[Cine] Bugonia (2025)

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. El entorno en que suceden las cosas, tiene algo de anodino, así que voy con unas fotos de un entorno que a muchos les parecerá anodino, en la estación de tren de Casetas, próxima a Zaragoza.

Bugonia (2025; 52/20251108)

Desde hace un tiempo soy habitual de las películas de Yorgos Lanthimos. Desde Lobster, yo creo. No siempre tengo claro dónde quiere ir. Pero me parece que sus propuestas son muy estimulantes, que siempre tienen algo, que son buen cine y, además, te obligan a ser un espectador activo de la película. Especialmente frente a las propuestas comerciales más habituales, que son productos de digestión rápida para públicos pasivos. Para mí, por muy caras que cuesten, las exitosas películas de superhéroes y similares son el equivalente a comer en una hamburguesa con carne de origen desconocido, procedente de una cadena de comida rápida. Y ese tipo de comida, si alguna vez me gustó,… hace mucho que me cansó.

Y en esta ocasión viene acompañado de un corto reparto, pero con dos intérpretes que en los últimos años me han parecido excelentes. La más famosa Emma Stone, que aquí hace de empresaria de moda de una empresa biotecnológica, y al menos famoso, pero igualmente imprescindible, Jesse Plemons, que lleva una racha de películas con interpretaciones excelentes que ya quisieran muchos impresentables con Oscar honorífico. Y aquí hará de un tipo, entre activista y descerebrado, que secuestrará a la anterior con el fin de detener, según su paranoia de la conspiración, las actividades de unos invasores extraterrestres que controlan la Tierra, y de la que, según sus deducciones, la empresaria es una líder destacada. Y no nos olvidemos que hay un tercero en discordia, interpretado por Aidan Delbis, primo del anterior y coautor casi silencioso del secuestro.

La película es una peculiar adaptación de una película surcoreana del año 2003, dirigida por Jang Joon-hwan, que aparece como coguionista en los créditos de la película que nos ocupa hoy. Me gustaría ver la película original. Y según me dicen los buscadores, está disponible en Netflix EE.UU., pero no la encuentro en Netflix España… Si la encuentro por alguna parte… ya os lo contaré. El caso es que, aunque su premisa es relativamente original, he de decir que llegado un momento de la película, lleno de chispa, empecé a sospechar por dónde iban a ir los tiros. Será que soy médico… pero me pareció una pista muy descarada. Pero parece que muchos otros espectadores fueron sorprendidos. En cualquier caso, sin ser exactamente igual que a películas previas del director en su estilo, no deja de tener su punto de absurdo, al mismo tiempo que de crítica social. Lanthimos rueda bien. Y los intérpretes están estupendos. Pero…

Pero a la corta y a la larga, ya hace diez días que la vimos, la película deja poco poso. Sí. Nos intrigó. Pasamos algún momento bueno. Y alguno no tan bueno. Porque no faltan dosis de violencia y sangre en el filme. Pero tampoco aportar mucho más a lo que ya se ha dicho sobre muchos temas. Y en cuanto a su punto de absurdo… pues los hay más agudos, más ingeniosos. Por eso me gustaría ver el original. Saber cómo se planteó ahí el argumento y su resolución. Ver que llamó la atención de Lanthimos para adaptarla a su propia mirada. En cualquier caso, no me parece mala película. Tiene virtudes cinematográficas de sobra. Pero sin más. Normal.

Valoración

Dirección: *****
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ***

[Libros] Dead Dead Demon’s Dededede Destruction – Inio Asano

Literatura

Cuando terminó la serie de animación basada en esta serie de manga, ya hice un amplio comentario sobre esta obra. Aunque más desde la perspectiva de la producción televisiva que de la serie literaria. Sí. Literaria. El cómic, la historieta, los relatos gráficos, las novelas gráficas, el manga… como lo queráis llamar, también es literatura. El guion es tan importante como la ilustración. También conviene… deben… estar bien escritos. Y podemos asegurar que Inio Asano, el autor de esta serie, es un magnífico escritor. En aquellos momentos iba por la mitad de los doce tankōbon (単行本) de los que consta. Ya he terminado la serie completa. Y sí, me reafirmo. Siendo muy muy buenos tanto el manga como el anime, el manga es superior.

En cualquier caso, el anime es bastante fiel al manga, aunque hay algunas diferencias. El episodio 0 del anime, que sirve como prólogo, es el final del manga. Y la resolución de la historia es diferente, siendo más optimista la de la serie de animación. Resumamos la historia.

Un 31 de agosto cualquiera una gigantesca nave espacial, la «nave nodriza», aparece sobre la bahía de Tokio y se queda estacionada girando lentamente sobre la metrópolis japonesa. Y en el mundo en general, pero en Japón y Tokio en particular, las gentes tienen que adaptarse a una nueva normalidad. Y entre las gentes, un grupo de adolescentes, que tienen que seguir con sus vidas cotidianas. Con sus estudios, sus amistades, sus amoríos, sus indecisiones, sus problemas familiares… Y mientras, políticos, prensa, ejército, de Japón y de otros países, comienzan una carrera de hipocresía en la «lucha» contra los «invasores», unos «invasores» que tienen un aspecto que es cualquier cosa menos amenazante, y que en ningún momento dan muestras de agresividad, aunque son constantemente cazados y aniquilados cuando abandonan la nave nodriza. Una nave con problemas, que se deteriora claramente, hasta que tres años más tarde llega otro 31 de agosto, y llega el apocalipsis, o el fin del mundo tal y como lo conocíamos.

Ya comentaba en la entrada a propósito de la serie de animación que los temas son diversos. O el género al que pertenece la serie. Ciencia ficción, recuentos de la vida, un canto a la amistad entre las dos protagonistas y las gentes que les rodean, una historia de amor encubierta (aunque la serie queda más como una historia de amistad). O bien una dura sátira contra los modos y las trazas de los seres humanos, de los políticos (al loro con el alter ego de Donald Trump), de las empresas… de la civilización humana en general. La serie de manga es algo más áspera y dura que la serie de animación. No por mucha ventaja, pero tiene un punto más de pesimismo. Y de genialidad. Teniendo en cuenta que 2014, y ante el «riesgo apocalíptico», Asano ya adelantó que la preocupación de las amas de casa iba a ser acaparar papel higiénico,… como sucedió en 2020 durante los confinamientos por la covid-19.

La serie tiene tres partes. Una primera parte en la que acompañamos a las protagonistas en su vida cotidiana como estudiantes de instituto o de primer año de universidad. Una parte basada en el relato de lo cotidiano,… si no fuera por la anomalía de la presencia extraterrestre sobre sus cabezas y entre ellos. La segunda parte es la cuenta atrás hacia la catástrofe global, en la que además conoceremos los acontecimientos del pasado, o que se dieron en una realidad alternativa, y que provocaron la situación actual en la que se encuentra el mundo. Y finalmente, ese epílogo final, en el que el padre de Kadode, una de de las chicas protagonistas, toma el protagonismo, ha sido un gran ausente durante el resto de la serie, y busca la resolución de los problemas de/con su hija. Y de paso… del mundo. Ya he dicho que la resolución no es igual en la animación y en el manga. Y el manga es algo más pesimista o indefinido.

En cualquier caso, he disfrutado mucho de esta lectura. Un serie de manga tremendamente inteligente, muy actual, muy certera en sus diagnósticos sobre las sociedades humanas y sobre el mundo en el que vivimos, y al mismo tiempo muy entrañable, con personajes con los que sentimos real empatía, con quienes nos emocionamos. Un producto engañoso ya que detrás de su apariencia de producto para adolescentes y jóvenes adultos, es una reflexión muy adulta, válida para todos los públicos con una suficiente madurez para afrontar las duras consecuencias de lo que se narra. Muy recomendable. Aunque los prejuicios hacia el género (sea cual sea como lo definamos, manga, ciencia ficción…) hará que la mayor parte de la población no lo considerará nunca como una opción de lectura. Los mangas son «cosa de críos y adolescentes»…. dirán.

[TV/Libros] «Dededede Destruction»… en serie de televisión o de manga

Literatura, Televisión

A finales de septiembre terminó la temporada de verano de las series de animación japonesas. Esto va por trimestres, con temporadas de doce o trece episodios, aproximadamente, uno por semana, aunque algunas se prolonguen durante dos trimestres. O alguna comience a mitad de temporada y termine al final de la siguiente, como la que comentaré hoy. Ya comenté alguna de ellas, de las que terminaron antes. Y me quedan unas cuantas para ir comentando con el tiempo. Pero lo que sí que puedo decir es que hecho de menos la estupenda temporada de invierno, la del primer trimestre del año, en la que hubo algunas series realmente muy buenas. Ha habido muchas cositas muy entretenidas, majas, desde entonces,… pero nada como aquellas. Salvo quizá… la que comento hoy. Que sin embargo no parece haber tenido el impacto buscado en el público.

Shinjuku - Tokio, Japón

La serie en cuestión es Dead Dead Demon’s Dededede Destruction [デッドデッドデーモンズデデデデデストラクション], con el título original en «inglés». El que se atreva que lo traduzca; para entenderlo hay que ver la serie estando muy muy atento o, mejor todavía, leer el manga. El manga me lo han dejado. Y en el momento en el que escribo esto voy por la mitad; seis de los doce tankōbon (単行本) de los que consta. Así que mi comentario de hoy se centrará en la historia tal y como se cuenta en la serie de televisión. Que en lo que entiendo hasta el momento es muy fiel al manga. Aunque en lo que entiendo hasta el momento, siendo los dos muy muy buenos, el manga es superior. Pero eso ya lo comentaré en su momento.

¿A qué género pertenece la serie? ¿A la ciencia ficción? Al fin y al cabo, trata de lo que sucede cuando llega una «invasión» extraterrestre a la Tierra. Exactamente, a Tokio. O, ¿son recuentos de la vida cotidiana de sus protagonistas, las dos adolescentes Ōran Nakagawa, alias Ontan, y Kadode Koyama? Tal vez, si lo miramos de otra forma, es un canto a la amistad entre las dos protagonistas y las gentes que les rodean. ¿Una historia de amor encubierta… o no tan encubierta? O, quizá, todo esto es el envoltorio de una dura sátira contra los modos y las trazas de los seres humanos, de los políticos, de las empresas… de la civilización humana en general. En cualquier caso, lo que sabemos desde el episodio 0, es que un «buen» día, tras varios de años con una gigantesca nave alienígena de cinco kilómetros de diámetro flotando sobre Tokio… el apocalipsis llega. Y a continuación vienen diecisiete episodios más para contarnos como sucede la cosa.

Shibuya - Tokio, Japón

Me dicen que el autor del manga, Inio Asano, es un pesimista de mucho cuidado. Bueno… ya comentaré más despacio la cuestión cuando comente el manga. Lo que sí diré es que este es un ejemplo claro de por qué no hay que dar por supuestas ciertas cosas en el mundo de la animación japonesa. Con adolescentes con protagonistas, daría la impresión de que es el típico ejemplo de animación para un demográfico muy determinado. Pues bien, los temas que trata la serie son muy muy muy muy adultos, desde muchos puntos de vista. Eso sí, están tratados para «todos los públicos», para que los entiendan los adultos, los adolescentes, o quien sea. Realmente, muy recomendable.

Akihabara - Tokio, Japón

[Libro] The Gentle Giants of Ganymede – James P. Hogan

Literatura

Esta es la segunda novela de la serie de los Gigantes de James P. Hogan. Recientemente leí la primera entrega y me resultó simpática. Por lo que he investigado, la serie consta de cinco novelas, y las tres primeras son majas. Las dos últimas no tienen tan buenas críticas o consideración. Así que decidí dar una oportunidad a esas dos novelas. Las características generales de estas novelas las podéis leer en mi reseña de la primera de ellas, así que aquí no me extenderé mucho. Es que además no tengo mucho tiempo hoy.

Durante un tiempo en la cronología interna de la novela, los gentiles gigantes de Ganímedes se establecen en una colonia especialmente diseñada para ellos a orillas del lago Lemán, cerca de la ciudad suiza de Lausana. Un sitio realmente muy agradable. Que he visitado un par de veces.

La novela de hoy es continuación inmediata la anterior. Si habíamos dejado a los protagonistas investigando la misteriosa nave alienígena encontrada en Ganímedes, la luna de Júpiter, una nave con 25 millones de antigüedad, se van a llevar la sorpresa mayúscula de que mientras están en ello aparecerá en el Sistema Solar una nave de esta especie que intenta regresar a su planeta de origen tras un viaje con graves incidencias y a velocidades relativísticas. Si para esos gigantes gentiles su odisea ha durado algo más de 20 años, por los efectos de la relatividad, en el Sistema Solar han pasado esos 25 millones de años. La novela tiene poca acción, básicamente se dedica a describir, especular, el encuentro entre ambas especies.

La novela es simpática en general. Pero altamente inverosímil. Por la fuerte antropomorfización de los alienígenas, que facilita enormemente el contacto. Y la sorprendente analogía de sus biologías, que les permite compartir comida y bebida. Lo más curioso es la existencia de una inteligencia artificial, que no llama así, la novela es de 1978 y en aquel momento el estado de la informática no tenía nada que ver con el actual, que es capaz de realizar una diversidad de tareas. Y sí… de una forma u otra Hogan prevé internet. En 1978 había embriones de lo que sería la red de redes, pero nadie la imaginaba todavía, salvo unos poquitos enterados. No se hablaba de ello. Hubo que esperar a los principios de los años 90 del siglo XX.

Pero bueno, en general es una novela con fuerte sabor retro, un tipo de planteamientos muy optimistas que ya no se estilan en la ciencia ficción actual, que mezcla cuestiones de ciencia ficción dura con casualidades prácticamente imposibles y convergencias evolutivas difíciles de digerir. Me parece que la biología no es el fuerte de Hogan. Pero me ha parecido entretenida. Oye. Que no es poco.

[Libro] Inherit the stars – James P. Hogan

Literatura

Hace un par de meses o tres estaba yo leyendo un artículo sobre lo que ya se considera ciencia ficción clásica, aquella que se escribió en los años 60 y 70, en la que surgieron escritores que se bregaban en una ciencia ficción dura, en la que trataban de contar historias plausibles a la luz del conocimiento científico, y con mayor o menor éxito a la hora de crear al mismo tiempo un relato que entretuviera y que tuviese una suficiente profundidad para hacernos reflexionar sobre nosotros mismos. La mejor ciencia ficción siempre nos plantea escenarios futuristas y avanzados científicamente para hablar de nuestra identidad como seres humanos o de nuestros problemas actuales como sociedad o como especie. Véase al respecto la novela de Poul Anderson que comenté en septiembre de 2022, o la estupenda Cita con Rama de Clarke, un clásico entre los clásicos. Pero estos son sólo dos ejemplos que me han venido a la memoria sobre la marcha, sin pensarlo mucho, de los muchos que hubo. Coincidió que yo, a finales de los años 70 y principios de los 80, estaba en mi final de la adolescencia y principio de los años de universidad, y como buen chico de ciencias, me apasionaba este tipo de lecturas.

De los varios astros, planetas o satélites, que se mencionan en el libro, sólo dispongo fotos en detalle, realizadas por mí, de uno de ellos,… el planeta Tierra.

Sin embargo, había mucha oferta. Había una diversidad de colecciones de obras de ciencia ficción en varias editoriales que ofrecían abundancia de obras, muchas de ellas en formato de bolsillo, más económicas, y adecuadas a la pobre economía de un estudiante. Y hubo muchas cosas interesantes que se quedaron en el tintero. Es cierto que hoy en día, esas obras hay que leerlas con una cierta perspectiva y comprensión. Las ciencias han avanzado, y las propuestas de aquellos autores, entonces ingeniosas e innovadoras dentro de los paradigmas de la ciencia real, pueden resultar ingenuas o francamente descarriladas. Uno de estos autores, al que no accedí en aquella época, fue el británico James P. Hogan, un escritor relativamente prolífico, especialmente conocido por su serie de los Gigantes, y sobre el que no había leído. nada. En ese artículo que he mencionado al principio, y que soy incapaz de enlazar porque no recuerdo donde lo leí, recomendaba algunos libros de esta serie, y decidí leer al menos el primero de ellos, que os traigo hoy a comentario. En su original en inglés.

La acción nos sitúa en el año 2027, cincuenta años después del año en el que se publicó, momento en el que el autor, ingenuamente, imaginaba que la guerra fría habría terminado y habría comenzado una colaboración internacional para el desarrollo de la ciencia y la exploración del espacio, al que habrían ido los presupuestos destinados a los ejércitos. Inspirada por el 2001, A Space Odissey de Kubrick, que Arthur C. Clark adaptó a una novela con una trama muy similar, aunque con algunas diferencias en el argumento, tras una introducción que nos habla de ciertos acontecimientos en un pasado remoto, se nos habla de un hallazgo en la luna. El cadáver momificado de un astronauta en la Luna, con miles de años de antigüedad, pero inequívocamente humano. Un equipo de científicos de lo que sería la sucesora multinacional de la NASA acomete la tarea de estudiar el hallazgo y darle un sentido, ante su improbabilidad. Un posterior hallazgo en Ganímedes, satélite de Júpiter, de una nave claramente alienígena, compleja la tarea de dar sentido al conjunto. [Obsérvese el paralelismo con 2001; en aquella, se encuentran dos monolitos, uno enterrado en el cráter Tycho de la luna, y el otro en órbita alrededor de Júpiter (versión cinematográfica) o en Iapeto, satélite de Saturno (versión literaria)]

La novela es en general muy entretenida. No hay acción propiamente dicha, más allá de alguna reconstrucción de lo sucedido en el pasado remoto del que proceden los restos del astronauta lunar. Lo que vamos siguiendo es el proceso científico de generación de hipótesis a partir de los restos encontrados y su análisis, contrastados con el conocimiento científico establecido, para proceder al proceso de contrastar la fortaleza de esas hipótesis, para sustituirlas por otras cuando no funcionan, o para modificar el paradigma científico cuando es necesario. Intervienen todo tipo de científicos, biólogos, químicos, físicos, geólogos, paleontólogos,… también lingüistas e historiadores que aportan sus métodos de estudio a los elementos culturales de los restos. No hay villanos. Aunque haya personajes que nos caigan mejor o peor, el biólogo es uno de ellos porque parece intransigente, pero todos aportan. Y al cabo, el biólogo acaba resultando un científico serio, de los de ante hipótesis extraordinarias, las pruebas han de ser también extraordinarias. Escrita con una prosa muy directa y funcional, se lee fácil, con interés, en más de un caso me encontré trasnochando más de la cuenta por culpa de ese querer saber qué es lo que van a deducir.

Al mismo tiempo, las hipótesis que plantea el escritor resultan un tanto ingenuas desde el punto de vista del conocimiento actual. Por ejemplo, volviendo a la biología evolutiva, frente al hecho de que en los años 70 del siglo XX el fuerte del análisis de los restos paleontológicos estaba en el estudio morfológico de los fósiles, poco a poco fueron sustituidos, cuando esto fue posible, con las técnicas de biología molecular, especialmente el de los ácidos nucleicos, sometidos a un cambio por mutaciones en el tiempo, marcados por un reloj evolutivo, que permite establecer las relaciones de parentesco entre especies. Con ese conocimiento, la hipótesis final del libro… resulta implausible en el año 2023, aunque lo fuera en 1977. Lo mismo sucede con el origen de la Luna, aunque la teoría del gran impacto, hoy la favorita de los científicos, ya había sido formulada en aquel momento, y hace que la hipótesis final del libro tampoco sea admisible. Con el cinturón de asteroides pasa algo parecido. Cuando leí mi primer libro de astronomía divulgativa que me compraron siendo un adolescentes, y que devoré numerosas veces hasta casi aprendérmelo de memoria, se hipotetizaba con el origen del cinturón de asteroides como la consecuencia de un planeta en órbita solar entre Marte y Júpiter que hubiese sido destruido. Hoy en día, sabiendo que la masa total de los millones de cuerpos del cinturón se estima en sólo un 4 % de la de la Luna, más bien se considera como un intento fallido de formación de un planeta durante los inicios del Sistema Solar por las perturbaciones gravitatorias introducidas por el gigante Júpiter. En fin… la hipótesis final del libro, ingeniosa, hoy en día también resulta ingenua e implausible.

Bueno… las cosas son así. Las ciencias adelantan. Toda obra de ciencia ficción, especialmente ciencia ficción dura, que parte del conocimiento científico real, o aunque se base en las hipótesis más especulativas, cuando pasa un cierto tiempo queda desfasada y pasa a ser ingenua o simplemente errónea. No quiero decir con esto que toda la ciencia especulativa se quede desfasada. La evolución de Darwin tuvo que esperar décadas para poder conocerse cuál era su base biológica molecular y terminar de confirmarse. O la deriva de los continentes de Wegener tardó mucho en poder medirse y que fuese una teoría plenamente aceptada. Pero la obra es notable en su planteamiento. Y yo me lo he pasado muy bien. Contemplo la posibilidad de seguir con alguno de los siguientes libros de la serie. A ver que nos tenía que contar Hogan sobre este universo alternativo que planteó.

[Cine en TV] Penguin Highway (2018)

Cine

Penguin Highway (2018; 56/20210825)

De los estrenos cinematográficos de esta semana pasada, el más interesante ya lo habíamos visto en un pase especial de preestreno unas semanas antes, y el siguiente en aparente interés… tenía unos horarios inconvenientes para sus pases en versión original. Y tampoco nos «mataba» tanto el ir a verlo. Por ello, nos limitamos a quedar para charrar un rato este miércoles pasado, y cuando volvía a casa, miré los estrenos en las plataformas de vídeo bajo demanda. Que tampoco son para «matarse» por verlos. A principio de año, Netflix anunció un ritmo frenético de estrenos, un promedio de más de uno a la semana. Pero pocos de ellos han resultado mínimamente atractivos. El caso es que mientras repasaba los últimos llegados a la plataforma, me fijé en esta animación japonesa dirigida por Hiroyasu Ishida, y decidí darle una oportunidad. El primer largometraje de animación del director y animador.

Los bosques del monte Kurama y del río Kibune, no lejos de Kioto, servirán para ilustrar los de la película de hoy.

No voy a contar mucho del argumento, que está basado en una novela del mismo título, que ha recibido algunos premios en su país de origen dentro del ámbito de la ciencia ficción. Hay que decir que el título original de la película está en inglés, aunque en japonés se pueda encontrar escrito en katakana, ペンギン・ハイウェイ, Pengin Haiwei. Diré simplemente que, en un suburbio de una gran ciudad, posiblemente Kioto, de donde procede el escritor, aunque no se explicita, cerca de los bosques y los montes, hay un escolar al que le encantan las ciencias que está colado por una joven ayudante del odontólogo local, y especialmente por sus おっぱい oppai. Y que un día una misteriosa bandada de pingüinos aparece en medio del lugar… que de alguna forma están relacionados con la chica. No necesariamente con sus oppai.

Si os he de reconocer las cosas como son, es una película de animación japonesa normalita. Las he visto más interesantes visualmente y con argumentos y temas más intensos y profundos. Pero lo cierto es que es una película que te deja un buen sabor de boca muy por encima de las expectativas depositadas en ella. Y creo que en gran medida es debido a un conjunto de caracteres bastante entrañables. Hay una evidente intención pedagógica para los más pequeños de las familias para animarles al estudio de las ciencia como algo que puede desencadenar aventuras más interesantes que la fantasía… aunque el tiempo de «ciencia ficción» del que tira la historia circula más cerca de esta última que de la ciencia propiamente dicha. Pero hay que tener en cuenta su vocación de película familiar.

La canción principal de la película está cantada por una de las cantantes más populares del País del Sol Naciente, auténtica superventas, y la película deja muy buen rollo, el curioso romance entre un shonen de cuarto de primaria y una guapa y bien dotada joven que viene de… otro lugar, y de edad indefinida.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] The Tomorrow War (2021)

Cine

The Tomorrow War (2021; 44/20210702)

Otra película que nos llega de estreno en las plataformas de cine bajo demanda, Amazon Prime Video, por ser más concretos, y que desde el principio ha llegado con el halo de que esta plataforma, que lleva un tiempo produciendo cine, tanto para su estreno en la gran pantalla como para consumo digital, se ha querido sumar al carro de las superproducciones de acción. O algo parecido. Lo que pasa es que esta película de acción con alienígenas dirigida por Chris McKay,… no es originalmente de Amazon. Es de Paramount, que al ver el marrón que se les venía encima con la pandemia se la vendieron a Amazon para salvar los muebles financieros.

El tramo final de la película transcurre en algún remoto y frío lugar de la Siberia ártica… pero está rodado en Islandia. Así que os traigo unas fotos del glaciar Svínafellsjökull en Skaftafell.

La cosa va de que, de repente, en medio de un partido de fútbol o algo parecido, llegan del futuro unos soldados diciendo que si no mandamos gente a pelear al futuro, dentro de treinta años la humanidad se extinguirá en una guerra contra unos alienígenas muy malos, muy malos, muy malos. Menos mal que hay está el héroe del presente (Chris Pratt) que junto con la heroína del futuro (Yvonne Strahovski) y su padre (J.K. Simmons, ¿este sería el del pasado y así tenemos toda la conjugación del indicativo?), harán todo lo posible por evitar que esto pase. ¿Lo conseguirán? ¿Qué opináis?

Película total y absolutamente pensada para el público palomitero, que hace un refrito de todas las películas de alienígenas, viajes en el tiempo y mezclas de estos elementos diversos, para que la gente se atiborre de maíz con abundancia de sal y grasa añadida, a ser posible con abundantes refrescos azucarados por toneladas, con el fin de fomentar la morbimortalidad adelantada por enfermedades cardiovasculares, librándonos de morir en un futuro por otra pandemia borde. Lo cierto es que mientras la ves, y recién terminada, pues… te has entretenido. Tiene ritmos, los «protas» te caen bien… y esas cosas. Afortunadamente no están ahí ni Will Smith ni Bill Pullman para salvar el mundo, que haría la cosa insoportable… Pero cuando le dedicas un pensamiento a la cosa, te das cuenta de que no tiene ni pies ni revés, que el argumento hace aguas por todas partes, que el fuerte ritmo de la acción está hábilmente pensado para que no puedas coscarte de ello, y que hay otras películas con temas parecidos que son considerablemente superiores a esta producción basada en una fórmula prefabricada sin más interés que ser un vehículo para matar el rato. Ciertamente, el reparto ayuda a que el producto final resulte simpático; pero realmente tiene menos sustancia que las series B de marcianos de los años 50, aunque hecha con mucho dinero.

Si estás suscrito a Amazon Prime… pues si tienes un rato que no sabes qué hacer y no tienes ganas de pensar, puede ser tú opción ideal para evadirte un rato. Si te interesa el tema de viajes en el tiempo y alienígenas o jugar con el tiempo y los alienígenas, tu película se titula parecido pero no igual, es otra. A pesar de su protagonista masculino, esa es la que tienes que ver, que también está en Amazon Prime Video, pero apoquinando pasta. Que cosas. Más suerte tendrás si estás suscrito a Netflix, o a HBO, que no tendrás que pagar más… aunque la suscripción a estas plataformas cuesta más que la de Prime Video, claro. De todas formas, como la película cumple su misión básica, entretener sin tener que usar las neuronas… la aprobaremos. Pero que nadie os cuente la milonga de que es una película chachi, ¿va?

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

[Libro] Puerto estelar – George R. R. Martin, Raya Golden

Literatura

Hacía ya un tiempo que no leía una historieta. O novela gráfica, que me parece que es así como viene denominada la de hoy. El caso es que estos días atrás estaba atascado en mi lectura… han pasado muchas cosas y mi cabeza no me da para centrarme. Así que el jueves, que entré un momento a comprar un par de rollos de película en un comercio de la ciudad, vi este libro y me llamó la atención. En un principio, no iba a comprar. Pero mientras recorría el comercio, le iba dando vueltas al asunto, volví a pasar por el expositor… y cogí un ejemplar.

Esta novela gráfica está basada en el guion para un piloto de una serie que nunca se llegó a grabar, escrito por el «tronado» George R. R. Martin y adaptado e ilustrado por Raya Golden. Escrito en 1994, nada más y nada menos. En algún lugar lo han definido como una mezcla de Law & Order y Men in Black. No sé. Puede que tenga semejanzas con las dos. Nunca he visto la primera… hay tantas series de policías, que… La novela gráfica homenajea al mismo que satiriza una de ellas, muy popular. Y la verdad es que la segunda, mientras la leía, no me ha venido a la mente. En MIB, la base de la historia es que la presencia de alienígenas en la Tierra, así como la existencia de los MIB, es secreta. Pero en la historia que nos ocupa hoy, la esencia es que la llegada de los extraterrestres a la Tierra es un hecho público y manifiesto, y circulan entre nosotros. Al menos en las ciudades con las tres puertos estelares que hay en el planeta.

En algún momento de nuestra historia, no muy lejano en el tiempo, los extraterrestres, que nos llevan estudiando durante décadas, aterrizan en tres lugares distintos del mundo. La primera nave, en Singapur, durante la final del Campeonato de Fútbol de la ASEAN. La segunda, en Copenhague, durante el derbi futbolero entre el FC København y el Brøndby IF. La tercera, en Chicago, durante la Super Bowl. Y admitieron a los humanos como la especie 315 de la Armonía de los Mundos (notar estas ¿irónicas, paródicas, homenajeadas? referencias, 1 y 2). De inmediato se construyeron los puertos estelares de Singapur y Copenhague. Pero el de Chicago se retrasó… y las cosas no han sido tan sencillas como se esperaba. Estas son las aventuras de la comisaría de policía del distrito donde se encuentra el puerto estelar… y son muy muy divertidas.

Sinceramente, me lo he pasado pipa. Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien con algo así. En realidad, a mí me parece una space opera, una aventura espacial, pero en la que no salimos de Chicago. Como si una película de Star Wars transcurriese toda ella en una desmadrada Mos Eisley. Incluida la taberna y su espaciopuerto. La aventura tiene ritmo, tiene argumento, tiene unos personajes con lo que empatizas, que te caen simpáticos y te importan, y está bien escrita y dibujada. Te da pena si tienes que dejar de leer, te ríes con frecuencia, y cuando terminas te preguntas cuándo vas a saber qué pasa después. No tengo ni idea si va a haber un después. Pero si lo hay, me apunto.

[Libro] Luna Apogeo

Literatura

Sinceramente, supongo que el éxito de ventas que se nos dice que tiene este libro entre los libros electrónicos de Amazon se debe a que suele estar a precios muy baratos. Típico producto de la autopublicación, la de los autores que se quejan de que las editoriales no los aceptan, y no les dan oportunidades. Desconozco cuál es la realidad de la relación del autor del libro Rubén Azorín. El comentario anterior tiene un carácter generalista. Pero si he aprendido algo en los últimos tiempos, después de varias experiencias con los libros autopublicados, es que la existencia de un editor es un cribado importante para garantizar la calidad de los libros que llegan al lector. Otro problema es los criterios que imponen las empresas editoriales, que pueden sesgar sus decisiones, dejar en la cuneta obras interesantes y publicar algún pestiño que otro. El tema es complejo. Pero cada vez estoy más convencido de que tiene que haber alguien, con criterio, que sirva de puente entre el entusiasmo del escritor, que ha dedicado tiempo y esfuerzo a su obra, y que comprensiblemente quiere que se lea, y el lector… que debe tener ciertas garantías de que lo que se pone a la venta tiene alguna cualidad que hace que eso merezca la pena.

Había leído previamente un relato de Rubén Azorín. No sé si llamarlo novela corta o cuento largo. Y si no era redondo, apuntaba algunas maneras. Era un tanto confuso. Quizá con pretensiones un poco elevadas… pero bueno. No entusiasmaba, pero se dejaba leer. Y hacía tiempo que había ido viendo comentarios sobre estas novelas sobre la Luna del mismo autor. Pero determinadas experiencias relativamente recientes sobre libros autopublicados me hacían ser prudente. Hasta que apareció a la venta por el ridículo precio de 89 céntimos. Y dije… bueno… a partir de ahora lo único importante que puedo perder es el tiempo. Y decidí leerlo.

Pues eso… la luna. Fotografías de la luna o con la luna… que para eso estamos, para estar en la luna.

Y aquí vino la sorpresa negativa. El libro no es realmente ciencia ficción seria. Por muchos comentarios que veáis de gente que diga eso… pues no. Fijaros… una anédocta…

En resumen… 89 céntimos es un precio excesivo para este libro. Claro está, atraerá a muchos lectores que ante determinadas políticas demenciales de precios del libro en España y otros países de Europa, optan por libros baratos. Luego… bueno, en los aficionados a la fotografía es conocido el fenómeno que poca gente reconoce que se ha equivocado a al comprar su cámara fotográfica. Y se convierten en defensores de su trasto, aunque no les guste nada. Pues supongo que puede pasar algo así en el mundo editorial. Surgen muchos apóstoles de la autopublicación,… que luego no pueden volverse atrás cuando este sistema empieza a provocar una lluvia de mediocridades. Cuando no de bodrios. Quizá la autoedición, la autopublicación pueda tener sentido en determinados entornos… pero con un público educado y con criterio para discriminar. Si no… es preciso un proceso editorial. Quizá por eso me gustan las pequeñas editoriales que arriesgan donde los intereses comerciales de las grandes lo impiden. Pero un cierto proceso editorial, un cribado, una crítica constructiva a priori, ha de existir. Si no, vamos mal…

Se oye con frecuencia que el potencial del cerebro es impresionante y que sólo se usa el diez por ciento del mismo. Hay… un montón de obras de ficción, literarias o audiovisuales, sobre esta premisa. La realidad… el origen de esta creencia fue la entrevista de un periodista a un neurocientífico. Este lo que dijo en realidad es algo así como ‘no sabemos para qué sirve el diez por ciento del cerebro’, que no es lo mismo que ‘el diez por ciento no se utiliza’… pero el periodista transcribió como el vino bien. Es como cuando un periódico de mi ciudad, el Día Mundial del Sida, allá por mediados de los años 90, convirtió el dato ‘un 12 % de los infectados por el VIH lo han sido por transmisión heterosexual’ en un ‘un 12 % de los heterosexuales están infectados por el VIH’, lo cual hubiera sido en aquellos momentos una catástrofe monumental. Se quedaron tan anchos. Nunca hubo rectificaciones.

Volvamos al libro… empecé a ponerme mosca cuando el autor refleja en un momento dado la mandanga esta del cerebro sin usar. Claro que lo usamos… anda que no cuesta energía y problemas en el parto el tener un cerebro de este tamaño… como para no usarlo… Empecé a sospechar del bajo nivel científico del libro… y continuó… bueno. No es un libro de ciencia ficción. Es un libro que toma elementos de mitos urbanos diversos y teorías conspiranoicas diversas para montar una trama con hombrecitos verdes y la luna que se aleja, mezclado con las tradiciones más consolidadas de ese infame cine que es el de catástrofes naturales.

El libro se va desmoronando por completo. Los personajes están prefabricados, nunca sabes exactamente cuál es el principal… ni siquiera hay una convergencia real y clara de muchos ellos que dé sentido a las historias más o menos paralelas… no hay empatía real. Y todo desemboca en un tramo final confuso y sin resolución. Pero al mismo tiempo, tampoco sientes que allá un cliffhanger que te induzca a creer que va a haber una segunda parte, la hay, y que merezca la pena leerla. Que no creo. Y espero que nadie se enfade mucho porque no me haya gustado la novela… que luego recibo comentarios o mensajes de todo tipo. Algunos son educados, y se pueden ver. Pero otros son groseros… y esos no. Parece que no gusta en algunos autores, y con más frecuencia en sus amigos, que a algunos no nos gusten sus libros.

[Libro] El silencio de las estrellas

Literatura

Tengo un cierto atasco de temas para ir sacando en estas páginas. Pensaba que hoy iba a ir de fotografía, porque tengo un par de cosas nuevas, pero no están listas todavía. Así que voy con uno de los libros leídos recientemente. Ciencia ficción española. Una novela corta.

Esta obra de ciencia ficción, que podemos calificar como ópera espacial aunque tiene otros elementos, está escrita por Miguel Ángel Pérez Oca, y cuando me apareció recomendada en Amazon, venía con el aliciente de haber recibido algún premio que otro. Lo cierto es que no creáis que esto aumentó mis expectativas. Estoy un poquito quemado de los escritores «premiados» de ciencia ficción española, especialmente si son premios de carácter local… donde tengo la sensación de que hay mucho pasteleo entre autores y organización. Desconozco si es el caso, no obstante. Y como tengo ganas de encontrar algo de buena ciencia ficción nacional, parecía una ópera espacial, género que me gusta, le di una oportunidad. También se da la circunstancia de que el precio es barato.

Uno de los planetas visitados por los astronautas es agreste y feraz,… y quedará aquí representado por el Parque Nacional Taroko de Taiwán. Agreste y feraz.

La cosa va de una expedición a un sistema estelar situado a 700 años-luz de distancia, con su posición aparente en la constelación de Orión, en el que puede haber planetas potencialmente habitables. Allí, las dos parejas de astronautas entrarán en contacto con una civilización alienígena y empezarán a encontrar sospechas de cuál es el motivo de qué en una galaxia y en un universo tan grande, las estrellas estén en silencio, nadie se comunique con el ser humano. Pero claro, los más de 1400 años, tiempo terrestre, que lleva el viaje de ida y vuelta, también supone que no van a regresar al mismo planeta que abandonaron.

Vamos a ver. No me extenderé mucho. La novela es corta, pero no gracias a la concisión del autor, sino a que realiza un relato esquemático, de líneas gruesas y trazo rápido. Sin desarrollo de personajes ni de situaciones. Todo muy muy muy elemental. Coge unos cuantos conceptos científicos reales o posibles en un futuro y los engarza de una forma un poco apresurada, para componer una novela corta que se lee enseguida, pero que paradójicamente se hace larga… no ves el momento de terminarla, pero no por su disfrute sino por saber cómo diablos va a salir del embrollo. Y sale tirando de Deus ex Machina, en esta ocasión con una utilización de la frase latina casi literal, lo cual no me satisface mucho. Esto sin contar con la gran tontería del martianites, como nuevo hombre de Piltdown, absolutamente inverosímil, y la carencia de ética personal en los protagonistas y héroes de la novela. Lo cual… bueno,… estamos en España. Como comentaba ayer… lo de la ética no es nuestro fuerte.

[TV – Series] The Expanse,… el sistema solar en guerra

Televisión

Justo el día en que la leyes de la mecánica celeste determinan que nuestra Luna va a quedar ensombrecida y ruborizada por la impertinente interposición de la Tierra entre el satélite y el llamado astro rey, Sol, que no es más que una estrella más, vulgar y corriente, de clase espectral G2, como muchas muchas muchísimas que hay en nuestra galaxia y no digamos en el universo, me animo a comentar la temporada tercera de The Expanse. La expansión.

Casi con toda seguridad la mejor space opera, actual de la televisión. No es que haya muchas más. Pero alguna hay, y esta es una producción bastante interesante que ha ido ganando en interés con el tiempo. Y esta temporada, además, ha estado dividida en dos partes, cada una de las cuales ha tenido su dinámica propia y sus logros. El caso es que estoy lo suficiente enganchado a las aventuras de la tripulación de la Rocinante, antigua MRCN Tachi, como para que incluso haya empezado recientemente a leer las novelas de James S. A. Corey, seudónimo conjunto de los escritores norteamericanos Daniel Abraham y Ty Franck, con la primera de la saga, El despertar del Leviatán. Aun me falta bastante para terminarla, pero ya adelanto que es una novela más simpática y entretenida que brillante.

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En el Parc des Deux Rives (parque de las dos orillas) en Estrasburgo hay representado un sistema solar a escala, con los planetas exteriores, más allá del cinturón de asteroides, muy separados unos de otros…

Si la semana pasada hablábamos del miedo de los seres humanos a las inteligencias no humanas, refiriéndonos a la singularidad tecnológica o inteligencia que surge a partir de las creaciones de los propios humanos, en esta ocasión el miedo o el peligro procede de las inteligencias alienígenas. O incluso de la existencia de una vida alienígena que, con inteligencia o sin ella, tal y como la definimos, pueda ser una amenaza para la especie humana. Porque quien te dice que a una especie alienígena hipotética se le puedan aplicar los mismos caracteres que a la psique humana. Vulgar antropomorfismo del que a duras penas nos deshacemos. El caso es que, aunque de momento no hay señales que indiquen que vivamos en un vecindario estelar plagado de vida y civilizaciones alienígenas, el tema ha sido motivo de cierta preocupación desde el siglo XX y hasta nuestros días.

H.G. Wells y su guerra contra los marcianos llevada varias veces al cine y televisión, y que causó el «famoso» pánico de la retransmisión radiofónica de Orson Welles. Toda la neurosis de los avistamientos de platillos volantes tras la Segunda Guerra Mundial, y las teorías conspiranoicas del Área 51 y similares. Las múltiples imaginaciones que la literatura de anticipación ha realizado del primer contacto con una inteligencia alienígena. Alguna de ellas muy pesimista, como la teoría del bosque oscuro que comentaba hace unos meses a propósito de una celebrada trilogía de un escritor chino. El proyecto SETI, para buscar hombrecillos verdes a través del análisis de las señales recibidas por los radiotelescopios. Incluso algún destacado científico ha hecho hincapié en la conveniencia de NO buscar hombrecillos verdes, que podrían tener mala leche… o directamente provocar un choque cultural, en los que siempre sale perdiendo la cultura más atrasada tecnológicamente.

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… y los planetas interiores, entre el Sol y el cinturón de asteroides, muy cerquita unos de otros.

Pero si en la expansión de la humanidad por el Sistema Solar surge el problema del contacto con la vida alienígena, tema que ha cobrado una especial relevancia y trascendencia en la segunda mitad de esta tercera temporada, no deja de reflejar de fondo las miserias de la política y las relaciones sociales humanas. Esa lucha por la hegemonía en el sistema solar entre la potencia antigua, la Tierra representada por las Naciones Unidas, y la potencia emergente, la República Congresual de Marte, con las discriminadas y poco consideradas colonias del cinturón de asteroides y los planetas exteriores como pringaos de la función, no deja de representar situaciones similares en nuestra sociedad actual, cuando sólo una docena de hombres han caminado sobre un astro distinto de la Tierra, la Luna que se eclipsará esta noche, y unas cuantas decenas han estado en órbita alrededor del planeta.

Bueno. Pues muy entretenido oye. Tal es, que me llevé un disgusto cuando oí que Syfy no iba a renovar una cuarta temporada. Muchos esperaron que fuese Netflix que emite con posterioridad la serie por todo el mundo, retomase la producción, que no debe ser de las más baratas de la televisión. Pero no,… ha sido Amazon Studios la que ha recogido el desafío. Pues nada… A por ello.

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Y luego ya cruzas la pasarela y estás en otra galaxia, la Germánica Galaxia.

[Libro] El fin de la muerte

Literatura

Hace unas poquitas semanas salió a la venta en España la traducción al castellano del tercer volumen de la trilogía oficialmente titulada El recuerdo del pasado de la Tierra de Liu Cixin, aunque todo el mundo la conoce como la Trilogía de los Tres cuerpos, en referencia al título del primer volumen de la misma, probablemente el que ha alcanzado mayor fama. Nota: con los nombres chinos trataré de mantener con coherencia la tendencia actual de respetar el orden con el que son utilizados habitualmente en sus países; primero el apellido familiar, y después el nombre personal.

Tuve la ocasión de leer el primer libro de la trilogía con el principio del año. Me costó decidirme a leerlo. Entendedme… a mí, que me digan que lo han leído gente como Barak Obama o Mark Zuckerberg no me supone una publicidad positiva de casi nada. Ambos son personajes con suficientes puntos oscuros, especialmente el segundo, como para que no me sirvan de referencia a la hora de elegir mis lecturas. Pero apareció de oferta en mi suministrador habitual de libros electrónicos, por un precio muy muy muy barato y lo cogí. Me gustó, pero sin entusiasmos. Me pareció curioso. Con algunas ideas y algunos detalles interesantes. Pero sin que despertase pasiones en mí. De hecho, en ese momento casi me parecía dudoso seguir con el resto de la trilogía. Estoy ya muy escamado de las trilogías en ciencia ficción, que a veces son de cuatro o cinco libros, paradójicamente, en las que a rebufo de la buena acogida de un primer libro bueno o decente, nos ofrecen unos cuantos pestiños a continuación.

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Un cierto papel tiene en el libro de hoy los sistemas de corrientes violentas conocidos como Maelstrom, en el Moskenstraumen, el estrecho que separa la isla de Mosken de la de Moskensøya. Así que fotográficamente nos iremos a las Lofoten, ya que por esta última isla tuve ocasión de pasear hace unos meses.

En cualquier caso, finalmente decidí afrontar la lectura del segundo de los libros un par de meses más tarde. Lo leí con menos fluidez que el primero de los libros, pero reconocí en su momento que tenía más enjundia. Tenía más elementos para la reflexión. Como comenté en su momento, la buena ficción científica no se limita a contarnos batallitas futuristas, sino que suele entrar en la reflexión de la naturaleza del ser humano, de la socidad humana, de la inteligencia o de nuestro lugar en el mundo/cosmos/universo. Al igual que el anterior, me pareció que contenía elementos interesantes, ideas originales, o que si no lo eran ofrecían nuevos puntos de vista, nuevas perspectivas. Eso sí… su teoría del universo como un bosque oscuro en el que pululan incontables civilizaciones que desconfían las unas de las otras, se me apareció en ese momento más con un recurso argumental para hacer avanzar la historia que como una idea fuerza principal. No podía estar más equivocado.

Lo que sí tuve claro es que iba a leer el tercer libro… aunque me encontré que, aunque su publicación original en China fue en el año 2010,… todavía no estaba disponible en castellano. En inglés sí, desde 2016. Afortunadamente, la espera no ha sido larga, ya que a mediados de marzo, poco después de terminar de leer el segundo libro, ya lo tuvimos disponible en diversos formatos, tanto de de libros muertos como electrónico. Y aquí va.

El libro está divido en cinco partes. La primera ella nos va a contar la historia de la joven Cheng Xin, una inteligente y compasiva ingeniera aeroespacial, que además es guapa la jodida, y su admirador enamorado, compañero de universidad, el solitario y desventurado Yun Tianming, y su papel respectivo en una línea argumental paralela a la crisis trisolariana que se nos cuenta en los dos primeros libros. Es a partir de la segunda parte donde todas las líneas argumentales se reunen, aunque los escenarios son diversos para llevarnos al desenlace de la crisis con nuestros vecinos esterales y al más complejo derivado de la Teoría del Bosque Oscuro, que es el elemento principal que mueve la historia y que sirve a la reflexión.

No voy a entrar en muchos detalles más sobre el argumento. No quiero desvelar innecesariamente detalles del argumento. Sí que voy a adelantar que es el volumen de la trilogía que más me ha gustado. Incluso más allá de que esté bien, tiene momentos de brillantez conceptual.

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Un elemento que hace que me guste es que la histora que nos cuenta Liu Cixin se nos convierte en este tercer volumen en una gran space opera, género por el que siempre he sentido debilidad, pero manteniendo su tono de ciencia ficción dura. Recordamos que ciencia ficción dura es aquella que respeta los conocimientos de la física en el universo real, o que si especula con la evolución de la misma en el futuro, lo hace dentro de lo plausible. Es cierto que se toma algunas libertades.

El sistema trisolariano no es en la realidad un sistema impredecible. Aunque un sistema estelar triple, lo cierto es que las dos estrellas principales orbitan apaciblemente en torno a un centro de masas común, a una cómoda distancia de entre 11 y 36 unidades astronómicas (UA; una UA es aproximadamente 150 millones de kilómetros, la distancia de la Tierra al Sol). La tercera aparentemente orbita muy alejada de las anteriores, alrededor del centro de masas común, a una distancia del par principal de 0,2 años luz o 13 000 UA. Nada que ver con el caos con el que se nos describe el sistema trisolariano de la trilogía.

Lo de los sofones… pues no está nada claro, porque está basado en la famosa teoría M o de las supercuerdas. Una teoría que algunos han denunciado como muy bella matemáticamente, pero no falsable. Por lo tanto no científica, propiamente dicha, si no se puede someter a comprobación experimental. Mis conocimientos en física no llegan a tanto como para pronunciarmen.

Por supuesto, cada vez que se llega al vuelo espacial a la velocidad de la luz,… pues hay que verlo como una cierta libertad… No nos olvidemos que la cantidad de energía para disparar un cuerpo con masa a la velocidad de la luz sería infinita…

Y la cuestión de la coexistencia de espacios bidimensionales, cuatridimensionales o, en gneral, muldimensionales, con el tridimensional más el tiempo que conocemos, aunque muy bonita y muy muy muy muy muy muy bien escrita, también supone desde mi punto de vista una cierta alegría que se da el autor.

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Pero nada de esto empaña la bondad general de un libro que nos ofrecen una aventura de dimensiones casi galácticas y casi atemporales, pero dentro de un orden. Con una capacidad notable de trasladar a palabras la dificultad inherente de la mente humana a asumir las magnitudes y las escalas de las que estamos hablando.

Y todo ello sin perder de vista que la novela tiene enjundia a la hora de analizar las respuestas de la humanidad a las crisis. Respuestas que llevan tras de sí la tesis de que los retos futuros de la humanidad no pueden ser afrontados bajo los sistemas éticos, sociales y políticos tradicionales. Que la resolución de toda crisis conlleva compromisos, y que no siempre podemos conseguir soluciones en las que todo el mundo gane, por lo que hay que saber hacer renuncias colectivas sin perder un sentido de la ética. Leí hace poco que la ética y la cultura definen un país. De forma amplia, la ética y la cultura definen a la humanidad; pero ambas están sujetas a reflexión y mutación. Quizá la crisis inmediata que tiene la humanidad como conjunto sea la crisis ambiental derivada del calentamiento global. Y la respuesta no está siendo especialmente buena, desde mi punto de vista.

¿Tiene defectos el libro? Alguno tiene. A nivel anecdótico, la isla de Mosken, al sur de Moskenesøya, no es una isla perdida de Noruega… El archipiélago de las Lofoten es una de las regiones más turísticas, animadas y visitadas de Noruega, como pude comprobar hace unos meses.

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En otro nivel, ha mejorado con respecto a los anteriores la definición de caracteres de los personajes principales, aunque siguen siendo relativamente estereotipados. Pero es inevitable no sentir empatía por Cheng Xin, Ai AA, Yun Tianming o Guan Yifan. Sí, todos chinos, a pesar de ser una historia de toda la humanidad,… pero es que el autor y sus lectores potenciales originales eran chinos. Qué esperabais. E incluso hay alguna «villana» muy interesante como la enigmática Tomoko Muy conseguida la traducción castellana. El nombre japonés Tomoko usa los mismo caracteres, 智子, que los usados para denominar en chino a los sofones. En inglés, al personaje, lo llaman también «Sophon».

Lo cual no quita que la edición española sea un poco racana. Especialmente en notas al pie o notas del traductor. De la misma forma que sí que hay una nota que explica lo del nombre de Tomoko, podría haber incluido otras. Me he tomado la molestia de comprobar la grafía china de algunos de los nombres del resto de los protagonistas, y realmente no es un asunto banal. Por poner un ejemplo, el nombre de Cheng Xin, 程心, que incluye el ideograma de «corazón»; en un personaje cuya debilidad radica precisamente en su afectividad, en sus emociones, en el pensar con el corazón, por mucha inteligencia que tenga. Y existen otros nombre significativos dentro del libro, que no voy a detallar aquí.

En fin… como podréis comprobar por lo amplio de mi comentario, es un libro que me ha llegado y me ha gustado. No diré más que, a pesar de sus 600 páginas, frente a las 300 o 400 de sus predecesores, he tardado la mitad del tiempo en leerlo. Una aventura absolutamente apasionante. Aunque muy posiblemente siga tirando para atrás a aquellos lectores que no vayan un poquito sueltos en física. Son muchos y variados los conceptos de esta ciencia que se ponen en juego, y la importancia de esta ciencia en el desarrollo de la acción. Pero desde mi punto de vista, muy recomendable.

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