[Cine] Drive my car ドライブ・マイ・カー (2021)

Cine

Drive my car ドライブ・マイ・カー (2021; 06/20220125)

El comentario de esta película dirigida por Ryūsuke Hamaguchi estaba previsto para ayer sábado. De forma tranquila, reposada. Pero estuve tan atareado, que no encontré el momento. Así que en esta mañana de domingo en la que no tengo previsto salir de casa hasta pasado el mediodía, será más propicia. La película la vimos en un sesión especial de preestreno, hasta el 4 de febrero no entrará en la cartelera normal, en versión original, por supuesto, y en una buena sala, con pantalla grande y buena imagen y sonido. Y diré una cosa para orientar mis impresiones finales. No sabíamos cuanto duraba cuando empezó a las siete y media de la tarde. Salimos con la idea de que serían las nueve y cuarto o nueve y media… cuando en realidad eran ya las diez y media. Tres horas de película que se nos pasaron en un vuelo. Y eso que estoy seguro que los aficionados al cine palomitero opinarán que es una «película lenta». Qué sabrán ellos.

La mayor parte de la película transcurre en Hiroshima. Y allí nos desplazaremos fotográficamente para ilustrar esta entrada.

La película comparte título con una canción de los Beatles de su álbum Rubber Soul. Y no es casualidad, porque está basada en un relato corto de Haruki Murakami, de su colección Hombres sin mujeres, que leí ahora hace cuatro años. Me parecía más reciente… cómo se pasa el tiempo. Y los títulos de las novelas y cuentos del autor japonés hacen alusión con frecuencia a títulos de canciones. Véase el título original de una de sus más celebradas novelas, y algunos otros relatos de la misma colección. La película toma elementos de otros relatos de la misma colección, especialmente Sherezade, esto está claro… la historia de la lamprea, y dicen también que Kino… aunque yo he sabido decir cuáles en este caso.

Kafuku (Hidetoshi Nishijima) es un actor y director teatral de éxito en Tokio, casado con Oto (Reika Kirishima), una madura pero guapa guionista de televisión, con quien tiene una buena vida marital a pesar de dos cuestiones; viven con el duelo de su niña pequeña muerta tiempo atrás, y su mujer le es infiel con otros hombres de vez en cuando. Un día encuentra a su mujer desvanecida en el suelo de su casa… y esta muere. Dos años más tarde, invitado a una residencia en un festival de teatro en Hiroshima, donde pondrá en escena una versión multinacional y multilingüe de Tío Vania de Chejov, deberá convivir en los trayectos en coche con una conductora muy joven y reservada (Tōko Miura), y se encontrará con uno de los antiguos amantes de su mujer (Masaki Okada). Y los fantasmas de un pasado con cuestiones sin resolver volverán a acecharlo.

Mi más valorada película del año pasado, como os contaba el segundo día de este año, fue otra película reciente de Hamaguchi. Me encantó. Me pareció que, independientemente de la cultura, la lengua, las formas y el entorno que envolvía la película me hablaba de cosas con las que todos podemos identificarnos de una forma u otra, sean o no nuestras vivencias personales similares a las de los personajes de la película. Pero la cuestión es que una de mis películas más valoradas de 2020 fue un estreno directo en plataforma en línea del mismo director, que vi en Filmin en medio del desastre que supuso para la exhibición cinematográfica la pandemia de covid-19. Por aquel entonces vi también en la misma plataforma Happy Hour, una impresionante película de más de cinco horas de duración, del mismo director, que también me pareció bastante notable; sobresaliente diría. Y todas estas películas tienen elementos temáticos comunes. Y en todas ellas el director muestra una maestría notable en la narración pausada, pero sin distracciones ni elementos superfluos, a pesar de la duración de los largometrajes, y con una visión cinematográfica, alejada por completo de los efectismos contemporáneos, pero muy solvente, muy eficaz, y que permite que las imágenes cuenten tanto o más que las palabras.

Un elemento importante de las películas de Hamaguchi es el buen trabajo de sus intérpretes. Sean profesionales o aficionados (Happy hour). Sean veteranos o jóvenes. Creo que es un excelente director de actores, extrayendo emociones profundas de sus rostros, de sus miradas, de sus expresiones. Además de los protagonistas de la película, que están fenomenales. Hay personajes secundarios que tienen un importancia determinante en la película, entre quienes destacaría a la coreana Park Yoo-rim, en su papel de actriz muda, que se expresa en el lenguaje de signos de su país, y que nos ofrece algunas de las escenas más emotivas y magníficas de la película. Especialmente, aunque no únicamente, ese escena final del Tío Vania, que ilumina no sólo a los protagonistas de la película, especialmente a lo joven conductora a la que conducirá a un peculiar y esperanzador happy end, sino también a los espectadores, si a estas alturas de la película no se habían coscado todavía de los paralelismos.

Y es que el diálogo entre la película de Hamaguchi y el Tío Vania de Chejov es fundamental. Lo que en el relato de Murakami es una mención de pasada, aquí establece unos paralelismos y unas capas de comprensión y desarrollo de los conflictos y emociones que enriquecen mucho la película. El arte es un diálogo constante entre las obras del pasado y las del presente; una conversación permanente en la que nadie está aislado, sino que está subido a los hombros de quienes lo precedieron. Y Hamaguchi cabalga aquí sobre los hombros de dos literatos, Murakami que le ofrecen la historia base y un conflicto, y Chejov que le ofrece una profundización que va mucho más allá de lo que un relato corto, que releí hace un par de días en un rato, puede permitir. Y además, no hace falta conocer la obra de Chejov. Hamaguchi ofrece más que suficientes claves durante los ensayos de la obra para que comprendamos este diálogo.

Esta película la veremos cuatro gatos. La entenderán/entenderemos tres. Se alejan muchísimo de los gustos de la masa. Y sin embargo está muy próxima a ser una obra maestra. Te deja una sensación de plenitud. De reconciliación total con lo que es o puede llegar a ser el séptimo arte. La cinematografía considerada como una de las bellas artes. Ética y estética. Personas y emociones. Imagen, sonido,… y cuando es pertinente, diálogos. No palabrería vacía como se estila en muchos blockbusters actuales. Monólogos en los que todas y cada una de las palabras que se dicen tienen sentido y son imprescindibles. No lo duden, si realmente les gusta el cine, vean esta película. Y lean el relato de Murakami. En este caso, la película es superior al relato original, pero también está a buen nivel… especialmente si se lee la colección completa de relatos dedicados a esos hombres que sufren la pérdida de las mujeres. O mejor dicho, dedicada a las mujeres que nos dejan profundos vacíos en nuestros corazones o almas. Kokoro 心 llaman en japonés a ese lugar ficticio donde reside lo más íntimo de la persona.

Curiosidades: 1) A la joven Tōko Miura la había visto ya en alguna cosa en televisión, pero no la recordaba. Pero sí recordaba que es la voz femenina que acompaña a RADWIMPS en las canciones de la banda sonora de la última película estrenada de Makoto Shinkai. RADWIMPS fueron los autores de la banda sonora de la película más conocida de Shinkai. 2) La atractiva Reika Kirishima, cuya presencia en la película nos sabe a muy poco… necesidades del guion, ya estuvo en el reparto de otra película que adaptaba a Murakami. 3) Con cierta frecuencia, en las novelas y relatos de Murakami el protagonista acaba dando unas vueltas por la isla de Hokkaidō, la más norteña de las grandes islas del archipiélago nipón. En el relato de Murakami en el que se basa la película sólo se menciona que la conductora es una joven de Hokkaidō. Pero Hamaguchi sí que traslada a los dos protagonistas a esta fría, en invierno, isla.

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: *****

[Libro] Diez minutos antes de la medianoche

Literatura

Sigo con mi bloqueo lector. Y si llego a comentar un libro o una lectura a la semana,… pues porque tiro de títulos breves y no muy complejos que me permiten, trampeando, ir cubriendo mis objetivos de lectura. Pero sigo con dos títulos empezados y estancados…

En esta ocasión he trampeado con un título que apareció ofertado recientemente en las ofertas Flash de Amazon. Algo menos de un euro, aunque lo cierto es que dada la escasa extensión del mismo, apenas se puede considerar una oferta tan buena. Pero bueno, pensemos más en la cantidad que en la calidad.

No sé muy bien porqué, pero siempre he asociado aquellas obras de Estudio 1 de autores españoles al Madrid más castizo. Creo que es porque mi primer viaje a Madrid, cuando era niño, fue tras presenciar una obra de Carlos Llopis, «Nosotros, ellas y el duende», que también fue representada en Estudio 1 en algún momento.

Soy «hijo» televisivo de los tiempos en que TVE era «la mejor televisión de España»… y la única. Incluso contando el UHF o, como luego se le llamó, segunda cadena o La 2. Era una televisión en blanco y negro. Quizá sea más correcto decir en escala de gris. Pues gris era también el país en el que nos tocó a muchos vivir la infancia. Gris mediocre. Pero entre la mediocridad de un régimen que nos quería mediocres, no tengo claro que esto último haya cambiado con el régimen actual, había algunos puntos de luz. Y uno de ellos era el Estudio 1. Representaciones teatrales en formato televisivo, que se emitían todas las semanas, los lunes si no recuerdo mal, aunque esto pudo variar con el tiempo. Las obras teatrales que se representaban, muchas de ellos clásicos, era de elevada calidad y muy variadas. Procedentes de diversas épocas y estilos. Algunas, muy innovadoras. Pero en el tardofranquismo era muy popular todavía un autor concreto, Enrique Jardiel Poncela.

No entraré a comentar las posibles filias o fobias políticas del autor. Alguna vez he leído su potencial afinidad por el franquismo. Pero su peripecia personal en la guerra civil fue compleja. Si bien la principal perjudicada de la guerra, además de las personas que la sufrieron directamente, claro, fue la democracia y la libertad, también hay que reconocer que en el bando repúblicano había de todo; desgraciadamente, también gente que tenía de demócrata lo que los sublevados fascistas. Y eso condicionó dónde buscó mucha gente su acomodo en tan incivil y cruento desencuentro. Lo cierto es que tras la contienda, tampoco le fue bien del todo, y murió relativamente joven, sin muchos amigos y con poco en su haber. Su epitafio es «Si buscáis los máximos elogios, moríos», que es muy apropiado para muchos autores hispanos de toda tendencia ideológica.

Recuerdo con simpatía varias de sus obras. Los ladrones somos gente honradaEloísa está debajo de un almendroAngelina o el honor de un brigadier, Cuatro corazones con freno y marcha atrás, y probablemente alguna otra que ahora no recuerdo. Creo que no todas han envejecido igual de bien. Que lo que pudo estar bien en su época, mantenerse en forma en el tardofranquismo, quedaría hoy totalmente periclitado. Pero en general queda bastante apreciable. En cualquier caso, aun habiendo presenciado representaciones de sus obras, nunca había leído nada de él.

La obra que aquí nos ocupa aparece en las bibliografías del autor como «novela corta». Si la consideramos novela, hemos de advertir que es una novela dialogada. Y quizá debiera considerarse como un pequeño entremés teatral. Que argumentalmente está relacionado, precediéndola a la obra Los ladrones somos gente honrada, convirtiéndose en el prólogo a los dos actos que constituyen esta última.

Lo mejor de esta obrita es que es una mezcla de frescura y humor con una cierta amargura y pesimismo vital. El pesimismo, cierto estar de vuelta de la vida, lo aporta el ladrón de guante blanco que lidera el golpe que está a punto de producirse en la mansión donde se celebra la puesta de largo de una joven. La imaginación, la alegría de vivir, la pone una dama que, justo diez minutos antes de la medianoche, cuando debe comenzar el golpe, sale a la terraza donde espera el ladrón y entablan conversación.

A mí me ha gustado. Y me han entrado ganas de ver el conjunto para reevaluar mis impresiones sobre esta obra de Jardiel Poncela.

[Cine] The Seagull (2018)

Cine

The Seagull (2018; 42/20180911)

Esta es una de esas películas que vas a ver, incluso si la crítica, los medios y el público la hacen pasar desapercibida. Puntos a favor antes de ver estaa película de época:

  • Película de época pseudobritánica. Es americana, pero obviamente ha tirado de recetas británicas para la puesta en escena.
  • Basada en un obra de teatro prestigiosa, La gaviota de Anton Chléjov.
  • Con un reparto de campanillas con nombres como Elisabeth MossSaoirse RonanAnnette Bening,…
  • El resto del reparto menos conocido, pero de esos que aparecen en las teleseries y hacen que funcionen, incluso si sus protagonistas son unos petardos, que no es el caso en esta ocasión.

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No dispongo de fotos de Rusia, pero sí de lo que fue el Gran Ducado de Finlandia, que perteneció al Imperio Ruso en la época de Chéjov.

Definitivamente, no puedo recordar una película mala con estos mimbres. No todas serán memorables, pero malas tampoco. Así que nos dirigimos a ver este filme dirigido por Michael Mayer, que hasta ahora se había dedicado más bien a la tele.

La ambientación, en una dacha, más bien mansión, campestre en algún lugar de Rusia, a finales del siglo XX, irreprochable. En realidad, está rodada en Connecticut, pero da igual. El texto de Chéjov está respetado a medias. Es una adaptación, no es teatro llevado a la gran pantalla. Hay diálogos precisamente trasladados, otros no. Pero en general se respeta bastante el original, aunque no en la puesta en escena. Chéjov utilizó recursos a la hora de representar la obra muy innovadores, que aquí quedan diluidos. Pero la potencia de la historia original está ahí. La ingenuidad de Nina (Ronan), los celos de Irina (Bening), la amargura de Masha (Moss), el cinismo despreocupado de Trigorin (un inconmensurable Corey Stoll) y el despiste de Kostia (un todavía por hacer Billy Howle, pero que se lo curra). Ese momento clave en el que Trigorin anuncia, nos cuenta, lo que va a pasar con amable crueldad… la destrucción de la gaviota.

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Película que quizá no pasará a los anales del cine como una de sus grandes maravillas, pero que es perfectamente recomendable. Y de paso nos desasnará un poco sobre las obras interesantes de la literatura universal.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

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[Arte y fotos] Día de museo y paseo

Arte, Fotografía

Estamos en puente largo en Zaragoza. Hoy es San Valero, ventolero y rosconero, y estando en enero, el día es más largo que el día primero. Fiesta local. Dentro de un ratito saldré a pasear por la ciudad, tomaremos un aperitivo, y luego comeré con la familia. Cosas tradicionales desde hace años.

Pero ayer ya estuvimos de visita cultural. Recientemente ha habido renovación de exposiciones temporales en el IAACC Pablo Serrano y fuimos a conocerlas. Yo fui armado de la Leica ME con el pequeño y modesto gran angular Voigtländer Snapshot Skopar 25/4 MC. En unos días os comento algo más de él en el blog de fotografía. El caso es que vimos las exposiciones que fueron…

HNEGRA

Ilustraciones para una recopilación de relatos de género negro con personajes femeninos como protagonistas, saltándose los roles habituales atribuidos a las mujeres en este género. Hubiera comprado el libro, y algún otro en la recién estrenada cafetería-tienda del museo. Pero no admiten el pago con tarjeta. Es lo que tiene vivir en un país poco desarrollado. Otra vez será. O nunca.

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TRANVÍA TEATRO 1987 – 2017

No soy muy de acudir al teatro. Es una asignatura pendiente en mi vida cultural. Nadie es perfecto. Pero alguna cosa he visto en estos 30 años de vida de esta compañía tan de aquí. Me pareció curiosa la exposición. Y me hizo gracia comprobar que, efectivamente, las actrices se quitan años.

PLAIN HAPPY – FELICIDAD ABSOLUTA: SERGIO MURO

El autor se preocupa por el impacto negativo de las nuevas tecnología en la comunicación entre humanos. Parcialmente de acuerdo en las tesis que presenta, no deja de despedir un cierto tufillo anticientífico/antitecnológico con el que no estoy del todo de acuerdo. Posmodernidad pura y dura. De todas formas, reconozco que me gustó bastante de todos modos. Y es que no tienes por qué estar de acuerdo con el artista para admirar su obra. Me pasa con otros. Y como digo, mi discrepancia sólo es parcial.

TARDE DE PASEO

Aunque tenía que hacer a última hora de la tarde, la meteorología de este domingo ha sido tan espléndida que cogí la cámara que he mencionado antes y me di un amplio paseo. A ver si me cansaba un poquito. Físicamente hablando. Descubrí que el sensor de la cámara necesita una importante limpieza… pero aparte de eso, lamentar no haber tenido tiempo para aguantar hasta la puesta del sol para buscar mejores fotografías.

[Cine] Birdman or (The Unexpected Virtue of the Ignorance) (2014)

Cine

Birdman or (The Unexpected Virtue of the Ignorance) (2014); vista el viernes 9 de enero de 2015.

Inicio esta entrada con el aviso habitual; cuando conservo el título original en inglés es porque he visto la película en versión original subtitulada en castellano. A veces porque el título no es traducido en la versión doblada, pero no es lo usual. En este caso, habitualmente conoceremos la película símplemente como Birdman, en ambas versiones, aunque lleva ese subtitulo que en la versión española queda como Birdman: La inesperada virtud de la ignorancia. O algo así.

Hemos empezado el año con cierto frenesí cinematográfico, y estamos saliendo a dos películas por semana. Ahora, cuando escribo esta entrada, ya tengo en mente la nueva película que vimos ayer, y que comentaré en unos días. Considero que el dejar pasar unos días, dejar reposar las impresiones, es algo bueno de cara al comentario que pueda hacer. Es como si mi opinión madurase un poco más. En esta ocasión, reconozco que a priori no tenía mucha información sobre lo que iba a ver. Así que iba con pocos prejuicios. Sabíamos que este título está sonando en quinielas diversas de la temporada de premios, que su director, el mejicano Alejandro González Iñárritu nos viene ofreciendo títulos muy interesantes aunque no siempre de fácil digestión, y que el reparto mezclaba una serie de nombres, algunos de ellos prometedores, otros capaces de lo mejor, pero también de alguna decepción.

Nos habla la película de cómo una vieja del cine de acción, Riggan (Michael Keaton), que encarnaba 20 años atrás a un superhérore de nombre Birdman, tras un largo bache quiere reivindicar su condición de actor y alcanzar un cierto prestigio personal y profesional adaptando para un teatro de Broadway el relato corto de Raymond Carver «What We Talk About When We Talk About Love«. Pero la preparación y los ensayos con vestuario y público están siendo una catástrofe y lo están llevando al borde de la paranoia, en forma de las voces que oye de su antiguo personaje de ficción. Tendrá problemas con Laura (Andrea Riseborough), una de las actrices con la que tiene una relación y que pudiera o no estar embarazada, con el otro actor protagonista, Mike (Edward Norton), capaz de lo mejor o de montar un caos con su carácter o sus ideas propias. Deberá velar por su rebelde hija, Sam (Emma Stone), que está como su ayudante, pero que acaba de salir de un programa de desintoxicación y rehabilitación por consumo de drogas. E incluso eventualmente tendrá que afrontar a su exmujer, hacia quien tiene sentimientos complejos, Sylvia (Amy Ryan), que los visita constantemente. A lo que hay que añadir la ansiedad continua por su necesidad de que la obra sea un éxito.

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Estamos en Nueva York, en el entorno de Broadway, la 42 y el conjunto de calles que conforman la élite de la escena neoyorquina y norteamericana.

 

Habría mucho que comentar sobre este filme, y no tengo mucho tiempo. Para empezar, en el plano técnico, es una película compleja rodada en forma de un falso plano-secuencia que abarca todo el metraje del filme. Gran mérito en la concepción y en el montaje, y aunque las transiciones puedan ser evidentes en algunos casos, lo cierto es que dado que la acción abarca varios días o semanas, y es necesario incluir las convenientes elipsis. Todo ello viene ayudado por un guion que ha de tener una precisión milimétrica para favorecer el trabajo de todo el equipo. El trabajo en lo que es la concepción de la historia y su traslación audiovisual, con una potente banda sonora basada en la percusión, es muy sobresaliente.

Luego está el interés de la propia historia. Es una historia sobre las gentes del mundo de la interpretación, el cine y el teatro. Es una historia que, aunque de forma sutil, mete profundamente el dedo en el ojo de las modas de las dos últimas décadas del cine de acción, especialmente de superhérores, basadas en la pirotecnia y la presencia física de sus intérpretes, pero hueco por debajo de esto. No olvidemos que Keaton encarnó varias veces a Batman en los años 90, y que también a sido un intérprete con altibajos, muy capaz, pero con bodrios a cuestas. También hay autorreferencias en el personaje de Norton, al propio carácter de este brillante actor, pero que se ha ganado la fama de difícil en algún rodaje.

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Un paisaje que se nos ofrece durante la película de diversas formas, como un marco, como un paisaje, pero también a veces como una amenaza que se cierne sobre los protagonistas.

 

Y es que en definitiva, si ya hemos hablado de las virtudes de la realización de esta película, se quedaría coja si no fuera por el excelente trabajo del conjunto de su reparto. Los protagonistas están todos a gran nivel, con interpretaciones intensas pero matizadas. Entre los secundarios brillan todas las actrices, que tienen papeles secundarios pero importantes, especialmente Emma Stone, sobre la que me pregunto cuándo le van a ofrecer ese papel que demuestre claramente que es una de las mejores actrices de su generación, aunque en este momento haya otras que brillen más en el firmamento de Hollywood. O los más discretos pero eficientes trabajos de Riseborough o Ryan (esta mujer cada vez me gusta más como trabaja). Sólo Naomi Watts queda a un nivel más discreto, también con un papel que permite un menor lucimiento.

He de decir que después de un mes de diciembre flojo, y del conservadurismo y la falta de riesgo de algunas de las propuestas vistas en las últimas semanas, véanse aquí en un ejemplo que tiende a la mediocridad y aquí en otro que tiene más empaque, es como una bocanada de aire fresco presenciar un trabajo currado, que toma riesgos, aunque bien medidos, y que tiene algo que contar y sobre lo que reflexionar sobre los temas que trata. Yo salí bastante satisfecho de la sesión.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: *****
  • Valoración subjetiva: ****

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En cualquier caso, es un paisaje que ejerce todo su poder de símbolo de una forma de entender el espectáculo, la cultura y el «business» que los acompaña.

 

[Cine] August: Osage County (2013)

Cine

August: Osage County (2013), 11 de enero de 2014.

Esta película fue vista en versión original subtitulada en castellano; por ello, conservo su título original en inglés. En la cartelera española es posible encontrarla con el título en español escuetamente traducido como Agosto.

Hace unas semanas vimos el avance de esta película en el cine. No nos llamó para nada la atención. Especialmente por la presencia en el reparto de Julia Roberts, actriz que nunca me ha convencido mucho, salvo alguna que otra honrosa excepción, y cuyos paso por el departamento de «chapa y pintura» tampoco le han hecho mucho bien. No sé por qué, pero aquel avance no era fiel en absoluto a la película que nos hemos encontrado. De hecho, esta película no figuraba entre nuestras prioridades. Pero en los últimos días, conforme se acerca el momento de hacer públicas las candidaturas a los óscars, se había comentado bastante sobre el buen trabajo del reparto de este filme. Y además, en este fin de semana, tampoco le ha tocado competir con otros estrenos especialmente atractivos.  Así que al final decidimos acercarnos en una sesión tempranera a ver esta película de John Wells. ¿Quién nos iba a decir que nos iba a sorprender tan gratamente? Os lo cuento.

Nos encontramos, como indica el título en un caluroso mes de agosto, en el condado de OsageOklahoma, en las Grandes Llanuras de Norteamerica. En casa de los Weston vive el matrimonio, muchos años juntos ya. El, Beverly (Sam Shepard), un poeta de cierto éxito, alcohólico. Ella, Violet (Meryl Streep), una matriarca de fuerte carácter, sufre un cáncer en la boca, avanzado, y es una adicta consumidora de fármacos y drogas. Tras trae a casa a Johnna (Misty Upham), una nativa de una reserva cercana, como ayuda en la casa, Beverly sale a navegar con su barca y ya no volverá. Aparecerá ahogado. Con motivo del funeral se reunirá toda la familia. Por supuesto, las tres hijas del matrimonio. La mayor, Barbara (Julia Roberts), casada con Bill (Ewan McGregor), y con una hija de catorce años que les trae de cabeza por haberla encontrado formado hierba en alguna ocasión. La mediana, Ivy (Julianne Nicholson), una discreta mujer, soltera/solterona, la única que vive en la proximidad de sus padres. La pequeña, Karen (Juliette Lewis), viene de Florida, donde vive en una aparente estado de falsa juventud perpetua y superficialidad, con su último novio, su «prometido», el vividor Steve (Dermot Mulroney). Y también la familia de la hermana de VioletMattie Fae (Margo Martindale), con su marido Charlie (Chris Cooper) y su apocado hijo, Little Charles (Benedict Cumberbatch). El funeral y la comida posterior será el catalizador para que salgan a la luz todas las disfuncionalidades y miserias familiares.

Llanos en Retascón

Como por aquí cerca no tenemos unas «grandes llanuras» tan grandes como en los US de América, nos conformaremos con los llanos de Retascón, que a la caída de la tarde no están mal.

Adaptación de una obra teatral del mismo título de Tracy Letts, que alcanzó un gran éxito tanto en Broadway como en Londres, como en adaptaciones a otros idiomas en diversas partes del mundo, nos encontramos con un tipo de película que a mí siempre me ha gustado mucho. Recuerda mucho a las adaptaciones de las obras de Tennessee Williams, en las que los papeles femeninos, frecuentemente con desequilibrios mentales de diverso tipo, las drogas, el alcohol, en ambientes muy agobiantes, con el calor como coprotagonista en muchas ocasiones, son una constante. Quién no recerda La gata…Un tranvía…De repente…, Dulce pájaro… Muchos de los elementos de estas obras se encuentran en esta nueva adaptación de una obra de teatro. Obras que tienen mucho que ver con la ruptura de cadenas, o de vendas en los ojos, que descubren las miserias de la especie humana, y dan una oportunidad de redención a sus protagonistas. Unas veces aprovechadas, otras no.

Wells consigue desde mi modesto punto de vista ponerse a la altura de sus ilustres antecesores. Nos proporciona la introducción adecuada, y luego, sin prisa pero sin pausa nos va desarrollando con habilidad el espléndido material dramático de origen, de modo que nos dejan sentados y atados a la butaca, casi sin respirar hasta el final de la película. Un final en el que sabemos que las cartas están encima de la mesa, en el que ya nadie puede autoengañarse sobre lo qué es su vida o hacia donde se dirige o hacia donde no, aunque nos quede la duda sobre quienes o en qué circunstancias podrán o sabrán salir de sus agujeros personales.

Ocaso

Especialmente si pillas un bonito atardecer de verano con los campos de cereales recién segados.

Para que una obra de este tipo funcione, es absolutamente imprescindible un elenco de nivel, y a ser posible en estado de gracia interpretativa. Y esto es lo que tenemos aquí. Más allá del histrionismo que quizá se pueda achacar en algunos momentos a Streep, de cuya calidad nadie puede dudar, el peso fuerte de la historia recae sobre una Roberts, curiosamente considerada como actriz de reparto y no protagonista en las cosas de los premios, que olvidada su condición de «novia de América«, para la que ya no tiene ni edad ni físico, se pone el mono de trabajo, madura, y nos muestra de todo lo que es capaz, que no es poco. Lo considero prácticamente una reconciliación con una actriz que ya he dicho pocas veces me ha convencido. Pero es que la cosa no queda así. Es notorio que la veterana Martindale es una actriz de fuerte carácter, tremendamente eficaz, y lo vuelve a demostrar haciendo un papelón con su personaje secundario pero fundamental. Y me maravilla la contenida pero fenomenal interpretación de Jualianne Nicholson, una actriz poco considerada hasta hace poco, pero que en poco tiempo le he visto en trabajos muy interesantes. El resto, con papeles menos vistosos y destacados, están todos muy eficaces, mostrando la tremenda profesionalidad y el gran acierto a la hora de montar este reparto.

Parece ser que esta es una película que puede tener candidaturas en distintos eventos de la temporada de premios, pero que no parte como favorita en casi ninguna categoría ni convocatoria. Aunque claro… que Meryl Streep haya sido candidata a los Globos de Oros en la categoría de mejor actriz en película ¡¡¡COMEDIA O MUSICAL!!!,… pues da la idea de lo atinados que son los que montan los premios estos, o la atención que ponen a la hora de ver las películas. En cualquier caso, me llama la atención el relativo ninguneo, porque de lo que he visto ha sido de lo mejor. Y en algunos aspectos, sobre todos los interpretativos, lo mejor. Considero que es una película imprescindible, sobre la que no entiendo muy bien por qué está pasando desapercibida con respecto a otras producciones, ciertamente notables y más vistosas, pero no necesariamente de tanta calidad. A mi me ha impresionado mucho. Y lo que es más. Con el paso del tiempo, el recuerdo y la reflexión, las buenas sensaciones aumentan. Hay que verla.

Valoración

  • Dirección: **** Muy buen trabajo de Wells, aunque con la ventaja de manejar un material teatral de primera clase.
  • Interpretación: ***** Como conjunto, lo mejor que he visto en los últimos tiempos. No sólo sus protagonistas.
  • Valoración subjetiva: *****  Con ganas de verla otra vez; es de la que estás convencido que en segundas visualizaciones recuperas detalles que se te habían perdido.

Luna llena

Y si mientras el sol se pone, una hermosa luna llena aparece por el lado opuesto.

[Fotógrafo] Estrellas de la escena londinense según Angus McBean

Fotografía

Estaba ayer por la tarde mirando unas cuestiones sobre cine en internet, y me encontré con una bonita fotografía de Vivien Leigh y Laurence Olivier, matrimonio que fueron en la vida real, de la película Fire Over England, cuando todavía no estaban casados. Y me recordó por su estilo a las fotografías de un maestro de la fotografía inglesa que retrató a muchas de las grandes figuras de la escena londinense, británica en general, con un estilo muy personal y con no pocos toques surrealistas. Un maestro no del todo reconocido, eclipsado por otros, y maltratado por las leyes homofóbicas británicas que imperaban en los años 40. Lo descubrí en un libro que compré en la FNAC de Lisboa, The Photographs of Angus McBean, hace ya un par de años. Como el propio título del libro indica, se trata de Angus McBean.

El libro viene a ser un resumen de lo que fue buena parte de la obra del fotógrafo galés. Principalmente, fue fotógrafo de teatro, y dentro del teatro, de la obras de Shakespeare. Comenzó casi por casualidad, cuando a mediados de los años 30 le encargaron que hicieran las fotografías para una obra a punto de estrenarse, en la que actuaban una joven y desconocida actriz, Vivien Leigh. Desde aquel momento, la retrataría en casi todas las obras de teatro que la actriz interpretó en el West End londinense. Al fotógrafo se le deben muchos de los mejores retratos de una mujer de por sí bendecida por una belleza elegante y característica. Su estilo innovador de plasmar las imágenes relacionadas con el teatro, le hicieron abrirse camino en este ámbito por el que es principalmente conocido. En el libro también se incluyen imágenes relacionadas con el mundo de la danza y la ópera, que no sería más que una variante de lo anterior, ampliado a todas las artes escénicas, y retratos de personalidades del mundo de la cultura.

Pero el estilo innovador que he señalado antes, y probablemente el motivo de que este fotógrafo me guste tanto, es el carácter surrealista de muchas de sus imágenes, especialmente en sus primeras épocas. En ocasiones, sus retratos son montajes claramente surrealistas. Unas veces realizados en postproducción y otras planificados para el momento de la toma. Siempre con un dominio de la técnica espléndido, un maestro de la iluminación sutil, y de la composición elegante que sabe sacar lo mejor de la personalidad de la persona retratada.

Tuvo su momento malo cuando durante la guerra mundial coincidió que tenía su estudio en Bath a no muchos metros de un edificio militar oficial. Y fue denunciado por las fiestas que daban con otros hombres y jóvenes, juzgado y condenado por su homosexualidad. Estuvo un par de años en prisión. Afortunadamente, la farándula le perdonó, si es que había algo que perdonar, y volvió a su actividad de fotógrafo del mundo del teatro, aunque quizá con un estilo menos arriesgado. Pero con fotografías igualmente bellas. Fueron muchos los actores, actrices, cantantes de ópera, bailarines y otras personalidades que pasaron delante de sus cámaras. Incluso The Beatles fueron clientes suyos, y a su autoría hay que atribuir alguna conocida portada de sus discos.

Fotos de Angus McBean si buscamos en Google.

Angus McBean Gallery.

En la National Portrait Gallery.

Y todo esto, a propósito de una fotografía en la que aparecía Vivien Leigh, que cada vez la considero más una de mis favoritas… En todos los aspectos.

Música recomendada

Hoy… The Beatles, el álbum Please, Please Me, con la foto de McBean… «listen, do you want to know a secret?… do you promise not to tell?… uouo oh oh» .

Leicester Square

Leicester Square, en el West End londinense, donde se representaban muchas de las obras teatrales para las que fotografiaba McBean; aunque parece que las fotos se hacían en otros lugares, incluso fuera de Londres - Fujifilm Finepix F10

[Música/teatro/TV] The Infernal Comedy

Arte, Música, Televisión

Estas últimas semanas, en Canal+ Xtra están programando diversas óperas. En representaciones que se pueden considerar de especial interés. Me las pongo a grabar, y cuando encuentro tiempo y motivación las veo. Hasta ahora llevaba dos; La Traviata y Turandot. Para mí, la ópera sigue siendo una asignatura pendiente. Sigue sin engancharme. Pero intento desasnarme un poco sobre el tema. Eso sí, en televisión de alta definición, que es mucho más bonito.

La semana pasada, al repasar la programación de los próximos días, vi que anunciaban un par más, Norma, que tengo pendiente, para no sé cuando porque son casi tres horas, y algo que no tenía ni idea de qué era que se llamaba The Infernal Comedy. Pues resulta que esto último no ha sido una ópera. Y me ha parecido interesante. Os lo cuento.

The Infernal Comedy (Confessions of a serial killer) es una obra escénica en la que participa un actor, John Malkovich, dos sopranos y una orquesta barroca, la orquesta de la Wiener Akademie, con instrumentos de época. En ella Malkovich representa a Johann «Jack» Unterweger, un asesino en serie que mató a un cierto número de prostitutas. Fue condenado en una primera ocasión en 1974 por asesinato, pero fue liberado aduciéndose su total recuperación. En los siguientes meses tras su liberación, mató a la mayor parte de sus víctimas en su Austria natal y en otras partes del mundo. Fue nuevamente condenado a cadena perpetua sin posibilidad de redención, pero se ahorcó en su celda el día de la sentencia sin que la condena llegase a ser efectiva.

El actor, en una serie de monólogos entre los cuales intervienen la orquesta con distintas piezas musicales, así como las sopranos que representan a las víctimas, nos va relatando la vida y los posibles sentimientos del criminal, al mismo tiempo que emite una crítica a las circunstancias sociales que rodearon los crímenes. Todo ello en el marco de una supuesta presentación del libro con la biografía del criminal, que lleva el título de la representación.

Lo cierto es que el programa, perfectamente grabado para la televisión, con una calidad de imagen excelente y un sonido razonablemente bueno (las sopranos no siempre se escuchan bien) me ha parecido muy interesante. Y espero que sigan programando iniciativas de este tipo. Lo encuentro muy recomendable. Y más entretenido que las óperas convencionales.

Eso sí. Se emite sin doblajes, con los monólogos en inglés (con acento austriaco), y subtitulada al castellano. Muy bien. La emisión corresponde a la grabación de una de las representación ofrecida en julio de 2009 en el teatro Ronacher de Viena.

Recomendación musical

En un enlace anterior se puede acceder al repertorio de piezas musicales de la obra. Pero entre todas ellas, yo me quedo con un aria de Beethoven, que no pertenece a ninguna ópera, y que me ha gustado especialmente. Se trata de Ah, perfido, y el enlace que os pongo lleva a la interpretación que de esta aria hace Maria Callas.

Volksoper

Son numerosos los teatros dedicados a las artes escénicas y musicales en Viena; en la imagen, la Volksoper - Panasonic Lumix LX3