Li Mi De Cai Xiang (2008)

Cine

Li Mi De Cai Xiang (2009), 10 de septiembre de 2009.

Pues sí. El título está en mandarín. Y es que hemos vuelto a aprovechar mi falta de compromisos deportivos los jueves, no volverán hasta octubre, para ir a la versión original de los Renoir, que para este mes es una película china cuyo título internacional traducido al castellano es La ecuación del amor y de la muerte, aunque el significado del título en mandarín sería La suposición de Li Mi (Nota: todos los nombres propios chinos están escritos al estilo de su país, por lo que el apellido va en primer lugar, y el nombre propio en segundo lugar).

Para empezar, esta película china es de gente normal. No hay artes marciales, ni es de época, ni es de miedo, ni nada de lo que habitualmente nos llega del cine oriental. Es de gente corriente. La protagonista, interpretada por Zhou Xun, es una joven taxista que fue abandonada por su novio cuatro años atrás, y que se dedica a enseñar a los pasajeros las fotografías del antiguo novio para localizarlo y hablar con el de nuevo. Sigue enamorada. En una de estas, hace una carrera para dos tipos incultos, que resultan ser unos camellos de poca monta y que la secuestran con el objeto de conseguir un dinero para coger un avión. Y a partir de aquí se desata un curioso drama de historias entrecruzadas, en el que no falta algún destello de humor en la primera parte de la película, y que nos hace reflexionar sobre distintos sentimientos humanos entre los que por supuesto está el amor, pero también la soledad, la solidaridad o la incomunicación.

La película está hecha con medios sencillos. Es la segunda obra de su director, Cao Baoping, un desconocido por estos lares. La realización es correcta. La ambientación es buena, nos permite introducirnos en la China real, no en la de las historias fantásticas o en la de lo puramente folclórico. Descubrimos que los que haceres de sus habitantes y de sus ciudades no son tan distintos de los del resto del mundo. La historia avanza un poco a golpes. Tiene sus momentos altos y sus momentos bajos, pero en líneas generales a mí me enganchó.

Si bien los personajes pertenecen al común de la población, son peculiares. Todos tienen defectos en su personalidad. El policía engañado y abandonado por su mujer. El novio con sentido del fracaso y que huye para intentar encontrar el éxito por otros medios. Los desdichados tipos de provincias, desarraigados en la gran ciudad, que recurren al crimen para volver a sus orígenes. El amor perdido de uno de ellos. El amor perdido de la protagonista. Y aquí radica lo mejor del filme. Todos ellos nos llegan, todos nos interesan gracias a la excelente interpretación de los actores y actrices. A Zhou Xun ya la había visto en Balzac y la joven costurera china, una película absolutamente deliciosa y recomendable para todo el mundo.  Pero todos los demás aportan su granito de arroz a este guiso oriental de tan agradable digestión.

Para resumir, esta película que se proyecta en versión original subtitulada no supondrá una opción para buena parte de los potenciales espectadores, por culpa del tradicional prejuicio a la versión original de este país. Pues ellos se lo pierden. A mí me parece una opción mucho más interesante que la mayor parte de lo que se ve habitualmente por ahí. No es perfecta ni mucho menos, pero nos abre un poco los ojos al mundo de una forma agradable. Yo le pongo un siete, con un ocho en la interpretación y un seis en la dirección.

Afortunadamente, como se ve en la foto, cada vez son más frecuentes los intercambios entre Oriente y Occidente.

Sonríe

Turistas orientales se fotografían en la Fontana de Trevi, Roma (Italia) - Canon Digital Ixus 860IS

Cámaras y más cámaras, pero ¿y las fotos?

Fotografía, Fotografía personal

Es curioso lo de este fin de agosto y principio de septiembre. Desde hace un tiempo, me venía yo alejando de esa manía de estar enterado de todas las novedades en el mundo de la tecnología fotográfica. Qué cámaras hay en el mercado, cuáles son sus características, qué calidad de imagen ofrecen, el ruido,… La verdad es que, satisfecho con los chismes que tengo por casa, que son bastantes demasiados, no tenía yo especial interés en perder mucho tiempo en enterarme de estas cosas.

Pero de repente, un número no despreciable de amigos o conocidos han sentido la necesidad de hacer mejores fotos. Y en general todo ellos bajo la estúpida falsa premisa de que para ello es necesario una cámara más cara, más grande, «mejor»,… Así que he vuelto a sumergirme en el mundo de los chismes fotográficos para intentar ofrecer algún consejo sensato, que racionalizara su inversión gasto. Con poco éxito. Lo cierto es que la mayor parte de ellos no hacen caso. Vienen con un prejuicio, han echado sus ojos sobre algún objeto, y buscan más la confirmación sobre su elección que una nueva perspectiva que le complique la vida al tener que replantearse sus decisiones. Y en realidad, me parece bien esta postura suya. Al fin y al cabo, en el 99,9% de los mortales, una cámara fotográfica es un objeto suntuario; no es una necesidad vital. Y en ese caso, cada uno se compra lo que le da la gana. Faltaría más; forma parte de la diversión. No obstante, siempre me queda la intensa pena de saber que muchos de esos nobles chismes quedan arrinconados en un cajón de un armario, sin cumplir la bella misión que se les encomendó. Tomar fotos.

Rue du Pas de la Mule

La Panasonic Lumix LX3 en la Rue du Pas de la Mule, París; la cámara que más he utilizado en los últimos 10 meses

En medio de toda esta historia, ha surgido algo que haya hecho que me empiece un picor en el monedero. Desde hace tiempo soy consciente que cuando salgo de viaje, cuanto menos pese el equipo fotográfico, más a gusto hago las fotos y mejor me salen. Los kilos pesan. También los de los chimes. A París, hace unos meses, y a Berlín, hace unas semanas, sólo llevé la pequeña Panasonic Lumix LX3 y la más pequeña Canon Digital Ixus 860 IS como respealdo. Y estoy contento con las imágenes. A Viena en Semana Santa y a Suiza en Julio, llevé el equipo réflex de Pentax con los pequeños pancakes, ya que abultan mucho menos y son más discretos que el equipo Canon EOS.

Castel Sant'Angelo (Mausoleo de Adriano)

Castel Sant'Angelo en Roma, octubre 2008, la última ocasión que llevé de viaje la Canon EOS 40D, en esta ocasión calzada con un EF 50/1,8

Y resulta que ahora sale una nueva generación de cámara pequeñas con grandes captores, que se suponen que van a mejorar notablemente la calidad de las imágenes que se pueden obtener con un LX3. Pero aquí viene la trampa. Hay una calidad intrínseca de la imagen en forma de nitidez, ausencia de ruido/grano, fidelidad del color, etc que tal vez sea mejorada. Pero la composición, el elegir el momento adecuado y el punto de vista adecuado para hacer la foto, saber qué calidad de la luz conviene a un objeto, preocuparse por el momento del día más adecuado para visitar ese sitio que nos interesa retratar,… todo eso depende de las elecciones del fotógrafo, y muchas son independientes de la cámara.

¿Se adaptarán esas Olympus Pen E-P1, o esas Panasonic Lumix GF-1, o esa carísima Leica X1 a las fotos que quiero hacer como sorprendentemente se ha adaptado la LX3, aunque seguro que la «calidad de imagen» que ofrece  es menor? ¿Merece la pena el gasto? O acaso quedaré hipnotizado como otros ante el aparato que se configure como objeto del deseo, independientemente de lo que la razón aconseje.

No sé. La respuesta, en los próximos meses. Si puedo, a principios de octubre iré a Sonimagfoto, a Barcelona. Allí, tal vez pueda echar mano de alguno de estos bellos objetos fotográficos. A ver si las sensaciones son buenas. O no.

Fontana y turista

Las modestas compactas, como la Ixus 860IS de Canon, también pueden ser útiles para recorrer el mundo; como el buen servicio que me realizó para tomar discretas imágenes entre la multitud que rodeaba la Fontana de Trevi en Roma

Enemigos públicos (2009)

Cine

Enemigos públicos (Public Enemies, 2009), 8 de septiembre de 2009.

Dos consideraciones previas. Del director de este  filme, Michael Mann, es una de mis películas favoritas de «polis y cacos» de los años 90 y de la historia del cine en general. Luego no ha habido tanto que me guste de él, pero recordar aquella estupenda película me motiva a acudir al cine. Por otro lado, con las películas de gánsteres me pasa una cosa; o me gustan mucho o me aburren. No tengo término medio. Así que acudimos al cine a ver este filme con una mezcla de expectativa y recelo.

En esta ocasión, nos cuentan la histora de John Dillinger, interpretado por Johnny Depp, al modo de un moderno Robin Hood de la Gran Depresión, que roba a los ricos pero no a los pobres. Y en vez de ser un chulo prepotente con su chica, la francesa Marion Cotillard, la quiere mucho y la respeta mucho. En frente, el agente federal de la Oficina de Investigación, nombre original del actual FBI, Melvin Purvis, interpretado por Christian Bale, que hará todo lo posible por detenerlo.

La película tiene, como no podía ser menos, una realización muy cuidada. En algunos momentos, el aspecto visual recuerda al de los docudramas televisivos que reconstruyen hechos históricos. Lo cual no sé si me gusta mucho, pero es así. Con frecuencia, especialmente en las escenas de acción, la cámara en mano acompaña a los personajes metiéndose en el centro de la acción. En cualquier caso, técnicamente pocos peros se pueden poner al fin. Pero existe un grave problema. Por lo menos para mí. El conjunto de la película resulta frío. No sientes emoción. Ni en las tensas relaciones entre los policías, o entre los delincuentes, ni en la historia de amor. Todo queda como muy aséptico. Incluso las muertes resultan clínicamente convincentes, pero visualmente relativamente poco impactantes. A esta película, en mi opinión, le falta alma. Tampoco se controlan bien los tiempos. Es una película larga, y en algún momento da la impresión de que entre los hechos del principio y los del final han pasado unos cuantos años. Pues no. La acción comienza en mayo de 1933 aproximadamente y termina en septiembre de 1934.

Las interpretaciones hay que separarlas en dos. Por un lado Johnny Depp, que lo hace muy bien y que sostiene el filme a pesar de la frialdad general. Curiosamente, es una de las interpretaciones más contenidas y sobrias que le hemos visto en muchos años, y le sienta muy bien. El resto están correctos, salvo en mi opinión Christian Bale, que esá excesivamente frío. Parece que en su papel de lider policial, la cosa no vaya mucho con él en algunos momentos. Es evidente que hay algunas cuestiones éticas sobre el comportamiento y los métodos policiales planteadas en la película. Pero en ningún momento ayuda a que sepamos con claridad que piensa, salvo probablemente en el maltrato a la chica. Hay algún caso curioso de apariciones de actores conocidos que prácticamente hacen cameos como Giovanni Ribisi o Leelee Sobieski. O Diana Krall cantando en un night club, mientras el chico y la chica se enamoran.

En resumen, una película que se deja ver pero que tampoco dejará un gran recuerdo en el espectador. Yo le pongo un seis en mi valoración subjetiva, con un siete en la interpretación y un seis en la dirección.

Por cierto, lo que no se debe perder ningún aficionado al jazz, especialmente al jazz vocal, es la banda sonora. Mucho de Billie Holiday y otros ilustres del género. Para mí, de lo mejor del filme.

Ayer recibí de Blurb el primero de los libros de mi escapada berlinesa; el dedicado a la Bauhaus. Ha quedado muy majo.

Haus Klee/Kandisky

Haus Klee/Kandinsky en las Meisterhäuser de Dessau, Alemania - Panasonic Lumix LX3

Libro: Claro de Tierra

Literatura

Este verano me está costando centrarme en libros de cierta trascendencia. Los comienzo, los interrumpo, casi los abandono. Por ello, cojo algún otro título más intrascendente, más relajado. Algo que mi «atormentada» y dura «cabecita» acepte con menos problemas. Y un campo con el que acierto con bastante seguridad es la ciencia ficción. Aunque no cualquier ciencia ficción, ya que en los últimos años también he desechado algún que otro pestiño con ínfulas de trascendencia e intelectualidad. Así que estando en estas, me refugio en una novela que podríamos llamar clásica de Arthur C. Clarke.

Claro de Tierra
ISBN: 9788497110983
Quinteto, Barcelona

Lo cierto es que esta novelita pertenece a un tipo de novela en la escritura de Clarke que me parece muy agradable. Novelas de carácter sencillo, en el que no se realizan alardes aventureros. Donde las cosas pasan a su ritmo, y en la que enfrenta alguno de los dilemas éticos que a juicio del autor pueden derivarse del continuado progreso científico y técnico de la raza humana. Para mí, está en un mismo tenor que algunas novelas excelentes como son Cita con Rama, donde se reflexiona sobre el primer encuentro con un objeto de origen extraterrestre, o Cánticos de la lejana Tierra, donde enfrenta a la humanidad con la inexorable realidad de que la vida en el planeta no será siempre posible y tal vez sea necesario, si es posible, emigrar. En menor medida con El fin de la infancia, que por su carácter de final de la especie humana tal y como la conocemos, es más desasosegante.

En este caso, tras doscientos años de progreso espacial, se afronta el primer conflicto entre la Tierra y sus ahora independientes colonias espaciales, conocidas como la Federación. El motivo del conflicto es el monopolio que la Tierra ejerce sobre materias primas que sólo se dan en abundancia en el planeta madre y, al parecer, en su satélite, la Luna, que políticamente pertenece a la Tierra. Si estalla una guerra, nadie sabe como puede ser. En este escenario, llega a la luna bajo la tapadera de ser un auditor contable un hombre que ha asumido una labor de contraespionaje. Se supone que en una de las bases científicas de la luna, un espía está suministrando información a la Federación.

No hay una descripción de la acción desenfrenada. No hay persecuciones ni enfrentamientos. El objetivo del autor parecer ser ilustrar al lector sobre cómo imagina el hábitat humano en una futura colonización de nuestro satélite. A Clarke le gustaba la ciencia ficción dura, por lo que el rigor científico intenta ser máximo… dados los conocimientos existentes en el año 1955. Así, como cosas que chirrían, parece que resultaba difícil concebir la miniaturización de los sistemas informáticos, o de sus sistemas de almacenamiento de memoria, o de sus sistemas operativos… los operadores de los mainframes con los que trabajan los astrónomos del año 2150 siguen manipulando las tarjetas perforadas, desconocidas por completo para la mayor parte de los usuarios de computadoras actuales. Tampoco parece que se previese el desarrollo de la telefonía móvil, o el desarrollo de los satélites artificiales que resolverían de forma más eficiente algunos de los problemas cotidianos que se plantean en la narración.

El climax de la novela llega cuando se produce la primera batalla espacial en la historia de la humanidad, donde se pone de manifiesto la capacidad del hombre para llegar a la destrucción. No comentaré los detalles ni hablaré del desenlace. Aunque diré que la novela está teñida de esa idea que tenía Clarke de que el ser humano es esencialmente bueno si le dan la oportunidad de ser racional y científico. Vamos. Un eterno optimista.

A mí me ha agradado la lectura de esta novela. Quizá no esté a la altura de la imprescindibles Cita con Rama o de la poesía que subyace en los Cánticos de la lejana Tierra, pero indudablemente tiene su interés. Así que ánimo. Si os gusta el género, no os la perdáis.

Luna sobre el canal

Un poderoso creciente lunar luce sobre el Canal Imperial de Aragón a su paso por Zaragoza - Panasonic Lumix LX3

Noticias del sábado: Hoy no, hoy os cuento lo de Snow Leopard

Informática e internet

Pues eso. Que me aburro de comentar noticias depresivas, así que os voy a contar algo relacionado con la informática. En concreto, con mis herramientas informáticas.

Hace ya unos años, mandé a paseo los PCs y me fue agenciando unos ordenadores de Apple. Primero un portatil, un iBook G4, y después el sobremesa, un iMac de los blanquitos ya con procesador Intel. Hay quien alaba el hardware de Apple como lo más importante. Y sí, son bonitos, funcionan su problemas; lo que se dice, van bien. Pero lo que realmente me gusta es el sistema operativo, el Mac OS X. Es bonito, limpio, claro, razonablemente coherente, de funcionamiento suave,… no se cuelga, no da pantallazos azules ni de ningún otro color,… en fin, la terapia psicológica definitiva para quienes nos hemos pegado 21 años con los sistemas operativos de Microsoft, desde el MS-DOS 3.1 hasta Windows XP. No no he tenido «la fortuna» de trabajar nunca con Windows Vista, pero sigo, en mi puesto de trabajo, bregando con XP.

Cuando compre el iBook, venía con el Tigre. Posteriormente, actualicé tanto el iBook como el iMac al Leopardo, y fue estupendo. Con muchas cosicas nuevas, que la verdad no siempre he aprovechado por que yo soy de necesidades austeras. Y ahora nos ha llegado el Leopardo de las nieves. No viene con muchas cosicas nuevas; nos dicen que la gran novedad es que le han purgado las entrañas. Han buscado que funcione mejor y más rápido.

Captura de pantalla 2009-09-05 a las 08.42.56

Pantalla principal de mi iMac con el leopardo de las nieves, iTunes discretamente en un rincón, y Sookie Stackhouse asomándose discretamente al nuevo y limpio Quicktime X

Una cosa que hay que agradecer es que Apple ha hecho que parece novedosa. Hay versiones de actualización a precios más que razonables. Esto está muy bien de cara a prevenir la piratería. Porque hasta ahora había que pagar de canto las novedades. Y luego pasa lo que pasa y se quejan los que se quejan. Pues nada. Todo dentro de la legalidad.

Captura de pantalla 2009-09-05 a las 08.42.56 (2)

En la pantalla secundaria del iMac, Safari nos muestra los comentarios que The Online Photographer nos hace sobre esa monada que es la Panasonic Lumix DMC GF-1

Otra cosa importante. Después de tener de hace tiempo un disco dedicado al Time Machine, sin haber necesitado más de él, estos días atrás he dado gracias para haberlo hecho. La instalación me ha quedado perfecta. Sistema y selección de aplicaciones desde cero, renovadas, los archivos de trabajo y las configuraciones como estaban. Como me gustan. Sin complicaciones, fácil. El jueves actualicé el Macbook Pro y ayer el sobremesa. Y ya está. A funcionar como si nada. pero más rápido y limpio.

Muy duro tiene Microsoft que yo vuelva al redil.

Mientras, aunque todavía estamos en uno de los veranos más calurosos de los últimos años, las tardes en Zaragoza empiezan a tener color a final del estío. No sé. Vedlo vosotros mismos.

a 20

A 20 hay que circular por el carril bus de la Avenida de San José en Zaragoza... y a los conductores del autobús ¿por qué no les informan? - Panasonic Lumix LX3

Los vampiros favoritos de la Bacall y las caderas de una garota

Cine

Ayer por la tarde tuve un tiempo para prestar más atención a los temas más instrascendentes que aparecen por la llamada blogosfera. Y hubo dos cosas que me llamaron la atención.

Por un lado, un comentario de Lauren Bacall sobre las películas de vampiros que aparece en Lo Que Yo Te Diga. Lo reproduzco a continuación:

Si, he visto Crepúsculo, mi nieta me hizo verla, dijo que era la mejor película de vampiros jamás realizada. Tras acabar la película, deseé golpearla por toda la cara con mi zapato, pero no quiero que un libro llamado Querídisima abuela sea escrito sobre mí después de mi muerte. Así que mejor le di mi DVD de la obra maestra de Murnau, Nosferatu de 1922, y le dije: Ahora, eso si que es una película de vampiros.

Toda una señora la Bacall. Hay quien la ha acusado de tener mala leche, especialmente cuando los académicos de Hollywood se resisten a concederle el Oscar… De hecho, sólo ha tenido una candidatura, y la buena mujer ya tenía sus años. Con lo mayor que está, supongo que temerá que al final le den uno honorífico. ¡Menuda humillación! Pero reconozco que tiene mucha razón en lo que se refiere a los vampiros. A mí también me tocó verla en vídeo en circunstancias parecidas. Y quedé horrorizado. Pero no porque la película dé miedo; sino porque es un bodrio monumental. Y ahí tienes a millones de adolescentes asegurando que es el no va más del futbolín. Estamos entrando en una época donde el público evoluciona hacia el total analfabetismo cinematográfico. Con tal de que los que salen sean guapos, de que haya muchos efectos especiales, y que los espectadores se puedan poner como cerdos de palomitas,… la película, «cojonuda».

Creo que tengo que hacerle un homenaje a la Bacall. Un día de estos, un domingo con mal tiempo, haré un maratón Bogart-Bacall; Tener y no tener, El sueño eterno y Cayo Largo de una sentada. Y luego tarearé Am I Blue? con aire ensoñador como si yo fuese Hoagy Carmichel y tuviera a mi lado a la Bacall susurrando el estribillo de la canción.

La segunda cuestión que me llamó la atención es que, informado por Maikelnai, me entero de que la garota de Ipanema a quienes Vinícius de Moraes y Tom Jobim dedicaron tan prodigiosa bossa nova, tiene nombres y apellidos. E incluso se le puede poner cara. Y no sólo cara, sino también culo y tetas, ya que con el tiempo apareció un par de veces como vino al mundo en una celebrada revista dedicada a la promoción de la silicona. Se trataba de Helô Pinheiro (tiene un nombre mucho más largo, así que nos quedaremos con este), una pijita carioca que paseaba el palmito camino de la playa delante de los dos embobados músicos mientras se tomaban unos chimes en el Bar Veloso. Por la foto que reproduce Maikelnai, no estaba nada mal.

La verdad es que me encanta la bossa nova y otras músicas brasileñas. Ahora estoy muy contento, porque el programa de Radio 3 Cuando los elefantes sueñan con la música, dedicado a este tipo de músicas, que antes sólo escuchaba tirando de podcast, desde el 1 de septiembre lo emiten de 3 a 4 de la tarde. Justo el momento de mi vuelta a casa desde Huesca. Más de una vez tendré ocasión de recordar a la bella Heloísa.

Los grupos dedicado a las batucadas, cosa muy brasileira ella, se han puesto de moda últimamente por las ciudades europeas; y Zaragoza no es una excepción.

Bombo

Batucada en la celebración de la fiesta de San Jorge 2009, Zaragoza - Canon EOS 40D, EF 200/2,8L USM

Mapa de los sonidos de Tokyo

Cine

Mapa de los sonidos de Tokyo (Map of the Sounds of Tokyo, 2009), 1 de septiembre de 2009.

A pesar de que su última película me resulto un poco decepcionante, siempre estoy con ganas de ver las nuevas películas de Isabel Coixet. Creo que casi siempre ha tenido alguna cosa interesante que decir desde el punto de vista cinematográfico. Si además añadimos que el papel protagonista masculino es para Sergi López, pues mejor que mejor.

En este caso, la realizadora catalana nos lleva a la ciudad de Tokyo, que en la práctica es un protagonista más del filme, y tengo la sensación de que  se convierte en el principal protagonista. Lo que no tengo claro si es lo adecuado o no. En ella se desarrolla un drama, que es a su vez consecuencia de otro drama. Un español afincado en Tokyo, Sergi López, acaba de perder a su novia japonesa, quien se ha suicidado. Se encuentra triste y desorientado. Conocemos también al padre de la chica, que se sume en una profunda depresión y en el dolor de la pérdida, y a su ayudante, quien obviamente también sentía algo por ella. Estos últimos creen que el culpable de la pérdida es el español, y contratan a una asesina a sueldo, interpretada por Rinko Kikuchi, para que mate al español. Pero cuando se encuentran asesina y víctima surge algo entre ellos que ninguno de los cuatro personajes tenía previsto.

La realización es impecable. Sumamente cuidada. Cada encuadre está pensado hasta el más mínimo detalle. La iluminación, la fotografía, es de primer nivel. Como ejercicio estético visual es muy notable. Dado el título de la película, es también muy notable la calidad del sonido. Aunque también puede ser un lastre para la película, ya que se nota un esfuerzo extraordinario por que el espectador capte los sonidos que la directora nos quiere mostrar, resultando en alguna ocasión un poco forzado y artificial.

Y todo ello tiene otro problema. Estos aspectos estéticos son tan predominantes que el desarrollo de la historia se queda cojo. Las distintas situaciones quedan un poco forzadas. No te queda claro porque una chica japonesa, extraña, de veintitantos años va a sentirse atraida por un españolito cuarentón, no especialmente guapo, y de quien tampoco nos muestran nada especial en la película que pueda ayudarnos a entender esa atracción. No ayuda tampoco la voz en off, perteneciente a un quinto personaje de quien no sabemos nada más que de vez en cuando se ve con la chica, en una extraña relación de amistad. Pero que a veces nos cuenta cosas superfluas, para que están las imágenes en el cine sino para contar visualmente cosas que no es necesario contar con palabras, y otras veces nos cuenta de más, de modo que el final puede resultar previsible para muchos espectadores, de una forma u otra. Y todo ello es una pena, porque el comienzo de la historia prometía.

En cuanto a la interpretación de actores, creo que Sergi López no está del todo convincente. Incluso parece desganado; más que deprimido, a veces parece simplemente aburrido. Pero no puedo ser tajante en esta apreciación. Este personalísimo actor ha cometido el error de doblarse a sí mismo al castellano, lo que suma dos errores consecutivos. Uno, general en el cine español, el doblar las películas, que deberían verse en versión original. Dos, los actores reales pocas veces son buenos actores de doblaje, y este caso no es una excepción. Rinko Kikuchi y el resto de los personajes cumplen con su tarea con razonable competencia.

Resumiendo, segunda película de Coixet que no está a la altura de las expectativas depositadas. Es indudable que a la directora le sobra oficio, pero parece haberse olvidado que sus mejores logros se han debido a que tenía excelentes historias que contar. Le pongo un seis en mi valoración subjetiva, con la misma nota a la interpretación y a la dirección.

Algunas bellas imágenes de la película transcurren en un cementerio; os dejo, una foto de otro bello cementerio. En Weimar.

Historischer Friedhof

Viejas tumbas en el Historischer Friedhof de Weimar, Alemania - Panasonic Lumix LX3

Triste 70º aniversario

Historia

Hace unos días, ElPaís.com lo definía como El peor día del siglo XX. Considerando lo que ha supuesto el siglo XX en materia de sufrimiento humano, casi habría que considerarlo el peor día de la especie humana. Como desconocemos lo que sucedió en tiempo prehistóricos, sí que me atrevería a decir que fue el peor día de la historia del ser humano. Tal día como hoy en 1939, el ejército alemán invadía Polonia y daba comienzo a la que sería la mayor conflagración bélica y la mayor catástrofe humana conocida entre las provocadas por el hombre.

Grua medieval - Gdansk

La ciudad libre de Danzig, hoy la polaca Gdansk, fue uno de los primeros objetivos del ejército alemán - Canon EOS 40D, EF 24-105/4L IS USM

Es sencillo culpar a Hitler y a los nazis alemanes de lo sucedido, y efectivamente, a estas alturas nadie duda de que fueron los principales villanos en la catástrofe. Pero mirarlo así sería simplificar estúpidamente las causas del conflicto. Y digo estúpidamente, porque sería de estúpidos no recordar permanentemente lo que no hay que hacer si queremos evitar otra guerra como esa. El cierre en falso de la I Guerra Mundial en el Tratado de Versalles, el malicioso influjo que los nacionalismos han ejercido sobre las poblaciones, el capitalismo ultraliberal descontrolado que condujo a la Gran Depresión, los brazos abiertos que los extremismos fascistas y comunistas ofrecieron a las poblaciones desencantadas, la inoperancia de las democracias en frenar a los fascismos cuando estuvieron a tiempo, en Austria, en Checoslovaquia, en España, en China, etc. Se podrían citar muchas más causas.

Hay quienes opinan que antes del 1 de septiembre de 1939, el mundo ya llevaba varios años en guerra. Que si se considera esa fecha el principio de la guerra supongo que será porque las grandes potencias no estaban involucradas todavía. Como si el sufrimiento de los demás no importara.

Noria - Prater

Viena, la capital austriaca, no se supo resistir al encanto de los totalitarismos - Panasonic Lumix LX3

Las consecuencias fueron terribles. Nunca antes las poblaciones habían sufrido con tanta virulencia las consecuencias de las guerras. Las ciudades fueron bombardeadas inmisericordemente; los muertos civiles dejaron de ser un daño colateral de las guerras para ser un objetivo buscado por parte de los distintos contendientes. Graves fueron las afecciones que el Eje causó en ciudades como Coventry, Rotterdam o Shanghái por poner algunos ejemplos. Pero no menos graves fueron las consecuencias de los bombardeos sobre Hamburgo, Dresde, y no digamos ya los resultados de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Ya lo he comentado en alguna ocasión. En una guerra no hay buenos y malos; hay malos y peores.

Zwinger

El bello Zwinger de Dresde, tal y como lo contemplamos hoy en día, es una reconstrucción del existente antes de la guerra; la ciudad quedó totalmente arrasada por las bombas incendiarias - Pentax *ist DS, SMC-A 50/2

Podemos hablar también de los tremendos movimientos de poblaciones, de los desarraigos que la guerra provocó en millones de personas, obligadas a abandonar para siempre los hogares que habían sido de sus antepasados desde tiempo inmemorial. Millones de refugiados rusos huyendo desesperadamente hacia el este del odio racial alemán cuando no desplazados por la tiranía de Stalin, millones de polacos sin saber cuál iba a ser su tierra de una año para otro, regiones enteras de la antigua alemana desaparecidas como tales con toda su población obligada a desplazarse, cientos de miles de mujeres violadas al paso de los distintos ejércitos, miles de mujeres asiáticas obligadas a prostituirse para el ejército imperial japonés, y así listas interminables de desmanes.

Río Óder - Wroclaw

"Festung Breslau" proclamó Hitler, la fortaleza de Breslau, para defender esta ciudad entonces de predominio étnico alemán; hoy día es la Wroclaw polaca, repoblada por los polacos obligados a abandonar Lwów, actualmente en Ucrania - Canon EOS 40D, EF 24-105/4L IS USM

Y qué decir del extremo odio racial desplegado hacia los judíos, pero también hacia los gitanos, hacia las poblaciones eslavas de las regiones conquistadas,… que no fue exclusivo de los nazis. Se registraron brotes antisemitas contra las maltrechas y escasas poblaciones judías que quedaron en Polonia y en la Unión Soviética. También sufrieron persecuciones las poblaciones alemanas que se negaron a abandonar sus hogares inicialmente al final de la guerra.

Auschwitz-Birkenau - Alambradas

El campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, el lugar que representa lo peor de la inhumanidad del nazismo y de la guerra - Canon EOS 40D, EF 28/1,8 USM

Creo que es necesario mantener la memoria de lo sucedido. Tengo la sensación de que el regreso de los fanatismos que sacaron a la luz lo peor de la especie humana están ahí, dentro de todos nosotros. Esperando a salir. Desde el año 1945 no ha vuelto a haber un conflicto de semejante calibre sobre la faz de la Tierra. Pero esta tampoco ha conocido la paz. Seguimos recibiendo noticias de masacres de poblaciones civiles por motivos religiosos, raciales, étnicos; los nacionalismos y los totalitarismo siguen acechando. El arsenal atómico que apunta a las ciudades de todo el mundo es suficiente para exterminarnos como especie varias veces. Mejor será que no olvidemos… por que si no…

Memorial del Holocausto

Un joven se alza sobre las estelas del Monumento a los Judíos muertos en Europa por el nazismo - Canon Digital Ixus 860 IS