[Televisión] Cosas de series; finales de temporada, familias enrolladas, familias vengativas y anécdotas neoyorquinas

Televisión

Una nueva tanda de finales de temporada. Tres. Lo que venga ya después serán cierres ocasionales de temporadas de las series con pocos episodios por temporada y que comenzaron su emisión a finales del invierno o a principios de primavera. De hecho, uno de los cierres de temporada es de esos. Pero los otros dos, son de los pesos pesados de la ficción seriada en la televisión estadounidense. Dos productos totalmente distintos pero de gran éxito.

Pero empecemos por lo más anecdótico.

Don’t Trust the B—- in Apartment 23 (temporada 1)

Por si a alguien no le queda claro b—- es bitch. Y se traduce por el calificativo cariñoso hacia mujeres que no nos caen bien del todo por su conducta, perrazorra. Como para los americanos es una palabra mal sonante, pues no la ponen explícitamente en el título, aunque a nadie le queda duda de qué palabra es. Pura hipocresía.

Esto es una comedia de situación que estuve a punto de abandonar a la primera. Pero las comedias de situación son muy socorridas para rellenar un rato tonto. Y la seguí. Sus puntos claves son sus dos personajes claves y alguno de sus personajes secundarios. De sus personajes clave, la que podemos considerar protagonista por el número de minutos que aparece en pantalla es June (Dreama Walker), una pazguata, remilgada e histérica que fue el principal motivo para querer abandonar esta serie. Luego está la protagonista espiritual, Chloe (Krysten Ritter), que fe el motivo por el que persistí. Una individua sin escrúpulo alguno que se dedica a abusar de todo y de todos los que se encuentran alrededor y que permite a la anterior ser su compañera de piso. Es el personaje que da salero a la serie. Y luego está James Van Der Beek, el protagonista de Dawson’s Creek, que hace de sí mismo, pero como en un universo alternativo. Entre algunos detalles de Chloe y el surrealismo de las escenas de Van Der Beek salvan a la serie de ser del montón. Y lo que hará que después de esta breve temporada de siete capítulos, la siga viendo al año que viene. Salvo que humanicen a Chloe. Entonces irá a la basura, seguro.

Modern Family (temporada 3)

Desde el episodio piloto, esta comedia de situación es una de las absolutamente imprescindibles en mi cartelera televisiva. Con ese reparto coral en el que todo el mundo es protagonista en algún momento, y en el que todos demuestran estar a la altura, gracias a unos guionistas capaces de imaginar las mejores situaciones y los mejores diálogos. Qué se podría resaltar de esta temporada…

El fallido intento de Claire (Julie Bowen) de meterse en política para poner una señal de stop,…

La interacción fraternal entre Alex (Ariel Winter)Haley (Sarah Hyland), cada vez más divertido, con aquel profético «algún día tus admiradores servirán el café a mis admiradores» de Alex a su hermana mayor,…

Luke (Nolan Gould) ese taruguillo demostrando que a su padre Phil (Ty Burrell) no hay quien le gane a tarugo. Que es el mayor tarugo del universo televisivo actual, con la única competencia de algún personaje de 30 Rock que son otra cosa,…

La frescura que una Lily (Aubrey Anderson-Emmons) más crecidita ha introducido al matrimonio de Cameron (Eric Stonestreet)Mitchell (Jesse Tyler Ferguson),…

El tremendo cliffhanger que nos ha dejado en bandeja la divertidísima Gloria (Sofía Vergara), que nos va a dejar tremendos momentos en la próxima temporada…

Escoged lo que queráis. Esta comedia está un escalón por encima de todas las demás. Un gran escalón.

Revenge (temporada 1)

Si hubiese tenido que escribir esta reseña hace una semana, antes de ver el último capítulo de la temporada, el tono y el contenido de la misma habrían sido muy distintos. De hecho, para poder escribirla con coherencia, no me queda otra que desentrañar alguno de los elementos finales de ese final de temporada, así que como diría mi querida River Song,…

Hello sweeties! Spoilers!

Al principio de la temporada, este culebronazo me parecía la sucesora y  la actualización del concepto que nos trajo en los años 80 Falcon Crest. Con dos novedades fundamentales. La producción de esta serie es de bastante buen nivel, alejada de ciertos tonos casposillos que acompañaban a aquel culebrón. El traslado de California a los Hamptons le ha sentado bien a la fórmula. La segunda, es que si en aquella la malicia, astucia e inteligencia de la Angela Channing (Jane Wyman), la reina absoluta de la serie, no tenían rival, en la actual a la «reina»  Victoria (Madeleine Stowe) de los Hamptons, le aparece una contrincante, la joven Amanda Clarke/Emily Thorne (Emily VanCamp) que está claramente a su nivel.

Pero superado el inicio «procedimental» en el que cada episodio consistía en una demostración de las mañas vengativas de Emily contra uno de los que arruinaron la vida de su padre, pronto la trama se serializó, e inició una serie de arcos argumentales, unos más conseguidos y otros menos, pero que nos han mantenido pegados frente al televisor a pesar de la profunda sensación de guilty pleasure que nos produce un culebrón a estas alturas de la vida.

En una serie tan tramposa como esta, en la que los guionistas se sacan de la chistera constantemente los elementos que necesitan para que el enredo sea superior y mantener la tensión, no merece la pena analizar estos arcos argumentales. Que sean como quieran, lo importante es que nos diviertan. Bien es cierto que la mayor parte de los personajes son de tal cariz que merecen que los apiolen en un momento dado en otro. Pero no los que importan. Y hasta ahora los que importan eran VictoriaAmanda/Emily, y el Grayson por excelencia, Conrad (Henry Czerny). Tampoco hay que desdeñar el buen trabajo de un personaje secundario, el de Lydia (Amber Valletta), un guadiana que siempre ha aportado interés a la trama.

Pero en el cuarto de hora final, y al ritmo del Seven Devils de Florence + The Machine, nos han puesto la serie patas abajo. No ha habido un cliffhanger, no. Cuidado con lo que leéis a continuación.

Nos aparece la zarrapastrosa de la auténtica Emily (Margarita Levieva) preñada, supuestamente del soso de Jack (Nick Wechsler).

La insoportable de Charlotte (Christa B. Allen) se toma un bocadillo de pastillas al comprobar que es una cretina y que nadie le hace caso, como es normal, para desesperación de su padre que no es su padre.

Apiolan a Victoria y a Lydia en un accidente aéreo y, aunque está por ver si es así, esto supone un cambio de reglas tremendo. Sobre todo porque la presencia de Madeleine Stowe era uno de los puntos más fuertes de la serie.

Una desesperada Amanda/Emily que se había ido calmando en sus deseos vengativos, ve como todo el plan se desmonta, y encima se entera de que su madre está viva y puede ser responsable de muchas de estas cosas. Esto puede ser indicativo claro de que la Stowe está fuera y nos van a traer a otro mala de nivel.

En cualquier cosa, con sus tremendos defectos y sus no pocos aciertos, nada me impedirá comenzar a ver la segunda temporada de este guilty pleasure hasta comprobar que derroteros toma. Porque está por ver si puede sobrevivir a determinados cambios o si puede mantener el ritmo y tensión de la primera temporada.

Paso de cebra

Veremos que pasos dan en un futuro las seres que ahora se van a descansar hasta el próximo otoño; estaremos al tanto.

[Fotos] El paseo por los Bañales y el caballito, en versión fotografía de antaño

Fotografía personal

Pues sí. Cuando estuve en el yacimiento arqueológico de Los Bañales hace un par de semanas, también me lleve la Yashica Mat 124G, cargada con un carrete de Ilford XP2 Super. El caso es que poco a poco le voy cogiendo el tranquillo al aparato, y las fotografías van quedando más nítidas y más equilibradas. Realmente, el formato cuadrado es una gozada. Tienes que pensarte mucho más como encuadras, pero tiene más potencial gratificador. Es una realimentación de acciones y sensaciones positiva. Los principales peligros vienen de las aperturas de diafragma amplias, en las que la profundidad de campo es escasa, y hay que pensarse bien donde enfocamos, y en las velocidad de obturación justitas, que pueden dar lugar a imágenes trepidadas. Tengo que ser menos perezoso con el trípode.

Os dejo con algunas de las imágenes, así como del caballito del minutero de La Lonja, donde gaste los fotogramas que me quedaban del carrete.

Macellum

Los Bañales – Macellum.

Camino

Los Bañales – Camino.

Acueducto

Los Bañales – Campos de cereales y acueducto.

Acueducto

Los Bañales – Acueducto.

El caballito del minutero

Caballito del fotógrafo minutero de la Lonja de Zaragoza, Ángel Cordero.

[Historia / exposiciones] La curiosa historia de los alemanes del Camerún en Zaragoza

Arte, Historia

Este es un pasaje de la historia de mi ciudad, Zaragoza, que yo no conocía. Que había elementos en la ciudad que indicaban una cierta vinculación con Alemania, era obvio. ¿Qué pinta un cementerio alemán en Torrero, junto al cementerio para todos? Muchos lo han asociado a la «visita» de la Legión Condor a la ciudad durante la Guerra Civil, porque además se abrió durante este nefasto episodio de nuestra historia. Pero me constaba que el uso de este camposanto iba mucho más allá de esto.

El caso es que en el Centro de Historias hay una exposición que incluye fotografías, objetos y narraciones sobre las peripecias de estos tres centenares de alemanes que se vieron obligados a dejar las tierras del Camerún, donde tenía el Reich Alemán establecida una colonia, por las visicitudes de la Primera Guerra Mundial. El caso es que fue gente que se estableció en Zaragoza y han dejado su recuerdo. Os dejo algunas fotos de la exposición.

Fotos y postales de la época

Fotografías y postales que los exiliados alemanes se trajeron de las tierras camerunesas.

Monedas indígenas

Monedas de madera usadas por los indígenas de aquella parte de África.

Una auténtica Cruz de Hierro

Alguno de los exiliados recibió por su desempeño en la campaña camerunesa la Cruz del Hierro, la principal condecoración alemana en tiempos de guerra.

Gramófono con disco "Die Nacht von Zaragoza"

El disco de este gramófono contiene un tango en alemán titulado «Die Nacht von Zaragoza; «La noche de Zaragoza». Se desconoce si fue motivado por la vinculación germano-maña, o simplemente al compositor le pareció que Zaragoza era lo suficientemente exótica como para escribir un apasionado tango que transcurriese aquí.

Salchicas Kurtz

Yo he comido salchichas Kurtz, claro. Negocio de cárnicos debido a la iniciativa de uno de los alemanes establecidos en estas tierras. Aunque nos comenta Rosa Rivera, descendiente familiar de Alfonso Kurtz, que este empresario llegó a España por otras vías, y no con el contingente de alemanes exiliados del África occidental.

También visité la pequeña exposición del Espacio Tránsito del Centro de Historias que bajo el nombre de Utsuroi presentan los artistas Vicky Mendiz (de Zaragoza) y Shino Hisano (de Sapporo).

Utsuroi

Detalle de una de las obras expuestas en Utsuroi.

[Cine] Los niños salvajes (2012)

Cine

Los niños salvajes (Els nens salvatges, 2012), 25 de mayo de 2012

Lo cierto es que cuando este viernes me propusieron ir al cine por la tarde, no supe muy bien qué contestar y qué película ver. La cartelera parece estar entrado en el letargo veraniego, con estreneos poco vistosos y poco interesantes. Aunque parecía haber cierta unanimidad en los medios críticos sobre las bondades esta película sobre adolescentes de Patricia Ferreira. Directora de la que sólo había visto una película en tiempos en pantalla grande, El alquimista impaciente, que me pareció de factura correcta pero fría de emociones, y que no me hice estar alerta a futuros estrenos de esta realizadora. Y otra en televisión que  tampoco me llamó la atención en exceso. El problema también de la crítica española hacia las películas de esta nacionalidad es que últimamente dudas bastante de su parcialidad. Da la impresión de que están conchavados con los productores y directores de cine para ver si entre todos consiguen llevar a la gente a la salas. Y ofrecen una visión más optimista de lo que corresponde de los filmes. Estrategia muy peligrosa, porque la gente se escama, y acaba por rechazar por definición el producto hispano. En fin.

Esta película nos transporta a un barrio de Barcelona. No cutre necesariamente. Al entorno de un instituto en el que conviven adolescentes de familias trabajadores y clase media profesional. En las primeras escenas, a propósito de una algarada nocturna entre adolescentes que hacen botellón en una plaza, nos presenta a los tres protagonistas de la película. Tres adolescentes de quince años, compañeros de clase. Está Alex (Àlex Monner), algo brutote, muy directo, relativamente conflictivo en el instituto, su pasión es el dibujo y la pintura, y los expresa realizando grafitis por la ciudad. Sus padres llevan un bar, que está de capa caída. Está Gabi (Albert Baró), su padre tiene un gimnasio, y el chico practica kick-boxing, y confía en llegar a competir. Tiene la presión de su padre detrás para ello, pero su confianza en él está cuestionada porque el chico sabe que le es infiel a su madre. Y finalmente está Laura «Oki» (Marina Comas), una chica de familia media con posibles, con un padre que basa todo en el dinero, y con una madre muy egoista que pretende hacer a su hija a su imagen y semejanza.

Carrer d'Elisabets

No son los suburbios de Barcelona lo que tengo más fotografiado de esta ciudad; pero sí el centro, como esta escena en el Carrer d’Elisabets.

Pronto comprendemos que la historia nos la están contando en flashbacks a partir de los relatos que los dos chicos hacen a unos interrogadores que no conocemos. Suponemos que pueden ser policías. Algo ha pasado con Oki. Las escenas del tiempo actual las vemos en colores cálidos, muy saturados, mientras que el grueso de la narración el pasado está rodado con colores más fríos, insaturados. Y así poco a poco conoceremos qué cosas preocupan a los chicos, de su pequeños éxitos y de sus habituales fracasos, y de cómo al final algo ha sucedido, y la chica está desaparecida.

He de decir que la historia en su conjunto es interesante. Otra cuestión es si el planteamiento de la misma es el correcto. Durante buena parte del filme tengo la sensación de que la directora juega al despiste. En un momento dado, parece estamos ante una película de carácter social, que busca adentrarse en los problemas de los escolares adolescentes y su entorno. En otro momento, quiere dar la impresión de que la historia puede ser la típico de tríos de adolescentes en lo que todos sienten algo por los todos, en el aspecto romántico me refiero, y que en un momento el trío se rompe y llega el drama. Pero tampoco, porque conforma avanza el filme eres más consciente de que hay un tragedia de fondo, y que la cosa puede llegar a convertirse en una especie de thriller.

No sabemos muy bien quien es el protagonista. Nunca los caracteres están lo suficientemente equilibrados para decir que es un trío protagonista. El personaje de Alex se come constantemente a los otros dos. Tanto por el caracter del propio personaje, mucho más interesante que los otros dos chicos, como por la fuerte presencia del actor que lo interpreta, también mucho más imponente que los otros dos protagonistas. Pero claro, en el tramo final, la tragedia en torno a la chica hace que todo parezca que confluye en este carácter.

Otro gran problema es el idiomático. En todas las reseñas que vi se hablaba de una película española, pero no vi, o me percaté, que comentaran que estaba rodada en catalán con algunos diálogos en castellano. El caso es que la versión que vimos está toda ella doblada al castellano. Y en mi opinión, mal doblada, quizá por los propios actores que la interpretan. Lo que hace que perdamos calidad en la interpretación. Quien siga estas páginas sabrá que soy firme partidario de las versiones originales subtituladas. Pero con mucha más razón en las películas con diálogos en más de un idioma, porque hay algo importante en eso habitualmente. Hay un mejor reflejo de la realidad que se nos quiere transmitir. No es que la historia que se nos cuente sea especial por estar localizada en Cataluña. Podría haberse localizado en Madrid, ZaragozaValladolidMurcia, y hubiese sido esencialmente lo mismo. Pero una vez que asumes la opción por un entorno bilingüe con fuerte presencia del catalán, conviene mantenerlo así. Ya sé que la cuestión idiomática y nacionalista es un punto de fricción constante en nuestra inmadura sociedad. No hay más que ver las tonterías que unos y otros montaron la semana pasada a propósito de un partido de fútbol. Pero esconderla no sirve para madurar, y desde luego en este caso no le hace ningún favor a la calidad del producto cinematográfico.

En fin, tenemos ante nosotros un producto que considero muy honesto, con muy buenas intenciones por parte de sus responsables, que contienen elementos para la reflexión muy importantes, pero que arrastra algunos defectos en su tono, en su planteamiento y en su presentación al público. Con estos defectos presentes, ¿la considero recomendable o no? Pues yo diría que sí. Que los aspectos positivos del filme superan a estos contratiempos. Y que realmente nos permitirá tener un acercamiento al mundo de la adolescencia, y también a los problemas que el sistema educativo y las familias de nuestro entorno tienen para afrontar la educación de estos jóvenes, por no decir para mantener la coherencia interna de estas instituciones. Eso sí, sigo creyendo que la crítica formal sigue tendiendo a sobrevalorar estos productos, lo cual lleva a elevar unas expectativas que pueden producir repuestas negativas por parte de los espectadores. Gracias a que soy una persona básicamente escéptica, mis expectivas estaban muy atemperadas y he conseguido extraer lo que de positivo tiene esta película.

Valoración

  • Dirección: ** (a alguien hay que echarle las culpas de los defectos que percibo)
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***
Carrer de les Caputxes

Otra escena en el centro histórico de la ciudad condal, esta vez en el Carrer de les Caputxes, próxima a Santa María del Mar.

[Fotografía] Recomendaciones semanales: encontrado en la web

Fotografía

Estoy un poco espeso esta mañana, así que hoy no esto por la literatura. Directo a los fotógrafos que me han interesado esta semana de los que proponen distintos sabios de la cuestión por ahí por internet.

Uno de mis pintores favoritos es Edward Hopper, y Rafael Roa nos recuerda las similitudes tanto formales como conceptuales de Philip-Lorca DiCorcia con la obra de ese pintor. Así que me lo apunto para considerarlo de vez en cuando.

También Roa nos presenta la serie de Chen Jiagang en la que nos presenta obras faraónicas abandonadas en China, un país que nos asombra y nos atemoriza por igual. Especialmente mientras siga siendo una dictadura del tipo que es. Página web del autor.

Hasta hace poco proclamaba que la fotografía de moda no me interesaba, pero tambien de la web de Rafael Roa conozco algo más de la obra de Peter Lindbergh y me quedo encantado con las fotografías que veo. Ya son varias las recomendaciones de Roa en esta materia que me demuestran que no hay que dejarse llevar por prejuicios y etiquetas.

A través de la pantalla de enfoque

Ayer estuve un rato entretenido fotografiando naturalezas muertas con la Yashica Mat 124 G como objeto principal; y también hice fotografías a través de su visor.

En Flavorwire nos redirigen hacia una serie de fotografías de antañovintage se dice ahora a las cosas antiguas como si fuesen vinos, sobre el trabajo infantil en American Suburb X. Muy interesantes. Lamentablemente, hoy en día se siguen produciendo imágenes similares en muchos países del mndo.

En Lenscratch no hablan de las fotografías de Jean Laughton que demuestran que el far west de los cowboys (y cowgirls en los tiempos que corren), todavía existe. Me gustan las panorámicas en blanco y negro. Página web de la autora.

Cuentan en La Lettre de la Photographie que en el Bronx exponen la obra de Sylvia Plachy. Y yo considero que es adecuado conocer a esta fotógrafa húngara.

Esta revista en internet también nos informa de la presentación de la obra de otra fotógrafa húngaraEva Besnyö, en el Jeu de Paume parisino. Ya me gustaría ir a visitarla yo mismo.

Mientras, parece que por Pekín se exponen las fotografías de Hamid Sardar que nos introducen en los paisajes de los pueblos nómadas de Mongolia. Siempre he tenido la sensación que lo más parecido que conozco al centro del mundo, Asia central, es justo uno de las regiones más desconocidas y salvajes que existen todavía. Página web del autor.

Abstraídos en sus asuntos

Cuando salí al final de la tarde me volví a llevar el Leica Elmar-C 90/4 atado a la Panasonic Lumix GF1; ideal para fotografiar a la gente abstraida en sus asuntos.

[Libros de fotografía] Desnudos, turistas y fotografía latinoamericana

Fotografía

A lo largo del mes de mayo he comprado algún libro de fotografía. Por no perder las buenas costumbres. Aunque empiezo a tener un problema de logística en casa. Dónde y cómo los guardo. El espacio. El eterno problema doméstico. Ya veremos. Dos de los libros son en realidad publicaciones periódicas. El otro es compra inducida por los recuerdos de hace unos años. Os lo cuento.

100 Photos of Martin Parr for Press Freedom

Tenemos con nosotros el número 39 de esta serie de Reporteros sin fronteras, que llevo coleccionando desde hace unos años. Buenas fotografías, a precio económico y por una buena causa. La libertad de prensa.

100 Photos of Martin Parr for Press Freedom
Martin Parr (fotografías)
Reportiers sans frontiéres – Secrétariat international; París, 2012
ISBN: 9782362200106

Este nuevo número presenta algunas novedades de diseño con respecto a los anteriores. En primer lugar, tiene un nuevo diseño en las cubiertas, con una textura y un aspecto general más agradable. En segundo lugar, tradicionalmente ha habido una edición en francés y otra en inglés. Según la cubierta, este número pertenece a la edición en inglés. Pero lo cierto es que en el interior, los textos y los pies de foto son bilingües. Lo cual es preferible. La publicidad que contiene es otra cuestión. Sí. Tiene publicidad. Es un libro, pero es una publicación periódica, que mantiene un precio ajustado porque se mantiene también con publicidad.

En cuanto a lo realmente importante, el contenido, tenemos una amplia selección de fotografías de Martin Parr, en color que es lo habitual en este fotógrafo desde hace treinta años, en la que con su mezcla habitual de humor, irónico en muchas ocasiones, y comprensión, nos acerca al mundo de los turistas. Tomadas las imágenes en muy diversas partes de todo el mundo, el fotógrafo se centra en las personas que visitan esos lugares turísticos, realizando un estudio de la naturaleza humana muy peculiar. Con sus tópicos, pero también con sus individualidades. Parr es un tipo que me parece simpático. Y aprecio su aproximación a la fotografía documental. Aunque no siempre me gustan sus resultados. No obstante, hay un número suficiente amplio de fotografías en esta selección de 100 que resultan ampliamente disfrutables.

Los libros de esta colección los recomiendo siempre. Porque es una forma barata de tener libros de fotografía. Porque su contenido suele ser de buen nivel. Porque colaboramos con una buena causa.

Paso de cebra

Ayer fuimos al cine. Me llevé conmigo la Panasonic Lumix GF1, y el Leica Elmar-C 90/4 con el adaptador correspondiente. Esta es una combinación que uso muy poco. Y quizá debiera utilizarla más. Aunque no es fácil enfocar con este objetivo en la pantalla LCD y a pulso. Os dejo con algunas fotos tomadas a la salida del cine.

C Photo 4 – New Latin Look / Nueva mirada latina

Cuarto volumen de esta serie que está anunciado que llegará hasta el número 10, dedicado en esta ocasión a los nuevos fotógrafos de lo que se da en llamar América latina. Con textos en español e inglés, como curiosidad diré que uno de los textos introductorios está escrito por Martín Parr.

C Photo 4: New Latin Look – Nueva mirada latina
Varios autores
Ivorypress; Madrid, 2012
ISBN: 9788493949846

Siempre he mantenido un gran escepticismo sobre ese interés en meter en un mismo saco a todas las gentes que forman eso que se llama América Latina. Si nos fijamos bien, comprobaremos que el único elemento común real que une a toda esta gente es que hablan idiomas derivados del latín, confrontándolos de alguna forma a los americanos que hablan en inglés. Pero en mi modesta experiencia, encuentro muchas veces más cosas en común entre los habitantes de Madrid, por poner un ejemplo, y los de determinadas capitales del cono sur como Buenos AiresAsunción, que entre estos y las poblaciones indígenas de BoliviaGuatemala, o las poblaciones de origen africano de Haití, por poner algún ejemplo. Así que cuando me acerco a una compilación que como esta u otras pretende dar una visión de conjunto, lo hago siempre con gran escepticismo.

No obstante, el volumen en su conjunto es interesante. Se trata de fotógrafo jóvenes, de países en su mayor parte emergentes. No voy a decir que todos los autores mostrados me hayan gustado por igual. Pero en su variedad encontramos elementos interesantes, y aunque no sé si considero este volumen como una recomendación universal para los amantes de la fotografía, sí que tiene un interés considerable como elemento de una colección así como reflejo de una realidad fotográfica.

Hojas

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Jean-François Jonvelle: Les 100 plus belles photos

Durante la década de los 90, en las revistas francesas que en aquel momento constituían buena parte de mi suministro de conocimiento sobre fotografía, cuando todavía internet no había desarrollado todo el potencial que exhibe en estos momentos, con cierta frecuencia aparecían las mujeres del fotógrafo Jean-François Jonvelle. Fotógrafo que falleció en 2002, a los 58 años. La sensualidad y limpieza formal de sus imágenes llamaban la atención. Recientemente, vi en el catálogo de la Librería Kowasa este libro y decidí comprarlo.

Jean-François Jonvelle: Les 100 plus belles photos
Jean-François Jonvelle (fotos)
Gourcuff-Gradenico; París, 2012
ISBN: 9782353401123

Básicamente, Jonvelle es conocido por sus fotografías de mujeres, en desnudos, vestidas con lencería o ropas vaporosas, en un medio doméstico, poco sofisticado, y con una técnica básica que no necesariamente sencilla. Una cámara réflex, un 50mm o un 85mm muy luminosos, luz disponible, sin ayuda de iluminación artifical, profundidad de campo la justa, blanco y negro, contrastes suaves y tendencia hacia la clave alta. De este modo, obtenía imágenes muy sensuales de mujeres muy bellas, pero siempre elegantes. Nunca chabacanas.

Sin embargo, el tener 100 fotografías con grandes similitudes estilísticas reunidas en un solo volumen, produce algo parecido a una sensación de hartazgo. Es una sensación de continuo déjà vu, de cierta monotonía. Cada una de las fotografías por separado gustan, todas juntas cansan. Por ello, es un libro recomendable sólo a quienes sean entusiastas de este tipo de imágenes. Y aun así, recomendaría su consumo en pequeñas dosis. Bueno, claro. Y gustará a quien lo compre porque las chicas fotografiadas están muy buenas y que pase de la fotografía como tal arte. Pero eso es otra cuestión.

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[Cine] Tonterías de cuento y algo del cine «de antaño»

Cine

Este miércoles pasado recibí la llamada de una antigua amiga. Nos vemos muy poco. Dijo que había estado siguiendo últimamente este Cuaderno de ruta. Y me invitó a ir a ver una película para así tener un rato para vernos y charrar. Ella iba con su hija de trece años y algún sobrino y amiguita de la niña. La película era Blancanieves (Mirror, mirror). No me apetecía nada. Pero me pareció mal no aceptar la invitación. No por la película sino por mantener la relación. Así que a las seis quedábamos a tomar unos chismes, y a las siete y media nos metíamos en la sala de cine. Ni siquiera me voy a molestar en hacer una reseña completa de semejante engendro. Un auténtico disparate y una auténtica tortura. Si Julia Roberts nunca ha sido santo de mi devoción, aquí queda ya condenada a la categoría de actrices en absoluta decadencia. Y el disparate llega hasta el extremo de que el director del sinsentido, el indio Tarsem Singh, indudablemente hasta el culo de pastillas cuando rodó el filme, obliga a la Blancanieves (Lily Collins) de turno a marcarse un número musical final al estilo bolliwood. Puestos a ponerle una puntuación, con benevolencia que sea de una estrella (*) a todas las categorías habituales.

Me confirman que está a punto de estrenarse otra película sobre el tema en la que la niña mema de los vampiros pijos hace de BlancanievesCharlize Theron de Reina Mala. Si un «espejito mágico» dijese en cualquier momento que la más bella del reino es la mema, es que se toma las mismas pastillas que el director de la película anterior. Pero esperemos que el producto tenga algo más de sentido, porque sería muy doloroso ver a la actriz sudafricana seguir el mismo camino que la Roberts. No creo. Vale mucho más. En todos los sentidos que queráis pensar.

Mientras, he rescatado a través de TCM autor alguna de las colaboraciones que el director alemán Rainer Werner Fassbinder y la actriz de la misma nacionalidad Hanna Schygulla realizaron en los años 70. Especialmente, El matrimonio de Maria Braun. Recuerdo haber visto varias de estas películas a principios de los 80 al poco tiempo de abrir los ahora extintos Multicines Buñuel en Zaragoza. Desde luego, no eran las película que normalmente veía la gente de diecimuchos o ventipocos. Y dudo mucho que en aquellos momentos entendiera correctamente aquel cine, alejado de los estándares americanos. Pero tanto entonces como ahora reconozco que eran películas que tenía algo, ahora las asumo mucho mejor, y la Schygulla era en aquellos momentos una actriz notable. Tanto por sus interpretaciones como por lo guapísima que estaba. Estas son para compensar la tontería con la que he empezado esta entrada.

Olympiapark

Turistas y paseantes en las colinas del Olympiapark de Munich. Están echas de los escombros de la Segunda Guerra Mundial. Momento en el que empieza «El matrimonio de Maria Braun».

[Televisión] Cosas de series: Nueva ronda de finales de temporada; sitcoms, procedimentales y placeres culpables

Televisión

Sigue avanzando el mes de mayo, y esta semana, tras el comentario en exclusiva sobre el final de serie de House M.D., toca hablar de varios finales de temporada. Salvo una comedia de situación de nuevo cuño, básicamente procedimentales y guilty pleasures.

Bones (temporada 7)

En realidad, esta tenía que haber entrado en la semana pasada. Pero es que no he tenido claro si la temporada había acabado o no. Vamos a ver. Me explico. Esta temporada ha estado marcada por el embarazo de su protagonistas, Temperace Brennan (Emily Deschanel), tanto en la realidad como en la ficción. Por lo tanto, sólo se programaron 13 episodios, que ya han terminado. Pero luego encargaron cuatro episodios más, que no tengo ni idea de cuando se emitirán. Si serán un entretenimiento para el verano, o se añadirán a la próxima temporada. Porque la serie es un éxito, funciona muy bien, y todavía tiene cuerda para un rato. No sé si largo o corto, pero tira. Y todo gracias a la excelente química entre sus protagonistas y la simpatía del conjunto de secundarios, junto con unos casos que oscilan entre lo macabramente divertido y el suspense. Creo que los principios de episodio merecerían ser recogidos en una antología, haber qué descubrimiento de cadaver es más divertidamente macabro o asqueroso. El caso es que la temporada ha quedado un poco deslavazada, aunque manteniendo el tono. Un valor seguro del entretenimiento. Nos han dejado con un interesante cliffhanger. Quién me iba a decir a mí que me engancharía a esta serie que no me parecía gran cosa, salvo por una estupenda escena en un aeropuerto que involucraba a Angela (Michaela Conlin) en los primeros minutos del piloto de la serie. Y hasta aquí.

Suburgatory (temporada 1)

Esta comedia de situación de nuevo cuño empezó de forma estupenda. Tras su episodio piloto, esperaba los nuevos episodios con ganas. La familia monoparental formada por ese padre simpático y buen rollista, George (Jeremy Sisto), y esa hija adolescente lista, independiente y en ocasiones más madura que el padre, Tessa (Jane Levy), funcionaban como un reloj a la hora de derramar humor y sarcasmo a costa de una acartonada clase media americana de los suburbios de Nueva York. Sin embargo, con el paso de los episodios, esa mala baba que tan divertida hacía la serie se ha ido difuminando y, como he leído en más de un sitio, se ha convertido en una mera comedia familiar entretenida. Nada que ver con lo que podía haber sido. Además, el arco argumental de los últimos capítulos con la novia embarazada del padre que es madre de alquiler para un amigo de éste, tampoco me ha llamado mucho la atención. Pero bueno,… probablemente le dé una segunda oportunidad. Porque entretenida sí que es.

Como curiosidad, Jane Levy tuvo un papel en la primera temporada de la versión americana de Shameless, que dejó para protagonizar esta serie. Por lo que ese papel ha sido interpretado en la segunda temporada por otra actriz. Como no era un papel principal se notó poco.

30 Rock (temporada 6)

Dicen que la temporada que viene será la última. Pues que faena. Esta serie es simplemente divertidísima. Especialmente si estas dispuesto a participar y pensar por tí mismo en lugar de dejar que te lo dejen todo hecho. Creo que la pareja formada por Liz Lemon (Tina Fey)Jack Donaghy (Alec Baldwin) pasará a la historia con mayúsculas de la ficción televisiva. Junto con el impagable personaje de Kenneth (Jack McBrayer), sea humano, divino o del Sur (en los EE.UU. el Sur es un lugar, y el norte simplemente una dirección). Creo que cada vez me río más. Especialmente cuando las historias carecen de pies ni revés, cuando se asoman al absurdo o al surrealismo absoluto. El día que se despidan será un día triste para mí.

Person of interest (temporada 1)

Procedimental nuevo de este año, que acogí con reservas aunque con posterioridad decidí seguirlo hasta el final. Con un reparto llamativo, un misterioso John Reese (Jim Caviezel) ejerciendo la fuerza bruta y un no menos misterioso Finch (Michael Emerson) poniendo la tecnología y la inteligencia en estado puro pero poco operativo, esta vuelta de tuerca al concepto del estado como «gran hermano», que es aprovechado por los buenos aunque poco ortodoxos para ayudar a la gente, se veía que era una serie con posibles aunque no acababa de tirar adelante con soltura. Y esto es algo que comenzó a suceder cuando empezaron a serializar los episodios. Cuando empezaron a crear arcos argumentales amplios que nos hacían queres saber qué pasaba a continuación, cuando empezamos a ver quienes eran realmente los oscuros protagonistas de la serie, se fue haciendo más interesante. Pero tardo mucho en suceder. Han sido los últimos dos o tres episodios los que hacen que tenga ganas de repetir la temporada que viene. Aunque aviso. Si el cliffhanger con el que ha terminado la temporada se resuelve en un plis plas como a veces sucede, y luego volvemos al procedimental puro y duro, la dejo.

The Mentalist (temporada 4)

A esta veterana de la pantalla, le pasa un poco como a la anterior. Cuando tiene un esquema meramente procedimental, empieza a cansar. No resulta novedosa. Queda repetitiva. Sin embargo, cuando se serializa, cuando retoma la trama de Red John, la cosa mejora notablemente. Mucho. He estado a punto de dejarla en varias ocasiones. Los últimos episodios de esta última temporada, sin embargo, harán que por lo menos comience a ver la quinta. Pero no sé si la cosa pasará de ahí. Porque si vuelven a la misma dinámica, adiós muy buenas. Como la anterior. Por cierto, un buen aliciente para seguir fiel a la serie sería que mantuvieran en nómina a la estupenda y retorcida Lorelei (Emmanuelle Chriqui). Guapa, lista, sexy,… qué más vas a pedir. Ya que tienen recluida a una pantalla del ordenador la mayor parte del tiempo a la estupenda Van Pelt (Amanda Righetti), y se han desecho de la desaprovechada Summer (Samaire Armstrong), pues que nos dejen a Lorelei.

Y ahora, pasaremos a los guilty pleasures. Esas series que no sé porque las veo pero las veo. Culebrones de diverso tipo sobre los que muchas veces pienso que no debería perder el tiempo, pero que me enganchan sin remedio. Lo dicho. Placeres culpables.

Grey’s Anatomy (temporada 8)

Intentar explicar porque sigo esta serie me costaría mucho. Pero mucho. Como alguien dentro de la misma serie la definió hace tiempo, no deja de ser una variante de las series de institutos, pero con personas presuntamente adultas con batas y bisturíes. Es que no hay más. En algunas cuestiones llega casi al ridículo. La diferencia entre la edad de los actores y la edad que se suponen que tendrían que tener sus caracteres sólo había cantado tanto en tiempos de Grease. Los personajes rayan en la imbecilidad más absoluta. Los amoríos, de risa. El drama, de folletín. Sin embargo, de vez en cuando cogen un par de episodios, montan la consabida tragedia, o se sacan de la manga un guion con una estructura innovadora o rompedora y te dejan enganchado. De las series malas que conozco es la que tiene los mejores guiones. Con muchos altibajos, es cierto. Pero cuando atinan, se sacan de la manga historias que pueden ser, con todos los defectos inherentes a la serie, tan buenas como los de las series más prestigiosas. Y eso es lo que me engancha, la esperanza de que el episodio de turno sea de esos. Aunque la mayor parte de las ocasiones, la frustración aparezca en mi espíritu.

En esta última temporada, los residentes que vimos entrar como internos en la primera temporada, se nos han hecho especialistas de pleno derecho. Tenía la impresión, y más con la evolución de los últimos capítulos, que podía lleva a un final de despedidas en el que se iba buena parte del reparto para renovar. Pero con los dos últimos episodios y el arco argumental del accidente de avión, una de esas catástrofes que tanto gustan a su equipo de guionistas, ya no sé muy bien como va a quedar la cosa. Lo único que les reprocho es que se han cargado a la chica más mona. Sosita, pero mona. No desvelaré más. Y supongo que al año que viene, volveré a caer en sus redes.

En el Kabul,… claro

Una foto tomada con la Panasonic Lumix GF1 y un viejo teleobjetivo de enfoque manual, que nunca pensé que pudiera tener otro destino que tirarla a la basula. En el Bar Kabul, de Zaragoza.

[Cine, fotografía, CineFoto] Películas con fotógrafos, sobre fotógrafos y de fotógrafos

Cine, Fotografía

Hoy os traigo breves comentarios sobre diversas películas relacionadas con la fotografía. Dos de ellas, de ficción, han pasado a formar parte de mi colección de películas sobre La fotografía en el cine. La una de forma premeditada, fui a por ella, la otra fue un encuentro casual y afortunado. Las otras dos están relacionadas con el fotógrafo Bert Stern, famoso entre otras cosas por ser quien realizó las últimas sesiones de fotografías para la revista Vogue de Marilyn Monroe pocas semanas antes de su muerte.

The Cameraman (El cameraman, 1928)

Con el estreno y el triunfo de The Artist, algunos dirían que se habrían puesto de moda las buenas películas de la época del cine mudo. Lo dudo. Que rima con mudo. Sin embargo, es bien cierto que hay muchas pequeñas joyas de aquella época, películas que merecen la pena ser rescatadas del olvido en el que la mayor parte de los aficionados al cine las tienen sumidas. En TCM Autor, recientemente comenzaron a programar esta película del genial y melancólico Buster Keaton. Que además tiene argumento relacionado con la fotografía y, por lo tanto, pasa a engrosar mi colección de películas sobre La fotografía en el cine. Y de paso todos nos enteramos de qué es un ferrotipo.

Eduardo Jimeno Correas (por Manuel Arcón)

La cámara para rodaje que acarrea Buster Keaton en The Cameraman no es muy distinta que la que muestra la escultura de Eduardo Jimeno (por Manuel Arcón) en la plaza de Ariño en Zaragoza.

La peau douce (La piel suave, 1964)

Hace unos años, una noche de verano mientras nos tomábamos unos chismes después de cenar, surgía una conversación muy divertida sobre la geometría de los romances. Y por supuesto hablábamos de los triángulos. Y básicamente reconocíamos dos tipos fundamentales, los rectángulos sometidos pitagóricamente a las relaciones de dos catetos con una misma hipotenusa, y los obtusángulos en los que un tipo era suficientemente obtuso para liarse con dos mujeres al mismo tiempo. Si además tenemos en cuenta que el obtuso tiene una cámara de fotos, y que estas las carga el diablo, el drama o la tragedia están servidos. Como nos lo muestra de forma excelente François Truffaut en este filme de mediados de los años sesenta, donde además tenemos el placer de ver el trabajo de la guapa y malograda hermana de Catherine DeneuveFrançoise Dorléac, fallecida en plena juventud pocos años después. En cualquier caso también pasa a mi colección La fotografía en el cine.

El caballito de Ángel Cordero - minutero de la Lonja (por Francisco Rallo)

El fotógrafo de ferrotipos de The Cameraman se puede considerar el antecesor de los fotógrafos minuteros. En Zaragoza, se recuerda con esta estatua de un caballito de juguete, a Ángel Cordero, que realizó durante décadas esta modesta profesión en los jardines de la Lonja de Zaragoza.

El caballito de Ángel Cordero - minutero de la Lonja (por Francisco Rallo)

El caballito de Ángel Cordero fue reproducido por Francisco Rallo, escultor zaragozano que tenía su taller en la calle Madre Sacramento. Visité en varias ocasiones el taller, ya que mi padre, marmolista, le realizaba encargos de vez en cuando. Siempre me sorprendían los caballos de tiovivo que esculpía para luego hacer moldes con los que se reproducirían después, para su instalación en esta diversión de ferias.

Bert Stern: Original Madman (2011)

El sábado pasado Canal+ programó este documental sobre la vida y obra del fotógrafo norteamericano Bert Stern. Como ya he dicho al inicio de esta entrada, el fotógrafo es especialmente recordado por sus fotografías de Marilyn Monroe en el verano de 1962, pocas semanas antes de la muerte por envenenamiento farmacológico de la actriz. Se trataba de un trabajo para la revista Vogue, y se realizó en un hotel de Bel Air. Desde hace mucho tiempo pienso que son las mejores fotografías que conozco de la actriz. De las pocas en las que parece una mujer hecha y derecha y no una muñeca. En cualquier caso, el documental dirigido por Shannah Laumeister, que fue modelo y musa del fotógrafo, y con quien convive actualmente, nos habla de muchas más cosas. De sus relaciones con las mujeres, de su trabajo, de su bajada al infierno de las drogas, etcétera. Aunque realizado con una mirada muy benévola hacia el fotógrafo, de quien sospecho hay zonas oscuras tanto en su personalidad como en su vida, merece bastante la pena. Está bien realizado, con ritmo y te engancha.

El título del documental hace referencia con avaricia coyuntural a una famosa serie de televisión. Sin embargo, creo que el asimilar al fotógrafo a los personajes de la serie está pillado un poco por los pelos. Cierto es que comenzó su carrera profesional como ayudante de director artístico de una empresa, incluso como el director artístico de facto de la misma. Pero aunque mucha de su obra esté vinculada al mundo de la publicidad, Stern fue fotógrafo y no un creativo de publicidad. Que son dos cosas diferentes. Aunque indudablemente fue un fotógrafo extraordinariamente creativo, y no me cabe la menor duda que influyó mucho sobre las campañas que se desarrollaron alrededor de su obra. Pero son dos conceptos diferentes para una misma palabra.

En mi biblioteca tengo un monográfico de Bert Stern publicado por la revista alemana Stern.

Jazz on a Summer’s Day (1959)

Durante el documental anterior me enteré que Bert Stern hizo también sus pinitos en el cine documental. Y a finales de los cincuenta filmó este documental sobre el festival de jazz y las regatas que se celebraron en Newport en 1958. El Newport Jazz Festival, que lleva más de cincuenta años celebrándose con distintas denominaciones y localizaciones, es un clásico en la música de jazz, y ha producido algunas de las más prestigiosas grabaciones de la historia de este género musical. Tengo en mi discoteca grabaciones en este festival de Duke EllingtonMiles DavisThelonious Monk. En cualquier caso, en ese año de 1958, el fotógrafo cambio la cámara fija por la de rodar, y enfocó con su objetivo a figuras del jazz como Louis ArmstrongDinah WashingtonGerry MulliganGeorge ShearingThelonious MonkAnita O’DayEric DolphyArt FarmerMahalia JacksonJim Hall,… entre otras muchas que sería excesivamente mencionar. Rodado con pocas palabras, mucha música, y un estilo de imagen que nace en su formación como fotógrafo, es una obra realmente notable que debería hacer las delicias tanto del aficionado a la música de jazz, como al cine, como a la fotografía.

Banda sinfónica del CSMA en el Pilar

Los primeros planos de los músicos con teleobjetivo es una de las características del documental sobre el Newport Jazz Festival de Bert Stern. Aquí, músicos de la Banda Sinfónica del Conservatorio Superior de Música de Aragón en la plaza del Pilar, el día de San Jorge de 2012.

[Televisión] Final de serie: House M.D.

Televisión

Hace… no sé los años. Probablemente en la primavera de 2005. Vi un episodio de la primera temporada de House M.D. Durante más de dos décadas, yo había sido un consumidor escaso de televisión. La televisión no me interesaba salvo para ver eventualmente una película. Lo que me interesaba era el cine. Y todavía lo hace. Pero tenía, y en general tengo, muy baja estima por los productos propiamente televisivos. Noticiarios, realities, concursos, la mayor parte de los documentales,… no me interesaban gran cosa. En el tema de las series de televisión… bueno… guardaba algún buen recuerdo de alguna por ahí… pero no era gran consumidor tampoco de las mismas. Alguna de las que emitían eventualmente en Canal+, pero sin mucha fidelidad. En esa primavera de 2005, llevaba tiempo escuchando a los amigos hablar de las teleseries. Que si Perdidos, que si House, que sí… yo que sé las que estaban de moda entonces. Así que un día le dí una oportunidad a una de ellas. Vi un episodio de House M.D. Recuerdo que se trataba del que lleva el título en inglés de Kids. La temporada estaba muy avanzada. Me gustó. Vi los dos siguientes. Cuando llegué a Three Stories, un episodio que es una auténtica maravilla cinematográfica, aunque esté rodado para la pequeña pantalla, ya no dudé más. Recuperé los que habían echado desde el principio, y ya, vi todos los de la serie hasta esta mañana. Y empecé a ver otras series, y empecé a planificar tiempos en mi vida para ver cine en pequeño formato. Porque soy de la opinión de que el talento a la hora de contar historias se ha trasladado de la pantalla grande a la pequeña. Apartados los buenos guiones por la pirotecnia, los caracteres interesantes, los argumentos con gancho, son más frecuentes en televisión. Y a mí que siempre me ha gustado el cine, no me quedaba otra salida, tenía que empezar a ver series de televisión. Tengo mis dudas de que esto sea para siempre. El ser humano tiene gran capacidad para desvirtuar la esencia de las cosas a cambio de dinero. Pero de momento ahí esta.

No me voy a dedicar aquí a hacer grandes análisis de lo que han sido las ocho temporadas que ha durado esta serie. Habrá muchos sabios que se dedicarán a analizar porque la serie ha sido tan buena, sus partidarios, o porque no ha sido para tanto, sus detractores. Porque ha tenido momentos sublimes, y porque no ha sabido evolucionar y siempre ha sido más de lo mismo. Porque House (Hugh Laurie) es como es (porque así lo han decidido sus creadores y guionistas, supongo). Porque nunca hubo un paciente con el diagnóstico de lupus, a pesar de que de muchos se sospechó que padecieran esta enfermedad. Porque a pesar de su popularidad, casi nadie sabe todavía qué puñetas es el lupus (qué os costará mirar en la wikipedia, cacho vagos). Muchos porqués para una respuesta evidente. Esto es una historia de ficción, sometida a unas reglas propias, a un mundo alternativo, y si lo quieres lo coges y si no lo dejas. Esta es mi respuesta a casi todas las preguntas que se puedan hacer sobre este personaje. Que no podría existir en la realidad, en el mundo de verdad. Pero eso es lo bueno de la ficción. Te permite vivir otras vidas, incluso las improbables o imposibles.

Nada. No me dedicaré a ese tipo de análisis. Yo hablaré de algo que tenemos en común House y yo. Y un porcentaje elevadísimo de los hombres sobre la faz del planeta. No en todo tenía que ser especial el ínclito doctor. Nos gustan las mujeres. A pesar de la falsa misoginia que eventualmente algunos gusten mostrar. Y ha habido unas cuantas en la serie.

Lisa Cuddy (Lisa Edelstein): La jefa durante siete temporadas. Y algo más. Mucho más. Amigos desde la facultad. Siempre hubo algo. Mucho. Y es que es normal. A qué hombre heterosexual, con una cabeza razonablemente amueblada, no le gusta alguien como Cuddy. Balanza, contrapunto, sostén (no va con segundas), anclaje en la realidad del protagonista. Dos cosas acabaron con ella. El involucrarse sexual y emocionalmente con House más allá de la cuenta, y las ganas de la actriz de dedicarse a otras historias. Se le ha visto por ahí ejerciendo de abogada.

Allison Cameron (Jennifer Morrison): Fue el querer y no poder de las primeras temporadas de House. Si bien ha arrastrado siempre las carencias de la actriz que la interpretaba, aunque guapa limitada en sus capacidades interpretativas como ha ido demostrando semana tras semana en aventuras más fantásticas todavía, lo cierto es que en la serie funcionaba. O para mí funcionaba. Siempre sentí atracción por el personaje. Desde todos los puntos de vista. Es cierto que también fue muriendo conforme se lio con el guaperillas de turno en la ficción. Pero de todas formas, en los equipos de ayudantes de House ha permanecido insuperada. Salvo quizá por un personaje, que fue…

No suelo poner fotos que no estén hechas por mí; pero no me he podido sustraer a subir esta portada de revistas. ¿Sabéis quien es la niña que se sube a la chepa de de Michael Jordan? Nada menos que la futura doctora Allison Cameron. Una de las mujeres de House. Una de mis favoritas.

Amber «Cutthroat Bitch» Volakis (Anne Dudek): Para mí fue uno de los salvavidas de uno de los momentos flojos de la serie. Este personaje que se permitió el lujo de despreciar sexualmente a House prefiriendo a su eterno amigo, ha sido de los pocos que han estado a la altura intelectual del pseudomisógino doctor. Lamentablemente, «Zorra implacable», como la llamaron en los doblajes al español, salvo alguna «alucinante» aparición eventual posterior, no la mantuvieron más allá de una temporada, cometiendo los guionistas el crimen de lesa humanidad al apiolarla sin compasión. Lo cual nos obligó a quedarnos con…

Remy «Thirteen» Hadley (Olivia Wilde): Uno de los fallos de la serie. Durante buena parte del desarrollo del personaje parecía un clon de la «desaparecida» Cameron pero sin las virtudes que nos gustaban de aquella. Una sosa de mucho cuidado, cuya enfermedad hacía más insoportable que interesante. Y cuyo lío con el otro ayudante fijo en la serie tampoco contribuyó precisamente a mejorar. Lo curioso es que conforme fueron preparando su final y salida de la serie, cuando el personaje se desmelenó y asalvajó, cuando se demostró que tenía mucho potencial y que podía haber dado mucho juego… se fue. Y no volvió. El tema de las ayudantes entró en barrena, puesto que después de ella ya sólo quedaron…

Martha Masters (Amber Tamblyn)Jessica Adams (Odette Annable)Chi Park (Charlyne Yi): Entre las tres han cubierto las dos últimas temporadas. Apenas han aportado gran cosa. Además, con la paradoja de que la más mona ha sido la que menos ha dado de sí. Relleno decorativo de la serie. Un pena. Creo que alguna de ellas podría haber dado más de sí también. Así que si por el lado de las ayudantes no hay mucho más que rascar, tendremos que buscar por el lado doméstico.

Stacy Warner (Sela Ward): El auténtico amor de su vida, cuya relación se vio arruinada por lo que supimos en aquel sublime capítulo de las tres historias. Comparte mucha de las características de Cuddy. Atractiva, inteligente y con ascendente sobre House. La propia naturaleza e historia del personaje hicieron que no disfrutáramos del carácter lo que nos hubiera gustado, pero indudablemente fue interesante mientras duró.

Dominika House (Karolina Wydra): La única que fue capaz de llevarlo al altar. Y que yo sepa, al terminar la serie siguen casados. Quiero pensar, que de alguna forma, dentro de «cinco meses», estará ahí para consolar a House y se apañaran entre ellos. A mí… me gustaba. Y a quién no.

Menciones especiales – Rebecca Adler (Robin Tunney)Cate Milton (Mira Sorvino)Lydia (Franka Potente): De los muchos caracteres que han pasado eventualmente por la serie, femeninos me refiero y a lo que estamos, tres recuerdos especialmente. El primero, porque fue en el capítulo piloto, porque me cayó muy bien y porque desde luego, si hubiese visto los episodios en su orden lógico empezando por el primero, también me habría hecho engancharme a la serie. Creo. El segundo porque, aparte de la simpatía que me despierta desde su colaboración con Woody Allen, participó en aquél episodio de la Antártida que me encantó. El tercero porque la alemana, que me ha gustado siempre desde que la vi correr como loca por las calles de Berlín, fue ese querer y no poder en uno de los momentos más bajos del House cuando intentaba alejarse del demonio de las drogas.

Freidrichstrasse

Si no habéis visto «Lola corre lola», protagonizada por Franka Potente, deberéis darle una oportunidad; está muy bien. Si no conocéis Berlín, también deberíais darle una oportunidad; también está muy bien. En la imagen, la Friedrichstrasse.

Mención extraordinaria – «Nurse» (Bobbin Bergstrom): Si nos vamos a IMDb y leemos el reparto de la serie, veremos que el personaje que ocupa el sexto lugar por número de episodios en los que ha aparecido, 133, las tres cuartas partes aproximadamente, una enfermera anónima a la que ya le podían haber puesto un nombre por lo menos. El caso es que esta persona ha aparecido como actriz en varias series, siempre haciendo de enfermera u otras profesiones similares. Y simultáneamente aparece también como «asesora médica de rodaje». Vamos. Que la señora Bergstrom es una profesional de la salud que participa asesorando las producciones televisivas y cinematográficas con tema médico. Mira tú que bien. ¿Les habrá contado lo que es el lupus?

De los personajes masculinos,… pues qué queréis que os diga. Son bastante menos interesantes, casi por definición. Salvo el amigo por excelencia Wilson (Robert Sean Leonard). Ese afable y cordial oncólogo, capaz de aguantar y tragar carros y carretas al insoportable divo del fonendoscopio, incapaz de encontrar la felicidad con una mujer a su lado (malditos guionista que se cargaron a la «Zorra implacable»), lleno de humanidad, y cuya peripecia ha guiado los últimos capítulos y el final de la serie. Así como haber sido capaz de provocar el gran cambio en el personaje por el que muchos han suspirado, pero que nunca veremos, puesto que se desarrollará en los próximos «cinco meses»,… y más allá. Con Dominika. Me gustaría pensar. Ahora que no están los guionistas para estropear la cosa. Porque todos tenemos derecho a partir de ahora a imaginar cómo será la vida de House.

Banda en el Parque Grande

La música ha sido importante en la serie. A House lo hemos visto tocar el piano y la guitarra. Y torturar a jovencitas con los más demenciales diagnósticos que se nos puedan ocurrir. Lupus incluido.

[Cine] Ajeossi (2010)

Cine

Ajeossi (2010), 20 de mayo de 2012.

Esta película ha sido vista en versión original y por ello se conserva su nombre original coreano. Sin embargo, es posible verla también en versión doblada al castellano, en cuyo caso la podéis encontrar en la cartelera española como El hombre sin pasado.

En un fin de semana muy pocho, en el que lo que parecía el principio del verano ha regresado casi a finales del invierno, quizá no para tanto pero bueno, con una cartelera bastante mustia lo que anuncia un mal verano cinematográficamente hablando, nos dedicamos a recuperar títulos que hemos considerado en semanas atrás, pero que por un motivo u otro no hemos ido a ver. Y nos centramos en esta película coreana, de la que habíamos leído muy buenas críticas, pero que con la nefasta distribución de este país, no ha llegado a nuestras pantallas más que con casi 2 años de retraso. Como siempre que tratamos con películas orientales, una advertencia con los nombres. En aquellos lejanos países suelen mencionar primero el apellido de la persona y después el nombre propio. Sin embargo, en esta entrada yo seguiré la convención occidental a la inversa. Pero no os sorprendáis si en otros escritos los encontráis al estilo oriental y no os parecen los mismos.

La película dirigida por Jeong-beom Lee nos habla de un solitario tipo, que regenta una casa de empeños, Tae-sik Cha (Bin Won), y cuya vecina es una prostituta drogadicta con una niña pequeña, So-mi Jeong (Sae-ron Kim), con la que el hombre mantiene un cierto grado de relación. La prostituta participará en un robo de un alijo de heroína a las mafias de la ciudad por lo que será perseguida y secuestrada junto con su hija. Tras un intento del tipo por liberar a la niña colaborando con los delincuentes, todo falla, la madre es encontrada muerta, víctima del tráfico de órganos, y la niña en manos de explotadores de menores. También perseguido por la policía que descubre que es una antiguo agente de la inteligencia militar, entrenado para matar, y que sufrió una grave desgracia familiar tras la que se retiró de la actividad. Ahora encuentra una nueva razón para vivir en el rescate de la niña.

Estamos ante una historia que no es exactamente nueva. El tipo violento que de repente se ve en la tesitura de convivir y proteger de un niño o niña la hemos visto en diversas ocasiones. Con los matices argumentales que queramos ponerle, básicamente hay un esquema general. El tipo que vive al margen de la sociedad, sea delincuente o no, solitario, que de repente encuentra un anclaje en la humanidad a través de la mirada de un niño, más frecuentemente niña, en graves problemas. Para mí, la más significativa de estas historias fue Léon (El profesional (Léon)), que nos confirmó la valía de Jean Reno y nos descubrió a una muy jovencita y esmirriada Natalie Portman. Por lo tanto, los logros de esta película coreana hay que buscarlos en otros elementos. Fundamentalmente en el ángulo que ofrece una sociedad distinta de la occidental, como puede ser la esquizofrénica sociedad surcoreana, a caballo entre lo tradicional y la modernidad, y también en el tratamiento de los caracteres y las situaciones del director. Y aquí están las principales virtudes del filme. Aunque hay escenas de acción y de violencia, también hay mucho que se dice mediante la insinuación y lo indirecto. También tiene una forma espléndida de permitir al espectador saber lo que viene a continuación, mantener la tensión, y sólo tras un desarrollo completo de la situación y el comportamiento de los personajes, llegamos a confirmar lo que ya sabíamos, con información sobreañadida. Un ejemplo claro es el descubrimiento del cadáver de la madre. O lo que podemos suponer que ha sido el destino final de la niña. No es perfecta. A veces se entretiene en exceso en determinadas situaciones. Sobra el flashback al desastre de la familia del protagonista, y el final es de un almíbar empalagoso también excesivo a todas luces. Pero las dos horas que dura la película se pasan en un momento, manteniendo perfectamente la atención del espectador.

Indudablemente, la buena interpretación de los dos protagonistas y algunos de los secundarios es fundamental para que todo funcione. Pocas palabra, y muchos gestos. Porque las pocas ocasiones en las que el guion se pone verborreico la cosa baja, más por culpa del guion que por la de los personajes. Entre los secundarios hay de todo. Desde mafiosos, malos malísimos que están muy bien, hasta unos policías que parecen un poco lelos y no sabemos muy bien que pintan en todo esto.

Como resumen podemos decir que es una película que no atraerá a quienes disguste la violencia, ya que aunque contenida, está presente y a veces de forma cruda. Sin embargo es un filme que como ya he dicho te mantiene perfectamente atado a la butaca, y que lo disfrutas bastante. No es tan perfecta como algunos críticos la han visto, pero es una buena opción en una cartelera tan poco sugestiva. Eso sí, no creo que dure mucho en cartelera.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***
Tangos bajo la lluvia

Fin de semana desapacible en Zaragoza, lo que no impidió que algunos desafiaran a la lluvia durante un tiempo mientras se marcaban unos tangos.

[Fotografía] Recomendaciones semanales: encontrado en la web

Fotografía

La semana pasada terminó con la noticia de las muerte de Horst Faas, un veterano fotógrafo que destacó como reportero gráfico durante la guerra del Vietnam. Sugiero una búsqueda en Google Images para hacerse una idea de su fotografía. La noticia fue ampliamente comentada tanto en medios especializados como generalistas.

No ha sido por lo demás una semana en la que me hayan llamado la atención muchas cosas. O no he estado muy concentrado en el tema, que todo puede ser.

En la renovada página web de Rafael Roa han aparecido entre otras cosas comentarios a la obra de Todd Hido, de quien ya os hablé brevemente hace un tiempo, un fotógrafo que está muy de actualidad, o también a la de Pieter Hugo, fotógrafo sudafricano que ha reflejado las realidades humanas del gran continente olvidado. No dejéis de visitar las páginas de Hido y de Hugo, por favor.

En La Lettre de la Photographie siempre aparecen a lo largo de una semana numerosas cosas interesantes. En esta semana me quedaría con lo siguiente.

Diane Sagnier, una fotógrafa joven francesa, que sin que me guste todas las fotografías que muestran de ella, hay algunas que sí me llaman mucho la atención. Página web de la autora.

Llevan apareciendo por internet desde hace un tiempo las fotografías de la serie Day to Night de Stephen Wilkes, en las que se muestran paisajes urbanos a distintas horas del día pero en una misma imagen, sin solución de continuidad. Aparte del virtuosismo técnico, me parecen más curiosas que significativas. Pero no hay que negar que son bellas. Creo que en su página web encontraréis otras series menos llamativas pero más interesantes, desde mi punto de vista.

El mundo de la noche de los transexuales en los alrededores de Pigalle (París), visto por el sueco Christer Strönholm. Trascendiendo más allá de la curiosidad que habitualmente anima a los turistas de la capital gala.

Entre los porfolios del fin de semana, las bellas fotografías en blanco y negro de Méjico de Mark Luscombe-Whyte. Que también tiene página web.

Finalmente, en Visual Culture Blog dedican un artículo a comentar el papel de la fotografía en la Bauhaus, a propósito de una exposición en Londres. Desde luego, a mí que hace tiempo que me atrae mucho el movimiento artístico e ideológico surgido de esta escuela alemana, me gustaría mucho visitarla. Cosa que dudo que pueda hacer. Pero bueno, lo supliré de otras maneras.

Y me despido con una fotografía, como de costumbre. Que recientemente ha aparecido en mi TumblrDe viaje con Carlos, del que hace tiempo que no os recuerdo su existencia, y que es actualizado con mucha regularidad.

Una visitante toma una fotografía en el Moderna Museet de Estocolmo (Suecia).