que es una juerga. Como habéis visto «drama» entre comillas. De todo esto hablaremos más adelante. Vamos con dos temporadas completa de dos series que están bastante bien.

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En mi tumblr de fotos viajeras he dado la vuelta recientemente, regresando a finales de los 80 y principio de los noventa (ver enlaces al final). Recientemente ha aparecido el castillo de Pau, Francia, en el encabezado, o yo mismo en Fuenterrabía sobre estas líneas.

Black Mirror – 4ª temporada

Decir a estas alturas que esta es una de las series más interesantes de la televisión actual es una obviedad. No hay más que ver el interés que despierta en los medios. Hay quien se queja de que ya no es lo que era. En realidad, en muchos de estos casos, cuando se quejan, es que la serie sigue siendo lo que era, fiel a su naturaleza. Y ya no sorprende tanto como cuando llegó a la pequeña pantalla.

También es falso decir que no va evolucionando. De hecho, en la última serie, más allá de su orientación hacia la distopía tecnológica, ha flirteado también con el terror y con el género posapocalíptico. Incluso en esta época donde el estilo «Star Trek» está de nuevo tan de moda, han jugado con el tema. En un episodio que si bien ha sido criticado por su escasa plausibilidad, desde otros punto de vista es muy muy entretenido como género de aventuras. Hasta tal punto de que hay quien habla de hacer una secuela del USS Callister. No sé si es para tanto.

Por lo demás, es una serie que sigue mereciendo la pena. Y no es tan fácil de replicar. Vi un episodio de una serie en Amazon Prime Video, que intenta emular hasta cierto punto la intención, pero basándose en relatos de Philip K. Dick. Incluso con buen reparto. Al menos conocido. Pero el primer episodio que vi,… no me funcionó bien. Veremos si le damos una nueva oportunidad. Cuando termine con Daimon sensei.

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La iglesia parroquial de Saint-Thégonec en la Bretaña francesa.

The Marvelous Mrs. Maisel – 1ª temporada

Novedad reciente en el catálogo de Amazon Prime Video que llegó de la mano de los Palladino, responsables de series tan divertidas como Gilmore Girls. El sello característico de los Palladino son los diálogos ingeniosos, muy incisivos, llenos de referencias culturales, rápidos, a veces vertiginosos, y que dotan a los personajes de una gran vivacidad. Si el intérprete está a la altura de las circunstancias, inmediatamente se convierte en un personaje carismático. Y la pareja por Midge Maisel (Rachel Brosnahan) y Susie Meyerson (Alex Borstein) no sólo están a la altura de las circunstancias sino que la sobrepasan. Y sin desmerecer ni un ápice al resto del reparto que acompaña a estas dos sin ningún problema.

Miriam «Midge» Maisel es un ama de casa judía en Manhattan que apoya firmemente a su marido Joel (Michael Zegen) en su afición de cómico monologuista. En la que no tiene éxito. Y esta y otras circunstancias llevan a la ruptura del matrimonio. En un momento de rabia, Midge se sube a un escenario y suelta su monólogo. Improvisado. Y es un éxito… y poco a poco comienza a considerar la posibilidad de convertirse ella misma en monologuista. Todo ello en el ambiento de los años 50 neoyorkino, con la amable crítica social propia de las producciones de esta gente.

Yo me lo he pasado muy bien, tengo ganas de más. Ya tardan en volver con una nueva temporada. No conocía yo a la actriz protagonista, pero muy bien. Borstein ya fue una recurrente con las Gilmore, y la he disfrutado en otras producciones.

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O un paseo por los canales de Amsterdam en barco.

[Televisión] Cosas de series; de resucitados y distopías tecnológicas

Televisión

Hoy traigo como platos fuertes dos temporadas de seis capítulos de dos series muy distintas que se pueden ver actualmente en Netflix, y que me han ocupado principalmente mis ratos de asueto televisivo en las últimas semanas.

La primera merece poco comentario. Es la primera temporada de una serie australiana, Glitch, que se apunta como parece estar de moda al tema de los muertos que resucitan misteriosamente. Moda que iniciaron los franceses con la interesante Les revenants, y que ha dado lugar a nuevas versiones reconocidas o no de la historia o del tema en distintos países. Con sólo seis episodios en esta primera temporada, y un ritmo pausado, les ha dado para plantear el misterio y poco más. No aporta novedades al tema, parece que se decanta más por el lado «ciencia ficción» que por el lado «místico», pero sin más. Eso sí, es razonablemente entretenida; si no no creo que le hubiera dado muchas oportunidades.

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Aunque no tengan que ver necesariamente con las nuevas tecnologías, las zonas suburbanas de las ciudades siempre han simbolizado para mí ese contraste entre lo bueno y lo malo que nos trae el progreso. Por ello, estas recientes fotografías de una de esas zonas suburbanas en Zaragoza, me han parecido apropiadas para ilustrar esta entrada.

La segunda temporada de serie que he visto, también con seis capítulos, ha sido la muy esperada tercera temporada de Black Mirror. La serie ha cambiado de «casa» ya que se ha ido de su cadena de televisión británica original a ser un original de Netflix. Afortunadamente, ha mantenido las características que han hecho de ella una serie imprescindible para el aficionado a la ficción televisiva en estos momentos. Como hasta ahora, sigue con su serie de episodios con historias independientes unas de otras, que se pueden ver en cualquier orden o en cualquier momento sin que haya tramas entrelazadas. Todas ellas analizan las consecuencias de la introducción de nuevas tecnologías en la sociedad, especialmente en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación. Y presta atención concretamente en las consecuencias negativas que pueden aparecer detrás de la aparente felicidad de la innovación tecnológica. No deja de ser una exploración de lo que de distopía tiene la sociedad actual y sus posibles rumbos futuros. La serie no es antitecnológica, como algunos han propuesto, sino que más bien está interesada en analizar los comportamientos humanos, que son los que hacen que una herramienta tecnológica, un avance científico con aplicaciones prácticas, tenga consecuencias positivas o negativas para la sociedad.

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El tono de cada capítulo va variando. En algunos casos estamos en situaciones cómicas o paródicas. En otros flirtea con el suspense, y en algunos casos, directamente con el terror. Las consecuencias no siempre son negativas. Quizá, dos de los episodios más celebrados de esta temporada, Nosedive, y San Junipero, admiten consecuencias finales de las situaciones que se nos presentan. El logro de una libertad perdida en un caso, la posibilidad de vivir la vida que ha sido imposible en el otro. Pero los tonos son francamente negativos en el resto, especialmente en el duro episodio bélico, Men Against Fire, que reflexiona con dureza sobre algunos aspectos relacionados con el soldado combatiente, o Hated in the Nation, profunda reflexión sobre las actitudes de odio, linchamiento o «bullying» social.

Hay episodios con más nivel y otros con menos. Pero todos ellos merecen la pena y están por encima de la media de la ficción televisiva común. Como digo, una serie imprescindible.

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[Televisión] Cosas de series; volviendo al rancho

Televisión

Antes de hablar de la última serie cuya temporada de turno he terminado, he de decir que cada vez me estoy quedando con menos series tradicionales, de las de temporada larga y esas cosas, y cada vez me dedico más a la cosa monográfica. Verme una serie de tirón. En días, no en horas como hacen algunos. A ver, que tengo vida más allá de la tele, y mucha. Pero evidentemente Netflix ha afectado mucho a la forma a como ahora concibo ver la televisión. Por ejemplo, supongo que a lo largo de esta semana he empezado y finiquitaré la tercera temporada de Black Mirror, que ya anuncio que estoy disfrutando bastante. Son seis episodios, así que a uno al día, contando con que algún día no vea televisión,… una semana.

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Fuertes nevadas en el rancho de los Bennett, paisajes nevados para la entrada televisiva de hoy.

Hemos terminado de ver… No tengo muy claro qué temporada de The Ranch. No sé si es la segunda y última parte de la primera temporada, como se deduce de IMDb, o si es la segunda parte de la serie, o sea segunda temporada, como deduje al principio, supongo que erróneamente, según como la presentaron en Netflix. En cualquier caso, en estos diez episodios ha habido una clara continuidad en las tramas con respecto a los primeros diez episodios. Beau (Sam Elliott) y Maggie (Debra Winger) han seguido discutiendo y distanciándose, Rooster (Danny Masterson), asombrosamente, da síntomas de ir madurando como persona, y el duo protagonista, que son los personajes menos interesantes desde mi punto de vista, Colt (Ashton Kutcher) y Abby (Elisha Cuthbert) han seguido reencontrándose y progresando como pareja… hasta el final con sorpresa y correspondiente «cliffhanger». Hemos seguido teniendo es mezcla de drama familiar con abundante dosis de comedia, en el que todo el mundo actúa estupendamente menos los dos protagonistas… que no desentonan pero tampoco son nada del otro mundo, cosa que se sabe desde hace tiempo. Serie entretenida que seguiremos viendo en un futuro, en ese rancho de algún lugar perdido en el estado de Colorado. Y bueno… a mi siempre me ha encantado Debra Winger… sus películas no siempre, pero ella sí.

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[Televisión] Cosas de series; en 3, 6, 10, 13, 20, 22 y hasta 24 episodios

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Es curioso. Desde que decidí que sólo escribiría de series de televisión cuando se me ocurriera algo que contar diverso, se me ocurren más cosas… En cualquier caso, la de hoy viene a cuento de que en estas semanas de mayo suelen terminar su temporada aquellas series que habiéndose estrenado al principio del otoño, finales de septiembre o principios de octubre, llegan hasta la primavera con 20 ó más episodios a cuestas. Esto es algo propio sobretodo de las series de las televisiones generalistas norteamericanas, un tipo de series que ha vivido en los últimos diez-quince años una época de oro, pero que para algunos es un modelo agotado.

Entre 20 y 24 capítulos son muchos. Es cierto que se extienden a lo largo de prácticamente tres trimestres. Entre septiembre de un año y mayo del siguiente suman unas 39 o 40 semanas. Un embarazo, vamos. Es decir, casi la mitad de ellas, especialmente en la época navideña y en otros acontecimientos de la sociedad norteamericana, hay interrupciones. Pero hay otros modelos.

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Repaso a lo que está apareciendo últimamente en mi tumblelog de viajes (al final, los enlaces); la playa de Peñíscola en el encabezado, o las estaciones de ferrocarril abandonadas en el Bajo Aragón en esta fotografía.

Por ejemplo, en la televisión británica existen series, generalmente muy prestigiosas, con temporadas de sólo tres episodios, que suelen ser auténticos largometrajes. Sherlock es un ejemplo claro. O Black Mirror

Es más frecuente que las series británicas, con una hora de duración, menos el tiempo de anuncios que no es mucho, tenga temporadas de seis a ocho episodios. Por ejemplo, Luther, aunque luego se ha asemejado más al grupo anterior. O Downton Abbey,… O Doctor Who,… Las de corte familiar pueden tener algunos especiales navideños. También hay comedias de situación, de menor duración, la mitad, con un número similar de episodios. A veces pueden aumentar el número de episodios, y en ese caso no es infrecuente que dividan la temporada en dos partes. Estamos por lo tanto ante producciones optan por gastar sus recursos en pocos episodios, pero intensos y muy cuidados. Está el tema de los capítulos de relleno… en las más caras… de los que hablaré más adelante.

2000, vacaciones en Menorca. carloscarreter.es | carloscarreter.com | Tumblr | Twitter | Facebook

Recordando las vacaciones en septiembre de 2000 en Menorca.

Un modelo frecuente en las televisiones de pago, bien sea por emisión por cable o en los nuevos modelos de pago por visión o vídeo bajo demanda, las temporadas son de entre 10 a 13 episodios. También suelen ser series bien financiadas, que optan por echar el resto en pocos capítulos pero muy bien hechos. Game of Thrones sería el más representativo en estos momentos, pero también tenemos Shameless, Homeland, Jessica Jones, Girls, entre muchas otras. Como vemos, muchas de estas son de las series más prestigiadas. Como las británicas.

En este modelo, como en otros, solemos estar ante un esquema de una hora de duración para los dramas y media hora para las comedias. La duración exacta dependerá de la cantidad de anuncios que emite la cadena. Si la cadena es de pago, y no hay anuncios, estaremos en la hora de duración o la media hora. Si se financia con publicidad estaremos en los 42 minutos, o en los 23 minutos en el caso de las comedias de situación.

Estas duraciones no se cumplen en la televisión española. Tradicionalmente, en un modelo marcado desde los tiempos de la televisión única, estamos ante tandas de 13 episodios, que suponen un trimestre de emisión. Hay 52 semanas en un año. Lo que pasa es que las televisiones españolas tienen dos malas costumbres. Emiten muy tarde sus episodios, prácticamente a la hora de irme a dormir… por eso no veo casi, salvo alguna en diferido. Y encima son muy, muy, muy largos. Hablamos de 70 – 80 minutos de duración más la publicidad. Hora y media para un episodio, como poco. Si alguien se pregunta por qué veo pocas series españolas, empezará a encontrar algunas explicaciones. No las únicas, pero sí importantes. Si he dedicar hora y medio o más de mi tiempo a la televisión, de forma seguida, probablemente prefiera una buena película.

2001. Viaje a Bélgica. Brujas. carloscarreter.com | Tumblr | Twitter | Facebook.

O un paseo en 2001 por el beguinaje de Brujas.

Y tenemos las series que comentaba de 20 a 24 episodios. A mí, este modelo cada vez me convence menos. El problema es que tiene muchos episodios de relleno, que son mero entretenimiento inane. Es cierto que hay excepciones a esta regla. Por ejemplo, el mejor episodio que he visto de la era moderna de Doctor Who, fue Blink, un episodio de relleno en el que, de hecho, la protogonista era Sally Sparrow (una jovencita y prometedora Carey Mulligan). Fijaos qué puntuación tiene en IMDb… un 9,8 sobre 10. Casi perfecto. O el Unfinished Business de Battlestar Galactica que, aunque menos apreciado por los votantes de IMDb, a mi me parece uno de los mejores de la serie. Y era un episodio de relleno, en el que de hecho no avanza la historia global. Además, y curiosamente, son episodios de bajo presupuesto, pero en los que los guionistas tienen ocasión de demostrar lo que valen. Pero esto no es lo habitual. Y por ello, culebrones como Grey’s Anatomy, que sorprendentemente sigo viendo, un auténtico «guilty pleasure», o comedias como The Big Bang Theory o Modern Family, que recientemente han terminado sus temporadas, cada vez me parecen más cansinas.

Apostemos por series de más calidad y con historias mejor tramadas y contadas. Cosas como Fargo… que es de lo mejor de lo mejor… por poner un ejemplo.

Pero… ¿de verdad que llevo ya 11 años viendo el culebrón de Grey’s Anatomy? Algo malo pasa en mi cerebro.

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O quizá sea hora de tomar unas cervezas en las terrazas de Nyhavn en Copenhague.

De viaje con Carlos (cuadernos de viajero)

De viaje con Carlos (tumblr)

Una foto de mis viajes al azar…

[Televisión] Cosas de series; especiales navideños británicos

Televisión

Dedicaremos esta entrada de año nuevo, que como es jueves toca televisión, a los especiales navideños británicos, que en en algunos casos también suponen el final de la temporada de la serie correspondiente, por lo que igual toca un comentario sobre el conjunto de la temporada. En orden más o menos cronológico.

El especial White Christmas de Black Mirror se adelantó una semana a las navidades. Una fórmula nueva para esta serie que nos advierte de los peligros del uso de la tecnología, especialmente de las tecnologías de la información y la comunicación. Cosa a puntualizar. La tecnología no es peligrosa; los peligrosos son los seres humanos que le buscan aplicaciones dañinas. Aviso a posmodernos antitecnológicos y anticientíficos, que por según que demagogias no paso. Al grano. Dos personas se encuentran en una cabaña, en un lugar desconocido y atemporal. Y a partir de ahí nos van a contar una serie de episodios sobre aplicaciones de la tecnología que convierten este cuento de navidad en un auténtico cuento de terror. Nuevamente los creadores de esta serie británica nos generan la inquietud y la preocupación. El futuro dominado por la tecnología que nos presentan tiene mucho de distópico. Y desde luego, poca confianza tienen en las relaciones humanas y en cómo estas van a verse modificadas por las tecnologías. O simplemente es un aviso para navegantes. En cualquier caso, como producto televisivo es totalmente recomendable.

La comedia de situación Cuckoo tuvo su especial navideño. Esta simpática serie británica no tiene más interés que el de rellenar con una sonrisa algún rato muerto. Y para eso sirve también su especial navideño, que también ha servido para cerrar alguna de las tramas de su corta segunda temporada y dejar abierto el camino para una tercera.

No son exactamente mis últimas fotografías del año 2014, pero sí las últimas inmediatamente disponibles que pueden comunicar algo.

No son exactamente mis últimas fotografías del año 2014, pero sí las últimas inmediatamente disponibles que pueden comunicar algo.

Un clásico entre los clásicos es el especial de navidad de Doctor Who, Last Christmas, que en este caso también sirvió para cerrar algunos temas pendientes de la temporada regular de este otoño. Esta ha sido una temporada extraña, de transición. Con Peter Capaldi nos hemos encontrado con un Doctor muy distinto a los últimos. De aspecto más añoso, nos llega con una tono escéptico, casi cínico. Un Doctor al que parece que le empiezan a pesar mucho los cientos de años que acumula. Por otro lado, hemos tenido a una acompañante, Clara (Jenna Coleman), a la que le ha costado mucho encontrar su sitio en la serie, ya que en sus primeras apariciones era más un elemento argumental para empujar la acción que un carácter con personalidad propia. En una temporada menos espectacular y más oscura que las precedentes, el carácter se ha ido conformando a costa de no poco sufrimiento. Y su ambigua relación con el Doctor puede evolucionar hacia cualquier punto. En todo caso, es un personaje que ha crecido. Ha pesar de un especial de navidad que no me ha gustado demasiado, sí que tenemos una temporada que ha ido construyendo un nuevo escenario que veremos cómo se aprovecha en un futuro. Pero es distinta serie de la de los tiempos del anterior DoctorAmy Pond.

Con el especial de navidad de Call the Midwife se ha confirmado la deriva hacia la mojigatería y excesivo conservadurismo de esta serie que empezó mucho más interesante. Desde mi gusto personal sufre la pérdida de su protagonista original, la uber-encantadora Jenny Lee (Jessica Raine) que en el episodio navideño sólo hemos en fotos o representada por su versión anciana encarnada por la eterna y aparentemente incombustible Vanessa Redgrave, que en esta ocasión no sólo pone la voz en off, sino que también se deja ver en pantalla. Pero lo que nos queda es pasteloso y monjil en exceso. Con la insoportable por momentos historia entre el médico y la monja que se sale de monja, con la divertida Trixie (Helen George) de novia de un cura anglicano, con la excesivamente acomplejada Cynthia (Bryony Hannah) camino de los votos religiosos,… Buffff, empieza a ser un poco estomagante para mi gusto. Mucho tendrá que moverse en los primeros episodios de su siguiente temporada para que no acabe apartada de mi cartelera televisiva.

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Hace ya tiempo que las fiestas de navidad y fin de año me suelen colocar en un estado de ánimo más bien melancólico. Un poco brumoso.

 

Y finalmente, cómo no, el especial navideño de Downton Abbey. Este ya tradicional episodio nunca es banal. Siempre sirve para cerrar tramas de las desarrolladas en la temporada regular y para indicar por dónde puede ir el futuro. Encontramos despedidas, muy emotivas este año. Nos presentan nuevos personajes, para lo cual son propicias las vacaciones en los páramos de Northumberland previas a la navidad. Donde también encontraremos algún escandalillo que otro… No sé. Hemos tenido una temporada en su conjunto agradable, más tranquila, con menos sobresaltos. Con momentos divertidos como los amoríos de las mas provectas damas. Con algunas tramas un poco latosas como la maternidad de Lady Edith (Laura Carmichael) o los problemas con la justicia de John (Brendan Coyle)Anna Bates (Joanne Froggatt). Y esperemos que el cambio de vida de Lady Rose (Lily James) no nos robe esta encantadora joven tan despierta. Hay quien dice que están preparando el cierre de la serie. Que eso vendrá de la mano de un aumento del protagonismo de Lady Mary (Michelle Dockery), que ha estado mareando la perdiz, o mejor dicho los pretendientes, durante toda la temporada, pero parece que le ha salido uno digno de su nivel. E incluso parece que a la desamparada Edith le puede haber salido un posible novio que la saque de sus desdichas. Y qué vamos decir de la declaración de matrimonio final… No desvelaremos de quién a quién ¿vale? Hasta otoño.

Y hasta aquí estos especiales navideños. La próxima semana ya tendremos el retorno del ritmo habitual de series, con las incorporaciones que se producen en enero. Pero antes de comentar esas novedades, dedicaremos la entrada de la semana que viene a un par de series que he recuperado estas vacaciones y que me han parecido de buen nivel, e incluso una de ellas de altísimo nivel. Pero eso será la semana que viene.

Un estado de ánimo al que le vienen que ni pintadas estas crepusculares vistas, un tanto impresionistas, del bosque de ribera de Cantalobos.

Un estado de ánimo al que le vienen que ni pintadas estas crepusculares vistas, un tanto impresionistas, del bosque de ribera de Cantalobos.

[Televisión] Cosas de series; algunas bajas, algún comentario sobre The Americans, y final de dos temporadas

Televisión

Dos series se me han caído de la cartelera. En parte por desinterés hacia las mismas, y en parte porque no tengo tiempo de verlas. Por un lado, una de las novedades de la temporada, The Following, con un buen reparto,… pero que no ha acabado de engancharme. No me ha interesado esta serie de acólitos de un criminal en serie. Por otro lado, Suburgatory, que comparado con los primeros capítulos de la primera temporada,… pues no tiene nada que ver. Sin mala leche, sin agudeza, con unos romances que chirrían por todos los lados. Fuera.

La serie que sí me tiene bastante enganchado, definitivamente el mejor estreno desde que empezó la temporada de series en otoño, es The Americans. Con una complejidad en los personajes notable, con unas tramas muy bien pensadas, con un repaso bueno a la historia de los años ochenta, no sólo nos interesa la familia de espías, sino que por momentos otros personajes, fundamentalmente el del vecino del FBI, pero no sólo, contribuyen a hacer de esta serie una muy interesante. Quiero más.

Pero lo más trascendente de la semana han sido dos finales.

Hace ya siete años, con mi primera reflex digital comprada de segunda mano, hice mi primer "reportaje de guerra" en una recreación de una batalla de la guerra de la Independencia en Cariñena.

Hace ya siete años, con mi primera reflex digital comprada de segunda mano, hice mi primer «reportaje de guerra» en una recreación de una batalla de la guerra de la Independencia en Cariñena.

Este fin de semana que viene, en Zaragoza va a haber actividades relacionadas también con el recreacionismo militar de la época.

Este fin de semana que viene, en Zaragoza va a haber actividades relacionadas también con el recreacionismo militar de la época.

Pero es muy posible que no pueda estar ahí como "reportero de guerra".

Pero es muy posible que no pueda estar ahí como «reportero de guerra».

Black Mirror – 2ª temporada

Con el episodio titulado Waldo, nos han dado una nueva ración de reflexión sobre el impacto de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación sobre nuestra sociedad. Si el primer episodio de la temporada no planteaba retos sobre las nuevas formas de establecer y mantener relaciones, y el segundo nos daba a conocer una inquietante forma de hacer justicia, el tercero nos ha llevado a una distopía orwelliana por un camino que no esperábamos. El de los dibujos animados. No voy a decir que esta serie tenga los mejores guiones, que no están mal, ni la mejor realización, que es más que digna, ni la mejor interpretación, de la que tampoco me quejo. Es que te hacen pensar un rato. Pero un buen rato. Y no necesariamente te dejan una sensación optimista de lo que se nos viene en el futuro. Pero a lo mejor más vale así.

En cualquier caso, sólo son tres episodios por temporada. Y hay que contentarse. Y aguantarse. Qué larga se hará la espera…

En cualquier caso, aunque no tenga que ver con el tema de la entrada de hoy, os dejo algunas imágenes de la tremenda batalla.

En cualquier caso, aunque no tenga que ver con el tema de la entrada de hoy, os dejo algunas imágenes de la tremenda batalla.

Donde hubo abundante derroche de pólvora, que me asusta mucho, y que me impidió tener el brazo firme, y la fotografías nítidas.

Donde hubo abundante derroche de pólvora, que me asusta mucho, y que me impidió tener el brazo firme, y la fotografías nítidas.

Bunheads – 1ª temporada

Teleserie familiar pensada para los adolescentes y el conjunto de la familia, es heredera de muchos de los valores y las formas de The Gilmore Girls. Y eso a mí ya me ha valido para ver toda la temporada que se ha dividido en una media temporada que se emitió el pasado verano, y otra que se ha emitido entre enero y febrero.

Desde luego no hace olvidar a la chicas Gilmore, y eso que la protagonista Sutton Foster es todo un hallazgo. Pero ha tenido dos problemas. Uno es que muchas de las mejores escenas implicaban la interacción entre la anterior y su «suegra» interpretada por Kelly Bishop, y esta última se ha convertido más en un carácter recurrente más que en una protagonista de la serie. Así que nos ha sabido a poco. Otro, que las cuatro adolescentes han tardado en coger ritmo e interés. Y además de muy desigual forma. Y cuando han empezado a cogerlo, se nos ha acabado la temporada. Los ocho episodios del invierno me ha parecido aceptables pero irregulares. Salvo el episodio último que ha sido realmente muy bueno. Con una Foster además más guapa que nunca, y más madurez en alguna de las chicas.

Creo que si vuelven con una segunda temporada las seguiré, a ver si se animan un poco más. Pero no tienen la renovación asegurada, así que… En cualquier caso, tampoco han dejado ninguna trama por resolver. No nos matará la curiosidad.

Nota:

Las fotos que acompañan esta entrada corresponden a un evento que describí en el Cuaderno de ruta V.1, en las siguientes entradas:

La guerra ha llegado a Cariñena, los ejércitos se preparan

El campo de batalla está preparado, las hostilidades a punto de empezar

En el fragor de la batalla

El desenlace final; los «gabachos» se retiran

Es cierto que me parecieron mucho más divertidos a la vez que organizados las tropas "gabachas", que incluían féminas entre sus líneas.

Es cierto que me parecieron mucho más divertidos a la vez que organizados las tropas «gabachas», que incluían féminas entre sus líneas.

En cualquier caso, la "batalla" fue tan ardorosa y fragorosa como inocua.

En cualquier caso, la «batalla» fue tan ardorosa y fragorosa como inocua.

Y además, según el guion establecido, incluyó la victoria de las patrióticas tropas hispanas. En fin. Aunque a mí la cosa militar no me dice mucho, me lo pasé muy bien.

Y además, según el guion establecido, incluyó la victoria de las patrióticas tropas hispanas. En fin. Aunque a mí la cosa militar no me dice mucho, me lo pasé muy bien.

[Televisión] Cosas de series; despido al US Marshall, en el pueblo de Banshee se ponen muy burros, y Black Mirror, si no perfecta, es realmente inquietante

Televisión

Últimamente no doy abasto con esto de ver series. Estoy liado y no encuentro tiempo. Así que voy con retraso con algunas y selecciono lo que veo de otras. Y he tomado una decisión que me ha dado mucha pena. Las aventuras de Raylan Givens (Timothy Olyphant)Boyd Crowder (Walton Goggins) y toda la panda en Justified son de lo más interesante que se ve por la caja tonta. Pero al mismo tiempo, exigen una atención a la trama y a los numerosos personajes que últimamente no consigo alcanzar, y me pierdo. Me he perdido. Así que muy a mi pesar, he decidido dejar de lado a esta buena serie, para entretenerme con otros productos quizá de menos calidad, pero de más fácil digestión. Pero no obstante es una serie que recomiendo.

Todavía no he decidido si Banshee es una buena serie o un «no es para tanto». Lo que me sorprende es los niveles de violencia que nos ofrece. El flashback carcelario que nos ofrecieron en el último capítulo me impresionó, teniendo en cuenta que es un producto televisivo. Si a eso sumas su escasa inhibición con el sexo, hacen de esta serie una rara avis en el panorama televisivo. Ya veremos como sigue evolucionando.

Hoy opto por acompañar la entrada con los áridos paisajes de los montes de yeso y alabastro en la  ribera baja del Ebro.

Hoy opto por acompañar la entrada con los áridos paisajes de los montes de yeso y alabastro en la ribera baja del Ebro.

Entre mis gulty pleasures favoritos se encuentra desde el año pasado Revenge, que empezó muy fuerte, pero parecía que se había acomodado útlimamente. Cosa que no se puede permitir un culebrón de este tipo salvo riesgo de banalizarse y ser totalmente prescindible. No importa los escotes que luzca Emily/Amanda (Emily VanCamp), que últimamente son menos notables para mayor inri. En cualquier caso, nada como cargarse a uno de los personajes principales para revitalizar la cosa. Y en eso han estado.

Entre los caminos polvorientos y el monte bajo, un aficionado a la fotografía busca el mejor punto de vista para su futura toma.

Entre los caminos polvorientos y el monte bajo, un aficionado a la fotografía busca el mejor punto de vista para su futura toma.

Me cuesta comentar el segundo episodio de la segunda temporada de Black Mirror sin destripar el efecto sorpresa fundamental para que esta historia funcione. Coincido con algunos comentarios en que algunos de los episodios de la serie son flojos en planteamiento argumental, pero que se salvan por el factor de impacto emocional que consiguen en un determinado momento. En cualquier caso, el concepto «justicia» siempre me ha resultado confuso a la par que necesario para que esta vida tenga sentido, pero después de este último episodio la confusión ha aumentado en mi consideración. La semana que viene, final de la corta temporada.

Apenas un pequeñas y escasas flores ponen un poco de color en los áridos montes cerca de Rodén.

Apenas un pequeñas y escasas flores ponen un poco de color en los áridos montes cerca de Rodén.

[Televisión] Cosas de series; vuelve Black Mirror

Televisión

Poco hay que comentar de las series que habitualmente sigo, no hay novedades tan apenas. Todas siguen con sus cosas buenas y su cosas malas. A la espera de confirmar si The Americans mantiene el buen sabor de boca de su episodio piloto. El segundo episodio no estuvo mal, pero no estuvo a tanta altura. Ahora es momento de ir desarrollando un poco los personajes y las situaciones supongo. Y los Gallagher de Shameless siguen a un alto nivel de caos familiar. Lo demás, poco que reseñar.

Salvo que ha vuelto Black Mirror. Esta serie que tuvo una primera temporada con tres episodios fue muy celebrada por la reflexión que hacía sobre las nuevas tecnologías de comunicación visual. El mundo de la televisión, principalmente, aunque no sólo. Ha vuelto con un primer capítulo protagonizado por la interesante y guapa Hayley Atwell. El capítulo no ha estado mal,… salvo porque ha explorado un tema que ya se intentó en la serie precuela de Battlestar GalacticaCaprica. La posibilidad de reconstruir virtualmente la personalidad de una persona muerta a partir de los datos recogidos en los ordenadores y en las redes. Interesante de todos modos. Creo que es una serie a seguir. Veremos que dan de sí los siguientes episodios.

De todas formas, esta semana llevo mucho retraso con la visualización de las series. He estado liado. A veces como ayer que después de visitar algunas librerías que no conocía en el barrio de San Pablo, muy cucas, estuve de agradable cena con unos amigos.

Tiendas de diseño, librerías, imprentas, centros de música,... quien ha visto lo que era la calle de Las Armas.

Tiendas de diseño, librerías, imprentas, centros de música,… quien ha visto lo que era la calle de Las Armas.

Escenario al aire libre.

Escenario al aire libre.

San Pablo se asoma tras los edificios de la calle de las Armas.

San Pablo se asoma tras los edificios de la calle de las Armas.

Vivan los "jitanos",... pues "biban".

Vivan los «jitanos»,… pues «biban».

Comer, beber,... fotografiar.

Comer, beber,… fotografiar.