[Libro] Shattered Sword – Jonathan Parshall y Anthony Tully

Literatura

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. En el puerto de San Francisco encontramos en exposición barcos de la Segunda Guerra Mundial; algunas fotos realizadas con película en blanco y negro de algunos de ellos.

Leí este libro, un ensayo histórico sobre la batalla de Midway, la primera gran victoria naval de los Estados Unidos sobre Japón a principios de junio de 1942, entre el 2 y el 10 de agosto de este 2025. Unos días antes, había quedado a cenar en casa del hermano de una buena amiga, y con otras gentes, y el susodicho decidió unilateralmente que íbamos a ver una película con la libertad de poder comer, hablar, reírnos, criticar o lo que fuera, algo que no hacemos en las salas de cine. Algo que detestamos en las salas de cine cuando lo hacen otros, y desgraciadamente en las salas de cine de Zaragoza, en determinados días de mayor afluencia, es algo frecuente. Claro… si ese era el tono, la película no podía ser algo que nos tomáramos muy en serio, y seleccionó Midway de Roland Emmerich. Un director que, en líneas generales, consideramos infame. Por supuesto, cuando se estrenó la película en 2019, no la fuimos ver a salas de cine. Entre otras cosas porque pensábamos que iba en la línea de otra película infame de otro director infame, que desgraciadamente sí que vi en su momento en las salas, pero de eso han pasado 23 o 24 años. Éramos «jóvenes». Pero lo que pasó es que la película de Emmerich, aunque con algún que otro exceso visual de los suyos… no estaba mal. Incluso parece que disfruta de un cierto rigor histórico, lo cual, en un director de este tipo, y en Hollywood, es algo absolutamente excepcional.

En mi adolescencia, con unos 13 de años de edad, se estrenó otra película sobre la mencionada batalla, que en aquellos momentos me encantó. Hasta tal punto, que en los quioscos se publicó una versión novelada de la película, y la compré y la leí varias veces. Lo cierto es que aquella película de 1976, con un reparto lleno de nombres de relumbrón,… era tan infame como alguna de las que he mencionado antes. Con secuencias que procedían de los descartes de Tora! Tora! Tora!, de documentales de la época de la guerra mundial, y con argumento que mezcla las acciones de la propia batalla, de forma bastante confusa, con un drama romántico-familiar absolutamente deleznable y superfluo, hoy en día la consideraría una de las peores películas bélicas que he visto en mi vida, y mira que las hay malas. O simplemente una de las peores película que he visto, bélicas o no bélicas. Así era la cosa. La cuestión es que me quedé con curiosidad de saber hasta qué punto la película de Emmerich era precisa, y de enterarme qué pasó en aquella dichosa batalla, glorificada por los USAmericanos, ignorada durante mucho tiempo por los japoneses, y que a mí me dejó la sensación tras ver las películas y algunos vídeos en Youtube que fue una batalla ganada por el bando que metió menos la pata.

En uno de esos vídeos se recomendaba el libro que aquí comento, escrito por Jonathan Parshall y Anthony P. Tully. El primero es un tipo que estudió algo parecido a lo que en España llamábamos Ciencias empresariales y, actualmente, Administración de empresas, pero que ha dedicado mucho tiempo de su vida al estudio de la Segunda Guerra Mundial como historiador, especialmente de la Marina Imperial Japonesa, junto con su compañero Tully, que parece que estudio cuestiones relacionadas con las tecnologías de la información, pero que también ha acabado dedicándose a la historia. Puedo estar cometiendo algún error involuntario, pero no grave en este brevísimo currículo de los autores… porque las informaciones que tengo siempre ponen más énfasis en sus cosas como historiadores, que en sus trabajo dedicados a otras cosas. Así que lo busqué en versión electrónica y lo leí.

He de decir que lo encontré muy ameno de leer. Tras una presentación con los antecedentes previos a la batalla y la explicación de los motivos de Japón para buscarla, hay un relato de la misma casi hora a hora. Y finalmente, algunos capítulos con conclusiones. Y la novedad de estos autores frente a la mayor parte de los libros previos es que parte del material de los Japoneses y no de los escritos ya desarrollados por los historiadores USAmericanos. Especialmente de historiadores japoneses recientes, y no de los relatos poco fiables de algunos militares navales nipones que son en los que se han basado los historiadores yanquis. Aquí no voy a entrar en desmenuzar las cuestiones sobre lo que pasó en aquella batalla. En general se resumen en a) los japoneses prepararon la cosa de pena con muy mala inteligencia sobre lo que pasaba en el otro bando; b) los yanquis sí que sabían lo que se venía encima porque «escuchaban» a los japoneses», llevaban esa ventaja; c) ambos bandos ejecutaron una serie de acciones y decisiones calamitosas que les llevó a perder muchos recursos y vidas, siendo más importantes de los japoneses; y d) no fue una pelea de David (EE. UU.) contra Goliat (Japón), porque los recursos reales de los que disponían, y entraron en liza, estaban muy igualados. Los yanquis ganaron por una mezcla de buena inteligencia previa a la batalla, y algo de suerte ayudada por la mala planificación de los japoneses.

Pero lo importante del libro para mí, y es lo que me interesa resaltar aquí, es que es un texto destinado a romper con los dogmas e ideas preconcebidas que dominaban el relato de la acción desde hace muchas décadas, para presentar otra versión, bien documentada, de la acción bélica. En ciencias, solemos considerar que la primera e importante cuestión para el avance en cualquier disciplina científica, es un alta y saludable dosis de escepticismo y duda ante el conocimiento establecido. Considerar que cualquier teoría científica es tan buena como los datos, provengan de observaciones o experimentos, que la apoyen. Pero a lo largo de mi vida, me he encontrado que en las humanidades menudean las escuelas que asumen principios difíciles de contrastar con objetividad, que son asumidos de una forma un tanto dogmática. Los autores intentan, y probablemente lo consiguen, romper los dogmas sobre lo que se supone que sucedió en aquella batalla. Que ni siquiera fue decisiva como se ha venido afirmando. Por decisiva hay que entender que, al ganarla, se ganó la guerra, si la hubieran perdido, los EE. UU. habrían perdido la guerra. No tal. Fue importante porque cambió el curso de la guerra. Pero David (Japón), en aquellos años, con sus limitados recursos, nunca tuvo una oportunidad contra Goliat (EE. UU.). Tenían la guerra perdida desde el momento en la que la empezaron. Tarde o temprano, el poderío industrial americano se hubiera impuesto, como sucedió.

Para mí hay algo muy importante cuando lee un ensayo sobre un tema del conocimiento humano. Sea en el campo de las humanidades, las letras, las ciencias o la tecnología. Y ese algo es el no dar nada por sabido o por seguro. No existen los dogmas. Nuestras percepciones, nuestro sentidos, nos engañan en muchas ocasiones, por lo que si no disponemos de instrumentos fiables y precisos no podemos conocer lo que realmente pasa en el mundo/universo. No lo digo yo. Lo dijo Lord Kelvin. Obviamente, en el ámbito de las humanidades, de la historia, esas mediciones, esa recogida de datos que debemos convertir en información, está mucho menos sistematizada, puede estar dispersa, puede haberse perdido, o puede ser susceptible de interpretación. La interpretación de los hechos históricos está sujeta también a los intereses políticos, y sociales, de las distintas comunidades. Se ha dicho muchas veces que la historia la escriben los vencedores. Siempre me ha gustado aquel dicho que dice que «de la guerra de Troya existen tres versiones, la de los troyanos, la de los aqueos… y la verdad». Simbolizan bastante bien lo que estoy intentando expresar. En el ámbito de la historia de España, siempre tuve problemas para comprender qué pasó realmente en la llamada por nosotros guerra de la Independencia, entre 1808 y 1814, con la invasión y la ocupación francesa. La guerra o campaña de España para los franceses. La guerra peninsular para portugueses y británicos. Lo que se nos ha contado en España está fuertemente contaminada por las consignas nacionalista y patrioteras que han reinado en nuestro país. Para conocer mejor algunas de las más importantes cosas que sucedieron hube de recurrir a textos británicos y contrastarlos con otras fuentes. La realidad deja muy mal parada la participación de las fuerzas armadas españolas en aquel conflicto. Los que salvaron la cara de los españoles fueron los guerrilleros que aportaron información necesaria para que el ejército lusobritánico (con una pequeña participación española, los ingleses no se fiaban de los militares españoles, era recíproco) librara sus batallas con los franceses. Es un ejemplo.

No puedo decir que pueda recomendar con carácter general este libro. El tema interesará a muy pocas personas, especialmente fuera de los países implicados en el conflicto. Pero yo lo leí con ganas y ya he dicho que me resultó muy ameno. Hay una abundancia de datos, pero no desborda. Y sobretodo, ayuda a formar el espíritu crítico. Ese sano escepticismo que he mencionado y que debe presidir todo acercamiento al conocimiento humano, siempre imperfecto y siempre necesario de avances, de nuevas ideas y nuevas visiones, para no quedarse estancados… y muertos.

[Cine] La plus précieuse des marchandises (2024)

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Tengo fotografías del campo de Auschwitz, pero en esta ocasión no las usaré. Me limitaré a presentar el paisaje ferroviario de la ciudad de Oświęcim, que es el nombre del lugar en polaco.

La plus précieuse des marchandises (2025; 31/20250715)

La semana pasada sí que encontramos un momento y ocasión para visitar las salas de cines. Una película de animación francesa, dirigida por uno de los directores contemporáneos galos más conocidos, Michel Hazanavicius, aunque no siempre sea santo de mi devoción. Pero reconozco que en su momento dio un pelotazo que llegó hasta Hollywood,… y ya, tal. La película venía precedida con algunas críticas muy elogiosas, con una razonablemente buena acogida en su país de origen. Y yo no suelo hacerle ascos a la animación, así que… allá que fuimos un día nada más salir de trabajar.

La película nos traslada a los fríos inviernos de Polonia, durante la Segunda Guerra Mundial. Una Polonia ocupada por la Alemania nazi, donde vive de forma precaria, todavía más empobrecidos todavía por el conflicto bélico, un matrimonio ya mayor, él es leñador, y que nunca tuvieron hijos a pesar de lo mucho que los desearon. La mujer, cada vez que pasa un tren por la línea ferroviaria cercana, reza al dios tren para que les deje algún presente con el que paliar su pobreza. Y un día, lo que es arrojado del tren, un tren de vagones mercantes cerrado, es un bebé cuya caída es amortiguada por el manto de nieve. La mujer, a pesar de las reticencias iniciales del marido querrá cuidar a la niña como si fuese propia. Pero la cosa no va a ser fácil. A las penalidades descritas hay que añadir los prejuicios hacia la etnia de la niña, no sólo de los invasores alemanes, sino de los propios locales polacos. Mientras, seguiremos la odisea del padre de la niña que es llevado al campo de exterminio de Auschwitz, donde intentará sobrevivir en medio del horror del trabajo de los Sonderkommando.

Me resulta extraño ver estas películas sobre los asesinatos nazis de judíos, gitanos, y otras personas con circunstancias personales que la Alemania nazi consideraba indeseables. Me resulta extraño porque 80 años después de que terminara aquel horror, se repite, quizá no en la misma escala, pero sí con la misma intención, siendo los asesinos actuales el Israel judío, que por lo que se ve no entendieron nada sobre lo que sufrieron sus antepasados. Pero a pesar de todos, tiene que seguir habiendo obras que denuncien estos hechos. Aunque empieza a ser necesario que se empiecen a hacer obras que narren los de hoy en día y no los de hace 80 años.

La película en sí misma es de buena factura, está bien hecha y se deja ver sin problemas… dentro de la tristeza y el horror que pueden causar los hechos narrados. La película intenta dar un tono de cierta esperanza al final de la historia. Una esperanza triste y llena de ironías, probablemente no buscadas, o quizá sí, no voy a destriparlas. Por otro lado, se atreve a plantear que el antisemitismo no fue una cosa de la Alemania nazi exclusivamente. Hace unos años ya pudimos ver una de las mejores películas de lo que llevamos de siglo en la que desde la propia Polonia se denuncia el antisemitismo o el oportunismo de la polacos étnicos, católicos, ante la desgracia de sus vecinos judíos. Se conoce por otro lado, aunque se ha hablado poco, de pogromos realizados por los polacos cuando los supervivientes judíos de los campos intentaban volver a sus casas. Ayer por la tarde-noche, volvía a ver una excelente película para televisión sobre la Conferencia de Wansee, en la que los jerarcas nazis que planificaron el asesinato en masa de los judíos, repasaban el nivel de colaboración de las poblaciones locales, que fue alta en lugares como los países eslavos, o la Francia ocupada y de Vichy, mientras que fue escasa en los países escandinavos.

La historia de la humanidad, especialmente cuando se ha recurrido a la guerra, está llena de horrores. Como alguien me dijo en una ocasión mientras analizaba una serie de hechos históricos y documentados, era doctor en historia, y generalmente muy mesurado, para que los soldados reclutados en los ejércitos en guerra hagan su «trabajo» deben sentir odio hacia quien tienen enfrente. Y que incluso los ejércitos que han luchado por defender los valores más positivos han asesinado, violado y destruido en exceso. No hay ningún ejército que no haya cometido lo que hoy se denominan «crímenes de guerra» pero que sólo lo son para los derrotados. Pero la historia del siglo XX es especialmente terrible por el nivel alcanzado gracias a la tecnología en esos horrores. Y el siglo XXI no ha empezado de una forma especialmente optimista. Más allá de lo que los intereses políticos de unos y otros intenten ocultar en los conflictos que vendrán, esperen nuevos horrores, porque parece que la humanidad ha aprendido poco o nada de su pasado. En las guerras no hay malos y buenos. Hay malos… y peores.

Valoración

Dirección: ****
Interpretación: ***
Valoración subjetiva: ***

[Libro] La tierra invisible – Hubert Mingarelli

Literatura

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. En el valle medio del Rin, entre Colonia y el puente de Remagen, famoso por una película bélica que recrea su toma por el ejército americano en 1945, antes de que el ejército alemán lo volase. Aunque se hundió poco después.

No recuerdo muy bien dónde encontré recomendada esta novela corta del francés Hubert Mingarelli. En los últimos tiempos había oído hablar en varias ocasiones de este autor, que falleció relativamente joven, 64 años, en 2020. Por lo que cuando surgió esta novela corta me pareció una ocasión para introducirme en su literatura. Si la cosa iba bien, ocasión tendría más adelante de leer otras cosas. O eso pensaba hasta que me di cuenta que ya había leído una de sus obras.

Colonia

.

Mingarelli nos traslada a la Alemania de 1945, pocos días o semanas tras el final de la guerra. Un reportero gráfico, fotógrafo de guerra, británico se encuentra en una ciudad a orillas del Rin acompañando al ejército de su país en la que ser la zona de ocupación del Reino Unido en la Alemania de la posguerra inmediata, hasta la creación de la República Federal de Alemania. En los últimos días de la guerra iba acompañando a las unidades militares que descubrieron un campo de concentración y exterminio del régimen nazi, lo que le ha dejado muy marcado. En un momento dado, pide al coronel al mando que le ceda un vehículo y un conductor. Quiere recorrer el campo, los pueblos y ciudades pequeñas de la región del Bajo Rin, para fotografiar a las gentes del país en las puertas de sus casas. Y así comienza un peculiar periplo con un joven recluta, originario de un pueblo de costa a orillas del mar del Norte, que ha llegado tarde a la guerra. A pesar de su preparación, no ha tenido ocasión de disparar ni una sola bala. Y se establecerá una peculiar relación entre ambos y con las personas a las que van encontrando en su recorrido.

Mingarelli tiene una visión relativamente pesimista del mundo. La búsqueda del fotógrafo es una búsqueda compleja y difícil de ejecutar. Difícil de ejecutar porque intentar ver y comprender a ese pueblo que ha permitido, ha sido cómplice por acción, por consentimiento o por omisión, con las barbaridades del régimen nazi. Gentes que en su apariencia externa no son distintos de las gentes de otros países o regiones. Campesinos. Mujeres. Ancianos. Niños. Constantemente se nos recuerda colateralmente el entorno. La mujer bien arreglada que quiere suplicar por la vida de su marido, alto funcionario de la población, que va a ser ahorcado por los horrores cometidos. Pero también por la actitud de los habitantes a los que va a fotografiar. A veces distantes. A veces tratando de congraciarse. Pero con cordialidades faltas de sinceridad. Y como contrapunto, el joven recluta, lleno de entusiasmo. Pero que lamenta haber llegado tarde. Lamenta no haber contribuido. Lamenta no haber disparado. En el fondo, lamenta no haber matado.

Bonn

.

Mingarelli no es complaciente. Es pesimista. Y la acción. Por breve que sea la extensión en que se desarrolle, alrededor de 100 páginas en las ediciones impresas en árboles muertos, viene condicionada por esos tres factores; el pesimismo y el fatalismo del fotógrafo, el entusiasmo del soldado y la distancia y desconfianza de esas gentes que saben que han participado, pero que tienen que sobrevivir, y se ponen de lado respecto al pasado, sin asumir responsabilidades. Por lo que, incluso cuando ya no hay guerra, la tragedia es un final posible a este peculiar periplo por el noroeste de Alemania.

Es un excelente relato. Cuyo valor y cuyo interés ha ido incrementándose en mi memoria conforme ha ido pasando el tiempo y he puesto distancia con su lectura inmediata. A pesar de su pequeña extensión, y su interés que permitiría leerlo en una tarde, tuve que interrumpir en más de una ocasión su lectura para asimilar la situación y los hechos. En general, es ampliamente recomendable. Quizá en los tiempos que corren, estos relatos que nos recuerdan lo mucho que pueden descender a los infiernos el espíritu humano en vida, sean más necesarios que nunca. Muy recomendable.

Remagen

[Cine] The Ministry of Ungentlemanly Warfare (2024)

Cine

The Ministry of Ungentlemanly Warfare (2023; 39/20240731)

Con los bajones de la cartelera de verano, más lo calores asociados a la época, hay poca motivación para ir a las salas de cine. Esta tarde hemos ido a una sesión temprana de una de las pocas películas que mueven un poco a ello. Ya comentaré. El caso es que eché un vistazo a los estrenos de las plataformas de contenido en internet por ver si… Y mira que cada vez soy más escéptico, más bien pesimista, con la calidad de sus películas. El caso es que vi dos posibilidades para esta semana. Una la vi el miércoles, que es la que comento hoy, en Amazon Prime Video, y la otra ayer, en Netflix, pero todavía no tengo claro si la he de considerar un estreno admisible en estas publicaciones o no. Mucha gente dice que la estupenda versión de Godzilla que tan gratamente sorprendió hace unos meses se convierte en una película distinta cuando le quitas el color. Bueno, es algo más que quitarle el color… Ya lo comentaré. Como estreno o como otra cosa, pero ya lo comentaré.

La película tiene una aventurilla bastante prescindible en el contexto de la película que transcurre en la isla de la Palma… pues pondremos fotos de La Palma.

El caso es que el miércoles pasado me acomodé en el sofá de casa para ver algo que pensaba que ya estaba periclitado. Un género muy popular cuando yo era un crío, y en general en las décadas que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, era el cine de comandos. Los comandos eran el equivalente actual de las fuerzas de operaciones especiales. Y su impacto en el desarrollo de la guerra mundial ha sido objeto de cierto debate. Desde los que opinan que fue fundamental hasta quienes aseguran que los actos de sabotaje tuvieron un alcance pequeño. La recogida de información de inteligencia sí que sería importante, y cierta labor de grupos de resistencia también, pero los famosos comandos… Bueno… mi conocimiento no da más que para saber que hay diferencias de opiniones. Lo que sí es cierto es que con el tiempo fueron un elemento de propaganda importante… cuando sus misiones iban bien. Que Mussolini fuera o no liberado del Gran Sasso tuvo una importancia escasa en el desarrollo de la guerra. Pero el impacto propagandístico en la Italia ocupada por los alemanes no fue desdeñable para controlar a las poblaciones, y para la percepción de la situación de Italia en el conflicto.

En la película se habla de una de las acciones de operaciones especiales que organizaron los británicos, Operación Postmaster, en un momento que en el filme se narra como muy difícil para su posición contra los alemanes. Lo cierto es que en enero de 1942 lo peor del acoso aéreo alemán contra territorio británico había pasado, los Estados Unidos ya estaban en guerra con Alemania y de lo que se trataba era de mejorar la seguridad de los transportes de tropas y materiales a través del Atlántico. El impacto real sobre la logística de los submarinos alemanes de la acción probablemente fuese mucho menor que lo que en la película. Y dado que la acción se desarrolló de forma clandestina en las colonias españolas en África, sí que sirvió de mensaje del gobierno británico a otros países, más o menos neutrales, de que no se iban a parar en consideraciones sobre la legalidad de las acciones en una guerra muy compleja y con escaso aprecio a la legalidad por parte del otro bando. Como decía antes, en estas acciones era más importante la inteligencia y la propaganda que el impacto material real de las mismas. Además afianzó la estructura de operaciones especiales en la cúpula política y militar británica.

La película tiene poco aprecio por la verdad histórica. Se toma la cosa con cierta frivolidad. En contra de la tendencia actual del cine bélico, a favor de un mayor realismo y rigor, y casi siempre un cierto toque antibelicista, la película recupera los viejos clichés de los «buenos» que siempre aciertan y siempre se escapan de las malas situaciones sin despeinarse, frente a los «malos» que son incapaces de acertar a un elefante en un pasillo, que mueren por docenas, que son muy torpes y muy tontos porque caen en las añagazas de los «buenos». Hay una chica, que está muy buenorra, una malo muy malo… y bueno, los tópicos de otros tiempos donde la propaganda sobre estas cosas era como era.

Con una factura razonablemente bien hecha pero carente de realismo, y unas interpretaciones funcionales, esto es cine de otro tiempo, pero no necesariamente del que añorásemos. Creo que este tipo de aventuras cada vez tienen menos sentido. Bien es cierto que puede cumplir con su función de entretenimiento palomitero. Pero poco más. Desconozco si este tipo de películas volverán o si es una de estas películas que producen las plataformas de contenidos para aumentar el fondo propio, con la esperanza de que, si no atraen suscriptores, por lo menos que los fijen. Dirigido por un Guy Ritchie en horas mediocres, protagonizada por un Henry Cavill en un trabajo alimenticio, y que tampoco parece que tenga muy claro qué quiere ser de mayor, y con un florero, que pretende tener personalidad, pero se dedica a lucir palmito, una Eiza González, a la que todavía no veo mucho como buena actriz, y muy encasillada en la acción y derivados, aunque cumple. Y un montón más de gente, como es habitual en estas películas, todos con personajes estereotipados, sin más profundidad ni interés. Sinceramente, no es especialmente recomendable, aunque habrá quien se entretenga con ella.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: ***
Valoración subjetiva: **

[Cine] One life (2023)

Cine

One life (2023; 18/20240325)

No me extenderé mucho, que estamos en víspera de vacaciones y viajes, y ando justo de tiempo. Pero este domingo estuvimos viendo este drama con buen rollo británico, a más gloria de su protagonista, Anthony Hopkins. Película dirigida por James Hawes, que aparece como de 2023, por su estreno en distintos festivales, pero que se ha ido estrenando por Europa y algún país sudamericano, en Estados Unidos de forma limitada, durante los tres primeros meses de este 2024. El director es poco conocido, por haber trabajado, mucho, para series de televisión y telefilmes. Por lo visto, más un artesano que otra cosa. Pero buen artesano.

Praga en 1997, incluida una fotografía del cementerio judío.

La película cuenta la historia del que llaman Schindler británico. Nicholas Winton fue un hombre, un corredor de bolsa en sus años mozos (Johnny Flynn de joven, Hopkins de anciano), que en su juventud, en víspera de la Segunda Guerra Mundial, tras un viaje a Praga como colaborador de una oficina para gestionar los refugiados de los desplazamientos provocados por los nazis con la anexión de los Sudetes y la formación del Protectorado de Bohemia y Moravia, estaban perdidos y en mala situación en la capital checa. Muchos de ellos judíos. Vio la presencia de muchos niños en mala situación, su sentido de la decencia le impulsó a hacer algo, y con ayuda de su madre (Helena Bonham Carter) en Londres, y de una serie de voluntarios en Praga (Romola Garai, por poner una de las intérpretes más conocidas), organizó el desplazamiento de niños a hogares de acogida temporales en el Reino Unido. Acogidas temporales que en muchos casos acabaron siendo definitivas. Muchos de esos niños perdieron a sus familias en los campos de exterminio nazis. Consiguió desplazar 669 niños, el último de los trenes programados, con 250 de ellos, fue detenido en la estación de Praga el 1 de septiembre de 1939 por el comienzo de la guerra mundial. El hecho pasó desapercibido. Aunque era conocido el fenómeno de los kindertransport que, por distintas iniciativas, evacuó hasta 10 000 niños de todos los territorios ocupados o amenazados por la Alemania nazi, especialmente judíos. El caso de Winton fue especial porque no se realizó desde ninguna organización con estructura, sino que fue un esfuerzo de particulares voluntarios, en un lugar donde no habían llegado las estructuras más organizadas. Se narra en flashback, con un Winton ya anciano, reorganizando sus objetos de antaño por iniciativa de su esposa (Lena Olin), y que lleva una cartera con un dosier con toda la información a diversos lugares, hasta que una de ellas reconoce el valor, lo lleva a la BBC y a partir de ahí empieza a conocerse el destino de aquellos niños y sus descendientes.

Es una película correctamente funcional, bien hecha, bien ambientada, demostrando el oficio del cine británico para los dramas de época. Lo que decía antes, el director se muestra muy competente, lo que hace unas décadas se llamaba un artesano frente a directores con más aura de autor. Pero bien hecho. Y al servicio del lucimiento de un reparto más que correcto, en el que destaca un octogenario Hopkins, que demuestra que sigue en forma interpretativa a pesar de su edad. Chirría un poquito porque Winton, en 1988, tenía casi diez años menos que los que tiene Hopkins en la actualidad. Pero da igual. Por cierto que Winton fue muy longevo, falleciendo en 2015 a los 106 años.

Una película que se ve bien, que te deja con cierta esperanza en algunos seres humanos, a pesar de la barbarie que se despliega a su alrededor. Pero bueno… también cabría la interpretación pesimista de que sólo unos pocos tuvieran la decencia de revelarse contra la sinrazón político-militar de la época. En cualquier caso, es recomendable. En España se ha estrenado bajo el título vulgar y convencional Los niños de Winton, mientras que el título en inglés, One life, es una referencia más profunda a una frase del Talmud,  And whoever saves a life, it is considered as if he saved an entire world (Y quien salva una vida, se considera como si salvase al mundo entero). Un poco descontextualizada siempre esta frase porque inmediatamente previa a ella en el texto talmúdico hay otra que dice, Whoever destroys a soul, it is considered as if he destroyed an entire world (Quien destruye un alma, se considera como si destruyese el mundo entero). El mundo fue destruido millones de veces en las guerras que se producen constantemente. Incluso por aquellos que tienen el Talmud como texto sagrado, si es que veis en los últimos tiempos las noticias.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Libro] La agonía de Francia – Manuel Chaves Nogales

Literatura

Unas semanas antes de irme de vacaciones, me llamó la atención en las ofertas de mi tienda habitual de libros electrónicos este libro del periodista español Manuel Chaves Nogales. Del cual en ese momento no sabía gran cosa. Pero lo que me llamó la atención fue el tema. Me explico. Aunque la cultura francesa siempre me ha atraído mucho, hablo el francés desde joven, no muy bien, pero soy capaz de conversar. Y leo en francés sin muchos problemas. Creo que es un país que ha ofrecido grandes cosas en las artes, las ciencias y el pensamiento. Pero al mismo tiempo, su historia moderna, desde la revolución de 1789 hasta nuestros días, está tan llena de contradicciones… que muchas veces he pensado que esos logros se alcanzaron a pesar de los propios franceses. En alguna ocasión, hace ya muchos años, en clase de francés en COU, la profesora, que era buena profesora pero con una falta de empatía por los alumnos masculinos que ocasionaba roces, nos dijo que los franceses tienen el corazón a la izquierda, pero el bolsillo muy a la derecha. Algunas de las cuestiones que ensombrecen mi opinión sobre Francia son algunas como el hecho de que celebren todavía a Napoleón, que no dejó de ser un tirano de mala especie, su nefasta política colonial, su hipocresía durante la Primera Guerra Mundial, ya que creo que la buscaron por revancha tanto o más como los alemanes, siendo responsables de muchas muertes, y su connivencia con el ocupante alemán en la Segunda Guerra Mundial, mucho más prevalente que las actividades de la resistencia. En los últimos tiempos, que fueran prácticamente el primer país de la Europa Occidental que diera cancha a un partido fascista, tampoco hace que mejor mi opinión. Y no olvidemos que la Quinta República francesa es consecuencia del golpe militar en Argelia en 1958 que devolvió el poder a De Gaulle, que lo usó para finiquitar la parlamentaria Cuarta República, para instaurar un régimen presidencialista, de menor calidad democrática, aunque reformas posteriores lo hayan suavizado a «semipresidencialista». Muchos analistas creen que el golpe de estado fracasado de 1981 en España estuvo inspirado, en lo que se refiere a sus actores menos radicalizados a la derecha, por aquel mayo de 1958 en Francia.

Pero quizá una de las cuestiones que más me han sorprendido es la facilidad con la que Francia se acomodó a la ocupación del ejército de la Alemania nazi tras la derrota sin paliativos de junio de 1940, y especialmente la ignominia que supuso el régimen de fascista del mariscal Pétain con capital en Vichy, especialmente colaborador en la represión de los elementos democráticos de la sociedad y en el exterminio de judíos. Nunca he considerado a Francia como uno de los victoriosos de esa guerra. Fueron derrotados y luego liberados. Que a las otras potencias aliadas les conviniera darles un trato de favor de cara al futuro de Europa y a la confrontación con la Unión Soviética… es otro cantar. Por eso «parece» que fueron de los ganadores. El caso es que este libro de Chaves Nogales nos habla de las razones por las que Francia sucumbió tan fácilmente ante el empuje alemán.

Chaves Nogales fue un periodista republicano español. Republicano moderado, en buenas relación con Manuel Azaña, lo que lo sitúa en posiciones políticas de centro izquierda. En cualquier caso, viajero incansable en su profesión, conoció las realidades de los estados totalitarios, tanto en la Unión Soviética como en Italia y Alemania. En 1933 entrevistó a Goebbels, ministro de propaganda de Hitler, a quien consideró como un personajes ridículo. Previamente había escrito artículos y libros previniendo los males del régimen soviético. Cuando se desencadena la Guerra Civil en España, como es lógico, se pone al servicio de la República. Pero en 1937 se autoexilia ante los desmanes de la izquierda radical en su área de influencia, bajo el convencimiento de que ya no era posible un régimen democrático como resultado de la guerra; o se caería en una dictadura fascista, como sucedió, o se caería en una dictadura comunista, títere de Stalin. Hace tiempo que esta idea se instaló en mi cabeza también. Se instaló en París, donde se mantuvo muy activo, y conoció de primera mano la situación francesa en los años previos a la contienda mundial, así como vivió en directo la caída de Francia y del gobierno francés antes de huir a Inglaterra donde murió muy joven, pocos años después. Fue juzgado en rebeldía y condenado tras su muerte por el Tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo del régimen fascista español; lo cual no deja de ser triste y chusco al mismo tiempo en diversas dimensiones.

El libro analiza la situación de Francia en los años previos a la catástrofe, así como lo sucedido en los dos meses desde la invasión alemana de Bélgica y los Países Bajos en mayo de 1940. El tono de cada capítulo es periodístico, por lo tanto habrá que ser cautos a la hora de valorarlo como libro de historia. Es como un compendio de artículos de opinión sobre la situación y los hechos acontecidos en Francia en ese periodo de tiempo, más que un análisis histórico del periodo. Podemos considerar al periodista como un profesional ecuánime, un buen profesional, y desde ese punto de vista el libro es un documento de un valor excepcional. Pero como todo texto periodístico, no conlleva el mismo rigor que el texto del investigador historiador, documentado y filtrado. Conlleva consigo su carga ideológica. Chaves Nogales dibuja una situación con la que en general es fácil estar de acuerdo, puesto que se dio en muchos países. Tras la crisis del capitalismo más liberal en 1929, las democracias liberales se tambalearon y se vieron fuertemente tensionadas y amenazadas por los totalitarismo que al atenazaban por derecha e izquierda. Es lo que había pasado en España y en algunos países centroeuropeos, con consecuencias nefastas, y es lo que tensionaba la Francia de la Tercera República. Régimen que estuvo en vigor entre dos derrotas francesas ante los alemanes, la de 1870 y la de 1940. Francia, para Chaves, estaba atenazada entre una burguesía, clase industrial y ejército claramente atraídos por los regímenes fascistas, y unos movimientos obreros que estaban siendo manipulados y sirviendo a los intereses del estalinismo a través de la Tercera Internacional. Vamos,… que observaba la misma deriva que la que le había hecho ser pesimista con el final de la guerra española tal y como lo podía prever en 1937.

Chaves transmite un tono muy desesperanzado por la Francia de aquel momento. Admirador del pasado del país galo como tierra de libertades, padre de las democracias liberales, tierra de acogida a los perseguido, se muestra pesimista con su presente y su futuro por haber abandonado estas ideas ante los cantos de sirena de los populismo de extrema derecha y extrema izquierda. Está convencido de la capacidad de Francia para haber derrotado a Hitler, especialmente en los primeros compases del conflicto bélico antes de que se entrara en esa fase que se llamó la drôle de guerre, que para él fue determinante para minar por completo la capacidad defensiva y ofensiva del ejército francés. Nos dice estar convencido de que entre los oficiales jóvenes franceses hay muchos que saben cómo hacer una guerra moderna, pero las decisiones están en manos de los viejos dinosaurios que vivieron la Gran Guerra. Y al mismo tiempo, esa misma oficialidad ha sido seducida por el fascismo. Chaves no deja títere con cabeza en su crítica a la sociedad y a la clase política francesa.

Como libro de opinión, que es, debemos afrontar su lectura con espíritu crítico. Evidentemente, se notan desde el principio dos cosas. Una, el profesionalismo y saber hacer del periodista experimentado y bregado. Dos, la profunda convicción ideológica a favor de la democracia liberal, de la moderación y del diálogo que mueve al autor. Creo que es una lectura que merece la pena. Creo que es pertinente. Creo que es fácil que las poblaciones caigan con relativa facilidad en las tenazas entre fuerzas extremas o populistas. Algo de eso estamos viendo hoy en día, donde el diálogo entre moderados es mucho más raro que la tensión constante, y donde vemos aliarse a quienes representan fuerzas teóricamente centradas con los extremos antidemocráticos. En cualquier caso, es evidente que las ideas que yo me había hecho sobre la Francia que abrió con facilidad sus puertas al fascismo alemán, son compartidas por este testigo directo de los hechos que fue Chaves Nogales.

[Libro] Una mujer y la guerra – Yōko Kondō

Literatura

Ayer, 6 de agosto, fue el aniversario del lanzamiento y explosión de una bomba nuclear sobre la ciudad de Hiroshima. La segunda explosión nuclear de la historia de la humanidad, la primera cuyo objetivo fue destruir una ciudad y asesinar a sus habitantes. Muy de moda en estos tiempos por una película cinematográfica muy interesante y de gran calidad, las reflexiones éticas y políticas derivadas de haber utilizado un arma de este tipo, especialmente sobre la población civil, cosa que se repitió tres días más tarde sobre Nagasaki, nunca deberían pasar de moda. Nunca se juzgaron ni nunca se juzgarán en un tribunal de justicia los desmanes de los vencedores de las guerras. Pero si los militares y políticos japoneses que empujaron a su país y a muchos otros a una guerra sin sentido fueron considerados criminales, y merecen nuestro más firme reproche como responsables del sinsentido bélico, los militares y políticos norteamericanos que llevaron a estos bombardeos, también merecerían esta consideración como criminales y este reproche. Dos errores, graves, nunca son un acierto. ¿Verdad?

Sin embargo, no hizo falta la bomba atómica para que estos defensores de «la libertad y la democracia», pero que plantearon la guerra contra Japón como una guerra racial, contra el ser inferior que se había atrevido a subirse a las barbas del tío Sam, no hubo tanta diferencia entre la actitud de los soldados norteamericanos en el Pacífico respecto a los soldados japoneses, ciertamente fanatizados estos últimos y sometidos a una propaganda falaz, con la de los soldados alemanes respecto a los untermensch eslavos, las razas inferiores, en el frente oriental de la guerra en Europa. No hay más que ver la diferencia de trato que se dio a los ciudadanos americanos de origen japonés respecto a los ciudadanos americanos de origen alemán. Adivinad cuáles fueron recluidos en campos de concentración en el desierto. Y el bombardeo norteamericano con más víctimas directas no fue ninguno de los dos bombardeos atómicos, sino el bombardeo con bombas incendiarias de los barrios populares y obreros de Tokio, barrios con casas construidas de madera y papel, a principios de mayo de 1945, y que ya demostró el talante de los líderes estadounidenses con Truman a la cabeza. Quizá las víctimas acumuladas, en los meses posteriores, como consecuencia de la radiación, llegase a ser mayor en los bombardeos atómicos. Pero en lo que se refiere a calcinar seres humanos… demostraron los norteamericanos que no necesitaban bombas atómicas para generar un terror inhumano.

En la novela gráfica que traigo hoy, los hechos transcurren en los últimos meses de la guerra en la ciudad de Tokio. Y veremos cómo los protagonistas de la historia sobreviven al bombardeo incendiario de Tokio. Yōko Kondō traslada a este formato dos relatos relacionados entre sí del escritor japonés Ango Sakaguchi, uniéndolos en una sola narración. La protagonista de la historia es una atractiva mujer, que fue prostituta, y que ahora vive con su amante en Tokio, en el caos y la desesperación de una guerra que se sabe perdida. Con el miedo a la invasión y a los desmanes del invasor. Y con la amenaza continua de los bombardeos, que pasan en el refugio construido en el suelo del jardín de su casa. Y sólo durante los momentos de tensión, miedo y excitación que se suceden durante estos bombardeos, y dentro del refugio, son capaces los amantes de mantener relaciones, cuando por otra parte, en otras circunstancias, es una mujer incapaz de sentir nada en las relaciones físicas como consecuencia de sus años como prostituta y de las consecuencias de la guerra. Una convivencia hasta punto forzada, pues no confían en que cuando todo acabe sean capaces de seguir juntos y no volver a sus vidas anteriores.

Con un dibujo sencillo y austero, alejado de cualquier preciosismo, pero tremendamente eficaz, Kondō es capaz de transmitirnos cómo pudo ser la vida en la capital japonesa durante ese periodo de tiempo. La lucha cotidiana por la supervivencia, el razonamiento, el hambre, el mercado negro, la rígida moral en las costumbres impuesta por el régimen, los impulsos de solidaridad entre las gentes, alternados por el egoísmo, según el momento. Y en el plano íntimo, la desilusión vital, el pesimismo existencial, que sólo se mitiga ante el miedo de las bombas que, paradójicamente, despierta el deseo vital de los protagonistas, y los acerca en la intimidad de los cuerpos.

La narración termina con el final de la guerra. Que alivia en cierta medida los corazones de las gentes, aunque no elimina del todo los miedos, las incertidumbres. Y sobretodo, en nuestros protagonistas, no elimina el pesimismo existencial, desapareciendo al mismo tiempo aquellos momentos en los que las ganas de vivir se imponen, por el miedo a la muerte inminente. La novela gráfica me ha gustado. Pero creo que sobretodo me gusta el planteamientos de la historia, la tesis que subyace en ella. Por ello, quizá, dejando pasar un tiempo, para madurar la idea, igual busco los relatos originales de Sakaguchi. Tengo la curiosidad.

[Cine en TV] Blood & Gold (2023)

Cine

Blood & Gold (2023; 33/20230528)

Recién llegado del viaje de vacaciones a San Francisco, empezamos a hablar de ir al cine… pero no encontramos entre la magra oferta en versión original de la cartelera zaragozana nada que nos atraiga. Pero nada, nada. Así que lo dejamos estar y nos vamos a tomar unos chismes y a charrar el domingo por la mañana. Después de comer, abro Netflix y veo qué posibles estrenos puede ser interesantes. Casi ninguno. Al final decido dar una oportunidad a este drama bélico alemán firmado por Peter Thorwarth, del que nada conocía como director, pero sí alguna cosa interesante como guionista.

Seguramente esta primavera de 2023 en Breisach, Alemania, ha sido mucho más tranquila y agradable que la de 1945. Pero servirá para ilustrar la entrada, ya que la película transcurre en una población no muy grande de algún lugar de Alemania. La película no es muy rigurosa ya que situando la acción en abril de 1945, en un momento dado los protagonistas afirman ver el resplandor de los incendios del bombardeo de Dresde… que fue en febrero.

Estamos en la primavera de 1945, en algún lugar rural de Alemania, con este país en completa disolución al final de la guerra mundial. Un soldado (Robert Maaser), desertor para buscar a su hija que ha quedado huérfano de madre, se libra del linchamiento por obra de unos SS desbandados. Estos van buscando un botín de oro escondido de unos judíos… que «ya no están». Pero en su sucesión de tropelías acabarán enfrentados al soldado y a una dispuesta joven (Marie Hacke) que no está por la labor de dejarse atropellar por los SS descontrolados.

Dos cosas son obvias pronto, en los primeros compases del largometraje. Hay mucho de Tarantino en esta película, aunque sin el humor característico del director de Knoxville. Y el tono de la película es más de western que de las tradicionales películas bélicas centradas en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, y pese a que la película está bien rodada, y los intérpretes, al menos los protagonistas, especialmente la chica, le ponen ganas, al final todo se queda en una película de violencia porque sí… porque toca, sin que se aporte realmente nada más al género.

No es ninguna catástrofe, y la película tendrá su público, pero a mí la fórmula se me agotó enseguida y me las vi y me las deseé para mantener la atención en el sofá de casa hasta el final de los nada excesivos 98 minutos de metraje. En fin… que ya se me está olvidando. El mes de mayo nunca ha sido una buena época para el cine. Y por motivos que no vienen al caso… creo que puedo empezar a fallar a la hora de ir a las salas de cine en un futuro. Estamos un poco desmotivados. Los distribuidores y exhibidores nos tratan mal, y no llegan estrenos interesantes con frecuencia.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

[Cine] Narvik (2022)

Cine

Narvik (2022; 12/20230212)

A pesar de que estoy un poquito escarmentado con la calidad de los estrenos de Netflix en cuestión de largometrajes, decidí ver este drama bélico de nacionalidad noruega, dirigido por Erik Skjoldbjærg, porque parecía tener buena pinta. Incluso en algún lugar leí alguna cosa relativamente elogiosa. No es que pusiera la película por las nubes, pero sí que la ponía como ejemplo de buen hacer cuando el presupuesto no da para las superproducciones bélicas como la que ha cosechado grandes éxitos en los premios del cine británico recientemente, incluso siendo alemana.

Cuando visitamos las islas Lofoten, aterrizamos en el aeropuerto de Evenes, también llamado de Narvik-Evenes, a unos 50 kilómetro de la ciudad que da título a la película. Pero no visitamos la ciudad. Así que para ilustrar un puerto noruego, optaré por algunas fotos del de Bergen, al atardecer.

La película no es producción de Netflix. La plataforma de contenidos audiovisuales tiene los derechos de exhibición fuera de su país de origen. Y se nos plantea como la historia de la batalla de Narvik, un conjunto de acciones bélicas que duraron varias semanas en la primavera de 1940, que comenzaron con la invasión de la Alemania nazi de la neutral Noruega y terminaron con la derrota de los invasores por una fuerza conjunta de noruegos, ingleses y franceses. Se publicita como la primera gran derrota de Hitler, pero esto ha de ser matizado. En primer lugar, el volumen de tropas y medios que intervinieron, comparado con las batallas más famosas de la Segunda Guerra Mundial es ínfimo, unas decenas de miles de combatientes. Estamos hablando de algo más de 25000 efectivos aliados, soldados de tierra, contra algo más de 5000 efectivos alemanes, entre soldados de tierra y marineros desembarcados. Hubo también batallas navales en las que ambos bandos perdieron barcos, destructores, llevando los alemanes la peor parte. En segundo lugar, el final de la batalla coincidió con la catastrófica derrota de los aliados en el frente francobelga, en esas mismas fechas, lo que provocó la retirada de estos países del territorio noruego. Por lo tanto, puesto que el objetivo de los alemanes de garantizar la distribución del hierro de la «neutral» Suecia a través del puerto noruego seguí vigente, en cuando británicos y franceses se retiraron, arrasaron la ciudad y la ocuparon de todos modos. Por lo tanto, la podemos considerar una falsa victoria aliada. Un hecho aislado sin continuidad.

La película, no obstante, narra muy superficialmente los hechos bélicos. Y las escenas bélicas están realizadas realmente con un presupuesto muy ajustado, y se nota. Por lo tanto, opta por narrar un drama humano de una empleada de hotel (Kristine Hartgen) que habla alemán y sirve de intérprete para los alemanes, en tensión entre sus deberes patrióticos, el saber que su marido (Carl Martin Eggesbø) es prisionero de los alemanes, y la seguridad de su hijo enfermo como consecuencia de una herida en un bombardeo británico. Intenta evitar maniqueísmos… aunque bueno, de una u otra forma, los noruegos siempre son buenos, mientras que los alemanes son siempre malos, y los británicos… a veces.

Al final resulta que el carácter de la película no está bien definido. Ni es una película claramente antibélica, ni sus posiciones están perfectamente claras, ni nos cuenta con claridad el hecho histórico, y cuenta con una definición de caracteres esquemática, de trazo grueso, que hace que no podamos sentir con claridad el drama que se nos quiere plantear. Desde mi punto de vista es una película claramente fallida en todos los frentes, valga el símil bélico, a pesar de que tenía todos los ingredientes a priori para que fuese resultona. Y quizá por eso algunos la han visto así. Pero no para mí.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: **
  • Valoración subjetiva: **

[Libro – historieta] Diente de oso – Yann y Alain Henriet

Literatura

En estos momentos, contando el de hoy, tengo tres libros por comentar. Y una película, a la que se sumará otra hoy, muy probablemente. Y cosas de televisión. Y algún rollo de fotografía recientemente revelado. Quedan dos semanas para principio de año, y los últimos días del año dedico este Cuaderno de ruta a realizar un repaso fotográfico del año. En fin… que tengo que ir adelantando tarea, o voy a estar varios días en 2023 hablando de cosas del 2022, más allá de algunos repasos que hago habitualmente en cine y literatura. Así que de forma excepcional voy a hablar de libros un domingo.

En el verano de 2018, visité el Museo Dornier de aviación de Friedrichshafen, en el sur de Alemania. Esto invitado a volver por la zona. Quizá para Semana Santa. Ya veremos.

Cuando fui a comprar el último Corto Maltés del que os hablé esta misma semana, me llamó la atención un volumen recopilatorio de seis álbumes dedicados al final de la Segunda Guerra Mundial. Y uno de los motivos por los que me llamó la atención es porque el guionista de estas historietas es el francés Yann, un veterano escritor de quien en su momento leí algún Lucky Luke, algún Spirou y alguna otra cosa en la que ahora no caigo. Así que a pesar de lo voluminoso y pesado (en kilogramos) que resultaba, no me gusta cargar con peso cuando leo, me animé y lo compré. La ilustración del volumen corre a cargo del belga Alain Henriet. El color se debe a Usagi (Patricia Tilkin), la esposa de este último

Los seis libros reunidos en un único volumen recorren la peripecia de tres amigos de la infancia criados en la Silesia alemana de entre guerras, dos de ellos alemanes étnicos y el tercero judío polaco. Los dos alemanes se ven atraídos por el populismo del nazismo hitleriano, mientras que el judío, obviamente lo teme y lo critica. Los tres son fanáticos de la aviación. Ya de adulto, encontramos al judío luchando en la guerra del pacífico contra Japón en la fuerza aérea de Estados Unidos. Por una confusión, es confundido con un espía nazi. Para rehabilitarse tendrá que aceptar una misión de comando y espionaje en la Alemania de la debacle final de 1945. La chica se ha convertido en un as de la Luftwaffe, como piloto de pruebas, admirada por el propio Hitler. Y el chico alemán parece que murió en algún momento de la adolescencia. Pero nada es lo que parece.

La historia se cuenta en flashbacks. El tiempo actual es el año 1945, mientras que de vez en cuando se retrocede al momento en que los chicos eran adolescentes en los años 30 y ansiaban en aprender a volar mientras Hitler llegaba al poder. Así, iremos conociendo la realidad de lo que pasó con cada chico poco a poco, al mismo tiempo que avanza la historia en el presente de la historia. En los primeros volúmenes me interesó bastante, puesto que parecía que iba a presentar con realismo esos últimos meses de contienda en Europa. Pero poco a poco deriva en una historia del gusto de los aerotrastornados, una ucrania en la que wunderwaffe nazis, las armas que iban a decidir la guerra a favor de Alemania, parecen realidad, especialmente en la aviación, con capacidad para amenazar incluso el territorio de los Estados Unidos. En ese momento, la historia empieza a desengancharme, y aunque empecé leyéndola con ritmo y ganas, luego me siguió seguir adelante y terminarla. No es una mala historia, está bien escrita y muy bien ilustrada, simplemente que no es un tema que me interesase gran cosa. Como defecto tiene que cae con frecuencia en tópicos sobre la maldad nazi que ya cansan. Como si la realidad tal como fue no fuese ya lo suficientemente mal.

Al final, queda abierta la posibilidad a que haya aventuras futuras de los protagonistas en la posguerra mundial. Probablemente con los soviéticos como enemigos. No lo sé. Ya veremos. Y en principio, no me planteo estar al tanto para seguirlas.

[Libro – historieta] Morgan – Hugo Pratt

Literatura

Sigo bloqueado en la lectura. Por probar diversas cosas, en estas últimas cinco semanas he comenzado a leer cinco libros distintos. Alguno de ellos, nuevas versiones de libros ya leídos que me apasionaron en su momento. Por ejemplo, leer la versión original en inglés de Foundation de Isaac Asimov, aprovechando que estaba viendo la adaptación de la historia, mala adaptación, como serie televisiva. También he intentado alguna obra de autores japoneses, que mis últimas vacaciones me funcionaron muy bien. Pero tampoco. Comienzo a leer, y tras unas líneas o un par de páginas mi mente se distrae en otros pensamientos, sin conseguir concentrarme en la lectura. Pero en esta ocasión es nuevamente Hugo Pratt quien sale al rescate. Pero no con una nueva aventura de Corto Maltés. Esta vez voy con la última obra de Pratt, protagonizada por un antihéroe, un oficial de la marina real británica durante la Segunda Guerra Mundial en el Adriático.

Un trayecto al atardecer en el «vaporetto» que une Burano con Venecia por la Laguna Veneta nos vendrá que ni pintado.

Pratt nació a orillas del Adriático, en Rímini o cerca de Rímini. Como Fellini, que situó en aquella ciudad, durante la época fascista, la maravillosa Amarcord (Yo recuerdo, en el dialecto local). Así que sitúa al protagonista de este fumetto, Morgan, al mando de una patrullera británica en los años de la guerra que siguieron al cambio de bando italiano, entre septiembre de 1943 y el final de la guerra. Y ahí encontramos a este flemático, decidido y estoico oficial realizando labores de cartero y de transporte de personas entre las costas yugoslavas, italianas y albanas, de las zonas ocupadas por unos y por otros, y en medio de una maraña de conspiraciones entre los servicios secretos británicos, los partisanos comunistas de varios de los países ribereños, los partidarios monárquicos de los mismo países, ahora amigos de conveniencia, ahora enemigos declarados,… y de vez en cuando tropezando con alguna guapa e interesante mujer, sobre si la podemos considerar amiga o enemiga, aliada o adversaria… pues todo es según el punto de vista. Y es que el mando de la flota no va a arriesgar a un oficial y su tripulación que de forma tan eficiente realizan sus misiones, enviándoles a misiones heroicas, donde lo más probable es que terminen muertos.

Bari, Trani, Foggia, Pescara, Ancona, Albania, Split, Trieste… y cómo no, Venecia, tan querida a Pratt, y a mí, son algunos de los lugares que visita la patrullera del teniente Morgan. En unos episodios bélicos tan aparentemente anodinos como apasionantes cuando los cuenta Pratt, en un alegato antibélico elegante, donde afloran las hipocresías aparentes o escondidas de las potencias beligerantes, en ese o en cualquier guerra, donde es difícil saber donde comienza y terminan las lealtades y, lo que es peor, donde comienza y termina el objeto de la lealtad. Contada con humor, con un final absolutamente maravilloso a costa de trece motocicletas alemanas BMW, la novela gráfica, pues tal designación merece por su bella narración y por su profundidad, se mueve entre el escepticismo, la nostalgia y una cierta melancolía, que no impide que nos solidaricemos con algunas personas, que nos enamoremos de las mujeres, y mandemos a tomar por donde amargan los pepinos a las «grandes causas», a los políticos, a los mandos militares y, sobre todo, a los fascistas.

Me ha encantado.

[Cine en TV] De slag om de Schelde (2021)

Cine

De slag om de schelde (2021; 69/20211114)

Recientemente se han estrenado o se han anunciado una serie de películas en Netflix que vienen precedidas por expectativas de calidad. Estamos ante aquellas películas de la plataforma que quieren tener opciones en la temporada de premios cinematográficos. Las películas que pretenden dar prestigio a la plataforma. A principio de año, desde la plataforma anunciaron que a lo largo del año iban a anunciar un impresionante número de largometrajes. Lo cierto es que pocos de ellos han despertado mi interés, y los que lo han hecho, con fortuna desigual, pero tendiendo a valoraciones personales bajas. Iremos viendo. De momento, hace unas semanas que me intrigaba este estreno en la plataforma de nacionalidad neerlandesa.

Recorrí en mayo de 1993 esta región, Zelanda, pasando por algunos de los lugares mencionados en la película.

Dirigida por Matthijs van Heijningen Jr., el título original de la batalla es La batalla del Escalda, y corresponde a un episodio bélico de la Segunda guerra mundial de cierta importancia, aunque no sea una de las grandes y famosas batallas del conflicto. Una vez tomado por los aliados el puerto de Amberes, tras el rápido avance por Francia y Bélgica una vez que se hicieron con el control de Normandía, se encontraron con un puerto en buen estado, pero que no podían usar para aprovisionar a sus tropas por estar la orilla neerlandesa del estuario del Escalda en manos de los alemanes. Sin embargo, el empeño de los británicos de ser protagonistas, llevó a que se dejase de lado esta situación en pro de la discutida, discutible y poco apreciada Operación Market Garden. Tras el fracaso en Arnhem, el primer ejército canadiense con algunos refuerzos de otros países iniciaron la ofensiva para expulsar a los alemanes de la región neerlandesa de Zelanda, y dominar el estuario del río Escalda. En modo alguno se considera una batalla desconocida, pero aun así, tanto el título en inglés como el español son La batalla olvidada. Quizá porque los distribuidores pensaron que sería más evocativo para los espectadores que el original en holandés, que tiene mucho más resonancia en los Países Bajos.

En realidad, no se nos cuenta la batalla. Se nos cuentan los avatares de tres personas en los días previos a la misma. Un piloto de planeador derribado sobre las tierras inundadas de Zelanda en los primeros instantes de Market Garden (Jamie Flatters), un soldado holandés alistado en el ejército alemán que, tras una convalecencia de una herida en el frente ruso, es destinado a un trabajo de oficina en la región neerlandesa (Gijs Blom) y la hija de un médico local cuyo hermano comete la tontería de tirar una piedra a un camión alemán que atropella a varios soldados de este país (Susan Radder), y que pretende salvar de la muerte al hermano. Las andanzas de los tres se cruzarán en algún momento antes de o durante la batalla.

La película tiene pretensiones, no está mal rodada y tiene unos buenos intérpretes que luchan con su trabajo por mantenerla a flote. De hecho, no está mal valorada ni por los críticos, que no se han dedicado en masa a ella precisamente, ni por el público votante en IMDb. Pero yo no quedé satisfecho con ella. Por un lado, el paso del tiempo está muy mal marcado, y falsea en exceso la realidad. Por ejemplo, la Operación Market Garden comenzó el 17 de septiembre de 1944, fecha en la que sería derribado el piloto de planeador, mientras que la batalla del Escalda no comenzó hasta el 2 de octubre, ya terminada la anterior operación. Sin embargo, apenas da la impresión de que el derribado soldado pase dos o tres días en la región. Por no hablar de que la propia batalla que da título a la película duró desde el 2 de octubre de ese año hasta el 8 de noviembre, y da la impresión de que gracias a un heroísmo (ficticio) relatado en la película, todo pase en una noche. La geografía de la región, con tierras por debajo del nivel del mar, que fueron inundadas por los alemanes rompiendo los diques de contención del océano hizo que la batalla fuese muy penosa.

También tenemos el problema de que aunque en algún momento parezca que quiere jugar en las grandes ligas de las películas bélicas, se nota mucho que el presupuesto no está al nivel, con reciclaje de escenarios para distintos fines, un muy limitado número de extras que supongo que también van cambiando de uniforme en las distintas fases de la película, y unas escenas bélicas que no pueden ocultar las limitaciones de la producción.

Y finalmente, el propio relato en sí, en el que las tres historias personales que se han de cruzar, lo hacen de forma muy forzada, y sin que haya mucha coherencia interna en las propias historias, que tiran de tópico del cine bélico, y que carecen de auténtica profundidad. Por supuesto, los alemanes son los malos tradicionales del cine bélico que se remonta a los años 50, con una total carencia de matices. En fin, no dejo de reconocerles el esfuerzo por sacar adelante una película digna, pero con la que yo no acabo ni medio convencido. De todos modos, muchos suscriptores de la plataforma de contenidos visuales aficionados al género bélico tal vez encuentren un entretenimiento que les vengan bien en ella.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **