[Cine] Across the river and into the trees (2022)

Cine

Across the river and into the trees (2023; 59/20231025)

No sé muy bien que ha pasado o está pasando con la distribución de esta película. Aunque dirigida por la directora española Paula Ortiz, es una película británica. Entiendo por algunas cosas que he leído, que la adaptación de la novela homónima de Ernest Hemingway es un proyecto que viene de largo en el Reino Unido. Que se contemplaron varias opciones para su dirección, y que otros intérpretes aparecieron como posibles protagonistas, hasta que el proyecto recaló en Ortiz y se realizó una selección de reparto definitivo. La película se rodó en 2020. La ficha de la película en IMDb la data en 2022. Pero más allá de alguna exhibición en algún festival, su explotación comercial no ha comenzado hasta octubre de 2023 en España. Que es la nacionalidad de la directora, pero no de la película. Está rodada en inglés e italiano. En IMDb no aparecen fechas previstas de estreno en ningún otro país. Ni siquiera el Reino Unido. O Italia, de donde es buena parte del reparto y donde está rodada. Me tiene sorprendida la cosa.

No soy muy aficionado al cine de Paula Ortiz. Creo que es una directora que tiende a perderse en las formas, en un esteticismo exagerado, pero que no narra bien las historias. Y eso es importante. No me convenció su adaptación de Lorca, y de su primer largometraje, que son más bien tres cortos vinculados por algunos temas comunes, sólo me convenció una de sus historias. No es que sea ninguna catástrofe ni nada de eso… pero no me acaba de convencer. En cualquier caso, las críticas, pocas, que pudimos leer, la consideraban bastante bien. Y aunque su carrera en la cartelera zaragozana fue breve en lo que se refiere a la versión original, la que en mi opinión debiera ver todo el mundo, hubo un evento especial con la presencia de la directora, y con un precio más favorable, así que allí nos presentamos. No somos muy partidarios de estos eventos. Los debates que se configuran no tienen especial riqueza, muchas veces son un juego de lanzarse flores todos mutuamente con poco sentido crítico. Y teniendo en cuenta que Ortiz es de aquí, de Zaragoza, sospechábamos que el público, sería más un cla entregada que aficionados con sentido crítico. Buscamos unas butacas estratégicamente situadas, y durante los créditos finales abandonamos el local. Desconozco la naturaleza del debate. En una ocasión ya se me encaró alguien por comentar que su adaptación de Lorca no me convenció, acusándome de no apoyar «lo de aquí». Curiosamente, aquella persona no había ido al cine a ver la película. Siempre me ha parecido que la mejor manera de apoyar a un creador es pasar por taquilla, no aplaudir desde lejos incondicionalmente.

La película narra la peripecia de un coronel del ejército americano (Liev Schreiber) estacionado en Trieste, que ante la noticia de que padece una afección cardiaca potencialmente fatal, emprende una última búsqueda en su vida, aparentemente cazar patos en la laguna de Venecia, hay algo más, y se dirige a la capital de la Serenissima Repubblica, pocos meses después del final de la Segunda Guerra Mundial, en compañía de un sargento (Josh Hutcherson) que le coloca el capitán médico. En Venecia conocerá a una joven contessina (Matilda De Angelis) que con su vitalidad y optimismo atacará frontalmente la pesimista fortaleza existencial en la que se ha encerrado tras su participación en dos contiendas bélicas mundiales y la pérdida de su único hijo en la última.

Este tercer largometraje de Paula Ortiz es el primero en el que no escribe el guion. Ya he comentado que es un encargo. Desconozco en qué medida la adaptación cinematográfica es fiel al original de Hemingway, una novela que gozó en su momento de los favores del público, pero no de la crítica. La he buscado para leerla. En versión original. Pero lo cierto es que el guion es bueno. Los diálogos inspirados. Especialmente en su primera mitad. Tanto las interacciones del coronel con el sargento, que representa a la gente común, con una sabiduría primaria, como con la contessina tienen mucha chispa. Están muy bien. Formalmente, fotografiada por el experimentado y solvente Javier Aguirresarobe, en su mayor parte en blanco y negro y formato académico [1.37:1], está bien. Aunque en muchas ocasiones parece que es un publirreportaje turístico de la ciudad de Venecia, cosa que no me agrada. El trayecto en lancha en el que se conocen los dos protagonistas es absurdo en su recorrido, y parece más pensado para dar un paseo turístico por la ciudad que centrado en lo que pasa entre ambos. Pero esto, a lo peor, es un problema de quien conoce bien la ciudad y la hubiera retratado o integrado en la historia de una forma menos tópica. No me convence del todo las decisiones de ambientación… han emulado el blanco y negro de las películas clásicas de Hollywood de los años 40, y tal vez le hubiera sentado mejor emular el blanco y negro del neorrealismo italiano, con algo más de bullicio en la ciudad, italiana al fin y al cabo.

Donde creo que la película destaca más es en la interpretación. Schreiber es un intérprete muy sólido; creo que está mucho menos reconocido de lo que merece. Pero a mí me gusta mucho. Tanto en esta película como en otras que le he visto. De Angelis cumple con nota. Ya la conocí hace unos meses en una serie de Netflix. Y me parece una intérprete muy sólida. Además de tener una notable belleza muy italiana. Con los atuendos de señorita de la nobleza, aparece siempre deslumbrante. Un pero le pondría, que confirmaré o no cuando lea la novela. En esta, el personaje de la contessina es una adolescente de 18 años… y eso no es así en la película. No puede ser. De Angelis, aunque joven, tiene una presencia mucho más madura y sólida. Pero tampoco creo que sea un pero muy importante.

Globalmente considero que es una película recomendable, sin duda. Hay alguna otra historia o película que resuena al verla. La muerte en Venecia de Thomas Mann y su adaptación al cine, son referencias obvias. La obra de Mann es ampliamente anterior a la novela de Hemingway, desconozco que si influyó en este. Aunque los estilos son muy distintos. Y luego, aunque el tono sea también muy distinto, no puedo dejar de pensar en Ikiru de Kurosawa, o su reciente adaptación británica con guion de Ishiguro, en el que también hay una interacción, de naturaleza distinta, entre el enfermo terminal y la joven que empieza su vida. No adapta la novela como a mí me hubiera gustado verla, pero es un trabajo notable. Insisto en que debería ser vista en versión original, algo que considero para cualquier película, pero especialmente en las bilingües, donde los cambios entre idiomas son importantes y pueden tener un especial significado. Supongo que en la versión doblada habrán respetado de alguna forma el bilingüismo, pero no lo sé. Como curiosidad, Ortiz está a punto de estrenar en noviembre su siguiente película. Pero por su tema… no sé si me va a llevar a las salas de cine.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Libro] El final del affaire – Graham Greene

Literatura

Graham Greene es un autor hasta cierto punto discutido. Por un lado, muchas de sus novelas fueron consideradas obras de entretenimiento, aventuras de viaje y espionaje que, aunque con un nivel literario superior al de otros autores del mismo género, no gozan del mismo prestigio que otras obras de más calado. Creo que un ejemplo claro de esto es The Third Man, cuya traducción al castellano leí en su momento. Pero cierto es que esta historia ha alcanzado más reconocimiento a través del guion que el propio Green escribió para el cine en una de mis películas favoritas del género negro. También leí en su momento una traducción al castellano de The Quiet American, otras de sus novelas más célebres, también llevada al cine, aunque en este caso no fue Greene quien escribió el guion.

Por otro lado, está la cuestión de sus creencias religiosas. Greene era católico, y en algunas de sus novelas, como la que hoy nos ocupa, se exploran los dilemas a los que se enfrenta el creyente de esta denominación cristiana. Por ponernos en contexto, no olvidemos que Greene era británico, y que en el Reino Unido hubo una fuerte legislación anticatólica durante siglos que sólo empezó a suavizarse hacia mitad del siglo XIX cuando se permitió el establecimiento de nuevo de diócesis católicas en el país. Curiosamente, hay varios famosos escritores británicos cuya obra siempre ha sido analizada desde la particularidad de su fe católica, como algo singular, de lo que no se suele hablar para aquellos escritores anglicanos o de otras denominaciones protestantes. He de decir que, en lo que yo conozco de la fe anglicana, sus diferencias de la católica son mucho menores de lo que nos quieren vender. Cosas que pasan.

En la novela que hoy comento, Greene nos traslada al periodo comprendido entre los años inmediatamente anteriores a la Segunda Guerra Mundial y los inmediatamente posteriores a este conflicto bélico. El narrador, en primera persona, coprotagonista de la historia, nos habla de su relación adultera con la mujer de un funcionario del gobierno, de apariencia gris, pero exitoso, que terminó bruscamente tras un bombardeo con V1 sobre Londres, y que es recordado y, hasta cierto punto, reavivado, poco después del final de la contienda.

Los protagonistas de la novela son británicos al uso de la época, alejados de la religión, más allá de los convencionalismos sociales. El narrador se declara no creyente. Y asume la misma posición en su amante y el marido de esta, con quien relaciona de forma relativamente cordial. Pero en un momento dado, aparece la sospecha de que la mujer abriga creencias religiosas, vinculadas al catolicismo, incluso con la posibilidad, ignorada incluso por ella misma, de que fuese bautizada como católica al nacer. Todo ello provocará en un momento dado dudas y arrepentimientos, a pesar de no llevar un vida «ejemplar» en lo que se refiere a su fidelidad matrimonial. El narrador no es el único amante que ha tenido, puesto que, aunque nunca ha considerado la separación de su marido por quien abriga ciertos sentimientos, este es aburrido y no la satisface en muchos aspectos.

El narrador, en primera persona como ya he dicho, no es fiable. Su visión y su versión de los hechos vienen alteradas por las emociones, que oscilan entre el amor y el odio, por la rabia de haber sido abandonado. La mujer, en una de las partes del libro, se convertirá también en narradora, también en primera persona, a través de las páginas de su diario, donde conoceremos la otra visión de los hechos. Y al final, el narrador entra en una serie de sentimientos contradictorios cuando una serie de… ¿coincidencias sorprendentes?, planteen la posibilidad de que una conversión final de la mujer a la fe católica, conlleve su intercesión por gente necesitada de ayuda. De donde viene el debate de que el libro, más allá de ese romance tormentoso que se nos cuenta, es una reflexión moral y religiosa. Me cuesta pronunciarme sobre cuál fue la intención de Greene con este libro. ¿Poner de manifiesto sus propias dudas, sus propios dilemas internos? ¿Se encontró él también en situaciones similares, entre las exigencias de la fe y las relaciones con las mujeres? No lo sé. La novela, que empecé a leer hace un año o más, y que abandoné porque en aquel momento no me llegó. Sin embargo, cuando la volvía a empezar a leer desde el principio durante mis vacaciones, me atrapó, y en dos días, no es muy larga, estaba terminada. Eso habla del interés que despertó en mi. Me parece muy interesante.

[Libro] At the end of the matinee – Keiichirō Hirano

Literatura

Sinceramente, decidí adquirir este libro y leerlo porque el título me gustó. Al final de la «matinée» en su semitraducción al castellano. Ni siquiera sabía que tipo de matinée sería. Las más tradicionales son las de cine, a las que últimamente somos aficionados los fines de semana. No este, en el que la cartelera de Zaragoza está probablemente alterada por las fiestas populares. El caso es que cuando llegó el principio de mis vacaciones, una vez terminado el libro de Lagerlöf que comenté hace unos días, me dispuse a leer esta romántica novela de Keiichirō Hirano, en la que no me costó mucho comprender que la matinée iba a ser musical. El libro lo leí en su traducción al inglés, no me consta que exista una traducción al castellano.

La populoso y popular entorno de la estación de Chibuya en Tokio me servirá para ilustrar una entrada para la que también podría haber usado fotografías de París y Nueva York. De lo más cosmopolita.

Nos encontramos con una peculiar historia de amor en la que sus protagonistas, a lo largo del libro, sólo se encuentran cara a cara en tres ocasiones, además de intercambiar mensajes de correo electrónico y estas cosas. Ella es una periodista de agencia de noticias, hija de una japonesa y un director de cine yugoslavo/croata, de 40 años. Él es un prestigioso guitarrista clásico japonés de 38 años. Y se conocen en Tokio tras un concierto de este último. Conectan. Pero ella vive en París, y tiene que ir destinada una temporada a Bagdag, un lugar peligroso, donde estará a punto de morir en un atentado. Y el vive en Tokio, en una época de incertidumbres para su carrera. Cuando se vuelvan a encontrar meses más tarde, en París, la cosa seguirá adelante y harán planes de futuro. Pero cuando llega el momento del tercer encuentro, una serie de imprevistos y la mano «perversa» de la «villana» de la novela, harán que no se produzca. Los malentendendidos que surgirán los separarán durante unos años, en los que seguirán con sus vidas. Hasta el momento en que tengan una segunda oportunidad para ese tercer reencuentro en el que… Y hasta ahí puedo contar.

La novela me ha parecido una estupenda novela imperfecta, como ya comenté brevemente cuando terminé de leerla. Tiene algún altibajo en el ritmo de la narración. Hay sensación de que hay ideas que se repiten con demasiada frecuencia. Todo lo que pasa entre el fallido tercer encuentro y el tercer encuentro real… se me hizo algo prolijo. Entra en un detalle que no es preciso para entender la situación. Pero sin embargo, constantemente estás en vilo sobre lo que sucederá con esta pareja, que parece tener en contra al destino. Y las partes importantes están bien escritas, con elegancia. Por otro lado, empatizas con los personajes. Y a un cierto nivel, mi vida no es ni la cuarta parte de cosmopolita que la de estas gentes, hay elementos en la historia que resuenan mucho en mi memoria. Por lo que en general, me gustó.

Me gustó también algunas de las ideas que propone. Quizá la más evidente no es la que más me llama la atención. Las relaciones puntuales, de personas que se encuentran, que se gustan, que se enamoran, pero que no parecen estar destinadas a ser… las hay. Y muy interesantes. Pero la idea de que el presente y el futuro modifican constantemente el pasado, que este no es inmutable… es una de esas ideas que se ha metido en mi cabeza en estas últimas semanas y que me hace pensar mucho. Obviamente, los hechos del pasado no pueden cambiar. Pero las experiencias posteriores cambian su significado, su interpretación. Incluso pueden modificar sustancialmente el sentido de una vida. Por último, el final… no conozco a muchas personas que lo hayan leído. Pero casi todas dan un sentido a ese final… ¿abierto? Y yo no tengo tan clara en coincidir con ellas. Hay mochilas que vamos adquiriendo en la vida de las que es muy difícil desembarazarse.

[Libro] La casa de Liljecrona – Selma Lagerlöf

Literatura

Cómo noto las vacaciones. Para bien. En lo que a la lectura se refiere. Y en otras cosas, claro. Comencé a leer este libro de la escritora sueca ganadora del premio Nobel Selma Lagerlöf, supongo que podemos decir que jugaba en casa con lo del premio, poco después de volver de Estocolmo en agosto, cuando lo encontré de oferta en mi tienda habitual de libros electrónicos. Y me estanqué. Y desde que comencé las vacaciones hace casi dos semanas, no sólo lo terminé sino que he leído cuatro más. Ciertamente, como es habitual últimamente, no muy extensos. Pero en total cinco libros he terminado en lo que llevo de vacaciones. Pero hablemos primero de esta novela de Lagerlöf, en la que traslada el cuento de Blancanieves a una novela escrita dentro de la corriente del realismo en 1911.

Fotografías de un parque etnológico en Sollentuna, en el área metropolitana de Estocolmo.

En primer lugar, no me gusta la traducción del título de esta edición en castellano. Creo que sería más acertado, por lo que he visto por ahí, y de acuerdo al contexto de la novela, El hogar de los Liljecrona. Pero igual estoy siendo demasiado quisquilloso. El problema de los idiomas germánicos donde home/hem/heim puede ser tanto casa como hogar. En cualquier caso, casa con el sentido del hogar de alguien. Aunque escrita en tercera persona, hemos de asumir que, hasta cierto punto, la historia se ve desde el punto de vista de una jovencita de doce o trece años que entra a servir en la casa del párroco local, en la Suecia rural de 1800, un puesto de prestigio. Más si además combina su situación como párroco con la de ser terrateniente. Viudo con una hija de diecisiete años a quien todo el mundo en los alrededores quiere, se casa con la que fue ama de llaves de una condesa, que toma las riendas de la hacienda y comienza a hacer la vida imposible a la joven adolescente. A partir de ahí se desarrolla una intriga que combina las maquinaciones de la malvada madrastra con los sentimientos románticos de la chica hacia un herrero de una parroquia próxima. O lo que parece un herrero…

No sé si es la primera novela que leo de Lagerlöf. Me explicaré. Cuando tenía doce o trece años, sé que fue tras la muerte de Franco, «leí» la que se considera una de las novelas más famosa de la escritora sueca, El maravilloso viaje de Nils Holgersson. Pero si entrecomillo el «leí» es porque no sé si realmente leí la novela de Lagerlöf o si fue alguna edición abreviada, resumida o adaptada para niños y preadolescentes que eran tan frecuentes en aquella época del tardofranquismo. Y no puedo comprobarlo porque no tengo el libro, fue un préstamo de biblioteca. Lo que mas recuerdo del libro es al protagonista volando agarrado a un ganso, con una bandada de estas aves recorriendo el país. En cualquier caso, me entró la curiosidad. Y motivado por la estancia en Estocolmo, lo adquirí, muy económico.

Lo cierto es que parece que dentro de la obra de Lagerlöf sería una obra menor. En cualquier caso, es un cuento moral, con la extensión de una novela. Las aventuras de Nils también tenían un fuerte componente de cuento moral, por lo menos, el texto que yo leí, destinado a quitar malos hábitos de los niños y adolescentes. Ya he comentado, y la sinopsis que he planteado así lo muestra, que se inspira en el cuento de Blancanieves. Pero rompe con todo elemento de fantasía. No hay reyes y brujas, ni enanitos, ni príncipes azules. Párrocos, amas de llaves, campesinos, herreros y administradores de herrerías. De lo más cotidiano. Pero indudablemente, escrito con encanto. Y con el personaje secundario, Pequeñita, con la que nos colamos por la casa del párroco, también descubrimos elementos «fantásticos» en las historias que se cuentan del valle donde transcurre la acción, cuando era el fondo de un lago. Y donde la malvada madrastra, ¿sería el espíritu maligno del hada del lago desaparecido? Bueno, como lo veáis. Simplemente, el hogar de los Liljecrona no es el de los protagonistas; es el del «príncipe encantador». Más o menos. Me ha gustado. Bastante.

[Cine] Je verrai toujours vos visages (2023) – Passages (2023)

Cine

Con la irregularidad de llegada de estrenos en versión original a la cartelera zaragozana, y con mi irregularidad en la disponibilidad de tiempo para acudir a las salas de cine, lo mismo pasan días y días sin acudir a estas, que nos acercamos dos matinales seguidas en un mismo fin de semana. Y es que hace unos días coincidieron en pantalla dos películas coprotagonizadas por Adèle Exarchopoulos, una actriz que tenía ganas de saber cómo le iba después de ser conocida por cierto drama erótico, basado en un cómic que me encantó, pero que no acabó de estar a la altura de este relato gráfico. Pudieron ser tres películas… pero una no ha llegado a la cartelera zaragozana, que yo sepa; parece que tuvo un estreno limitado en algunas ciudades españolas.

Je verrai toujours vos visages (2023; 50/20230909)

Si en un género son excelentes los franceses son en ese cine social que nunca sabes si estás viendo una película ficción o un docudrama ficcionado. En este caso, tratando el tema de la justicia reparadora. No es un género que yo disfrute en exceso, aunque eso no quiere decir que no hay visto algunos ejemplos estupendos, casi siempre de esta nacionalidad. Y este es un buen ejemplo también de buen hacer y buen planteamiento.

Dirigida por Jeanne Herry, la película sigue dos casos en paralelo, gestionados por una misma agencia de justicia reparadora. En uno de ellos, una mujer de unos treinta años (Exarchopoulos), quiere contactar con su hermanastro mayor, que la agredió sexualmente de forma repetida durante años, y que acaba de salir de la cárcel, para poder establecer unos límites que le permitan hacer su vida sin encontrárselo aun viviendo en la misma ciudad. En otro, un grupo de víctimas de atracos o robos con violencia se reúne durante cinco sesiones con un grupo de delincuentes condenados por este tipo de delitos. No hay correspondencia o relación entre los hechos que sufrieron las víctimas y los causados por los delincuentes. Intentan comprenderse y superar determinados lastres vitales.

Está muy bien hecha. Y muy bien planteada. Desconozco en qué medida recoge con veracidad el funcionamiento de estas acciones de justicia reparadora, pero resulta verosímil. Quizá un tanto optimista en los resultados finales; desconozco también cuál es la tasa de éxito de estas acciones y cómo se mide ese éxito. Los intérpretes, algunos muy conocidos, podríamos citar a una muy veterana Miou-Miou o una madura Élodie Bouchez, entre otros, están muy naturales y creíbles, realizan un excelente trabajo. Y ciertamente, Exarchopoulos, en uno de los papeles más complejos de la película, da muestras de actuación matizada y sutil que se agradecer mucho. Una película muy recomendable.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

Passages (2023; 51/20230910)

En esta película dirigida en Francia y en francés por el norteamericano Ira Sachs, nos encontramos con un peculiar triángulo, poco convencional, en el que se analiza la personalidad especialmente narcisista y tóxica de uno de los miembros del triángulo.

Tomas (Franz Rogowski) es un director de cine alemán en Francia, que convive con su pareja homosexual, creo que le llama esposo, el británico Martin (Ben Whishaw). Al acabar un rodaje, coincide con una joven, Agathe (Exarchopoulos), miembro del equipo de rodaje, e inicia una relación sexual con ella, que va progresando al mismo tiempo que se deteriora su relación estable. Poco a poco, ambas relaciones acabarán volviéndose caóticas por los imprevisibles caprichos de Tomas, siempre necesitado de atención y protagonismo.

Esta película dejó mejor sabor de boca inmediato, nada más salir del cine, que la que deja en el recuerdo, cuando ya has dejado que repose. Creo que la propuesta es muy interesante, pero creo que al final acaba liándose, y en su último tercio entra en una dinámica en la que empiezas a tener sensaciones de déjà vu, y se plantean situaciones que no acabas de entender, non sequitur del planteamiento inicial. No obstante, especialmente debido al buen trabajo de sus intérpretes, y porque no deja de tener planteamientos que invitan a la reflexión, se deja ver bastante bien.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Libro] Maïmaï – Aki Shimazaki

Literatura

Y llegamos a la quinta y última entrega del quinteto L’ombre du chardon de Aki Shimazaki, que me ha ido acompañando buena parte de este verano de 2023. La acción se sitúa en lo que podríamos estimar como la «época contemporánea», el momento en que se escribe la novel, a finales de la década de los 2010. Y que nos permite hacer cuentas sobre la cronología interna de la serie, en la que los protagonistas de las cuatro primeras novelas cortas están en su cincuentena en esta «contemporánea». son personas nacidas en algún momento de la década de los años 60 del siglo XX. Quizá por eso resuenan con facilidad en mí como lector, son gente de mi generación… suponiendo que sean comparables las generaciones nacidas en España y Japón en esos tiempos. Supongo que hasta cierto punto sí. Hay temas, hay cuestiones, que son razonablemente universales.

Varias de las fotos acompañantes están tomadas en Jinbōchō, distrito de Tokio donde abundan las librerías de viejo y usado. Lo cual viene bien dado que el protagonista de la novela se crio en el entorno de la librería especializada de su madre.

Como siempre, el título hace referencia a una flor o a un animal pequeño. Y el maimai [舞舞] del título es el caracol de tierra. No uso las diéresis fuera del título original de la novela. Sin ellas, un francés leería «memé», con las es muy abiertas. La pronunciación de la palabra japonesa, transcrita según normas oficiales, en castellano es idéntica a la de un japonés. Y la metáfora viene explicada en el propio relato. Somos como caracoles, que a lo largo de nuestra vida arrastramos nuestro caparazón, nuestra concha, a cuestas. Un caparazón construido por nuestras experiencias previas, por nuestras decisiones y sus consecuencias, o por las decisiones de otros y las consecuencias que para nosotros tienen. Pero, ¿quién es el maimai en este relato? ¿El hijo de la librera, el hijo de azami, el cardo que de alguna forma es el hilo conductor del quinteto, una mujer que acaba de fallecer? ¿Un joven adulto, un artista que va conociendo ya lo que es el amor y el enfrentarse a la vida? ¿La joven que fue durante un breve período su amiga en la infancia y que vuelve a su vida con la ilusión de ser algo más que una amiga? Ambos arrastran, sin saberlo , las consecuencias de las acciones de sus madres. ¿O la madre de la joven, que arrastra sus actos de juventud, su decisión de casarse con un diplomático, sus silencios? O simplemente todos.

Probablemente esta quinta novela corta de la serie sea la más compleja. Y dura. Porque nuevamente el narrador, el joven sordomudo, honesto per se, pero no fiable como narrador, no tiene toda la información de la que sí dispone el lector que ha llegado a este último relato tras leer los anteriores, especialmente el segundo de ellos, donde conocemos la historia de su nacimiento. Dura para el joven. Muy dura para la mujer que siente, décadas más tarde, que su vida se derrumba a su alrededor, como consecuencia de las mentiras y los secretos que lleva arrastrando desde su juventud. Todos son un poco caracoles. Pero esta mujer, que quiso huir de su pasado a través del matrimonio con un diplomático, se encuentra con que ni ha podido huir de su pasado, ni su prestigioso casamiento le ha proporcionado la felicidad ideal que soñaba. Y aun así, eso es lo que busca para su hija. Que encuentra su propio camino… en el último lugar en el que su madre querría.

Los dilemas quedan planteados. Pero no resueltos. Shimazaki no da una respuesta definitiva. El joven hāfu [ハ​ーフ], sordomudo, inteligente, guapo, artista… enamorado profundamente, tiene delante de sí y dos alternativas. Aceptar una realidad y renunciar, o negar la realidad y seguir adelante, cargando siempre con la pesada concha del caparazón. Junto con Hōzuki, esta novela, Maïmaï, forma una unidad en sí misma, una historia en dos actos, que implica a dos generación. Tres si incluimos a la abuela del joven… pero fundamentalmente dos. Y probablemente es el arco argumental, el arco vital más intenso e interesante. Quizá previsible en un momento dado; pero esta novela es de las que crecen en la memoria. Muy recomendable.

[Libro] Fuki-no-tō – Aki Shimazaki

Literatura

Tras un interludio en forma de historia gráfica, y con unos días en los que no he tenido ocasión de seguir comentando mis lecturas por mi reciente viaje corto a Suecia, retomo el comentario de las cinco novelas cortas de Aki Shimazaki que configuran el ciclo, el quinteto, de L’ombre du chardon. O en castellano, La sombra del cardo. Un cuarto relato que, aunque claramente relación con los otros del quinteto, es el que parece al mismo tiempo más ajeno al eje central de esta serie. Esa flor del cardo, ese azami, que es la protagonista de la segunda historia, y cuya presencia real o intuida es central en el resto de los relatos. Aquí sin embargo… parece que nos vamos a situar en una derivada colateral de los personajes del quinteto.

Como ya hemos comentado en las entradas correspondientes a los tres personajes interrelacionados desde la infancia en su edad adulta, en esta ocasión nos vamos a la esposa de uno de ellos. Del enamorado de Azami, que a punto estuvo de arruinar su matrimonio y su familia por una aventura con ella, a la que renunció, rehaciendo su vida como editor de una revista cultural y trasladándose con su esposa, agricultora, a una zona rural, no lejos de Nagano. Pues esta esposa es la que, unos años más tarde, va a protagonizar el relato. Con su negocio agrícola prosperando, precisa de ayuda, y contrata a alguien para que le ayude. Y por casualidad ese alguien va a ser una íntima amiga suya de los tiempos del último curso de instituto, y de la que lleva extrañada 20 años o más. Una mujer animosa, trabajadora, que está superando un divorcio. Divorcio de un matrimonio que aceptó en su juventud por la convenciones sociales, puesto que sus sentimientos, su afectividad, se ha dirigido siempre hacia otras mujeres. Entre ellas, a la protagonista de nuestro relato, que verá complicada su existencia, especialmente cuando inicien un viaje inicialmente prevista para ir con su marido.

Sigue existiendo en esta historia un motivo común a las anteriores. Unas jóvenes que dejaron asuntos pendientes en su momento, que siguieron con su vida, una vida con altibajos, y que vuelven a encontrarse. Y vuelve a aflorar los asuntos pendientes. ¿Cuál era la naturaleza de sus sentimientos cuando tenían diecisiete años? Parece claro que en la mujer divorciada y que ha vivido dos décadas de mentiras, era algo más que amistad. Pero no está tan claro en la protagonista. Y no está tan claro hacia donde van en estos momentos.

Shimazaki toma una ruta colateral desde el eje central del quinteto para explorar la relación afectiva y física entre dos mujeres. El relato es interesante y la escritura de Shimazaki sigue siendo sólida como para atraer el interés del lector. Sin embargo, quizá es el más irregular de los relatos que le he leído. Desconozco la naturaleza de la afectividad de la autora, y si habla o no desde la experiencia de las relaciones homosexuales. Un tema complejo en cualquier parte del mundo, pero probablemente con el añadido de la naturaleza conservadora del País del Sol Naciente. Intenta tratar el tema con delicadeza, y desde la honestidad del personaje. Pero en algún momento me parece que la situación resulta un tanto forzada. Como digo, sigue siendo bastante recomendable, pero no deja de ser un desvío sobre el eje central del quinteto. Dentro de pocos días, cerraré el comentario del mismo, con la compleja historia final.

[Libro] Una mujer y la guerra – Yōko Kondō

Literatura

Ayer, 6 de agosto, fue el aniversario del lanzamiento y explosión de una bomba nuclear sobre la ciudad de Hiroshima. La segunda explosión nuclear de la historia de la humanidad, la primera cuyo objetivo fue destruir una ciudad y asesinar a sus habitantes. Muy de moda en estos tiempos por una película cinematográfica muy interesante y de gran calidad, las reflexiones éticas y políticas derivadas de haber utilizado un arma de este tipo, especialmente sobre la población civil, cosa que se repitió tres días más tarde sobre Nagasaki, nunca deberían pasar de moda. Nunca se juzgaron ni nunca se juzgarán en un tribunal de justicia los desmanes de los vencedores de las guerras. Pero si los militares y políticos japoneses que empujaron a su país y a muchos otros a una guerra sin sentido fueron considerados criminales, y merecen nuestro más firme reproche como responsables del sinsentido bélico, los militares y políticos norteamericanos que llevaron a estos bombardeos, también merecerían esta consideración como criminales y este reproche. Dos errores, graves, nunca son un acierto. ¿Verdad?

Sin embargo, no hizo falta la bomba atómica para que estos defensores de «la libertad y la democracia», pero que plantearon la guerra contra Japón como una guerra racial, contra el ser inferior que se había atrevido a subirse a las barbas del tío Sam, no hubo tanta diferencia entre la actitud de los soldados norteamericanos en el Pacífico respecto a los soldados japoneses, ciertamente fanatizados estos últimos y sometidos a una propaganda falaz, con la de los soldados alemanes respecto a los untermensch eslavos, las razas inferiores, en el frente oriental de la guerra en Europa. No hay más que ver la diferencia de trato que se dio a los ciudadanos americanos de origen japonés respecto a los ciudadanos americanos de origen alemán. Adivinad cuáles fueron recluidos en campos de concentración en el desierto. Y el bombardeo norteamericano con más víctimas directas no fue ninguno de los dos bombardeos atómicos, sino el bombardeo con bombas incendiarias de los barrios populares y obreros de Tokio, barrios con casas construidas de madera y papel, a principios de mayo de 1945, y que ya demostró el talante de los líderes estadounidenses con Truman a la cabeza. Quizá las víctimas acumuladas, en los meses posteriores, como consecuencia de la radiación, llegase a ser mayor en los bombardeos atómicos. Pero en lo que se refiere a calcinar seres humanos… demostraron los norteamericanos que no necesitaban bombas atómicas para generar un terror inhumano.

En la novela gráfica que traigo hoy, los hechos transcurren en los últimos meses de la guerra en la ciudad de Tokio. Y veremos cómo los protagonistas de la historia sobreviven al bombardeo incendiario de Tokio. Yōko Kondō traslada a este formato dos relatos relacionados entre sí del escritor japonés Ango Sakaguchi, uniéndolos en una sola narración. La protagonista de la historia es una atractiva mujer, que fue prostituta, y que ahora vive con su amante en Tokio, en el caos y la desesperación de una guerra que se sabe perdida. Con el miedo a la invasión y a los desmanes del invasor. Y con la amenaza continua de los bombardeos, que pasan en el refugio construido en el suelo del jardín de su casa. Y sólo durante los momentos de tensión, miedo y excitación que se suceden durante estos bombardeos, y dentro del refugio, son capaces los amantes de mantener relaciones, cuando por otra parte, en otras circunstancias, es una mujer incapaz de sentir nada en las relaciones físicas como consecuencia de sus años como prostituta y de las consecuencias de la guerra. Una convivencia hasta punto forzada, pues no confían en que cuando todo acabe sean capaces de seguir juntos y no volver a sus vidas anteriores.

Con un dibujo sencillo y austero, alejado de cualquier preciosismo, pero tremendamente eficaz, Kondō es capaz de transmitirnos cómo pudo ser la vida en la capital japonesa durante ese periodo de tiempo. La lucha cotidiana por la supervivencia, el razonamiento, el hambre, el mercado negro, la rígida moral en las costumbres impuesta por el régimen, los impulsos de solidaridad entre las gentes, alternados por el egoísmo, según el momento. Y en el plano íntimo, la desilusión vital, el pesimismo existencial, que sólo se mitiga ante el miedo de las bombas que, paradójicamente, despierta el deseo vital de los protagonistas, y los acerca en la intimidad de los cuerpos.

La narración termina con el final de la guerra. Que alivia en cierta medida los corazones de las gentes, aunque no elimina del todo los miedos, las incertidumbres. Y sobretodo, en nuestros protagonistas, no elimina el pesimismo existencial, desapareciendo al mismo tiempo aquellos momentos en los que las ganas de vivir se imponen, por el miedo a la muerte inminente. La novela gráfica me ha gustado. Pero creo que sobretodo me gusta el planteamientos de la historia, la tesis que subyace en ella. Por ello, quizá, dejando pasar un tiempo, para madurar la idea, igual busco los relatos originales de Sakaguchi. Tengo la curiosidad.

[Cine] Yǐn rù chényān [隐入尘烟] (El regreso de las golondrinas) (2022)

Cine

Yǐn rù chényān [隐入尘烟] (2022; 41/20230716)

Antes de la llegada de los vistosos estrenos de esta semana, la pasada llegaron otros menos interesantes, entre los que apareció una película china premiada en diversos festivales, entre ellos Valladolid, puesta en las nubes por la crítica occidental, y con una sesión muy conveniente en versión original para la matinal del domingo. Dirigida por Li Ruijun, con un reparto que mezcla intérpretes profesionales y bien conocidos en su país con actores improvisados, que nunca habían actuado, en seguida se mostró como una opción muy apetecible que refrescara las ideas de la anodina y vulgar cartelera del verano, inundada hasta ahora por producciones previsibles, no pocas de las cuales se están estrellando, porque para qué pagar por ellas si tantas y tantas similares se pueden ver cómodamente en casa. No aportan valor nuevo como esforzarse en el desplazamiento y pagar la entrada, con la industria del cine en modo «suicida». Por otra parte, me quejaré una vez más de los títulos en castellano de las películas de cinematografías diversas. El «poético» tirando a cursi título de la película en castellano no tiene que ver con el título original, que vendría a significar algo así como escondido en el polvo, o entre el polvo y el humo… haciendo referencia al retorno a lo ancestral en la supervivencia en relación con la tierra.

Li Ruijun nos lleva a un lugar ignoto para la mayoría de la humanidad en una región del centro de China, próxima al desierto del Gobi, a la meseta del Tibet y a Mongolia exterior, o más bien encajada entre estos lugares. Un entorno rural en el que hay unas vegas fértiles en torno a los ríos y acequias, pero vecino al desierto con sus dunas y sus pedregales. Un lugar muy diferente a las brillantes ciudades orientales de China, con sus rascacielos y sus millones de habitantes, donde todavía hay modos de vida rústicos, tradicionales, terratenientes, y pobreza en general. Allí, dos parias de sus propios familias, el cuarto hijo de una familia, solterón, Ma Youtie (Wu Renlin), y la marginada y maltratada por todos hija de otra familia, también en sus cuarenta, Cao Guiying (Hai Qing), son expulsados de sus familias mediante la fórmula de concertar un matrimonio entre ambos, y expulsarlos para que se busquen la vida. En la pobreza, a base de trabajar y de obtener préstamos insignificante, consiguen poner en marcha sus cultivos en tierras del terrateniente para quien el hombre es valioso porque tiene sangre del grupo rh negativo, la sangre del panda, necesaria para tratar su enfermedad. Viviendo de ocupas en casas abandonadas por los que han emigrado a las prósperas grandes ciudades del este del país, hasta que se construyen su propia casa de adobe, trabajando la tierra con un burro y arados y trillos tradicionales, de los de antes de la mecanización de las labores agrícolas, consiguen encontrar el cariño mutuo y una mísera prosperidad, pero que les satisface comparada con su situación anterior.

A pesar de las circunstancias de pobreza y de entorno de desestructuración de la sociedad rural tradicional china, la película está rodada con gran belleza, con un trabajo esmerado de puesta en escena, de iluminación y sonido. Trabajo técnico y de dirección que apoya en el gran activo de la película que es el trabajo de sus intérpretes, que se conectan entre sí de forma admirable, consiguiendo transmitir la humilde honestidad del pobre que mantiene su dignidad con su decisión de devolver todo lo que le es prestado, aunque no exigido por su escaso valor. La protagonista femenina es una actriz famosa, conocida y premiada en su país, que por lo que he podido ver por la red de redes, en la mitad de su cuarentena es una mujer hermosa y estilosa. Sin embargo, aparece desastrada, baqueteada por el tiempo y el maltrato, encorvada por una escoliosis, débil, temerosa, necesitada de afecto. Un trabajo fenomenal. El protagonista masculino es simplemente un agricultor del lugar, sin experiencia interpretativa, pero que pone la autenticidad de ser quien es, estableciendo un modelo de dignidad y honestidad en la pobreza. Un trabajo también espléndido.

En una época en la que los dirigentes del PCCh quieren demostrar al mundo que su dictadura es superior a las democracias liberales occidentales, sorprende una película que muestra lo que nunca se muestra en la actualidad de República Popular China. Al principio de la película resulta complejo establecer en qué año, en qué época estamos. Sólo cuando aparece el hijo del terrateniente con su coche alemán de importación comprendemos que estamos en la época actual. Que los hechos son contemporáneos a nuestras vidas. Y la película va oscilando entre las escenas de la sencilla vida de los protagonistas, con sus interacciones con el resto de su sociedad local, que parece que está en otro universo. El momento en el que les ofrece una vivienda en la ciudad por un pequeño precio en «la lucha de los responsables políticos contra la pobreza», con la funcionaria peripuesta, el hijo del cacique y un cámara para registra el acontecimiento, mientras los dos protagonistas se preguntan para qué quieren ese piso lejos de sus campos, donde no pueden poner su burro, sus gallinas y sus cerdos, que sirven para su sustento y trueques,… es casi antológica, entre el absurdo y la afilada crítica a la hipocresía social y política. Aunque inicialmente la película pareció sortear la censura de las autoridades autoritarias chinas, he sabido que finalmente el director se vio obligado a introducir algunos cambios, especialmente en el final, se notan mucho, porque chirrían, y que tras estrenarse en las plataformas de contenidos del país, fue retirada silenciosamente, y su mención censurada en las redes sociales del país. Una película de apariencia inofensiva, que parece destinada simplemente a narrar una peculiar historia de amor y dignidad humana, se convierte poco a poco en un verdadero alegato político y social.

La película es muy recomendable. Es una película que crece en el recuerdo a partir del momento en que sales de la sala de cine, conforme vas comprendiendo la hermosura de la propuesta y la profundidad del mensaje. Poco a poco se consolida en mi memoria como de lo mejor que he podido ver este año hasta el momento, y en los últimos años. Y sabiendo lo que ha escocido a los oligarcas chinos, verla se convierte en una obligación, tanto por sus valores cinematográficos como por la solidaridad con los que denuncian, de un modo u otro, el mundo horrible en el que nos estamos convirtiendo por el auge de los populismos, de todo signo. A estas alturas de mi vida las propuestas de la extrema derecha europea no me parecen distintas de las del partido comunista chino. Por mucho que ellos se sientan opuestos y enemigos. Son dos variantes de lo mismo. Por otro lado, muchos comentaristas y críticos han alabado el tono «optimista» del filme, por la «felicidad» que alcanzan los protagonistas, cuando el final de la película tiene no poco de desolador, de que no importan los esfuerzos que hagas por encontrar tu camino, al final o te integras, o desapareces, de una forma u otra. No encontré yo el tono optimista en ningún momento, aunque existan momentos felices en el año de la vida de los protagonistas del que somos testigos.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

[Libro] Azami – Aki Shimazaki

Literatura

Ya comenté recientemente los cambios que se habían producido en la publicación de las obras de la canadiense nacida japonesa Aki Shimazaki en España. Como consecuencia, como ya anunciaba, he cambiado la forma de aproximarme a la obra de esta escritora. Sus dos primeros quintetos de novelas cortas relacionadas entre sí se habían publicado en España como obras únicas, lo cual ejercía un efecto beneficioso sobre el coste final para el lector. Pero ahora que se publican como obras individuales… ya no suponen ninguna ventaja sobre el original en francés, por lo que he decidido recuperar el tiempo perdido con el tercer quinteto de novelas cortas pasándome a los originales de Shimazaki. No tengo especial problema en leer en francés. Quizá un poquito más despacio, pero sin más. Así que esta primera novela corta de la serie La sombra del cardo, o debería decir ahora L’ombre du chardon, aunque la lea en «desorden», después de la que se publicó en segundo lugar, la he leído en francés.

Ambientada la novela, como la anterior, en Nagoya, y en ciudades cercanas, y no disponiendo fotos de esa populosa ciudad, opto por algunas instantáneas en la más tranquila Kamakura.

Azami, 薊, aunque también en katakana アザミ, así se presenta la entrada sobre estas plantas en la Wikipedia JA, es el nombre que recibe en japonés la planta del cardo, especialmente los del género Cirsium. Y es el apelativo poético con el que el protagonista de esta novela corta llamaba en secreto a la niña, compañera del último año de la escuela primera, que le gustaba. Y de la que no volvió a saber más. Ahora, adulto, felizmente casado con un esposa ejemplar y dos retoños,… bueno felizmente pero sin relaciones sexuales,… tras un encuentro casual con otro compañero de la época, acabará reencontrándose con Azami. Aunque esta no ha llevado precisamente la vida que imaginó para aquella niña despierta e inteligente. Azami es la protagonista de la novela corta que leí recientemente, la segunda de la serie, Mitsuko.

Después de haber leído los dos primeros títulos del ciclo, parece que el hilo conductor, el elemento común o protagonista, es la atractiva y compleja mujer que conocí en la novela anterior. Pero centrémonos en el hecho de que el personaje principal en Azami es el hombre. Está redactada en primera persona, el punto de vista de lo que está sucediendo, de cómo se reencuentra con su ambiguo compañero de escuela, de cómo provoca el reencuentro con Mitsuko, de cómo inician una relación y cómo toma decisiones trascendentes en su vida, es el punto de vista del protagonista masculino. Y por lo tanto, un narrador no fiable; incluso si es una narrador honrado, no conoce toda la información. Una persona en una encrucijada. Entre un matrimonio presuntamente perfecto, pero con una importante vía de agua, la ausencia de relaciones físicas íntimas con su por lo demás perfecta esposa, y la poderosa atracción que siente hacia la antigua compañera, siempre misteriosa, con una vida compleja. Debemos tener en cuenta que, si se leen las novelas en el orden en que se publicaron, sabemos muy poco de Mitsuko. Mientras que tal y cómo las he leído yo, el punto de vista del lector es muy muy distinto. Se puede hacer, cada novela corta se puede leer de forma independiente, pero cambia mucho en la imaginación del lector.

Después de la potente y compleja historia que leíamos en Hōzuki, quizá este relato no tiene el mismo tirón, la misma contundencia en los sentimientos del lector. Pero estamos ante el mismo estilo de escritura, una literatura a la que no es difícil acceder, pero que tiene profundidad, y que transpira su origen asiático aunque esté escrita en francés, en sus ritmos, en sus puntos de vista, en las descripciones y en la presentación de sus personajes. Recomendable, como no podía esperar de otra forma, creo que hubiera sido bueno leer estas dos primera novelas de L’ombre du chardon en el orden en el que fueron publicadas.

[Libro] Kamusari tales told at night – Shion Miura

Literatura

No mucho que comentar aquí. Este conjunto de relatos interrelacionados es una continuación de una novela costumbrista japonesa que leí el año pasado, escrita por Shion Miura. Hace unas semanas apareció esta continuación de oferta, y la cogí. No es que la novela sobre la vida entre las gentes que se dedican a la explotación forestal en la península de Kii me entusiasmara, pero sí me entretuvo. Por lo tanto, como supuse que esta segunda parte tendría un tono similar, lo reservé para cuando decidiese hacer una lectura con poca preocupación, ligera.

Los bosques de la península de Kii, en la región de Kumano Kudo, el camino de peregrinación que atraviesa los montes y los bosques.

En aquella primera novela seguíamos a Yuki, un joven recién salido del instituto, forzado a ser aprendiz en la industria forestal en Kamusari, un lugar ficticio en el interior de la prefectura de Mie, próximo a la prefectura de Nara. Un lugar que como pude comprobar yo mismo es hogar de altos y rectos cedros y otros majestuosos árboles, que crecen favorecidos por las altas pluviosidades gracias a los vientos húmeros del Pacífico y al clima templado, aunque con inviernos potencialmente fríos, que trae la confluencia de la corriente marina cálida de Kuroshio con la más fría de Oyashio. Pues bien, tras pasar un año de aprendiz, Yuki decide quedarse en el lugar. Y en esta segunda entrega lo encontramos dedicándose a trabajar en los bosques, mientras de vez en cuando, por la noche, va escribiendo relatos que mezclan sus peripecias personales, especialemente su desesperación por ligar con la guapa Nao, profesora de primaria del lugar, algo mayor que él, con las leyendas, mitos, y acontecimientos del pasado que han marcado el presente del lugar. Sinceramente, tenía la curiosidad de si ligaría con Nao o no… a pesar de que sigo sin estar convencido de que no fuese un tensión romántica no resuelta un poco forzada.

Este libro tiene las mismas virtudes y los mismos defectos que su predecesor. Algunas de sus historias y relatos son muy entretenidos, enganchados en las tradiciones y los mitos nipones. Por lo que es una lectura ligera, pero no banal en este punto, que se sigue con agrado. Pero por el contrario, en otras ocasiones, esa idealización del vida rural en los bosques, la idealización de los habitantes del lugar… pues me resulta más inverosímil, y tensa más mi suspensión temporal de la incredulidad, que las leyendas sobre antiguos dioses serpientes de los que descienden las gentes de Kamusari. Pero bueno. Ya he dicho. Buscaba una lectura sencilla, fácil, sin complicaciones y entretenida. Y en eso, el libro, cumple. No disponible en castellano, he leído la traducción al inglés, que estaba tirada de precio. 0,95 euros más 0,04 euros de IVA. Su precio habitual está entre los cuatro y los cinco euros, que tampoco es para arruinarse.