[TV] Outcasts,… cuando la colonización estelar es algo más difícil de lo que cuentan…

Televisión

Y mantener las audiencias con una serie de ciencia ficción también. Porque justo cuando me veía el octavo y último episodio de la primera temporada de esta serie británica, Outcasts, me enteraba que es muy posible que sea el último y definitivo. Que la cancelan. Veamos un poco de qué ha ido.

Línea argumental

De una forma tremendamente optimista y pesimista al mismo tiempo, la acción sucede a mediados del siglo XXI en un planeta llamado Carpathia a una distancia de cinco años de viaje de la Tierra, donde una serie de colonos han establecido una ciudad, Forthaven, en un intento de preservar la especie humana, en peligro por las catástrofes ambientales y de todo tipo que ponen en peligro la supervivencia en el planeta madre. Optimista por la idea de que en un plazo de pocas décadas puede estar resuelto el viaje interestelar, por peligroso que lo pinten. Pesimista por la idea de que queda tan poco tiempo para que la especie humana mande su planeta madre a la porra.

A partir de ahí, en los ocho episodios de esta temporada van apareciendo una serie de líneas argumentales. La existencia de unos humanos de diseño que deberían haber muerto pero que están por ahí, y están enfadados. Conflictos políticos e interpersonales dentro de la ciudad. Descubrimientos de la existencia de seres similares a los humanos en el pasado del planeta. Aparición de una inteligencia misteriosa que pone en jaque a los humanos. Llegada de una nave no esperada de la Tierra con aviesas intenciones respecto a la población actual. Etcétera.

Cada capítulo tiene una historia propia al mismo tiempo que va presentando y va haciendo avanzar, con parsimonia, las distintas líneas argumentales.

Producción y realización

En lo que se refiere a la producción, es bastante aceptable para lo que es una serie de televisión de ciencia ficción. Rodada en Sudáfrica, con unos paisaje a ratos áspero y duros, a ratos hermosos, la ambientación es bastante razonable. El hecho de situar la mayor parte de la acción sobre la superficie planetaria, obliga a construir algunos decorados al aire libre para ambientar la ciudad de Forthaven, y permite limitar a un mínimo aceptable las naves espaciales y este tipo de parafernalia.

Los episodios están rodados con razonable destreza técnica. Nada que objetar.

Caracteres e interpretación

Aquí es donde las cosas empiezan a flaquear. Aunque interpretados por actores y actrices razonablemente competentes los caracteres principales no son demasiado atractivos. Los malos son demasiado obvios, los ni fu ni fa no llaman la atención, y los buenos son muy tópicos y con falta de rasmia. No he conseguido interesarme demasiado por lo que les pasaba a esta gente, y en algún episodio incluso me he desconectado un poco, perdiendo hasta cierto punto el hilo.

Impresión general

Creo que la idea era razonablemente buena, pero ha carecido de elementos significativamente distintivos, propios, que no parecieran tomados de otras series o películas. Y que ayuden a engancharse a la acción y los personajes que ya hemos dicho que eran obvios. Esta falta de alma propia, las múltiples sensaciones de déjà vu que presenta la serie le han restado mucha emoción. La serie quizá podría haber evolucionado hacia algo interesante. El cliffhanger final te deja algo intrigado… no mucho, pero algo… Da la sensación de que quizá lo emocionante está por llegar. Pero la serie no ha llegado funcionar lo suficientemente bien, y salvo que decidan hace algún episodio especial para cerrarla, nunca sabremos como acaba el tema.

Una pena. Sigo diciendo que desde que acabó Battlestar Galactica hemos andado un poco huérfanos de space operas. Que lo que ha ido surgiendo no ha dejado suficientemente satisfecho. Habrá que esperar otras ocasiones. O a que el Doctor vuelva por sus fueros dentro de algo más de un mes.

Recomendación musical

La palabra outcast viene a significar algo así como marginado, vagabundo, proscrito,… en inglés. El que ha sido excluido de una sociedad. Individuos de alguna forma aislados. Así me iré a las Empirean Isles de Herbie Hancock, que no sé si tienen mucho que ver, pero que están muy bien. La más conocida, Cantaloupe Island.

Troncos

Paisaje muy seco y con poca vegetación; donde hay agua, bosque bajo, sotos... como estos arbustos a orillas del Canal Imperial de Aragón en Zaragoza - Canon EOS 5D Mk.II, EF 70-210mm f/3.5-4.5 USM

[TV] Caprica; lo que parecía, lo que fue y lo que pudo ser

Televisión

Me ha costado. Mucho más de lo que yo pensaba. Pero al final he terminado de ver Caprica, el spin-off en forma de ‘precuela’ de la excelente Battlestar Galactica. Y de alguna forma, me lo he tenido que proponer. Un poco a la fuerza. Por cabezonería. Quién lo iba a pensar cuando se estrenó el capítulo piloto en forma de telefilm haya por la primavera del año 2009. Un episodio piloto que me pareció sumamente interesante y que prometía mucho. Estaba claro que no iba a ser la serie madre. Que iba a ser otra cosa. Pero había buenos intérpretes, líneas argumentales interesantes y muy desarrollables, ideas,…

Sin embargo, la serie ha muerto por inanición. Por que no han alimentado esas ideas, esos argumentos y esos personajes. Por que no han alimentado correctamente al público potencial. Y porque la política de emisión de la serie en origen ha sido caótica. hasta tal punto que nunca tuve claro cuándo y dónde emitieron los últimos 5 capítulos que he terminado de ver recientemente. En fin. Pasaré a comentar esta fallida serie de ciencia ficción… o lo que fuera.

Lo que parecía

Pues parecía que iba a ser un apasionante retrato de una sociedad en vísperas de una revolución tecnológica que la sacudiese y la cambiase de arriba a abajo, a través del proceso de desarrollo de los nuevos seres metálicos, los Cylones. Con paralelismos evidentes con la sociedad norteamericana y mundial actual, que se está viendo sacudida por nuevas inestabilidades asociadas al terrorismo o al resurgir de grupos religiosos o antidemocráticos, mientras que la tecnología, especialmente la relacionada con la información y su difusión, ha producido una globalización de la misma que cambia la forma que tenemos todos de funcionar. Parecía una oportunidad inmejorable para reflexionar sobre las revoluciones tecnológicas e industriales, sobre las debilidades de las sociedades y de los imperios, sobre la manipulación de las gentes, al mismo tiempo que podía ser muy entretenido siendo fiel al espíritu de la serie original. No a la forma, ya que cambiamos una space opera con todo lo de espectáculo que conlleva, por una intriga empresarial y social.

Lo que fue

Pues lo que fue se ha visto condicionada por la falta de éxito de la serie. Evidentemente, el arco argumental estaba planificado a largo plazo, motivo por el que se introdujeron numerosas líneas argumentales en la serie, con un sinnúmero de personajes, más o menos importantes o accesorios. Las guerras empresariales, los mundos virtuales, las mafias, el terrorismo, las disputas religiosas, los intereses políticos,… Especialmente, tras el primer parón, en una huida hacia adelante, se introducen nuevos elementos, que aumentan la complejidad de la historia, justo cuando todo indica que va a tener un recorrido limitado. Como consecuencia, aunque tiene momentos muy buenos, también adolece de cierta confusión e indefinición sobre le camino que pretende tomar. Evidentemente, queda al final lastrada por el apresuramiento para cerrar como pudieron la serie. El último capítulo, que sin el epílogo final, podía haber quedado en un buen final de temporada. Quizá sólo le hubiese faltado el cliffhanger de rigor. Pero hubo que terminar la serie y entonces se añadió…

Lo que pudo ser

En los cinco últimos minutos del último de los dieciocho capítulos está la esencia, o se nos cuenta lo que debió ser la serie, bien concebida como una única temporada, o bien con todas las que hubo. En esos últimos minutos vemos surgir al primer skin-job (pellejudo), que es lo que realmente interesaba, ya que el diseño y multiplicación de los cylones metálicos parecían fáciles de explicar. Justamente ese epílogo ejemplifica que las ideas estaban ahí, pero que la serie no ha estado bien planteada, concebida y tratada. Y no ha progresado. Como se le permitió a su serie madre. También es cierto que, tras la miniserie inicial, la primera temporada de Battlestar Galactica es un ejemplo de cómo enganchar a la gente con pequeñas joyas de 40 minutos que son varios de los episodios de aquella temporada, que se pueden ver con afición independientemente del arco argumental global. Esto ha faltado en los enrevesados episodios de Caprica.

Conclusión

Para muchos hay una sensación de pena. Sigo pensando que había mucho material para hacer una serie interesante, a la que lo único que hubiera faltado es el apoyo del público. Pero no ha sido posible. Y han abandonado. La apuesta era arriesgada. El cambio de tono y orientación podía producir la desafección de los aficionados de las aventuras espaciales. Y no atraer lo suficiente a otros públicos que rechazasen la serie al verla como de aventuras espaciales, aunque no lo fuera. La cuestión es que parece que hay borrón y cuenta nueva, y que la cuenta nueva está en volver a intentarlo con las aventuras de un joven Bill Adama durante la primera guerra cylon. Algo más en la línea de las aventuras y de la space-opera. Empiezo a ser escéptico con el resultado.

Recomendación musical

Tanto la música de la serie madre, Battlestar Galactica, como la de la secuela, o precuela, como lo quieran llamar, Caprica, son del compositor Bear McCreary, y no están mal para escuchar como música ambiente poco intrusiva. En Spotify podemos encontrar el tema principal de Caprica.

Conjunción

Selene y Venus se hacen compañía en los cielos de Zaragoza en el amanecer del primero de marzo de 2011 - Panasonic Lumix LX3

[Libros] Time Travelers Never Die

Literatura

Contra todo pronóstico, encuentro 25 minutos para poder actualizar este Cuaderno de Ruta, hoy. Sigo consumiendo libros en estos días. En esta ocasión, termino uno de ciencia ficción que compré ya hace un año, en inglés, que se me atragantó en una primera ocasión. Y que ahora me ha costado dos meses ir avanzando con el cada noche al acostarme, hasta que le he dado un empujoncillo en estos días en los que he pasado horas muertas en un hospital.

Se trata de un libro de Jack McDevitt, un escritor que sin tener desde mi punto de vista el nivel de los clásicos de la ciencia ficción, escribe unas space operas bastante entretenidas. En esta ocasión se atreve con los viajes en el tiempo. Tema bastante más peliagudo a la hora de cuajar una historia con un mínimo de coherencia. Veremos a ver.

Time Traveleres Never Die
Jack McDevitt
ACE Books; New York, 2009
ISBN: 9780441017638

El padre de Adrian Shelborne ‘Shel’ ha desaparecido. En circunstancias muy extrañas. Preocupado por la cuestión, tras rebuscar entre las cosas de su padre, Shel descubre unos aparatos, no mayores que unos reproductores de música portátiles, que permiten a su portador viajar en el tiempo. Tras unas pruebas, se va animando a utilizarlos, y comprendiendo que su padre está viajando por el tiempo, y con su amigo Dave, se lanzará a un recorrido por distintas épocas de la humanidad buscando al padre. Esto les llevará a dos cosas. A vivir una extraordinaria aventura en la que no faltarán los momentos difíciles e incluso peligrosos, y a que sus prioridades vitales y sus necesidades personales cambien.

He de decir que de todos los libros del autor es el que menos me ha convencido. No creo que le haya pillado el tranquillo el autor a explotar todos los resortes dramáticos que los viajes en el tiempo permiten. Personalmente, mi referencia desde que era un adolescente ha sido El fin de la eternidad de Isaac Asimov, que aunque algunos consideran una obra menor, me parece muy entretenida, y expone con bastante interés algunas de las consecuencias y las paradojas del viaje en el tiempo. Comparada con esta, la novela que nos ocupa me parece muy superficial, excesivamente larga para una historia que no da para tanto, y mucho menos seria que otras obras del mismo autor. Es inevitable que cuando se abordan determinados temas en la literatura de ciencia ficción, viajes galácticos, viajes en el tiempo, contactos extraterrestres, etc… haya una cantidad de fantasía importante. Pero en obras anteriores, McDevitt había incluido retazo de buena ciencia que siempre son de agradecer. En esta novela, creo que se ha limitado a desarrollar unas aventuretas más o menos entretenidas, pero con graves peros a lo que se puede decir sobre sus planteamientos sobre el viaje en el tiempo.

Así que podemos resumir en que no me parece la novela más inspirada del autor, ni la que yo recomendaría a quien quisiese iniciarse en sus obras. He visto en Amazon.co.uk que este otoño ha publicado una nueva novela de su serie sobre Alex Benedict, con su talentosa y atractiva piloto espacial Chase Kolpath, espero. Supongo que les daré una oportunidad. Aunque no necesariamente de forma inmediata. Aunque igual lo pido en la próxima compra que haga a dicha tienda en internet.

Recomendación musical:

Estoy escuchando el podcast de Cuando los elefantes sueñan con la música del 5 de enero, y no puedo menos que sentir que se me alegra el día cuando oigo Primavera (Vai Chuva) en la suave voz de Fernanda Takai del grupo Pato Fu. Pertenece al LP Música de Brinquedo del grupo brasileño que no aparece en Spotify, pero en el enlace anterior encontraréis otras muestras de su música. Y por supuesto, podéis descarga en el primero de los enlaces el programa de radio, con otras muchas canciones muy majas y apropiadas para la fecha.

Aquí no había un eclipse... más tarde lo hubo

La hora azul del amanecer en Las Canteras, entre Almudévar y Huesca - Canon EOS 5D Mk.II, EF 200/2,8L USM

Revisando el universo cylon, y policías y detectives británicos que caminan por el lado salvaje de la ley

Televisión

Durante el mes de agosto, mi atención a la series televisivas ha sido también limitada como viene siendo tónica en este verano. Si junio y julio fue el momento de recuperar al Doctor Who y su universo, con poca atención a otras cuestiones, en agosto el tema ha ido por otros derroteros. Es cierto que hay por ahí alguna serie cuya primera temporada parece interesante, u otras ya veteranas que sirven de entretenimiento. Pero ya hablaremos de ellas más adelante. En agosto, he decidido prestar la atención de mis sobremesas a dos series que tenía guardadas de tiempo atras. Una ya la había visto, pero me quedé con ganas de prestarle una mejor atención, y la otra, una novedad de esta primavera en la BBC británica. Finalmente, otra novedad cortita, fresca del verano, también inglesa, muy detectivesca.

Caprica (en HD)

El desarrollo de la primera temporada de la «precuela» de Battlestar Galactica está durando más que la obra del Pilar, como decimos a orillas del Ebro. Si el piloto, en forma de largometraje televisivo, data de abril de 2009. Los siguientes 8 capítulos no se pudieron ver hasta el primer trimestre de este año 2010. Y la conclusión de la temporada, con otros 8 episodios, no será visible hasta el primer trimestre de 2011. Ya les vale. Dos años para contar lo que tengan que contar. Supongo que habrá motivos económicos para ello. O algo así. No sé.

El caso es que por diversos motivos, lo que se emitió hace unos meses no lo vi con la atención debida por motivos diversos que aquí no vienen al caso. Así que para este verano, recuperé los 9 episiodios emitidos hasta la fecha en alta definición. Ya que hay que volverlos a ver, pues que sea en la mejor calidad posible. Y busqué la mejor ocasión para verlos tranquilamente y disfrutarlos. Llegada dicha ocasión. He aquí mis impresiones.

Es muy difícil que pueda superar a su serie de referencia en los diversos aspectos que me ataron a la misma. Fundamentalmente, la sensación de aventura y la recreación de un universo en el amplio sentido de la palabra. En Caprica, ya no es lo mismo. Aunque teóricamente estamos en el mismo universo, en la práctica nos han limitado a una única ciudad, a caballo entre los culebrones y el cyberpunk, con sus dos versiones, la real y la virtual. Esta última mucho más interesante, de alguna forma.

Pero lo cierto es que, vista con calma, la serie es muy entretenida y tiene mucha miga. Sabe conseguir su propia imagen visual, identitaria, atractiva, que consigue algo básico de toda serie de ciencia ficción. Trasladarte a otro mundo. También tiene un conjunto de personajes que tienen su miga. Que no son planos. Que se van desarrollando con los capítulos y adquiriendo personalidad. Algo básico en una serie que poco a poco se configura como un drama coral, aunque haya algunos personajes interesantes. Es importante asimismo que las diferentes tramas que van apareciendo y desarrollándose en paralelo hasta su convergencia final, tienen todas ellas importancia y son tratadas con mimo.

Todo ello hace que, vistos «de tirón», en un plazo de un par de semanas, la cosa te sepa a poco. Te entran ganas de más. Sobre todo porque, como buena serie de acción e intriga que se precie, acaba con un triple cliffhanger (o cuádruple, ya he perdido la cuenta) de estos que «joden». En fin. Esperaremos hasta enero.

Mientras tanto… muy recomendable.

Grande Arche de la Defense

Edificios futuristas y accesos a modernos medios de transporte ferroviario; la Defense de París como un antecedente del mundo que vemos en Caprica - Panasonic Lumix LX3

Luther

Esta fue una serie que inicialmente ignoré. Va. Total, otra policíaca. Aunque sea de la BBC. Pero después leí por ahí algún encendido panegírico de la serie, y especialmente del papel protagonista y de su actor principal, Idris Elba. Así que la reservé para el verano. Una de las ventajas de las series inglesas es que muchas de ellas tienen temporadas de muy corta duración. Por lo tanto, en seis capítulo se plantea todo.

En este caso, el primer capítulo sirve de presentación de personajes. El policía torturado, la ex-mujer que le quiere pero que está harta, los compañeros que lo sufren y lo apoyan, la sociópata asesina que insospechadamente acabará siendo su aliada, el nuevo compañero de la ex,… Y también conocemos alguno de los secretos que lo torturan. Luego vienen una serie de capítulos con historias autoconclusivas, que demuestran que la guionistas no son nada complacientes. Aquí las víctimas la palma. Y los éxitos policiales a veces sólo lo son de forma relativa, o casi se podría decir que son fracasos. Para finalizar, dos capítulos relacionados, con finales tremendos, en los que el protagonista final no son los casos a resolver sino el propio Luther.

Buena realización, buenas interpretaciones, y un pero. Y ese pero es que algunas de las situaciones del último episodio no me las tragué. Su grado de inverosimilitud me sacó de la historia e hizo que mi natural escepticismo se apoderase de mi estado de ánimo. Una lástima. La serie pasó de ser excepcional a meramente entretenida y bien hecha. Pero seguramente, si hay una segunda temporada, le daremos una oportunidad. Especialmente a la pelirroja.

Piccadilly Circus

Qué puede haber más británico que Piccadilly Circus, en pleno Londres - Pentax P30N, 28 mm de marca desconocida (fue un préstamo)

Sherlock

Finalmente, los británicos han realizado y emitido recientemente una revisión de su detective más famoso de todos los tiempos; Sherlock Holmes. Eso sí, han trasladado la acción a la época moderna en la que, por ejemplo, el Doctor Watson es un médico militar herido y dañado psicológicamente por su participación en la guerra en Afganistán. Pero bueno, se mantiene la presencia de un inspector Lestrade, viene en el 221B Baker Street, y el malo, malísimo, malo sigue siendo el archienemigo de Holmes, Moriarty.

Dicho lo cual, estamos ante una producción de tres episodios solamente, pero de larga duración, en torno a los 90 minutos, con unos guiones muy bien planteados y unas interpretaciones bastante buenas, en la línea de lo británico. Hay que decir que uno de los artífices del producto es Stephen Moffat, uno de los responsables de las nuevas temporadas de Doctor Who.

Nunca he sido un fan del detective británico, pero la mini-serie está bastante bien, y es muy entretenida. Muy bien hecha. Y como termina en un cliffhanger bastante descomunal, supongo que vendrá con segunda temporada. Lo único malo… los episodios de 90 minutos se me hacen largos para mis costumbres televisivas.

Baker Street - Londres

Baker Street, residencia de Holmes, cerca de su confluencia con Marylebone Road, vista desde el segundo piso de los tradicionales autobuses londinenses - Fujifilm Finepix F10

Inception (2010)

Cine

Inception (2010), 9 de agosto de 2010.

Sí, Inception y no Origen. Porque por una vez ha habido suerte, y han programado la película en versión original subtitulada. Lo cual debería ser la norma. Porque hay diferencia. Seguro que la hay. En cualquier caso, nos fuimos este lunes a ver esta película aclamada por muchos como el no va más del futbolín, aunque ciertas referencias a su parecido con otros hitos del cine de aventuras y ciencia ficción de los últimos tiempos me hacía ser reticente. De todos modos, puesto que el director, Christopher Nolan, me parece más serio en el género que muchos cantamañanas que hay por ahí, pues allí que fuimos.

El argumento es mucho más sencillo de lo que parece. Una banda de delincuentes liderados por un tipo (Leonardo DiCaprio) de misterioso pasado que le impide volver a los Estados Unidos, se dedica a robar secretos a las empresas introduciéndose en los sueños de la gente que los guarda en sus mentes. Para ello usa sofisticados sistemas en los que generan sueños dentro de los sueños, con el fin de despistar. En un momento dado, tras un golpe fallido, se les propone otro más complejo. En lugar de ir a recoger las ideas que la persona tiene en su mente, se trata de colocar una idea nueva que acabe en un curso de acción que beneficie a quienes les contratan. Se supone que esto es muy difícil, y para ello tienen que organizar una operación en la que hay sueños dentro de los sueños dentro de los sueños, y finalmente, aunque no estaba previsto, dentro de los sueños. El pasado del protagonista, en forma de su mujer muerta (Marion Cotillard), hará tambalear el golpe. Sí, es ciencia ficción, y parece que todo es muy complicado. Pero no deja de ser una variante del estereotipo de banda de delincuentes que nos caen bien que tienen que dar el golpe perfecto, y en esto se cruza la antigua chica del jefe y todo se complica.

Hay que reconocer que una de las virtudes del filme es que tiene un guion muy cuidado para permitir encajar en un tiempo razonable, aunque no corto, la compleja trama de la acción. Es cierto que algunas fases, llamémoslas «didácticas», podrían haber sido más cortas e incluso haber desaparecido; pero ya sabemos que hoy en día los productores y realizadores de cine piensan que los espectadores son tontos y hay que dárselo todo bien masticado y fácil de digerir. Por otra parte, creo que por una vez hay un buen uso de los efectos especiales. Si la acción transcurre en los sueños de un individuo, es lógico que pensar que las leyes físicas del universo dejan de ser válidas, o que situaciones absurdas o anómalas van a surgir. Pero no se abusa. Salvo algún momento de espectacularidad, está muy contenido, y se centra más en contarnos la historia que en otra cosa. Lo celebro.

Tratándose de una película de aventuras, es imprescindible que los personajes y la interpretación de los actores está a un nivel suficiente para que el espectador empatice, se introduzca en la aventura, participe con ellos, y sufra o triunfe con ellos. Es un aspecto básico del cine de aventuras que en las dos últimas décadas se ha dejado muy abandonado en pro de la espectacularidad de los efectos especiales. Lo cierto es que desde mi punto de vista este es el aspecto más flojo del filme. Entendámonos, no creo que esté mal. Simplemente pienso que hay puede radicar para mí la diferencia entre considerarlo un clásico con una ligazón emocional perdurable a ser una película muy entretenida y bien hecha, y ya está. La mayor parte de los personajes secundarios constituyen estereotipo estándares del cine actual de aventuras, y no son más que elementos necesarios pero al mismo tiempo poco llamativos de la acción. Entre los secundarios destacan los personajes interpretados por Ellen Page y Ken Watanabe, que son aquellos que van a estar más ligados al personaje principal. Creo que aunque tienen un papel importante en el desarrollo de la acción, tampoco dan para mucho más, cumplen su misión en la trama y a continuación pasan a ser olvidables. Sus intérpretes cumplen con el oficio que tienen y punto. Leonardo DiCaprio está bien en líneas generales, es un actor que ha mejorado mucho con el tiempo, pero a su personaje le noto falto de algunas cosas. Si bien es un buen personaje de acción, me convence menos la parte que se refiere a su relación con su mujer. Creo que esa relación no está bien dibujada, no acaba de estar redondeada. Me deja un poco frío. Y esto afecta también a la interpretación de Cotillard, que también está bien porque tiene oficio, pero sin más. No creo que sea problema de los intérpretes sino de los personajes.

Para ir finalizando, considero que estamos ante una película bastante buena, que hará pasar un buen rato a quien guste del buen cine de aventuras con un poquito de ciencia ficción, muy superior en sus planteamientos y realización que lo que se ve habitualmente. Sin embargo, creo que le falta la conexión emocional con el espectador, o por lo menos conmigo y quienes me acompañaban, para que quede imborrable en el recuerdo durante décadas. Leo por ahí expresiones de entusiasmo desmedido por este filme, y no las acabo de entender, salvo poniéndome en el lugar de gente joven con escasas referencias en el cine, que ante las deficiencias de este tipo de cine en los últimos 20 años, encuentre un asidero al que ilusionarse. Mejor para ellos. Pero claro, también oyes a las adolescentes emocionarse con los vampiros pijos. Y no quiero comparar esta película con estos subproductos porque seguro que está a muchos años-luz en calidad para bien. Pero si el punto de vista de sus espectadores. Al fin y al cabo, Matrix también entusiasmó a muchos por sus balaceras y peleas, y a mí me parece un soberano tostón.

Dirección: ****
Interpretación: ***
Valoración subjetiva:
****

En la exposición Praga París Barcelona que visité ayer en el MNAC de Barcelona, también hay referencias visuales al mundo onírico - Panasonic Lumix GF1, G 20/1,7 ASPH.

Las vidas posibles de Mr. Nobody (2009)

Cine

Las vidas posibles de Mr. Nobody (Mr. Nobody, 2009), 28 de julio de 2010.

Ante la pobreza de la cartelera veraniega, conviene arriesgar. Y como nos llega esta película del belga Jaco Van Dormael difícil de clasificar a las pantallas con cierto retraso, y ante algún comentario interesantes sobre la misma en algunos medios, nos metemos en una fresquita y amplia sala de cine a pasar la tarde de verano. Y veremos a ver lo que pasó.

Nos encontramos en el año 2092, y Nemo Nobody (Jared Leto) es el último hombre mortal sobre la Tierra, el único que no ha alcanzo la «cuasi-inmortalidad» a base de un tuneado constante de sus células, y está a punto de morir. Y esto es una noticia de interés público. Es entrevistado por un periodista que se infiltra en el hospital con el fin de que cuente su vida. Y ante la sorpresa del reportero, Nobody le cuenta la vida que tuvo, y también las que pudo tener dependiendo de las decisiones que tomó a lo largo de su vida. Con cuál de sus padres decide vivir cuando se separan. Lo que es capaz de decirle a esa chica que le gusta cuando la ve besando a otro hombre. Si se para o no a ver qué sucede con esa mendiga en la estación de tren. Pero también los condicionantes impuestos para echar al traste con su decisiones por el azar o el caos de los fenómenos naturales; el famoso efecto mariposa. Una tormenta imprevista causada porque un brasileño cuece un huevo. Un meteorito en la vecindad de Marte. Lo que sea.

El argumento es difícil de relatar. Estamos ante una película no lineal, en la que los saltos adelante y atrás en el tiempo en las distintas líneas vitales que dependen de sus decisiones pueden resultar confusas. Pero el conjunto está relatado con imágenes de gran fuerza visual. No importa que nos encontremos a orillas de un río en Canadá, en una estación de ferrocarril británica, en una estación orbital sobre Marte. Es un trabajo muy personal, en el que el director sabe lo que quiere, y cómo lo quiere trasladar a las imágenes.

En el plano interpretativo, Leto está bien, más teniendo que interpretar las distintas vidas de un hombre, que es lo mismo que decir que ha de interpretar a distintos personajes. Perto también está muy bien el adolescente que interpreta al personaje con quince años, Toby Regbo. Acompañándole, las distintas mujeres que condicionarán sus vidas según sus opciones. Por un lado Diane Kruger, dejando de lado su imagen más frívola y sensual, dibuja razonablemente bien a una Anna adulta. No obstante, este personaje es mucho más interesante en su etapa adolescente cuando es interpretado por la inquietante y algo morbosa Juno Temple. Por otro, Sarah Polley interpreta a Elise, una difícil y depresiva mujer, muy compleja, y lo hace con solvencia como suele ser habitual en esta actriz canadiense. La versión adolescente de este personaje, Clare Stone también es bastante competente. La tercera de las opciones femeninas, Jean, interpretada por Linh Dan Pham en su edad, tiene mucho menos peso en el conjunto del filme.

Concluyendo, un largometraje de difícil clasificación, que la mayor parte de los medios sitúan a caballo entre el drama romántico y el filme de ciencia ficción. Lo que es cierto es que es más bien una reflexión filosófica sobre el efecto de nuestras decisiones o del azar sobre nuestras vidas. No es la primera vez que el cine nos cuenta las distintas líneas temporales de una persona dependiendo del azar o de una decisión. Vease la británica Sliding Doors, o la española y muy interesante La vida en un hilo de Edgar Neville. Son las que me vienen a la memoria a bote pronto; pero hay otras. Pero ésta de hoy nos ofrece una profundidad en su planteamiento poco habitual y muy interesante. Y sobre todo con mucho interés visual como ya he dicho.

No obstante, la película es de difícil digestión. Exige la participación activa del espectador, cierta complicidad, cierta falta de prejuicios, para introducirse en un argumento sin una línea temporal y sin una sucesión de acontecimientos claros. Claro está, esto no es excusa para la mala educación del público, que cuando no entiende o no le gusta lo que ve, pierde los modos, habla, comenta, se ríe y molesta a los demás espectadores. Nunca me ha gustado el público de cine de mi ciudad, Zaragoza. Creo que es un público poco aficionado, que parece que no le den de comer en casa y que su única fuente de sustento sean las toneladas de palomitas que engullen ruidosamente en la sala de cine. Pero esto no deja de ser una falta de educación y de solidaridad con el prójimo. Para eso, que se queden en casa y allí que tocineen y vociferen lo que quieran. Claro que con este comentario, me gano el odio de los propietarios de las salas de cine, a quienes lo único que les importa es que la gente vaya y se deje sus cuartos en el ambigú. Claro. Con el tiempo, cuando la gente se va a comer las palomitas a otra parte, se quejan de que no se apoya el cine lo suficiente. Ufff… ¡qué cabreo llevaba, y cómo me he desahogado!

Dirección: ****
Interpretación: ***
Valoración subjetiva:
***

Por cierto, que la película tiene interés ferroviario, así que es probable que vuelva por estas páginas.

Micheline

Una "Micheline" francesa en la Cité du Train de Mulhouse; un vehículo similar tiene una importancia clave en la película que hoy comentamos - Panasonic Lumix GF1, G 20/1,7 ASPH.

Series para el verano, más extraterrestres,… Torchwood

Televisión

Doctor Who
Tor
c Whood
Torchwood

Mmmmmm… sí. Torchwood es un anagrama de Doctor Who. Si ya comenté que una de mis actividades televisivas de tiempo veraniego iba a ser recuperar las distintas temporadas del alienígena con dos corazones, también tomé la decisión recién vuelto de mi viaje de vacaciones de echarle un vistazo a uno de sus spin-offs.

Parece ser que el término se utilizó en primer lugar para camuflar las grabaciones de la serie original cuando se trasladaban para su emisión. De esta forma no había riesgo de que fueran interceptadas y su contenido conocido antes de tiempo. En un momento dado, durante la serie madre, la Reina Victoria crea el Instituto Torchwood para defender al Imperio Británico de las amenazas alienígenas. Durante un tiempo fue considerado un antagonista del Doctor, en sus esporádicas apariciones en la serie de este último. Pero poco a poco fueron preparando el terreno para crear una serie propia, en la que fueran los héroes, al frente de la cual colocaron uno de los personajes más simpáticos de los que acompañan eventual mente al Doctor; el capitán Jack Harkness (John Barrowman).

Este es un aventurero en el espacio y en el tiempo, un vividor, un timador, que en un momento dado coincide con el Doctor. Pronto sabemos que es atractivo, y que además es omnisexual. Es decir, más allá de ser bisexual, en un universo donde además de los dos sexos correspondientes a la especie humana, le tira los tejos a todo bicho viviente. Más o menos. También aprendemos en un momento dado, que no puede morir.

En estos días, he visto la tercera temporada de Torchwood. Se puede ver de forma aislada sin necesidad de haber visto las dos primeras o sus relaciones con Doctor Who. Esta configurada como una miniserie de cinco episodios, en el que cada uno es un día en una aventura en la que los protagonistas tendrán que enfrentar una amenaza extraterrestre muy peligrosa. También sirve de paso para emitir algunas críticas contra la hipocresía de la clase política y contras los militarismos.

Lo cierto es que el personaje principal tiene un tono mucho más oscuro que en la serie original, con aspectos más oscuros en su personalidad. Como contrapunto, el personaje femenino, Gwen Cooper (Eve Myles), representa los valores humanos más positivos. Solidaridad, amistad, entrega, ánimo, iniciativa,… Es la persona con la que se puede identificar el espectador normal. Es también una serie mucho más adulta, en la que sin haber desnudos ni nada por el estilo, sí que se plantean temas relacionados con la sexualidad, y también con la violencia, con la ética, con la obediencia debida a los superiores y al estado, etc.

Con sólo 5 episodios de menos de hora de duración, creo que es una alternativa válida para pasar las calurosas sobremesas del verano, siempre que seas adepto a los temas de la ciencia ficción. Así que, ya lo sabéis.

En la Bahía de Cardiff está la sede de Torchwood 3, la unidad para la que trabajan nuestros héroes - Canon EOS D60, EF 28-135/3,5-5,6 IS USM

Por fin he comenzado mi historia de amor con Doctor Who… o más bien con Amy Pond

Televisión

Mi primer intento con el Doctor fue cuando SciFi, actualmente Syfy (distinta grafía, misma pronunciación en inglés), estrenó la primera temporada de la nueva época de Doctor Who. Doctor Who es la serie de televisión de ciencia ficción de más larga trayectoria en toda la historia de la pequeña pantalla. Se emitió de forma relativamente ininterrumpida por la BBC desde 1963 a 1989. Hubo algún largometraje con el personaje en los años 90, y volvió en una nueva época en el año 2005. Y con éxito. Es una figura importante de la cultura popular británica.

Piccadilly Circus

Serie británica por excelencia, Londres es un escenario habitual de la acción; en la imagen Picadilly Circus - Pentax P30N, SMC-A 50/2

Para quienes no lo conozcan, el Doctor es un alienígena, el último superviviente de su raza, los señores del tiempo, de aspecto humano, aunque sabemos que tiene dos corazones, que viaja por el espacio y por el tiempo con su nave, la TARDIS. Esta tenía la capacidad de mimetizarse con el medio en el que se encuentra, pero una avería hizo que se quedase con la forma de una cabina de la policía, típica del Londres de principios de los 60s.

El Doctor no viaja solo. Viaja con uno o varios compañeros. Generalmente, el compañero principal suele ser una compañera. Y, generalmente, suele ser joven y guapa. Parece que tradicionalmente no había tensión sexual entre ambos. Pero en la nueva época, pues algo si que hay. Actualmente, al final de la quinta temporada de la nueva época, la compañera principal es Amy Pond, una estupenda, animosa, y guapa pelirroja de origen escocés, interpretada por Karen Gillan, muy escocesa ella también.

Producida por BBC Wales, algún episodio de la serie está rodado en Cardiff, donde parece que hay una grieta que perturba el espacio-tiempo; yo no noté nada cuando estuve, salvo que hacía bastante calor - Canon EOS D60, EF 28-135/3,5-5,6 IS USM

Y además, el Doctor tiene otra característica. Y es que de vez en cuando se transforma. Teóricamente puede morir; tiene el equivalente a 900 años de edad en tiempo terrestre, aunque siempre resulta confuso saber cuándo nació por su capacidad para viajar en el tiempo. Pero de vez en cuando, en circunstancias diversas pero estresantes o potencialmente mortales, cambia su apariencia. Ingenioso elemento argumental que permite cambiar de protagonista cuando este se quema o se cansa del personaje. En la actualidad, vamos por la undécima encarnación del Doctor, interpretada por Matt Smith.

Como decía, intenté engancharme con la novena reencarnación del Doctor, interpretado por Christopher Eccleston, que estuvo acompañado en su temporada por Rose Tyler, encarnada por la estupenda Billie Piper, que luego nos enamoraría haciendo de pilingui de lujo en Secret Diary of a Call Girl. Los personajes estaban bien, pero no acabó de convencerme. Siempre me pareció que las tramas, los personajes y las relaciones entre ellos eran un poco infantiles. Bien es cierto que es una serie en la que en medio del buen rollo y buen humor general, la gente muere y hay lugar de vez en cuando para el drama.

Pero he aquí, que después de que en el año 2009 en lugar de una temporada completa de 12 ó 13 capítulos más el especial de Navidad, produjesen varios largometrajes televisivos de los que vi algunos, cuando volvió con una temporada convencional esta primavera, decidí volver a verla. Y me ha encantado. Y aparte de que el nuevo doctor me caiga bien, creo que buena parte del mérito se debe a lo estupenda que resulta la pelirroja Amy, una compañera con fuerte personalidad y con una historia de fondo, con sus grietas en la trama de espacio-tiempo, que han dado una continuidad y una solidez al conjunto que ha favorecido mucho a la serie. El comienzo de la serie fue bueno. Pero lo mejor fueron dos capítulos dobles.

El primer par fue aquellos en los que los adversarios fueron los Ángeles Llorosos, probablemente los malos más terribles y mejor conseguidos que he visto en esta serie. Estos adversarios ya habían salido en un capítulo en una temporada anterior, titulado Blink (parpadeo). Fue un capítulo que vi de forma aislada por estar protagonizado por la actriz Carey Mulligan, la encantadora protagonista de An Education, en el papel de Sally Sparrow, y en el que el Doctor es un personaje secundario. Me gustó mucho. Pues bien, los Ángeles Llorosos volvieron y nos obserquiaron con dos episodios excelentes, muy emocionantes. Episodios en los que apareció el personaje de River Song, una aventurera espacial capaz también de viajar en el tiempo, que interacciona de formas muy divertidas con el Doctor, y que está interpretado de forma magnífica por Alex Kingston, la antigua cirujana de Urgencias.

El segundo par de capítulos excelentes han sido los dos finales, con una aventura espacio temporal amplia y bien construida, en la que hemos vuelto a disfrutar de la presencia de River Song, espero que vuelva en un futuro, y que nos ha dejado con gana de más.

En resumen, me ha encantado esta temporada, y este verano voy a rescatar las temporadas anteriores. La de la nueva época sólo, claro. De momento, ya casi me he visto las dos primeras temporadas con Rose Tyler de compañera. Pero caerán las otras dos. Que el verano es muy largo. Y claro está, para todos los que tengan un mínimo de espíritu geek, hay que verla. Sin duda. Pero,… si soy honesto, ¿no será que me gusta por las chicas? Son todas estupendas. E incluso guapas.

El círculo de megalitos de Stonehenge es una localización fundamental en el capítulo doble final de la 5ª temporada de Doctor Who - Canon EOS D60, EF 28-135/3,5-5,6 IS USM

Actualización: 29 de junio.

Aunque el motivo principal de la entrada es el final de la temporada 5, he acabado también de ver las dos primeras temporadas de la nueva época que han sido repuestas en Syfi. El denominador común de ambas temporadas ha sido el personaje acompañante, la risueña, decidida y valiente Rose Tyler. Y reconozco que los dos capítulos finales, que nos han dejado a la estupenda Rose en otro universo han sido estupendos. Y entiendo que el Décimo Doctor está muy bien, mejor que el Noveno. Así que nada. Cuando vuelva de vacaciones y durante las cálidas tardes de verano, refrescado por el aire acondicionado del salón de casa, terminaré de ver las temporadas que me faltan. Estupendo. Divertido. Sin más problemas ni quebraderos de cabeza.

Vista de Canary Wharf desde una de las estaciones del ferrocarril ligero de los muelles; sede secreta del Instituto Torchwood, y escenario de los dos últimos episodios de la segunda temporda del Doctor - Fujifilm Finepix F10

Fringe acaba temporada, y me gusta más la Olivia alternativa que la de aquí… aunque sea más mala…

Televisión

Cuando comenzó Fringe su primera temporada con problemas en un avión, pensé que era una vulgar explotación del mito de Lost. Cuando seguí unos cuantos capítulos, pensé que era una variante de Expediente X… que en su momento no me interesó; pero como nunca la vi, en realidad, no me predisponía a nada en especial. Estuve a punto de dejarla, cuando se acercó el final de aquella temporada y empezó a interesarme. En este tipo de series, hay quien se siente interesado por el misterio del episodio, mientras que otros lo están por la historia de fondo. Yo soy de estos últimos. Por lo menos en esta serie.

Toda esta temporada se ha encaminado lenta pero inexorablemente hacia la confrontación de los dos últimos capítulos en los que nuestros héroes pasan al universo alternativo, en el que Olivia (Anna Torv) se enfrenta a su yo alternativo. También una policía, de los que llaman la división Fringe del Departamento de Seguridad. No voy a entrar en detalles sobre las cosas que han pasado o podrían pasar. El tema es complicado, pero el caso es que cada vez me he ido interesando más. Esta Tierra, su alternativa en otro universo, los problemas que sufre el tejido del espacio-tiempo cada vez que algo o alguien pasa de una lado a otro… Una comedura de tarro curiosa, pero que tiene alguna de las propiedades de la buena ciencia ficción, aunque no sea de la rigurosamente creíble, que no lo es; te atrapa y tienes ganas de saber qué pasa, por qué, y te empiezas a preocupar por lo que les pasa a los personajes.

Así que, puesto que mañana Canal+ comienza a emitir esta segunda temporada en alta definición, la veré de nuevo con más atención. Creo que merecerá la pena. Espero.

Pero de momento, hay algo que es constatable. La Olivia de este lado es maja, pero va siempre con cara de estreñida. Y vestida tipo FBI, se convierte casi en un ser asexuado; cae bien, pero… Y resulta que la del otro lado es mucho más estilosa, animada, sonriente, con unos pantalones de uniforme que dejan bien a las claras que es una mujer. Atractiva. Y por lo que llegamos a saber, un poco perra. ¡Qué ganas de que vuelva al año que viene! Espero que mantenga un tiempo la tensión actual con las dos «olivias» y no den carpetazo a la alternativa en el primer capítulo…

En fin, os dejo con una foto musical. Ayer estuve tonteando un poco con los viejos objetivos manuales.

Flauta

En los domingos de primavera, bandas de música ofrecen conciertos en el Parque Grande de Zaragoza - Panasonic Lumix GF1, Leica Elmar-C 90/4

V y otras catástrofes de la ciencia ficción televisiva

Televisión

El final de Battlestar Galactica y el próximo final de Lost abrieron a principio de temporada muchas expectativas sobre las series de televisión destinadas a cubrir el hueco de estos productos, llamados a estimular las mentes de los aficionados a la aventura, la especulación científica, y otro tipo de cuestiones similares. Bien es cierto que con frecuencia es difícil establecer si estos productos perteneces al género de la ciencia ficción, concepto que a veces de convierte en un cajón de sastre excesivamente amplio, o al de la pura fantasía. Pero bueno. Seamos indulgentes.

Hasta ahora, la única que ha terminado temporada es la versión reimaginada de V. Sí, la de los lagartos. Y la verdad es que he visto toda la temporada, porque sólo han sido 12 capítulos. Pero al igual que la primera temporada de Galactica, tras la miniserie, era totalmente adictiva, esta ha sido arrastrarse con relativa penosidad presentando unos personajes con los que difícilmente te identificas, que te da igual qué les pase, y lo único que piensas es que las «lagartas» están tan buenas como malas son las actrices que las interpretan. Ha repuntado un poquito hacia el final, aunque el último capítulo me pareció poco impactante para desear el regreso de una nueva temporada, que vendrá. Así que nada, es posible que hasta aquí haya llegado yo con los lagartos extraterrestres.

La gran esperanza de todos los aficionados a lo que son cosas como Lost era Flashforward, que todavía no ha terminado pero está a punto. Da igual. Está condenada. No seguirá. Ha fracasado. Y con motivo. Capítulos horribles de pajas mentales de y entre los personajes para terminar con 5 minutos de apresurada acción. Personajes todavía más antipáticos. Que se mueran todos en un futuro flashforward.

En el campo de las space operas, lo único en activo es Stargate Universe, que me parece una producción irregular, como todas las de la franquicia. También ha sido una producción irregular, con personajes no demasiado atractivos, aunque la acción ha resultado relativamente entretenida. No especialmente original,… el planteamiento no es muy distinto de lo que sucedía en productos de antaño y casposos como Espacio 1999 y la serie original de Star Trek. Unos que van por el espacio, porque quieren o a la deriva, y en cada capítulo llegan a algún sitio donde se encuentran con unos extraterrestres, con un campo de energía, con unos organismos o microorganismos que les plantean una amenaza. Lo que pasa es que ahora la producción es menos casposa. Pero es lo mismo en lo esencial.

Dedicaré entradas específicas a otras dos series. A Fringe, que ha terminado gustándome, y a Lost, que se acaba este fin de semana.

Museo de las Ciencias

Inevitablemente tenía que poner esta perspectiva del Museo de las Ciencias de Valencia; el interior de la nave nodriza de los lagartos está copiado (o plagiado) de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias de la ciudad levantina - Pentax *ist DS, SMC-A 50/2

Vaya, VuelVen los ViVarachos lagartos terribles (y no me refiero a los dinosaurios)

Televisión

Pues nada. Que en la televisión yanqui se está contagiando del cine. Y que después del éxito de la versión reimaginada de Galactica, que para que van a pensar en cosas nuevas. Con ir «reimaginando» series antiguas, más o menos casposas, y darles un aire más actual y elegante, todo está resuelto. Y en estas que me entero que estrenan el pilo de… ¡cha-cha-cha-chán!

V

Sí. V. La de los lagartos. Mejor dicho la de las lagartas de cardados imposibles, que se merendaban a los ratones y a los humanos incautos como si tal cosa. Esa. Una de las series más kitsch que se han visto en la televisión mundial.

Reconozco que no puedo opinar con «autoridad» sobre la antigua versión. Me pilló en una época en la que veía poco la televisión. Y además la echaban los sábados. Y los sábados, en aquellos años, tenía cosas mejores que hacer que ver la caja tonta. Así que no recuerdo haber visto nunca un capítulo entero de aquel celebrado culebrón de seudo-ciencia-ficción. Pero mentiría si dijera que no tengo imágenes visuales en mi imaginario particular de lo que era. Más que nada porque fue relativamente omnipresente, especialmente dada la escasa oferta televisiva del momento. O veías eso, o veías el UHF. No había más.

Pero oye. Me picó la curiosidad. Y anoche vi el piloto.

Lo primero, lo importante. Como es costumbre en el mundo del cine y la televisión americanas, cuando se trata de ciencia ficción, las chicas malas están incomparablemente más buenas que las chicas buenas. Y aquí no hay excepciones. Porque la «prota», Morena Baccarin, a quien ya pudimos disfrutar en Firefly, con su pelito corto y su exótica cara brasileña, está como un queso, y mucho más elegante, dónde va usted a parar, que su antecesora de los ochenta. Y la lagarta secundaria, que se liga a los adolescentes,… pues también está estupenda. No sé si esto justificará ver la serie, pero es un hecho.

En segundo lugar, el piloto fue entretenido. Y con algún detalle espectacular como las naves sobrevolando las grandes ciudades. Sí. Ya sé que está muy visto. Pero quedó bien. Aunque supongo que siendo una producción televisiva, en un futuro serán más parcos en efectos. Que no es cuestión de gastar por gastar.

Y además, los rollos de los yanquis. Dale vueltas con el terrorismo. Es que son monomaníacos. Y acabarán sacando a alguno con algún trauma de luchar en Iraq y esas cosas. Pues eso. Que conviene abstraerse un poco. Pero lo que fue la juerga, fue lo de la salud. En plena discusión política en los EE.UU. sobre la conveniencia o no de disponer de un sistema universal de prestación de servicios sanitarios, algo que en Europa hace tiempo que está superado, en general para bien de los ciudadanos, la lagarta lideresa promete en un discurso que implantará servicios sanitarios universales para toda la humanidad. ¿Que? Esta serie,… ¿financiada por el GOP, o qué? ¿Defendiendo los valores propios americanos, es decir, la insolidaridad universal? De chiste. Estos lagartos, además de lagartos, son socialdemócratas, y vete tú a saber si además llegan de Europa. Satánicos, vamos.

Pueril. Americano, vaya.

En fin. A pesar de todo, como he dicho, entretenida. Le daré alguna oportunidad más. Pero mi pronóstico es… reservado. Ya veremos, que dijo un ciego a otro ciego.

¿No eran los lagartos los que escondían sus principales y más peligrosas naves en la cara oculata de la luna? ¿O me equivoco de serie?

Luna y farolas

Cuarto creciente sobre el Parque Grande de Zaragoza - Canon EOS 40D, EF 50/1,8

Series fallidas, desafiando la gravedad…

Televisión

Es dura la vida del aficionado a la ciencia ficción. A la buena ciencia ficción. La mayor parte de la literatura sobre el tema dice más bien poco. En el cine, hace tiempo que se basa en el pim pam pum de los efectos artificiales, ignorando por completo las buenas historias. Y en televisión, desde esta primavera nos hemos quedado huérfanos con el final de Battlestar Galactica, cuyo final nos hace dudar de si es buena idea encuadrarla como ciencia ficción y no como otra cosa. Lo que son las cosas.

Este verano surgió una nueva serie que habría algunas expectativas. Un coproducción americana y europea, Defying Gravity, en la cual se nos iba a narrar el periplo de ocho astronautas por todo el Sistema Solar. El piloto prometía. Relaciones humanas y una producción razonablemente bien hecha, con efectos contenidos pero razonablemente realistas para un producción televisiva.

Pero la cosa no evolucionó bien. Desgraciadamente, el espabilado que la definió como una «anatomía de Grey» en el espacio, se acercó demasiado a la realidad. En un momento dado, tomaron mucha más importancia los rolletes sexosentimentales de los protagonistas, adquiriendo un carácter de drama de instituto en el espacio, más que en auténtica ciencia ficción. Lo cual defrauda a los auténtico aficionados al género. Si además descubres, que en una producción que busca mantener cierta respetabilidad científica, sin hiperespacios ni otras zarandajas, que las ondas de radio que no es más que otra versión de la luz se mueven instantáneamente por ese espacio, haciendo posibles las conversaciones en tiempo real cuando debieran estar interrumpiendo por los segundos o minutos que le cuesta a la luz moverse «perezosamente» por el espacio… Pues empiezas a desanimarte. Claro, para los aficionados a las «anatomías de Grey»,… pues todo el rollo tecnológico les sobra… Seguro que consideran más conveniente casarse con un médico que con un astronauta que se va varios años por el espacio en lugar de estar en casa.

Hacia el final de los trece episodios que se han ofrecido las cosas mejoraron de nuevo, volviendo en gran medida al carácter del episodio piloto. Pero probablemente tarde para recuperar el interés del respetable. Y finalmente se nos ha obsequiado con un episodio un poco tostón y regularmente mal hecho sobre las peripecias en la superficie de Venus, con un hermoso cliffhanger, por si toca retomar la serie. Cosa que parece poco probable, aunque se ha hablado de que algún canal especializado podría retomar futuras temporadas.

En fin, tendremos que depositar nuestras esperanzas en otras series. En esto momento, es Stargate Universe la que parece que ha tomado un camino interesante. Mucho más profundo y serio que sus antecesoras de franquicia. Y habrá que ver qué pasa con el estreno de Caprica, el spin-off de Galactica, aunque no será una space opera, que es uno de mis géneros favoritos. El tiempo dirá.

En la foto de hoy, el astro más cercano a nuestro maltratado hogar planetario, la Luna, aparece oronda sobre París.

Luna sobre Etoile

La luna se eleva sobre los edificios que roden l'Étoile parisina - Panasonic Lumix LX3