[Recomendaciones fotográficas] Algunas recomendaciones llegadas directamente al correo electrónico

Fotografía

Otra semana en la que he estado demasiado atareado como para prestar excesiva atención a las páginas con novedades o recomendaciones relacionadas con el mundo de la fotografía. A pesar de ello, lo que ha llegado al correo electrónico de las listas de correo de Substack puede venir bien para no dejar vacía esta tradicional sección del Cuaderno de ruta de los domingos. Lo acompaño con algunas fotografías instantáneas realizadas durante el paseo mañanero de ayer sábado, cuyo comentario técnico podréis encontrar en Carlos en plata.

La mayor parte de ellas han llegado a través de PhotoSnack.

Alister Benn, paisajes. Muy elegantes. Muy atmosféricos. A veces con tendencia a la abstracción. Tiene un canal en Youtube que es relativamente interesante e ilustrativo. Lo sigo desde hace pocos meses. Habitualmente trabaja desde Escocia. Lugar privilegiado para esto de la fotografía de paisajes. Denomina a su estilo de fotografía como fotografía expresiva. Pues vale.

Arnaud Montagard, fotógrafo francés afincado en Nueva York. Se presenta a sí mismo con una Mamiya 7, por lo que ya podréis suponer que la fotografía con película de formato medio es lo suyo. Paisajes, interiores intimistas, reportaje reposado. Me gusta bastante. Supongo que como material sensible usa Kodak Portra 400. Es ese estilo de fotografía que me gusta. He comenzado a seguirle en Instagram.

David Burdeny, canadiense. Paisaje, arquitectura, y varios otros estilos. Lo fundamental es el especial cuidado que pone al componer, y el excelente uso que hace del color, siempre sin estridencias.

Julia Dean, norteamericana, fotografía documental. Reportaje. Muy humanista. No le falta el humor. Lo cual se agradece. Incluso si habla de cosas importantes. Muy centrada en lo que pasa en Los Ángeles, pero también se ha movido por el mundo, especialmente en el pasado.

Finalmente, desde su propio boletín de Substack, Dina Litovsky nos habla de un trabajo suyo. Un serie en el que nos muestra a distintos artistas escénicos, músicos, bailarines, actores,… ensayando fuera del entorno teatral. Me ha parecido muy interesante.

[TV] Cosas de series; las series que más me interesan ¿son de la manzana?

Televisión

En estos momentos estoy viendo la segunda temporada de Pachinko. Cuando la termine de ver ya la comentaré, pero tengo la sensación de que, de las series que sé algo, es la mejor en la actualidad. O por lo menos la que más me ha enganchado. A todos los niveles. No la ve mucha gente. Es una producción para la plataforma Apple TV+ que no es la que más público tiene, ni mucho menos. Pero es una de las plataformas que más está basando su oferta en la cantidad por encima de la calidad. Y esto se ha reflejado en algunas de las series que he visto recientemente, y que son de las que más me han gustado en este verano que ya se nos va terminando. Veamos otras tres.

Me sorprendió el anunció por parte de la plataforma de la manzana mordida de la serie Time bandits, mal traducida como Los héroes del tiempo en castellano. Como sucedió hace 42 años con la película de Terry Gillian, con guíon de Guillian y Michael Pallin en cuya historia se basa. Algunos atribuyen aquella película a lo Monty Python… pero no. Sólo tres de sus miembros estaban involucrado, puesto que John Cleese tenía un papel en la misma. Fue una película que no alcanzó los niveles y la repercusión esperada, pero que algunos recordamos con cariño. Con un poco de miedo, pero con la esperanza de que Apple TV+ hubiera cuidado el producto, me dispuse a verla. Y la vi. Al principio con desconcierto. Obviamente era el mismo universo, y con situaciones similares, aunque más políticamente correcta que la película de Gillian y Pallin. Tardé un tiempo en colocarme. Luego me di cuenta que no podía fiarme de mi memoria. Que aquella película era una película familiar, y no el humor satírico de los Python. Aunque hoy en día difícilmente sería concebible que el grupo de bandidos fueran personas con acondroplasia… o como se solía decir, «enanos». Una vez recolocado, las aventuras del nuevo Kevin (Kal-El Tuck) y su valiente hermana Saffron (Kiera Thompson) acompañando a la improbable banda de bandidos del tiempo liderada por Lisa Kudrow, se convierte en un pasatiempo bastante disfrutable. No es perfecto, tiene algunos problemas de ajuste en el ritmo y en los primeros capítulos de la serie, pero es un adecuado entretenimiento familiar, para todos los públicos. Va mejorando conforme avanza la serie.

Sunny parece que es una serie japonesa, también en Apple TV+. Buena parte de los diálogos están en japonés. Pero es una serie norteamericana basada en una novela de un autor irlandés. Entre la ciencia ficción, el género mafioso, y la comedia negra, sigue las aventuras y desventuras de Suzie (Rashida Jones) una mujer norteamericana, casada con un japonés y con un hijo, que de repente ve su mundo venirse abajo, cuando aparentemente fallecen su marido y su hijo en un accidente aéreo. Y se encuentra en Kioto, relativamente sola, aunque tenga a su suegra (Judy Ongg), y sin haberse adaptado al país a pesar de los años, con dificultades con los idiomas. Cuando recibe un robot heredado de su marido, gobernado por una inteligencia artificial. Con el robot, y la ayuda de una joven japonesa (Annie the Clumsy), comienza a investigar las extrañas circunstancias de la muerte de su familia. Es una serie visualmente atractiva, con momentos muy interesantes. Como sucede con otras series de Apple TV+, no es perfecta, pero es más original y más interesante en su planteamiento.

Si las dos series anteriores son interesante, aunque imperfectas, la que me sorprendió muy favorablemente, convirtiéndose en una favorita es Severance. Hace ya un par de años del estreno de su primera temporada, y está prevista para finales de este 2024, o principios de 2025, su segunda temporada. Protagonizada por Adam Scott y Britt Lower, con las presencias, entre otros, de John Turturro, Christopher Walken y Patricia Arquette, nos traslada a un escenario distópico en el que una poderosa empresa farmacéutica ha ideado un proceso por el que una persona puede dividir su memoria en dos compartimentos estancos. El de las vivencias en su entorno laboral y el de las vivencias fuera de su entorno laboral. El protagonista ha tomado la decisión de entrar a trabajar y adherirse a este proceso para sobrellevar la muerte de su esposa. Pero tras el abandono de un compañero de trabajo y su misteriosa muerte, empieza a investigar. Visualmente muy atractiva, las actividades de los trabajadores en la empresa y el funcionamiento de la misma entra en el ámbito de lo absurdo. Un escenario aparentemente idílico, pero que suscita múltiples cuestiones éticas y políticas. El desarrollo de la trama está muy bien dosificado para llegar a un clímax en su últimos episodio que sorprende en gran medida y deja ganas de más. Imprescindible.

[Viaje] En el norte de Alemania con película fotográfica (II)

Viajes

Segunda entrega de fotografías realizadas con película fotográfica durante la escapada de mitad de agosto a Hamburgo y otras ciudades y localizaciones del norte de Alemania. Si hace unos días eran los pequeños fotogramas de una Olympus de la serie Pen, hoy vamos con el blanco y negro de otra cámara tan compacta como la anterior, pero que nos ofrece una superficie sensible aprovecha que más que dobla los fotogramas de la anterior. Eso sí, donde con la anterior obtenemos 72 fotos, aquí obtenemos 36. Pero con mayor nitidez y capacidad de ampliación.

La combinación de cámara y película fotográfica de estas fotografías ya es tradicional en mis viajes. Pero, a pesar de que he hablado muchas veces de ella, les he dedicado una publicación en Carlos en plata en la que explico los motivos por los que considera que es adecuada, un compromiso idóneo para mis viajes en calidad y versatilidad, con prácticamente nula repercusión en la salud de mis cervicales. Os invito a leerla si os interesa la parte más técnica de la fotografía. Si no, aquí os dejo algunas fotografías.

[Cine] Beetlejuice Beetlejuice (2024)

Cine

Beetlejuice Beetlejuice (2024; 46/20240907)

Después del día de excursión a Sigüenza el viernes, el sábado me levanté al ralentí. Sin muchas ganas de apresurarme por nada. Sin tareas domésticas pendientes que requirieran necesariamente mi atención, simplemente a pasar un día relajado. Cuando sonó el aviso de llegada de un mensaje proponiendo una matinal cinematográfica. La segunda parte de una de las películas más divertidas que recuerdo. No un películón ni nada por el estilo, sino una comedia para pasarlo realmente bien, con personajes entrañables y buenas actuaciones. Un recuerdo agradable de las visitas a las salas de cine cuando éramos veinteañeros e íbamos en grupo de amigos. Antes de decir que sí a esta segunda parte, revisé lo que decían los comentarios y las críticas. Es que estaba realmente vago, y para motivarme necesitaba argumentos.

No tenía nada claro que fuese necesaria un secuela de aquella película 35 años más tardes, cuando fue una película que quedó redonda y cerrada. No me fío de la películas que tienen toda la pinta de ser un sacaperras basado en la nostalgia. Y, últimamente, no me fío de Tim Burton. Director que en los años 80 y 90 me parecía estupendo y necesario… pero que ya no tanto. El caso es que la mayor parte de los voceros habituales, críticos y comentaristas de la cosa cinematográfica alababan la película. Bien es verdad que mi lugar de referencia, el más fiable que tengo, aunque no sea perfecto, no se ha pronunciado al respecto. En fin. Que me apunté. Fui a ver la película. Versión original. 12:30 del mediodía. Poca gente en el cine. Pero era un sábado. Y versión original… en Zaragoza,… donde la gente suele tener alergia a los productos cinematográficos no adulterados.

Y la frialdad del ambiente en la sala se nos contagió enseguida. En ningún momento nos animamos. Algunos de los personajes significativos de la primera película, como la entonces adolescente (Winona Ryder) convertida en madre de otra adolescente (Jenna Ortega), con conflicto intergeneracional incluido. Y los escenarios y dinámicas que, supongo, se esperaban. Ciertamente, la historia que cuenta es lo de menos. La película es un vehículo para rescatar al entrañable diablillo Beetlejuice (Michael Keaton) y para repetir uno tras otros, vengan a cuento no, los mismos gags que hicieron célebre la película original. Un ejercicio de nostalgia vacío, porque sí, donde incluye una subtrama con un malvado que está mal encajada y que se resuelve sin especial emoción y sin que trascienda en lo más mínimo. Ni siquiera la referencia al Day-O de Harry Belafonte, una de las escenas que más me ha hecho reír en mi historia cinéfila, me animó lo más mínimo.

No entiendo que pintan nombres como Monica Bellucci o Willem Dafoe, qué necesidad tienen con su prestigio acumulado, para participar en esta película. Ni aportan, ni suponen diferencia. Cualquiera podría haber hecho lo que hacen. Así que… globalmente considerada, esta película me ha dejado frío, sus gags humorísticos no me generaron me parecieron repetidos, ya vistos, previsibles, y me parece una película absolutamente superflua, por mucho que esté correctamente realizada y poco más. Desconozco por qué ha generado la aprobación general de la crítica. Puedo entender mejor el éxito de público… porque quizá esperábamos repetir la experiencia de hace 35 años.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: ***
Valoración subjetiva: **

[Libro] Plagues and Peoples – William H. McNeill

Literatura

Leí por primera vez este libro del historiador William H. McNeill en 1990 en su versión traducida al castellano, Plagas y pueblos. En aquellos momentos yo era un médico residente en la especialidad Medecina preventiva y salud pública, y me encontraba cursando el curso del Programa Superior de Salud Pública de la Escuela Nacional de Sanidad en Madrid. Lo que hoy se diría, y ya entonces se podría haber dicho, un máster de posgrado en Salud Pública para profesionales de la salud. Pero esta escuela no pertenecía a una universidad sino al Instituto de Salud Carlos III, dependiente del Ministerio de Sanidad, o como se llamase entonces, y no había encontrado del todo su punto y su sentido. En cualquier caso, yo era un joven profesional de la medicina en formación, muy ilusionado con lo que aprendía. Y además, siempre me ha gustado la historia. Por lo que leer un libro que combinase mis conocimientos profesionales de epidemiología con una visión histórica de la epidemias a lo largo de la existencia del ser humano sobre la faz de la Tierra, no sólo me gustó. Me entusiasmó. En muchos aspectos, aquel libro marcó mi forma de pensar como profesional y como persona en varias dimensiones.

Comentaba recientemente el «Decamerón» de Bocaccio, que transcurría en Florencia durante la pandemia de peste bubónica del siglo XIV. Así que fotográficamente nos trasladaremos a la capital toscana.

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Pero de aquello han pasado 34 años, o lo que es lo mismo, 34 años más uno previo a la lectura del libro de actividad profesional, muchas vivencias, tres pandemias, la del sida, la de la gripe de 2009-2010, y la de la covid-19. Sí. Tres. No sólo, una la del coronavirus. Tres. Y una de ellas, la de sida, con más muertos. Aunque nunca ningún patriota haya puesto crespones negros en las banderas por los muertos de esa pandemia. Y un par más que he vivido en mi vida desde que nací. Que por ahí ha ido pululando una pandemia de cólera, la séptima pandemia de esta enfermedad, que comenzó en los años 60 en las islas Célebes de Indonesia. Y la pandemia de 1968 de gripe de Hong Kong, que afortunadamente no fue muy agresiva, la menos agresiva de las tres del siglo XX. Pero todas ellas han tenido su impacto en mayor o menor medida de en el devenir histórico de la humanidad, aunque no siempre sea evidente, ocultas tras otras noticias más llamativas como guerras, catástrofes naturales, revoluciones y otras cosas. McNeill, en su libro de 1976 hacía una contribución temprana, profunda e importante al papel de las epidemias en la historia del ser humano, tan ignorada por tantos historiadores hasta el momento.

Después de pasado lo peor de la pandemia de covid-19 ha sido el momento adecuado de releer el libro. En su versión original, en inglés. Me gustaría pensar que no es necesario argumentar en estos momentos la importancia y el impacto de las epidemias y los fenómenos de salud y enfermedad en las poblaciones humanas. Me gustaría. Pero a pesar de la reciente pandemia, la memoria de los seres humanos es débil, y para muchos ya está casi olvidada, y ha quedado meramente como una anécdota más en sus vidas, de esas que en las conversaciones de amigos se comentan alegremente se comentan con el «¿Te acuerdas de lo que hacías cuando… (el Apolo XI llego a la luna, el golpe de estado del 23-f, los juegos olímpicos de Barcelona, el atentado de las Torres Gemelas, la pandemia de covid)?» Pues ese tipo de cosas. Para mí, volver a leer el libro ha sido importante. Ya no soy un joven profesional en formación. Soy un profesional que ya mira de cerca el final de su vida profesional. Con experiencias que han traído unas cuantas alegría, pero también unas cuantas cicatrices, desilusiones o desengaños. Qué ha ido aprendiendo a mirar con sentido crítico los acontecimientos. Que conoce bien el impacto de los fenómenos de salud y enfermedad no sólo en las personas, sino en los colectivos, en las comunidades, en las naciones y también a nivel global. Que sabe que no sólo importan las enfermedades infecciosas a las que McNeill dedica su libro, sino también las enfermedades crónicas, las enfermedades asociadas a los estilos de vida, las enfermedades condicionadas por los determinantes sociales, como nivel socioeconómico, cultura, pertenencia a grupos o minorías étnicas, riesgos profesionales, o riesgos ambientales. Por mencionar las más importantes.

No voy a detallar el contenido del libro. Es demasiado amplio. Las relaciones parasitarias en los humanos primitivos cazadores-recolectores en el África de origen y en su diáspora por todo el mundo. El surgimiento de la agricultura y la ganadería y las nuevas relaciones microparasitarias (infecciones e infestaciones de origen zoonótico) y macroparasitarias (aparición de clases militares, aristocráticas y religiosas). La emergencia periódica de nuevas infecciones algunas de origen desconocido como la peste de Atenas, o las que inspiraron las 10 plagas de Egipto en la Biblia, las exantemáticas como el sarampión y la viruela que impactaron en el Imperio Romano, y no digamos cuando los españoles llegaron a América causando una enorme mortandad, la peste bubónica en la edad media, la sífilis a partir del siglo XVI, el cólera épocas relativamente modernas,… y otros ejemplos. Quizá el episodio más poderoso es la llegada de los europeos al continente americano. ¿Cómo puede ser que tantos crea que los varios cientos de aventureros españoles que llegaron con Hernán Cortés o Pizarro pudieron acabar con los imperios con millones de súbditos de Méjico y Perú? Evidentemente fue la tremenda mortandad debida a las enfermedades importadas las que sitúo a los nativos americanos en situación de debilidad e inferioridad. Las cifras de muertos son estremecedoras y fueron debidas a las armas. Y desde luego no a la galanura, valentía y arrojo de los conquistadores, que se las habrían visto de otro color sin la ventaja epidemiológica.

También es cierto que ha habido avances científicos en las últimas décadas que hacen que algunos de los planteamientos de McNeill hayan quedado desfasados. Pero no voy a entrar en ellos. Tendrían un carácter demasiado específico. Propio de lo que es mi profesión y área de conocimientos específico en la que he trabajado durante toda mi vida profesional. Más o menos. Y este Cuaderno de ruta es muy generalista. De hecho, tan apenas tan apenas hablo de mi actividad profesional. Probablemente esta es una de las entradas de este blog en la que más me he definido. En cualquier caso, me alegro de haber vuelto a leer este libro de historia de la humanidad desde el punto de vista de sus relaciones con las enfermedades infecciosas epidémicas. Y, aunque sin duda me aprovechará más que al lector promedio por mis conocimientos relativamente avanzados en el ámbito de la epidemiología, puede ser leído por muchas otras personas. Es más profundo que un libro de mera divulgación histórica. Pero los ámbitos, temas y acontecimientos que trata lo pueden hacer recomendable a un público mucho más amplio de lo que podríamos pensar. Y es que, efectivamente, es muy recomendable. Quizá si McNeill no hubiese fallecido ya a la provecta edad de 98 años en 2016, hubiese convenido una actualización, en conceptos y visión tras lo acontecido en los últimos 50 años. Habrá que revisar que autores han cogido el testigo en este tiempo.

[Viaje] En el norte de Alemania con película fotográfica (I)

Viajes

La semana pasada ya me llegaron revelados los negativos con las copias digitales de las fotografías sobre película tradicional que hice en la escapada a Hamburgo y otras localizaciones del norte de Alemania a mitad de agosto. La verdad es que lo pasé bien, desde el punto de vista fotográfico, utilizando cámaras y tipos de película menos habituales durante el viaje. De forma más lúdica, más espontánea, pero con pocos compromisos reales sobre la calidad final de la imagen.

En esta primera entrada de las tres que dedicaré a estas fotografías recojo fotografías realizadas con la pequeña Olympus Pen EE3, una cámara de medio fotograma, permite hacer 72 fotografías en un rollo de 36 exposiciones, sobre película para negativos en color. La reflexión técnica fotográfica la encontraréis en la tradicional publicación en Carlos en plata. Aquí, como de costumbre os dejo algunos ejemplos de fotografías realizadas.

[Recomendaciones fotográficas] Solidaridad, prejuicios, fauna, personas mayores y personas que fuman

Fotografía

Este domingo tengo para revisar unas cuantas recomendaciones fotográficas potencialmente interesantes. Muy variadas y de diversos orígenes. Vamos con ellas. Acompaño con algunas fotos de las tomadas al amanecer durante el mes de agosto, con el objetivo TTArtisan 17 mm f1.4 APS-C.

La NPR es la cadena de emisoras de radio públicas de los Estados Unidos. Y ofrece buenos materiales de vez en cuando. Tiene un blog, The Picture Show, que nos muestra interesantes propuestas fotográficas, reportajes fotográficos, ocasionalmente. Y esta semana tengo dos.

Por un lado, el artículo sobre la atención sanitaria a las personas mayores, con fotografía de Tim Evans, que nos habla de la crisis de la escasa cobertura de sanidad pública a través de proveedores privados que ofrece el gobierno estadounidense. Una cobertura que desaparece cuando estos proveedores abandonan las zonas rurales, con baja densidad de población y de potenciales beneficios. Como sucede en muchas partes del mundo, especialmente en países desarrollados, estas zonas rurales están envejecidas demográficamente, por lo que la población necesita cuidados y tiene grave riesgo de entrar en una situación de vulnerabilidad.

Por otro lado, las fotografías del fotógrafo David Herasimtschuk, que se ha introducido en los bosques primarios de Norteamericanos, buscando las relaciones entre seres vivos, especialmente de la fauna con su entorno, en unos ecosistemas prácticamente intactos, y muy vulnerables a la acción desestabilizadora del ser humano. Fotografías hermosas a la vez que de gran fuerza documental, en las que aplica aquella frase de Robert Cappa de que si una fotografía no es suficientemente buena es que no estás lo suficientemente cerca. Y Herasimtschuk se acerca mucho a sus sujetos. Su principal forma de trabajo es el fototrampeo, por lo que el uso de grandes angulares es de rigor.

Si hay algo que me pone de los nervios es el uso del tabaco por muchos fotógrafos a la hora de retratar personas, especialmente mujeres, con el fin de darles un aspecto atractivo. Parece que son gente bastante casposa que todavía piensan que si no te matas con un cigarrillo no tienes personalidad. Una falta de imaginación total y absoluta, impropia del conocimiento que hemos adquirido a estas alturas del siglo XXI, y que desgraciadamente está tremendamente extendido. Pero hay algunas honrosas excepciones, como el fotógrafo japonés Chikara Umihara, que nos ofrece fotografías muy directas de personas en su jornada laboral fumando, mientras se desplazan por la ciudad, en los descansos de su jornada laboral… poco o nada glamurosas, al contrario, mostrando la alienación y el estrés de la vida cotidiana. Y es que siempre hay fotógrafos que entienden de qué va la cosa. Lo hemos visto en ASX.

Cuando representamos a la mujer musulmana en estos tiempos que corren, inmediatamente imaginamos un estereotipo con la cabeza cubierta, con un determinado tipo de atuendo de hechuras holgadas, que oculta las formas del cuerpo femenino, y generalmente, desde el punto de vista de los europeos y sus derivados en América y Oceanía, crítico. Pero lo yemení Boushra Almutawakel ha querido dar una visión distinta del mundo y la apariencia de la mujer musulmana. Con propuestas muy interesantes. Lo encontramos en el correo electrónico, remitido por PhotoSnack.

Finalmente, una propuesta de Magnum Photos en colaboración con la cadena de tiendas de ropa y complementos UNIQLO (ユニクロ en realidad, pronunciado yunikuro). Denominada Peace for All, ha desplazado a tres fotógrafos de prestigio a tres lugares del mundo, a lugares donde trabajan organizaciones no gubernamentales, donde han recogido fotográficamente las actividades de estas organizaciones. Hoy no voy a entrar los dilemas éticos de las campañas de responsabilidad social corporativa de las empresas. Me centraré en el trabajo fotográfico, que me parece interesante. Los tres fotógrafos son las siguientes. Olivia Arthur, que se desplazó a Bucarest en Rumania, a un centro de acogida para niños y familias ucranianas desplazados por la guerra. Cristina de Middel, que se desplazó a Vietnam, donde se trabaja en la protección de jóvenes y adolescentes víctimas de matrimonio forzoso en edades infantiles o tempranas, pertenecientes a minorías étnicas. Finalmente, Lindokuhle Sobekwa, el único hombre, el único no europeo y el único que no es blanco, que se desplazó a un campo de refugiados, familias somalíes, que se vieron en la necesidad de abandonar sus hogares por las inundaciones debidas a precipitaciones de lluvia extremas.

[Viaje] En el día, a Sigüenza y su ciudad medieval

Viajes

En estos últimos años, en los que la gente que ya tiene unos años empieza a tomarse el trabajo con más relajo, tenemos una serie de fechas, más o menos fijas en el calendario, en las que un grupo de amigos quedamos para hacer un viaje en el día a alguna población accesible por transporte público, preferentemente el tren, desde Zaragoza. El tren… no porque sea rápido y eficaz… quitando la alta velocidad, pensada para que la gente de provincias vaya a Madrid, el resto de la red es una calamidad. Pero bueno, es un medio de transporte en el que es fácil conversar y convivir. Mejor que los autobuses o el coche particular.

Sobre lo del tren… La línea de ancho ibérico que una Zaragoza con Madrid, línea principal antes de la entrada en funcionamiento de la línea de alta velocidad, tiene una densidad de tráfico bajísima. No tendría que haber problemas para que los trenes mantuviesen sus horarios de marcha. Sin embargo, en mis últimas experiencias en la misma, siempre cogen cinco o más minutos de retraso. Ayer, el tren de ida, que venía de Lérida, lo cogí en Miraflores más o menos en hora. Pero llegó a Sigüenza, nuestro destino, con veinte minutos de retraso. El tren de vuelta, que venía de Madrid-Chamartín, llegó a la población castellana con siete minutos de retraso. Por lo menos no cogió más. Mantuvo el retraso hasta Miraflores, donde me bajé. Lo peor es que en los últimos tiempos también es habitual que los trenes de alta velocidad lleven cinco o más minutos de retraso. Los cuatro últimos que he cogido llegaron a destino con entre cinco y veinte minutos de retraso. ¡Qué tiempos cuando Renfe se comprometía a devolverte el dinero del billete si el AVE llegaba con más de cinco minutos de retraso! Y soy consciente que hacían trampa, porque los tiempos de marcha programados eran muy holgados, por lo que les resultaba fácil recuperar los posibles retrasos. Ni me voy a molestar en sorprenderme que el viaje dure casi tres horas.

Pero vamos a lo sustancial, el destino, Sigüenza, en la provincia de Guadalajara. Es la tercera vez que la visito. La primera fue una experiencia desagradable. Verano. Estábamos de paso, después de llevar en el coche a un familiar a coger un avión en Barajas. Decidimos parar a visitar la ciudad medieval. Era verano. 35 ºC a la sombra. Íbamos decentemente vestidos con unos polos de manga carta y unas bermudas muy apañaditas. Lo propio de la época. En algún momento de 1996 o 1997. No nos dejaron entrar en la catedral porque no íbamos «decentemente» vestidos. Algo así me paso la primera vez que pretendí visitar la catedral de Toledo. Un absurdo absoluto, «digno» de unos clérigos que no es que no esté en el siglo XXI. Es que se han quedado en los tiempos de Torquemada. Nos fuimos inmediatamente, cambiamos la intención de visitar la ciudad y comer en algún restaurante de la misma, por otro destino. La segunda fue mejor, en 2007, de regreso de conocer el tren de Arganda. Qué sorpresa que el sitio web, Trenes de ayer y hoy, que hice para hablar de ferrocarriles históricos todavía esté en pie. Pensaba que habría desaparecido. Entonces sí que pudimos visitar la catedral. Pero no vimos mucho más, aparte de subir a tomar algo al castillo-parador nacional.

En esta ocasión, todo ha sido todavía mejor. Y aquí os muestro algunas fotografías de las realizadas ayer, con una pequeña cámara digital. El tiempo fue excelente. Fresco para la época, no pasó de 24 o 25 ºC. Pero despejado, con la atmósfera limpia, y algunas nubes algodonosas en el cielo. Muy tranquilo. Pensaba que habría más visitantes. Pero no. Muy poquitos. La ciudad merece más atención. Pero quizá el hecho de que haya que ir de propio, o hay que desviarse, la penaliza. Supongo que los fines de semana sí que estará muy animada. Recorrimos a conciencia el centro histórico medieval. Y en las casi seis horas que estuvimos nos dio para visitarlo de forma relajada, tomándonos nuestro tiempo para comer y para hacer alguna parada para tomar algún café o cerveza. Muy bien. Un lugar muy recomendable. Una bonita excursión en el día desde Zaragoza. A pesar de que pasas tanto tiempo en los trenes, como visitando la ciudad. Es lo que hay con los transportes públicos en este país. Salvo si vas a Madrid por la alta velocidad, con los potenciales costes asociados, son cutres.

[TV] Cosas de series; intrigas políticas ahora y en el siglo XVII

Televisión

Aunque creo que en la península de Corea, en el siglo XVII, no sabían que estaban en el siglo XVII. Llevaban otra cuenta de los años. El verano ha sido flojo para la series surcoreanas. Ahora, con las que voy siguiendo, estoy más entretenido. Pero últimamente no atinaba a ver algo que fuese más allá de un gulty pleasure sin mucha calidad real. Vamos con las dos últimas series que he terminado de ver. Hay una más, pero prefiero comentarla en otra entrada. Es más especial. Y es realmente buena.

The K2, en inglés en el título original, es una serie ya viejuna, de 2016, que se puede ver en Netflix. Y se notan los años. Por algún motivo, a pesar de que no han pasado ni diez años desde su estreno, hay mucha diferencia entre la realización de las series surcoreanas de aquella época y las actuales. Aquellas eran más cutres, incluso cuando tenían pretensiones, como esta. Mezcla la acción, con el romance y el drama político. Un antiguo militar de operaciones especiales (Ji Chang-wook) reconvertido en mercenario al caer en desgracia, para después pasar a la clandestinidad cuando le inculpen falsamente de unos crímenes en Irak, acaba convertido en el guardaespaldas de la hija de un político que aspira a la presidencia. Y que es manejado por su esposa, que no es la madre de la chica, que es una ambiciosa mujer de una familia chaebol maquiavélica y sin escrúpulos, que controla como un ejército privado una empresa de seguridad. Todo es muy excesivo, hasta llegar casi al ridículo. Y a la vez entretenido. Un verdadero guilty pleasure. Lo mejor,… la mala (Song Yun-ah). Lo peor, la interpretación de la chica (Im Yoon-ah). Por lo demás, un culebrón con mucha acción que, globalmente considerado, no tiene mucho sentido y pone en crisis constantemente la suspensión voluntaria de la incredulidad del espectador. Y sale Barcelona.

Joseon RoKo – Nogdu jeon [조선로코-녹두전, Una comedia romántica de Joseon – la historia de Nokdu], conocida en inglés como The tale of Nokdu (la historia de Nokdu), es una serie de época que nos traslada a las primeras décadas del siglo XVII, tras las guerras con los japoneses, cuando estos invadieron la península de Corea. Algunos personajes de la historia están inspirados y llevan el nombre de figuras reales de la historia del país, pero lo que se cuenta es total y absolutamente ficticio, como se indica en la presentación de cada episodio. Nokdu (Jang Dong-yoon) es el hijo del rey, que este mandó matar porque una profecía le decía que perdería el trono por él, pero que fue salvado y vive en la clandestinidad con un antiguo general del ejército en una isla. Tras un ataque a la isla con intento de asesinato de toda la familia con la que vive, huye a la península, y se refugia, disfrazado de mujer, en un pueblo de mujeres viudas, refugiadas para evitar la costumbre de matar a la viuda cuando muere el marido, para evitar la «deshonra» de la familia de este. Allí conoce a una joven (Kim So-hyun), hija superviviente de una familia que sufrió las purgas del rey, y que quiere asesinarlo. Y se mezclan también con un príncipe real, el hermano del rey (Kang Tae-oh). Ambos hombres pretenden a la joven y se plantea una rivalidad.

Durante la primera mitad de la serie, esta se mueve en el ámbito de la comedia romántica y el enredo, con las confusiones por la falsa identidad femenina del protagonista, conocida sólo por muy pocos. Y es bastante entretenida y divertida. No es nada del otro mundo, no es algo que no se haya visto con antelación, pero los personajes caen bien, está bien realizado y es simpática. A la mitad de la serie, el tono de la misma cambia, se convierte en un drama político, con un tono mucho más oscuro. Y el interés decae. Porque la situación de conflicto se extiende demasiado para lo que se cuenta. La primera mitad es episódica, y no importa que se extienda, pero la segunda mitad conlleva el desarrollo y resolución de un conflicto concreto. A mí se me hizo pesado. Y de hecho, para ver los cuatro últimos episodios de los dieciséis que componen la serie pasó más tiempo que para ver los doce previos. Se puede ver en Netflix, y también tiene unos años, no tantos, es de 2019. Esperaba más de esta serie.

[Cine] MaXXXine (2024)

Cine

MaXXXine (2024; 45/20240829)

Todavía no tengo muy claro porqué acepté ir a ver esta película. Bueno… de alguna forma sí lo sé. No encontré en toda la semana otra ocasión de ir al cine, y si quería ir con gente tenía esta opción… o ir a ver otras cosas, pero sólo. Y tampoco encontré en la cartelera muchas alternativas claras que realmente me apeteciese ver. Así que acepté la invitación. Es la tercera entrega de una trilogía dirigida por Ti West, con Mia Goth como protagonista, que empezó con una película que sí vi, y que me dejó un tanto frío. Hubo una segunda película, una precuela, que no vi, dado el antecedente, y que recibió muchas alabanzas de crítica y público, creo. Y fue este antecedente y las alabanzas que la película actual estaba recibiendo las que me animaron, no sin cierta reticencia, a sumarme a la sesión de cine.

Lo más cerca que he estado de Los Ángeles, donde transcurre la película, es San Francisco. Pero eso sí, lo ilustro con el toque setentero de usar fotos realizadas con la Kodak Pocket A-1 y película en formato de cartucho 110.

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Típico producto de A24, productora cada vez más grande e influyente, aunque juegue a pequeña e independiente, y que sigue haciendo propuestas atrevidas, en ocasiones agresivas. Tanto en cine como en televisión. Con el mismo personaje protagonista que en las anteriores, la actriz pornográfica de éxito Maxine Minx (Goth), que se plantea el salto al cine comercial de la mano de una directora (Elizabeth Debicki) que ha dado el pelotazo con alguna película éxito de taquillo, pero que quiere demostrar que también pueden hacer buen cine. Pero las cosas no van a ser sencillas. Algunas chicas del entorno de Maxine o de la película desaparecen o son asesinadas. Se habla de un asesino en serie. Y su pasado en Tejas (lo que se ve en la película inicial de la trilogía), parece alcanzarle. Pero a estas alturas Maxine sabe cuidarse por sí misma.

La película sigue con la misma fórmula. Unos malos se meten con la chica equivocada. Una cuidada imagen que evoque las películas de los años 70 y 80. Y una mezcla de violencia y sexo, especialmente violencia más que sexo, ya que la cosa de la pornografía funciona más como macguffin que como tema de las películas. Con un reparto razonablemente competente, aunque tampoco hay maravillas de la interpretación. El problema es que me resulta muy previsible dados los antecedentes. Es obvio como van a ir los derroteros de la película en rasgos generales. El esquema estaba marcado de antemano.

Estamos ante una película de género, que satisfará a los aficionados al mismo. Pero que no va gran cosa conmigo. Por eso, al igual que me sucedió con la primera entrega de la serie, el resultado final me deja frío. Si a la previsibilidad del argumento sumas una falta de empatía o de cualquier otro sentimiento de afinidad o rechazo ante los personajes que desfilan por la pantalla… pues estuve constantemente a punto de salirme por completo de la película. Si no sucedió es porque tampoco hay que tener mucha concentración para seguirla. Está razonablemente bien hecha, sin ser la maravilla de la que algún comentarista habla, gustará a determinado tipo de público, pero no es lo mío. Es lo que hay.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: ***
Valoración subjetiva: **

[Libros] Serie «Une clochette sans battant» – Aki Shimazaki

Literatura

Hace unas semanas ya inicié mi comentario sobre la cuarta serie de cinco novelas cortas de Aki Shimazaki; Un clochette sans battant.

(El enlace a la biografía de Shimazaki lleva a la versión en lengua francesa de Wikipedia. Podría haber puesto los de la versión en español y en inglés, más comprensibles para más personas, pero muy regulares en cuanto a la información que proporcionan).

Si resumo lo que he contado hasta el momento de esta cuarta serie, he publicado hasta el momento dos reseñas. La primera fue la de la versión traducida al castellano de la segunda novela corta de la serie; que fue publicada por Tusquets, no sólo antes que la primera, sino también antes de que Nórdica publicase buena parte de las novelas cortas de la tercera trilogía. A su vez, Nórdica también publicó los libros de L’ombre du chardon, la tercera pentalogía, en cierto desorden. Y su último volumen apareció en el mercado… ayer. Cuando Tusquets lleva ya dos volúmenes de la última serie. Un caos, un desorden, en parte provocado por los cambios de adquisición de los derechos de la obra de Shimazaki en España, que han pertenecido a tres editoriales, Lumen, Nórdica y Tusquets, en parte por la falta de seriedad en general de la industria editorial española. De ahí, que yo ya me pasase sin dudarlo desde L’ombre du chardon a las versiones originales en francés. La segunda reseña fue la de hace pocas semanas.

Tomé la decisión de releer en idioma original la segunda novela corta, por lo que al final, además de Suzuran (lirio de los valles o muguete, Convalaria majalis), que me sirvió para introducirla en estas páginas, la serie consta también de las novelas cortas,

  • Semi (cigarra).
  • No-no-yuri (lirios del campo).
  • Nire (olmo).
  • Urushi (árbol de la laca).

Los protagonistas de cada uno de los libros son distintos miembros de la familia Nire, que viven o vivieron entre Matsue y Yonago, en la región más occidental de la isla de Honshū, a orillas del mar de Japón. En Suzuran la protagonista es Anzu, como ya comenté, la hija mediana de los Nire. En Semi, los protagonistas son los dos ancianos padres, que viven en una residencia de ancianos, como consecuencia del Alzheimer de la esposa. Los hechos transcurren después de los que se cuentan en Suzuran. En No-no-yuri volvemos al pasado, los hechos suceden antes de Suzuran, en Tokio, y la protagonista es Kyokō, la dinámica, independiente y hermosa hija mayor del matrimonio. En Nire, el protagonista es Nobuki, el hermano menor, que deberá afrontar la sorpresa del origen de su nacimiento. Es posterior cronológicamente a las anteriores; los personajes como el protagonista y su hermana, que tenían treinta y tantos en las anteriores, han entrado en la cuarentena. Y finalmente Urushi, que se centra en Suzuko, y en menor medida, pero de forma importante, en su hermano adoptivo Tōru. Su lugar cronológico sería la actualidad, unos dieciocho o diecisiete años, según como lo veamos, desde el principio de la saga. Suzuko es la hija biológica de Kyokō, adoptada por su tía Anzu, de quien es hijo Tōru. Por lo tanto, como ya indicaba en la reseña anterior, estamos ante una reflexión amplia de las relaciones de familia.

Los temas principales son la confianza, el engaño, el perdón y la solidaridad entre los miembros de una familia. También es un tema importante la independencia de las personas para seguir con su camino, rompiendo con las costumbres de la familia tradicional japonesa, que imponían determinados sacrificios a hijos/hijas y nueras/yernos respecto a sus padres. El aspecto externo es el de una familia normal. De una ciudad de provincias. Que no han sufrido penurias económicas. Los hijos se han educado y han hecho su vida. Cada uno con su propia personalidad y preferencias. Pero mientras que los padres tuvieron un matrimonio concertado, por miai 見合い, llevando una vida funcionalmente correcta, pero emocionalmente deficiente, en la que no faltaron las traiciones como sustitutas de esas deficiencias emocionales, los hijos han tomado sus propias decisiones, con sus errores y sus aciertos. Y que han afectado también a las relaciones entre ellos y con sus padres. Pero a la larga, domina el sentido de responsabilidad y solidaridad, y el apoyo mutuo entre los miembros familiares. A veces, de forma casi demasiado perfecta. Frente al desasosegante final de la pentalogía L’ombra du chardon, el último libro de esta serie, con la adolescente Suzuko como protagonista, es muy optimista. Al final las cosas encajan. De forma casi demasiado perfecta.

Globalmente, las cinco novelas presentan sinergias importantes. Y aunque se pueden leer por separado de forma independiente y con sentido, la suma de todas ellas, leídas en el orden en que se publicaron en Canadá, son más que la suma de sus partes. Realmente, y por eso he decidido hacer el comentario conjunto, me cuesta difícil a toro pasado entender estas cinco novelas cortas como obras independientes, y tiendo a contemplarlas como una gran novela familiar en cinco partes. Tiene más sentido. Por lo demás, la lectura del francés de Shimazaki es agradable, fluida, y cojo siempre sus libros con interés. Me duran poco. Y me parecen, en general, muy recomendables. Una de las pegas que le puedo poner a alguna

[Fotos] Paseando el Ebro en el infrarrojo

Fotografía

Ya lo he comentado en alguna ocasión. La fotografía en infrarrojo es para el verano. Abundancia de luz durante muchas horas. Entre ella, aunque no la registre nuestra visión, abundancia de radiación infrarroja. Que es reflejada intensamente, aunque no lo sepamos ver, por las abundantes hojas verdes de las plantas. Mientras que el cielo o las superficies de agua quedan oscurecidas por su incapacidad para reflejar o dispersar estas longitudes de onda. Sin embargo, en los últimos tiempos, no había salido tan apenas con material sensible al infrarrojo. Hace unas semanas lo hice.

Los avatares que sufrí para ello, debido a mis despistes, los narro en la publicación correspondiente de Carlos en plata. Pero en general,… acabé contento. Pasado el «sofoco» inicial del despiste inicial que me impidió usar el trípode, que me hubiese generado paz de espíritu, la cosa fue razonablemente bien. Os dejo aquí algunos ejemplos de esa mañana de verano. En el infrarrojo cercano. Como los telescopios espaciales, que también observan en el universo en esta longitud de onda para descubrir los misterios del pasado remoto de nuestro universo, cuando era un universo jovencito.