[Libro] La casa de Liljecrona – Selma Lagerlöf

Literatura

Cómo noto las vacaciones. Para bien. En lo que a la lectura se refiere. Y en otras cosas, claro. Comencé a leer este libro de la escritora sueca ganadora del premio Nobel Selma Lagerlöf, supongo que podemos decir que jugaba en casa con lo del premio, poco después de volver de Estocolmo en agosto, cuando lo encontré de oferta en mi tienda habitual de libros electrónicos. Y me estanqué. Y desde que comencé las vacaciones hace casi dos semanas, no sólo lo terminé sino que he leído cuatro más. Ciertamente, como es habitual últimamente, no muy extensos. Pero en total cinco libros he terminado en lo que llevo de vacaciones. Pero hablemos primero de esta novela de Lagerlöf, en la que traslada el cuento de Blancanieves a una novela escrita dentro de la corriente del realismo en 1911.

Fotografías de un parque etnológico en Sollentuna, en el área metropolitana de Estocolmo.

En primer lugar, no me gusta la traducción del título de esta edición en castellano. Creo que sería más acertado, por lo que he visto por ahí, y de acuerdo al contexto de la novela, El hogar de los Liljecrona. Pero igual estoy siendo demasiado quisquilloso. El problema de los idiomas germánicos donde home/hem/heim puede ser tanto casa como hogar. En cualquier caso, casa con el sentido del hogar de alguien. Aunque escrita en tercera persona, hemos de asumir que, hasta cierto punto, la historia se ve desde el punto de vista de una jovencita de doce o trece años que entra a servir en la casa del párroco local, en la Suecia rural de 1800, un puesto de prestigio. Más si además combina su situación como párroco con la de ser terrateniente. Viudo con una hija de diecisiete años a quien todo el mundo en los alrededores quiere, se casa con la que fue ama de llaves de una condesa, que toma las riendas de la hacienda y comienza a hacer la vida imposible a la joven adolescente. A partir de ahí se desarrolla una intriga que combina las maquinaciones de la malvada madrastra con los sentimientos románticos de la chica hacia un herrero de una parroquia próxima. O lo que parece un herrero…

No sé si es la primera novela que leo de Lagerlöf. Me explicaré. Cuando tenía doce o trece años, sé que fue tras la muerte de Franco, «leí» la que se considera una de las novelas más famosa de la escritora sueca, El maravilloso viaje de Nils Holgersson. Pero si entrecomillo el «leí» es porque no sé si realmente leí la novela de Lagerlöf o si fue alguna edición abreviada, resumida o adaptada para niños y preadolescentes que eran tan frecuentes en aquella época del tardofranquismo. Y no puedo comprobarlo porque no tengo el libro, fue un préstamo de biblioteca. Lo que mas recuerdo del libro es al protagonista volando agarrado a un ganso, con una bandada de estas aves recorriendo el país. En cualquier caso, me entró la curiosidad. Y motivado por la estancia en Estocolmo, lo adquirí, muy económico.

Lo cierto es que parece que dentro de la obra de Lagerlöf sería una obra menor. En cualquier caso, es un cuento moral, con la extensión de una novela. Las aventuras de Nils también tenían un fuerte componente de cuento moral, por lo menos, el texto que yo leí, destinado a quitar malos hábitos de los niños y adolescentes. Ya he comentado, y la sinopsis que he planteado así lo muestra, que se inspira en el cuento de Blancanieves. Pero rompe con todo elemento de fantasía. No hay reyes y brujas, ni enanitos, ni príncipes azules. Párrocos, amas de llaves, campesinos, herreros y administradores de herrerías. De lo más cotidiano. Pero indudablemente, escrito con encanto. Y con el personaje secundario, Pequeñita, con la que nos colamos por la casa del párroco, también descubrimos elementos «fantásticos» en las historias que se cuentan del valle donde transcurre la acción, cuando era el fondo de un lago. Y donde la malvada madrastra, ¿sería el espíritu maligno del hada del lago desaparecido? Bueno, como lo veáis. Simplemente, el hogar de los Liljecrona no es el de los protagonistas; es el del «príncipe encantador». Más o menos. Me ha gustado. Bastante.

[TV/Libro] Revisitando a Isaac Asimov de una forma u otra… todos estos años después

Sin categorizar

En su momento, entre los 18 y los 26 años, si no leí todo lo escrito por Isaac Asimov en el ámbito de la ficción, poco lo faltó. Incluso leí algún ensayo sobre historia. De la historia de Roma, si no recuerdo mal. Realmente, me gustaba. Aunque hace mucho mucho mucho tiempo que ya empecé a comprender que dentro de su obra había que diferenciar las cosas realmente buenas, las cosas interesantes… aunque menos buenas, y las cosas… meh. Pues bien, en estas semanas atrás he revisitado algunos elementos de la obra de Asimov de un modo u otro. En televisión y en libro. Vamos con ello. Aunque intentaré no enrollarme mucho.

Cuando se imaginan civilizaciones extrañas de colonias humanas establecidas en planetas dispersos por la galaxia, es frecuente que alguna de ellas se inspire en culturas asiáticas, especialmente Japón. Pero creo que no ha salido nadie vestido con indumentarias inspiradas por los kimonos. Como los que podemos ver desde ayer expuestos en el Museo de Zaragoza y hasta el mes de noviembre.

TV – Segunda temporada de Foundation

Pues sí. Aunque la primera temporada de esta serie no me acabó de cuadrar, uno de los proyectos estrella de Apple TV, decidí darle una segunda oportunidad, y me puse a ver la segunda temporada. Que sí que me ha gustado. Bastante. Mucho, a ratos. ¿Qué ha pasado? Mmmmm… Nada y muchas cosas. Veamos.

Primera. Una de las cuestiones que más me molestó en la primera temporada es que la serie se aparta tanto de la famosa trilogía de Asimov en la que se inspira, pero que decididamente NO ADAPTA, que mi opinión en ese momento es que desvirtuaba las esencias de aquellas novelas escritas en los años 40 del siglo XX, pero que aguantaban notablemente el paso del tiempo. Y aquellas novelas no me parecen la octava maravilla en calidad literaria, aunque la tienen en suficiente cantidad, pero sí que proponían conceptos muy interesantes que en esta serie se perdían, se han perdido, por completo. Pero en esta segunda temporada he aceptado que es una propuesta dispuesta, y he decidido aceptar esta propuesta. Y de repente, simplemente, es una historia nueva, con algunos parecido superficiales con aquella, que usa los nombres de los personajes y de los planetas de aquella, pero nueva. Distinta. Y me vale.

Segundo. No conseguí empatizar con ninguno de los personajes principales. Ni Gail Dornik, ni Hari Seldon, ni Cleon, ni Demerzel (que no debería aparecer por aquí), ni Salvor Hardin… Nop. Me daban igual. Si se hundía el Imperio Galáctico, como si llegaba la muerte térmica del Universo entero. Sin embargo, de repente, en esta segunda temporada, toda esa gente, que ya no tiene gran cosa que ver con los personajes de Asimov, se han convertido en los protagonistas de una aventura espacial de acción de lo más interesante. Adiós a la filosofía de la trilogía literaria, pero bienvenido un universo espacial estupendo. Flop. Ahora hay un montón de gente en pantalla que me interesa un montón. Los anteriores más Poly Verisof, Hober Mallow (nombres tomados del original), una tal «Brother» Constant, o una tal reina Sareth, que son inventados para la serie. Estupendos.

Tercero. La serie está bien hecha. Está muy bien hecha. Hay unos mundos estupendos. Hay unas estupendas naves espaciales. Hay un efectos especiales/visuales decentes para ser televisión, siempre menos vistosos que en el cine. Y oye; que los que salen actúan bien. Son buenos intérpretes.

Así pues,… ¿necesito decir más? No es realmente Asimov, aunque tome cosas de él y a veces se le parezca. Pero está bien. Decían que la Trilogía de la Fundación o Ciclo de Trantor, cuando se incluyen las secuelas y precedas tardías, era inadaptable. Puede ser, de momento nos quedamos sin saberlo, porque esto es otra cosa. Aunque muy interesante.

Libro – The Gods Themselves

Leí hace muuuucho tiempo esta novela, en la época que he mencionado al principio, en castellano, con el título Los propios dioses. Es una novela de 1972, y fue muy reconocida y premiada. Fue escrita más de veinte años después de Foundation y sus secuelas originales. Y en ella Asimov se ponía al día con los últimos (para la época) hallazgos en física, aunque hoy en día nos parezca que está bastante superada. Su principal motivo, el intercambio de materia entre universos (para que diga que el multiverso es una moda actual) se relacionaba con la interacción nuclear fuerte, que se suponía e intuía desde tiempo atrás, pero que estaba recibiendo sus fundamentos más potentes desde los años 60. Creo. A partir de ahí, se especula con las consecuencias para los distintos universos si se intercambia energía/materia entre ellos, partiendo de la base de que tienen distintas constantes físicas universales. Consecuencias catastróficas, claro, para que haya emoción. Por otro lado, se nota que hay conceptos que no han madurado lo que han madurado hoy en día. El estado inicial del universo tal antes del Big Bang no tiene que ver cómo se propone en el libro a cómo se propone hoy en día. O los cuásares, que hoy en día sabemos que son galaxias lejanas con un núcleo extraordinariamente activo y energético, y para Asimov era algo parecido a una supernova, u otro cataclismo similar.

El título viene de una cita extraída de una obra de teatro de Schiller sobre Juana de Arco; «Mit der Dummheit kämpfen Götter selbst vergebens.» O en castellano, «Contra la estupidez, los propios dioses se afanan en vano.» Desde hace un tiempo, con la estupidez reinante en las organizaciones, laborales incluidas, esta expresión me ha parecido dogma de fe. Y es que en la obra, dividida en tres partes 1) Against stupidity, 2) The gods themselves y 3) Contend in vane?, trata el tema de las mezquindades humanas, también en el ámbito de la ciencia, que hace que se perpetúen los errores, se desprecie el valor y el saber de hacer de algunos de los mejores, y se ponga en peligro el avance inmediato del conocimiento científico y el progreso humano.

Este es uno de esos libros que considero… literariamente no tan buenos, aunque con propuestas interesantes. Y creo que, aunque no es muy extenso… para lo que cuenta, podría serlo menos. Hay conceptos sociales y morales que hoy en día parecen bastante ingenuos, especialmente en la última parte que transcurre en un colonia lunar, y eso hace que no, paradójicamente, por ser más moderno, me parezca que hay envejecido peor que la Trilogía de la Fundación. Pero me ha alegrado volver a leerlo, con una nueva perspectiva. No está mal.

[Libro] La acusación – Bandi

Literatura

Estos días es noticia la reunión en un cosmódromo en la región de Amur, una de las más orientales de Rusia, entre Vladimir Putin, dictador ruso, y Kim Jong-un, el monarca absoluto de Corea del norte. Vamos… dos perlas. Al segundo, hubo un momento en que, por su aspecto y sus modales, nadie se tomaba en serio, pero hace un tiempo que, viéndose sus delirios, se le tiene cierto miedo. Al primero, hubo un tiempo que se le recibía de igual a igual en las reuniones de los mandatarios del mundo, como si fuese alguien respetable. Ahora da mucho más miedo que al coreano.

Cuando estuve en Corea, evidentemente estuve en la del Sur. Creo que lo más al norte que estuve fue en Inwangsan, uno de los montes que hay dispersos por la gran urbe de Seúl.

Parece claro lo que han negociado. Corea del Norte fabricará munición para matar a la población ucraniana, mientras que Rusia les ayudará a apuntar sus misiles nucleares y les mandará comido. Lo primero, seguro. Lo segundo, como sería para el pueblo, ya veremos. Y como cantaba Sabina en tiempos en los que la Rusia era la Unión Soviética, antes el riesgo de una guerra nuclear, «mientras tanto tú, cambiando de champú». Es decir, el resto del mundo preocupado por tontadas, por mezquindades, por estúpidos orgullos nacionales, que impiden las acciones conjuntas contra quienes atentan contra ese defectuoso sistema de gobierno que llamamos democracia, pero que es el menos defectuoso que conocemos.

Y cuando volvía de Estocolmo hace unas semanas, leí este libro de siete relatos que os traigo aquí, escritos por un ciudadano norcoreano que se autodenomina Bandi, nadie conoce su auténtico nombre, y más vale así, porque tiene una poderosa diferencia respecto a otros norcoreanos que han publicado en el resto del mundo. El no se ha escapado de Corea del Norte. Sigue allí. Le hubiera gustado escapar. Pero eso hubiera supuesto la muerte, o cosas peores, para sus familiares. No. No me he equivocado en la frase anterior. Hay cosas peores que la muerte.

La colección de siete relatos se escribió entre los años 80 y principios de los 90 bajos los regímenes de Kim Il-sung y de su hijo Kim Jong-Il. Y algunos de ellos podrían ser obras cómicas si no fuese por las trágicas consecuencias que lo relatado trae para sus protagonistas. Véase por ejemplo ese niño pequeño, de edad preescolar, que llora cada vez que ve un enorme retrato de Karl Marx ante la ventana de su domicilio, confundiéndolo con un Obi, un monstruo del folclore coreano… lo cual pone en grave peligro a la familia, en un entorno lleno de delatores que buscan trepar denunciando a sus vecinos. Y… no voy a extenderme en sinopsis de los siete relatos, que van desde lo absurdo a lo irónico a lo simplemente trágico.

Los relatos, su lectura, no son interesante sólo desde el punto de vista de lo que narran. De lo que podemos deducir de su traducción, tienen un alto nivel literario. Se nota que no es un ciudadano que como afición, para liberar su descontento, escribe. Es un auténtico escritor, con enorme oficio a la hora de narrar y escribir. Uno de los mejores libros de relatos que he leído últimamente. O, simplemente, uno de los mejores libros que he leído.

[Libro] Guía de los viajes en el tiempo – David Nel

Literatura

Uno de los subgéneros que más me gusta en el ámbito de la fantasía o de la ciencia ficción, dos géneros distintos aunque algunas veces se agrupen o incluso se confundan, es el de los viajes en el tiempo. Generalmente mejor en el ámbito de la ciencia ficción que en el de la fantasía, pero sin desdeñar este último tampoco. Y creo que el motivo fundamental es que es un recurso argumental muy interesante para explorar los dilemas de ser humano, de ser persona… a través de las paradojas que impone el viaje en el tiempo, que bien utilizadas por un escritor (de relatos, novelas o guiones cinematográficos, me da igual) nos proporciona horas de diversión garantizada, pero no vacía, sino con alimento para las neuronas. No sé decir cuándo comenzó mi afición a los viajes en el tiempo… pero sin duda, una novela de Isaac Asimov fue instrumental en esta, The End of Eternity.

Todo viaje en el espacio, a culturas o paisajes distintos, tiene también su parte de viaje en el tiempo. Ya he comentado que leí el libro a la vuelta de Estocolmo. Y en la región de la capital sueca, en Sollentuna, tuve ocasión de viajar al pasado de la cultura escandinava.

Comentar ahora cuáles son las obras literarias o audiovisuales que me han gustado o me han marcado con viajes en el tiempo… pues sería muy prolijo y no nos llevaría a nada en términos prácticos. Como ya he dejado establecido, me gustan. Ya está. Por ello, cuando en algún momento de finales de julio o principios de agosto encontré recomendado (creo que fue en Microsiervos pero no estoy seguro) este libro de David Nel, en vísperas de mi reciente viaje a Estocolmo, y dado que se podía adquirir en versión electrónica de forma muy asequible, no me lo pensé mucho y lo compré con vistas a dedicarle uno de los vuelos a la capital sueca. Como así fue. El de regreso. Al fin y al cabo, los comentarios eran muy elogiosos. Qué podía ir mal…

Pues lo que podía ir mal es que esta guía es una esfuerzo muy elogiable de realizar una especie de manual para el escritor/lector de la ficción con viajes en el tiempo… pero que acaba siendo tremendamente repetitiva a lo largo de sus capítulos. Lo cual tiene un punto paradójico, porque el libro no es muy extenso, y te da todo el rato la impresión de que estás volviendo de nuevo a leer sobre lo mismo continuamente. Eso sin contar la pesadez de que en todos y absolutamente todos los capítulos dedique un espacio, excesivo, a autopromocionar su novela de viajes en el tiempo. Ya sé que es un libro que tiene su origen en una blog o algo por el estilo. Pero hombre, un esfuerzo de edición de contenidos para adaptarlo al formato de ensayo/guía en forma de libro hubiera sido de agradecer. No me parece mal que el autor dedique un espacio a contarnos que tiene una propuesta, una aportación al tema… pero que no se repita como los pepinos en la ensalada. Creo además que se queda en los aspectos más superficiales, y que no acaba de profundizar en lo más importante del viaje en el tiempo, el potencial valor como metáfora que las paradojas temporales tienen en relación con los dilemas éticos, políticos y sociales que los seres humanos afrontamos en el día a día, en el mundo real, en el que todos viajamos en el tiempo hacia el futuro a una velocidad de 60 segundos por minuto (o a la velocidad de la luz como afirman algunos físicos especulativos), o viajamos al pasado con nuestra imaginación o nuestra memoria, a la velocidad que queremos. O podemos.

Si el escenario de un relato se corresponde o se resuelve considerando la teoría de los universos o líneas temporales paralelas, o en cualquiera de las variantes de un único universo con líneas temporales… lo que sea, es circunstancial. Eso es el macguffin de Hitchcock. Y como charla de café vale. Pero si hemos de adentrarnos en el valor del viaje en el tiempo en la narrativa, creo que hay que meterse más a fondo en su valor para profundizar en lo que significa ser humano. Y ahí, este ensayo se queda en lo superficial. No lo disfruté. Alabo el intento y el esfuerzo, pero me costó entrar en la propuesta, y al final no entré. Qué se le va a hacer.

[Libro] Exhalación – Ted Chiang

Literatura

Hasta 2016 no había oído hablar de Ted Chiang, escritor norteamericano de ciencia ficción dura, especialmente relatos cortos, de origen chino. Sus padres nacieron en la China continental, emigraron a Taiwán con la victoria de Mao Zedong sobre Chang Kaishek, y finalmente recalaron en Estados Unidos donde nació el escritor. Quizá por ese recorrido de los progenitores he decidido ilustrar la entrada con fotos de la torre Chihkan en la ciudad de Tainan en Taiwán. Su familia tenía niveles de educación elevados, padre ingeniero y madre bibliotecaria, y él estudio ciencias de la computación. Pero se le conoce como escritor.

En 2016 se adaptó al cine uno de sus relatos cortos, con gran éxito, una fenomenal película sobre el primer contacto con una civilización extraterrestre, si bien es cierto que la película de Denis Villeneuve me parece muy superior al relato corto. Pero bueno, soy un incondicional de Villeneuve. Deseando estoy ver como concluye su adaptación de Dune. En cualquier caso, poco después de ver la película decidí leer, en el idioma original, la colección de relatos cortos en la que estaba incluido el que dio origen a la excelente película citada. Hace unos poco meses oí hablar de la traducción al castellano de una nueva colección de relatos cortos de Chiang y me hice con ella, y la comencé a leer poco antes de comenzar el viaje a Estocolmo, terminándola en el vuelo de ida a la capital sueca.

Al igual que lo que sucedía con su primera colección de relatos, estos tienen más una naturaleza especulativa que dramática. De hecho, las tramas que en ellos se narran son más o menos ingeniosas, pero no es lo que destaca en ello. Están al servicio de una especulación de naturaleza científica o filosófica, más que buscar generar un suspense, una emoción, una intriga o lo que sea en el lector. No voy a ponerme escribir ahora la sinopsis de los nueve relatos que se incluyen en la colección. Sí que diré que, coherentemente con mi gusto con los viajes en el tiempo, el que más disfruté, y lo disfruté mucho es el primero de ellos, El comerciante y la puerta del alquimista, localizado en el tiempo y en el espacio en una época, lugares y estilo compatibles con los cuento de Las mil y una noches. Me parece una historia sensible, con corazón, más que cualquier de las otras, y en la que se expone con brillantez la idea de que incluso si el viaje en el tiempo fuera posible, las cadenas causales no cambiarían. El determinismo intrínseco del universo, incluso si aceptamos ciento componente aleatorio en los fenómenos que en el suceden. Mucho me gustó su forma de analizar las consecuencias de la segunda ley de la termodinámica, en un cuento en el que no se menciona, porque se utiliza un símil, basado en presiones atmosféricas para explicar el destino final del universo a la muerte por aburrimiento. Es el cuento que da nombre a la colección, Exhalación. Por el contrario, su cuento más extenso, El ciclo de vida de los elementos de software, sobre las inteligencias artificiales,… me aburrió. El más melancólico, El gran silencio, con esas reflexiones de un ser vivo, una especia en extinción, que no es oída, y menos escuchada, por el ser humano que búsqueda de inteligencia más allá de sí mismo.

El comentario principal sobre esta colección ya lo he mencionado. Quien busque aventuras y emociones,… no es el escrito adecuado. Su intención fundamental es la reflexión filosófica, utilizando conocimientos científicos, conocidos o especulativos, para hacer reflexionar sobre el destino del universo, de los seres humanos, de los seres sintientes, de la inteligencia, la creencia o la voluntad. Si es eso lo que buscas, lo encontrarás, y te resultará una lectura muy satisfactoria. Si eres de los que crees que Star Wars es ciencia ficción… entonces cometerás dos errores. Uno, probablemente esta colección no es para ti, aunque seria bueno que te acercases a ella. Dos, Star Wars no es ciencia ficción, es fantasía. Pues eso.

[Libro] Maïmaï – Aki Shimazaki

Literatura

Y llegamos a la quinta y última entrega del quinteto L’ombre du chardon de Aki Shimazaki, que me ha ido acompañando buena parte de este verano de 2023. La acción se sitúa en lo que podríamos estimar como la «época contemporánea», el momento en que se escribe la novel, a finales de la década de los 2010. Y que nos permite hacer cuentas sobre la cronología interna de la serie, en la que los protagonistas de las cuatro primeras novelas cortas están en su cincuentena en esta «contemporánea». son personas nacidas en algún momento de la década de los años 60 del siglo XX. Quizá por eso resuenan con facilidad en mí como lector, son gente de mi generación… suponiendo que sean comparables las generaciones nacidas en España y Japón en esos tiempos. Supongo que hasta cierto punto sí. Hay temas, hay cuestiones, que son razonablemente universales.

Varias de las fotos acompañantes están tomadas en Jinbōchō, distrito de Tokio donde abundan las librerías de viejo y usado. Lo cual viene bien dado que el protagonista de la novela se crio en el entorno de la librería especializada de su madre.

Como siempre, el título hace referencia a una flor o a un animal pequeño. Y el maimai [舞舞] del título es el caracol de tierra. No uso las diéresis fuera del título original de la novela. Sin ellas, un francés leería «memé», con las es muy abiertas. La pronunciación de la palabra japonesa, transcrita según normas oficiales, en castellano es idéntica a la de un japonés. Y la metáfora viene explicada en el propio relato. Somos como caracoles, que a lo largo de nuestra vida arrastramos nuestro caparazón, nuestra concha, a cuestas. Un caparazón construido por nuestras experiencias previas, por nuestras decisiones y sus consecuencias, o por las decisiones de otros y las consecuencias que para nosotros tienen. Pero, ¿quién es el maimai en este relato? ¿El hijo de la librera, el hijo de azami, el cardo que de alguna forma es el hilo conductor del quinteto, una mujer que acaba de fallecer? ¿Un joven adulto, un artista que va conociendo ya lo que es el amor y el enfrentarse a la vida? ¿La joven que fue durante un breve período su amiga en la infancia y que vuelve a su vida con la ilusión de ser algo más que una amiga? Ambos arrastran, sin saberlo , las consecuencias de las acciones de sus madres. ¿O la madre de la joven, que arrastra sus actos de juventud, su decisión de casarse con un diplomático, sus silencios? O simplemente todos.

Probablemente esta quinta novela corta de la serie sea la más compleja. Y dura. Porque nuevamente el narrador, el joven sordomudo, honesto per se, pero no fiable como narrador, no tiene toda la información de la que sí dispone el lector que ha llegado a este último relato tras leer los anteriores, especialmente el segundo de ellos, donde conocemos la historia de su nacimiento. Dura para el joven. Muy dura para la mujer que siente, décadas más tarde, que su vida se derrumba a su alrededor, como consecuencia de las mentiras y los secretos que lleva arrastrando desde su juventud. Todos son un poco caracoles. Pero esta mujer, que quiso huir de su pasado a través del matrimonio con un diplomático, se encuentra con que ni ha podido huir de su pasado, ni su prestigioso casamiento le ha proporcionado la felicidad ideal que soñaba. Y aun así, eso es lo que busca para su hija. Que encuentra su propio camino… en el último lugar en el que su madre querría.

Los dilemas quedan planteados. Pero no resueltos. Shimazaki no da una respuesta definitiva. El joven hāfu [ハ​ーフ], sordomudo, inteligente, guapo, artista… enamorado profundamente, tiene delante de sí y dos alternativas. Aceptar una realidad y renunciar, o negar la realidad y seguir adelante, cargando siempre con la pesada concha del caparazón. Junto con Hōzuki, esta novela, Maïmaï, forma una unidad en sí misma, una historia en dos actos, que implica a dos generación. Tres si incluimos a la abuela del joven… pero fundamentalmente dos. Y probablemente es el arco argumental, el arco vital más intenso e interesante. Quizá previsible en un momento dado; pero esta novela es de las que crecen en la memoria. Muy recomendable.

[Libro] Fuki-no-tō – Aki Shimazaki

Literatura

Tras un interludio en forma de historia gráfica, y con unos días en los que no he tenido ocasión de seguir comentando mis lecturas por mi reciente viaje corto a Suecia, retomo el comentario de las cinco novelas cortas de Aki Shimazaki que configuran el ciclo, el quinteto, de L’ombre du chardon. O en castellano, La sombra del cardo. Un cuarto relato que, aunque claramente relación con los otros del quinteto, es el que parece al mismo tiempo más ajeno al eje central de esta serie. Esa flor del cardo, ese azami, que es la protagonista de la segunda historia, y cuya presencia real o intuida es central en el resto de los relatos. Aquí sin embargo… parece que nos vamos a situar en una derivada colateral de los personajes del quinteto.

Como ya hemos comentado en las entradas correspondientes a los tres personajes interrelacionados desde la infancia en su edad adulta, en esta ocasión nos vamos a la esposa de uno de ellos. Del enamorado de Azami, que a punto estuvo de arruinar su matrimonio y su familia por una aventura con ella, a la que renunció, rehaciendo su vida como editor de una revista cultural y trasladándose con su esposa, agricultora, a una zona rural, no lejos de Nagano. Pues esta esposa es la que, unos años más tarde, va a protagonizar el relato. Con su negocio agrícola prosperando, precisa de ayuda, y contrata a alguien para que le ayude. Y por casualidad ese alguien va a ser una íntima amiga suya de los tiempos del último curso de instituto, y de la que lleva extrañada 20 años o más. Una mujer animosa, trabajadora, que está superando un divorcio. Divorcio de un matrimonio que aceptó en su juventud por la convenciones sociales, puesto que sus sentimientos, su afectividad, se ha dirigido siempre hacia otras mujeres. Entre ellas, a la protagonista de nuestro relato, que verá complicada su existencia, especialmente cuando inicien un viaje inicialmente prevista para ir con su marido.

Sigue existiendo en esta historia un motivo común a las anteriores. Unas jóvenes que dejaron asuntos pendientes en su momento, que siguieron con su vida, una vida con altibajos, y que vuelven a encontrarse. Y vuelve a aflorar los asuntos pendientes. ¿Cuál era la naturaleza de sus sentimientos cuando tenían diecisiete años? Parece claro que en la mujer divorciada y que ha vivido dos décadas de mentiras, era algo más que amistad. Pero no está tan claro en la protagonista. Y no está tan claro hacia donde van en estos momentos.

Shimazaki toma una ruta colateral desde el eje central del quinteto para explorar la relación afectiva y física entre dos mujeres. El relato es interesante y la escritura de Shimazaki sigue siendo sólida como para atraer el interés del lector. Sin embargo, quizá es el más irregular de los relatos que le he leído. Desconozco la naturaleza de la afectividad de la autora, y si habla o no desde la experiencia de las relaciones homosexuales. Un tema complejo en cualquier parte del mundo, pero probablemente con el añadido de la naturaleza conservadora del País del Sol Naciente. Intenta tratar el tema con delicadeza, y desde la honestidad del personaje. Pero en algún momento me parece que la situación resulta un tanto forzada. Como digo, sigue siendo bastante recomendable, pero no deja de ser un desvío sobre el eje central del quinteto. Dentro de pocos días, cerraré el comentario del mismo, con la compleja historia final.

[Libro] Una mujer y la guerra – Yōko Kondō

Literatura

Ayer, 6 de agosto, fue el aniversario del lanzamiento y explosión de una bomba nuclear sobre la ciudad de Hiroshima. La segunda explosión nuclear de la historia de la humanidad, la primera cuyo objetivo fue destruir una ciudad y asesinar a sus habitantes. Muy de moda en estos tiempos por una película cinematográfica muy interesante y de gran calidad, las reflexiones éticas y políticas derivadas de haber utilizado un arma de este tipo, especialmente sobre la población civil, cosa que se repitió tres días más tarde sobre Nagasaki, nunca deberían pasar de moda. Nunca se juzgaron ni nunca se juzgarán en un tribunal de justicia los desmanes de los vencedores de las guerras. Pero si los militares y políticos japoneses que empujaron a su país y a muchos otros a una guerra sin sentido fueron considerados criminales, y merecen nuestro más firme reproche como responsables del sinsentido bélico, los militares y políticos norteamericanos que llevaron a estos bombardeos, también merecerían esta consideración como criminales y este reproche. Dos errores, graves, nunca son un acierto. ¿Verdad?

Sin embargo, no hizo falta la bomba atómica para que estos defensores de «la libertad y la democracia», pero que plantearon la guerra contra Japón como una guerra racial, contra el ser inferior que se había atrevido a subirse a las barbas del tío Sam, no hubo tanta diferencia entre la actitud de los soldados norteamericanos en el Pacífico respecto a los soldados japoneses, ciertamente fanatizados estos últimos y sometidos a una propaganda falaz, con la de los soldados alemanes respecto a los untermensch eslavos, las razas inferiores, en el frente oriental de la guerra en Europa. No hay más que ver la diferencia de trato que se dio a los ciudadanos americanos de origen japonés respecto a los ciudadanos americanos de origen alemán. Adivinad cuáles fueron recluidos en campos de concentración en el desierto. Y el bombardeo norteamericano con más víctimas directas no fue ninguno de los dos bombardeos atómicos, sino el bombardeo con bombas incendiarias de los barrios populares y obreros de Tokio, barrios con casas construidas de madera y papel, a principios de mayo de 1945, y que ya demostró el talante de los líderes estadounidenses con Truman a la cabeza. Quizá las víctimas acumuladas, en los meses posteriores, como consecuencia de la radiación, llegase a ser mayor en los bombardeos atómicos. Pero en lo que se refiere a calcinar seres humanos… demostraron los norteamericanos que no necesitaban bombas atómicas para generar un terror inhumano.

En la novela gráfica que traigo hoy, los hechos transcurren en los últimos meses de la guerra en la ciudad de Tokio. Y veremos cómo los protagonistas de la historia sobreviven al bombardeo incendiario de Tokio. Yōko Kondō traslada a este formato dos relatos relacionados entre sí del escritor japonés Ango Sakaguchi, uniéndolos en una sola narración. La protagonista de la historia es una atractiva mujer, que fue prostituta, y que ahora vive con su amante en Tokio, en el caos y la desesperación de una guerra que se sabe perdida. Con el miedo a la invasión y a los desmanes del invasor. Y con la amenaza continua de los bombardeos, que pasan en el refugio construido en el suelo del jardín de su casa. Y sólo durante los momentos de tensión, miedo y excitación que se suceden durante estos bombardeos, y dentro del refugio, son capaces los amantes de mantener relaciones, cuando por otra parte, en otras circunstancias, es una mujer incapaz de sentir nada en las relaciones físicas como consecuencia de sus años como prostituta y de las consecuencias de la guerra. Una convivencia hasta punto forzada, pues no confían en que cuando todo acabe sean capaces de seguir juntos y no volver a sus vidas anteriores.

Con un dibujo sencillo y austero, alejado de cualquier preciosismo, pero tremendamente eficaz, Kondō es capaz de transmitirnos cómo pudo ser la vida en la capital japonesa durante ese periodo de tiempo. La lucha cotidiana por la supervivencia, el razonamiento, el hambre, el mercado negro, la rígida moral en las costumbres impuesta por el régimen, los impulsos de solidaridad entre las gentes, alternados por el egoísmo, según el momento. Y en el plano íntimo, la desilusión vital, el pesimismo existencial, que sólo se mitiga ante el miedo de las bombas que, paradójicamente, despierta el deseo vital de los protagonistas, y los acerca en la intimidad de los cuerpos.

La narración termina con el final de la guerra. Que alivia en cierta medida los corazones de las gentes, aunque no elimina del todo los miedos, las incertidumbres. Y sobretodo, en nuestros protagonistas, no elimina el pesimismo existencial, desapareciendo al mismo tiempo aquellos momentos en los que las ganas de vivir se imponen, por el miedo a la muerte inminente. La novela gráfica me ha gustado. Pero creo que sobretodo me gusta el planteamientos de la historia, la tesis que subyace en ella. Por ello, quizá, dejando pasar un tiempo, para madurar la idea, igual busco los relatos originales de Sakaguchi. Tengo la curiosidad.

[Libro] Suisen – Aki Shimazaki

Literatura

Como ya comenté hace unas semanas, estoy dedicando el verano al tercer quinteto de novelas cortas de Aki Shimazaki, L’ombre du chardon (La sombra del cardo). En francés, porque como consecuencia de los cambios de editorial de las traducciones al español, y el hecho de que ahora se publique cada novela corta como un volumen independiente, y no el quinteto de forma conjunta, sale más a cuenta financieramente hablando adquirir el original en francés. Lo cual tiene además la ventaja de leer la versión original de la autora. Lo cual no me supone problema, ya que leo el francés sin muchos problemas. Y con una flor de suisen, el narciso, en la portada llego al ecuador del quinteto, a su tercera entrega. He de decir que en realidad este fin de semana pasado he terminado de leer los cinco libros, pero como voy comentando un libro cada semana, y he intercalado alguna otra lectura… pues todo llegará.

Podría haber traído fotos de narcisos, «suisen» en japonés, para ilustrar la entrada… pero he preferido traer fotografías del parque de Hamarikyu, antiguos jardines imperiales cedidos a la ciudad de Tokio, y que visité en 2014.

En los dos primeras novelas cortas ya habíamos conocido a tres de los personajes cuyas vidas se entrecruzan en distintos momentos. Tres personajes que se conocieron en la infancia, en sexto curso de primaria, cuando tenían 11 o 12 años, y cuyas vidas vuelven a cruzarse en la primera de las novelas cuando tienen unos treinta y cuatro años. Sabemos que el cardo que proyecta su sombra sobre todos los demás personajes de la serie de novelas es Mitsuko, una de las dos protagonistas de la segunda de las novelas, y que aparece también en la primera. En esta tercera novela, el protagonista es Gōro, uno de los dos compañeros de Mitsuko en en la escuela. De buena familia, heredero de la presidencia de un grupo industrial dedicado a la distribución de vinos y licores de alta gama, y productor de licores también de alta gama. La referencia del título al personaje es clara. Es un narcisista. Se admira a sí mismo, no se priva de mantener amantes, de presumir de la amistad con personas importantes, de tener éxito en la vida. Y además, por nacimiento, se cree con todo el derecho a ello sin más esfuerzo. La novela transcurre dieciséis años tras la primera, en la cronología interna de la historia. Por lo que Gōro tiene unos cincuenta años. Y aunque no lo sabe, todo su mundo está a punto de derrumbarse como un castillo de naipes.

Las tres primera novelas cortas de la serie tienen como protagonistas a los tres niños que se cruzan en aquel curso escolar, ya convertidos en adultos. Los tres tienen en común una niñez compleja. Pero mientras Mitsuko y Mitsuo, pasaron malos momentos, Gōro tuvo una infancia privilegiada, que arruinó por sí mismo por los celos ante la inteligente medio hermana del segundo matrimonio de su padre. Como un personaje ausente constantemente en la novela nos transmite, es una niño que no ha aprendido a quererse a sí mismo, y por lo tanto tampoco ha aprendido a querer a los demás. Y los demás, finalmente deciden que es hora de soltar lastre y deshacerse de quien es incapaz de querer, de quererse o que carece de la más mínima inteligencia. Que renunció a lo que podría haber sido una vocación artística por una carrera empresarial para la que no estaba dotado. Y que nunca se preocupó de entender o empatizar con quienes le rodean.

Probablemente sea la novela corta con menos sorpresas de las que he leído de Shimazaki. Es previsible. Sabemos por dónde van a venir los tiros. Shimazaki ajusta cuentas sin piedad con el personaje más antipático de la serie. Y quizá esto lastre hasta cierto punto durante la primera mitad de la novela el relato. Sin embargo, la forma en que se narra la progresiva decadencia del hombre, el cómo poco a poco es consciente de que en la vida ha tenido cosas importantes que perdió por no dar valor a lo auténtico, prefiriendo las apariencias, va llevando a un proceso de reflexión que tiene algo de poético. Sobretodo por la presencia de esta chica, de esa mujer, que sólo aparece como un recuerdo, pero que está de fondo, siempre. Como quien podría haber salvado a Gōro de sí mismo.

Nuevamente escrita en primera persona, por lo tanto un narrador no fiable. Que si en otras novelas de la serie pueden serlo por desconocimiento, aquí se añade la visión tremendamente distorsionada que tiene de sí mismo y de los demás el protagonista y narrador. Nuevamente una novela corta recomendable, que se puede leer sola, pero que tiene mucho más sentido después de haberlo conocido en la primera entrega del quinteto.

Quiero aprovechar para situar la cronología interna de la acción, que no he tenido clara hasta que no he leído el último libro. Pero si lo que se narrará en esa quinta novela es la época actual en la que se escribe la novela, que se publicó en el año 2018, los tres compañeros de la escuela cursaron sexto unos 44 años antes, hacia 1974. Y los hechos de esta tercera novela de la serie se producirían alrededor de 2011 o 2012, los de la primera novela hacia 1996 y los de la segunda novela hacia 1998 o 1999. Más o menos. Año arriba o abajo es indiferente. Por situarse.

[Libro] On a red station, drifting – Aliette de Bodard

Sin categorizar

Quién iba a decir que me acabaría enganchando, hasta cierto punto, al peculiar universo creado por Aliette de Bodard, el Universo de Xuya, consecuencia de una historia alternativa de la civilización humana que ha terminado con un imperio interplanetario con una cultura inspirada por la vietnamita y otras de la esfera cultural del Asia oriental, y específicamente en el confucianismo. Recordemos. De Bodard es una escritora francoamericana, con ascendencia vietnamita, que escribe en inglés obras en el ámbito de la fantasía y la ciencia ficción. Algunas de sus obras, fundamentalmente una novela, varias novelas cortas y algunos relatos cortos, transcurren en el llamado Universo de Xuya cuyas características ya he mencionado. Algunas de sus obras tienen un carácter de literatura romántica, de las que no he leído ninguna, ni me siento especialmente atraído, mientras que otras son aventuras espaciales con otros temas. Las dos que había leído hasta el momento eran historias detectivescas, una inspirada por Sherlock Holmes, y la otra inspirada por Arsène Lupin. Esta última es la que más me había convencido hasta el momento.

Fotografías realizadas en Zhouzhuang, no lejos de Shanhái o Shuzou para ilustrar una novela con ambiente del Asia oriental, aunque sea en una estación espacial en el frío espacio.

A un precio muy ajustado encontré la novela corta de hoy, que fue la primera que transcurría en el Universo de Xuya, aunque es posible que previamente hubiese escrito algún relato corto en ese universo de ficción. Y no es una novela detectivesca. El imperio interplanetario Dai Viet (me disculpo si no sé colocar los diacríticos oportunos en las palabras de origen vietnamita) está en guerra civil. Y una facción rebelde a invadido y ocupado el planeta nº 23, del que era magistrada una de las protagonistas de la novela. Esta huye y se refugia en una estación espacial, dirigida y gestionada por miembros de su familia, siendo la principal administradora una prima lejana suya, que la acoge por los lazos familiares pero con frialdad. Aunque en la jerarquía y en la sociedad de inspiración confuciana el puesto alcanzado por la refugiada fuera superior al de una mera administradora. Pero además algo empieza a funcionar mal en la estación, especialmente en inteligencia que la gobierna; y otros problemas asuelan la familia de la administradora, que van poner en riesgo las vidas de toda la familia.

Frente a las historias detectivescas que había leído hasta ahora de esta autora y en este universo, nos encontramos ahora en una intriga familiar, un choque entre personas y mentalidades, especialmente entre las dos mujeres, la administradora y la refugiada, que desconfían entre sí. Pero al mismo son familia y sienten obligaciones la una hacia la otra. Y de fondo, una situación política y una serie de dilemas éticos. Es una novela corta dividida en tres actos, y va de menos a más. No voy a decir que me haya entusiasmado. Pero sí que ha ido aumentando en interés poco a poco. Creo que el universo que ha creado de Bodard es muy interesante, más de lo que sus capacidades como escritora, decentes pero no extraordinarias, son capaces de desarrollar. Si en el futuro vuelvo a encontrar ofertas razonables, puede que lea alguna obra más de esta autora. Si no… pues no.

[Libro] Azami – Aki Shimazaki

Literatura

Ya comenté recientemente los cambios que se habían producido en la publicación de las obras de la canadiense nacida japonesa Aki Shimazaki en España. Como consecuencia, como ya anunciaba, he cambiado la forma de aproximarme a la obra de esta escritora. Sus dos primeros quintetos de novelas cortas relacionadas entre sí se habían publicado en España como obras únicas, lo cual ejercía un efecto beneficioso sobre el coste final para el lector. Pero ahora que se publican como obras individuales… ya no suponen ninguna ventaja sobre el original en francés, por lo que he decidido recuperar el tiempo perdido con el tercer quinteto de novelas cortas pasándome a los originales de Shimazaki. No tengo especial problema en leer en francés. Quizá un poquito más despacio, pero sin más. Así que esta primera novela corta de la serie La sombra del cardo, o debería decir ahora L’ombre du chardon, aunque la lea en «desorden», después de la que se publicó en segundo lugar, la he leído en francés.

Ambientada la novela, como la anterior, en Nagoya, y en ciudades cercanas, y no disponiendo fotos de esa populosa ciudad, opto por algunas instantáneas en la más tranquila Kamakura.

Azami, 薊, aunque también en katakana アザミ, así se presenta la entrada sobre estas plantas en la Wikipedia JA, es el nombre que recibe en japonés la planta del cardo, especialmente los del género Cirsium. Y es el apelativo poético con el que el protagonista de esta novela corta llamaba en secreto a la niña, compañera del último año de la escuela primera, que le gustaba. Y de la que no volvió a saber más. Ahora, adulto, felizmente casado con un esposa ejemplar y dos retoños,… bueno felizmente pero sin relaciones sexuales,… tras un encuentro casual con otro compañero de la época, acabará reencontrándose con Azami. Aunque esta no ha llevado precisamente la vida que imaginó para aquella niña despierta e inteligente. Azami es la protagonista de la novela corta que leí recientemente, la segunda de la serie, Mitsuko.

Después de haber leído los dos primeros títulos del ciclo, parece que el hilo conductor, el elemento común o protagonista, es la atractiva y compleja mujer que conocí en la novela anterior. Pero centrémonos en el hecho de que el personaje principal en Azami es el hombre. Está redactada en primera persona, el punto de vista de lo que está sucediendo, de cómo se reencuentra con su ambiguo compañero de escuela, de cómo provoca el reencuentro con Mitsuko, de cómo inician una relación y cómo toma decisiones trascendentes en su vida, es el punto de vista del protagonista masculino. Y por lo tanto, un narrador no fiable; incluso si es una narrador honrado, no conoce toda la información. Una persona en una encrucijada. Entre un matrimonio presuntamente perfecto, pero con una importante vía de agua, la ausencia de relaciones físicas íntimas con su por lo demás perfecta esposa, y la poderosa atracción que siente hacia la antigua compañera, siempre misteriosa, con una vida compleja. Debemos tener en cuenta que, si se leen las novelas en el orden en que se publicaron, sabemos muy poco de Mitsuko. Mientras que tal y cómo las he leído yo, el punto de vista del lector es muy muy distinto. Se puede hacer, cada novela corta se puede leer de forma independiente, pero cambia mucho en la imaginación del lector.

Después de la potente y compleja historia que leíamos en Hōzuki, quizá este relato no tiene el mismo tirón, la misma contundencia en los sentimientos del lector. Pero estamos ante el mismo estilo de escritura, una literatura a la que no es difícil acceder, pero que tiene profundidad, y que transpira su origen asiático aunque esté escrita en francés, en sus ritmos, en sus puntos de vista, en las descripciones y en la presentación de sus personajes. Recomendable, como no podía esperar de otra forma, creo que hubiera sido bueno leer estas dos primera novelas de L’ombre du chardon en el orden en el que fueron publicadas.

[Libro] Piscinas vacías – Laura Ferrero

Literatura

En las últimas semanas he roto en cierta medida el bloqueo lector que me atenazaba habitualmente en los últimos años. Y voy sacando adelante novelas cortas y libros de relatos con cierta fluidez. Me cuesta mucho más centrarme en novelas largas. Todo lo que pasa de 250-300 páginas en formato papel me da una pereza tremenda a pesar de qué tengo varios en reserva que me parecieron muy atractivos en su momento. Curiosamente, esta nueva concentración en la lectura, por modesta que sea, contrasta con la poco motivadora cartelera cinematográfica, que se agrava por el hecho de que hay muchos estrenos semanales que no llegan a Zaragoza, o no lo hacen en versión original. En estos momentos, de antes había una oferta de entre 7 y 10 películas en versión original, ahora hay sólo cuatro, y ya hemos visto tres. En fin… vamos con los libros, que es lo que toca.

Laura Ferrero es una editora, periodista y escritora española que hace unos años autoeditó esta colección de relatos cortos en una plataforma en línea. Red social literaria se autodenominan… Alguna vez me he acercado a estas plataformas, pero nunca me han atraído realmente. Por muchas imperfecciones que tenga el proceso editorial en los tiempos actuales, especialmente en las grandes editoriales o grupos editoriales, me gusta que un libro haya pasado por este proceso antes de llegar a mis manos. Mis experiencias hasta el momento con la autoedición no han sido positivas. Y además con métricas engañosas, como esas de «el libro más léido/descargado en la PlataformaX durante el años 20XX», en las que simplemente, cuando se vende por dos euros en formato electrónico frente a los diez euros, o algo así, de los libros con un proceso editorial tradicional… pues dijeramos que el precio sesga mucho la probabilidad de compra impulsiva, o de quien no tiene muchos recursos para gastar.

En cualquier caso, esta colección de relatos cortos que recibe el título prestado de uno de ellos, tras ese primer lanzamiento en autoedición, recibió el interés de Alfaguara que lo volvió a lanzar al mercado, con algunas modificaciones y algunos relatos añadidos. Esta es la edición que he leído. Alfaguara, antaño, fue una de mis editoriales de cabecera. Leí muchos libros de bolsillo de esta editorial en los años 90 del siglo XX. Pero luego ha ido sufriendo los vaivenes de las fusiones y adquisiciones del mundo editorial, perteneciendo ahora a un grupo multinacional, y no la percibo mal, pero no de la misma forma que antaño. Son 26 relatos cortos los que nos presenta esta colección. Realmente cortos. Algunos muy cortos. Se leen en pocos minutos. Y se centran en el sentimiento de pérdida, especialmente. Con frecuencia, la pérdida del ser amado, por lo tanto nos hablan del desamor. Pero también hay pérdida de las padre o la madre, de la familia, de los hijos, de los amigos, de un lugar… No necesariamente física.

Bien valorado en general, a mí me ha dejado un poco frío, aunque pueda reconocer buenas maneras en la escritura. Pero es que en algún momento he empezado a sentir que la autora se regodea de una forma extrañamente insistente en los mismos temas. Una especie de pornografía del duelo, el desamor y la soledad… temas que son muy habituales en la literatura, especialmente en la contemporánea, por la alienación que impone en muchas ocasiones la sociedad urbana actual, pero que han sido tratados por ello en profundidad con éxito por muchos escritores, sin necesidad de esta insistencia. En 26 relatos. Lo cual te da la sensación de que en ocasiones estás volviendo a leer un mismo relato, aunque no lo sea. Que estás dando vueltas en círculo constantemente. Y, lo que es peor, siempre sobre el mismo grupo social y cultural, esa clase media de treintaytantos, quizá cuarentaypoco, con estudios universitarios, generalmente de una carrera de letras y humanidades, que se dedican a cosas parecidas, en un ejercicio de umbilicoscopia constante, en la que no parece que haya mundo o gentes más allá. Por lo que, aunque estén razonablemente bien escritos, lo cierto es que al final,… cansan un poquito.

No está mal… pero no me han dejado con ganas de leer más de lo que escribe Ferrero. Demasiado miedo a seguir dándole vueltas a lo mismo. Y chicos y chicas… hay vida más allá de las pérdidas que todos experimentamos tarde o temprano a lo largo de nuestras vidas.