[Cine] Armand (2024)

Cine

Armand (2024; 09/20250220)

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Bryggen, el barrio de los muelles, en Bergen, Noruega.

La semana pasada no sabíamos muy bien que ir a ver en el cine. Teníamos un par de posibilidades, una que nos llegaba desde Noruega y la otra desde Italia. Cada una nos atraía por algún motivo, y al mismo tiempo nos repelía por algún otro. Al final nos decidimos por esta película noruega dirigida por Halfdan Ullmann Tøndel, nieto de Ingmar Bergman y Liv Ullmann, que venía con muy buenas críticas, aunque probablemente sin mucho atractivo para el público. Lo que temíamos es fuese uno de estos docudramas sobre los problemas del mundo educativo. Eso es muy frecuente en el cine francés, pero tal vez con los noruegos fuera distinto. Y nos arriesgamos. En las carteleras españolas se encuentra con un título «traducido», La tutoría.

En un colegio de educación primaria, la dirección del centro cita a una reunión a los padres de dos niños de seis años. La dirección encarga a una joven profesora (Thea Lambrechts Vaulen), la más nueva e inexperta del centro, para que lleve la reunión en la que asistirá la madre del niño (Renate Reinsve) que da título a la película en su idioma original, Armand, y los padres de otro niño (Ellen Dorrit Petersen y Endre Hellestveit) compañero y amigo. Los progenitores no son extraños. El matrimonio a veces cuida de Armand ya que su madre lo cría en solitario, ya que el padre murió. Pero también esta recibe en su casa de vez en cuando al otro niño. Pero las acusaciones son graves. Se dice que Armand agredió al otro niño, incluyendo acciones de carácter sexual.

La puesta en escena sugiere muchas veces una adaptación de una obra teatral al cine. Que yo sepa no lo es. El guion es original del propio director. Con un iluminación sombría, de profundos claro oscuros, y la cámara enfocando las más de las veces los rostros, las expresiones de los intérpretes. Apenas hay acción propiamente dicha durante la mayor parte del metraje. Diálogos. Diálogos en los que se pretende decir cosas, pero nunca de forma abierta o clara. Una mezcla de tabús y lenguaje políticamente correcto que traba constantemente la comunicación y el entendimiento. Un entendimiento difícil puesto que ningún padre/madre está dispuesto a reconocer lo que está implícito en el diálogo. Al mismo tiempo que al propio espectador, como en algún momento se dice en la propia película, le cuesta entender la malicia en algunas de las cuestiones puestas encima de la mesa sobre las presuntas conductas de carácter sexual… porque son niños de seis años. Reconozco que esa primera mitad aproximadamente del metraje es densa y cuesta. Pero…

La película da un giro. Los personajes pasan de cuestionar al niño, es difícil sostener la malicia de un niño de seis años en estas cuestiones, para cuestionar a la madre. Una madre sola, cuya pareja, el padre del niño, murió. Joven en circunstancias que parecía claras, un accidente, pero que tal vez, se plantea la duda, la sospecha, no lo fue. ¿Un suicidio? Pero la madre no es una mujer desconsolada. Es una mujer que vive la vida. Cuida de su hijo, es solidario con otros padres, trabaja, y también se divierte cuando encuentra la ocasión. Busca la compañía y el afecto, psicológico o físico, da igual, de otras personas, de otros hombre. Y el conservadurismo del entorno aflora. La responsabilidad del posible comportamiento «aberrante» del niño de seis años es el comportamiento de la madre. Y se produce la ruptura de la dinámica, mezclada con una disrupción de determinado tipo en el colegio.

Con unas interpretaciones tremendamente meritorias, la película va de menos a más. Es un constante in crescendo conforme lo que nadie quiere o se atreve a decir, o se oculta en el eufemismo y en los políticamente correcto, surge. De plantear preguntas sobre el comportamiento y la sexualidad de los niños, que contra a lo que muchos creen no es nula, se plantean preguntas sobre los prejuicios y los valores morales potencialmente tóxicos que rodean las comunidades humanas en general y las educativas en particular. En un entorno egoísta, en el que los padres buscan lo mejor para sus hijos, incluso haciéndoles competir en lugar de colaborar con otros niños, y que niega las debilidades de sus retoños, se ataca al otro. Al diferente. Al que lleva un estilo de vida menos convencional. O alternativo. Quizá no sea una película perfecta. Ni fácil de digerir en ocasiones. Exige un esfuerzo por parte del espectador. Pero resultó por encima de nuestras expectativas, y nos pareció bastante recomendable. Eso sí, aficionados al cine palomitero… quizá estos no… pues eso.

Valoración

Dirección: ****
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ****

[Cine] Yaneura no Rajā 屋根裏のラジャー [El imaginario] (2024)

Cine

Yaneura no Rajā [屋根裏のラジャー] (2024; 32/202400711)

Segundo largometraje de Studio Ponoc, dirigido por en esta ocasión por Yoshiyuki Momose. Recordemos que hace unos años, Studio Ghibli anunció que dejaba de producir películas, aunque luego no cumplió su propósito; véase el último Oscar a la mejor película de animación. Ponoc fue fundado por uno de los productores principales de Ghibli con el fin de continuar la producción de películas de animación, llevándose consigo a algunos animadores de la prestigiosa factoría de animación japonesa. Por lo que cuando estrenó su primer largometraje, hubo mucha expectación. El resultado no tuvo la repercusión que se esperaba. Posteriormente, para Netflix, estreno una antología de cortos, simpática, a modo de ejercicio de estilo… pero poco más. Así que llega a nosotros este segundo largometraje que, fuera de Japón, distribuye y exhibe Netflix a través de su plataforma en línea.

La película está basada en una novela infantil, con el mismo título que la película ha recibido en inglés, y que se ha traducido literalmente en castellano, El imaginario. El título de la película en japonés significa Rudger en el ático. Y, en un ambiente muy británico, y de ahí las fotografías acompañantes, Rudger es el protagonista de la película, un niño imaginario, que surge de la mente de una niña, Amanda, que vive con su madre, viuda reciente. Pero una amenaza surge de repente, cuando un extraño ser, acompañado de una extraña y siniestra joven, aparece con la intención de merendarse a Rudger. Tras un accidente de tráfico que deja inconsciente a Amanda, comienza una carrera contra reloj para evitar a los malos, y para salvar a la niña… ¿y a Rudger?

Bella película, con fotogramas dibujados a mano, al más puro estilo Ghibli, y que muestra la potencialidad de esta cada vez menos nueva productora que no acaba de despegar. Pero en esta ocasión pega más fuerte. Porque consigue el acuerdo de la crítica, en menos medida el del público, sobre el hecho de que estamos ante una película interesante no carente de valores. Con una muy buena factura, presenta un guion con buen ritmo y con la acción bien dosificada, que sin duda entretiene, aunque va muy dirigido a los más pequeños de la casa. No obstante, sus temas, que incluyen el duelo, el valor de la imaginación, la infancia, la solidaridad, e incluso el sacrificio altruista, permite que pueda ser vista sin problemas por los adultos acompañantes de estos niños.

Reconozco que cuando me puse con ella este miércoles pasado después de cenar, no las tenía mucho conmigo después de las experiencias previas. Parecía que lo de Studio Ponoc era un querer y no poder. Pero lo cierto es que me pareció muy entretenida. creo que merece la pena que se le dé una oportunidad. Quizá no sea el pelotazo que sirva para poner definitivamente en el candelero a la productora. Pero bueno, pasito a pasito, si van encadenando producciones majas poco a poco, quizá suban también poco a poco el nivel de sus películas.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine] programa doble; Lo nuevo de Koreeda y una vuelta de tuerca a la IA

Cine

Después de volver de vacaciones, nos encontramos con una oferta cinematográfica en la cartelera zaragozana de lo más interesante. Así que trazamos un plan para olvidarnos de las fiestas del Pilar y ponernos al día en lo que se refiere a películas interesantes. Vamos con las dos primeras.

Kaibutsu [怪物] (2023; 54/20231005)

Hace menos de un año que pudimos ver la incursión en el cine coreano del japonés, Hirokazu Koreeda. Una película que nos dejó un excelente sabor de boca y que es confirmo el interés que el cineasta siente por el tema de la familia. Familia que no siempre es la convencional ni mucho menos. En esta nueva película que en castellano se ha traducido como Monstruo desciende a mirar de cerca a una niñez con sentimientos contradictorios y mal definidos.

Comienza la película siguiendo la vida cotidiana, de una mujer de 30 y tantos años (Sakura Ando), que cría en solitario a su hijo (Soya Kurokawa) en los últimos cursos de la escuela primaria. Sospechará que está siendo maltratado por su profesor (Eira Nagayama). Pero Conforme cambiemos el punto de vista de lo sucedido comprobaremos que nada es lo que parece.

Una película japonesa y otra con muchos elementos asiáticos en ella, así que la ilustrare con algunas fotos tomadas en Kioto.

En mi opinión, Koreeda está magistral en la realización. Realización sobria, cuidada, de una película que se cuece a fuego lento. narrando la misma historia desde distintos puntos de vista, nos recuerda que el narrador en primera persona no es fiable. Y que la verdad de lo que sucede muchas veces es difícil de apreender. No en vano, fue otro director japonés, Kurosawa, quien nos dió la referencia sobre cómo presentar una misma historia desde cuatro puntos de vista. Si eso añades una fotografía excelente, y uno de los últimos trabajos, si no el último, de Ryuichi Sakamoto, a quien está dedicada la película, como compositor de bandas sonoras, tenemos el producto casi perfecto.

Las interpretaciones son de primer nivel. Y la maestría en dirigir a los dos niños protagonistas es un punto más a favor de la película tanto el día mencionado, como ese frágil niño (Hinata Hiiragi) sometido a abusos que acabará siendo su mejor amigo. Están fenomenales. Expresivos. Entrañables.

La película trata temas complejos. la identidad afectiva, los problemas de la educación, las dificultades de una madre soltera, los prejuicios de una sociedad conservadora. Desde mi punto de vista, una película que, más que recomendable, es obligatoria.

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

The Creator (2023; 55/20231006)

Venía esta película anunciando fuerte desde hace unas semanas. Muchos voceros de la red de redes, listos en las cosas del cine, estaban creando importantes expectativas ante esta nueva película de Gareth Edwards, un especialista en cine de catástrofes, pero que para esta película venía promocionado como director de una de las películas colaterales de la saga Star Wars, una película interesante, como momentos muy inspirados, pero también con sus rémoras. Si queréis que os sea sincero, dada la evolución reciente del cine de acción… escéptico. Y sobretodo, por el oportunismo de rebautizar a los tradicionales robots o androides, como IA (Artificial intelligence), un concepto de moda, aunque mal comprendido. Para empezar, lo que en estos momentos se conoce como inteligencia artificial no lo es tal, es aprendizaje automatizado. O machine learning para los que lo prefieran en inglés, que no es un inteligencia artificial, por mucho que nos lo vendan así. No hay inteligencias artificiales a la vista en el mundo actual. Todavía.

En cualquier caso, estamos en la de siempre, se han desarrollado seres inteligentes artificiales, que ahora exigen su lugar en el mundo. Una explosión nuclear en Los Ángeles, de la que se culpa a estos seres, inicia una guerra entre Estados Unidos, como defensor de un mundo occidental libre de estos seres artificiales, frente a un país denominado Nueva Asia, en el que seres humanos y seres artificiales conviven. El protagonista (John David Washington), un militar de operaciones especiales desencantado por la muerte de su esposa (Gemma Chan) en una operación en la que esta encubierto, será reclutado para una operación en la que se acabe con el líder humano de las inteligencias artificiales, que ponga fin a la guerra y a estos seres. Pero las cosas no serán como parecen, sobre todo cuando aparezca un pequeño ser artificial (Madeleine Yuna Voyles), un arma que puede acabar con la estación aeroespacial que puede dar la ventaja a los norteamericanos.

Vamos a ver, porque esta película es valorable a dos niveles muy distintos. Como espectáculo de acción, como espectáculo visual, como entretenimiento palomitero, la película funciona de maravilla. Un espectáculo de primer nivel, que me parece superior a muchas de las cosas que se hacen en estos momentos, especialmente en las franquicias más populares, como las de superhéroes. Muy bien. Chula. Bonita en ocasiones. Bien rodada. Bien iluminada. Estupenda. Con unas interpretaciones funcionales, no es una película que se apoye en el trabajo actoral… así que no le daremos muchas mas vueltas a ese tema.

Sin embargo… a un nivel más profundo… es un pastiche. Si uno se va a la página de Wikipedia de la película, se nos cuentan cuales son los las influencias que Edwards tiene para realizar esta película. A ver. Para quien haya visto cine, no hace falta que te las cuenten. Se ven ahí. Porque es una mezcolanza de elementos sacado de un montón de películas. Desde Apocalipsis Now a Blade Runner, pasando por todas las que se ocurran. Lo que digo… no hay originalidad con influencias. Hay copia de elementos de unas y otras. Copia bien hecha, pero nada más. No hay profundidad. Con un planteamiento sensiblero, derivado de su elección como arma definitiva de una niña encantadora, esto ya se les ocurrió a los surcoreanos hace poco en una entretenida aventura espacial, hay muchas películas anteriores que plantean mejor los dilemas que se supone que acompañan al film. Es TOTALMENTE previsible, hay pocas sorpresas, y la única cuestión es que por una vez, los malos son los americanos.

Y a pesar de todo, si quieres pasar un rato entretenido, y teniendo en cuanta que está muy bien hecha, es recomendable.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

[Libro] Petites boîtes – Yōko Ogawa

Literatura

A estas alturas, para quien siga estas entradas con cierta frecuencia, especialmente las dedicadas a los libros y la literatura, quedará claro que la japonesa Yōko Ogawa es una de las escritoras contemporáneas que más me atraen, que más me gustan. Incluso podría decir que es una escritora que me fascina. Es curioso que la novela que me llevó a ella, o más bien su adaptación cinematográfica, sea la más convencional dentro de lo que es el ámbito del relato novelado, pero una rareza en lo que es la trayectoria de la escritora. O por lo menos, en lo que yo he leído de ella. Porque es una escritora trabajadora. Y aunque he leído ya un cierto número de obras significativas de ella, todavía son muchas las que no he leído. Y puede que muchas de ellas no las llegue a leer.

La novela que os traigo hoy es una recomendación que encontré en Pen Magazine. Y la he leído traducida al francés, puesto que no está disponible todavía en castellano, de ahí el título que significa cajitas, kobako 小箱 en el original en japonés. Y en ella, Ogawa nos lleva a uno de sus mundos misteriosos, en lo que parece que es nuestro mundo normal contemporáneo, pero no lo es. Y como en muchas de sus obras, nos adentramos en ese mundo de la mano de una mujer de edad indefinida, tirando a joven pero no demasiado… ¿en sus treintaytantos? Así la imagino yo. Esta mujer vive en el edificio de la antigua escuela de una población no identificada. En la que no hay niños. En la que los niños murieron. Y parece que no han vuelto a nacer nuevos niños. No sabemos porqué murieron, porque no hay niños. Sólo sabemos que sus habitantes viven en el duelo de sus hijos fallecidos. Las cajitas del título son las urnas que contenían las obras del museo de ciencias naturales del lugar, y que ahora albergan muñecas, cuyo pelo es el cabello de los niños fallecidos, a los que representan, y contienen objetos que sus padres les llevan para celebrar los acontecimientos vitales que deberían haber sido. Cumpleaños, graduación en el instituto, boda,… En torno a la protagonista, un hombre enamorado de una mujer enferma, ingresada en el hospital, que le escribe cartas con unos caracteres tan minúsculos que solo la protagonista, con mucha paciencia le puede descifrar. Un hombre que ya no habla si no es cantando con voz de barítono. También la prima de la protagonista… que vende fiambreras de comida, bentō 弁当, y que solo puede caminar por lugares por los que sabe que su hijo muerto caminó. O la peluquera del lugar, que con esmero se dedica a peinar las muñecas en las cajitas. Y el concierto para sí mismos, con minúsculos instrumentos musicales artesanales, pequeñas liras y otras formas, en las que los cabellos de los niños muertos vibran suavemente al viento del oeste, y sólo la persona que sujeta el instrumento puede llegar a oír el sonido que produce.

La novela es reciente, de 2019. Y en los primeros capítulos tuve la sensación de que el lugar innominado donde transcurre sería una de las poblaciones en las que el terremoto y posterior tsunami de marzo de 2011 afectó a las escuelas, falleciendo los escolares que las ocupaban. Pero es un suponer que no se confirma a lo largo de la novela. Con tonos de fantasía, realismo fantástico si lo preferís, claramente la novela nos habla del duelo. De la presencia en nuestras vidas de las personas que nos han dejado. Duelo que siempre es más acusado, más difícil y complejo de superar y racionalizar cuando la persona que muere… no debería haber muerto. Como un niño, a quien se supone toda una vida por delante. Especialmente si es un niño que ha llegado a vivir un tiempo, y a adquirir una personalidad. Soy hijo de una mujer que perdió a un bebé de menos de un mes de vida. Y aunque era una mujer alegre y extrovertida, me consta que es algo que llevó siempre encima. Pero al ser tan pequeñito, apenas 24 días cuando murió, tampoco dejó una impronta de quien fue en realidad. No llegó a adquirir personalidad. Si aun así a veces sentí en casa su ausencia, especialmente antes de que naciera mi hermana menor, imaginaos si hubiese sido mayor. En fin…

No es una lectura fácil. No hay planteamiento, nudo y desenlace. Simplemente es un intervalo de las vidas de unas personas marcadas por el duelo. Con cierta culminación que no voy a desvelar, que nos indica que incluso los duelos deben tener unos límites… pero que no siempre es así. O siempre queda un resto. También nos habla de la solidaridad. Del apoyo mutuo. Pero es una lectura de alto nivel. Como ya he dicho, Ogawa me fascina en estos momentos. Y seguiré al tanto de sus novedades editoriales, así como iré repescando alguna de sus muchas obras pasadas. Al menos las que estén disponibles en castellano, inglés o francés.

2014, Viaje a Japón. carloscarreter.rs | carloscarreter.com | Tumblr | Twitter | Facebook.

[Cine] 20.000 especies de abejas (2023)

Cine

20.000 especies de abejas (2023; 28/20230423)

Tenía la intención de comentar esta película ayer… porque esta semana es complicada y aun así tenía la intención de publicar una mínima cantidad de contenidos. Pero no me dio la vida para publicar nada, así que hoy tendrá que ser, y ya veremos cómo me organizo el resto de la semana, en la que tengo que viajar a Madrid por trabajo miércoles y jueves. Y me apetece tanto como que me den patadas en la espinilla. En fin… Que el domingo nos animamos a ver esta película española que venía con buenas críticas, especialmente tras su paso por la Berlinale, en la que su joven protagonista se convirtió en la ganadora de un Oso de plata a la mejor interpretación más joven de la historia. Pero comprobemos si esta ópera prima en cuanto a largometrajes de Estíbaliz Urresola tiene tanto como dicen. Que conste que hace tiempo que leemos las críticas de los medios españoles a las películas de producción nacional con precaución, porque suelen exagerar su virtudes. Más de una vez nos hemos preguntado si existe algún tipo de contubernio entre industria y medios para levantar la taquilla del cine español. No sé. Es pura especulación derivada del enorme divorcio entre las opiniones de nuestro pequeño grupo cinéfilo y la de la crítica.

Las abejas están ligadas íntimamente a las flores y al mantenimiento de la cadena reproductiva del mundo vegetal. Y es primavera, y es fácil fotografiar plantas en flor. Este año lo hago con frecuencia con una cámara de espectro extendido, que falsea los colores… pero creo que no está mal.

Es verano y Ane (Patricia López Arnaiz), casada y madre de tres, con residencia en Bayona, Francia, se traslada a pasar las vacaciones con su prole a su pueblo de origen en algún lugar del País Vasco español. Leo en iMDB que la película está rodada en Llodio. Y la criatura más joven de su prole es Aitor o Cocó (Sofía Otero), con ocho añitos, y con un lío en la cabeza notable sobre quién o cómo es, o qué nombre le gusta. Y el nuevo ambiente, con su abuela, su tía la de las abejas y el resto de la familia tampoco ayuda mucho. Y además, es obvio que las cosas, al menos en lo que a los dineros se refiere, no van bien para la familia. Y eso también forma parte de la motivación para haberse desplazado hasta el pueblo.

La película es una reflexión sobre la infancia transexual. En concreto con respecto a un niño que se siente niña, que se siente confusa con su identidad sexual, confusión que muchas veces es más reflejo de la confusión de los adultos que le rodean que de lo que ella siente o piensa. Y hasta ahí, la película va bien. Pero… Ay, siempre hay un pero o dos. La película intenta contar muchas más cosas. Intenta bucear en la relación entre la madre de la niña, la llamaremos niña a partir de aquí, y la abuela, una señora de toda la vida, católica y apostólica. También en las dificultades de la familia, de las tensiones entre los cónyuges por el dinero… o su carencia. Por el intento de la madre, de formación artística como su padre, dedicada durante tanto tiempo a criar hijos, la mayor es ya una adolescente, quiere recuperar su actividad artística y dedicarse a la enseñanza, no sabremos muy bien si por vocación o por necesidad. Y luego está el entorno del pueblo, que es el de los pueblos de interior de toda la vida, tirando a conservadores y esas cosas. El problema está en el viejo refrán de quien mucho abarca poco aprieta. Y esta película opta por intentar hablar de muchas cosas en lugar de centrarse en hablar de lo que quería hablar.

Los mejores momentos de la película son los intimistas. La interacción de la niña con otra niña del pueblo, que la acepta sin muchos problemas, con naturalidad. O las interacciones de la niña con su tía abuela apicultora (Ane Gabarain), mucho más capaz de escuchar y de observar sin prejuicios a la niña que el resto de la familia. Es en esos momento cuando la película encuentra su tono y ritmo adecuados y nos permite acercarnos a la comprensión de la niña. Ciertamente las interpretaciones son de muy buen nivel, especialmente la de Gabarain, pero sin despreciar ninguna otra. En cuanto a la niña… bueno… los peques, cuando están bien dirigidos suelen funcionar. No recuerdo qué estrella del cine americano clásico decía que no quería trabajar en películas con niños o perros porque le robaban la película. La niña lo hace muy bien, pero es fácil prendarse de los peques cuando están bien presentados en pantalla.

La película está bastante bien. Podría haber sido superior, pero no nos quejemos. Es muy recomendable. No, la mirada de Sofía Otero no es como la de Ana Torrent en El espíritu de la colmena. Pero bueno, la niña tendrá derecho a tener su propia forma de mirar, ¿o no? Ese tipo de comparaciones, que he visto por ahí, no llevan a ninguna parte. Y lo que está bien es que los nuevos directores sean capaces de hablar de los temas, pero también de contar historias que atraiga, y no limitarse a una pedagogía forzada, que es lo que muchas veces nos está retirando de las salas donde se proyecta cine español más socialmente comprometido.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine en TV] Chihiro-san [ちひろさん] (2023)

Cine

Chihirosan [ちひろさん] (2023; 18/20230308)

Encontraréis esta película japonesa de estreno directo en plataforma dentro del catálogo de Netflix con los títulos en ingles, Call me Chihiro, o en castellano, Me llamo Chihiro. El título original es mucho más escueto; Chihiro (san es la partícula honorífica habitual para referirse a alguien en Japón). Dirigida por Rikiya Imaizumi, está basada en un manga para adultos, generalmente considerado en el género josei (女性), es decir, para mujeres adultas. Y cuando lo vi anunciado por primera vez me animó a pensar que tal vez rompiera la tendencia de películas decepcionantes de la plataforma. Porque las películas oscarizadas, en distintas categorías, son mucho menos frecuencia de lo que parece en Netflix.

La película nos habla de Chihiro/Aya (Kasumi Arimura), una mujer joven que trabaja en una ciudad pequeña costera como dependienta de un puesto de comida preparada, las fiambreras conocidas como bentō (弁当), tan populares (y tan ricas en muchas ocasiones) en el País del Sol Naciente. Pero lo que Chihiro no esconde, y todo el mundo sabe, es que durante buena parte de su juventud trabajó como prostituta. Guapa y simpática, es popular entre los vecinos y clientes. Y aunque vive sola, y es solitaria, nunca duda en ayudar de la forma que sea a aquellos con los que se encuentra, humanos o bichos, y que lo necesitan; ancianos sin techo, niños con madre soltera trabajadora a turnos imposibles, señoras enfermas que se están quedando ciegas, gatos callejeros, adolescentes con una familia perfecta incapaz de comunicarse con ellas, o viejas amigas transexuales que necesitan un poco de compañía.

Como en muchas películas japonesas, no parece pasar aparentemente nada. Es una película que nos presenta un pequeño intervalo en la vida de alguien, con los modestos sucesos cotidianos. Pero al mismo tiempo, Chihiro se convierte en una peculiar Marypoppins que parece que ha llegado al vecindario para traer un poco de alegría, comprensión y ayuda a personas con sus problemas cotidianos. Pero en lugar de encarnarse en la institutriz de una familia bien… pues eso, una antigua prostituta, a la que la vida no ha tratado especialmente bien. Algunos flashbacks nos permitirán conocer algo del pasado de la muer joven, cuando era adolescente y cuando se inició en la prostitución. La película tiene un claro componente social. La precariedad de los hogares monoparentales encabezados por mujeres de bajo nivel adquisitivo, la alienación de las familias, la soledad de personas mayores, la desatención de los sin hogar, los riesgos de las adolescentes que optan por escapar de su entorno, son temas que aparecen con frecuencia en la literatura y la ficción audiovisual nipona. Una sociedad altamente avanzada tecnológicamente, con un nivel de vida alta, tiene sin embargo algunas rémoras sociales importantes, en un país cuyos sistemas de soporte social no siempre funcionan como deberían.

Bien interpretada, con trabajos actorales contenidos, sobrios, pero expresivos, de pocas palabras, la película tiene mimbres para gustar mucho, siempre que estés dispuesto a entrar en estos particulares ritmos narrativos, tranquilos, en los que parece que no pasa nada, aunque en realidad hay muchas cosas en marcha, muy distintos del esquema tradicional de la narración occidental, con su presentación, nudo y desenlace, y abundante en acción. Sin embargo, hay elementos que no me acaban de encajar. Particularmente me resulta grimosa la empatía hacia el proxeneta que la empleó como siendo poco más que una adolescente. Nunca he tenido problemas para aceptar, respetar y reflexionar sobre lo que sucede con las mujeres que ejercen la prostitución. En su momento, por mi profesión me acerqué a ellas, conocí unas cuantas y, creo, entendí mejor su trasfondo. Pero nunca he soportado a los que se aprovechan de ellas, en mayor o menor medida, ni me caen bien sus clientes… que son muchos más de los que creemos. Pero en general me parece una película razonablemente recomendable.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine] An Cailín Ciúin (The Quiet Girl) (2022)

Cine

An Cailín Ciúin (2022; 18/20230302)

A cinco días vista de la gala de los premios Oscar, comento una de las películas candidatas al premio a la mejor película internacional, como se le llama ahora. Hasta 2019 era «en lengua extranjera» o algo así, aunque parece que los norteamericanos se han percatado que en Estados Unidos se hablan demasiadas lenguas como para poder determinar con precisión que es extranjero. La película de hoy, dirigida por Colm Bairéad, es irlandesa, y los diálogos son en su mayor parte en gaélico irlandés, aunque hay algunos diálogos en inglés. Y es una película que venía precedida de muy buenas críticas, aunque llegaba sin hacer mucho ruido, como la niña del título.

Ambientada a principios de los años 80, la niña protagonista, Cáit (Catherine Clinch), vive con su familia, tremendamente disfuncional y en la pobreza. Con problemas de relación, permanentemente callada, con problemas de rendimiento escolar, en una familia numerosa, donde el padre se gasta el poco dinero que entra en sus cosas, y con una madre sobrepasada por los problemas y por los hijos. Cuando en vísperas del verano espera un nuevo bebé, envía a Cáit con una prima (Carrie Crowley) y su marido (Andrew Bennett), más mayores, sin hijos, y que viven en una granja con razonable comodidad, para pasar las vacaciones escolares.

Película bellamente rodada, pero opresiva en muchas ocasiones, rodada en el formato estándar académico, con frecuencia los objetos y las personas quedan parcialmente fuera del encuadre. Es una película de pocas palabras y muchas expresiones. Es una película de atención al detalle. Y las pocas palabras que se dicen no tienen desperdicio. En este ámbito, obviamente las buenas cualidades de la realización, en sus aspectos visuales y sonoros, así como en su ambientación de época, 40 años hacia atrás, es muy importante. Pero sobretodo es importante la interpretación, que tiene un nivel muy destacado, sobresaliente. Y es particularmente acertada la selección de su actriz niña protagonista y el buen trabajo que realiza, en la cual habrá mucho mérito en el trabajo de dirección.

La salida del cine tiene un regusto amargo. El comienzo de la historia es muy triste, y durante la acción las cosas se vuelven más luminosas, tanto para la niña como para esa pareja madura a la que la niña aporta luz e ilusión. Pero el final tiene mucho de esperanza que se desvanece. La tristeza vuelva. Alguna de las personas que asistió a la sesión de proyección conmigo quiso ver algún detalle esperanzador… pero… no sé yo… Eso sí… es altamente altamente altamente recomendable. No ganará el premio. Pero no porque no lo merezca, sino porque la competencia es muy fuerte. De hecho, creo que es mejor que varias de las películas que optan al premio gordo de esos premios, categoría en la que no es candidata. Cosas que pasan.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: *****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] Aftersun (2022) / Glass Onion: A Knives Out mystery (2022)

Sin categorizar

Con el final de año se me han acumulado las películas para comentar. Especialmente porque, al tener días de fiesta, tengo más tiempo para ir a verlas. Y porque después de una temporada sin saber muy bien que ver cada semana, de repente hay varias cosas que interesan. En cualquier caso, aunque deje dos o tres para después de año nuevo, o para el día de año nuevo, como en otras ocasiones, vamos con un par de ellas.

Aftersun (2022; 65/20221222)

Ópera prima de la directora escocesa Charlotte Wells, relativamente joven realizadora de la que poco se sabe, que también escribe el guion de la película. Una película de bajo presupuesto, rodada en un centro turístico de Turquía donde van de vacaciones un padre relativamente joven (Paul Mescal), separado, y al que las cosas no le van bien en la vida, con su hija de 11 años (Frankie Corio). Ambos intentan poner de su parte para que sean unas buenas vacaciones, aunque realmente tienen poco que decirse el uno al otro, son casi desconocidos, que casi no se ven. De vez en cuando se nos ofrecen unas imágenes de la niña cuando ya es adulta, por lo que sabemos que fue la última vez que vio a su padre.

Un película transcurre en Turquía, la otra en Grecia. Pues para las fotos, Turquía tendrá que ser.

Una película muy personal. Uno se pregunta, por la edad de la directora y la del personaje protagonista femenino cuando es adulta si estará basada en experiencias propias. Una reflexión profunda del extrañamiento de aquellos que siendo familia, se ven separados y convertidos en extraños. También, mirando al padre, una reflexión sobre la soledad, el fracaso en la vida, la carencia de expectativas, el alienamiento que muchos adultos, incluso jóvenes, sufren hoy en día. También una reflexión sobre el despertar al mundo de los adultos, en una niña que todavía es niña, pero que no tardará en asomarse a la pubertad. Obviamente, la niña es producto de una relación excesivamente temprana e inmadura. No pudo tener el padre mucho más de 20 años cuando nació.

La directora financió la película gracias a las ayudas de la fundación del festival de Sundance, tras presentar uno de sus cortometrajes. Y lo ha aprovechado bien. Filmada con personalidad, con una mirada muy directa e inquisitiva, sin diálogos superfluos, que no tocan, en un ambiente tan aparentemente relajante como unas vacaciones en la playa, nos deja momentos duros para ambos personajes protagonistas. Protagonistas excelentemente interpretados, con una de esas situaciones en que un intérprete infantil roba la película al resto, aunque el actor que hace de padre consigue salir bien parado del evento. En cualquier caso, muy recomendable, pero con el estado de ánimo adecuado. Que no es una película amable.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

Glass Onion: A Knives Out mystery (2022; 66/20221226)

Más que una secuela, no encontramos en una segunda entrega de los casos del mejor detective del mundo, Benoit Blanc (Daniel Craig), tras la acertada primera entrega que tanto gustó, a mí el primero. Y así mismo, dirigida por el mismo director, Rian Johnson. Un director que ha dirigido también una de las mejores películas de viajes en el tiempo que recuerdo, la entrega más interesante de la tercera trilogía de Star Wars, incluso si no le salió redonda, y alguna otra cosa de interés.

Johnson sigue apegado a la misma fórmula, la parodia de las whodunit mezclada con crítica, incluso sátira diría yo, social. Si en la primera película de la franquicia ponía en tela de juicio la presunta tolerancia y apertura de los liberales norteamericanos a la hora de aceptar entre ellos a personas de otras etnias y orígenes geográficos, entre otras cosas, aquí la emprende con los modernos empresarios estrella, que han dado el pelotazo jóvenes, que se creen los reyes del mundo aunque sean unos zopencos de mucho cuidado. Seguramente, en el que más piensa uno en estas circunstancias es Elon Musk. Pero puede ser Zuckerberg, u otros. El protagonista, presunto antagonista, ya veremos al final si lo es o no, es un excéntrico supermegamillonario (Edward Norton) que se ha rodeado de una corte de parásitos aduladores que depende de él para sobrevivir porque son unos patanes, especialmente después de deshacerse de su socia en la empresa (Janelle Monáe), con malas artes en un juicio. Y a esta corte invita durante la pandemia de covid-19 a una isla privada en el Jónico, ¿o será el Egeo?, donde se presentará también la socia despechada y nuestro detective favorito, al que al parecer nadie esperaba. Van a jugar a descubrir a un asesino ficticio para divertirse,… pero de repente empezarán a darse muertes reales. Y luego… está la Mona Lisa.

Vamos con lo negativo. La película la he visto en Netflix. Tan apenas duró en la cartelera en cines. Lo justo para cumplir. Y creo que esta película, en pantalla pequeña desmerece. Por otro lado, después de haber visto la primera, que sorprendió, esta… no tanto. Ya esperas el tono, aunque no la espectacularidad de medios conque se ha rodado. Pero la espectacularidad y la pirotecnia, en este tipo de películas, es… eso. Pirotecnia. Lo importante es la historia y como se cuenta. Y luego… del coral reparto,… hay intérpretes que bien… y otros que simplemente pasan. No es un reparto tan inspirado como el de la primera entrega. Por lo demás, sus críticas y el desarrollo de la historia están bien, y tienen puntos muy buenos, que la hacen muy muy visualizable. Y recomendable.

No obstante, no entiendo los entusiasmos que ha levantado en algunos. Está bastante bien, pero sin más. ¿O mejoraría mi opinión si la hubiese visto en pantalla grande? Es cierto que en la sala de cine te concentras mejor en la película. Sin duda.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine] The wonder (2022)

Cine

The wonder (2022; 58/20221122)

Tras un brevísimo paso en la pantalla grande con el fin de que la película optase a premios, nos llega a Netflix la última película, filmada en Irlanda, del chileno Sebastián Lelio. Un director que se ha ganado un justo prestigio en su país de origen y que parece dispuesto a dar el salto a la cinematografía internacional, como otros directores latinoamericanos. Y para esta película hablada en inglés se ha buscado un buen reparto, que la hacía muy interesante a priori.

Las ruinas del monasterio paleocristiano de Conmacnoise se encuentran en las Midlands irlandesas, la misma región en la que se desarrolla esta historia, en la que la religión católica tiene un papel tan tristemente importante.

La acción se sitúa en los años 60 del siglo XIX, en algún lugar de la isla de Irlanda, en aquel momento colonizada por el Reino Unido, y no muchos años después de la tremenda hambruna que asoló la isla a finales de los años 40 del mismo siglo, y que condicionó para siempre la relación de los irlandeses con los ingleses. Una enfermera inglesa (Florence Pugh) es llamada al lugar para dar fe de lo que está pasando con una niña de once años de edad (Kíla Lord Cassidy), que aparentemente lleva cuatro meses sin comer y sin que nada le suceda por ello. Un fiebre de exaltación religiosa de los católicos habitantes del lugar puede levantarse. Pero la enfermera, formada con Nightingale en el frente de Crimea, es racional y busca la verdad. Por lo cual tomará medidas, tras las cuales, la niña comenzará a deteriorarse de su ayuno. Con la ayuda de un periodista (Tom Burke), intentará desentrañar lo que pasa y salvar a la niña.

La película es un canto potente contra la sinrazón, contra la superstición y las creencias irracionales que surgen y derivan de la incultura y la pobreza. De los patriarcados religiosos, que prefieren sacrificar a las personas a dar su brazo a torcer, a reconocer que no son poseedores de verdades absolutas, a reconocer que están equivocados. En el frío y húmedo ambiente de la bella isla, pero con paisajes que se nos aparecen desolados en ocasiones, la principal fuente de desolación procede de los propios habitantes. La película está rodada austeridad, con economía de medios, pero sin perder expresividad y su capacidad en ningún momento.

A su favor cuenta con una protagonista en estado de gracia interpretativa. Pugh ha demostrado en varias ocasiones que es una excelente actriz, en alguna ocasión robando el protagonismo a sus protagonistas. Y aquí demuestra también que tiene oficio para dar y vender, siendo capaz de sostener por sí misma una película de por sí bien armada. Pero es que el resto del reparto, de sólidos intérpretes irlandeses y británicos, con oficio para dar y vender a sí mismo, apoyan con solidez el trabajo de la protagonista. No sólo los mencionados, también la madre de la niña, y su madre en la vida real, Elaine Cassidy, o gente bien conocida como Toby Jones, el médico, y Ciarán Hinds, el cura, estos últimos los principales representantes de la sinrazón.

Una película bien hecha que además se viene a más en la memoria una vez que han pasado unos días desde su visualización. Plenamente recomendable. Aunque quizá no sea cómoda para el público más palomitero, lo cual se aprecia en su modesta apreciación por parte del público votante en distintas plataformas en la red de redes. Pero en cuestión de grandeza cinematográfica, la democracia no siempre funciona, ni el público tiene siempre la razón. Allá ustedes.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] Bakemono no ko バケモノの子 (2015)

Cine

Bakemono no ko バケモノの子 (2015; 16/20220303)

En Zaragoza se está emitiendo un miniciclo de cine de animación, tres películas, dedicado al director japonés de animación Hosoda Mamoru, del que he visto varias películas que han rondado entre majas y muy estupendas. Me encantó Ōkami Kodomo no Ame to Yuki おおかみこどもの雨と雪 [Los niños lobo Ame y Yuki], muy conocida por su título en inglés Wolf Children. He visto varias veces en plataformas en línea una de las más estupendas películas de animación de la última década; muy divertida, bien hecha, con personajes que llegan al espectador… fenomenal. Alguna he visto ya en salas de cine, e incluso también en algún vuelo a Asia, ya que las compañías aéreas suelen ofrecer películas de países asiáticos en estos viajes. Dado que una ya la he visto en salas, y es maja, pero no para repetir si hay otras cosas que hacer, y las hay, sí que me he apuntado a la que hoy comento, y al próximo estreno del viernes que viene, que tiene un preestreno el jueves. Lo que pasa es que compite con un ciclo de cine coreano… y creo que voy a ver el evento de la película coreana y reservaré la animación japonesa a sus sesiones normales. Ya veré.

Según la película, el callejón que conecta el mundo de los humanos con el mundo de los «bakemono» está en Shibuya. Pero yo no lo vi. Debía ser que llovía. Como hoy en Zaragoza… brrrr.

En fin, que me apetecía ver esta película, en castellano El niño y la bestia (la traducción real es el niño de la bestia, siendo para mí una traducción cuestionable lo bakemono 化け物 o バケモノ por bestia), en la que un huérfano rebelde, que pierde a su madre, estando su padre en paradero desconocido, acaba en un mundo paralelo, en la Ciudad de las Bestias, mientras huye por Shibuya en Tokio. Y allí entra como aprendiz de Kumatetsu, de aspecto de oso [kuma くま], vago y despreocupado, aspirante a suceder al gran maestre de la ciudad. Y ahí comienza el camino conjunto hacia el cambio y la madurez de ambos personajes.

Película de buen rollo, muy entretenida, muy divertida, sobre el ajuste en sociedad de personas, humanas o bakemono, que son distintas a las demás o a las convenciones sociales establecidas. Como de costumbre en mucha de la animación nipona, riqueza y cuidado en los detalles de los ambientes y los fondos, mientras que los personajes se muestran con un diseño esquemático, aunque fácilmente reconocibles y diferenciables, optando por una definición más sutil en la personalidad y comportamiento del personaje. Es algo que me gusta.

La película tiene ya su tiempo, es de 2015. Yo no recuerdo que la estrenasen en España en salas de cine de forma general. Circuló al parecer en varios festivales, y tuvo un estreno limitado en salas seleccionadas en abril de 2016, pero no pasó de ahí. Quizá no sea la mejor película de Hosoda, pero está muy bien. Yo me lo pasé estupendamente, en un pase con mucho aficionado al género, no necesariamente el público objetivo de la película que está fundamentalmente orientada a los adolescentes. Pero que la puede ver cualquier persona de cualquier edad sin desdoro.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] Belfast (2021)

Cine

Belfast (2021; 11/20220117)

En el plazo de unos días vamos a ver dos estrenos de Kenneth Brannagh. El director británico, norirlandés por más señas como veremos a propósito de la película de hoy, ha realizado cosas muy muy interesantes a lo largo de su carrera. También como intérprete. Y sin embargo, también da la sensación de que hay cierta irregularidad en su carrera. En cualquier caso, la película de hoy llega con halo de ambiciones en la temporada de premios, y con probabilidad de premio gordo. No sé si mucha o poca, pero la posibilidad existe.

Confío en visitar Irlanda del Norte en algún momento. De momento, tengo que conformarme con fotos de la República de Irlanda. Las que traigo hoy, en blanco y negro para acompañar el tono de la película, de la península de Connemara.

Brannagh nos traslada a su ciudad natal Belfast, con un alter ego de nueve años, Buddy (Jude Hill), que de repente despierta a la dura realidad sociopolítica de Irlanda del Norte cuando un grupo de matones unionistas irrumpe en su pacífica calle donde conviven familias protestantes y católicas para atacar a estas últimas. A través de los ojos del niño y sus correrías por el barrio iremos conociendo las entretelas de esa ciudad en conflicto y dividida, pero no sólo entre protestantes y católicos, sino también entre quienes quiere paz y quienes buscan bronca, representada por el enfrentamiento entre su padre (Jamie Dornan) y un matón unionista (Colin Morgan), a pesar de ser ambos protestantes. Y con la poderosa presencia de la madre (poderosa presencia también la de Caitriona Balfe), y la no menos poderosa e importante presencia de los abuelos del niño (prestigio a raudales con Judi Dench y Ciarán Hinds).

Brannagh abandona sus macroproducciones complejas y rueda con sencillez, en un delicado blanco y negro salpicado de alguna nota de color, un breve pasaje vital, varios meses en la vida de una familia que debe tomar la difícil decisión de si ha de quedarse en precario en la ciudad que ama y con la familia y los amigos que quieren, o deben emigrar, como tantos irlandeses en la historia, para abrir un futuro a sus hijos. Un tremendo retrato social de unos tiempos y unos conflictos, en la que el realismo de la historia no está reñido con no pocas dosis de poesía. Y poco más de hora y media de duración. Las pequeñas grandes historias no necesitan más para estar bien contadas.

Poderosas interpretaciones de un reparto mucho más coral de lo que parece, donde sólo la presencia del pequeño Jude Hill es constante, y que nos limita la historia, que podría tener otras interpretaciones u otras visiones. La misma historia, con distinto resultado, podría haber sido contada y resultar tremendamente interesante desde el punto de vista de la madre, esa madre guapa y garbosa, tanto en sus aciertos como en sus errores. O de la abuela. O del abuelo. O de un vecino. O de la prima mema. Todos ellos podrían generar su versión de esta pequeña historia y sería igualmente interesante, pero distinta. Hay muchas películas posibles en esta película concreta. Todo el reparto es irlandés, o con raíces irlandesas (Dench es inglesa de madre irlandesa), y nos acuna con su musical acento, que los irlandeses llevan la música hasta en el hablar.

¿Es recomendable? Es prácticamente imprescindible. Un canto al entendimiento, un homenaje a las familias modestas, a lo que emigran, a los pacíficos, a los sencillos de corazón, que también meten la pata en ocasiones. Una denuncia del conflicto por el conflicto, de los integrismos ideológicos dogmáticos, políticos o religiosos. Una visión necesaria de un norirlandés protestante que se aleja de todos los tópicos, al mismo tiempo que hace avanzar la historia bajo el impulso de la potente música y firmes letras de las canciones de Van Morrison, otro norirlandés de pro. No os la perdáis. Ah… y la sorpresa final sobre la niña de clase que trae loco a Buddy,… la guinda final en el mensaje de Brannagh con esta película.

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: *****

[Libro] Hija única – Seo Mi-ae

Literatura

Encontré una referencia a este policiaco, o thriller, psicológico, sin duda, porque la protagonista es una psicóloga criminal, en una página que me merece bastante respecto, dentro de lo que es internet, donde es difícil encontrar buenas páginas de referencia que te orienten a la hora de escoger tus próximas lecturas o visitas a la sala de cine. El caso es que la reseña era bastante positiva para esta novela de Seo Mi-ae, que si mis referencias no me fallan es escritora. El problema de los nombres asiáticos… es que me cuesta mucho identificar el sexo de sus poseedores para redactar correctamente. Dichosos los idiomas que no flexan por género y número.

Un paseo por el palacio de Deoksugung en Seúl, para ilustrar la entrada de hoy.

He leído muy poquita ficción de origen surcoreano. No llega con facilidad a nuestros lares. No se traducen muchos libros de este origen. Así como los autores japoneses ya empiezan a menudear en las librerías, con los coreanos no sucede lo mismo. Pero lo que conocía hasta ahora, hizo que me despertara la curiosidad. Al fin y al cabo, hay diferencias culturales en el modo en que se plantea la estructura de un relato de ficción. Así que, aunque el llamado thriller psicológico no es mi género favorito ni de lejos, decidí darle una oportunidad.

La novela nos cuenta las vicisitudes de una psicóloga, profesora de psicología criminal, en la que simultáneamente se producen dos acontecimientos en su vida importantes. Por un lado, se le abre la posibilidad de entrevistar a un célebre asesino en serie que se encuentra en prisión, quien, resistiendo a todo interrogatorio sobre la auténtica naturaleza de todos sus crímenes conocidos o desconocidos, acepta dejarse entrevistar por esta psicóloga. Por otro lado, conoce a la hija de un anterior matrimonio de su marido, que vivía con sus abuelos, que mueren en un incendio. Y de repente le surge la responsabilidad de convertirse en madre. O madrastra. Poco a poco, ambos acontecimientos confluirán de alguna forma.

He de decir que la novela me ha decepcionado. Lejos de existir esa marcada diferencia que de alguna forma esperaba con las novelas occidentales similares, la autora se adhiere bastante a los clichés del género, salvo en algún detalle por aquí o por allá. Al final resulta en una historia bastante previsible. La lectura es entretenida y avanza rápidamente. No olvidemos que este tipo de novelas con frecuencia están pensadas para ser lecturas fáciles. Desde mi punto de vista carece rigor científico en lo que se refiere al personaje principal, como psicóloga, y te deja con una sensación de que para este viaje no hacía falta tantas alforjas. Los aficionados al género quizá lo disfruten. Por lo demás, apenas recomendable.