[Viaje] Como de costumbre en los últimos años, un día en Madrid

Viajes

Los dos últimos lo hice de forma similar. Alrededor de la fiesta de San Valero en Zaragoza, además del día de fiesta que todos los habitantes de la ciudad tenemos, me suelo coger un día de fiesta extra. Y aprovecho para hacer algunos viajes en el día con distintos objetivos. Uno de estos viajes suele ser a Madrid. Si hay algo que ver en exposiciones o temas culturales aprovecho, aprovecho también para hacer alguna compra, suelo quedar a comer o a tomar café con amistades madrileñas, y me doy una vuelta haciendo algunas fotos.

No madrugué. Saqué los billetes con mucha antelación. Creo que fue en la última semana de diciembre o en la primera de enero, y con muy buenos precios para la ida y vuelta en tren de alta velocidad. En esta ocasión con Iryo, los trenes de la empresa Ilsa conformada por Trenitalia, Air Nostrum y algún otro grupo empresarial. Esta compañía es la principal alternativa a Renfe, ya que el otro operador tiene una oferta mucho menor. Creo que actualmente las conexiones entre Zaragoza y Madrid o Barcelona son de unas ocho o nueve por sentido, y alguna de ellas se extiende a Andalucía. Conforme va afianzándose, sus ofertas de precios no son tan ventajosas como en sus primeros tiempos, pero todavía hay mejores ofertas que con el Ave de Renfe siempre que los horarios te convengan y saques el billete con suficiente antelación.

Como contrapartida de esta mayor oferta, ya me habían comentado que están más tensionados por el tamaño de su flota de trenes. Y si como pasó el lunes, uno de ellos les falla, pueden acumular retrasos impropios de una línea de alta velocidad. Normalmente muy puntuales, el lunes llegamos a Madrid con media hora de retraso, fruto de esos problemas en una de las relaciones. La vuelta transcurrió sin problemas. Fundamentalmente hice fotos con cámara para película fotográfica tradicional, de eso os hablaré cuando las tenga reveladas. Pero también hice algunas fotos con la pequeña y bolsillera Sony ZV-1, una cámara de lo más útil en estas circunstancias, pero de cuya segunda versión me cuentan que la han hecho mucho menos útil. Vamos,… que si alguien está interesado, mejor que busque el modelo original y no el actual.

Tenía interés en conocer la oferta cultural y las instalaciones de Matadero Madrid, estuve brevemente hace un tiempo en una exposición. Y además me habían recomendado la visita al Palacio de Cristal de Arganzuela, un jardín botánico bajo invernaderos, que me habían asegurado habría todos los días, siendo gratuita la entrada. Hay que recordar que los lunes suele ser día de cierre en museos y exposiciones, pero un jardín… Bueno, pues la información no fue de fiar y estaba cerrado. No obstante el paseo por el lugar fue agradable, nos tomamos unos chismes, y luego iniciamos un recorrido por Madrid Río, la zona verde que sigue el curso del Manzanares hasta el puente de Segovia. Muy agradable también.

Como nos habíamos tomado algo en Matadero siendo ya las doce y media de la tarde, no teníamos mucha hambre así que entramos al Campo del Moro para visitarlo. No había entrado en estos jardines al pie del Palacio Real desde que viví durante un año en Madrid hace más de 30 años. Y están muy bien. Pertenecen a Patrimonio Nacional y están muy bien cuidados. Y estaban muy tranquilos. En alguna otra ocasión igual me llevo el teleobjetivo, porque había aves potencialmente interesantes. A tres metros de nosotros se nos posó en el cesped un pito real, una especie de pájaro carpintero, que tras observarnos tranquilamente alzó el vuelo para posarse en el tronco de un árbol cercano. Con el Olympus 75-300 mm seguro que podría haber hecho algúna foto interesante de este ave. Me sorprendió la presencia de abundantes cotorras argentinas, una especie invasora peligrosa para las especies locales, que proliferaron en Zaragoza hasta que se iniciaron programas para eliminarlas en los años 2015 y 2016.

Comimos, un poco tarde, unos platos de jamón y queso, en las proximidades del Palacio Real, carísimos para la calidad que tenían. No estaban mal, pero no se justificaba el precio. Y luego ya nos dirigimos a realizar algunas compras por diversos lugares. Compré película fotográfica, que paradójicamente encontré barata en la FNAC y no en comercios especializados, y algunos libros de fotografía en La Fábrica, de los que os hablaré otro día. Y ya, de vuelta a casa. Un agradable día, soleado pero con luz suave, y temperaturas desusadamente elevadas para la época. Vamos,… que el chaquetón entró en mi mochila cuando llegué a Madrid, y no me lo volvía a poner hasta que llegué a la niebla de Zaragoza.

[Fotos] Instantáneas en días fríos

Fotografía

Estaba convencido de que hoy y mañana no podría escribir nada, ni aquí, ni en mi Cuaderno de ruta. Tengo fiesta, y hemos programado viajes en el día. Pero el de hoy no empieza hasta cerca de las diez y media de la mañana. Y me he despertado pronto. Así que me da tiempo.

En los últimas días de enero he hecho un cartucho de película instantánea Polaroid. Los detalles los podéis encontrar en Formatos de fantasía para película instantánea – Polaroid Now+ con i-Type Golden Moments. Pero no me han quedado muy allá. Eso de los bordes dorados y otras fantasías en las películas instantáneas no siempre me convencen. El borde tradicional blanco, o el negro como alternativa, están bien. Y luego,… el frío. Qué inseguro me siento con esta película los días de frío. Qué mal se revela.

[Recomendaciones fotográficas] Cine, moda, Meyerowitz y alguna cosa más

Arte, Fotografía

Sinceramente, estas entradas de recomendaciones fotográficas, que tradicionalmente salen en este Cuaderno de ruta la mayoría de los domingos, están en crisis. Hace unos años amasé una serie de sitios de referencia en internet que me servían bien para saber qué es lo que pasó, pasa o pasará en el mundo de la fotografía, considerada como una de las bellas artes. No el mundo de la fotografía de los chismes y las reviews que tantos aficionados consumen de forma, en mi opinión, un tanto absurda. Pero últimamente, no funcionan como hace unos años. Las formas en que se transmiten las noticias en internet va evolucionando, y en este aspecto no me he adaptado bien. Ya veremos que hago. De momento,… estoy un poco sin ideas. Que conste que… este año hace 19 años que redacto este Cuaderno de ruta, y por mi cabeza se ha pasado que cuando llegue al 20º aniversario igual cambio por completo de paradigma. Pero me voy a dar un año para pensarlo, y para pensar las alternativas.

Las fotos son de ayer, en un paseo fotográfico en el que la luz no fue tan favorable como pensábamos que podía ser. Hicimos tan bien película en blanco y negro, pero con poca confianza sobre los resultados.

Meyerowitz. Joel Meyerowitz. Uno de mis fotógrafos favoritos. Con una cámara de 35 mm o con una cámara de 20 x 25 cm. Lo mismo me da. Y en Creative Boom han hablado de él recientemente. Y traigo el enlace. Es lo que hay cuando te gusta algo. Que no te cansas de recomendarlo.

La fotografía de moda no es de mis preferidas. La mayor parte de ella me parece artificial y poco inspiradora. Es lo que hay. Pero hay algunos fotógrafos, fotógrafa en este caso, que me llaman la atención. Y por eso también los recomiendo. Estoy hablando de Viviane Sassen, y en el boletín de Aperture han recuperado un par de artículos sobre su trabajo recientemente. Este y este.

Y ya que estamos en Aperture, podemos aprovechar para conocer una fotógrafa clásica de la fotografía japonesa de los años 60, Hisae Imai.

Más que gustarme, me ha hecho gracia el artículo de Blind Magazine sobre Sister Corita Kent, una monja, profesora de arte en una universidad católica de Los Ángeles, que se dedicó al pop art cuando esta tendencia se puso de moda. Con frecuencia integraba la fotografía en sus creaciones. Que conste que la monja en cuestión se volvió contestataria en los años 60, discutió con la siempre ultraconservadora jerarquía católica y abandonó la orden para dedicarse exclusivamente al arte.

Las películas de Aki Kaurismäki son siempre interesantes, aunque poco adaptadas al gran público palomitero. Ellos se lo pierden. Pero es que cada fotograma de sus políticas es una grandísimas fotografía en sí misma. Dominio del encuadre, el color, la luz, la composición… Y en Booooooom nos han recordado que en su última película también. A mí, la película, me gustó mucho. Y la fotografía de las películas de Kaurismäki también.

Tenía algo para contar que salía en el blog de Leica Camera, pero como su sistema de gestión es tan nefasto y molesto… pues nada. No los enlazo ni digo nada. Al fin y al cabo están más para gloria de sus chismes que de la propia fotografía.

[Cine] The zone of interest (2023)

Cine

The zone of interest (2023; 06/20240121)

Tenía muchas ganas de ver esta película. Protagonizada en su papel protagonista femenino por Sandra Hüller, que ya nos maravilló por su buen hacer en una película francesa reciente, y dirigida por Jonathan Glazer, un director que se prodiga muy poquito, pero que ya me sorprendió con su película anterior, hace más de diez años, nada más y nada menos. Una película que valoré bien, pero que probablemente hoy valoraría todavía mejor. Siempre es peligroso crearse una expectativas muy elevadas… pero había motivos para confiar. Así que nos fuimos a verla en una matinal de versión original. Película británica, con título en inglés, pero con los diálogos en los idiomas originales de los personajes, el alemán, algo de polaco y algunas líneas en yidis, aquí y allí. Para aquellos que se lían… el yidis, es frecuente verlo escrito sin adaptar al castellano como yiddish, aunque sea hablado por las comunidades judías de origen centroeuropeo, y escrito con los caracteres del alfabeto hebrero, no es un idioma semítico. Es una lengua altogermánica, muy emparentado con el antecesor del propio alemán oficial en Alemania, Suiza o Austria.

La película se inspira en una novela de Martin Amis que yo no he leído. Pero en realidad no la adapta. Usa las ideas de la novela para reconstruir, combinándolas con las realidades históricas documentadas, una ficción plausible de cómo pudo ser la vida familiar de Rudolf y Hedwig Höss (Christian Friedel y Hüller), el comandante del campo de exterminio de Auschwitz durante varios años, y responsable del plan para el asesinato y exterminio de los judíos húngaros que recibió su nombre, Operación Höss, y su esposa, mientras vivieron en la Polonia ocupada junto al nefasto campo. Glazer filma la vida cotidiana de la familia, sus sirvientes polacos y sus visitantes como si hubiera repartido cámaras por todo el interior de la casa, los jardines y los alrededores, y los lugares donde acuden para disfrutar de su tiempo libre, con sus hijos. Una vida cotidiana familiar, casi idílica, en la que el campo sólo se ve de refilón, detrás de los muros, y se percibe a través de los increíbles y maravillosamente bien realizados efectos de sonido, cuya responsabilidad cayó en el ingeniero de sonido Johnnie Burn, y que debería ser el claro ganador del Oscar en esta categoría. Ya veremos.

La película de Glazer es una de las fundamentales del año 2023 y de las que hay necesariamente que ver. Es cine de altísimo nivel, que bien podría calificarse de obra maestra. Y es una de las que ha mostrado la barbarie del exterminio de judíos y otras comunidades y colectivos por la Alemania nazi de forma más original y contundente, sin haber mostrado, paradójicamente, ninguna imagen directa de estos asesinatos sistemáticos. Lo hace mostrando cómo el mal por antonomasia está latente en el ser humano, y tomar la forma de una familia ideal con perro, y casita con jardín. El Mal con mayúscula integrado en lo cotidiano de un hogar, en las actividades al aire libre bañándose o bogando por un río en verano, cabalgando a caballo por los campos al atardecer, recibiendo a los amigos y a la familia a tomar el té o a cenar. Es el asesinato de masas convertido en un problema de ingeniería industrial del que sentirse satisfecho cuando se da con la solución adecuada.

Eficazmente filmada e iluminada por Lukasz Zal, a quien no vamos a descubrir ahora porque ya ha dado suficientes muestras, también aquí, o aquí, de ser un director de fotografía de referencia en el cine mundial. A la forma de rodar que hemos indicado anteriormente se añaden algunos cortes de escenas nocturnas, rodadas en el infrarrojo, en el que vemos como una joven polaca deja por todos los lugares de trabajo forzado de los prisioneros, manzanas ocultas para el alivio de estos prisioneros al día siguiente. Es de los pocos alivios humanitarios que se permite la película. En varios momentos se corta la narración a negro, momentos de reflexión, una vez a un rojo vibrante, y hay un momento en que un solitario Höss sufre un malestar digestivo en las instalaciones de las SS en Oranienburg, y Glazer nos lleva brevemente a las instalaciones del museo que hay en Auschwitz I, en la actualidad, en el momento en que un grupo de limpiadoras entran ha realizar su trabajo antes de abrir las instalaciones al público. Yo visité en 2008 esas instalaciones, las fotografías que ilustran la entrada son de aquel viaje.

Sólo me queda hablar de la excelente interpretación de todo el elenco de la película, con especial mención, claro está a Hüller y Friedel. Como ya he mencionado, la película es de lo mejor en el 2023. Es difícil si te quedarías con esta o con alguna otra película en un año especialmente bendecido por la buena oferta de excelentes títulos, dependería del momento y el lugar. Y además Hüller ha estado presente de forma fundamental en las dos película que más me han impresionado. La película es candidata a cinco premios Oscar, mejor película, mejor película internacional, mejor dirección, mejor guion adaptado y mejor sonido. Se me hacen cortos, los premios interpretativos también tendrían cabida en esta lista, así como la dirección de fotografía y el montaje, visto lo visto. Pero para una película no americana y rodada en alemán y otros idiomas distintos del inglés, es demostrativo del interés y la calidad. Así como la candidaturas de películas norteamericanas responden a dinámicas muy diversas, cuando una película extranjera y rodada en un idioma distinto del inglés recibe semejantes atenciones, suele ser indicativo de que merecería ganar el premio gordo, sea o no candidata en esa categoría. Así que ya lo sabéis. Aunque pueda resultar de difícil de digerir por los temas y los modos, es imprescindible.

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: *****

[TV] Cosas de series; espías en familia, brujos sin brujería y dragones contra espadachines

Televisión

Dediquemos una entrada, como toca de vez en cuando, a la animación televisiva. Que últimamente estoy viendo cosas interesantes, divertidas,… incluso a veces, ambas cosas a la vez. Hoy animación japonesa, anime, en exclusiva.

De SPYxFAMILY (o Spy x Family, según como se estile) ya hablé en su momento, un par de veces, a propósito de la primera temporada de 24 episodios, divididos en dos partes. Esta es una de las series de animación japonesa más divertidas que he visto, y además está bien hecha, bien planteada, con estupendos personajes. Para los que no sepan o recuerden, está ambientada en Berlint, la capital de Ostania, un país ficticio de Europa, enfrentado con Westalia. Loid Forger es uno de los más habilidosos espías de esta última, y debe infiltrarse en Berlint, como médico psiquiatra, para realizar sus actividades de espionaje. Para ello, monta una familia de circunstancias, casándose por interés con una funcionaria municipal, Yor Briar, y adoptando a una niña pequeña huérfana, Anya. La cosa es que Yor es en realidad la temida asesina a sueldo Ibara Hime (Princesa de las espinas), que también necesita una tapadera. Y Anya es telépata, por lo que es la única que se cosca de todo el montaje. A partir de ahí, una mezcla de aventuras de acción con el anecdotario de la vida familiar. La segunda temporada ha seguido la trayectoria de la primera, estupenda,… pero mejor. Fundamentalmente porque ha habido un largo arco argumental a bordo de un crucero, en el que ha aumentado mucho el protagonismos de Yor, un poco en segundo plano en la primera temporada, lo cual ha enriquecido mucho la serie, dejando de lado que Yor es muy querida por los aficionados a la serie. Esa mezcla de candidez inocente con letalidad en su trabajo clandestino, de vestimenta marujil en lo cotidiano y osado uniforme de trabajo en lo secreto… es fenomenal. Para mí, un fijo en mi cartelera televisiva, absolutamente recomendable para los aficionados al género. E incluso para los que no, siempre que se acerquen a la serie sin prejuicios. Ni que decir tiene que, obviamente, Berlint, Ostania y Westalia son trasuntos del Berlín, Alemania oriental y Alemania occidental durante la guerra fría, y de ahí las fotos que ilustran la entrada de hoy.

マッシュル-MASHLE- es una parodia descarada y sin complejos de las aventuras de Harry Potter. En un mundo, o un país, donde todo el mundo tiene poderes mágicos, el personaje protagonista, Mash Burnedead, el Mashle del título, homófono de la palabra inglesa muscle, músculo, es un adolescentes que no tiene ningún poder mágico. Lo cual lo convierte a priori como un paria de la sociedad, un indeseable. No obstante, él vive feliz y a su aire con su padre adoptivo, que lo acogió cuando se lo encontró abandonado, y despreocupado mientras pueda atiborrarse de vez en cuando de petit choux (bocaditos de nata), a los que es adicto. Y eso sí, lleva toda su vida entrenándose y fortaleciéndose hasta un punto en que su potencia muscular y su velocidad son casi sobrehumanas, pero sin magia alguna. Tras altercado, se le ofrece una posibilidad para no se eliminado por su falta de poderes mágicos. Tiene que entrar en la escuela de magia, cursar los cursos y convertirse en uno de los alumnos destacados que le den derecho a un puesto especial en la sociedad. Y a partir de ahí vienen las aventuras, junto con el grupo de amigos que hace en la escuela, todo ello parodiando todos y cada uno de los elementos de la escuela Hogwarts de las aventuras de Harry Potter. Durante las vacaciones de Navidad vi los trece episodios de la primera temporada, que ya se emitió hace meses, en el 2023. Recientemente ha comenzado a emitirse la segunda temporada. Y sigo viéndola. Es muy divertida. En cuanto a interesante… bueno… es prescindible, si nos ponemos a ello. Pero muy divertida. Por que juega muy hábilmente con el absurdo.

Finalmente, MONSTERS 一百三情飛龍侍極 (Monsutāzu Ippaku Sanjō Hiryū Jigoku), en inglés Monsters: 103 Mercies Dragon Damnation, y en castellano, Monsters: El infierno del dragón, es un cortometraje de 25 minutos de duración que se puede ver en Netflix, aparentemente una precuela remota de los acontecimientos de One Piece, autoconclusivo. Su material original es un manga autoconclusivo de Eiichirō Oda, el creador de One Piece. En un pueblo en algún lugar se encuentran un Cyrano, el famoso espadachín, Flare, joven superviviente del ataque de un dragón a su pueblo, aparentemente salvada de las ruinas por Cyrano, y un desconocido samurái que tiene la costumbre de desafiar a un duelo a todos los que se rozan con él. Y por ello, acabará, aparentemente, poniendo en riesgo a la población del ataque del peligroso dragón. Pero todo son apariencias, la realidad sobre todos estos personajes es muy distinta, y se iniciará una aventura para salvar a todo el mundo y la población del dragón. Es muy simplona, pero entretenida, y tiene un acertado giro argumental en su punto medio que da la salsa a la aventura. Y está razonablemente bien hecha. No parece que vaya a tener continuidad. Pero obviamente podría ser también una especie de piloto para tantear la posibilidad de una serie basada en este temperamental samurai.

[Fotocomentario] La crisis climática y los negacionistas

Ciencia

Me suscita este comentario la revisión de las fotografías que hice durante mis días de fiesta en Navidad. Que aunque fueran frescos muy de mañana, fueron bastante agradables en general. Sólo si durante unas horas al principio del día hubo niebla, se notó un frío más desagradable. Pero la niebla se levantó antes del mediodía casi todos los días. Sobre las fotografías podéis saber más en En Navidad, hace buen tiempo,… – Olympus mju-II con Fujifilm 200. Pero lo que más comentábamos en esos días era que llevábamos varios años en que el tiempo es muy benigno en los meses de noviembre y diciembre comparado con lo que era anteriormente. Y las mediciones que publican las agencias de meteorología confirman esta sensación subjetiva. Son las consecuencias de la crisis climática.

Pero acompañando a la crisis climática, siempre han venido un buen número de negacionistas. Durante años negaron la propia crisis, el calentamiento global. En algún momento de los primeros cinco años del siglo, los medios de comunicación planteaban debates, en todo el mundo, en el que personas discutían si el calentamiento global era una realidad o no. Creo que fue en Nature, pero quizá fue otra revista del mismo estilo y prestigio, se publicó en aquellos momentos una editorial en la que informaban que, en aquellos momentos, entre el 2000 y el 2005, de cada 100 artículos que se publicaban sobre el tema, 3 discutían si el calentamiento global era o no una realidad. Los 97 restantes lo que discutían era a qué velocidad se estaba produciendo, considerando probando este hecho. Un nefasto divorcio entre ciencia, prensa y política/sociedad, que probablemente nos cueste muy caro por la inacción para afrontar el problema.

En la actualidad ya no se niega el calentamiento global. Lo que se niega es que sea una crisis, y que tenga consecuencias negativas. Con argumentos peregrinos y absurdos, como que las plantas «respiran» CO2 y que les viene bien para prosperar. Sobre esto. Las plantas respiran oxígeno, como nosotros. Lo que sucede es que también consumen CO2 para la fotosíntesis, que no es «respirar». Cuando no hay luz, siguen respirando oxígeno, aunque no consuman dióxido de carbono para sintetizar las sustancias orgánicas necesarias para su subsistencia. Y que tan estupendamente nos vienen a los heterótrofos para la nuestra. Volviendo a lo que iba. El negacionismo hoy en día es negar las consecuencias negativas… aunque las suframos constantemente. En muertes por calor extremo. En eventos de meteorología extrema. En alteraciones en las cosechas y en los ritmos vitales de los animales. En la erosión de las tierras. En las sequías y la carencia de agua para los cultivos o las poblaciones. Qué triste. Nuevos retrasos a la hora de tomar medidas.

[Libro] Inherit the stars – James P. Hogan

Literatura

Hace un par de meses o tres estaba yo leyendo un artículo sobre lo que ya se considera ciencia ficción clásica, aquella que se escribió en los años 60 y 70, en la que surgieron escritores que se bregaban en una ciencia ficción dura, en la que trataban de contar historias plausibles a la luz del conocimiento científico, y con mayor o menor éxito a la hora de crear al mismo tiempo un relato que entretuviera y que tuviese una suficiente profundidad para hacernos reflexionar sobre nosotros mismos. La mejor ciencia ficción siempre nos plantea escenarios futuristas y avanzados científicamente para hablar de nuestra identidad como seres humanos o de nuestros problemas actuales como sociedad o como especie. Véase al respecto la novela de Poul Anderson que comenté en septiembre de 2022, o la estupenda Cita con Rama de Clarke, un clásico entre los clásicos. Pero estos son sólo dos ejemplos que me han venido a la memoria sobre la marcha, sin pensarlo mucho, de los muchos que hubo. Coincidió que yo, a finales de los años 70 y principios de los 80, estaba en mi final de la adolescencia y principio de los años de universidad, y como buen chico de ciencias, me apasionaba este tipo de lecturas.

De los varios astros, planetas o satélites, que se mencionan en el libro, sólo dispongo fotos en detalle, realizadas por mí, de uno de ellos,… el planeta Tierra.

Sin embargo, había mucha oferta. Había una diversidad de colecciones de obras de ciencia ficción en varias editoriales que ofrecían abundancia de obras, muchas de ellas en formato de bolsillo, más económicas, y adecuadas a la pobre economía de un estudiante. Y hubo muchas cosas interesantes que se quedaron en el tintero. Es cierto que hoy en día, esas obras hay que leerlas con una cierta perspectiva y comprensión. Las ciencias han avanzado, y las propuestas de aquellos autores, entonces ingeniosas e innovadoras dentro de los paradigmas de la ciencia real, pueden resultar ingenuas o francamente descarriladas. Uno de estos autores, al que no accedí en aquella época, fue el británico James P. Hogan, un escritor relativamente prolífico, especialmente conocido por su serie de los Gigantes, y sobre el que no había leído. nada. En ese artículo que he mencionado al principio, y que soy incapaz de enlazar porque no recuerdo donde lo leí, recomendaba algunos libros de esta serie, y decidí leer al menos el primero de ellos, que os traigo hoy a comentario. En su original en inglés.

La acción nos sitúa en el año 2027, cincuenta años después del año en el que se publicó, momento en el que el autor, ingenuamente, imaginaba que la guerra fría habría terminado y habría comenzado una colaboración internacional para el desarrollo de la ciencia y la exploración del espacio, al que habrían ido los presupuestos destinados a los ejércitos. Inspirada por el 2001, A Space Odissey de Kubrick, que Arthur C. Clark adaptó a una novela con una trama muy similar, aunque con algunas diferencias en el argumento, tras una introducción que nos habla de ciertos acontecimientos en un pasado remoto, se nos habla de un hallazgo en la luna. El cadáver momificado de un astronauta en la Luna, con miles de años de antigüedad, pero inequívocamente humano. Un equipo de científicos de lo que sería la sucesora multinacional de la NASA acomete la tarea de estudiar el hallazgo y darle un sentido, ante su improbabilidad. Un posterior hallazgo en Ganímedes, satélite de Júpiter, de una nave claramente alienígena, compleja la tarea de dar sentido al conjunto. [Obsérvese el paralelismo con 2001; en aquella, se encuentran dos monolitos, uno enterrado en el cráter Tycho de la luna, y el otro en órbita alrededor de Júpiter (versión cinematográfica) o en Iapeto, satélite de Saturno (versión literaria)]

La novela es en general muy entretenida. No hay acción propiamente dicha, más allá de alguna reconstrucción de lo sucedido en el pasado remoto del que proceden los restos del astronauta lunar. Lo que vamos siguiendo es el proceso científico de generación de hipótesis a partir de los restos encontrados y su análisis, contrastados con el conocimiento científico establecido, para proceder al proceso de contrastar la fortaleza de esas hipótesis, para sustituirlas por otras cuando no funcionan, o para modificar el paradigma científico cuando es necesario. Intervienen todo tipo de científicos, biólogos, químicos, físicos, geólogos, paleontólogos,… también lingüistas e historiadores que aportan sus métodos de estudio a los elementos culturales de los restos. No hay villanos. Aunque haya personajes que nos caigan mejor o peor, el biólogo es uno de ellos porque parece intransigente, pero todos aportan. Y al cabo, el biólogo acaba resultando un científico serio, de los de ante hipótesis extraordinarias, las pruebas han de ser también extraordinarias. Escrita con una prosa muy directa y funcional, se lee fácil, con interés, en más de un caso me encontré trasnochando más de la cuenta por culpa de ese querer saber qué es lo que van a deducir.

Al mismo tiempo, las hipótesis que plantea el escritor resultan un tanto ingenuas desde el punto de vista del conocimiento actual. Por ejemplo, volviendo a la biología evolutiva, frente al hecho de que en los años 70 del siglo XX el fuerte del análisis de los restos paleontológicos estaba en el estudio morfológico de los fósiles, poco a poco fueron sustituidos, cuando esto fue posible, con las técnicas de biología molecular, especialmente el de los ácidos nucleicos, sometidos a un cambio por mutaciones en el tiempo, marcados por un reloj evolutivo, que permite establecer las relaciones de parentesco entre especies. Con ese conocimiento, la hipótesis final del libro… resulta implausible en el año 2023, aunque lo fuera en 1977. Lo mismo sucede con el origen de la Luna, aunque la teoría del gran impacto, hoy la favorita de los científicos, ya había sido formulada en aquel momento, y hace que la hipótesis final del libro tampoco sea admisible. Con el cinturón de asteroides pasa algo parecido. Cuando leí mi primer libro de astronomía divulgativa que me compraron siendo un adolescentes, y que devoré numerosas veces hasta casi aprendérmelo de memoria, se hipotetizaba con el origen del cinturón de asteroides como la consecuencia de un planeta en órbita solar entre Marte y Júpiter que hubiese sido destruido. Hoy en día, sabiendo que la masa total de los millones de cuerpos del cinturón se estima en sólo un 4 % de la de la Luna, más bien se considera como un intento fallido de formación de un planeta durante los inicios del Sistema Solar por las perturbaciones gravitatorias introducidas por el gigante Júpiter. En fin… la hipótesis final del libro, ingeniosa, hoy en día también resulta ingenua e implausible.

Bueno… las cosas son así. Las ciencias adelantan. Toda obra de ciencia ficción, especialmente ciencia ficción dura, que parte del conocimiento científico real, o aunque se base en las hipótesis más especulativas, cuando pasa un cierto tiempo queda desfasada y pasa a ser ingenua o simplemente errónea. No quiero decir con esto que toda la ciencia especulativa se quede desfasada. La evolución de Darwin tuvo que esperar décadas para poder conocerse cuál era su base biológica molecular y terminar de confirmarse. O la deriva de los continentes de Wegener tardó mucho en poder medirse y que fuese una teoría plenamente aceptada. Pero la obra es notable en su planteamiento. Y yo me lo he pasado muy bien. Contemplo la posibilidad de seguir con alguno de los siguientes libros de la serie. A ver que nos tenía que contar Hogan sobre este universo alternativo que planteó.

[Cine] Alice to Therese no Maboroshi Kōjō [アリスとテレスのまぼろし工場] (2023)

Cine

Alice to Therese no maboroshi mōjō [アリスとテレスのまぼろし工場] (2023; 05/20240119)

En este principio de año sigo alternando los estrenos en salas de cine cono los estrenos directos en plataformas en línea. De alguna forma me había hecho el propósito de ser más selectivo con las propuestas de estas últimas, disminuyendo los estrenos que veo en las mismas. Pero ciertamente el principio de año ha venido interesante. Y cuando supe del estreno de este largometraje de animación japonés, realmente me entró el interés. Su directora, Mari Okada, tiene una amplia trayectoria en la animación, especialmente como guionista. También el estudio responsable de la película, MAPPA, ha desarrollado proyectos muy interesantes tanto en formato de series, como algún largometraje realmente notable. Así que, bueno,… la película me apetecía.

Puestos a elegir un lugar para ilustrar la entrada, quizá Hiroshima, ciudad también sometida a una destrucción catastrófica, sea la más adecuada de lo que tengo en fototeca. No olvidemos que el miedo a la destrucción catastrófica está siempre muy presente en el imaginario nipón, entre bombas, volcanes y seismos con olas gigantes y demás.

Nos encontramos en una ciudad no muy grande, costera, entre montañas, cuya vida depende de la minería y de una acería que transforma el mineral extraído en las montañas. Una noche, cuando uno de los protagonistas de la cinta, Masamune, un adolescente de 14 años, se encontraba estudiando en casa con sus amigos, una explosión se da en la acería, que deja de funcionar, al mismo tiempo que unos extraños monstruos lobunos, del humo de la explosión, reparan unas extrañas grietas que se han formado en el cielo. A partir de ese momento, el tiempo se detiene en la ciudad. Los habitantes continúan con sus rutinas, pero no envejecen. Siempre es el mismo día de invierno, las embarazadas permanecen siempre embarazadas, los adolescentes de 14 años no maduran, algún habitante desaparece de vez en cuando. Masamune comienza una tensa relación con una chica que de alguna forma le gusta, Mutsumi. Y esta le presenta a una extraña niña que vive en uno de los hornos de la acería, muy similar físicamente a Mutsumi, y a la que bautiza Itsumi, que apareció de repente en un tren que venía del exterior, que sí que avanza en edad y crecimiento, aunque como la tienen aislada, su psicología no se ha desarrollado al mismo ritmo. Y que parece estar vinculada al misterio de la extraña situación de esta ciudad, de la que nadie sale ni entra, y que parece al margen del resto del mundo y del tiempo.

La película no adapta ningún manga ni novela previa. Es material original de Okada. Y es una historia compleja en su planteamiento y en su desarrollo. Visualmente es muy atractiva. Como es habitual en la animación japonesa, frente a unos personajes humanos muy esquemáticos en su concepción visual, pero complejos en su personalidad, tenemos unos ambientes de gran realismo y precisión. También tenemos una banda sonora compleja, un tanto ominosa. No estamos ante el típico romance adolescente en ámbito fantástico de muchas películas de animación del País del Sol Naciente. Los temas son diversos y profundos; la soledad, el aislamiento, la inseguridad ante un futuro que parece no existir, el duelo, la amistad, los liderazgos nocivos. Quizá lo que más complejo es y más lastra la película, donde más se la está criticando, es la forma, a veces confusa en que se va desentrañando el misterio del destino, el lugar y el tiempo en el que tenemos que situar esta malhadada ciudad y a sus habitantes, y quién es la misteriosa niña que vino del exterior, la única que crece y evoluciona.

La propuesta de Okada es realmente interesante. No participo de algunas de las críticas negativas que ha recibido. Ni de la percepción distante del público que parece haberse dado. Pero reconozco que no es fácil de ver. Y no siempre está bien resuelta la forma en que se desenreda la madeja de los misterios. Por lo tanto, no me atrevo a hacer una recomendación absoluta. Para los aficionados a la animación, y a la animación japonesa en particular, creo que sí es una recomendación clara, teniendo en cuenta que es una película más adulta de los que parece por las edades de los protagonistas. Para el resto de potenciales espectadores,… pues dependerá de la cantidad de riesgo que quieran aceptar y la predisposición a ver una película en casa, en una plataforma en línea, pero con la actitud de concentración y seriedad con la que afrontamos determinadas películas en las salas de cine. Cada cual sabrá.

En otro orden de cosas, para su distribución internacional, Netflix ha acortado el título de la película a un escueto Maboroshi (まぼろし), Ilusiones. Pero en su título original, que viene a ser La fábrica de ilusiones de Alice y Therese… No tengo ni idea de quienes son Alice y Therese, ¿las dos chicas coprotagonistas Mutsumi e Itsumi? Parece que procede de un proyecto original cuyo título vendría a ser La niña lobo Alice y Therese, y Alice sería Itsumi y Therese sería Mutsumi. También hay que comentar que de alguna declaración de la directora, para comprender mejor la película habría que comprender bien la diferencia entre las palabras japonesas ai 愛 y koi 恋; ambas se traducen como amor, que sería el tema principal de la película, pero son distintos. Y con distinta capacidad para transformar, o incluso destruir, el mundo de una persona.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

[Fotos] Hacia el solsticio de invierno

Fotografía

Hoy tocarían mis habituales recomendaciones fotográficas. Es domingo. Pero ni tengo mucha cosa seleccionada, ni tengo mucho tiempo. Así que lo dejaré en mostraros algunas fotos del rollo de negativos en color que hice a mediados de diciembre para confirmar que mi Leica Minilux funcionaba correctamente. Os lo cuento de forma más extensa en Confirmación de funcionamiento de la compacta – Leica Minilux con Orwo Wolfen NC500.

En cualquier caso, aunque el tipo de película que usé no me entusiasma, por eso la usé, porque si no iba bien la cosa no me daría pena la pérdida, hay una cosa que hizo que las fotos quedasen relativamente bien. Y es que hacia el solsticio de invierno, cuando las horas de luz son menos, la luz es la más idónea para fotografiar a lo largo de las horas centrales del día. El sol va también más bajo sobre el horizonte, y la luz nos llega más tumbada, más difusa, proyectando sombras menos intensa. Siempre lo he dicho, lo ideal sería que durante todo el año tuviéramos la calidad de luz de diciembre, pero con la duración del día y las horas de luz del mes de abril. Pero todo no se puede tener.

[Cine] Perfect days (2023)

Cine

Perfect days (2023; 04/20240115)

Wim Wenders rueda en japonés esta película ambientada en el distrito tokiota de Shibuya. Incluso si en ningún momento nos sacan la concurrida estación de tren, la escultura del fiel perro akita Hachikō, o el célebre y concurrido paso de peatones en cuadro con diagonal incluida. Me parece curioso comentar cómo se gestó la película. Cuando amainó el pandemonio pandémico, Wenders fue invitado a conocer el proyecto Tokyo Toilet, por el cual se rediseñaron los 17 aseos públicos del distrito de Shibuya, a cargo de 16 diseñadores y arquitectos. Como consecuencia de esa visita, se le propuso que trasladase su visión de este proyecto a un proyecto audiovisual; inicialmente pensando en algún documental o algunos cortometrajes. Esto evolucionó hacia cuatro historias cortas alrededor de un personaje, un limpiador de los aseos, pero que finalmente se integraron con
Takuma Takasaki como coguionista en el largometraje que vimos este lunes pasado.

Podemos intuir con relativa facilidad las cuatro historias. Aunque en la película se van imbricando, más o menos, unas sobre otras. Está la propia historia o presentación del protagonista, Hirayama (Kōji Yakusho), un hombre en sus sesenta y tantos, que trabaja en la limpieza de los aseos públicos, siguiendo una rutina personal muy estructurada alrededor de la pequeñas tareas de la vida cotidiana. La principal curiosidad de esta línea argumental es la partida de tres en raya que juega con un desconocido contrincante en uno de los aseos públicos. La segunda historia es la de la relación del trabajador del otro turno de limpieza, un joven que aún no ha cobrado su primer sueldo, pero que quiere impresionar a su novia, una chica modernita y peculiar. La tercera historia se nos presenta cuando delante de su casa se presenta una guapa adolescente que resulta ser su sobrina, hija de su hermana más joven, que se ha escapado de casa al discutir con su madre. A pesar de la modestia con la que vive Hirayama, la familia de su hermana vive de forma acomodada. E intuiremos, más que sabremos, que hay un pasado complejo en la vida de este hombre que, por lo demás, es educado e instruido, amante de la lectura y de la música de los años 60 y 70. Finalmente, esta la historia de la dueña de un pequeño bar, que canta una estupenda versión en japonés de The House of the Rising Sun que popularizaron The Animals, y de su exmarido que la dejó para casarse con otra, pero que ahora, en puertas de la muerte por una enfermedad terminal, a quien quiere ver es a su antigua mujer.

La película se desarrolla con parsimonia, pero con firmeza, ante nuestros ojos. Wenders es un maestro con la cámara y demuestra que los años no le han restado maestría aunque últimamente se prodigue poco en el largometraje de ficción. Por otro lado, se nota su amor por la fotografía, los encuadres son estupendos, y además dota al protagonista, y a su sobrina, de la misma afición a la fotografía. Ambos poseen una Olympus mju-1, de la que yo también tengo un ejemplar, que no uso, porque el enfoque automático le falla mucho. Pero sí uso su sucesora, una Olympus mju-II. Importa también la banda sonora, a cargo de los grandes músicos de rock de los años 60 y 70 del siglo XX. Cada mañana, cuando sale de casa con su vehículo, introduce un vieja cinta de cassette en el reproductor del coche. Y la hace sonar cuando ante sus ojos aparece la esbelta figura de la Skytree. Quizá deduzcamos de ahí que el hombre no vive en Shibuya, sino cerca de Asakusa o algún barrio vecino. No hay muchos diálogos en la película. El protagonista apenas dice unas cuantas líneas a lo largo de la película. Pero no hacen falta diálogos superfluos para que nos llegue la esencia de la propuesta de Wenders.

Con la contenida interpretación del protagonista, pero llena de humanidad y de expresión, bien acompañada por los secundarios con los que se encuentra cotidianamente, los nueve días en los que transcurre la acción, nueve porque nueve son las casillas del tres en raya, estos son los detalles que guían al espectador en el paso del tiempo y el espacio, este bello fragmento de la vida de una persona en los días de un mes de octubre cualquiera, son una propuesta absolutamente recomendable, que ayuda a reconciliarse con el mundo, e invita a tomarse la vida con otro ritmo, con otra mirada, más amable, más serena. Incluso si no disponemos de los modernos y estilosos aseos públicos del distrito de Shibuya. En cualquier caso, una de las película que más nos ha gustado esta temporada. Sin duda.

En otro orden de cosas, no, The House of the Rising Sun no es propia de The Animals, pertenece al folclore popular norteamericano. Y no, no nos pusimos de acuerdo en si la elección de esta canción para aparecer dos veces en la película, en inglés y en japonés, tiene o no que ver con el hecho de que Japón sea The Land of the Rising Sun 日本 (sol que se levanta). El título original de la película está en inglés, y es evidente su relación con la canción Perfect day de Lou Reed, que también forma parte de la banda sonora de la película.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: *****
  • Valoración subjetiva: ****

[TV] Cosas de series; fantástico en la Corea colonizada por Japón

Televisión

Vamos con dos series, que más bien son tres, luego me explico, y que tienen en común que, en todo o en parte, transcurren durante el periodo histórico en el que la península de Corea fue una colonia de Japón. Un periodo que los coreanos vivieron y recuerdan con amargura, porque los japoneses fueron bastante bordes con sus vecinos. Y es que las tradiciones de estos países del Asia más oriental son de fuertes identidades nacionales, ante las cuales los otros son vistos con desconfianza, con desdén, con incomprensión, etc… en mayor o menor medida y con unos u otros matices, según su posición y momento histórico. Un ejemplo es las leyes de naturaleza. El abanico que encontramos en el mundo va desde las que se basan en el lugar del nacimiento hasta las que se basan en quienes son sus progenitores. En Estados Unidos, por ejemplo, todo nacido en suelo estadounidense tiene derecho a esa nacionalidad, independientemente de la nacionalidad de sus padres. En la mayor parte de Europa, como en España, es una mezcla. En España, todo nacido de español, o incluso con abuelos españoles, tiene derecho a la nacionalidad, haya nacido donde haya nacido. Pero una persona extranjera, sin antecesores españoles, cuando lleva un tiempo de arraigo en España, creo que son diez años, tiene derecho a la nacionalidad. En países como Corea y Japón son muy excluyentes. Para ser coreano o japonés hay que ser hijo de coreano o japonés. Muy difícil la nacionalidad por arraigo. Tienen un fondo xenófobo muy potente. Así que cuando discuten entre sí… se les nota mucho; caracteres culturales nocivos. Porque en realidad son pueblos probablemente mucho más emparentados de lo que reconocen, o algo así muestran algunos estudios genéticos. Pero vamos con las series.

Periódicamente aparecen en Corea del Sur películas o series a propósito de los gumiho [구미호] o zorros de nueve colas, una criatura de las mitologías del Asia oriental, probablemente de origen chino, pero extendida a otros países, con especial éxito en la península coreana. Ya había visto un par de series pivotando sobre uno de estos gumiho, generalmente comedias románticas, que resultan entretenidas. Por eso recuperé en Netflix esta serie que no es producción propia, pero la distribuye en diversos países, bajo el título Gumihodyeon [구미호뎐], literalmente Cuento del zorro de nueve colas, como se titula en inglés, Tale of the nine tailed (fox). Como suele suceder en estas series, una mujer humana, una productora en una cadena de televisión, se enreda en una relación con un gumiho, al principio discutiendo, pero poco a poco en relación romántica. De fondo, un grupo de personajes de carácter fantástico, espíritus, dioses, demonios y demás, unos amistosos y otros siniestros, con sus rivalidades y sus afinidades, hasta que predomina una peligroso villano que busca poseer a la mujer que, inopinadamente, esconde un secreto que viene de mil años atrás y que puede dar un poder enorme al villano. «Disfrutando» de muchos de los defectos habituales de estas series, lo cierto es que divertida de ver, y sus personajes protagonistas, interpretados por Lee Dong-wook y Jo Bo-ah, a esta la he visto ya en otras series, tienen bastante carisma. Con buen acompañamiento de los personajes secundarios. Muy entretenida.

La serie tuvo mucho éxito, y eso provocó que sugieran productos derivados, como alguna adaptación animada o pequeñas webseries que complementaban a la principal. Pero en 2023, surgió un derivado más ambicioso, que se puede ver en Amazon Prime Video. En algunos sitios aparece como la segunda temporada de la serie, por ejemplo en IMDb, pero a mí me parece más otra serie, con 12 episodios en lugar de 16, en la que aparecen algunos de los personajes fantásticos principales de la primera, y nuevos personajes. La protagonista femenina original sólo aparece en escenas recuperadas de la primera serie, o en pequeños cameos. En esta segunda serie Gumihodyeon 1938, es decir, Cuento del zorro de nueve colas 1938, el gumiho y su fiel compañero viajan al pasado, a la época de colonización japonesa, donde se ven implicados en un misterio entre espíritu, dioses y demonios, y donde aparecen dos coprotagonistas nuevos, compañeros de infancia del personaje principal, interpretados por Kim So-yeon y Ryu Kyung-Soo. Y donde además de los villanos fantásticos, también aparecen los villanos japoneses, también con tintes sobrenaturales. Aunque hay algún romance pululando por ahí, es fundamentalmente una serie de aventuras. También muy entretenida. aunque con alguna inconsistencia en el guion. Pero estas son casi inevitable por lo que se ve en las series surcoreanas de este tipo, donde las argucias argumentales poco elegantes son frecuentes para salvar las situaciones. Por ejemplo, son frecuentes los deus ex machina, que a mí me ponen de los nervios. Pero si lo quieres lo coges; si no, lo dejas.

Y finalmente, una serie reciente de Netflix, Gyeongseong creature, con el título original en inglés, aunque en castellano se puede encontrar también como El monstruo de la vieja Seul. La capital de Corea del Sur ha recibido distintos nombres durante su historia. Durante el largo periodo Joseon o Chosón, 1391 – 1897, se llamó Hanseong o Hanyang, aunque en los últimos tiempos de ese periodo se le empezó a conocer como Seoul, de donde viene el exónimo castellano Seúl. Pero los japoneses decidieron darle el nombre de Keijō 京城, caracteres que en coreano se leerían Gyeongseong [eso suena más o menos como guionsón a los oídeos de un hispanohablante]. De ahí lo de la vieja Seúl. Esta serie viene con pretensiones de dejar huella. Otra cosa es que lo consiga o no. Con dos protagonistas principales atractivos, Park Seo-joon y Han So-hee, que son fáciles de encontrar en otras producciones recientes de éxito, nos habla del ambiente en la capital coreana en los últimos tiempos de la guerra, en la que el protagonista masculino, que regenta una casa de empeños muy próspera en la precaria situación de la época, se ve involucrado con la protagonista femenina, una detective que con su padre busca a su madre desaparecido tiempo atrás. Pero en un hospital de la ciudad, el ejército japonés, a imagen y semejanza del infame Escuadrón 731, que actuó en Harbin (Manchuria), realiza experimentos con seres humanos, con prisioneros y personas secuestradas. Y allí crean un poderoso monstruo, virtualmente invencible.

Frente a otras series coreanas que suelen mezclar la comedia, el drama y la acción, esta serie tiene un mayor contenido dramático, además de abundante acción en las dependencias del malhadado hospital, donde se mezclan los intereses de unos y otros. Lo cual la hace muy entretenida. Hay quien califica la serie como de ciencia ficción. Pero la naturaleza tan excesiva del monstruo a mí me lleva a calificarla como fantasía como otra cosa. Tanto en esta serie como en la anterior, los japoneses aparecen siempre como esencialmente perversos, en ocasiones hasta la caricatura. Y a los coreanos como increíblemente valientes, hábiles en la lucha, galantes y patriotas. Lo cual siempre me chirría, puesto que los intentos de establecer una resistencia y una guerrilla contra el ocupante, en la historia real, siempre fueron muy tímidos y condenados al fracaso, y hubo una importante colaboración por parte de sectores de la sociedad coreana, especialmente los más acomodados. Además, como en otros lugares, la resistencia estuvo dividida entre los nacionalistas tradicionales, y los comunistas apoyados por la Unión Soviética. Si no fuera por la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, Corea tuvo muy pocas posibilidades de independizarse por sus propios medios. Y esa división entre resistentes, se manifestaría en las zonas de influencia soviética y norteamericana, que llevaría a la división del país a través del paralelo 38 y la guerra de 1950-53. Por lo cual, también se puede considerar como «fantástica» en cuanto a la visión de la historia del país.

De todas formas, la serie se ve sin problemas. Entretenida como decía, a pesar de dejar todas las tramas cerradas, con su punto de tragedia, por el arte del birlibirloque, y algún deus ex machina que otro, donde debemos insistir en el aspecto fantástico, deja las puertas abiertas a una secuela o segunda temporada, ambientada en tiempos más modernos. Que más que probablemente vería sin problemas. Pero en general, aunque esta serie, como he dicho, venía con bastantes pretensiones, y está bien hecha, me he divertido más con la anterior.

[Foto] Un puente; visitarlo una y otra vez

Sin categorizar

No es infrecuente que muchos aficionados a la fotografía se bloquean ante los temas que encaran. A muchos les atrae eso que ahora llaman, en inglés habitualmente, street photography, lo que viene a ser fotografía documental de lo cotidiano, lo que sucede en las calles y plazas de las ciudades. Pero se ha generado el dogma de que eso consiste en fotografiar a la gente que pasa, y eso corta al aficionado, incapaz de romper la barrera de la esfera personal. Existen muchas otras formas de hacer fotografía documental que no impliquen invadir la esfera personal de la gente. Y con más frecuenta de lo que creemos, con mejores resultados. O el paisaje urbano… parece que necesitamos elementos arquitectónicos llamativos, singulares, algo que no esté en nuestra rutina diaria. O el retrato… si necesitamos modelos, o cómo tratar con ellos, o el equipo que tenemos que llevar, y el «bokeh» famoso… siguiendo siempre las modas, tengan sentido o no. No exploramos la diversidad de posibilidades que ofrece la fotografía, aprovechando aquella que nos satisfaga y nos haga sentir cómodos, sin que deje de ser un reto que imponga una mejora constante.

A mí me gusta determinado tipo de paisaje urbano o periurbano. Y desde hace tiempo he decidido seguir el ejemplo de algunos de los mejores fotógrafos, aunque mis resultados sean muy humildes en comparación. Volver una y otra vez a los mismos paisajes y escenarios. En color o en blanco y negro. En todas las estaciones del año. A distintas horas del día. En digital o con película tradicional. Con buen tiempo o con lluvia. Durante este invierno he dedicado algunas mañanas y varias tardes a pasar un rato recorriendo de un lado al otro el puente del Hierro de Zaragoza, oficialmente llamado puente del Pilar, aunque muchos zaragozanos no lo sepan. Es un lugar con muchas posibilidades, pero en el que es muy fácil caer en el tópico.

Cuando a principios de diciembre decidí comprobar que una cámara que tenía aparcada funcionaba correctamente, podéis saber más en Comprobando que todo va bien – Leica Minilux con Lomography Potsdam Kino 100, también elegí ese entorno para hacer mis pruebas. En unas mañanas de invierno, pero con una climatología que no sé si calificar de otoñal templada o de primaveral, y en con película tradicional, en blanco y negro. Y son un aporte más a la colección de fotografías que sobre el lugar y el entorno voy recogiendo. Y de las cuales valdrán para el futuro unas cuantas. Ya veremos se alguna vez las incluyo en un proyecto más complejo. Pero ese es mi enfoque actual. Visitar los lugares que me despiertan interés, una y otra vez. Hasta que sea incapaz de ver nada más. Nos vemos por allí.