[Libro] La gran serpiente – Pierre Lemaitre

Literatura

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Buena parte de la novela transcurre en París, así que nos daremos un paseo por Montparnasse en fotos.

Pierre Lemaitre es un autor francés que ha gozado de fama y difusión en las primeras décadas del siglo XXI. Primero con sus policiacos, duros, implacables, con pocas concesiones a la amabilidad en los desenlaces o a la sensibilidad de los lectores partidarios de los finales felices. He leído un par de esos relatos policiacos. Y, a pesar de que no soy especialmente fan del género, me gustaron mucho. Los disfruté mucho, aquí y aquí… o quizá debería decir que los «sufrí» mucho. Pero su fama explotó con su dura y satírica crítica social a partir de los gueule cassée de la Primera Guerra Mundial, la cual se podía extender a ciertas formas de corrupción moral y política actuales. Que tuvo su segunda parte, que también leí. Y alguna otra cosa, que no me entusiasmo tanto, y que leí posteriormente. Y alguna novela que empecé… se me atascó… y abandoné el seguimiento de este autor. Hasta que hace pocos meses apareció en ofereta el libro que traigo aquí.

Se trata, al parecer, de la primera novela de crimen policiaco que escribió Lemaitre, y que permaneció inédita durante varias décadas. No encontró su camino en el mundo editorial. Hasta que, con la fama del autor establecida, fue publicada en los últimos años, probablemente revisada, confiando en que el nombre atraería a los lectores. Una novela que mezcla la dureza de las tramas policiacas del escritor, donde nada ni nadie está a salvo, con la ironía satírica y desmesurada de sus libros no policiacos más conocidos. Una antigua y bella resistente de la Segunda Guerra Mundial, en la que mostró una inquietante tendencia al sadismo con los invasores alemanes y colaboracionistas, acaba dedicándose el resto de su vida a ser ama de casa respetable hasta que, viuda, se dedica al oficio de asesina a sueldo. En la actualidad, con los sesenta cumplido, es antigua pero no bella, empieza a tener achaques, y despistes que hacen sospechar la enfermedad que lleva el nombre de un distinguido neurólogo bávaro nacido a mediados del siglo XIX puede estar al acecho. O algo parecido. El caso es que los despistes en sus trabajos llevan a que sus últimos asesinatos llamen especialmente la atención de la policía… y de la organización para la que trabaja. Y ambos la quieren «jubilar», unos mándandola a una «residencia» con barrotes en las ventanas tras el juicio penal pertinente, otros, por deceso.

Lo ciertos es que me ha parecido una novela divertidísima. Un poco como la antigua revista española Harakiri, tiene humor bestia y sangriento. La asesina puede no estar ya en sus mejores tiempos, cuando arrebataba por igual vidas de enemigos o «clientes» a lo bruto y corazones de sus compañeros más románticos. Pero sigue siendo una psicópata de mucho cuidado y sin escrúpulos. Su rastro de asesinatos mezcla el horror de la violencia con el humor negro, negrísimo, de las circunstancias en las que esa violencia sucede. Dicho lo cual, la novela no deja de ser un divertimento. Carece de la profundidad psicológica de las novelas policiacas posteriores del autor. Tampoco plantea un comentario social de cierto calado como otras de sus novelas no policiacas. Evidentemente, fue un ensayo de estilo y posibilidades, que está bien leer, pero que no tiene la madurez de las obras posteriores del autor. No obstante, me parece bastante recomendable. Como ya he dicho, yo me lo he pasado estupendamente.

[TV] Cosas de series; el «nordic noir» a la escocesa, los casos del Departamento Q

Televisión

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. En las fotos, Edimburgo, claro. En una estancia caracterizada por el buen tiempo y la falta de lluvia, durante una semana. Lo cual, a priori, no es habitual. Al menos en 2013. Hoy en día, con la crisis global climática, quién sabe.

El nordic noir, es decir, el género negro al estilo escandinavo es uno de los géneros de más éxito de ventas en las últimas décadas. Es lo que se dice una moda. De repente, se empieza a hablar de él, la gente empieza a leerlo, surgen verdaderos fanáticos, se adapta al cine y televisión, primero por los propios países de origen, pero pronto los avispados productores británicos y norteamericanos se apuntan al filón… y ahí está hasta que la gente se canse o surja otra moda. O quien sabe… igual queda como una endemia entre los aficionados a la lectura en general y al género negro en particular, con su nicho estable durante tiempo indefinido. Quizá estemos ya en esa situación. Pero no lo puedo asegurar. No soy un experto. Y no soy de los que se haya enganchado de forma notable al género. El género negro, nórdico o de cualquier otra latitud o longitud, tiene obras muy interesantes, incluso obras maestras, pero también tiene un porcentaje de astronómico de obras que me parecen absolutamente superfluas y todas más o menos iguales o muy similares. Como pasa en todos los géneros destinados más a la venta que al prestigio literario. Literatura de tienda de aeropuerto o estación de ferrocarril.

Alguna cosa he picado aquí y allá de la ficción criminal nórdica. Y eventualmente me ha entretenido. Pero escasamente me ha entusiasmado. Pero tengo un par de amigos/conocidos que llevan largo tiempo hablándome de las excelencias de una saga en concreto, la de los casos del Departamento Q del danés Jussi Adler-Olsen. Hasta el momento, no he sucumbido a estas tentaciones… porque en principio no me tientan en exceso. Y me extrañaba que no hubiese alguna serie sobre la cuestión… hasta que me enteré que se ha ido adaptando en los últimos doce o trece años en forma de largometrajes de producción danesa. Uno de esos amigos/conocidos dice que yo he visto alguna de esas adaptaciones. No me parecía probable, hasta que decidí hacer una búsqueda en este Cuaderno de ruta y resulta que… sí. Que en 2015 fuimos a una sesión doble de la que conservo escasa o nula memoria, y en la que vimos dos de las películas. Ese olvido mío tan característico de las producciones mediocres o anodinas, me acuerdo más de los bodrios rotundos que de lo que ni fu ni fa, ya os pueda dar una idea de lo que me parecieron. Películas vistas en el mes de julio de aquel 2015, en esa época del año en la que la cartelera suele dar pena, y acabas yendo a ver casi cualquier cosa si apetece quedar para ver algo de cine.

Hace unos meses, Netflix anunció la adaptación de la primera novela, del primero de los crímenes del Departamento Q en forma de serie televisiva. Pero con algunos cambios. El fundamental es que la acción se traslada de Dinamarca a Escocia. Se puede discutir si Escocia no debería ser considerado como una variante de los «nórdico»… habría que pensarse si en esas latitudes predomina más la britanicidad o la nordicidad. La segunda cuestión es que se adapta la historia. Y debemos recordar que cuando se adapta una historia, es susceptible de experimentar cambios, más o menos importantes en su narración o en el diseño de personajes. En cualquier caso, bajo el título, casi obvio, de Dept. Q, nos encontramos al grupo de improbables inadaptados, que cargan a cuestas con un bueno número de fantasmas propios, y a los que se les encarga lavar la cara del departamento de policía del lugar, que es Edimburgo, y que sufre la mala prensa de su elevado porcentaje de crímenes no resueltos. El elegido será el de una fiscal desaparecida cinco años atrás, no se sabe si asesinada o raptada, o quizá desaparecida por otros motivos, y que como es lógico tocará las narices de muchos.

No las tenía conmigo cuando decidí ver la serie. Pero con Matthew Goode al frente, y confiando en el buen quehacer de los intérpretes británicos, de la cual la única que me sonaba es Kelly Macdonald, una actriz muy solida a la que vemos mucho menos de lo que nos gustaría, aquí hace un papelito secundario, me animé. Y no me arrepiento. La serie está bien valorada por los votantes en IMDb y con razón. Está bien hecho y muy bien interpretada. Y no, no sabe a las frías y asépticas producciones nórdicas. Tiene las mañas de los británicos, que hace muchas décadas que han demostrado que saben hacer cine y televisión. Tiene mucho oficio. No sé cuanto durará esta serie. Da para bastantes temporadas, a caso policiaco por temporada. Pero todo dependerá de si a Netflix le salen las cuentas. Si sigo abonado a la plataforma, cosa que me estoy pensando, seguiré viéndola. Si no… probablemente no. Está bien hecha, es entretenida, pero, para mí, es prescindible. Como ya habréis deducido, el género negro… «no me mata».

[Libro] La canción de las sombras – John Connolly

Literatura

Las pequeñas vacaciones de Pascua supusieron un cambio en mi dinámica lectora. Junto con algunos cambios en mi rutina diaria, que también contribuyen a encontrar algún rato más para concentrarme en la lectura, aunque sea media hora. Por ello, se me han acumulado varios libros para comentar. Poco a poco irán apareciendo en estas página. Además, en mayo disfrutaré de tres semanas de vacaciones. Y en los viajes siempre leo más… especialmente cuando pasas muchas horas metido en un avión, como espero que suceda a partir del mediados de mayo. Pero ahora vamos con un libro que debí comprar de oferta, muy de oferta, hace ya tres años, y que se había quedado en lista de espera de un modo más o menos indefinido. Es del irlandés John Connolly, y pertenece a una larga serie de libros dedicados al detective privado Charlie Parker. Es, nada más y nada menos, el número 14 de 23, y fue publicado en 2014. Nada que ver con el saxofonista de jazz del mismo nombre. Mucho más interesante para mí como ya comentaré.

El campo de concentración de Auschwitz servirá para orientar el tema de la novela de hoy.

El tal Parker es un detective privado, antiguo policía, que está convaleciente de unas graves heridas de bala que casi se lo llevan al otro barrio. Y para recuperarse, alquila una casita en la costa de Maine, Estados Unidos. Allí se instala también una madre joven, soltera, con su hija. Y allí aparece un cadáver, sobre el que se duda si es un suicidio o un asesinato. Al mismo tiempo, una familia muere en un incendio en otra localidad de la región; toda la familia menos el hijo mayor de 17 años, que es principal sospechoso. Pero entre la colonia de inmigrantes alemanes de la zona, algunos judíos que huyeron de la Alemania nazi, otros… los que llegaron por diversas rutas tras la debacle del régimen nazi, hay secretos y mentiras en abundancia que pueden explicar lo sucedido. Y Parker, que parece que atrae los problemas, se encuentra en medio de un caso mucho más complejo de lo que parece.

Como hace ya más de tres años que lo adquirí en las ofertas del día de mi tienda de libros electrónicos habitual, no puedo recordar qué me hizo comprarlo. Además del precio. Relativamente económico. Pero es uno de esos libros de novela negra que pretenden inspirarse en los clásicos del género, pero que son formulaicos. Hay párrafos o diálogos que me dan la impresión de que ya los he leído con antelación. Esas frases, esos dichos, esas descripciones que parecen ser utilizados por un cierto tipo de autores de forma sistemática para rellenar sus relatos. Y esas descripciones detalladas de los sitios y las cosas que hacen y que no tienen absolutamente nada que ver con la trama, ni aportan nada a la comprensión del entorno, ni de la personalidad de los que interactúan. ¿Qué me importa a mí si toma tal o cual otra marca de cerveza si eso no tiene nada que ver con nada de lo que está pasando y no tengo ni idea de qué marcas de cerveza se consumen en Nueva Inglaterra y se me va a olvidar? El detalle tonto.

Cuando lo acabé y lo indiqué en Goodreads le puse un aprobado porque cumplió su misión básica de entretener los tiempos muertos y los desplazamientos durante los viajes de las vacaciones. Pero así, pensándolo bien, este libro es más bien malo, por mucho que haya vendido mucho y tenga sus fans. Con un tema sensacionalista, pero que ha sido ya muy trillado en la ficción, la de los malvados nazis que se refugiaron en los Estados Unidos, y los judíos que van a por ellos, la originalidad brilla por su ausencia. Y encima… en medio de la violencia, que no falta, aparecen fantasmas que protegen al protagonista del festejo… Para mear y no echar gota. Si me pierdo me encontrarán escuchando los maravillosos solos de Charlie Parker, pero no interesado en las aventuras del detective Charlie Parker.

[Cine en TV] Sharper (2023)

Cine

Sharper (2023; 20/20230315)

Estreno directo en plataforma en línea, en Apple TV, con un reparto que llama mucho la atención, que resulta muy atractivo. Quizá por eso, había leído algunos comentarios y críticas elogiosas para esta película dirigida por Benjamin Caron, un director que tiene en su haber buenos trabajos de dirección en el ámbito televisivo, en series de cierto prestigio y calidad. Pero claro, la función del director en televisión no tiene la misma importancia y trascendencia que en el cine. En cualquier caso, teniendo a mano la película en cualquier momento, y con estos antecedentes, era de casi obligada visualización.

En Nueva York, Manhattan, Tom (Justice Smith) regenta una librería de viejo donde un día entra una joven estudiante de doctorado, Sandra (Briana Middleton), en busca de un libro. Tras una breve interacción, ambos se atraen, se invitan a salir y empiezan una romántica y bonita relación… que acabará brusca y desagradablemente ante la incomprensión de Tom. Pero es que nadie es lo que parece en este romance y en esta historia. Ese es el primer episodio de varios, no necesariamente lineales en el tiempo, que en su conjunto nos hablará de una historia de pícaros, embaucadores (título de la película en español), traiciones y romances, más o menos sinceros.

Nueva York, claro. Pronto espero añadir otra ciudad de los EE.UU. a mi fototeca particular. Ya iré contando.

La película es calificada por algunos como neonoir, es decir, revisitar el género negro, pero con un toque contemporáneo, de modernidad. Está los personajes típicos, la mujer fatal, la fulana, el pícaro, el millonario, el primo… pero con aire postmoderno y con apartamentos de alto standing, decorados a la última, con vistas a Central Park. La película tiene los mimbres, tiene el reparto, y tiene la competencia técnica para que todo junto salga un historia entretenida y bien hecha, que deje buen recuerdo. Sin embargo… a la película le falta alma. Al final resulta que los personajes, su peripecia, te importa un rábano. Es todo tan frío y delineado con precisión que no te enganchas a ninguno de ellos. Y encima… se hace previsible.

Entendámonos. No es ninguna catástrofe. Es entretenida. Si tienes un abono a la plataforma y un par de horas en la que no sabes qué ver, o qué hacer, te ayudará a rellenarlas con dignidad. Pero no dejará poso ni recuerdo. Los intérpretes, Julianne Moore, Sebastian Stan, John Lithgow, además de los mencionados, tienen oficio, pero están lejos de sus mejores trabajos. Cumplen, sin más. Y como he dicho, el director tiene saber artesano, pero no le veo toque de autor, una personalidad propia. En fin. Un entretenimiento válido. Pero olvidable. Sin más.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

[TV] Cosas de series; Cowboy Bebop, nuevas adaptaciones… que no siempre salen bien

Televisión

Segundas partes, terceras partes, trilogías de cuatro, segundas trilogías, terceras trilogías, universos con veinte películas o más, nuevas versiones, reboots, reimaginaciones, spin-offs… Intentar explotar una gallina de los huevos de oro hasta el agotamiento no es algo nuevo. Pero la sensación de que hoy en día, en la ficción televisiva o cinematográfica, se usa y se abusa de ellas hasta el extremo está constantemente presente en quienes nos gusta el cine y sus derivados en grandes o pequeñas pantallas. Y no siempre salen bien. Muchas veces pienso que lo de Battlestar Galactica fue más la excepción que la norma. Porque además, estos fenómenos se dan más en la ciencia ficción, ficción fantástica, o en la fantasía científica,… tres géneros que parecen similares, pero tienen diferencias que hay que saber diferenciar. Y no siempre es fácil.

Tanto la animación como la acción real están ambientadas en un sistema solar colonizado por los humanos, en los que cada ciudad o establecimiento humano recuerda a algunos de la Tierra, muy devastada como consecuencia de la ruptura de la Luna. Alguno de ellos recuerda mucho a Hong Kong, y por ello traigo fotos de la ciudad china.

Recientemente, en el ámbito de la ciencia ficción hemos tenido muchos anuncios de adaptaciones, nuevas adaptación, nuevas versiones… de materiales originales de referencia, de culto, de gran calidad,… como los queráis llamar. Algunas van saliendo bien (Dune), con el alivio de que las veremos terminar. Otras son decepcionantes (Foundation). Y todas ellas nos echan a temblar de miedo al mismo tiempo que no generan interés y expectativas (recientemente se ha anunciado la adaptación de Cita con Rama)

Esa mezcla de expectativas y miedo me suscitó el anuncio hace ya un tiempo de la adaptación a serie de acción real de una de las series de animación japonesa más redondas e interesantes que conozco. Una serie de referencia, de culto, como la queráis calificar… una serie de gran calidad. No es otra que Cowboy Bebop (animación). Una serie que mezclaba con habilidad elementos de aventura espacial, cine negro y western, con una grandísima, maravillosa banda sonora a cargo fundamentalmente de Yoko Kanno, que la interpretaba al frente de The Seatbelts, y que se movía con habilidad entre la comedia y el drama, con un tono melancólico, nostálgico, que impregnaba cada poro de cada uno de los veintiséis episodios de los que constaba, y con ese quinteto mágico de antihéroes de los que no podrías prescindir ya; Spike Spiegel, Jet Black, Faye Valentine, Edo y E1n, el simpático y misterioso perrillo que los acompaña. Fantástica. Con la excusa de la llegada a Netflix de la versión de acción real, la he vuelto a ver,… y… fantástica.

Efectivamente, fue Netflix, que tiene en catálogo la serie de animación, quien encargo la adaptación de Cowboy Bebop (acción real). Y después de terminar de verla, de dejarla reposar unos días… he de decir que no. Que no es lo mismo, que no tiene el mismo espíritu, que no transmite, ni de lejos las mismas emociones, y que es una serie absolutamente prescindible. Innecesaria por completo. Probablemente, quienes amamos el original de animación la rechacemos por traicionar en gran medida el espíritu y el tono del original, aunque quiera ser fiel al universo y a los «hechos» narrados. Pero los personajes, aunque vistan igual (o parecido, que a Faye la han vestido menos descocada), aunque se llamen igual, aunque se involucren en aventuras similares… no son los mismos. Más parecidos a variantes del pícaro espacial tipo «Han Solo» que a los originales, carecen de la mochila emocional, de la carga melancólica, de las carencias que daban sal y pimienta a la historia original. Y por mucho dinero que se hayan gastado en la ambientación de la serie, no habrá salido barata, visualmente carece del expresionismo de la original, y en general del expresionismo de la animación japonesa de la época. El reparto hace lo que puede con el material que le dan… pero no son quienes tenían que ser. Aunque la última escena (la única en la que aparece Edo), deja abierta una continuación, no se va a dar. Porque al parecer la serie tampoco a sabido convencer a audiencias nuevas, quizá más jóvenes, quizá más diversas… No ha funcionado. No habrá segunda temporada. No puedo decir que lo sienta. Siempre nos queda la original.

[Libro] El hombre inquieto

Literatura

Oferta de Amazon Flash que me llevó a uno de los policías más afamados del llamado nordic noir, Kurt Wallander del sueco Henning Mankell. Tenía la sensación de que no era la primera novela que leía de esta saga detectivesca,… pero no es así. Vi la serie que la BBC dedicó al personaje, encarnado por Kenneth Brannagh, pero no había leído todavía ninguno de los libros. Asumiendo que la serie fuese fiel al espíritu de la obra literaria, estaba ya familiarizado por lo tanto con el personaje y sus características.

Empecemos por Ystad, donde vive Wallander, el protagonista del libro de hoy. Pero recorreremos otras partes de Suecia, como hace en esta historia. Malmö en el encabezado.

Me confieso poco aficionado al género negro al estilo escandinavo. Bueno… soy muy selectivo en lo que se refiere al género detectivesco/policíaco/negro. Es un género que ha producido novelas excelentes, pero también una cantidad inmensa de furrufalla. Perdón por el aragonesismo,… una cantidad inmensa de material literario de poco valor. Que al parecer entusiasma a no pocos lectores, pero no a mí.

Así pues he encarado desde poco antes de mis vacaciones de Pascua hasta el tren de regreso a casa, cuando lo terminé, pensando que era una lectura razonable para un momento de poca concentración y de relajo general. Según he podido comprobar, se le considera el 12º libro y último de la serie sobre el inspector de policía Wallander. Serie que incluye también alguno dedicado a su hija Linda, también policía. En este libro tiene un papel secundario, aunque trascendente, ya que el caso se desarrolla alrededor de los «suegros» de esta.

Un playa junto al Báltico, en Falsterbo.

Es una novela de carácter crepuscular, con el inspector de policía cumpliendo sesenta años, debutando como abuelo, y aquejando diversos problemas de salud, algunos más normales y otros más preocupantes. También cumple con la función de ir cerrando determinados episodios de la vida del inspector, faceta del libro que aprovecharán más, supongo, los fieles a la saga. Pero el caso es que en este libro Mankell aprovecha para hacer una reflexión sobre el mundo de la guerra fría, el espionaje, la posición política de Suecia en el mundo, su pretendida neutralidad, y cosas similares. El principal personaje «invitado» al mundo de Wallander es el «suegro» de Linda, un oficial de la armada sueca de cierto nivel, que durante un tiempo fue comandante de submarinos, y su implicación en el mundo del espionaje durante los años de la guerra fría.

Un ambiente marinero en Estocolmo, crepuscular, como la historia del libro.

Como me ha pasado con otros escritores nórdicos, suecos específicamente, dedicados al género detectivesco, tiene un estilo muy prolijo, con muy poca economía de medios, lo que me da la sensación de que hay muchos párrafos de sobra, que no aportan nada al desarrollo de la historia y que causan una sensación de repetición constante de conceptos. La trama de misterio policíaco que plantea es relativamente previsible, incluso cuando el escritor pone trampas para despistar. Lo que cuenta, se puede contar en menos páginas. Y probablemente, mejor.

¿Qué es lo mejor de este libro? Aparte de que se deje leer, que me lleva de nuevo a las agradables tierras de Escania, el sur de Suecia, dónde he pasado buenos momentos, y alguno de cierta tensión también. Pero no me deja con muchas ganas de seguir profundizando en el personaje. Me contento con la serie británica sobre el mismo, que no estaba nada mal.

Y de vuelta a Malmö, al mercado de pescado.

[Serie de animación] Cowboy Bebop

Televisión

Disponible en los catálogos de Netflix y Amazon Prime Video, no sé si en alguno más, Cowboy Bebop es una de esas series de animación japonesa que se puede considerar de culto. Según leo en la Wikipedia, su emisión inicial presentó ciertas vicisitudes, interrupciones y otras situaciones, ya que los temas y contenidos, en los que no falta referencias sexuales y, sobre todo, situaciones violentas. Esta es una de esas series que va teóricamente dirigida al sector demográfico llamado young adult (adulto joven), que entiendo se refiere a adolescentes en sus diecimuchos y jóvenes en sus veintipocos. En los artículos de la Wikipedia dedicados a la serie en español y en inglés se dice que está dirigida al público shōjo, es decir, «mujer joven»… y me extraña un poco. Tengo la sensación de que atraerá más al público masculino que al femenino, según las atribuciones clásicas de roles por géneros, con las que en principio no tenemos por qué estar de acuerdo.

Akihabara - Tokio

No sé por qué, pero han sido las fotos del paseo por Akihabara en las que he pensado para ilustrar esta entrada. Este distrito de Tokio es el paraíso de la electrónica de consumo, pero también de las «idols» underground y otros fenómenos particulares de la cultura nipona, que ahora entiendo mejor que cuando visitamos el lugar.

Lo que sí que me parece real, ahora ya hablando por mi propia experiencia y dejando de lado lo que digan los demás, es que me parece una serie con temas muy adultos. Una space opera que participa abundantemente del género negro, así como de eso que se ha dado en llamar el space western. Hay varios ejemplos en la historia de la ficción audiovisual en la que se traslada el espíritu de frontera del oeste americano del siglo XIX a las aventuras espaciales. Por mencionar algunos muy populares, tenemos la serie Firefly, o Han Solo y la cantina de Mos Eisley en Star Wars… Pero hay más. Y en cualquier caso, domina el género negro en la serie. Con personajes de pasado oscuro, mujeres fatales, gángsteres, policías corruptos y bajos fondos diversos.

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Son cuatro/cinco los personajes en los que se centra la serie. Los dos que desde el principio están ahí, Jet, el antiguo policía, y Spike, el antiguo gángster. Luego se unen Faye Valentine, la joven hibernada que vive arriesgadamente descolocada fuera de su época, y la niña Ed/Françoise, de extrema inteligencia y abandonada por su padre. Y el protagonismo que le queráis otorgar al perro, Ein, muy peculiar. En general, la idea es formar el tradicionalmente poco tradicional grupo de marginales que, al mismo tiempo que van afrontando las aventuras que les surgen en el día a día, han de resolver sus asuntos pendientes en arcos argumentales amplios.

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Todo ello en el marco de una humanidad dispersa por el Sistema Solar debido a un cataclismo en el sistema Tierra-Luna que provocó el casi total abandono del planeta natal de la humanidad por sus inciertas condiciones para la supervivencia. En los distintos planetas rocosos y grandes satélites o grandes asteroide se han ido conformando sociedades en los que reconocemos las características de las deshumanizadas urbes humanas contemporáneas. En ellas, los protagonistas y personajes secundarios van dando lugar a reflexiones de carácter principalmente existencialista. Una existencia personal difícil de soportar, difícil de seguir adelante, especialmente si uno no ha conseguido dejar atrás los errores o los infortunios del pasado. Un grupo de protagonistas que viven en grupo, se sostienen los unos a los otros, pero a pesar de todo, fundamentalmente, están solos. En un universo muy grande y muy frío. Muy poco acogedor. Lo único que pueden considerar como hogar es la «Bebop», la nave espacial que da nombre a la serie. Y que marca también el estilo de la banda sonora de la serie en la que no faltan los temas de jazz.

Para alguien como yo que desde muy jovencito ha ejercido el escepticismo como principio vital, no por elección sino por que se me ha dado que mi cabecica funcione así, esta serie aporta un tono amargo al escepticismo vital general. Algo que me alcanza en los momentos bajos, y especialmente conforme los años y la experiencia te va situando en tu lugar así como a aquellos que te rodean. Personalmente, la he disfrutado mucho. Y la recomiendo vivamente. Eso sí. Nada de vérsela de un atracón. Mejor disfrutarla poco a poco. En varios meses, como he hecho yo.

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[Libro – ficción] Frío … me ha dejado, muy frío

Literatura

Estos días he dejado este Cuaderno de ruta en una situación de relativa inactividad. Tenia cosas que hacer. Y también que pensar. Y aunque dediqué un ratito del domingo a comentar exposiciones de fotografía, nada más relacionado con mi actividad bloguera desde hace cinco días.

Mi idea es cambiar el tono de las entradas. Con frecuencia me propongo que sean más cortas, más económicas en medio, que no en ideas. Pero no sé si lo conseguiré. Lo que sí sé es que quiero que sean más personales. Que si comento un libro, una película, la obra de un fotógrafo o lo que sea, hable más de lo que ha supuesto para mí, de los sentimientos que me ha despertado, que de las características «técnicas» o de los «méritos objetivos» de la obra.

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Barcelona es el escenario de la novela que suscita mi comentario de hoy; una Barcelona llena de tópicos y turistas, no la que hace 20 o 25 años me atraía poderosamente… esa, creo que ha desaparecido.

Por ejemplo, la novela que traigo hoy; Frío de Jordi Sierra i Fabra. Hace un tiempo que sentía que tenía una «deuda» con este autor. Ya comenté en su momento que hubo una obra suya de ciencia ficción que leí en mi juventud que me gustó. Pero hubieron de pasar más de treinta años para retomar su continuación,… que no me gustó. En cualquier caso, siendo un escritor prolífico, más de 400 obras, frecuente en las estanterías de libros juveniles y en las de otros géneros, histórica, policiaca, género negro… Tenía que saber algo más. Por ello, cuando esta novelita de género negro apareció de oferta en Amazon Kindle Flash, la cogí.

Lo resumo en breve. No me ha gustado. De hecho me ha parecido llena de lugares comunes, previsible y, en general, mala. Pretenciosa en su escritura, pero bastante vacía. Aunque eso sí, me ha hecho pensar de porqué tenemos más querencias a unos géneros literarios que a otros.

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A uno le gusta decir aquello de qué no importa a qué género pertenece un relato. Lo que importa es su calidad. Pero es cierto que hay géneros que los cogemos con más ganas que otros. Y a mí me cuesta coger el género policíaco o detectivesco. Un poco menos, pero también, el género negro. Que está emparentado con el anterior, muchas veces confluyen, pero no siempre. He leído cosas excelentes a lo largo de mi vida. El embrollo que crea Raymond Chandler en la primera aparición de su más famoso detective, Philip Marlowe, es un imprescindible; El sueño eterno. Más si la complementas con su fabulosa versión cinematográfica. El halcón maltés de Hammett es otra que recomendaría siempre. O las estupendas novelas con nombre de mujer de Pierre Lemaitre, una de cuyas novelas, no policíaca, y más de humor negro que de género negro, está ahora en versión cinematográfica en cartelera. Y otras muchas. Pero este es un género en el que hay que besar muchos sapos para encontrar un príncipe encantador. O muchas brujas para dar con la princesa de tus sueños. Porque la repetición argumental, los lugares comunes, los recursos argumentales mil veces repetidos y gastados, está a la orden del día. Y te queman. Desconfías del género casi por sistema. Una pena. Qué delicia cuando encuentras a ese príncipe encantado, a esa princesa de tus sueños.

Por sistema, no elegiré el género negro para mis lecturas. Pero estaré alerta a lo que me cuenten quienes lo disfrutan. Una alerta crítica y sospechosa… pero esperanzada de encontrar otra gran novela. Pero eso no será con Sierra i Fabra, que visto lo visto, me parece más bien un escritor mediocre. O malo.

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[Libros] Lady Killer 2; Shangri-La

Literatura

Mientras voy avanzando en una novela negra de Benjamin Black que me está costando leer un poco más de lo que pensaba, esta semana os dejo un par de historietas que leí durante el periodo navideño.

Lady Killer 2

Segunda parte de las aventuras de un ama de casa reconvertida en asesina a sueldo. A caballo entre el humor negro negrísimo, la historieta de aventuras y el gore, me he merendado la continuación de las aventuras de Josie Schuller, esa perfecta ama de casa que parece recién salida de una comedia de Doris Day o de algo más dramático, como las perfectas esposas de los televisivos «Mad Men».

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He tenido una extraña asociación de ideas. Una de las historietas transcurre en Florida, donde se encuentra uno de los parques Disney más importantes. Y el autor de la otra es francés. Así que,… Disneyland Paris. O Eurodisney, como se llamaba cuando hice estas fotos.

En esta ocasión, la familia de Josie se ha trasladado a Florida. Y ella continua con su negocio, aunque aún muestra cierta inexperiencia. Si esto lo mezclamos con un inesperado socio que le traerá no pocos quebraderos de cabeza, con el pasado en Alemania de su suegra, y con cierta organización criminal que se interesa por ella, tenemos el follón montado.

Huída hacia adelante en la historia escrita por Jamie S. Rich y dibujada por Joëlle Jones, en la que parece que han optada por la clásica solución argumental de la escalada en los excesos cuando las cosas se ponen mal para la protagonista. Entretenida.

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Shangri-La

Distopía postapocalíptica en orbita y con viajes y paseos espaciales la que nos llega de la mano del francés Mathieu Bablet (twitter), dibujante y guionista a un tiempo de esta novela gráfica.

Como digo, es postapocalíptica. Tras algún tipo de catástrofe ambiental producida por el hombre, los últimos restos de la especie y de la vida sobre el planeta se encuentran en una gigantesca estación espacial en órbita alrededor del planeta

También es distópica. La sociedad en la estación está gobernada por una plutocracia que controla la sociedad a través del consumo de todo tipo de aparatos, especialmente los descendientes de los teléfonos inteligentes actuales. Y además, han modificado genéticamente algunos animales domésticos dotándoles de caracteres antropomorfos y de consciencia, y usándolos como mano de obra para los trabajos menos apetecibles. Son ciudadanos de segura.

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En este ambiente, se genera un espíritu de rebelión social, al tiempo que una serie de accidentes destapan la existencia de un proyecto de modificación genética del ser humano para la colonización de una de las lunas de Saturno. Es el proyecto Shangri-La.

La idea es buena, aunque moderadamente original. Y como sucede en la buena ciencia ficción, no deja de contener importantes críticas a la sociedad actual. El avance hacia una plutocracia global, los riesgos ambientales, la existencia de ciudadanos de primera y de segunda con un racismo más notorio o más larvado según las circunstancias, el peligro de la «libertad» al estilo chino, donde esta libertad es la de consumir, no la de pensar ni expresarse,… Pero la historia se me atrangantó a veces, produciéndome parones en la lectura de algunos días. Una lectura que se tendría que haber resuelto en pocos días, se prolongó durante semanas. Y el dibujo me resulta un poco farragoso en ocasiones. No está mal, pero podría estar mejor.

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[Libro] Las serpientes ciegas

Literatura

Es curioso. La primera vez que hoy hablar de esta historieta fue hace un año aproximadamente cuando se le concedió el Premio Nacional del Cómic. Por aquel entonces, a mí me había empezado a picar el gusanillo de ponerme al día con el género, y salí a mis librerías habituales a buscarlo. Y no lo encontré en ninguna. Es cierto que no hice más esfuerzos. Ni hablé con los libreros para encargarlo, ni lo busqué por internet ni nada de eso. Tenía otras cosas que leer. Pero me llamó la atención, que un libro premiado no estuviera en las estanterías a la vista del público. Curiosamente, hace un par de semanas lo vi. Casi me había olvidado de él, pero me llamó la atención la portada y me di cuenta que era el mismo libro. Así que lo cogí, y aquí va lo que me he encontrado.

Las serpientes ciegas
Bartolomé Segui (dibujo) y Felipe Hernández Cava (guion)
BD Banda; Pontevedra, 2008
ISBN: 9788461249787

La acción comienza en el verano de 1939. Un individuo de extraño aspecto, pelirrojo y que viste de rojo, llega a Nueva York buscando a alguien. Alguien que tiene cuentas pendientes con su pasado; Ben Koch. Para ello se dirige a una pensión, cuyo dueño conoce a Koch. Y esperará pacientemente a que aparezca. Mientras, en una serie de flashbacks que no siguen un orden aparente, y que nos permiten conocer el conjunto de la historia poco a poco, sabremos que Koch llegó huyendo de un siniestro pasado en Detroit a Nueva York, donde se unió a organizaciones relacionadas con los partidos de inspiración comunista, que se desenvuelven entre la necesidad de la acción y la persecución policial. Allí conocerá a Curtis Ruciano, que le acabará arrastrando a marchar a Europa, donde acabará alistándose como brigadista en la guerra civil española. A partir de ahí, asistiremos a una historia de traiciones, venganzas y ajustes de cuentas, fuertemente incardinado en el estilo del género negro. Una historia que nos sorprenderá al final del penúltimo capítulo, en los montes que flanquean el Ebro a su paso por Cataluña, y que dará un giro sorprendentemente en el capítulo final que nos proporcionará la comprensión final de la historia.

He de decir que la historia me ha sorprendido por lo bien narrada que está. Con una separación por capítulos que tienen una cohesión interna y narrativa excelente, y que a lo vez nos van transportando en esos saltos en el tiempo y en el espacio, adelante y atrás, en Nueva York o en la España en guerra, de forma aparentemente caótica pero que en realidad están muy bien pensados para dar la información oportuna en cada momento para el desarrollo de la historia. Como ya he dicho, la narración es heredera del género negro, pero también tiene tonos de la historieta fantástica, sabiamente dosificados.

En lo que se refiere a la ilustración, me ha gustado bastante, y creo que lo más destacable es el buen uso del color, que nos va dando constantemente pistas de los ambientes, situaciones y orígenes de los distintos personajes. Aunque no lo sepamos hasta el final. Creo que hay una excelente correlación entre dibujos y guion. No lo sé expresar mejor. Que sólo hace poco más de un año que me tomé en serio lo de leer alguna que otra historieta de vez en cuando.

Finalmente, considerar los temas de la obra. Es posible que haya mucha gente que al oír hablar de la guerra civil se pongan en guardia y les entren reticencias. Es un tema demasiado sobrexplotado en la ficción española de cualquier género. Sin embargo, no es el tema principal de esta obra. Aquí estamos ante otros temas. Unos más generales, como la forma en que los totalitarismos en cualquier forma que se presenten son necesariamente perniciosos para las personas. Otros más personales, como el concepto de venganza, o el ajuste de cuentas, bien entre personas o con nosotros mismos y con nuestro pasado.

En resumen, una obra muy interesante, que he leído con calma pero intensidad en este largo fin de semana que acabamos de pasar, y que recomiendo a cualquiera que quiera acercarse al género literario, la historieta, que tratamos hoy.

Camino de Santiago

No faltan los personajes solitarios en esta historia, no; el caminante de la fotografía recorre un tramo del camino de Santiago entre Villanúa y Castiello de Jaca, Huesca - Panasonic Lumix GF1, G 20/1,7 ASPH.