[Arte y fotos] Día de museo y paseo

Arte, Fotografía

Estamos en puente largo en Zaragoza. Hoy es San Valero, ventolero y rosconero, y estando en enero, el día es más largo que el día primero. Fiesta local. Dentro de un ratito saldré a pasear por la ciudad, tomaremos un aperitivo, y luego comeré con la familia. Cosas tradicionales desde hace años.

Pero ayer ya estuvimos de visita cultural. Recientemente ha habido renovación de exposiciones temporales en el IAACC Pablo Serrano y fuimos a conocerlas. Yo fui armado de la Leica ME con el pequeño y modesto gran angular Voigtländer Snapshot Skopar 25/4 MC. En unos días os comento algo más de él en el blog de fotografía. El caso es que vimos las exposiciones que fueron…

HNEGRA

Ilustraciones para una recopilación de relatos de género negro con personajes femeninos como protagonistas, saltándose los roles habituales atribuidos a las mujeres en este género. Hubiera comprado el libro, y algún otro en la recién estrenada cafetería-tienda del museo. Pero no admiten el pago con tarjeta. Es lo que tiene vivir en un país poco desarrollado. Otra vez será. O nunca.

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TRANVÍA TEATRO 1987 – 2017

No soy muy de acudir al teatro. Es una asignatura pendiente en mi vida cultural. Nadie es perfecto. Pero alguna cosa he visto en estos 30 años de vida de esta compañía tan de aquí. Me pareció curiosa la exposición. Y me hizo gracia comprobar que, efectivamente, las actrices se quitan años.

PLAIN HAPPY – FELICIDAD ABSOLUTA: SERGIO MURO

El autor se preocupa por el impacto negativo de las nuevas tecnología en la comunicación entre humanos. Parcialmente de acuerdo en las tesis que presenta, no deja de despedir un cierto tufillo anticientífico/antitecnológico con el que no estoy del todo de acuerdo. Posmodernidad pura y dura. De todas formas, reconozco que me gustó bastante de todos modos. Y es que no tienes por qué estar de acuerdo con el artista para admirar su obra. Me pasa con otros. Y como digo, mi discrepancia sólo es parcial.

TARDE DE PASEO

Aunque tenía que hacer a última hora de la tarde, la meteorología de este domingo ha sido tan espléndida que cogí la cámara que he mencionado antes y me di un amplio paseo. A ver si me cansaba un poquito. Físicamente hablando. Descubrí que el sensor de la cámara necesita una importante limpieza… pero aparte de eso, lamentar no haber tenido tiempo para aguantar hasta la puesta del sol para buscar mejores fotografías.

[Libro/arte] 100 Vistas de Tokio

Arte

Me llamó la atención este librito del ilustrador e historietista japonés Shinji Tsuchimochi ya desde hace un tiempo. No mucho tiempo, que al fin y al cabo hace pocos meses que ha salido al mercado. Pero supongo que desde que empezó a aparecer en los anaqueles de las librerías o secciones de libros de los grandes almacenes. Está publicado por Quaterni, editorial especializada en literatura japonesa y oriental en general.

Rebobinemos un poco hacia el pasado, más de tres años hacia atrás en concreto. En esa época, invierno de 2014, ya había empezado a interesarme la obra de Katsushika Hokusai, algunos de cuyos grabados como La gran ola de Kanagawa son mundialmente conocidos, perteneciente a la serie Treinta y seis vistas del monte Fuji. En septiembre de ese año había realizado mi viaje a Japón, que activó en mi el interés por la cultura nipona, que todavía me dura, y en diciembre de ese año también, durante una estancia en París tuve ocasión de visitar en el Grand Palais una obra antológica de Hokusai que me encantó.

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En la exposición que podemos encontrar en el Museo de Zaragoza podemos ver estas páginas de un libro con un dibujo que representa una variante de la gran ola de Kanagawa.

Para acabar de redondear la faena, y mi afición a estos grabados ukiyo-e, en la primavera de 2015 pude visitar una entonces recién abierta exposición en el Museo de Zaragoza dedicada al arte en Asia oriental, sobre la base de la donación al museo de la colección del catedrático emérito de historia del arte Federico Torralba Soriano. Aunque etiquetada como exposición «temporal», casi tres años más tarde sigue abierta al público. Es cierto que no todas las obras de la misma pertenecen o están depositadas en el museo, pero muchas sí. Esperemos que cuando eliminen la «temporalidad», dejen de forma permanente alguna sala del museo a estas interesantes obras. En cualquier caso, la parte principal de las obras expuestas son los grabados de Utagawa Hiroshige, nombre artístico de Andō Tokutarō.

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Uno de los grabados de Hiroshige, pertenecidente a otra serie, la de las Cincuenta y tres estaciones de Tōkaidō, nombre de la ruta que unía Kioto, capital imperial, y Edo, capital política, durante el periodo Edo. Hoy en día las dos líneas ferreas que unen ambas ciudades, la de ferrocarril convencional y la de alta velocidad, también reciben el nombre de líneas Tōkaidō. La línea Tōkaidō del shinkasen fue la primera línea de alta velocidad de la historia y del mundo.

Tanto los grabados de Hokusai como los de Hiroshige corresponden a las décadas finales del periodo Edo, intervalo de la historia de Japón en la que la política estuvo dominada por el dominio de los shogunes del clan Tokugawa, y que mantuvo al país isleño en un régimen feudal, absolutamente extraño ya por esos tiempos a lo que sucedía en Europa. Sólo la restauración Meiji en 1867 permitió a Japón entrar en la revolución industrial y en la modernidad de un forma brutal, en todas las acepciones que se os ocurran del adjetivo. Por cierto, para quienes no se cosquen, Edo era el nombre que recibía en esa época la ciudad que hoy conocemos como Tokio, actual capital del país. En esa época, la corte imperial se encontraba en Kioto. Una de las series de grabados más famosas y conocidas de Hiroshige son las Cien famosas vistas de Edo.

En la página web del Museo de Zaragoza tenéis un par de documentos en formato pdf que os informarán más de algunas de las cosas que he comentado aquí. Uno de ellas sobre la estampa Nihonbashi, estación 1 de la serie Cincuenta y tres estaciones del Tokaido. El segundo es sobre el recinto del templo Fukagawa Hachiman, de la serie de Lugares famosos de Edo (distinto de la de las cien famosas vistas).

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Un plano de Edo, durante el periodo del shogunato Tokugawa. Ya entonces una de las ciudades más populosas del planeta.

Y aquí enlazamos con el libro de ilustraciones que hoy os traigo y os recomiendo. Tsuchimochi, en esta segunda década del siglo XXI, dedice seguir los pasos de Hokusai y especialmente Hiroshige, y realizar una serie de ilustraciones del Tokio moderno, en principio las 100 que indica el título de la obra. En realidad hay 101 correspondientes a escenas urbanas de la capital japonesa, más cinco que pertenecen a Osaka.

A continuación os muestro cuatro fotografías que realicé durante mi estancia en Tokio y que se corresponde con lugares que aparecen en las 100 vistas de Tokio de Tsuchimochi.

Hace ya tiempo que he comprobado que una de las señas de identidad de muchos de los ilustradores de historietas, manga, o de películas de animación, anime, en Japón, comparten algunos rasgos estilísticos. Fundamentalmente, un atención exquisita al detalle en los paisajes, naturales y especialmente urbanos, y escenarios en los que sitúan la acción de sus obras, mientras que los personajes son mucho más elementales. Frecuentemente comparten los rasgos generales, y los distinguimos por los detalles en el pelo y peinado o por las vestimentas o complementos. El color del pelo, una cinta, un lazo, una camiseta de rayas,… es lo que nos permite conocer quién es el personaje de forma constante. Pero los escenarios, los fondos… qué precisión, qué detalle. Y en esta ocasión estamos ante un nuevo ejemplo. Bien es cierto que, como he leído en algún sitio, el estilo de Tsuchimochi recuerde más a las viñetas de Hergé en sus aventuras de Tintin, que a los contemporáneos nipones del autor de estas 100 vistas tokiotas.

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Para los comisarios de la exposición del Museo de Zaragoza, esta es la pieza más representativa de las Cien famosas vistas de Edo de Hiroshige.

Las 100 vistas se acompañan de algunos planos, esquemáticos, pero intuyo que suficientes, que permiten realizar paseos y localizar los rincones de Tokio que han inspirado al autor. De esta moda, el libro puede convertirse en una guía para el viajero, que decida conocer el Tokio más recogido y auténtico. Lo que no encontrará el viajero, salvo con la imaginación, es a los pequeños seres fantásticos que recorren en distintas actitudes las escenas de Tsuchimochi, dándoles un sentido alegre y despertando nuestra imaginación. En fin, que queréis que os diga. Por el tratamiento que le he dado a esta entrada, ya podréis deducir que me ha gustado el libro y que me parece muy recomendable.

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Tanto Hiroshige como Hokusai tenían sus libros de modelos e ilustraciones para enseñanza y como base para sus futuras obras. Obsérvese el meticuloso detalle de estos animales marinos ilustrados por Hiroshige.

[Artesanía/fotos] Puertas abiertas en el Taller Escuela de Cerámica de Muel

Arte, Fotografía

El pasado 6 de diciembre fuimos el grupo de pirados de la fotografía fotoquímica con película tradicional a la jornada de puertas abiertas del Taller Escuela de Cerámica de Muel con la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza AFZ. Allí tuvimos libertad para fotografiar las instalaciones y el trabajo de los artesanos que dedicaban su día festivo a la divulgación de las actividades del taller escuela, y quien quiso pudo ponerse el delantal y ensuciarse las manos en el barro mientras accionaba el torno de modelado.

Los detalles técnicos fotográficos los podreís encontrar en el artículo «Kodak T-Max 400 a IE 800 en el Taller Escuela de Cerámica de Muel«. Para los demás, os dejo las fotos de la mañana.

Vestíbulo y sala de exposiciones:

El torno de modelado:

Esmaltado y decoración:

Actividades para los visitantes:

Algunos de los compañeros de excursión, dialogando u orgullosos con sus cámaras:

[Arte y cultura] El absurdo, el dada y el surrealismo

Arte, Cultura

Esta semana, tras afrontar el trauma de ver el último episodio de las aventuras de los westerosi hasta dentro de muuuucho tiempo, me he armado de valor y he empezado a ver la «tercera» temporada de Twin Peaks. Que todavía se está emitiendo, así que haber si me pongo al día para cuando lo haga. Serie a la que con frecuencia se etiqueta como surrealista. Desde mi punto de vista lo es. Pero lo cierto es que hay mucha gente que a cualquier producto televisivo, cinematográfico o de cualquier tipo que sea «raro» lo califica de surrelista, y no siempre es así. Aunque no me considero un especialista, con algunos ejemplos televisivos voy a intentar explicar lo que entiendo yo por este concepto y otro parecidos.

El absurdo

Con frecuencia se tachan de surrealistas productos que simplemente están basados en el ridículo o en el absurdo. Situaciones o diálogos que se oponen a la razón o incurren en contradicciones flagrantes en el texto o en el concepto. Para mí, un genio del absurdo fue el humorista Gila. Bajo la forma de un monologuista típico de los que tanto se estilan en el mundo anglosajón, utilizaba el absurdo para la crítica social y política, incluso en tiempos en que esta estaba mal vista o incluso prohibida.

El dadá

El dadaísmo fue un movimiento rompedor, que pretendía cambiar la sociedad ignorando las normas del arte. Realizando lo que podríamos llamar antiarte. Surgió durante la Primera Guerra Mundial y se oponía al positivismo, a lo burgués y a todas sus manifestaciones culturales. Puede utilizar el absurdo, y siempre lleva implícito una crítica al sistema social y político. Pero lo que caracteriza a lo dadá es que rompe con los cánones y fórmulas establecidos. No sigue reglas y es irreverente con lo establecido. Para mí, unos artistas televisivos claramente dadás son los Monty Python, que rompieron fuertemente con las fórmulas tradicionales de hacer televisión, y luego cine, con el fin de hacer crítica social a través del humor. No todos sus espectáculos son dadás, pero muchos están influidos por este movimiento.

https://www.youtube.com/watch?v=oJZ2m6_T1wc

El surrealismo

El surrealismo surgió como movimiento cultural y artístico en los años 20 del siglo mundial, unos años después del dadaísmo, y está influido por el mismo. Pero tiene unos componentes ideológicos más profundos. Tiene una mayor influencia política, ya que muchos de sus adeptos iniciales se veían fuertemente atraídos por las ideas marxistas. Pero sobre todo se vio influido por las teorías psicoanalíticas de Sigmun Freud. La idea del subconsciente, la idea del simbolismo asociado a nuestros sueños o pensamientos oníricos, el manejo de lo que es un concepto, lo  que es un símbolo y lo que es la palabra que lo identifica, todo nos lleva a diversos tipos de creación artística, donde las artes con frecuencia se alían las unas con las otras para crear obras complejas. Frente al nihilismo asociado al dadaísmo, el surrealismo busca una creación de realidades nuevas, por encima de la realidad. «Sur realisme». Desde luego, una de las obras audiovisuales más conocidas y de referencia en el movimiento surrealista es «Un Chien Andalou» de Luis Buñuel.

https://www.youtube.com/watch?v=054OIVlmjUM

Considero en este ámbito, que la compleja simbología y la existencia de distintos niveles de realidad que existen en Twin Peaks, y en general en buena parte de la obra del director y creador David Lynch.

Como digo, no me considero un experto. Pero sí que soy consciente que con frecuencia se aplican calificativos a las obras de arte o culturales con demasiada alegría y sin ser conscientes de lo que realmente significan. Más que sentar cátedra, para lo que no estoy cualificado, sobre el tema, lo que he pretendido en este audiovisual entrada es introducir la curiosidad sobre el tema. Y si hay alguien que con sus comentarios considerar oportuno enmendar algún error que haya podido cometer, o mejorar los conceptos. Con lo que no me atrevo es con dar mi opinión sobre lo que es Kafkiano… ¿Lo frustrantemente absurdo? Ese concepto sí que es escurridizo. Adelante.

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Al haber insertado varios audiovisuales, menos fotos para hoy. Dos reproducciones de obras de Marcel Duchamp, uno de los principales impulsores del dadaismo, que pudimos contemplar hace poco más de un año en el Moderna Museet de Estocolmo; «La fuente» y «Placas de cristal rotatorias».

[Libro] Maestra

Literatura

Este libro estuvo a la espera durante meses en mi biblioteca virtual de libros electrónicos hasta que encontró su momento durante mi viaje en la semana de pascua a Dinamarca. Supongo que algo me llamó la atención en agosto de 2016 cuando apareció entre las ofertas flash del día en Amazon. El caso es que después, otros me interesaron más y quedó enterrado entre otros hasta que encontró su momento.

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Estos libros de fácil digestión suelen alimentar la imaginación del lector a  base de tópicos, poco elaborados. Y para ello, circulan por escenarios habituales en este tipo de obras. Londres, en la Gran Bretaña.

Escrito por la escritora Lisa Hilton, que cuando se dedica a lo que denominan «thrillers psicológicos» firma como L. S. Hilton, el primer nombre lo utiliza para otro tipo de obras, y traducido al castellano para Roca Editorial por Santiago del Rey, nos habla de Judith Rashleigh, una graduada en historia del arte que lucha por abrirse paso, con poco éxito, en una importante casa de subastas en Londres. Procedente de la clase baja, su inteligencia le ha permitido adquirir unos estudios y una formación, pero no es aceptada entre las clases dominantes de la profesión, de nivel social más elevado. Despedida por amenazar con desvelar algún caso de fraude, y llevando una doble vida como acompañante de un club de alterne, huye a la costa del sur de Francia con una amiga para iniciar una carrera de incidentes, en los que la huida hacia adelante será su estrategia para salir del paso.

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Portofino en Italia.

Vamos a ver… no hace falta ser un hacha para entender que esta Judith Rasleigh es una versión femenina, y con escenas de sexo más explícitas, del Tom Ripley de Patricia Highsmith. Pero que no le llega ni a la suela del zapato. Carece de las sutilezas de Highsmith para dotar a su personaje de una vida más allá de los estereotipos y el cartón piedra, aderezado con un poco de carnaza.

Carlos Carreter

Ginebra, en Suiza. En el encabezado vemos Roma, en Italia también.

Nos dicen que es la primera novela de una trilogía, mira tú que original, y que es muy posible que se adapte al cine. En IMDb ya aparece como «en desarrollo». Sin muchos más datos. Sinceramente, a mí me interesó poco. La leí completa porque es uno de los característicos productos de la época de digestión fácil, que no obligan a mucho esfuerzo al lector, que pasa las hojas con rapidez. Y también deja escaso poso. Poco alimento intelectual posee. No seguiré con la trilogía, desde luego, y dudo que llegue a convertirse en una película que me interese. Aunque eso nunca se sabe.

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Y cómo no, París, en Francia. Aparte de algún otro que no muestro o del que no tengo fotos a mano, como alguno de la Costa Azul.

[Libros] Today meets Yesterday / Man meets Woman

Arte

Durante las pasadas vacaciones de Pascua tuvimos la oportunidad de visitar un par de museos de arte moderno y contemporáneo. Que para mí, independientemente del nivel de comprensión de algunas de las obras expuestas, son más divertidos que las tradicionales pinacotecas y museos de bellas artes. Y además, tienen un valor añadido, con el que corres el riesgo de salir del museo más pobre, financieramente hablando, de lo previsto. Tienen unas tiendas de las que te llevarías todo. O casi todo. Ideales para comprar los recuerdos del viaje para la familia, o si tienes un regalo importante que hacer próximo, para llevar algo original, difícil de encontrar en tu ciudad.

Kunsten, cuyo edificio surgió de la creatividad del arquitecto finés Alvar Aalto, es un lugar acogedor, bonito y entretenido, donde hasta una vieja Smena fabricada por Lomo, y digo Lomo no Lomography, que no es lo mismo, encuentra su sitio.

No es infrecuente que de estas tiendas, también librerías, me lleve algún o algunos ejemplares de libros realizados con las artes. Normalmente con la fotografía, pero no exclusivamente. En esta ocasión, de Kunsten, el museo de arte moderno de Aalborg, me llevé dos libritos publicados por Taschen, de la diseñadora china establecida en Berlín, Yang Liu.

Básicamente, son dos libritos sin palabras, salvo algún pie de ilustración extremadamente escueto, en el que se juega a contrastar de una forma humorística, aunque no superficial, mediante ilustraciones muy simples pero muy bien pensadas, las diferencias entre dos épocas o los dos sexos tradicionales de la especie humana.

En «Today meets Yersterday» (El hoy se encuentra con el ayer), un pasado indefinido, a veces de hace unos años, a veces de hace unas décadas, a veces de hace un siglo, se contrasta en lo que se refiere a los conceptos, usos y costumbres con los tiempos contemporáneos. En ocasiones, podemos comprobar los adelantos de los tiempos, pero en otras ocasiones, siempre sin acritud, se pone de manifiesto una alteración de los valores que no siempre es para bien.

En «Man meets Woman» (el tradicional «chico conoce chica»), se realiza el mismo ejercicio, pero contraponiendo los modos de pensar y de actuar, más o menos estereotipados, de ambos sexos. Con el humor que suele conllevar ciertos tópicos de «la guerra de sexos», probablemente este volumen llamará más la atención y divertirá a priori más. Especialmente si vas en un grupo mixto. Pero también cae mucho más en el lugar común que el anterior, y a la postre, aunque divertido, puede resultar más superficial.

En fin, dos volúmenes simpáticos, que por su tamaño y condición no molestan en cualquier rincón de la biblioteca personal, que te despiertan una sonrisa y ocasionalmente te hacen pensar, y que tampoco van a arruinar a nadie. He visto en la página web de la editorial que hay un tercer volumen similar, «East meets West», en el que imagino que la autora sacará partido de su experiencia como persona nacida y criada en extremo oriente, pero establecida en occidente. A ver si lo pillo por algún lado.

[Televisión/diseño] Abstract: The Art of Design; una buena serie de televisión para enterarse un poco de qué va la cosa del diseño.

Arte

Hace un par de semanas se conjuraron los gnomos para que durante unos días el diseño y su filosofía estuvieran presente en mi pensamiento. En primer lugar, junto con una compañera de trabajo nos apuntamos a Diseña Forum, unas jornadas en las que se trataba el tema de que, y cito textualmente de su presentación en su página web,

«El diseño tiene cada vez un mayor peso en las distintas manifestaciones de la actividad económica, y no de una manera testimonial sino como una forma de pensamiento que se manifiesta hegemónica en la solución de problemas y en la respuesta a desafíos, de una manera innovadora y diferencial, ya sea en la configuración por las empresas de sus productos y servicios o en la definición y posicionamiento de los propios negocios. Pero se manifiesta como tal no solo en el campo de la actividad de las empresas y sus modelos de negocio, lo hace también en los ámbitos de las decisiones del sector público y del desarrollo social y cultural.»

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Arte moderno y diseño, ¿dónde empieza uno y dónde acaba otro? Yayoi Kusama en el Moderna Museet de Estocolmo. En el encabezado, ilustraciones de Gerda Wegener en Arken, Museo de Arte Moderno, en Copenhague.

Yo no trabajo en la empresa privada, trabajo en el sector público. No nos interesaban todas las sesiones, pero escuchamos un par de ponencias sobre cómo el pensamiento del diseño (design thinking) (enlace en inglés, la wikipedia en español todavía no considera el término) se constituye como una herramienta útil a la hora de configurar y planificar servicios públicos o iniciativas de cambio social. También participamos en un breve taller, que nos supo a poco, en el que una mezcla al 60 / 40 % de diseñadores (o estudiantes de diseño) y profesionales del sector público trabajábamos en el diseño de servicios públicos para el método propio del pensamiento del diseño.

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Obtenido en Wikimedia Commons (https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Design_thinking.png) bajo licencia «Creative Commons Attribution-Share Alike 4.0 International», elaborado por MrJanzen1984.

Pues bien, justamente en esos mismos días, la cadena de contenidos multimedia bajo demanda Netflix ponía a disposición de sus abonados la serie Abstract: The Art of Design… Y sin haber visto ni un minuto de la serie, y con algunos antecedentes positivos en la cadena, tenía un aspecto estupendo. En ocho capítulos de aproximadamente 45 minutos de duración, la serie documental se acerca al trabajo de ocho profesionales del diseño en distintas vertientes. Uno de ellos fotógrafo. El listado de profesionales es el siguiente:

Episodio 1. Christoph Niemann: Ilustración.
Tiene en su haber un buen número de portadas de The New Yorker, por poner un ejemplo.

Episodio 2. Tinker Hatfield: Diseño de calzado.
Conocido especialmente por su trabajo en la multinacional de ropa deportiva «Nike».

Episodio 3. Es Devlin: Diseño de escenarios.
Muy innovadora, ha trabajado para importantes producciones teatrales y para espectáculos del mundo de la música de importantes figuras del pop y otros géneros.

Episodio 4. Bjarke Ingels: Arquitectura.
Rompedor, y a ratos polémico, arquitecto danés.

Episodio 5. Ralph Gilles: Diseño automotriz.
Jefe de Diseño del grupo automovislístico Fiat Chrysler Automobiles.

Episodio 6. Paula Scher: Diseño gráfico.
Diseño gráfico basado especialmente en el uso de tipografías, con muchos diseños muy conocidos en su haber.

Episodio 7. Platon: Fotografía.
Platon Antoniou es un fotógrafo griego que es famoso entre otros trabajos por sus retratos de líderes mundiales, desde los presidentes de EE.UU. hasta el dictador Muamar el Gadafi.

Episodio 8. Ilse Crawford: Diseño de interiores.
Diseñadora de interiores y de productos para decoración con clientes tan importantes como el grupo IKEA.

Damien Hirst en Arken, Museo de Arte Moderno, en Copenhague.

Evidentemente, el episodio que más interesará a los aficionados de la fotografía que visitan estas páginas el el dedicado a Platon. Pero creo que es interesante para toda persona que se dedique de un modo a otro a las artes visuales.

A lo largo de los ocho episodios, pude constatar cómo estos creativos aplican el esquema de pensamiento que he presentado con anterioridad, de forma más explícita o más implícita.

A parte del interés que el tema puede suscitar, la serie está excelentemente realizada y filmada, aunque en algún medio especializado se quejaba de falta de profundidad en los trabajos de los diseñadores. Pero entendámonos, el fin de la serie es divulgativo y dirigido hacia el gran público, por lo que la serie tiene que ser dinámica y atractiva, aplicarse así mismo esos principios del diseño que empiezan por empatizar con el público que va a ser su potencial audiencia.

En varios sitios he visto que la consideran la «temporada 1», así que podemos esperar nuevos capítulos y nuevos creativos en el futuro.

Muy recomendable.

Habitación de hospital diseñada por Poul Gernes en Louisiana, Museo de Arte Moderno, Humlebæk, cerca de Copenhague.

[Cine] La La Land (2016), y el cine considerado como una de las bellas artes…

Cine

La La Land (2016; 042017-1701)

Llevo unos días pensando en cómo iba a enfocar el comentario de esta película. Película que desde que inaguró la mostra de Venecia en 2016 ha estado en boca de muchos como la gran película del año. Toda una revelación para la crítica que iba a lanzar al estrellato a todos los que en ella intervienen de un modo u otro… Elevadas fueron las expectativas, lo cual hizo que durante muchos meses declinara la posibilidad las noticias que se generaban en torno a este musical, con el fin de llegar a su estreno en nuestro país con las neuronas lo menos «sucias» que fuese posible.

Como sucede cuando periódicamente llega un musical, generalmente con tono de gran producción, que va a recuperar el género, que «no está muerto» para algúnos,… o sí, para otros, te encuentras con la eterna expresión. Es mucha la gente que te dice… «a mí es que el musical no me va mucho». Lo cual es casi como decir que el cine no te va mucho. Porque junto con el western son los eternos muertos, enterrados y periódicamente resucitados, pero fueron los géneros que hicieron en gran medida del cine lo que es.

Aunque es la ciudad de Los Ángeles la tercera protagonista de este drama musical, son numerosas las referencias a la ciudad de París. De la primera no tengo fotos, de la segunda, en abundancia.

Aunque es la ciudad de Los Ángeles la tercera protagonista de este drama musical, son numerosas las referencias a la ciudad de París. De la primera no tengo fotos, de la segunda, en abundancia.

No en vano la «primera» película sonora fue The Jazz Singer (El cantor de jazz)… un musical. Con el jazz como tema y con un aspirante a músico de jazz, anoten coincidencias,… y cuya línea inicial,

«Wait a minute, wait a minute. You ain’t heard nothing yet»

(Espera, espera un momento. No has oído nada todavía),

iba a revolucionar totalmente al que se iba a considerar el séptimo arte.

Pero en esas estamos, en que una mezcla de incultura musical y cinematográfica, prejuicios sobre lo que uno debe ver o no ver, sobre lo que es o no es un musical, el miedo «aterrador» del españolito medio a los idiomas ajenos y a los subtítulos en las película, el sexismo social que define lo que es apropiado para chicas y lo que es apropiado para machotes,… hace que mucha gente que no se cosca gran cosa de qué va la feria asegura muy seria… «a mí es que el musical no me va mucho».

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Luego llega y Cabaret se lleva 8 de 10 candidaturas a los oscars, Chicago se lleva 6 de 13, Les Miserables se lleva 3 de 8, Moulin Rouge se lleva 2 de 8, All That Jazz se lleva 4 de 9, Fiddler on the Roof se lleva 3 de 8, Yentl se lleva 1 de 5,… y no me meto con los éxitos de las películas de animación de Disney que son en muchas ocasiones también películas de carácter musical, o al menos peliculas con canciones. Sólo he mencionado películas posteriores a 1970, cuando el musical era un género «muerto». Y a la gente no le gusta el musical…

Luego está la otra. «Es que a mí no me gusta el jazz», cuando el 90-95 % de la música pop/rock actual es hija más o menos bastarda del mismo, y los mismo memos que aseguran que el jazz es un rollo se entusiasman en los conciertos de «rock» cuando el guitarrista se marca un solo que no será probablemente más que una mera sombra, un pálido reflejo, de las improvisaciones esenciales en el jazz que dieron origen a lo que vino después. Y esta película no sólo es un musical, sino que además manifiesta una marcada nostalgia por el género musical probablemente más influyente del siglo XX.

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Otra cuestión. Antes hemos mencionado al cine como el «séptimo arte». Mmmmmm… el cine puede ser arte, pero no todo lo que se hace en cine es arte.  Pero cuando lo es, necesariamente entra en diálogo con la historia del arte. En la historia del arte, muy de vez en cuando, nace un genio que lo revoluciona todo. Pero el estado esencial del arte es la inspiración, la copia descarada en ocasiones y la referencia a lo que se ha realizado previamente. Pocos artistas, casi ninguno, es genuinamente original. Y de algunos, por ejemplo Picasso, se dice que el mismo reconocía que no sólo copiaba,… robaba de las obras de los que le precedieron. Lo importante en el arte, y en otras disciplinas también, por ejemplo la ciencia, es la conversación global en la que se involucran los trabajos de los autores. Y son buenos aquellos autores, aquellos artistas que aportan algo nuevo a la conversación, aunque sea poco, aunque sean matices, aunque sean variaciones.

Para poder disfrutar plenamente de esa conversación, volvemos a hablar de cine, no podemos considerar la disciplina como un mero acto de entretenimiento aislado. Ha de ser un gusto cultivado e interiorizado. «Cultivado» y «cultura» tienen la misma raíz etimológica, una raíz que tiene su sentido original en labrar y hacer crecer en la tierra aquello que nos alimenta. Si nos alimentamos de comida basura, con abundancia de azúcares, grasas y salsas groseras, difícilmente apreciaremos los mejores platos de sabores sutiles, combinaciones a veces extrañas que nos resultan ajenas. Seremos siempre como esos niños de 6 años que se niegan a comer ciertos alimentos nuevos porque no los han probado y desconfían de todo aquello que han establecido como «lo que les gusta». Con el cine, con la música, con la cultura en general nos pasa algo parecido. Nos acostumbramos en la infancia a unos «sabores», productos de consumo rápido y fácil, y luego no salimos de ahí, salvo que crezcamos en un entorno cultural privilegiado, o realicemos un fuerte ejercicio de disciplina personal en abrirse a lo diferente y en comprender lo que no entendemos.

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La La Land no es una película perfecta. Pero es una obra de arte. Es el fruto de la concepción y la creatividad de su director Damien Chazelle, que copia y roba a mansalva de un sinnúmero de referentes para contribuir a la conversación a través de un musical sumamente honesto y pensado. A través de la relación romántica entre Mia (Emma Stone) y Sebastian (Ryan Gosling), y en el marco del tercer protagonista de la historia, la Ciudad de Los Ángeles, es ciudad de estrellas que «todo venera y nada valora», citando a uno de los protagonistas, hace un ejercicio de reflexión sobre el acto de convertirse en creador o artista, y los costes personales que tal cosa conlleva. Especialmente si creemos firmemente en lo que queremos ser y hacer, y le echamos a la tarea la pasión y la dedicación necesarias para tener una oportunidad de éxito. Lo cual lleva, inevitablemente, a una historia fundamentalmente agridulce.

Con la excelente música compuesta por Justin Hurwitz, la excelente iluminación y fotografía de Linus Sandgren, la colosal dirección de arte de Austin Gorg, y con dos protagonistas en estado de gracia absoluta, que para colmo de bienes se compenetran y complementan como si fueran un engranaje de precisión, la película es una producción notable, que merece un puesto destacado en la historia del séptimo arte.

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El entrar en el detalle de todas las referencias de las que bebe el filme,… sería extraordinariamente prolijo para una entrada que ya me está quedando muy extensa. Daría para un comentario muy largo en sí mismo. Desde las desdichas de una paragüera en Cherburgo, a un niño que recorre las calles de París tras un globo rojo, el musical clásico norteamericano, la Bergman,… infinitas.

Se habla de ella como la gran triunfadora del 2016, la que va arrasando en la temporada de premios. ¿Los merece? Merece muchos. ¿Todos? No. El mundo del cine está lleno de conversaciones de nivel, y han sido varias las que nos han tocado la fibra en este 2016, o las que están por venir por culpa de lo que tardan en estrenarse en nuestro país. La película no es perfecta. Sufre alguna ruptura de ritmo entre su primera mitad y su segunda mitad… Hay una transición, conformada alrededor de una serie de escenas clave, que no acaba de tener la suavidad debida. Pero son problemas menores que no empañan el buen tono general del filme, que nos regala un epílogo final, con mucha, mucha, mucha chicha tanto artística como conceptual y que nos pone en paz con el mundo. El real y el de «La la land»… Ese país de los sueños o de los soñadores, que siguiendo el juego de palabras implícito en el título de la película, alguien ha situado en L.A., en las colinas de Hollywood.

Nota: aunque era algo que se venía fraguando desde hace un tiempo, me considerado ya total e incondicionalmente enamorado de Emma Stone.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: *****
  • Valoración subjetiva: ****

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[Libro] Cómo visitar un museo de arte

Arte

Este librito publicado por la Editorial Gustavo Gili en este 2016 y escrito por el holandés Johan Idema me lo regalaron hace ya un tiempo, junto con otra serie de objetos, en una situación de desenfadada y amable. Pero se me había quedado debajo en la pila de cosas para leer y no había encontrado momento para ello. Lo cuál es curioso, porque se lee en un periquete. De hecho, es uno de esos libros que no tienes porque leerlo de tirón. Ni siquiera tienes que leerlo en orden. Al fin y al cabo son un conjunto de reflexiones que puedes leer o recordar cuando creas conveniente. Pero la semana pasada, y ante la perspectiva de la visita en Madrid de una serie de exposiciones, como os conté ayer, lo cogí y en un día me lo ventilé.

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Si ayer os hablaba de que estuvimos visitando el Museo Thyssen-Bornemisza, fotografías de esta visita servirán para ilustrar esta entrada.

Como digo, no es un libro organizado para una lectua continua de principio a fin. No es un ensayo sesudo sobre la museística y cómo los usuarios de los museos de arte deben confrontar las obras de arte expuestas en ellos. Más bien son ráfagas, ideas o propuestas, que se nos presentan en dos a cuatro páginas o poco más, fotografías o ilustraciones incluidas, que pretenden guiarnos ante la «responsabilidad» de visitar un museo y sacar algún provecho de él.

El punto de partida, o la necesidad sentida por el autor que le lleva a escribir el libro, es que visitar un museo se ha convertido en algo que puede resultar intimidante a distintos niveles. La seriedad, excesiva, con que se trata el tema del arte, el lenguaje enrevesado, abstruso y oscuro que utilizan los «expertos» para «explicar» las exposiciones que comisarían o las obras que en los museos se conservan, los dogmas sobre las actitudes ante estas obras de arte, son para el autor barreras que se levantan entre el espectador y la obra de arte. Paradójicamente en un momento en el que la elevada movilidad de las personas a la hora de viajar por el mundo les impone «la obligación» de visitar algunos museos que suelen ser calificados como «visitas obligadas» en sus viajes. Eso sí, aunque nunca hayan visitado el museo de bellas artes de su ciudad.

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Idema propone romper las barreras. En primer lugar facilitando el diálogo y la conversación. Frente al «por favor, guarden silencio», hay que hablar ante la obra de arte, sobre ella y las emociones o dudas que nos suscita. Hay que dialogar con los guias, que deben mostrarse menos académicos y más cercanos a la peripecia humana. Hay que fomentar el diálogo y la interacción entre los visitantes, frente al susurro y el silencio, y la distancia entre ellos. Hay que permitir la interacción con la obra de arte… permitir las fotografías, dejar que los modernos «smartphones» se usen en el museo para adquirir información complementaria, incluso, cuando sea posible, combinar la experiencia visual con experiencias auditivas, tactiles, olfativas o gustativas. Hay que favorecer los cafés y los restaurantes en los museos como lugar de intercambio de ideas. Y hay que cambiar la actitud con la que se acude al museo. De un comportamiento pasivo, «a ver que me enseñan», a un comportamiento proactivo, «a ver que me encuentro y me sorprende», tomar notas, dibujar o realizar esbozos. Arriesgar… no acomodarse ante los estilos que nos agradan de siempre y osar la interacción con aquellos que nos incomodan o no entendemos bien. Visitas orientadas, qué quiero ver y qué no quiero ver. Evitar visitar el museo con cansancio… En fin… muchas cosas.

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Me atrajo la vista inmediatamente, Kiki de Montparnasse, musa y amante de tantos artistas, con final triste y trágico, en esta ocasión inmortalizado por Keen van Dongen.

Más que un libro de recetas, ese «cómo visitar un museo» es más bien un libro de propuestas sobre el estado de ánimo que debemos tener a la hora de confrontar la obra de arte. Lo cual a mí me ha convencido. Así que si tenéis inquietudes en el campo del arte, no dudéis en leeros este librito.

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[Arte/fotografía] Entre la pintura de Renoir y las fotografías de tres grandes en Madrid – Fotografía y otras artes visuales

Arte, Fotografía

Son las diez y media de la mañana aproximadamente del viernes 4 de noviembre de 2016 cuando desembarcamos del AVE que nos deja en la estación de Madrid-Puerta de Atocha. Llego a la capital del reino acompañado de una amiga con la intención de visitar la exposición de Pierre-Auguste Renoir en el Museo Thyssen-Bornemisza y las de tres grandes fotógrafos, Bruce Davidson, Castro Prieto y Robert Capa, en distintas salas de exposiciones madrileñas. En el enlace a continuación os lo cuento. Para quienes no estén interesados, unas fotografías del día.

Origen: Entre la pintura de Renoir y las fotografías de tres grandes en Madrid – Fotografía y otras artes visuales

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[Arte] Exposición de Iris Lázaro en La Lonja

Arte

En las últimas semanas me he paseado por varias exposiciones. Un par de ellas de fotografía, ambas en visita colectiva organizada por Fotógraf@s en Zaragoza, y otra de pintura, la que hoy os presento aquí, de la pintora Iris Lázaro que se puede visitar desde hace unas semanas en La Lonja.

Sobre las exposiciones de fotografía, por llevarme la contraria a mi mismo respecto a lo que suelo hacer, no voy a decir gran cosa. Me pillaron en la semana a continuación de mis vacacione, un poco saturado de ir con la cámara a todas partes, y asistí a ellas con una actitud más pasiva de lo habitual. No obstante, de la más interesante para mí, «Albino» de Ana Palacios, que se encuentra en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza, fue ampliamente reseñada en el blog de Fotógraf@s en Zaragoza, y os animo a visitar este artículo. Fue especialmente interesante por contar con la propia fotógrafa como guía de excepción de la visita.

La otra, «Zaragoza años 20», organizada por la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza, tuvo un carácter un poco más anecdótico. La curiosidad de comparar la ciudad de hace casi 100 años con la de ahora.

Pero el domingo de final de mis vacaciones, sin tiempo para pararme con detalle, vi que estaba la exposición de pintura que aquí os traigo en La Lonja de Zaragoza. La pintora, Iris Lázaro.

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Es esta una pintora nacida en un pueblo de la provincia de Soria, Trévago, en 1952, que como muchas personas y familias de esa provincia abandonaron su lugar de origen. Y se vino a Zaragoza, donde se forma en la escuela de artes… con lo cual de alguna forma, «nos apropiamos» de la figura.

En la exposición veo dos partes, las obras más antiguas, más de juventud, que muestran un cierto descaro conceptual. Muy centradas sobre el universo femenino, tienen sus puntos de surrealismo o simbolismo subyacente. Y sobretodo marcan algo que parecerá una constante en lo que vemos de la obra. Su perfeccionismo. Trazos suaves finísimos, gran detalle en los objetos que pinta. Sin llegar, afortunadamente desde mi punto de vista, al hiperrealismo que a mí me aburre.

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Luego, conforme pasan los años, el tono de la obra cambia, y predomina una sensación nostálgica. Evidentemente, la pintora no ha olvidado sus raíces y pinta repetidamente el paisaje de su pueblo. U otros lugares que evidentemente nos trasladan un cierto grado de calma melancólica. Esa nostalgia por algo que mencionaba, sea o no sea su pueblo.

Toda esta parte de la exposición, sin negar el virtuosismo técnico de la pintora, me parece menos interesante, si os he de decir la verdad. Pero en términos relativos; sigue pareciéndome una exposición interesante de visitar.

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Hacia el final de la exposición hay algunas marinas muy interesantes, un par de bodegones que me llaman la atención, y un retrato de sus padres… que me deja muy frío. Quizá no sea el retrato el fuerte de la pintora… En cualquier caso, una exposición interesante y agradable que se puede recomendar ver a quien esté por Zaragoza, sin dudarlo.

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