[Cine] Blue Sun Palace (2024)

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Chinatown en Manhattan. Aunque creo que la acción de la película transcurre en Queens. Pero todo es Nueva York.

Blue Sun Palace (2025; 39/20250903)

Sinceramente, hoy no tocaba esta película. Pero como había preparado ya las fotografías de ilustración apropiadas para ella, pues ya volveré otro día a la que me he saltado. Así que nos vamos de la mano de la directora Constance Tsang, debutando en su primer largometraje, a los reales del cine independiente norteamericano, más independiente imposible, que ni siquiera sabe a cine norteamericano. Aunque llegó a la cartelera con muy pocas alharacas, lo cierto es que la crítica había vertido muchos elogios sobre esta película, lo que nos motivó a ir a verla.

Tsang nos sitúa durante la mayor parte de las casi dos horas que dura la película en un salón de masaje en algún lugar de Nueva York. Como ya he dicho, creo que en Queens. Allí trabajan Didi (Xu Haipeng) y Amy (Wu Kexi), dos inmigrantes chinas de Taiwán, que salen adelante lo mejor que pueden. Didi ha empezado una aventura con Cheung (Lee Kangsheng), un cliente habitual del salón. Aventura le llamo, porque nos enteraremos de que está casado y tiene algún hijo. Pero un día, una tragedia ocurre. Alguien morirá, y los supervivientes tendrán que salir adelante, encontrar apoyo, si ello es posible los unos en los otros, y encontrar su camino en una ciudad en la que no dejan de ser gente desarraigada.

Tsang nos invita a entrar en el mundo de los inmigrantes chinos, taiwaneses, en Estados Unidos. Un mundo marcado por el desarraigo, por la necesidad de ganar el dinero que se pueda, pero gastar lo mínimo, para poder enviar remesas a casa, a las familias que se han quedado en la isla en el otro extremo del mundo. Un mundo en el que cada cual encuentra afecto donde buenamente puede. Cualquier contacto humano parece bueno, en una situación de profunda alienación. También nos introduce en el mundo del duelo cuando estás lejos de quienes pueden ayudarte a superarlo. Y también en la fina finísima línea que separa a la persona de un degradación total. Pero no es una película pesimista. También se plantean oportunidades que pueden ayudarte a salir adelante. Pero tienes que encontrarlas. Y para encontrarlas, tendrás que buscarlas. Y para buscarlas, abandonar los lugares aparentemente seguros, sólo aparentemente, para buscar auténticos refugios en otro lado. También nos muestra el lado alienante de la gran ciudad, especialmente ante el extraño.

La puesta en escena y la cuidada dirección, encuadres, secuencias, luces y sombras, son de primer nivel a pesar de ser una película realizada con un evidentemente limitado presupuesto. Pero Tsang se maneja con una maestría que podría ser propia de directores más experimentados. O tal vez es la propia del director novel que tira de creatividad y desparpajo para sacar adelante su trabajo, muy meritorio. Pero sobretodo cuenta con la complicidad de un reparto en estado de gracia. Por lo que he averiguado, Wu Kexi, que interpreta el personaje principal, no es principal una novata en la interpretación, y en su país cuenta con prestigio y respeto. Y desde luego desprende oficio a raudales, dotando a Amy de una sensibilidad y una profundidad que cada vez es más difícil encontrar en las películas de cine. Sin que este comentario suponga desmerecer al resto del elenco.

Muy recomendable. Aunque probablemente no atraerá a los devoradores de palomitas, de acción pirotécnica a cascaporrillo y otras tontás del cine actual más comercial. Es lo que hay. Sin embargo, es de lo mejor que he visto este año en las salas de cine, una película que crece en la memoria, se va haciendo más significativa poco a poco.

Valoración

Dirección: ****
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ****

[Cine] Past Lives (2023)

Cine

Past Lives (2023; 62/20231105)

Creo que el comentario de esta película va a ser uno de los más difíciles que he escrito en los últimos tiempos. No sé cómo me va a quedar, cuando un comentario me resulta complejo, siempre tengo la sensación de que me queda confuso. Quizá por ello intente ser breve, aunque no sé si lo conseguiré. Estamos ante la ópera prima de Celine Song, una dramaturga relativamente joven, pero con experiencia en los escenarios. Y cuando digo ópera prima, en esta ocasión lo es de forma absoluta, porque ni siquiera tiene en su currículum el fogueo en la realización de cortometrajes que presentan en sus currículos muchos directores cuando lanzan su primer largometraje. En esta ocasión, un primer largometraje con abundancia de elementos autobiográficos, aunque la directora ha dejado claro que la historia que cuenta es ficción basada en sucesos de su propia biografía.

Un niña de 12 años (Moon Seung-ah) se separa de su más que mejor amigo (Leem Seung-min) cuando su familia, una familia de artistas y autores, emigra a Canadá en busca de oportunidades. Recién acabada la universidad, a través de las redes sociales, ya una joven adulta (Greta Lee), vuelve a retomar contacto a distancia con el niño que ya no es un niño (Teo Yoo). Pero tras un tiempo de intercambios, estos cesan. Ya una mujer casada y establecida en Nueva York, dramaturga casada con un escritor (John Magaro), recibe la noticia de que su antiguo amor infantil va a visitar la Gran Manzana y deciden encontrarse. Lo que hará que salga a la superficie muchos sentimientos, sobre lo que fueron y sobre lo que son.

La circunstancia que motivó a Celine Song a plantearse esté proyecto es la escena inicial de la película. Un momento en un bar, una conversión entre tres personas, de los que sólo una ella, podía hablar con fluidez los idiomas de sus compañeros masculinos, el ingles y el coreano. A partir de ahí nos presenta una profunda historia a lo largo de más 20 años sobre la evolución de las personas y los sentimientos, y lo hace con maestría absoluta. Una putada para esta chica haber debutado de una forma tan absolutamente brillante; lo difícil que le va a resultar mantener el nivel a partir de ahora. Maestría a la hora de escribir y narrar la historia, ahí influye que no obviamente no es una escritora novel. Pero maestría a la hora de filmar, de dirigir la cámara, de buscar los encuadres, las localizaciones, de marcar el ritmo de la película, de gestionar las elipsis, de dirigir a los actores. Si a eso sumas una dirección de fotografía (Shabier Kirchner) de un enorme nivel, película rodada sobre película cinematográfica, Kodak Vision 3 500T forzada un paso o dos, para una imagen orgánica, granulosa y muy viva, y una banda sonora (Christopher Bear y Daniel Rossen) que encaja como una guante, la película, en su realización, prácticamente encaja a la perfección.

En otro orden de cosas, los intérpretes lo bordan. Personajes reales. Una auténtica reivindicación sin falsedades de una mujer fuerte, decidida lo que quiere en la vida, ganar el Nobel (12 años), ganar el Pulitzer (24 años), ganar un Tony (32 años), lo de menos es el nombre del premio, su objetivo es ser buena en lo que hace y para ello toma las decisiones que considera oportuna y gestiona sus cambios, moviéndose hacia adelante. Perfecta en esto Grace Park. Y en acompañándola en distintos momentos de su vida dos hombres muy alejados del macho alfa predominante en el mundo del cine. Inseguros, temerosos del cambio. O incapaz de seguir a la chica/mujer, o con miedo a no ser capaz. Fenomenal también los compañeros masculinos de reparto.

Y si bien todos los comentarios hacen hincapié en la historia de amor y desamor, la película es mucho más que eso. La película nos habla de las culturas y de los choques entre culturas. Nos habla de cuestiones de identidad personal, pero sin victimismos, asumiendo lo que eres y lo que quieres ser, adaptándose a lo que necesitas en función de donde quieres llegar. Y es una película profundamente feminista, sin aparentarlo, simplemente porque nos presenta la capacidad de una chica, de una mujer ,para tomar sus propias decisiones y seguir adelante. Es cierto, cabe la reflexión… ¿qué porcentaje de jóvenes en su misma situaciones pueden alcanzar sus mismos niveles de éxito? ¿Cuántas se quedan por el camino no importe la proactividad que manifiesten? ¿En qué medida no hay una elegía encubierta del mito del sueño americano de que cada cual puede ser lo que quiera ser si se esfuerza lo suficiente? Lo cual es esencialmente falso en un país, Estados Unidos, en el que la movilidad en la escala social es muy inferior al de otros países desarrollados. Este punto es el que le quita la estrella de obra maestra en mi valoración subjetiva global. Pero sin duda, entiendo que algunos hablen de ella como la mejor película del año. Puede. No creo que alcance un éxito total en la temporada de premios, aunque algunas cosas se llevará. Pero hay nombres más rimbombantes con propuestas interesantes este año. Pero oye,… es de A24, y fíjate lo que pasó el año pasado con aquello pasaba todo a la vez y en todas partes… ¿Dos años consecutivos de triunfos por parte de un asiaticoamericano? Difícil. Pero si sucediese, yo no me rasgaría las vestiduras. Me daría por contento.

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: *****
  • Valoración subjetiva: ****

[Libro] El maestro de almas – Irène Némirovski

Literatura

El año 2011 fue un año… relativamente malo para mí. Lo empecé con mucha ilusión, haciendo planes… pero casi todos se fueron torciendo por el camino. Y una de las cuestiones que más influyó fue que mi padre empezó a acusar deterioros en su salud, e ingresó en el hospital varias veces. Y en estas estancias hospitalarias siempre aprovechaba para leer. Siempre con algún libro de bolsillo a mano. Editorial Salamandra había cumplido años recientemente. Si no recuerdo mal, 20 años. Y había sacado un serie especial de libros de bolsillo conmemorativos, de los que leí casi todos. Y entre ellos, la Suite Francesa de Irène Némirovsky, obra inacabada de una inmigrante rusa judía a Francia, y que tras desarrollar una interesante carrera literaria en el idioma de Molière, fue traicionada por su patria de adopción, y acabó sus vidas en un campo de exterminio nazi. Los franceses siempre cuentan más sobre la resistencia al nazismo, que sobre el abundante colaboracionismo que existió en el país durante la ocupación y el infame régimen del mariscal Petain. La Suite francesa permaneció inédita hasta 2004 cuando se publicó y hubo un redescubrimiento de la obra de una escritora que había permanecido ignorada desde su muerte.

Me gustó mucho aquella obra inacabada, por lo que en los años siguientes volví a la autora, leyendo varias de sus obras, todas publicadas por Salamandra. Esta fue una editorial muy interesante, pequeña en comparación con otras, de carácter independiente, de las que descubría escritores de calidad, ignorados por las grandes, más preocupadas por la cuenta de resultados que por la cultura o la literatura. En 2019, con 30 años de recorrido fue comprada por una multinacional,… así que… se acabó la independencia, y [mode ironic/on]»bienvenidos»[mode ironic/off] los oligopolios justo donde más hace falta la diversidad, en el mundo de la cultura y las ideas. En cualquier caso, esto ha sido una pequeña disgresión que espero disculpéis, desde el año 2016 no había vuelto a la autora rusofrancesa. Hasta que una oferta flash en Amazon me llevó a esta interesante novela.

Publicada originalmente en 1939 por capítulos en una revista con el título Les échelles du Levant (Las escalas del Levante). Ya no pudo editarse en forma de libro por la guerra y la muerte de Némirovsky. Cuando se reeditó en forma de libro en 2005, ese título se asociaba a una novela de Amin Maalouf, y por ello se publicó como Le maître des âmes (El maestro de almas), expresión que aparecen en el relato para referirse a su protagonista. Este es un médico levantino, joven cuando comienza el libro. Se dice en él que es un meteco con ancestros griegos e italianos, que procede de algún lugar de Crimea o Ucrania. Probablemente judío, lo cual no se establece expresamente en ningún momento, que yo recuerde. Podría estar equivocado. Que malvive en Niza en los años 20 del siglo XX con su esposa embarazada, y que no consigue salir adelante puesto que los franceses no confían en él por su carácter extranjero. Pero por una suerte de carambolas, y plagiando con ciertas modificaciones los métodos del recientemente puesto moda psicoanálisis de Freud, al que hipócritamente critica, se hace un nombre y una fortuna, aunque siempre pendiente del dinero y de las apariencias, en una sociedad en la que nunca se sentirá integrado.

Este es un libro duro. Siendo Némirovsky una exiliada de la Europa oriental, siendo de origen judío, se muestra implacable con el protagonista de su relato. Aunque pueda sentir compasión de él y su familia cuando sufren, no deja de ironizar e incluso satirizar sus actitudes cuando le llega el éxito, así como todos sus intentos por huir hacia adelante cuando se tuercen las cosas. Llegando a la absoluta falta de ética profesional y al crimen. Las ironías de la esposa fiel y enferma que le perdona sus constantes infidelidades, y la ironía de la hija que le repudia al integrarse entre las familias de bien francesas que le desprecian y a las que desprecia, salvo justamente la de la mujer a la que amó, y que representa la Francia en la que le gustaría integrarse pero que le rechaza, y que justamente en la que integra su hija. Representante de la figura del judío errante en la conflictuada sociedad francesa de entreguerras.

Por esta novela, y otros escritos, se ha acusado en ocasiones a Némirovsky de ser una judía renegada y antisemita. Se convirtió al catolicismo, creo que en torno a 1938, aunque eso no le sirvió para evitar las leyes antisemitas de la Francia de Vichy y formar parte del enorme listado de víctimas del racismo de la Alemania nazi. Pero no son pocos, y así lo entiendo yo también tras leer el libro, que Némirovsky lo que hace es repartir estopa a todos los palos. Tanto critica la hipocresía de la sociedad francesa, el racismo y xenofobia de la clase media, como el ansia del dinero del levantino y su pérdida de valores. Valores que existían pero a los que renuncia, puesto que también desea renunciar a su herencia. No obstante, como he leído en algún sitio, el conocimiento de la historia posterior, el propio genocidio en el que pereció la escritora pero que no formó parte de su bagaje literario, hace que la lectura de su obra sea difícil para algunos desde la perspectiva moderna. Némirovsky no se andaba con contemplaciones para los protagonistas de sus propias creaciones, y era muy consciente de los problemas de la sociedad en la que vivía.

Esta novela, que leí ya de regreso de mi viaje de vacaciones, es compleja. Pero apasionante. Bien escrita. Y muy recomendable. Pero conviene centrarse en su lectura, libre de prejuicios y evitar juzgar a sus protagonistas con la misma dureza que ejerce la propia escritora, para mantener una adecuada distancia y perspectiva sobre la hipócrita sociedad que se critica.

[Cine] West Side Story (2021)

Cine

West Side Story (2021; 78/20211224)

Si os he de ser sincero, que Steven Spielberg se hubiera embarcado en la adaptación de un clásico del musical como es West Side Story, no me hacía una especial ilusión. Spielberg ya ha realizado algún nueva versión de alguna obra previa, o había dado su visión particular de algún universo literario, y en ninguno de los dos casos me entusiasmó. De hecho, se encuentran entre las películas que menos me gustan del prestigioso director. Y luego está el hecho de que la primera versión que se llevó al cine ya fue un gran logro. Quizá para el público, lo que más se recuerde sea el glamour de sus estrellas. Bueno… el glamour de Natalie Wood en concreto, en la romántica historia que por sí ya es también una versión o actualización de un clásico como es la tragedia Romeo y Julieta de Shakespeare. Pero es una película que tiene muchas más virtudes en su dirección, fotografía, coreografía, diseño de producción,… todo aquello que hace grande al cine. Mucho a cuestas para que no entusiasmase que de repente el director, aparentemente falto de ideas, tire de la realización de nuevas versión, algo que desgraciadamente sucede con excesiva frecuencia en el Hollywood actual.

Una de las secuencias de la película está rodada en The Cloisters, una sucursal del Metropolitan Museum de Nueva York, en el extremo norte de la isla de Manhattan. Pocos turistas se acercan. Está lejos y se pierde tiempo en los desplazamientos. Pero a mí me encantó, como a los protagonistas de la película de hoy.

Por otro lado… el musical no es un clásico por nada. La música de Leonard Bernstein, las letras de Stephen Sondheim… son de lo mejor del género. Y los problemas derivados de la inmigración, la pobreza, las desigualdades basadas en etnias y otros factores en el mundo, y especialmente en los Estados Unidos… no han dejado de estar de moda. Aunque hace tiempo que hay quejas de las minorías étnicas sobre el hecho de que la única visión de sus problemas que llega a los medios y a la creación artística parece ser la de los blancos. No entraré en ese tema. Me centraré en los aspectos relacionados con la calidad cinematográfica. Sobre el argumento… para quienes no lo sepan… en el lado oeste de Manhattan respecto a Broadway conviven malamente los inmigrantes puertorriqueños con los restos de gente de origen europeo que han prosperado poco. Y los adolescentes se enfrentan en bandas callejeras entre sí. Hasta que un día, Tony (Ansel Elgort), uno de los líderes blancos [trasunto de Romeo Montesco, del partido gibelino en Verona], se enamora de Maria (Rachel Zegler), hermana de uno de los líderes puertorriqueños [trasunto de Julieta Capuleto, del partido güelfo en la bella ciudad italiana]. Pero eso no va a impedir que sigan los trágicos enfrentamientos entre las bandas. Todo… con muchas canciones.

Después de ver la película, mi impresión es que Spielberg, que debe estar forrado, tiene la capacidad para filmar lo que quiera, es decir, de conseguir el dinero para ello, y le apetecía demostrar al mundo entero su capacidad para filmar con solvencia e innovación este película, siendo fiel al musical original, y con las justas referencias a la buena adaptación de 1961. Es decir, nos encontramos ante un alarde. Un alarde de considerable empaque. Y en el aspecto artístico sale perfectamente adelante y con buenísima nota. La película es muy muy muy notable, bordeando la excelencia. A pesar del escepticismo con el que la afrontábamos a primeras horas de la tarde de nochebuena, poco a poco nos dejamos llevar por lo que pasaba ante nos ojos, sumergiéndonos progresivamente en un espectáculo excelente.

Pocas caras muy conocidas entre el reparto. Con la simpática presencia de Rita Moreno en el reparto, quien hizo de Anita (hoy en día Ariana DeBose) en la versión de 1961, ya octogenaria, pero en muy buena forma, y con unas intervenciones de gran nivel, y algún otro secundario veterano, estamos ante un reparto joven y poco conocido, escogido entre artistas que cantan y bailan con solvencia, e incluso con gran calidad. Un punto a favor de la versión de 2021 sobre la de 1961, en la que el reparto hacía playback sobre las voces de cantantes profesionales. Y aunque pocos número se han grabado en directo en la grabación, son playback sobre sus propias voces, alguno sí… lo cual es meritorio. Sin dudar de que los ingenieros de sonido habrán puesto de su parte para que todo quede perfecto al final. Muy bien para el reparto.

En la parte musical, no vamos a descubrir la calidad de la música de Bernstein y las letras de Sondheim, como ya hemos mencionado, pero hay que destacar las excelentes coreografías que se nos ofrecen, innovadoras con respecto a las de 1961, aunque con recuerdos y detalles extraídos de las mismas, para establecer un buen diálogo entre las dos obras. Y qué decir de la maravillosa fotografía de Janusz Kaminski, un clásico en los trabajos de Spielberg, que firma una de las iluminaciones para interesantes de su carrera, que demuestra la maestría de este director de fotografía.

Vamos… que nos gustó mucho. En una enorme y fría sala de cine, casi vacía, puesto que no creo que llegáramos a diez personas las que estábamos en esa sesión en versión original subtitulada. Y no es simplemente que fuera el día de nochebuena. O que fuera versión original. Es que la película se ha estrellado en la taquilla en sus primeras semanas de proyección en todo el mundo de forma estrepitosa. A pesar de la entusiasta opinión de la crítica cinematográfica, que la ha ensalzado notablemente. Pero a la gente parece que ya no le interesa este tipo de cine. Salvo que el boca a boca la recupere, Spielberg y sus financiadores las van a pasar canutas para recuperar la inversión. Porque no es una película barata… En fin, una pena. Como digo, una muy buena película. No una versión de la película de 1961, aunque le preste varios homenajes, sino una nueva versión, muy fiel, al musical original de Broadway. A mí me mereció mucho la pena las dos horas y media de proyección. Es lo que hay.

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] Shorta (2020)

Cine

Shorta (2020; 38/20210608)

El cine danés nos ofrece con cierta frecuencia buenas producciones, muy interesantes y muy bien realizadas. Tiene una cantera de directores competentes, innovadores y que trata los temas con profundidad, sin perder de vista que el cine también que ser atrayente para el público. Hace unos días leí un par de buenas críticas de esta película que he visto recientemente, dirigida por Frederik Louis HviidAnders Ølholm, dos cineastas que se habían movido hasta ahora en el ámbito de los cortometrajes, de la televisión y de la escritura de guiones. Pero inmediatamente me sentí interesado, especialmente con una cartelera que no se ha recuperado todavía de los efectos de la pandemia.

Cuando uno visita Dinamarca, Copenhague en concreto, no ve, salvo de lejos cuando se desplaza en los trenes de cercanías, los barrios de inmigrantes. Siempre vemos la cara amable de las zonas animadas, o de los festivales de jazz con los que me encontré yo en 2014.

Estamos en Dinamarca, tal vez Copenhague u otra ciudad importante, y tras una introducción en la que presenciamos la violenta detención de joven inmigrante africano por la policía, nos metemos en la rutina de un día de trabajo de dos policías que son emparejados para las patrullas de ese día. Ambos han tenido relación, aunque sea indirecta, con la detención del inmigrante, que se encuentra hospitalizado en estado grave, lo cual da lugar a una situación de malestar social en los barrios de inmigrantes, hasta el punto que los agentes reciben la recomendación de no entrar en uno de ellos, Svalegården. Mike Andersen (Jacob Lohmann) y Jens Høyer (Simon Sears) nunca han trabajado juntos. El primero tiene fama de irascible y violento. El segundo es tranquilo y callado. Pero las vicisitudes de la patrulla les llevará a estar en Svalegården, con un joven musulmán, Amos (Tarek Zayat), detenido en el coche de patrulla, cuando salta la noticia de que el hospitalizado ha fallecido, y se desatan violentos disturbios en el barrio, por no llamarlo gueto. Y van a tener difícil salir de allí.

Esta producción es una película incómoda. No hay blancos y negros, no hay maniqueísmos, no hay buenos y malos, incluso si a priori lo parece. Nadie está a salvo del reproche ético. Nadie carece de valores positivos. El problema es que no hay concesiones al distinto. Es una dura reflexión, por la fuerte violencia, a las intolerancias sociales. A los racismos. A los integrismos. Y la violencia incomoda. Pero la película está fenomenalmente realizada. Jugando con el primer plano y con la acción fuera de foco, vemos y no vemos. Sabemos qué pasa, o lo intuimos, pero como si no lo quisiéramos o como si no quisiéramos ser totalmente conscientes. La película va al grano. Con poco más de hora y media de duración, condensa lo que sucede en casi 24 horas, y suceden muchas cosas. Deteniéndose en momentos concretos, unos que invitan a la reflexión, otros a la esperanza, otros a la desesperación y otros al horror. Sin saber muy bien con qué quedarte. Porque no se proponen soluciones ni salidas fáciles.

Esta camiseta no es del Real Madrid… lo que no tengo ni idea es si podría ser del Arsenal… ni idea de fútbol. El niño no parece inmigrante… aunque vete tú a saber, que del este de Europa vienen unos inmigrantes muy rubitos.

Además hemos de señalar la más que notable interpretación de ambos protagonistas, muy bien acompañados de los secundarios, en una interpretación muy física, con un trabajo que debió ser realmente duro. Aunque con diálogos notables, que elevan el problema, desde lo local, en uno de los que se presume como uno de los países más felices y prósperos del mundo, al ámbito europeo, con ese diálogo notable de que «los inmigrantes son del Arsenal y los policías del Real Madrid». Menuda carga de profundidad y cuánto hay para reflexionar en ese diálogo aparentemente tan banal.

Película de gran nivel, pero muy incómoda. No se ofrecen seguridades de ningún tipo. Nos quedamos al final con la misma sensación de inseguridad con la que hemos empezado. Un final áspero y sin concesiones. Yo la recomendaría sin duda, porque tiene muchos valores cinematográficos y sociales importantes. Pero eso no quiere decir que guste universalmente. Por cierto, shorta [شرطة] es policía en árabe.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****
No deja de ser irónico que el jazz fuera una evolución de la música de esclavos africanos en sus descendientes, «libres» pero segregados, y ahora sea abrazada con entusiasmo por la blanca y culta Europa nórdica.

[Cine] Minari (2020), una belleza de película con inconsecuencias

Cine

Minari (2020; 19/20210312)

Como digo en el encabezado de esta entrada, Minari es una película muy bella. Realmente. Desde muchos puntos de vista. Simplemente, por la forma en que está planteada, rodada, por la belleza de sus sencillos personajes, por la belleza de muchos pequeños detalles… ya merece la pena acercarse a las salas de cine a verla. En versión original, por favor. Es una película bilingüe, coreano e inglés, en la que las transiciones entre los dos idiomas, usados «indistintamente» por la familia protagonista ES importante. Pero también tiene un grave problema. Está repleta de pequeñas inconsecuencias que afectan sobre todo a su tramo final… que a las personas que me acompañaron al cine y a mí… nos dejaron un poco… ¡meh! Incomprensibles para mí. Quizá su comentario desvele parte de su argumento, así que como se dice hoy en día… cuidado… posibles espoilers.

La película ha despertado mucha expectación y ha levantado muchas expectativas. Ayer se anunciaron las candidaturas a los Oscars, y acumula unas cuantas, muy significativas. Muchos dicen que habla del sueño americano… bueno… el que esto escribe no cree que exista el «sueño americano». Es un concepto puramente propagandístico. Desde hace muchas décadas, las posibilidades y probabilidades de ascenso en la escala social son mucho mayores en Europa, especialmente en países con un fuerte desarrollo de estado del bienestar, que en Estados Unidos. Es mucho más importante un acceso los menos inequitativo posible a la educación que el mito del trabajo duro. Si fuera por eso… no tendría interés. Pero si hablamos del desarraigo, de la pérdida de referentes, del riesgo de ruptura de los puentes intergeneracionales,… hay estamos en un tema distinto. Y sobre el cual la película tiene mucho más que decir, y lo dicen. Y lo dice bastante bien. Al fin y al cabo, la planta que da título al film, minari (Oenanthe javanica), actúa como bella metáfora de la capacidad de aguante y la capacidad de echar raíces en un suelo distinto del propio.

Ya que estamos ante una pelíicula familiar, la playa de Haeundae en Busan fue uno de los entornos de ambiente más familiar que encontré en Corea del Sur.

Aunque el director, Lee Isaac Chung, es un inmigrante de segunda generación, es decir, sus padres son nacidos en Corea del Sur, pero él es nacido ya en los Estados Unidos, hace un planteamiento mas frecuente, en mi experiencia, en la ficción asiática que en la occidental. Frente al conocido planteamiento, nudo y desenlace de la narrativa tradicional occidental, estamos ante un fragmento de las vidas de los componentes de la familia Yi. Como curiosidad. Yi es el apellido más frecuente en el mundo, aunque no en Corea, donde es Kim, pero, por esas causas y azares de las transcripciones entre lenguas con distintas grafías, lo podemos encontrar como Yi, I, Li, Lee, Ri, Rhee, y probablemente alguna otra forma de la que no me acuerdo o desconozco. Un fragmento marcado por dos momentos… pero aunque vamos conociendo algunos de los antecedentes de la familia antes de que se establezcan en una región agrícola de Arkansas, nada sabemos sobre lo que pasa después del final de la película. He leído por ahí que hablaban de ella como de un «drama con final feliz»… yo diría que al final de la película le da su director y guionista, inspirado por sus propias vivencias y las de su familia, un tono optimista. Pero bueno… Las ganas que tenemos de finales felices.

El equipo de la película, encabezados por Chung, consigue introducirnos en un ambiente calmado, bello, tranquilo, en el que transcurre el drama de vivir de la familia Yi. Fotografía, banda sonora, sonido, diseño de producción, ambientación, son de muy buen nivel, al mismo que relativamente atemporales. Algunos detalles nos sitúan en los años 80 del siglo XX,… pero podríamos estar en cualquier momento del último medio siglo o más. Muy alto nivel. Pero donde destaca también es en el reparto… y en especial en la dirección de actores. Toda la familia raya a un nivel muy alto. La mayor parte de la crítica se ha fijado en los dos personajes más llamativos. El niño (Alan S. Kim) y la abuela (Youn Yuh-jung). Pero eso es lo fácil. Tienen la parte del guion más jugosa, las interacciones más entrañables y el juego con el sentimentalismo del espectador. No quiero desmerecer el trabajo de ambos intérpretes, pero hay que ajustarlo por las variables mencionadas. La segunda es candidata al Oscar, improbable… pero en un año loco y con determinadas modas y tendencias… cualquier cosa es probable.

También es candidato al Oscar Steven Yeun, el padre de familia. También es un ganador improbable, me parece a mí. Este actor no es nuevo, aunque poco conocido. Se ha dedicado más a la televisión, y en especial a poner voz en películas y series de animación… así que… difícil que sea conocido. Pero quiero destacar que hizo un papel muy interesante en una buenísima película coreana que paso más desapercibida de lo que merecía en su momento, adaptación de un cuento de Haruki Murakami. Y las intérpretes que les toca la peor parte, es decir los papeles menos vistosos, son las otras dos féminas de la familia. De la jovencita Noel Cho, poco se puede decir, pero cumple a la perfección con el papel de hermana mayor, noona, y creo que su trabajo, que pasará totalmente desapercibido, es bastante meritorio. Y luego está la esposa y madre de familia, la estoica mujer no carente de carácter que interpreta Han Yeri. Creo que la primera serie de televisión coreana que vi en Netflix fue Cheongchunsidae [Hello, my twenties!], y además una de las que más me ha convencido. Y allí conocí a esta actriz, que interpretaba a la mayor de las cinco compañeras de piso universitarias cuyas vidas acompañábamos en la serie. También un papel de chica seria y estoica. El caso es que me parece que esta intérprete, en la película que comento, lo borda. Pero la crítica, los comentaristas, la gente en general valora poco los papeles contenidos, poco vistosos, sin grandes frases grandilocuentes. Pero está realmente muy bien.

Y el comentario sobre el papel que hace Han Yeri me da paso a lo de las inconsecuencias que mencionaba al principio. Voy con algunas tonterías. Nos proponen una educación sensata y racional del padre hacia el hijo cuando desecha contratar a un zahorí para encontrar dónde instalar un pozo para obtener agua, fiándose mejor de la observación y lo que la naturaleza nos dicta… lo cual está muy bien… para al final generar un «fracaso» y acabar contratando al zahorí. La rabdomancia de los zahoríes es una pseudociencia, sin base alguna, pura superstición en sí misma… así que maldita la lección que nos da la película.

Otra… la familia, en un momento determinado, está formada por papá y mamá en sus treintaitantos, una hija de 10 u 11 años, sensata pero así de jovencita, y un niño de 4 o 5 años, junto con una anciana en sus 70 y que acaba de sufrir un ictus quedando parcialmente discapacitada en sus movimientos y en su habla. Sabemos que ambos miembros del matrimonio tienen capacidad para conducir un coche. Tienen que llevar al niño pequeño a una revisión cardiológica por una malformación congénita, por lo que se deben desplazar en el coche desde Arkansas a California en un viaje que será largo. ¿Cuál de las dos siguientes opciones elegirían ustedes? a) Uno de los esposos se va con el niño en el coche a California, mientras que el otro se queda tranquilamente en la granja supervisando a la abuela con la ayuda de la sensata y bien dispuesta niña; b) El matrimonio coge el coche y los dos niños y se van todos a California discutiendo sobre el final de su matrimonio, mientras dejan sola a la discapacitada anciana, en un entorno donde los accidentes son posibles. Ya. Lo suponía. Yo también. Pero el guion de esta película dispone lo contrario. Y sí, si algo puede pasar, al final pasa.

Y la última… En un momento dado, la esposa, con miedo por la inseguridad de la situación para la familia, y en especial para sus hijos, anuncia que los coge y se vuelve a Californa, a conseguir un trabajo asalariado que le permita mantener a sus retoños. Y si él quiere ir, vale, pero si no, hasta aquí ha llegado el matrimonio. Unas escenas más adelante,… cuando la calamidad derivada del párrafo anterior se produce… pelillos a la mar, todos contentos y a seguir. ¿De verdad que el futuro de esta familia tal y como se plantea en la película es optimista? Lo dudo. Inconsecuencias. Una cosa es que la ficción soporte cosas basadas en la suspensión parcial de la incredulidad y otra es la incongruencia y la inconsecuencia en lo narrado.

Por todo lo anterior, una película que en su mayor parte iba destinada a las cuatro o las cinco estrellas de mi valoración subjetiva… se queda en tres. Creo que es una película razonablemente recomendable. Tiene muchas cosas muy buenas, muy buenos valores cinematográficos… pero nunca he tenido capacidad para comulgar con ruedas de molino. Una pena.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Libro] Días sin final

Literatura

He empezado a acumular cierto retraso a la hora de comentar los libros que leo. Tengo varios a la espera. Entre otras cosas, porque varios de ellos han sido novelas breves y, también, porque la semana pasada no tuve ocasión de ir adelantando algún comentario. Hoy traigo aquí una novela que no es especialmente breve, su versión en papel tiene 280 páginas, pero que sí que leí con soltura y agilidad. Fue una de esas escasas ofertas que aparecen de vez en cuando a Amazon Flash, que te llaman la atención y que, después de varios fiascos, tras pensártelo y revisar reseñas, si existen, que indiquen cierta calidad literaria, te animas a adquirir.

A falta de fotografías del medio oeste y del lejano oeste americano, donde transcurre buena parte de la acción, nos centraremos en Irlanda, el país de origen del protagonista.

El autor es Sebastian Barry, un dramaturgo, novelista y poeta irlandés que ha adquirido un cierto prestigio entre los autores contemporáneos en dicho país. Muchas de sus obras tienen protagonistas inspirados por sus propios antepasados familiares, entre quienes encontramos tanto leales a la corona británica como nacionalistas irlandeses contrarios a la misma. También ha tratado las cuestiones del éxodo y diáspora irlandesa por el mundo.

En el libro que hoy nos ocupa, el protagonista es Thomas McNulty, un joven adolescente irlandés que, habiendo perdido a su familia en las hambrunas de mediados del siglo XIX se embarca para emigrar a América, donde irá sobreviviendo como buenamente puede hasta que conoce a otro adolescente John Cole, con quien establece amistad, y con quien se gana la vida un tiempo en una ciudad minera bailando con los mineros vestidos de mujeres. Conforme crecen, esta ficción no se sostiene, y para sobrevivir entran a servir en el ejército, al mismo tiempo que la amistad entre ambos jóvenes crece y se convierte en algo más. Una vez en el ejército, se abre un periodo de tiempo en el que les acompañaremos en las guerras contras los nativos americanos, en la guerra de secesión y nuevamente forzado a unirse al ejército en los conflictos contras los nativos americanos.

La historia de estos jóvenes, y de quienes se van uniendo a ellos y conformando su familia, como una joven niña huérfana nativa americana, algún antiguo esclavo negro y otros miembros del ejército, a lo largo de los 20 años tiene un carácter muy agridulce. Constantemente vamos alternando los episodios de carácter dramático o trágico, especialmente en las distintas guerras en las que intervienen, con los episodios esperanzadores derivados de las uniones familiares que van forjando, incluso si son familias en los que sus miembros no son de la misma sangre. Puede haber momentos casi cómicos y otros en los que has de parar de leer por la dureza y la crueldad de los episodios narrados. Nos habla de la dureza de pasar hambre, del racismo inherente a la expansión de las personas de origen europeo por norteamérica. Desmitifica al ejército norteamericano. La caballería que recorre las praderas pierde el halo romántico y heroico al que nos acostumbraron las películas del oeste, para recuperar su naturaleza de fuerza colonizadora, en ocasiones genocida, en la que la supervivencia es difícil y un mismo hombre puede ser un villano en un momento y un héroe al siguiente, o viceversa. Los criterios morales perdidos por parte de la mayor parte de los personajes. Salvo quizá en esa reivindicación de la familia, por extraña o poco convencional que sea, que constantemente se percibe en el libro como tabla de salvación ética y humana de los protagonistas.

No es un libro perfecto, tiene sus altibajos, creo que tiene incluso alguno imprecisión histórica, y la traducción también me parece mejorable. Pero globalmente está bastante bien, creo que es honesto, es crítico con una historia y un país, los Estados Unidos, que al mismo tiempo ha ofrecido tanto esperanzas como sufrimientos por igual a quienes ha albergado. A mí me ha merecido la pena y me parece recomendable, más si lo pillas al precio que yo lo conseguí, de menos de dos euros.

[Libro] La hija del sepulturero

Literatura

Sigo intentando ponerme al día con los libros leídos, y voy por uno que terminé a mediados de marzo, y que hasta ahora no había encontrado un hueco. Lo cual no viene mal, porque esta novela de Joyce Carol Oates tiene mucho sobre lo que pensar y reflexionar antes de dar opinión. Es un relato, un largo relato para lo que es mi costumbre, que nos cuenta muchas cosas, muchas situaciones, y nos describe unas evoluciones personales y sociales que dan mucho de sí. Es uno de los éxitos más recientes de la autora, de la cual comenté hace unos meses otro relato con características muy distintas.

La hija del sepulturero
Joyce Carol Oates; traducción de José Luis López Muñoz
Editorial Alfaguara, 2010
Edición electrónica

Rebecca Schwart es una joven de 22 años. Casada con un niño pequeño que tuvo a los 19, trabaja en una fábrica en el norte del estado de Nueva York. Su marido pasa largas temporadas fuera de casa. Por motivos de trabajo, se supone. Un día es acosada por un individuo elegante, que la confunde con otra mujer. La desazón que le supone este hecho le lleva a retroceder a su pasado. Los Schwart, Jacob y Anna, fueron un matrimonio con dos hijos que huye hacia finales de los años treinta del ambiente de persecución a los judíos existente en su Alemania natal. Su entorno social y cultural tenía cierto nivel antes de la llegada de los nazis. Ella era música, interpretaba al piano. Él había sido profesor en un instituto y trabajó en una imprenta dedicada a los libros técnicos y científicos. Tras una travesía en malas condiciones, con Anna embarazada, llegan al puerto de Nueva York, donde no bajan a tierra hasta que da a luz a Rebecca en un difícil parto. Una vez en el país de acogida, tienen dificultades para establecerse, y Jacob acaba encontrando trabajo como sepulturero en un pueblo del estado de Nueva York. Han pasado de una confortable clase media en Alemania a lo más bajo de la escala social en el ambiente rural de Estados Unidos. Esto será nefasto para la familia, y condicionará la vida de la joven Rebecca, que vivirá una serie de tragedias en su niñez y en su juventud que le llevarán a la necesidad de reinventarse a sí misma. Completamente. A vivir una vida que es una mentira. Para salir adelante ella, pero sobretodo para sacar adelante a su hijo.

Rebecca, la protagonista de la novela, nace a finales de los años 30 en el puerto de Nueva York, lo que la hace, al contrario de su familia, americana de nacimiento.

Rebecca, la protagonista de la novela, nace a finales de los años 30 en el puerto de Nueva York, lo que la hace, al contrario de su familia, americana de nacimiento.

Inspirada la novela por las vivencias de la abuela de la escritora, que de hecho fue hija de un sepulturero y sufrió la violencia a manos de su marido. Sin embargo, la escritora carece de toda la información sobre lo sucedido. El tema no se trata libremente en su familia, por lo que según entiendo no puede contar la historia como fue. Así que rellena el desconocimiento con la invención de unos personajes inspirados por los de la historia de su abuela, y sitúa la acción en un entorno, el norte del Estado de Nueva York.

A partir de ahí, los temas a tratar son muchos y difíciles. El racismo y la xenofobia; el miedo o el desprecio al extranjero. La pobreza y sus consecuencias. La inadaptación de las personas expatriadas a sus nuevos ambientes; el miedo a ser despreciados y las barreras a integrarse en la nueva sociedad. La violencia familiar; la violencia de género.  El descubrimiento de la sexualidad asociada al miedo y a lo desconocido. Las carencias afectivas que impiden identificar los sentimientos auténticos de los impostados. La maternidad y la necesidad de proteger al hijo deseado. El sentimiento de abandono por el hijo que triunfa que ya no necesita de la madre. Y sobretodo, la necesidad de mentir, de recrearse a sí misma, de crear una nueva vida, un nuevo pasado, unas falsas raíces, de interpretar continuamente las 24 horas del día y durante años un personaje. Renunciar a quien eres, para conseguir salir del agujero en el que has vivido desde el momento que no moriste en un nacimiento no deseado.

Un hecho que le sirve de poco, porque sufre de una falta continuada en sus primeras décadas de vida de documentación sobre quién es y cuál es su estado. No le impide sentirse extraña entre sus "compatriotas".

Un hecho que le sirve de poco, porque sufre de una falta continuada en sus primeras décadas de vida de documentación sobre quién es y cuál es su estado. No le impide sentirse extraña entre sus «compatriotas».

La novela está escrita de forma fluida y, al menos en la traducción al castellano, te lleva a una lectura atrayente y difícil. Hay pequeños y grandes dramas y tragedias a lo largo de una vida, con algunos éxitos y satisfacciones. Pero no han faltado los momentos en los que te tienes que parar y descansar durante un día para reflexionar sobre lo leído, sobre lo acontecido y su significado. Como ya se ha visto hay muchos temas trascendentes en marcha en la vida de Rebecca.

El libro termina con un intercambio epistolar entre la protagonista, ya convertida en una mujer mayor, viviendo retirada en Florida, con una prima alemana que creyó perdida y que ha adquirido notoriedad como escritora. Una sección del libro que se escribió de forma independiente y con anterioridad, pero que le da un final con mucho sentido al relato, al mismo tiempo que nos hace pensar sobre el sentido de la vida de las personas, como lo vivimos cada uno, como lo ven los demás.

Un libro muy interesante, que engancha, aunque no siempre te convenzan las soluciones argumentales de la escritora. Pero con razonable coherencia en su conjunto. En líneas generales, me parece una lectura recomendable, sobre la que me he dejado muchas cosas en el tintero. Pero es que tampoco me apetece extenderme en exceso en una entrada de blog personal, que no pretende ir más allá de comentar mis lecturas y expresar una opinión.

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Necesitará reinventarse para acabar siendo aceptada. En cualquier caso, tendremos que suponer que su entrada quedaría registrada en las oficinas de Ellis Island, que adivinamos en esta fotografía tras la isla y la estatua de la Libertad. ¿De qué libertad estaremos hablando?

 

[Libros] Te cuento… Caperucita Roja y La Sirenita

Fotografía, Literatura

Durante los días de fiesta que tuve en el período navideño, me escapé a librería Cálamo, mi preferida en Zaragoza, para echar un vistazo a lo que tenían con el fin de buscar alguna cosa distinta que leer o que mirar. Y me llevé varias cosas, que estoy en vías de ir leyendo y procesando. Entre ellas estaban estos dos libritos, una nueva colección recientemente iniciada por Alkibla, que mezclan un texto literario con fotografías. Es una variante del libro de ficción ilustrado, en la que se sustituyen las ilustraciones dibujadas por imágenes fotográficas.

De los tres libros que han iniciado la colección «Te cuento…», cogí los dos primeros. Me falta uno… que no sé muy bien porqué no lo compré también. El caso es que fueron dos.

He recibido una serie de fotografías que realicé con la Hasselblad hace un par de semanas en el entorno de los sotos del Ebro próximos al Parque del Agua de Zaragoza.

He recibido una serie de fotografías que realicé con la Hasselblad hace un par de semanas en el entorno de los sotos del Ebro próximos al Parque del Agua de Zaragoza.

El primero es «Te cuento… Caperucita Roja», con un relato de Patxi Irurzun, «Kaperu», y fotografías de Clemente Bernad, de su serie «marTa«. La moderna «caperucita» que nos propone Irurzun es una joven de los extrarradios de la gran ciudad, que se expresa mediante la realización de grafitis, que vive con su abuela y que salió en su momento de una relación con un novio abusador, su lobo particular. Las fotografías que acompañan el relato son un reportaje sobre la búsqueda de la adolescente Marta del Castillo, ejemplo de «caperucita» moderna con final triste, como lo era originalmente el cuento como lo recopiló Charles Perrault.

El segundo es «Te cuento… La sirenita», con un relato de José Ovejero, «El hombre de la casa», y fotografías también de Clemente Bernad, de su serie «el sueño de Malika«. En este caso, la «sirenita» es una inmigrante subsahariana, muy joven, que llega embarazada hasta las costas españolas tras un angustioso viaje en una precaria embarcación de la que es lanzada al agua en las cercanías de una playa. De este es rescatada por un amable hombre que la recoge y la mantiene durante unos días, hasta que se va acercando el momento del parto. Las fotografías que acompañan el relato corresponde a una serie del fotógrafo sobre la muerte de inmigrantes que cruzan en patera el estrecho.

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Allí observé que, además de algunos adolescentes, no muy distintos de la poligonera Kaperu de uno de los cuentos de hoy, son muchos los inmigrantes que utilizan los parques públicos como lugar de ocio; en proporción, más que los nacionales, me parece a mí.

 

Indudablemente, estamos ante un proyecto muy interesante sobre el que habrá que estar muy al tanto. No voy a decir que los dos relatos de estos dos primeros libros me hayan gustado por igual.

El primero de ellos, el que protagoniza Kaperu, tiene un comienzo muy prometedor, muy potente, que abre muchas posibilidades, incluso para un relato más largo, para una novela o al menos una novela corta, pero que termina con un final un poquito desinchado y precipitado. No sé. Me dejó un poco vacío. Sin embargo, el acompañamiento de las fotografías sobre la búsqueda de Marta del Castillo le proporciona una potencia de simbolismo y significados muy importantes, que hace que el conjunto sea muy recomendable.

El segundo, aquel en el que tenemos nuestra particular «sirena» rescatada del mar por un particular «príncipe», que al igual que en el cuento original, olvidémonos de la pavorosa «disneyficación» de los cuentos tradicionales, también abandonará a su «sirena». Este relato me ha satisfecho mucho más, especialmente por el énfasis que pone en la incomunicación, elemento presente en el cuento original, y que de alguna forma determina el cómo se vive la relación entre «príncipe» y «sirena». Por supuesto, las fotografías de Bernad, amplifican el mensaje, especialmente llevándonos a la reflexión sobre la odisea de los inmigrantes que quieren ganarse «su alma» en ese «paraíso prometido» que creen que es occidente.

Como podéis deducir de mis comentarios, me parecen unos libros muy recomendables, que nos permiten disfrutar de la literatura y la fotografía como artes complementarias, y que nos hacen reflexionar sobre elementos de la realidad actual, al mismo tiempo que encontramos nuevos sentidos y significados para los cuentos tradicionales.

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Y el caso es que hay lugares en estos momentos en Zaragoza que son bien agradables para pasear y disfrutar de la luz e incluso del paisaje, y que no son todo lo apreciados que podrían ser.

 

[Cine] The Immigrant (2013)

Cine

The Immigrant (2013), 12 de julio de 2014.

Vemos esta película en versión original subtitulada en castellano, por ello conservo el título original en inglés. La película está hablada en inglés y polaco. En la cartelera española la podemos encontrar doblada al castellano con el título El sueño de Ellis. En cualquier caso, lo que nos atrae fundamentalmente de esta película dirigida por James Gray es el vistoso reparto, con intérpretes que en los últimos años nos han ofrecido notables trabajos. También recordamos con agrado el largometraje anterior del director, que nos gustó bastante.

La película nos cuenta la historia de Ewa (Marion Cotillard), una inmigrante polaca que llega en los años 20 con su hermana Magda (Angela Sarafyan) a la Isla Ellis en el puerto de Nueva York, donde las autoridades de inmigración norteamericanas seleccionan a las personas a las que se permite la entrada al país como residentes y trabajadores. Magda es retenida por una posible tuberculosis, y Ewa es amenazada de repatriación por su «conducta inmoral» en el barco. Pero un chulo, Bruno Weiss (Joaquin Phoenix), en connivencia con los agentes de inmigración, le permitirá entrar en el país a cambio de que se prostituya para él. Las cosas se complicarán más cuando un primo de este, Emil (Jeremy Renner), un prestidigitador, con quien mantiene una rivalidad constante, le tire los tejos a Ewa y cause una tensión entre ambos hombres con consecuencias nefastas.

Estatua de la Libertad

Parece ser que una de las primeras cosas que veían los inmigrantes al llegar a Estados Unidos era la Estatua de la Libertad… símbolo de esperanza,… iluminando al mundo,… bla, bla, bla,…

No me extenderé mucho en el comentario, aunque los intépretes son buenos y cumplen, aunque esté disfrazada de una realización cuidada, con una ambientación exquisita y una fotografía en tonos cálidos sepias que le da un tono de filme clásico o antiguo, la historia hace aguas por demasiados lugares. A mí me parece que hay diversas situaciones inverosímiles en las relaciones entre los personajes, se abusa de situaciones melodramáticas que no llegan a emocionar como se pretende, y al final acaba teniendo un tono de folletín que resta seriedad a la propuesta.

Sin ser una catástrofe, no la recomiendo especialmente, y hay momentos en que incluso nos sumió en cierto grado de aburrimiento. Una pena, por el desperdicio del buen material actoral con el que contaban.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

El río Hudson, Manhattan, Jersey City y la isla Ellis

Pero al lugar donde los llevaban era al centro de clasificación, «acogida» le llaman otros», de la isla Ellis, que aquí vemos en primer plano delante de Jersey City, el río Hudson y casi en la orilla opuesta respecto a Manhattan. Quizá no un sitio tan «acogedor» según la película.

[Libro] Buda en el ático

Literatura

Este libro lo encontré recomendado por ahí poco antes de iniciar el viaje a Londres de estos días pasados, y como lo vi en una librería y comprobé que no era muy extenso, decidí llevármelo como lectura para esos días. Lo cierto es que sólo encontré momentos para leer en el viaje inicial hasta Madrid, y luego en el viaje de vuelta a Zaragoza. Pero lo cierto es que fue suficiente. Hacía tiempo que un libro no me enganchaba tanto y con tanta intensidad.

Buda en el ático (título original, The Buddha in The Attic)
Julie Otsuka (traducción, Carme Font)
ISBN: 9788415355441
Duomo ediciones, colección Nefelibata; Barcelona, 2012

Este libro no es ficción. Pero este libro tampoco relata una historia concreta real. Este libro consigue en 160 páginas contar la historia de cientos o miles de mujeres japonesas, y sus familias, que emigraron a los Estados Unidos a principios de siglo XX, casadas por poderes con hombres japoneses que previamente las precedieron, y que las pasaron canutas. Abarca un periodo de tiempo que abarca desde inmediatamente después de la primera guerra mundial hasta los internamientos forzosos en campos de concentración durante la segunda. Uno de los hechos más infames de la «democracia» norteamericana. Y todo ello lo cuenta consiguiendo individualizar a cada una de ellas con frases cortas, en primera persona del plural que nos van contando todas sus aventuras y desventuras. El viaje, el encuentro con hombres que no eran quienes les habían dicho, el trabajo duro en los campos, como sirvientas, los hijos que tuvieron, que ya no fueron de su propia cultura, la enfermedad, las muertes, y los campos de concentración en las frías montañas del interior de los Estados Unidos.

Es un libro realmente conmovedor, con una escritura tan sumamente dinámica y ágil, que en su conjunto hacen que se haya convertido en uno de mis libros preferidos. Un libro absolutamente recomendable que creo que tengo que volver a leer, porque siento que tiene mil y un detalles que hacen que cada vez pueda ser una nueva historia. Si os gusta leer, no os lo perdáis. Parece que su autora, la norteamericana de origen japonés Julie Otsuka, tiene escrito otro libro autobiográfico, que me gustaría encontrar y leer.

Ocaso

Japón es el país del sol naciente,… pero aquí en Margate, en la costa del Canal de la Mancha en Inglaterra, lo que vemos es el resplandor del sol poniente.

El silencio de Lorna (2008)

Cine

El silencio de Lorna (Le silence de Lorna, 2008), 18 de agosto de 2010.

Seguimos con la opción de, ante el patético aspecto de la cartelera veraniega, seguir viendo películas de cinematografías por habituales. Y ayer «nos trasladamos» a las tierras valonas de Bélgica, a seguir las andanzas de una inmigrante de origen albanés. Muy internacional la cosa.

Dirigida por los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne, la historia nos habla de Lorna (Arta Dobroshi) una inmigrante albanesa que se casa por conveniencia con Claudy (Jérémie Renier), un yonqui que necesita dinero, con el fin de conseguir la nacionalidad belga. La operación tiene una segunda parte. Una vez liberada de su esposo de conveniencia, se casará a su vez con un oscuro individuo de nacionalidad rusa, que a su vez conseguirá también la nacionalidad belga. Para liberarse de su esposo, siendo un drogadicto, lo más socorrido será simular un sobredosis, de lo que se encargarán los responsables de la operación. A pesar de que a Lorna le empiezan a surgir dudas y prefiere optar por un divorcio rápido, especialmente tras la decisión de Claudy de desengancharse de la droga, el éxito o el fracaso de la operación dependen del silencio de la chica si al final es necesario acabar con el yonqui. Aunque, con lo que nadie cuenta es con las consecuencias derivadas de mantener o no ese silencio.

Rodada muy cámara en mano en las calles y los ambientes de alguna ciudad obrera valona, probablemente Lieja o en sus alrededores, tiene un ambiente opresivo, gris, que refleja el conflicto de la protagonista. Esta sufre una evolución de la frialdad con la que maneja sus intereses al comienzo del filme, a la progresiva empatía que siente hacie el drogadicto. No obstante, hay algunas acciones o cambios de mentalidad que parecen muy forzados y no acaban siendo bien comprendidos, lo que va lastrando la coherencia del conjunto conforme avanza la historia. El final se podría definir como abierto; aunque a mí más que abierto me parece indefinido. Excesivamente indefinido.

Con una actriz protagonista y unos actores en general todos ellos poco conocidos, el nivel interpretativo está a buen nivel, y es uno de los mayores activos del largometraje.

Resumiendo, es una película que tiene cierto interés a pesar de que hay momentos en los que cuesta creerse las actitudes de la protagonista. Esta lo es de forma absoluta. Prácticamente ocupa la pantalla casi todo el tiempo, y sale más que airosa del trance. Une película, en fin, que no me atrevo a recomendarla a todo el mundo, pero sí a quien quiera reflexionar un poco sobre el fenómeno de las migraciones, de las mafias y de la limitada libertad de quienes se meten en ellas.

Dirección: ***
Interpretación: ***
Valoración subjetiva:
***

Barricade

Centre Cultural Barricade, Lieja (Bélgica) - Canon EOS 100D, EF 28-135/3,5-5,6 IS USM