[Cine] The Phoenician scheme (2025)

Cine

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Buscaremos las geometrías y las simetrías visuales que gustan a Wes en las calles y plazas de Trapani, Sicilia.

The Phoenician scheme (2025; 25/20250601)

Llegó la llamada «fiesta del cine», que no es otra cosa que unos días en los que las salas bajan mucho el precio, generalmente en una época del año en la que la afluencia de público al cine es muy baja, para hacer caja basada en la cantidad de gente que va esos días a las salas de cine. Pero suele coincidir con épocas del año en que la calidad de la cartelera está floja. Y también, al menos en Zaragoza, se modifica la misma. Y, por ejemplo, se eliminan sesiones en versión original o se ponen a horas imposibles para quienes tenemos que madrugar por nuestra actividad laboral. Así que lejos de ser una fiesta, que celebre el cine auténtico y de calidad, y premie a los que lo mantienen con su fidelidad a la salas, es una operación de mercadotecnia que premia a los que no tienen especial interés por el cine como expresión artística y sólo van al cine coyunturalmente y si lo ponen a precio de saldo. Fenomenal. A pesar de ellos, nos hemos apañado para ver un par de estrenos.

El primero de ellos es la última película de Wes Anderson. Un director que, hasta no hace mucho, tenía mucho tirón para nosotros. Películas que aunaban interesantes propuestas temáticas y argumentales con una excelencia visual, muy personal, que nos generaba mucha satisfacción. Pero en los últimos tiempos veníamos notando que la preocupación por las cuestiones estilísticas y visuales ha ido en aumento, mientras que los temas y las historias han ido en detrimento. En esta ocasión, una comedia con tonos de suspense y acción, en el que un millonario (Benicio Del Toro), acompañado de su hija (Mia Threapleton), últimamente extrañada de él, y un profesor de entomología noruego (Michael Cera) intentan arreglar un trama que busca el derrumbe de un entramado comercial y empresarial, como consecuencia del cual muchas personas pueden sufrir. Y así nos embarcamos en una especia de road movie, aunque en lugar de coche, el viaje se realice en avión, mientras que, ante nuestros ojos, en un reparto muy coral, desfilan un gran número de nombres bien conocidos del mundo de la interpretación, unos con más prestigio que otros, pero todos de más o menos relumbrón (Willem Dafoe, Rupert Friend, Tom Hanks, Charlotte Gainsbourg, Mathieu Amalric, Scarlett Johansson, Bill Murray, Hope Davis, Benedict Cumberbatch).

Quizá en esta ocasión Anderson no abusa tanto de su obsesión por lo visual… que también está. Pero aunque la película es aceptable, entretenida incluso, está muy lejos de la emoción que suscitaban sus películas más interesantes y destacadas. El enorme número de intérpretes que pasan por la pantalla más o menos caracterizados, no ayuda… distrae más bien. Este tipo de películas corales pocas veces me convencen. Difuminan el trabajo interpretativo, cuyo principal mérito parece estar en la presencia de los nombres más que en el trabajo del intérprete. Aunque buenas maneras se perciben aquí y all

Dicho lo cual, la película se deja ver. Sin más. Los fanáticos de la estética de Anderson se quedarán satisfechos con su dosis periódica de la misma. Los menos partidarios de este tipo de cine, sin embargo, tampoco creo que se vean atraídos por la propuesta, que cojea del planteamiento general. Como les ha pasado a tantos directores que fueron muy punteros en un momento dado, parece que se está quedando un poquito vacío de ideas. Y su nombre en la cartelera empieza a despertar menos nuestro entusiasmo. Es lo que hay.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: ****
Valoración subjetiva: ***

[TV] Cosas de series; el riesgo de «perderse»… o de «perdidos»

Televisión

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Bosques en el valle de Funes, en los Dolomitas italianos. Representan los bosques y los lagos de uno de los episodios importantes de la serie que comento hoy.

Si hay algo que me aterra cuando se anuncia una nueva serie de televisión, es que nos «amenacen» con ser la nueva Perdidos, o la «sucesora» de Perdidos. Durante unos años fue frecuente… ahora no tanto, pero de vez en cuando se da. Y yo tiemblo de pavor. Pero echemos la vista atrás. Echemos la vista 20 años atrás. Ahí es nada. Parece que fue ayer.

Lost (Perdidos) fue una serie que impactó. Surgió en lo que se ha llamado la era de oro de las series de televisión. Esos años en los que la calidad de las series de televisión se incrementó notablemente, tanto en sus guiones, como en sus interpretaciones, como en su producción o su forma de rodar. Se acercaron muchísimo a ese concepto de cine en serie. Y además, con muchas series mejorando considerablemente la calidad de muchas películas cinematográficas de éxito, ya que coincidió con el auge de los superhéroes y las sagas interminables de franquicias llenas de secuelas, a cual menos original y con menos calidad. Ahí surgió Lost. Si la serie comenzó en septiembre de 2004, llegó a España en la primavera de 2005. Y tras los muchos comentarios de amigos y conocidos, me agencié aquella primera temporada, la fui viendo, y me encantó.

Hemos de recordar aquí un concepto importante en el cine, que popularizó Alfred Hitchcock, aunque lo formuló uno de sus guionistas británicos, Angus MacPhail, el macguffin (la Wikipedia española atribuye el término a Hitchcock, pero es errónea). El macguffin es un recurso argumental que nos sirve para poner en marcha la acción y el recorrido de los personajes en la obra de ficción. Pero que es intrascendente por sí mismo. Podría ser cambiado por otro, y la película, o la novela, o la serie, sería en esencia la misma. Porque lo que realmente importa es la peripecia. El suspense, la angustia, las dificultades, que sufren o han de superar los héroes de la acción, y que se trasladan al espectador. Yo me familiaricé con el término, y con su significado, al leer las El cine según Hitchcock de Truffaut. Uno de mis libros sobre cine favoritos.

Lo importante del concepto del macguffin es que rompe con muchos moldes sobre la forma en que vivimos y valoramos la obra de ficción. Deja de ser importante el objeto, y lo único importante es el sujeto; el camino del héroe. O, en ocasiones, el villano. Digamos héroe desde un punto de vista genérico, el protagonista de la acción y con el que el espectador se identifica. Con quien sufre… y de paso disfruta. Esto también hace que se rompa la importancia de la estructura de la narración, y esta admita estructuras diversas, ya que lo que nos atrapa es el estado emocional del héroe durante la aventura, sea cual sea esta. Si lo observamos bien, todas las películas de Indiana Jones son lo mismo, da igual que el macguffin sea el Arca de la Alianza, el Santo Grial, la Calavera de Cristal, la lanza de Longinos, o el mecanismo de Anticitera. Lo que nos divierte, cuando la película está bien engranada en su guion y en su desarrollo, es la peripecia de Indiana y sus relaciones con el resto de los personajes. Lo mismo podríamos decir de Bond, James Bond, de la Flota Estelar de la Federación, de la Alianza Rebelde, o del tostón de los superhéroes de Marvel. Estos últimos la cagan cuando dedican un porcentaje no despreciable del tiempo de la película a «explicar» qué puñetas es el teseracto cuando es algo que importa un rábano. Por cierto, en el mundo real, un teseracto es un hipercubo o cubo de cuatro dimensiones. A veces se denomina así a la proyección de esta figura geométrica en el espacio tridimensional, por ejemplo, el Gran Arco de la Defense en París.

En Lost hay un desencadenante inicial, el accidente el accidente del vuelo 815 de Oceanic Airlines, y un gran macguffin, la isla y sus misterios. Mientras que lo que importa en la serie es la peripecia de los náufragos del accidente, la serie es estupenda. Cuando de repente empieza a tener importancia lo que es la isla y sus misterios, desde mi humilde punto de vista, la serie se convierte en un tostón horrible, que llega a ser insoportable, y los personajes con los que sentía empatía y con quienes «sufría» empiezan a caerme mal y a importarme un rábano lo que les pase. El gran mal de tantas producciones de acción de Hollywood, cine o series de televisión, dar importancia a lo que es accesorio, y olvidarse de contar una buena historia, intentando disimular la ausencia de esta con paranoias y fuegos de artificio. Por ello, los candidatos a ser la nueva Perdidos… me aterran.

Algunos comentaristas han calificado una de las mejores series de Apple TV+, Severance, como una de las nuevas Perdidos, y quizá por ello no le presté atención al principio. Afortunadamente, tras leer numerosos artículos alabándola, procedentes de fuentes serias, le di una oportunidad a la primera temporada… y abrí los ojos. Por fin una serie que, conceptualmente, está construida sobre un fenomenal y enorme macguffin; la separación de una persona en dos personalidades distintas, una en el puesto de trabajo y otra fuera del puesto de trabajo. Con una puesta en escena absolutamente maravillosa desde el punto de vista conceptual y visual, con unas interpretaciones muy notables, y con unos guiones de una precisión milimétrica, nos encontramos con un mundo distópico digno heredero de las visiones de Orwell en 1984, o de Terry Gillian en la no suficientemente valorada Brazil. Una obra que nos sumerge en la alienación del ser humano como elemento productivo de las grandes empresas, convertido en una pieza más de una cadena a la que, en muchas ocasiones, no se le ve sentido, y con unas políticas laborales que tratar de anular la personalidad propia del individuo para asimilarlo al idea del trabajador, del miembro de una sociedad.

Al comenzar su segunda temporada es cuando temía que reventase la serie si sus creadores se dedicaban a «explicar» los elementos que rodean a los personajes, cuando esta «explicación» es superflua. Da igual. Lo que sigue importando es la peripecia de los personajes. Especialmente, cuando se rebelan contra la pérdida de la individualidad, especialmente acusado entre la personalidad que trabaja en la gran empresa. Esa rebelión, en la que reivindican su derecho a pensar, a amar, a decidir… de acuerdo o en contra de su personalidad exterior, e intentando superar la distopía empresarial, es lo importante. De momento, la serie no sólo no ha sufrido el sindrome de Perdidos, sino que nos ha ofrecido algunos episodios absolutamente absorbentes, de una calidad cinematográfica superior, con interpretaciones más que notables. Y, una vez más, con unos guiones y una realización milimétricamente planificadas, sin que nada falte ni nada sobre. Llega un momento en que sus episodios son dignos de verse, y disfrutarse, incluso aislados del resto de la serie. Son así de buenos. Que siga.

[Cine] Following (1998)

Cine

Following (1998; 08/20250213)

Las series de fotografías que ilustran las entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie.

Desconozco exactamente cuál fue la ocasión, pero hace unos días se estrenó en salas de cine el primer largometraje que realizó Christopher Nolan, hoy en día, director tan celebrado. Incluso por mí. Un largometraje que casi parece un mediometraje, 70 minutos, estrenado en 1998, y realizado con cuatro perras. Rodado en blanco y negro con una cámara de 16 mm, y con un reparto que más parece el grupo de amigos de Nolan que otra cosa. De hecho, algunos de ellos, incluido el protagonista, se dedican a otras cosas y sólo han participado en las películas del director inglés. En cualquier caso, nos entró la curiosidad y fuimos a verla. No nos arrepentimos. No será un obra maestra, pero realmente tiene chicha y es interesante. Unos 27 o 28 años tenía Nola cuando la rodó. Los ha habido más jóvenes a la hora de realizar su ópera prima.

La cosa va de un tipo (Jeremy Theobald), un escritor que no ha publicado y sin inspiración, que se entretiene siguiendo a la gente por la calle. Un día sigue a una guapa mujer (Lucy Russell). Y del lugar donde entró, salió un tipo (Alex Haw) al que siguió. Más de una vez. Y fue descubierto. En ese momento entra en una extraña dinámica de entrar en casas ajenas sin interior necesariamente de robar, aunque puedan llevarse algún objeto. Al mismo tiempo que descubre que la mujer es amenazada por un mafioso que fue su amante. Su vida se va a complicar notablemente.

Película de suspense, casi de inspiración hitchcockiana, en la que las cosas nunca son lo que parecen. Además, Nolan no cuenta la historia de forma lineal. Siempre le ha gustado jugar con el tiempo, tanto de la cronología del universo de sus películas, como de la cronología interna de la propia película. Rodar la película en blanco y negro, y con una medio, el 16 mm, en el que debe renunciar a la nitidez de otros formatos, le permite, y le obliga, a jugar con el expresionismo de luces y sombras. Así como el encuadre, más agobiante, del formato 4:3 usado en la película. Los intérpretes, para ser medio profesionales medio aficionados, cumplen con su cometido. Lo fuerte de la película es el guion, bastante bueno, y la realización de autor.

No es un gran peliculón como ya he dicho. No es esa ópera prima que consiguen otros directores y que supone ya el patrón por el que se juzga el resto de su obra. Pero es sin duda una película que empieza a marcar las ideas con las que Nolan se va a mover a lo largo de su carrera. Y la historia tiene su interés. Se deja ver sin ningún problema, incluso como mero entretenimiento. No sé si durará mucho en cartelera… un momento que lo consulto,… sip, en Zaragoza continúa por tercera semana. Por si os interesa. De todos modos, que en el mes de febrero, cuando se suelen exhibir películas de las que optan a premios, estemos hablando de una película de estas características resulta raro, ¿no?

Valoración

Dirección: ****
Interpretación: ***
Valoración subjetiva: ***

[Libro] Invisible – Paul Auster

Literatura

El 30 de abril de este 2024 falleció el escritor norteamericano Paul Auster (1947-2024) a los 77 años de edad, como se suele decir eufemísticamente «tras una larga enfermedad», o sea, de cáncer. Estos eufemismos siempre me remiten a un ensayo de Susan Sontag, La enfermedad y sus metáforas, un texto que marcó de forma considerable mi forma de enfocar me profesión cuando apenas estaba comenzando mi recorrido en la misma. Sontag también falleció «tras una larga enfermedad». El caso es que a lo largo de los últimos 20 años leí varias obras de Auster, que en general me gustaron bastante. Y siempre he celebrado alguna de sus trabajos en el mundo del cine, aunque siempre más como guionista que como director.

En ese contexto, poco después de su fallecimiento apareció la novela que hoy nos ocupa de oferta en mi tienda habitual de libros electrónicos. Y por supuesto la compré, y me puse a ella. Poco antes de viajar a Japón. Este es uno de los libros, cuyo comentario me salté por adelantar uno (o dos) de los que leí como consecuencia del viaje. Y como es frecuente en las obras de Auster, nos traslada a Nueva York, donde encontramos a un joven estudiante universitario, que tiene un encuentro con un excéntrico francés, adinerado, y con su ligue del momento. El francés le propondrá un negocio editorial que supondrá su lanzamiento en el mundo laboral y empresarial. Y en una ausencia del adinerado mecenas, mantendrá una relación con la joven. Pero cuando vuelva el francés, un hecho delictivo pondrá final a estas relaciones. Hasta que un día se traslade a París y vuelva a encontrarlos.

Ambientada en los años 60, los temas que impregnan la novela son de carácter ético. El joven se encuentra en una situación compleja en su vida. Universitario, su vida como tal está a punto de terminar, con el riesgo de ser llamado a filas, a la guerra del Vietnam. Se siente atraído por el mundo sofisticado, por las posibilidades que da el dinero, por una mujer más interesante por su personalidad y puesta en escena que por su físico. Y en concreto, se siente hipnotizado por las oportunidades que le ofrece el rico francés… al mismo tiempo que se horroriza por sus acciones, fuera de la moral convencional, y por lo que pueden representar sus actividades, supuestas, no realmente conocidas, en ese mundo hipócrita de violencia trasladada a otros países y otras sociedades que fue el mundo de la llamada Guerra Fría, tan caliente en muchos lugares.

No voy a decir que sea el libro que más me ha gustado de Auster. Pero me ha gustado, bastante. Tiene su emoción. Tiene sus dilemas éticos. Tiene las dudas sobre si lo que el joven vive es real o hay una parte de delirio, de paranoia. Es interesante también la estructura del libro, en tres partes. La primera, escrita en primera persona, transcurre en Nueva York y narra las relaciones en el triángulo entre el joven, el francés y la mujer. La segunda, escrita en segunda persona, es una especie de interludio, que marca en gran medida el destino del joven, y en el que relata el haber mantenido relaciones incestuosas con su hermana durante un verano. La tercera, escrita en tercera persona, por un antiguo compañero de la universidad, sobre las notas del protagonista, y narra su vida en París, y su relación con el francés, su prometida, la hija de su prometida, y las consecuencias. Hay una última parte en la que se reflexiona, tras la muerte del protagonista, lo que puede haber de cierto o no en la vida del protagonista. Y de fondo siempre tenemos la cuestión de la fiabilidad del narrador, de la confianza que nos merece, de su objetividad/subjetividad. Esta es una cuestión que cada vez me interesa más, analizar la subjetividad del narrador. Por ello, cada vez me interesan más la narraciones en primera persona, en las que por sistema dudamos de su fiabilidad. Interesante es ese interludio narrado en segunda persona, una forma curiosa en la que el propio narrador intenta mirarse a sí mismo como si fuera otro, como si lo que estuviera narrando le estuviera pasando a otro. Introduciendo todavía más dudas sobre la fiabilidad del propio narrador.

Como veis, no faltan elementos de interés en esta novela. Una novela que me interesó vivamente mientras la leía, que luego me produjo un bajón, porque su cierre me resultó hasta cierto punto insatisfactorio, pero luego ha ido creciendo de nuevo en la memoria. Y tened en cuenta que hace ya mes y medio largo que la terminé de leer. En fin, que como todo lo que he leído de Auster, me parece muy recomendable.

[TV] Cosas de series; la cara menos amable de los dramas surcoreanos

Televisión

La tendencia general de los dramas surcoreanos es que sean una mezcla de comedia y drama. Muchos de ellos son comedias románticas, con su puntito de drama para dar un poco de interés a los 16 episodios habituales de estas producciones. Uno de los problemas de muchas de ellas, porque 16 episodios de 70 minutos suelen ser claramente excesivos para lo que dan de sí sus premisas argumentales. Pero, aunque los veamos en plataformas de contenidos en línea, muchas de estas series se emiten en su país original en cadenas generalistas, muy sometidas a las necesidades comerciales y publicitarias. No obstante, existen otras producciones, más dirigidas a su emisión directa en plataformas de pago, con otros planteamientos. Menos episodios, de menor duración, y tramas más complejas, más adultas. Vamos con dos de estas… con distinta suerte en cuanto a su desarrollo y calidad.

Seonsan [선산, burial ground / lugar de enterramiento], se titula en inglés/español The bequeathed/El legado. A caballo entre el suspense psicológico y el género negro, nos habla de una profesora asociada de universidad (Kim Hyun-joo), de una escuela de arte, que es ninguneada en su entorno académico que le niega su promoción a profesora titular, y al mismo tiempo vive en un matrimonio que naufraga, con un marido infiel. Y en estas fallece un tío suyo que le lega unas tierras. Unas tierras que codicia una poderosa empresa para especular y hacer negocios de dudosa legalidad. Por lo que empezarán a surgir muertes en su entorno. Dos policías que tienen una relación peculiar por una tragedia en su pasado se encargan de llevar a cabo la investigación, pero con encontronazos y discrepancias.

La serie se puede ver en Netflix, y tiene unas premisas de partida que la hacían potencialmente interesante. Sin embargo, creo que no las explota suficientemente. Y creo que la pasividad de la que dotan los guionistas a los personajes, que se dejan arrastrar por las circunstancias más que moverse por las premisas de partida, hace que nos distanciemos de ellos. Que nos empiece a dar igual lo que les pase. Tampoco acaba de explotar en toda su potencialidad la torpidez de las relaciones familiares de su protagonista, una familia fuertemente disfuncional, incluso patológica. Tampoco aprovecha el potencial interpretativo de su elenco, que promete mucho, pero se queda a medias. Se deja ver. Especialmente porque sólo son seis episodios de 50 minutos de duración.

Más interés me despertó, especialmente en sus episodios iniciales, Ijae, got jukseumnida [이재, 곧 죽습니다, Yi-jae, vas a morir pronto], que en inglés/español encontramos como Death’s game/El juego de la muerte. Esta serie de ocho episodios de una hora de duración se puede ver en Amazón Prime Video. Una plataforma en la que últimamente estoy encontrando propuestas muy interesantes, y que recientemente ha incorporado a su catálogo un buen número de series del país asiático. Un hombre relativamente joven (Seo In-Guk) se sume en la desesperación porque, a pesar de su prometedora carrera académica, un desafortunado acontecimiento en la búsqueda de su primer trabajo lo sume en una dinámica de fracaso personal. Y se suicida. Por lo que la Muerte (Park So-dam) se coge un cabreo de mucho cuidado por que considera que se ha burlado de ella y le propone un juego. Volverá a la vida hasta en doce ocasiones, trasladando su alma a los cuerpos de 12 personas que van a morir. Si consigue sobrevivir y terminar alguna de sus vidas decentemente, tendrá una oportunidad en su destino trascendental. Si no… irá al infierno a un sufrimiento eterno.

El comienzo de la serie es muy dinámico, y entramos en una dinámica de una serie de acción, en la que las reencarnaciones se dan en personas que tienen todas alguna relación entre sí, y con los acontecimientos que vivió en su vida original. Hay un malo, unos no tan malos, y algunos inocentes. Pero en general, durante los seis primeros episodios se mueve en un terreno muy divertido, en el que no falta de vez en cuando el humor… un humor negro, como podréis comprender. Sin embargo, los dos últimos episodios pierden intensidad, puesto que entra en un terreno mucho más relleno de moralina y sensiblería melodramática. Globalmente me parece bastante recomendable. Y de hecho está muy valorada por el público… quizá no tanto por la crítica, por esas inconsistencias en el tono. Pero bueno… ya iremos hablando de la oferta de Prime Video.

[Cine] Xuányá zhīshàng 懸崖之上 [Cliff walkers] (2021)

Cine

Xuányá zhīshàng 懸崖之上 (2022; 60/20221127)

Con un título en mandarín que viene a significar Al borde del precipicio, no muy distinto en sentido del que han dado a la película para su distribución internacional, nos llegó hace unos días a la cartelera española una de las últimas películas del prestigioso director chino Zhang Yimou. Más prestigiosos por su pasado que por su presente, lleno de flirteos con los mandamases del régimen dictatorial del gigante asiático (y mundial). Pero siempre Zhang siempre ha tenido oficio a raudales, y una sesión matinal de domingo, una de las escasas en versión original que se han podido disfrutar en Zaragoza, fue una excusa perfecta para acercarnos a este trabajo.

Situada la acción en los años 30 del siglo XX, cuatro agentes del Partido Comunista Chino llegan desde la Unión Soviética para lanzarse sobre Manchukuo, la república títere de los japoneses en el nordeste de China. Su objetivo es liberar a un espía que ha sido detenido y que tiene conocimiento sobre los tejemanejes que los japoneses se llevan en este territorio. Pero hay topos que pondrán en riesgo su misión, que acabará siendo la de sobrevivir entre las numerosas trampas que les tenderán en las calles de Harbin.

No he visitado Harbin… Shanghái tendrá que ser.

Vayamos a lo positivo en primer lugar. El diseño de producción, la fotografía, el sonido… todos los apartados técnicos, así como algunas de las facetas artísticas de la película son de primer orden. Algo que era de esperar. Un director que ha demostrado de sobra sus capacidades para mover abundantes recursos en espectáculos visualmente muy atractivos, en el cine y en otras áreas, no falla. Ya he mencionado los buenos términos en los que parece estar con el régimen político, así que financiación no le faltará. Y además, cuenta con un reparto, desconocido en estos lares, pero evidentemente de gran solvencia interpretativa. Mucho positivo.

Pero se pierde en las formas, ya que estas están al servicio de una historia que ya hemos visto, y que se ve mejor servida de un tratamiento argumental austero, incidiendo en los aspectos psicológicos del riesgo de los protagonistas. Vamos. Que lo que necesita es a Hitchcock para el suspense con un poco de Wilder para la acción y el ingenio. Pero Zhang opta por elaborar una trama complicada en la que no es difícil perderse, con un exceso de dispersión en subtramas para cada grupito de personajes que pululan por la peligrosa Harbin. Y esto hace que al final te quedes con la sensación de que hay mucho ruido para pocas nueces.

Se ha acusado a la película de ser un objeto propagandístico del régimen chino, glorificando a los valientes y osados agentes del PCCh contra las fuerzas fascistas… Y sí,… por qué no. Pero eso sucede con el 95 % de las películas bélicas y de espías de las cinematografías mundiales, incluidas la de los Estados Unidos. Glorifican lo propio y convierten en villanos a los enemigos de forma simplona y descarada. Incluidas muchas de las grandes películas de la historia de cine. Oye tú… que Casablanca fue concebida como película propagandística en tiempos de guerra. Por supuesto, los villanos de la historia son los japoneses. Porque objetivamente hablando, los japoneses hicieron barbaridades en Manchuria. Aunque no aparecen en el filme. No sé si no querían sacar a gente hablando en japonés, o no hubo nadie en Japón dispuestos a participar, pero entiendo que los malos que aparecen en la película son el ejército y las fuerzas de seguridad chinos del gobierno títere de Manchukuo.

En fin… ¿es recomendable? Pues no está mal. Se deja ver. Pero podría haber sido mejor.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Libro] Como un espectro / Miao Dao – Joyce Carol Oates

Literatura

Este es el segundo libro que dedico este año a las novelas cortas de Joyce Carol Oates. Dos de ellas reunidas en un único volumen. Ya hace unos meses, a primeros de junio, leí otra edición similar de dos novelas cortas. Aquellas estaban dedicadas a dos mujeres que se ven metidas en unos misterios que emparentar con la Rebecca de Du Maurier, pero con una visión más moderna, más actualizada, y más feminista. Y eso que en la novela de Du Maurier había más chicha de lo que parecía a este respecto. En la pareja de relatos que traigo hoy, nos vamos a introducir en el ámbito del… ¿realismo fantástico? ¿terror? Hay que reconocer que Oates es una escritora polivalente, camaleónica, que se adapta perfectamente a cualquier género para contar su mensaje, y sin olvidar enganchar al lector con historias atractivas.

Comencé a leer estas novelas cortas en el último tramo de mi viaje al sur de Francia, y las terminé de leer poco después de regresar. Elijo por lo tanto algunas fotos del día más lluvioso del viaje para ilustrar estas desasosegantes historias.

En el primero de los dos relatos que componen este volumen seguimos las andanzas de una estudiante de una universidad de algún lugar de la costa este de los Estados Unidos. Estudiante dedicada y modélica, poco destacada desde un punto de vista físico, vive angustiada por el posible embarazo como consecuencia de una relación con un joven profesor que después de unos breves encuentros la ignora. Todo ello en épocas de abortos clandestinos. La aparición de prestigioso poeta sexagenario puede procurar alivio a la joven… o no. Sobre todo porque quizá su punto de vista de la realidad esté un poco desviado…

Una jovencita preadolescente vive angustiada en un entorno familiar en la que el padre/marido les abandonado por otra mujer y otra familia, y por los abusos que sufre por parte de algunos compañeros del colegio. Y las cosas no mejoran cuando su madre se case con un tipo, aparentemente simpático, pero que le dirige unas miradas preocupantes. De fondo… misteriosas muertes empiezan a producirse en el vecindario.

Oates sigue analizando las complejas relaciones de las mujeres con los hombres, en los que estos tienen un papel dominante o determinante en las vidas de estas, especialmente en la medida en que estas se lo permiten. Como ya he comentado en otras ocasiones, Oates es feminista. Pero no se anda con paños calientes a la hora de atribuir a las propias mujeres una buena dosis de responsabilidad sobre sus problemas. Y todo aderezado con unas historias inquietantes, agobiantes en ocasiones, dignas del mejor suspense de Hitchcock, con finales que pueden sorprender al lector que no ha estado atento a los detalles y a las metáforas del texto.

Joyce Carol Oates es una autora prolífica, diversa, y siempre recomendable. Y si bien estas dos novelas cortas no destacan tanto como otras obras más conocidas o prestigiadas de la autora norteamericana, no por ella dejan de estar a una buen altura. Siendo además una lectura que se acomoda bien a un viaje o a una tarde de mal tiempo para salir a caminar. Especialmente si el tiempo es tormentoso y agitado…

[Cine] Los renglones torcidos de Dios (2022)

Cine

Los renglones torcidos de Dios (2022; 49/20221007)

Correría el año 1985 o 1986. Yo estudiaba quinto de medicina, curso en el que con aquel plan de estudios se trataba la asignatura de Psiquiatría. Una compañera de clase con la que en aquel momento mantenía una muy buen relación, de amistad, me recomendó encarecidamente un libro de Torcuato Luca de Tena,… el libro en el que se basa la película que traigo hoy a colación. Luca de Tena no es un autor que me atrajese. Vinculado a la prensa partidaria de la dictadura fascista, se reconvirtió como tantos otros en reformista de la noche a la mañana, presentándose como demócrata de toda la vida. Pero algunos dudábamos de estas conversiones ideológicas tan oportunas desde las filas del fascismo. De todas formas, no conozco la minucia de la biografía de este periodista y escritor y puedo estar siendo injusto; pero es lo que sentía o pensaba entonces. En cualquier caso, aquella compañera insistió tanto que acepté el préstamo del libro. Cuando compro un libro soy consciente de que hay una probabilidad del 10 % de que no termine de leerlo. Pero cuando me lo prestan me fuerzo a leerlo. Y aquel lo leí entero. No fue un sacrificio. Era de fácil lectura y razonablemente ameno. Pero…

El hospital psiquiátrico donde sucede la acción de la película de hoy está situado en algún lugar de Castilla… así que ilustraré la entrada con estampas de la castellana ciudad de Ávila.

Desde muy niño estoy familiarizado con los hospitales psiquiátricos. Manicomios los llamábamos en los años 60, centros de rehabilitación psicosocial en la actualidad. Una familiar cercana, con secuelas de una meningitis, en los años de posguerra inmediata, acabó ingresada de por vida en el psiquiátrico de la Diputación Provincial de Zaragoza, actualmente en la red del Servicio Aragonés de Salud. Y sistemáticamente íbamos a visitarla cada quince días desde que tengo memoria y hasta que falleció. Por lo tanto, asistí en directo, como espectador, cada dos semanas, a la evolución en estos centros. En un primer momento, cuando unas monjas de la orden de Santa Ana nos recibían con aire serio y, a los ojos del niño que yo era, amenazante, en un lugar donde no había libertad de movimientos para los pacientes a los que nunca veías, salvo a tu familiar que llevaban a un comedor donde la veíamos y le dábamos de merendar. Más adelante, en los años 70, se abrieron los pabellones, y empezamos a conocer por sus nombres a los pacientes, sobre todo mujeres por estar nuestra familiar en un pabellón femenino, que siempre nos pedían tabaco. Y hablaban con nosotros. A lo que llegué a la adolescencia, yo tenía normalizado el trato con estos enfermos, gracias también a la espontaneidad de mi madre con ellos, y nunca me produjeron ningún tipo de miedo o reparo. Simplemente, estaban enfermos. Aun se abrieron más, los pacientes salían del hospital y pedían tabaco a los paseantes. Estoy simplificando mucho… pero no voy a enrollarme más con los cambios de fondo que hubo. La atención a estos pacientes cambió. Siempre ha sido un caos… en el fondo,… eso lo aprendí como profesional de la medicina y la administración sanitaria, pero cambió. Al fin y al cabo, durante once años ocupe el puesto de director de un pequeño hospital en el que albergábamos alguna unidad de salud mental, aunque no fuera un hospital psiquiátrico. El caso es que cuando leí el libro, me pareció entretenido, pero irreal. No se ajustaba a mi experiencia de lo que era uno de estos hospitales.

Ya hubo una adaptación cinematográfica en 1983, cuatro años después de la publicación del libro, antes de que yo lo leyera, realizada en Méjico, que yo no he visto. Pero en 2022 nos llega la adaptación dirigida por Oriol Paulo, y protagonizada por Bárbara Lennie y Eduard Fernández, entre otros, y no dejó de entrarme la curiosidad, por lo que nos fuimos a verla. Además había alguna reseña sobre pases a periodista que parecía ponerle buena nota. Lennie es una actriz a la que siempre he respetado, especialmente desde aquella excelente película en la que hablaba poco y expresaba mucho. Y Fernández tiene una trayectoria más que respetable, con enormes cantidades de oficio. Y así vimos como planteaban el dilema sobre si Alice Gould (Lennie) estaba afectada de un delirio indicativo de un trastorno mental grave o se era víctima de una conspiración para despojarla de su fortuna.

El chasco fue monumental. La película es un pastiche en el que se mezclan todos los tropos propios del género de centros psiquiátricos, con préstamos (o robos) de las películas más emblemáticas del género. Castigos físicos a los enfermos, jaulas para los rebeldes, electroshocks, enfermeras de faz antipática casi terrorífica, un reparto de pacientes que parece un calco, a veces caricaturesco, del «cuco«. Por no hablar de la clara inspiración del «corredor» en el planteamiento inicial; el profesional que se hace pasar por enfermo para destapar un misterio. Desde luego, un hospital no creíble para 1979, fecha en la que se sitúa la acción de la película, un dislate con el fin de producir una película de misterio, con dosis de terror o suspense cutre, rodada con medios, pero sin sentido. Ni siquiera las interpretaciones, a cargo de un reparto tan solvente, se sostienen.

Sinceramente… no recomendable. Y cada vez sospecho más de los comentaristas de cine españoles cuando hablan de películas nacionales. Como si hubiera un acuerdo para llevar espectadores a las salas sea como sea la calidad de la película. ¿Estaré yo delirando y viendo conspiraciones donde no existen?

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: **
  • Valoración subjetiva: **

[Libro] Un lugar desconocido – Seichō Matsumoto

Literatura

Tercera novela que leo de Seichō Matsumoto, un escritor japonés de crimen y policiaca, que me parece muy entretenido, y que suele tener más profundidad, bastante más, que la mayor parte de los escritores de este género. No obstante, parece que asocio estas novelas con las vacaciones. Y esta última novela de las que he leído de este autor también ha caído durante mi escapada festiva a Múnich hace poco más de un par de semanas. Si la segunda que leí sitúa la acción en los años 50 y la primera que leí nos traslada a los años 60, en esta ocasión nos hayamos ya en los años 70, y la gente ya viaja en tren bala en la línea Tokaido. Los trenes aparecen siempre de una forma u otra, con mayor o menor importancia, en las novelas de Matsumoto, o por lo menos en las que he leído hasta ahora. Y por eso ilustro la entrada con algunas fotografías de «mis» trenes japoneses.

¿A que son monos los «Haruka» que hacen el servicio ferroviario desde Kioto al aeropuerto internacional de Kansai pasando por Osaka, con su librea de «Hello Kitty»?

Matsumoto centra su relato en esta ocasión en un funcionario de lo que sería un ministerio de agricultura y alimentación del gobierno japonés. Un hombre con las características que se atribuyen a este tipo de trabajadores en el País del Sol Naciente. De unos cuarenta años o poco más, muy trabajador, muy dedicado, priorizando muchas veces su trabajo y su difícil carrera dentro de la función pública frente a los que el traductor llama «funcionarios de carrera» que supongo que son los formados para cuadros medios o directivos, altos funcionarios, al estilo de los diplomados en la ENA francesa, perteneciendo él a los funcionarios que entran por la base y van ascendiendo por méritos y antigüedad muy lentamente. En un viaje de trabajo a Kansai, es localizado en un restaurante, donde le comunican que su esposa, algo más joven, ha sufrido un ataque al corazón y ha fallecido. Ya había presentado problemas con este órgano con anterioridad. Tras los funerales, presenta sus respetos a las personas que atendieron a la esposa en el fatal evento. Y le empiezan a entrar dudas de qué pasó en realidad. Y qué tipo de vida llevaba en realidad su discreta esposa, sin hijos, dedicada a la casa y actividades artísticas. Y comenzará una investigación sobre la doble vida de su mujer con consecuencias inesperadas para él.

Esta es una novela que se cocina a fuego lento. Aunque cuando coge carrerilla se acelera en una difícil y deslizante pendiente para el asesino. Porque hay un asesino. Pero hasta muy avanzada no sabremos quién es asesinado, quien lo asesina y si será o no descubierto. Siendo una novela policiaca, uno de los detalles más notables es que la policía no aparece en la práctica en todo el relato, salvo de lejos y esporádicamente. El relato acompaña y sigue el punto de vista del viudo, así como sus reacciones ante sus descubrimientos.

El planteamiento del libro es muy original. Como en los libros anteriores del autor, además del misterio criminal, hay expone a crítica tanto a la institución matrimonial como a la cultura y modos del servicio público, funcionarios y otros empleados públicos, en Japón. Con diferencias marcadas, pero también con similitudes, con el que podamos tener en España… del que algo ser por ser empleado público yo mismo. Un libro que te acaba atrapando. No es una whodunit (¿quién lo hizo?), pues sabemos perfectamente quién es el asesino desde el momento en que se produce el crimen, aunque no lo voy a desvelar aquí. Es una obra de suspense que bien podría haber adaptado al cine Alfred Hitchcock en el que el misterio es si el asesino quedará impune o no, siempre desde la perspectiva del relativamente patético Tsuneo Asai, el protagonista de la novela. Muy recomendable.

[Cine en TV] Blow the man down (2019)

Cine

Blow the man down (2019; 18/20200403)

Buscando desesperadamente estrenos interesantes de cine en las plataformas de vídeo bajo demanda, encuentro una recomendación sobre esta película de suspense que nos aporta Amazon Prime Video. Dirigida a dos manos por Bridget Savage ColeDanielle Krudy, que son también las guionistas, veremos lo que depara lo que ha sido definido como «Fargo» pero a la orilla del mar.

Es indudable la influencia de la obra maestra de los Coen en este drama que se sitúa durante el invierno en una pequeña ciudad pesquera de Maine, aunque no es la única influencia que se observa. Las hermanas Conolly, Priscilla «Pris» (Sophie Lowe) y Mary Beth (Morgan Saylor), se han quedado huérfanas al morir su madre, y con problemas económicos. La mayor, Pris, se contenta con seguir su vida llevando el negocio familiar, una pescadería. La pequeña, Mary Beth, querría estudiar y conocer mundo. Pero una desafortunada noche de duelo mal llevado por parte de esta lleva a que alguien, Gorski (Ebon Moss-Bachrach), muera de malas maneras, y las dos hermanas se vean metidas en un lío complejo. Y a partir de ahí surgirán los secretos insospechados que guarda la población. Especialmente la relación entre la difunta madre de las chicas, la «madame» del burdel local (Margo Martindale) y otras mujeres de cierta edad que por ahí pululan.

No he estado en Maine,… ni en Nueva Inglaterra en general, salvo que alguien considere la ciudad de Nueva York como parte de Nueva Inglaterra en la actualidad. Pero los paisajes de los puertos pesqueros del sur de Gales servirán para ambientar esta entrada marinera.

He de reconocer que cuando terminé de verla anoche y me fui a dormir, no me había llevado una impresión muy allá de una película correctamente realizada, correctamente interpretada, pero que tampoco parecía aportar mucho más. Sin embargo… ahora que voy pensando en ella mientras escribo esto, reconozco que al menos me entretuvo. Y que, probablemente, si uno la ve con el estado de ánimo adecuado y un buen nivel de atención, comprobará que tiene más guiños en la trama y más miga de lo que parece.

Todo eso no la convierte en un peliculón precisamente, ni de lejos. Pero a lo mejor le podéis dar una oportunidad. Vosotros veréis de qué otros entretenimientos disfrutáis durante el «confitamiento» domiciliario.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine] Ruben Brandt, Collector (2018)

Cine

Ruben Brandt, Collector (2018; 29/20190522)

Se nota que estamos en mayo, uno de los meses más flojos en cuanto a cartelera cinematográfica, que presagia un mes de junio más flojo todavía. Luego llegarán las películas de entretenimiento para el verano, que ya veremos cuales son y qué calidad nos ofrecen. Eso, varía. Pero de momento tenemos que bucear con cuidado en la cartelera para encontrar algo que merezca la pena o esa pequeña joya relegada por los intereses comerciales a un estreno discreto, pero que realmente tiene calidad cinematográfica. Y en una semana en la que, a priori, parecía que iba a ser imposible encontrar un hueco para acudir a las salas de cine, esto sucedió, y nos dispusimos a ver una particular propuesta del cine de animación dirigida por el húngaro Milorad Krstic. Película húngara, pero diálogos en inglés, y un ambiente internacional, con una historia que nos lleva a recorrer el mundo y, en especial, el mundo del arte.

Aunque la acción transcurre por todo el mundo, dedicaremos las fotografías de la entrada al país donde se ha producido y realizado, a mi último viaje, allá por el 2010, a Hungría.

Ruben Brandt (Iván Kamarás) es un psicoanalista que atiende los problemas psicológicos de algunos de los delincuentes de guante blanco más eficaces que se dedican a robar grandes obras de la historia del arte de los principales coleccionistas y museos. Entre ellos, la bella Mimi (Gabriella Hámori), a la que encontramos al principio de la película en una secuencia introductoria, llena de acción y diversión, siendo perseguida por el detective Mike Kowalsky (Zalán Makranczi/Csaba Márton), tras robar el abanico de Cleopatra en el Louvre, mientras se dirigía a robar un gran diamante. Porque su problema es que, independientemente de que sea ladrona, padece de cleptomanía… Pero la historia principal deriva de la obsesión de Brandt desde su infancia por una serie de obras de arte de renombre internacional. Y la decisión de sus principales pacientes de robarlas para él. Pronto, la policía, Kowalsky y la mafia irán tras la pista y las huellas de Brandt y su peculiar banda de ladrones.

Película compleja y apasionante, con una animación de alto nivel, con constantes referencias a la historia del arte contemporáneo, especialmente al cubismo y otras tendencia de esa época, que al mismo tiempo es una cinta de persecuciones, de transfondo surrealista y psicoanalista, con una historia que podría haber sido firmada por el propio Hitchcock. Personajes interesantes y originales, que generan empatía e interés en el espectador, y unas cuantas escenas de acción realmente divertidas.

Sin embargo, no consigue más valoración de mi parte porque el guion está un tanto enmarañado. Quizá, preocupados sus responsables por los aspectos estilísticos y por la virguería en la animación, descuidan una mejor cohesión de las distintas partes de la historia, quedando el conjunto un tanto confuso. No obstante, me parece un largometraje, no excesivamente largo, bastante recomendable, especialmente para los amantes del cine de animación.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

[Libro] D’entre les morts (Sueurs froids)

Literatura

Hace poco más de un mes, en el marco de las actividades de la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza AFZ dedicamos un sábado por la mañana a un taller sobre la imagen subliminal en las obras cinematográficas, dirigido por José Barrena, a propósito de una de las películas consideradas como una de las mejores obras maestras de la historia del séptimo arte, Vertigo [Vértigo (De entre los muertos) en España] de Alfred Hitchcock.

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Buena parte de la primera parte de la novela que nos ocupa hoy transcurre en el París de «la drôle de guerre». Así que pasearemos fotográficamente por la capital francesa.

Durante el taller se comentó algo que yo sabía en tiempos, pero que había olvidado casi por completo. La película es una adaptación de una novela de Boileau-Narcejac (Louis Boileau y Pierre Ayraud «Thomas Narcejac»). No es la única novela de esta pareja de escritores que se ha llevado a la gran pantalla. Otra de ellas, Celle qui n’était plus, dio lugar a una célebre versión francesa y otra bastante menos afortunada norteamericana. Esta última se conoce más a menudo por el título de su adaptación cinematográfica francesa, Les diaboliques. La que hoy nos ocupa es la obra original en la que se basó la obra de Hitchcock, cuyo título original es D’entre les morts (De entre los muertos), pero que con frecuencia, y es el caso de la versión electrónica que he leído, ha aparecido reeditada con el título Sueurs froids (Sudores fríos), que es el título que recibió la película cuando se estrenó en Francia.

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Básicamente, la historia es la misma que la película, pero con el ambiente original en la Francia de la Segunda Guerra Mundial. Tiene dos partes. La primera transcurre en la primavera de 1940. Estamos al final del periodo de la guerra mundial denominado la drôle de guerre. Francia y Alemania llevan en guerra desde hace ocho meses, pero apenas se han producido algunas escaramuzas o enfrentamientos menores. París vive la euforia de una presunta victoria. Un abogado que había trabajado para la policía, pero que abandonó tras un incidente que provocó la muerte de un compañero por sufrir un cuadro de vértigo, es contratado para vigilar a su mujer que tiene un extraño comportamiento. Pero conforme se acerca el momento del comienzo de los duros combates de mayo de 1940, la situación personal de los protagonistas se complicará. En una segunda parte, en 1944, con la guerra todavía en marcha pero con Francia liberada, el abogado protagonista recorrerá el sur de Francia hundido por los acontecimientos anteriores, pero en busca de un fantasma que ha creído ver en un noticiario bélico en el cine.

He de decir que la novela no tiene una gran extensión. Y comencé a leerla muy animado, hasta el final de la primera parte. La continuación se me atragantó un poco y me ha costado terminarla. El desenlace tiene una variante importante sobre la película que muchos conocen. Quizá más coherente. Aunque la novela dentro del género literario me parece muy inferior a la posición que la película tiene dentro del género cinematográfico. Estamos ante un caso en el que Hitchcoch sacó oro de una obra original que, aunque digna y que puede gustar, no parecía dar tanto de sí.

He satisfecho mi curiosidad. Misión cumplida.

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