[Deportes] Se apagó la llama olímpica; hasta… ¡yo que sé!

Deporte

Sí. Ayer terminaron los juegos olímpicos. De cuestiones fotográficas y de retransmisiones televisivas no hablaré más. Ya he dado la tabarra lo suficiente. Aunque si os interesa la ceremonia de clausura, como siempre en In Focus de The Atlantic nos traen bonitas y significativas imágenes a gran resolución. Yo aguanté un ratito, pero amenazaban con terminar bastante más tarde de la medianoche, y hoy había que ir a trabajar. Y la cosa, que giraba en torno a la música pop británica, tampoco me tiraba tanto. Me perdí a Eric Idle cantando Always look on the bright side of the life, pero me ahorré la visión de la Spice Girls de nuevo más o menos reunidas, lo cual, sin duda, me hubiera producido horribles pesadillas… durante los cuatro añoss que pasarán hasta los siguientes juegos.

Pero bueno. Se rompió la tradición de que la última prueba de los juegos fuera la maratón masculina, cuyo final era seguido por la ceremonia de clausura. Como la femenina, se corrió por la mañana, por el centro de Londres, con principio y final en The Mall. Está bien porque ves más de lo bonito de Londres, pero la tradición tampoco estaba mal.

El maratón se corrió con salida y llegada a The Mall, pasando varias veces ante el palacio de Buckingham. Mucho mejor ver correr a los delgaditos atletas africanos que desfilar a los estirados guardias Coldstreams.

Se jugó la final de baloncesto. Y por momentos, España (me niego a llamarle ÑBA, lo cual me parece renunciar a tener una personalidad propia) plantó cara a la todopoderosa NBA. Ganar era muy difícil; pero visto el torneo en su conjunto, también parecía difícil caer por un tanteo abultado. Y no, la cosa no se decidió hasta el último cuarto. Bien por ellos. Y porque querían más. Hasta estaban tristes a pesar de la plata conseguida.

El hecho de que los países anfitriones consigan sus mejores resultados en medallas cuando lo son, a mí me indica una cosa. Que no tiene que ver con la motivación, con el orgullo, con jugar en casa o tontadas por el estilo. Tiene que ver con la inversión económica que los países hacen en sus deportistas para quedar bien en sus juegos. Por lo tanto, opino que los buenos resultados depende de los recursos invertidos. Dada la triste situación económica de nuestro país, y teniendo en cuenta su trayectoria en las dos últimas décadas, con la desinversión en espectáculos deportivos distintos del pelotón que se ha producido tanto el sector público como en el privado, las 17 medallas se me antojan un éxito del copón. Y bien por las chicas que son las que más han aportado, sin quejarse (demasiado) de la horrenda vestimenta que en ocasiones se han visto obligadas a vestir. Estos es una coña. Bien por ellas, sin más. Incluidas las que pelearon y no lo consiguieron.

Las cámaras pillaron en alguna ocasión a las ardillas de St-James’s Park, cruzando The Mall, sorteando atletas.

Bien por Jamaica. Además de correr mogollón de deprisa, son mucho más simpáticos que sus contrincantes principales los velocistas yanquis, que no sólo desfilaron vestidos de militares en la apertura, sino que constantemente hacía saludos militares en sus triunfos. Parece que nos olvidamos que en la época clásica, la celebración de los juegos era un momento en el que los ejércitos cerraban por vacaciones. Eso sí, que cutres los jueces que no le querían dar al bueno de Bolt el testigo de la prueba del 4×100. Que eran las reglas decían. Serán memos… menos mal que hubo alguien con sentido común, y arreglaron la falta de tacto y diplomacia.

Me alegran mucho los éxitos de los corredores africanos en las medias y las largas distancias, pero no me gusta lo de las nacionalizaciones a la carta para llenar los equipos de otros países con corredores de estos orígenes. Creo que se desvirtúa el espíritu de los juegos. De todas formas, lo de la representación por países me parece bien, para que haya gente de todo el mundo. Pero se debería correr sin banderas. Todos bajo el emblema olímpico, y celebremos todos a los ganadores por su esfuerzo y habilidad en lugar de por su bandera. Dicho esto, no me gustan los éxitos de los países con dictaduras que usan este tipo de logros para su indecente propaganda populista. Sí. Estoy hablando de China.

También paso la prueba ante el mazacote barroco con tintes neoclásicos de la catedral de Saint Paul.

Me gusta ver deportes minoritarios. Ayer me encantó ver el final de la prueba de Pentatlón moderno femenino, en el que una chiqueta lituana de metro sesenta de estatura, con gran esfuerzo se imponía en la línea de meta, después de haber nadado, montado a caballo, tirado con espada, y tirado con pistola mientras se corren 3000 metros en un recorrido campo a través. Seguro que no se hace famosa como otros. Pero me resultó muy meritorio. Laura Asadauskaitė se llama la chica. Como para acordarse del apellido. Pero de lo más simpática.

En fin, podría comentar más cosas, pero se me acaba el tiempo. Tengo cosas que hacer y se me está haciendo tarde. Los próximos juegos se celebran en Río de Janeiro. Así que los horarios de televisión serán infames. Según sean las siguientes citas olímpicas, me puedo pegar otros 20 años sin ver este tipo de cosas. Bueno, siempre quedan los de invierno. Cuando se celebran en América, ya que como las pruebas de esquí son por la mañana y primeras horas de la tarde, entonces las vemos aquí entre la tarde y la noche… Que rollo lo del mundo redondo, ¿no?

Y corrieron los maratonianos a través de Leadenhall Market, mercado cubierto en la City, que siempre me ha gustado mucho. A ver por donde corren el maratón en la calurosa y húmeda Río. Pobres. ¿Por la playa de Copacabana? ¿Barra da Tijuca? ¿Ipanema, donde las garotas?

[Fotografía] Recomendaciones semanales; encontrado en la web

Fotografía

Hoy traigo aquí algunas recomendaciones que abarcan las dos últimas semanas. La semana pasada dediqué este espacio en exclusiva a la fotografía en los Juegos Olímpicos de Londres. Pero guardé alguna de las cosas que me interesaron en la semana anterior, y que uno a otras de esta semana. Espero que os resulte interesante.

Pero antes, para terminar la cuestión de la fotografía deportiva olímpica, me pararé en algunas consideraciones.

Como la semana pasada os hablaba de David Burnett y sus fotos realizadas con la Speed Graphic, no quiero dejar pasar la oportunidad para sugerir la visita de un par de galerías. Una en el fotoblog Lens de The New York Times. Junto con algunas bellas imágenes en blanco y negro con la Speed Graphic, también encontramos una de las fotografías más icónicas de la historia de los juegos olímpicos. Se trata del incidente en el que la estadounidense Mary Decker tropezó con la sudafricana, polémicamente nacionalizada británica para saltarse el veto antiapartheid, Zola Budd, también famosa por correr descalza, en los juegos de Los Ángeles en 1984. Por terminar el apartado Burnett, os recomiendo  también visitar la galería en su sitio web dedicada a las fotos procedentes de cámaras de gran formato, no necesariamente de tema deportivo.

El hombre más rápido del mundo en estos momentos, ganador de tres medallas de oro en los juegos, convertido en fotógrafo. Esto lo vi yo mismo en televisión. Al terminar la final de los 200 metros, el jamaicano Usain Bolt, ganador de la prueba, cogió la cámara de un fotógrafo sueco, Jimmy Wixtron, y empezó a hacer fotos de su entorno. Y el resto de los fotógrafos que siguieron fotografiándole armado con una Nikon D4 y un objetivo gran angular de focal variable. En un artículo de Daily Mail nos cuentan la historia y nos muestran las fotografías. Por cierto, las que hizo el jamaicano están sobreexpuestas. Se confirma una vez más. La calidad de la fotografías depende mucho más de la calidad del fotógrafo que de la cámara. Y el atleta tenía entre sus manos una de las mejores del momento.

Ya que una de las recomendaciones de hoy tiene que ver con fotografiar bosques, o en los bosques, os traigo algunas fotos de los sotos en el meandro de Ranillas, Zaragoza.

Dejemos los deportes y pasemos a las recomendaciones diversas, como otros fines de semana.

Ya que hemos visitado anteriormente el fotoblog de The New York Times, Lens, ayer mismo nos ofrecía un porfolio de fotografías de la fotógrafa Gail Albert Halaban. Todas ellas son imágnes de gentes a las que podemos ver en su vida cotidiana a través de sus ventanas. No sé si me parece muy correcto este tipo de «voyeurismo» o espionaje indiscreto vecinal, pero reconozco que las fotografías están muy bien. La serie se denomina Out my Window. Que recomiendo ver a través del enlace en su página web y en pantalla completa. Bueno, en este país tenemos costumbre de poner cortinas en las ventanas, cosa que no parece suceder en algunos países de tradición anglosajona o germánica. Así que no es tan fácil que nos pillen en plan «ventana indiscreta».

En plan también ventana indiscreta son las fotografías del coreano In Sook Kim, recomendado por Rafael Roa. En este caso, no se sorprende a nadie en su actividad cotidiana. Son fotografías en las que se ha dispuesto un escenario para representar la variedad de las pasiones humanas. Tienen mucho de cinematográfico. La serie se llama Saturdays Nights.

Y ya que estamos con las recomendaciones de Roa, también convendrá hechar un vistazo a los desnudos de René Groebli. Luces, sombras, texturas,… un blanco y negro de aspecto pictórico que me ha resultado muy atractivo. No apto para los que luchan vigorosamente contra el grano/ruido en las fotos. Ellos se lo pierden.

Se accede a estos sotos a través del Parque del Agua, y mantienen buena parte de su estado asilvestrado original.

En Feature Shoot nos ofrecen las imágenes que David Jay ha dedicado a las mujeres intervenidas quirúrgicamente de cáncer de mama. Estas fotografías no se pueden ver en su página web, dedicada al mundo de la moda. Existe una página específica, The SCAR Project (El proyecto CICATRIZ), con el título secundario Breast Cancer Is Not A Pink Ribbon (El cáncer de mama no es un lazo rosa), que denota su intención de despojar de cursilería el tema y centrarlo en aspectos que asustan más a los ciudadanos, más crudos, pero que al mismo tiempo pretende ser un homenaje a las mujeres que han sufrido esta enfermedad. A mí me ha convencido. Tanto desde el punto de vista fotográfico como del concepto.

Estamos en tiempo veraniego y muchos ciudadanos se van a destinos playeros para aplacar los rigores del calor estival. Por eso me ha parecido interesane la galería de retratos en Orchard Beach que nos ofrece aCurator, del fotógrafo Wayne Lawrence. No son los retratos playeros habituales.

Y ya que estamos con retratos, Lenscratch nos propone la obra de Greg Miller, que captura imágenes de sus compatriotas norteamericanos con una cámara de banco de 8×10″. Si antes defendía la acción del fotógrafo sobre la del equipo, aquí tengo que reconocer que la herramienta es también importante a la hora de definir las sensaciones que transmite una fotografía.

En Siéntate y observa… nos hablan de la retrospectiva de Jitka Hanzlová que se está exponiendo en la Sala Azca de la Fundación Mapfre. Especialmente nos recomienda su serie Forest. Me gustaría poder ir a Madrid algún rato este verano. Para ver esta exposición entre otras cosas interesantes que hay. Pasaré por allí el miércoles y el domingo, pero no me podré detener. Pena. De todos modos igual me hago con el catálogo.

Ya que he hablado de ir a Madrid, obviamente me gustaría visitar la exposición de Edward Hopper. Pintor, para el que no esté al tango. Rafael Roa dedicó hace poquito un artículo en su blog a la influencia de Hopper en la fotografía, que os recomiendo. Sobre el tema, uno de mis libros favoritos de mi biblioteca dedicada a la fotografía es Edward Hopper & Company editado por la Fraenkel Gallery que nos ilustra perfectamente esta cuestión.

Lamentablemente, cuando estuve hace unas semanas, lo hice de forma descuidada y llevaba la batería de la cámara casi agotada, y sin coger recambio, por lo que sólo pude hacer unas pocas fotos, y no en la mejor hora.

[Viajes] Patrimonio de la humanidad visitado

Viajes

Tengo un buen amigo que desde hace unos años me habla de los lugares considerados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Y tiene hechas listas de los que ha visitado. Esta noche he dormido como un lirón, pero me he despertado relativamente pronto para ser sábado, como me suele pasar, y con un sueño en el que aparecía este amigo mío y me insistía con el tema. Eran las ocho de la mañana, ya no iba a caer dormido de nuevo, así que me he levantado y he comenzado a hacer mi lista. Y la tengo disponible para quien quiera consultarla.

Algunas observaciones. Hay algunos lugares declarados patrimonio de la humanidad que están dispersos en una región geográfica. Por ejemplo, si tomamos el Mudéjar de Aragón, comunidad autónoma española en la que nací y habito, pues no he repasado todos los edificios en todas las ciudades y pueblos que están en la lista. Seguro que no los he visto todos, pero sí bastantes. O más recientemente, hay dos fiordos noruegos que están declarados patrimonio de la humanidad, Nærøyfjord y Geirangerfjord. Sólo he visitado el primero. En el caso del Mudéjar, no he puesto anotación alguna, sería muy prolija. En el segundo caso, y otros similares, entre paréntesis he señalado los lugares que visité.

Catedral de Ferrara, Italia. Declarados Patrimonio de la Humanidad de la Unesco la ciudad de Ferrara y el  delta del río Po, Italia.

Mi memoria tampoco es infalible. Por ejemplo, entre los Beguinajes flamencos, recuerdo nítidamente los de Brujas y Lovaina. Pero también aparecen listadas otras ciudades, que he visitado, pero de las que no tengo recuerdo de haber visitado el beguinaje. Amberes o Gante son un ejemplo. Puede que sí, pero no fui consciente, o esas neuronas murieron al tomarme un cuba-libre. En otro orden de cosas, en algunas ciudades que he visitado aparecen listados lugares patrimonio de la humanidad que no recuerdo haber visitado. En algún caso, sé positivamente que no, pero en otros puede que sí, puede que no. Son viajes de hace años, y si no tengo fotografías de los lugares, a veces no recuerdo.

Altar mayor de San Apolinar in Classe. Declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el conjunto de monumentos paleocristianos de Rávena, Italia.

En algún caso, por ejemplo Pirineos – Monte Perdido, por estar a caballo entre dos países, aparece en la lista también en dos ocasiones. En España, conozco los cañones de Añisclo, Ordesa y Pineta, además de los alrededores del monte por encima de los cañones, y en Francia, el circo de Gavarnie.

Hechas estas aclaraciones, os ilustro la entrada con algunas fotos de algunos de estos lugares. Entre los visitados en lo que llevo de año.

Gondoleros en el sestiere del Castello. Declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco la ciudad y la laguna de Venecia, Italia.

Primeras horas de la mañana en el puerto de Bergen. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el barrio de los muelles de Bryggen en la ciudad de Bergen, Noruega.

Navegación en el Nærøyfjord. Declarados Patrimonios de la Humanidad por la Unesco los fiordos de la región occidental de Noruega, Nærøyfjord y Geirangerfjord.

[Cine – obituario] Félix Sancho Gracia (1936 – 2012)

Cine

En esta tarde consideraba improbable que hubiera alguna entrada en este Cuaderno de ruta. Pero las cosas cambian, los planes se estropean, el calor aprieta, de lo lindo, y uno decide descansar tranquilamente en casa, viendo algo de los Juegos Olímpicos, y encima te lo ponene fácil para escoger un tema para la actualización casi diaria de este casi diario dedicado a mis aficiones y tiempo libre.

Es curioso. No suelo asociar a Sancho Gracia con el papel que más fama le dio, Curro Jiménez. Es una serie que tan apenas vi. No me gustaba mucho en realidad. En aquella época no había mucho que elegir en la televisión y yo era un adolescente. Si no tengo muchos recuerdos supongo que es porque la ignoraba y me ponía a leer, mi actividad preferida en casa en aquella época. Mi primer recuerdo del actor, sin embargo, es anterior. Y curiosamente es uno de esos recuerdos que también asocio a la lectura. Y eso que yo era un niño. Es de cuando protagonizó Los tres mosqueteros en la televisiva Novela. Novela era una serie de televisión que se emitió durante un buen montón de años, en los que adaptaban alguna obra literaria en forma de miniserie de cinco capítulos que se emitían por la tarde de lunes a viernes. Pero hubo alguna excepción a esto de los cinco capítulos. Y algunas de ellas tuvieron el renombre de El conde de Monte Cristo (no protagonizada por el actor madrileño) y la mencionada obra de Dumas sobre aquel cuerpo de de la guardia real francesa. Desde que siendo un niño vi las aventuras de D’Artagnan, sus amigos, la sosita de la Bonacieux, y los malvados Richelieu y, sobretodo, la guapa y gélida Milady de Winter, no vi el momento de leer aquella novela que compite con cualquier película de Hollywood en inexactitudes históricas, pero que es divertídisima. Aventura pura.

Supongo que lo vi en muchos de los Estudios 1 que protagonizó o en los que participó. Y sí que lo recuerdo en Los camioneros, serie de los años 1973 y 1974, cuya banda sonora tengo metida en lo más profundo de conciencia por la cantidad de veces que el padre escolapio Ladislao Leoz nos la hizo tocar con la flauta dulce cuando hacía 5º de EGB. Si repaso su filmografía posterior a aquellos momentos, me doy cuenta hasta que punto es un actor que hizo de todo, bueno y malo, y que probablemente tenía algo más de potencial del que mostró en la gran o en la pequeña pantalla. Nunca me gustó mucho en general, pero si le reconozco algún papel más que interesante, muchas veces como actor de reparto en algunas buenas producciones.

En cualquier caso, los recuerdos que guardo de aquella época infantil, me bastan y me sobran para recordarlo con cariño y con respeto, y para desear que se reuna con los grandes del cine y de la televisión que ya partieron hacia el cielo del séptimo arte, el único cielo al que, caso de haber alguno, me gustaría ir cuando se me acaben las pilas.

Tullerías

Los jardines de las Tullerías, cerca del palacio del Louvre, según nos contaba Dumas, eran lugares propicios para las citas galantes, la intrigas políticas y los duelos entre los mosqueteros de Luis XIII y los siniestros guardias del cardenal Richelieu. Aunque los mosqueteros siempre parecieron más dispuestos a proteger a la reina consorte, la española Ana de Austria, que a su augusto esposo.

[Televisión] Cosas de series,… y lo surrealista de las retransmisiones olímpicas

Deporte, Televisión

Pocas novedades con respecto a la semana pasada. Las series, no muchas de las que estar pendientes este verano, las llevo al ralentí. Y más esta semana en la que la «sesión de noche» la dedico a los Juegos Olímpicos, fundamentalmente a las pruebas de atletismo. Por dejar las cosas claras. La semana pasada mostré mi admiración por uno de los personajes femeninos de The Newsroom, la analista económica Sloan Sabbith (Olivia Munn), que si en la semana anterior mostraba su lado dramático, en esta, con menos protagonismo mostraba buenos destellos de su capacidad para la comedia. Con éxito. Y lo sigo diciendo, está como un queso. Guapísima. Merece muchos más minutos que la sosa de Maggie (Alison Pill). Incluso la amiga de esta Lisa (Kelen Coleman) merece más minutos que la sosa en cuestión. Pero bueno, como véis, anecdótico.

Apoyar mi opinión de hace unas semanas, que el drama policiaco tipo western moderno, Longmire, ha ido creciendo en intensidad y en interés conforme ha avanzado su primera temporada y ahora, a punto de terminar, me va a saber a poco. Pocas cosas novedosas más que contar.

No todo es deporte en Londres; también hay cultura, como los museos,… o depósitos de expolios de tierras ajenas como el British Museum… Si ya conozco las razones de los británicos para decir que no es un expolio sino otra cosa… ya.

Pero volvamos a los JJ.OO. de Londres. Ya comenté también mi decisión por optar por las retransmisiones de Eurosport HD por la excelente calidad de las imágenes en alta resolución. Y también por la variedad de disciplinas deportivas que he podido ver, aunque sea en pequeñas dosis. No penséis que me estoy tragando muchas horas de juegos. Ni mucho menos. Alguna cosita por la tarde después de comer, y por la noche después de cenar la retransmisión de atletismo. Pero bueno. Aún estoy ahí. Los que tengo más dudas de que estén ahí, o en el mundo en general, son algunos de los comentaristas. Que confirman mi teoría de que lo peor de las facultades de periodismo debe ir a las secciones de deportes. Bien. Algunas perlas.

Se supone que saben inglés, pero de vez en cuando meten la gamba que da gusto. Por poner un ejemplo, no se han enterado que el lugar de las pruebas de tiro, The Royal Artillery Barracks, es el «Cuartel de la Artillería Real» y no el «barracón de artillería». Es por poner un ejemplo.

Un comentarista se metió en un berenjenal con el país de Bielorrusia, la «última» dictadura de Europa, lo cual es ser muy benevolente con algún otro régimen de la zona. Más o menos empezó a hablar de este país como la «Rusia Occidental», redondeándolo con la versión inglesa del término «Western Russia». Suponiendo que «Rus» y «Rusia», en los idiomas eslavos del lugar, fueran equivalentes como hacemos en español, lo cual no está claro, el país no sería la «Rusia Occidental» sino la «Rusia Blanca». Al ratito de meterse en este fregado, así como de pasada, aplicó este apelativo al país. Quizá alguién le dio un toque. O alguno de sus seguidores en Twitter de los que tanto presumen. Quizá este dato no sea del conocimiento del público en general, pero en un periodista que transmite unos juegos olímpicos,…

El Old Royal Naval College en Greenwich no está muy lejos de The Royal Artillery Barracks.

Creo que fue el mismo periodista, que en el momento de entregar las medallas de los 100 metros vallas femenino, empezó a hablar del Waltzing Matilda, canción popular tradiciona australiana, país de la ganadora, que ha sido propuesto en alguna ocasión como himno del país oceánico. Hasta ahí, pase. Pero coge y va y empieza a compararlo con el Paquito el Chocolatero. Una canción que, aunque muy popular, es profundamente nostálgica y canta algunos valores sobre la justicia social comparado con un pasodoble pachanguero de los de bailar en bodas y fiestas de pueblo, cuando vas bien servido vinorro y licores espirituosos. Esto es estar en lo que se está. Esto es tener sentido de la proporción y conocimiento del mundo… Por cierto, que la «matilda» de la canción no es ninguna señora, que la expresión «waltzing matilda» es sinónimo de vagabundear. Pero esto ya es mucho pedir.

Pero pasemos a lo políticamente correcto/incorrecto. No es que yo sea un fanático de lo políticamente correcto; a veces, tapa otras miserias y desigualdades que convendría dejar explícitas. Pero en general reconozco la necesidad de convivir en paz, y de no arremeter verbalmente contra el prójimo con comentarios que pudieran ofenderlo. Pero no hay que preocuparse, que para eso tenemos al comentarista, no sé si es el mismo u otro, no me quedo con los nombres, que a una chica norteamericana que compite en halterofilia, en la categoría de más peso, más de 75 kilogramos, pero que evidentemente padece una obesidad mórbida ya que acreditaba un peso corporal de más de 160 kilogramos, va el tío y empieza a decir que mira tú que suerte que en esa categoría de competicía la chica podía comer lo que quisiera, que qué feliz, que qué bien… No como las de las categorías inferiores que tenían que vigilar el peso. Y que se notaba que le gustaba menear el bigote… Yo no podía dar crédito a los sonidos que llegaban a mis oídos. De verdad. Sobretodo porque no creo haber escuchado en la competición masculina comentarios similares. Totalmente fuera de lugar. Catastrófico. En cualquier caso, también sería interesante hablar de cuándo el deporte no lleva aparejado el famoso «mens sana in corpore sano».

Tomando unas pintas o lo que sea en Covent Garden; si tomas muchas te arriesgas a terminar cantando el «Waltzing Matilda». O peor, bailando el «Paquito el Chocolatero».

Claro, en un tono no muy distinto, en los lanzamientos de objetos más o menos pesados en el estadio de atletismo, lo que en las competiciones masculinas eran demostraciones de fuerza o potencia, en las femeninas de repente se convertía en «mira tú que bestia», «pero será bestia» o similares. Y no voy a entrar en otros comentarios sobre el físico de las competidoras.

Otros fregados en los que se han metido con frecuencia han tenido que ver con los conceptos de raza/genética. En los últimos años,… décadas más bien,… los atletas de origen africano, han sido los dominadores de muchas pruebas atléticas. Y aquí me refiero tanto a los del África subsahariana, a los del norte de Africa, o a los descendientes de esclavos llevados al caribe o a Norteamérica. Lo que vulgarmente se denomina en la calle «negros» y «moros». Analizar porque esto es así es complejo, por la variedad de factores sociales, económicos, culturales, e incluso tal vez biológico, sólo tal vez, que llevan a ello. Pero esto no ha impedido para que hayan abundado los comentarios pseudocientíficos, sobre genética. Lo cual sorprende dada la relativamente escasa variabilidad genética de la especie humana que hace que el concepto de raza sea dudosa aplicación en esta especie. Pero ya, cuando el comentarista se pone a dar alaridos de alegría porque en una prueba ha ganado un blanco, en un ejemplo sorprendente e inapropiado de chovinismo «racial»… De verdad… ¿Tanto cuesta ignorar el color de la piel del atleta y simplemente aplaudir cuando lo hace bien y lamentarlo cuando las cosas van mal?

Estos son ejemplos. No me he dedicado a llevar un diario de gazapos e incorrecciones. Es simplemente de lo que me acuerdo. Ha habido más. No sé. Creo que los medios deberían meditar y cuidar un poco a quien contratan. Porque creo que los espectadores merecemos otra cosa. Aunque algunas veces te partas de risa por lo kafkiano de los comentarios. Otras veces, maldita la gracia que hace.

Qué queréis que os diga, visto lo visto, viva el Londres multiétnico.

[Fotografía] Revistas online, novedades de agosto

Fotografía

Como ya he comentado en ocasiones, la difusión de internet ha ayudado a que se publiquen algunas revistas de fotografía que no tienen ni han tenido versión impresa. Son de diversos estilos y calidades. Pero merece la pena darse alguna vuelta por ellas. Ocasionalmente publican cosas que están muy bien. En este final de julio y principio de agosto ha habido algunas novedades.

Time Machine, número 6

Número dedicado a la energía nuclear, en las peores de sus versiones. Así Guillaume Herbaut nos trae recuerdos tristes y amargos en ocasiones de la tragedia de Chernobil, Miyako Ishiuchi nos trae en forma de fotografías objetos rescatados entre los restos de Hiroshima, Mark Klett se traslada a la base de Wendover en el límite entre Utah y Nevada, donde se preparó el bombardeo de la ciudad japonesa, Robert Knoth se adentra en la zona de exclusión que rodea la central de Fukushima, y Michael Light nos traslada a los tiempos de las pruebas atómicas en la guerra fría.

Hay más, pero esto es lo que más me ha llamado la atención.

Paso

Si ayer os mostraba las «primeras luces» de un nuevo objetivo, hoy os traigo algunas fotos tomadas con un veterano Voigtländer Super-Skopar 25/4 que tenía en paro, y que con un adaptador he estado usando con la Olympus OM-D E-M5. Es el equivalente a un 50 mm.

Fraction Magazine, número 41

En este número de agosto, de los cuatro porfolios que se han publicado, dos de ellos son los que me han convencido más. Por seguir con el tema anterior, la serie Three Months Later de Toshiya Watanabe nos lleva también a la zona de exclusión, tres meses después de la catástrofe cuando el fotógrafo tuvo la oportunidad de ir a la casa de sus padres a recoger pertenencias. Su principal prioridad, el álbum de recuerdos. En otro orden de cosas, la serie Waiting for Griffin de Reathel Geary nos lleva al mundo de un niño autista, con imágenes de gran calidad en blanco y negro.

Rocódromo

Rocódromo en centro deportivo municipal.

Adore Noir, número 9

No conocía esta revista. En realidad es de pago. Cuesta 2,95 dólares canadienses. En torno a 2,30 euros. Te la bajas en PDF y la lees donde quieres. Si te suscribes a las notificaciones de novedades por correo electrónico, te ofrecen el enlace con un artículo dedicado a Renée Jacobs que apareció en el número 2 de forma gratuita. Lo he bajado al principio de esta tarde, y no lo he digerido todavía. Pero creo que puede merecer la pena ampliamente.

Ah, bueno,… se me olvidaba. Sólo fotografía en blanco y negro.

Cúmulos

Cúmulos sobre el valle del Ebro.

[Ciencia] La guerra de los mundos, en versión disléxica

Ciencia

La guerra de los mundos (The War of the Worlds) es una novela de H.G. Wells, un par de veces llevada al cine con mayor o menor fortuna, en la que unos malvados habitantes de Marte invadían la Tierra con la aviesa intención de acabar con los humanos y apropiarse del planeta. Fue publicada en 1898. Era la época en que Percival Lowell, rico aficionado a la astronomía, publicaba sus libros en los que estaba convencido de que el planeta rojo estaba surcado por canales que no podían tener otro origen que una especie marciana inteligente. Todo porque el italiano Schiaparelli había creído ver unas líneas rectas surcando la superficie marciana en sus observaciones, y lo había anotado en sus dibujos con la palabra canali.

El tiempo, los astrónomos profesionales y la mejora de la tecnología que permitió afinar la resolución de los instrumentos de observación echaron por tierra, paradójicamente, la existencia de los canales. Y posteriormente, las áridas condiciones y la meteorología de nuestro vecino acabaron con las especulaciones de un planeta lleno de vida, con la posibilidad de civilizaciones inteligentes. En las últimas décadas han sido numerosas las sondas que han orbitado Marte, y han dejado caer objetos de todo tipo, incluyendo pequeños vehículo automotores que han explorado la superficie del planeta, enviando gran cantidad de datos. Algunos de ellos muy por encima de las expectativas puestos en ellos. También ha habido algún fracaso sonado, entre otros más comprensibles, gracias al orgullo anglosajón de permanecer en su particular sistema de medidas. Pero así es la especie humana en su devenir histórica, dos pasitos adelante, un pasito atrás, dos pasitos adelantes, un pasito atrás,… y a veces más de uno. Pero vamos, una cosa es segura. Esto es la guerra de los mundos en versión disléxica. Los humanos invadiendo Marte.

Escultura en Gran Vía

Mientras hablo de los objetivos de la Curiosity, os presento las «primeras luces» del pequeñito EF 40/2,8 STM que me he agenciado para mi Canon. La focal de 40 mm es una de las que más me gustan, y me encanta su aspecto compacto.

En cualquier caso, la ciencia y la ingeniería humana han dado estos días uno de estos pasitos adelante con sabor a gran zancada. Es cierto que no es estos días. Es una planificación y un trabajo de años. Creo conveniente luchar contra la sensación de que el avance científico, y humano en general, se deben a momentos puntuales de fortuna. No. Se deben al progreso y al trabajo continuado. De la misma forma que los errores también suelen deberse al testarudo sostenerla y no enmendarla propias de la parte más irracional de nuestra especie. En fin, que un amplio equipo de científicos e ingenieros han conseguido posar suavemente sobre la superficie marciana, y en el lugar deseado, un vehículo de una tonelada de peso. Como un coche turismo mediano, vaya. Esta expedición, oficialmente Mars Science Laboratory, pero más conocida como Curiosity, buen nombre, ha gozado estos días atrás de un inusitado interés mediático por el éxito de la operación de posado.

Ahora, este vehículo autopropulsado, comenzará su misión. De momento, ya va enviando imágenes de sus muchas cámaras videofotográficas. Primero en blanco y negro, pero ya con alguna en color. Para quienes gustamos de la fotografía, tanto en sus elementos artísticos como en los técnicos, tenemos que agradecer el trabajo de algunos divulgadores expertos que nos traducen al idioma del hombre corriente los aspectos más técnicos de las cuestiones fotográficas de la misión. Entre ellos, Valentin Sama desde DSLR Magazine, nos comenta como los principales «ojos» de la Curiosity, son dos cámaras digitales con sendos captores de «sólo» 2 megapixeles de resolución espacial. 1600 x 1200 píxeles, como las primeras cámaras digitales en popularizarse. Muy legos de los diecimuchos, ventitantos o treintaytantos de los que presumen muchos productos comerciales de hoy en día y sus orgullos poseedores. Eso sí. No deben ser grandotes, pero tampoco pequeñitos como los de las cámaras compactas. Por que nos cuenta que una de las cámaras monta un objetivo de 34 mm de focal, para tomas de 18/15º de campo visual. Aproximadamente como un 110 mm en mi Canon EOS 5D Mk II. La otra monta un objetivo de 100 mm, para tomas 6/5º de campo visual. Aproximadamente como un 270 mm en la EOS de formato grandote. No he hecho lo cálculos con gran finura, pero por ahí le andara. Uno de los motivos para que los archivos no sean grande, es que no nos olvidemos que tienen que viajar unos cuantos millones de kilómetros por el espacio hasta llegar a nosotros, minutos más tarde. En estos momentos, algo más de siete minutos más tarde. Pero esto varía según la posición de los planetas en sus órbitas.

Plantas agostadas

A su máxima apertura, una modesta f/2,8 como corresponde a su diseño «pancake», se nota un montón el viñeteado en las esquinas. Pero por lo demás no hay mucho que objetar, aunque todavía he hecho pocas fotos con él.

Hablando de fotografías, como curiosidad notable, la Mars Reconnaissance Orbiter, sonda que orbita Marte, ha pillado a Curiosity descendiendo con su paracaidas sobre la superficie marciana. Y ha tomado fotos, como nos cuentan en Microsiervos.

Como indicativo del tipo de equipo que controla la misión me ha llamdo mucho la atención un tweet de un periodista argentino, Axel Marazzi. «El hardware de Curiosity es un 200MHz CPU, 256MB RAM y 2GB SSD. El robot usa eso para explorar marte y yo un quad-core para chatear». Quien estén al tanto de cómo son los equipos informáticos de consumo hoy en día, comprenderán perfectamente la profunda ironía de la entrada.

Brillante scooter

Aunque austero en su aspecto, el objetivo es mono, muy bien terminado, con un enfoque automático que va como un rayo y es muy silencioso. Creo que es una buena adquisición, más teniendo en cuenta que es de lo más barato de la marca. Ideal para salir de paseo.

[Cine] Prometheus (2012)

Cine

Prometheus (2012), 3 de agosto de 2012.

La película ha sido vista en versión original subtitulada en español. En la cartelera española, se puede ver en versión doblada, aunque han mantenido el título, que es el nombre de la nave interestelar en que viajan los personajes del filme. No obstante, creo que en algunos países americanos de habla española se puede ver bajo el título traducido de Prometeo.

Para mí, esta película era obligada. La tenía en agenda desde que me enteré su fecha de estreno. No es que mis expectativas fueran altas. Pero se daban una serie de circunstancias que me empujaban a ver el filme. Me permitiré el lujo de extenderme un poco.

Antecedentes

Para mí, igual que para muchos, Alien (Alien, el octavo pasajero) fue un hallazgo. En aquellos momentos, siendo yo bastante joven pero no un crío, sólo supe que me gustó a pesar de los sustos. Nunca me han gustado los sustos. Pero evidentemente había algo más que sustos. Algo que fui descubriendo con el tiempo. Era un space opera, género que se convirtió en uno de mis favoritos de la ciencia ficción, a pesar de que el porcentaje de buenas obras en este género, literarias o cinematográficas, es relativamente bajo. Era una de las mejores películas de terror que había visto, y lo sigue siendo. Si consideras el punto de vista de Hitchcock, es una magnífica película de suspense. Entendido el suspense como la capacidad de la película para situar al espectador en la posición de la protagonista, y hacer que sufra como ella. Y el guion era de primer nivel. Y marcó un antes y un después en el diseño de producción de la ciencia ficción. Y nos descubrió a Sigourney Weaver. Y más…

Luego vino la paradoja. De las secuelas que vinieron después, vi el primer tercio de la segunda película, en el cine, en una sesión en la que acabamos saliéndonos de la sala en circunstancias que no vienen al caso. El caso es que no me quedaron ganas de volver a verla. No me parecía lo mismo. Los mismos monstruos, la misma protagonista,… pero para mí, aquello no tenía nada que ver con Alien. La película de Ridley Scott la he vuelto a ver repetidas veces en vídeo. La primera secuela, hace unos meses, intenté verla entera… y cuendo llegué más o menos al mismo punto en que la dejé en mi juventud, apagué el aparato de televisión. Para mí, se confirmó mi primera impresión. Aquello era otra cosa, que no me interesaba. Por supuesto, de las películas que siguieron, no tengo ni idea de lo que iban.

Así pues, al contrario que para la mayor parte de los fans de la franquicia, para mí el universo «alien» constaba, antes del viernes pasado, de una sola película. Magistral. Pieza clave del cine de ciencia ficción junto con Blade Runner, del mismo director. Cuando anunciaron que Prometheus, película con la que han jugado al despiste sobre si es o no es una «precuela» de la anterior, iba a ser dirigida por Scott, cosa que no sucedió con ninguna de las secuelas, lo tuve claro. Esta sí que la vería. Entera. Salvo causa de fuerza mayor. Veamos lo que ha pasado.

Sinopsis

Comienza la película con unas impresionantes vistas de Dettifoss en Islandia. Bueno. Eso no lo dicen. Pero es. Un ser de aspecto parecido a los humanos toma algo, y en el borde del salto de agua se deshace literalmente en pedacitos, y cae y se disuelve en el agua. Viéndose unas cadenas de ADN que se transforman en algo.

Nos trasladamos a algún momento de finales del siglo XXI, y unos arqueólogos, la Dr. Elizabeth Shaw (Noomi Rapace) y el Dr. Charlie Holloway (Logan Marshall-Green), encuentran en la escocesa isla de Skye, esto sí lo dicen, unas pinturas rupestres que se asemejan a otras encontradas por distintos lugares del mundo, en distintas civilizaciones, en distintas épocas. Esto es interpretado como una confirmación de la teoría de que la vida humana fue implantada en el planeta Tierra por una civilización extraterrestre, y como una invitación para ir a su encuentro.

Pasamos al interior de una nave espacial, la Prometheus. Su tripulación, entre quienes se encuentran los dos científicos anteriores, el capitán Janek (Idris Elba), y Meredith Vickers (Charlize Theron), representante de industrias Weyland, propiedad del multimillonario Peter Weyland (Guy Pearce), además de otros tripulantes diversos, está en estado de hibernación. Hipersueño me parece que le llaman en esta película. Se encarga de los mantenimientos de la nave un androide de aspecto humano, David (Michael Fassbender), que se entretiene investigando el pasado y los sueños de la Dr. Shaw y viendo Lawrence de Arabia. Finalmente, llegan a las inmediaciones de un sistema planetario, y allí se procede a despertar al conjunto de la tripulación y realizar la entrada en la atmósfera de un satélite terrestre de un gigante gaseoso.

Con gran rapidez encuentran unas estructuras que no pueden ser naturales, e inmediatamente mandan un grupo expedicionario. Allí encuentran restos de una antigua civilización. Evidentemente, de seres similares al del comienzo de la película. Y también unas extrañas urnas con forma de ánfora con una extraño material viscoso. Se ven obligados a volver a la nave por una tormenta. Salvo dos científicos, más bien estúpidos. Pero el contacto con el material viscoso va a condicionar ya el futuro de la expedición. Y si habéis visto Alien, os podréis imaginar por donde van las cosas, pero no voy a contar más para no destripar el asunto.

Comentario

Primero, lo positivo. La presentación visual es impresionante. Con imágenes de gran belleza, muy efectivas, con la demostración de que desde luego Scott sabe cómo manejar las cámaras, cómo hablar el lenguaje cinematográfico, cómo dejar sentado y fijo en el asiento al espectador, incluso olvidando el maldito 3D que nada aporta de sustancial a este filme. Excelente labor técnica, con un excelente sonido (que no banda sonora), una excelente fotografía, un excelente diseño de producción. Todo esto, muy bien.

Pero luego viene lo negativo. El guion es una cutredad. Es muy previsible. Es como si hubiesen cogido el guion de Alien y, sobre esa base, construyendo una historia similar pero distinto. Todos los personajes que estaban en la primera película tienen más o menos un equivalente en la Prometheus. Y luego están las cosas inverosímiles. Uno se va de expedición a un sitio desconocido sin una investigación previa. Uno toca una sustancia viscosa alienígena sin guantes. Uno ve unos toscos dibujos en la piedra muy esquemáticos con cuatro pelotones que se supone que son planetas o estrellas, y ya sabe cómo encontrarlos en la inmensidad galáctica. Uno tiene una sofisticada mesa quirúrgica que opera automáticamente sin necesidad de cirujano, pero teniendo una tripulación en la que hay tres mujeres, está preparada para operar hombres. Uno lleva escafandra porque la atmósfera es raruna, de repente dice que es menos raruna, y sin más análisis ni consideración te quitas la escafandra y tan contento. Y las que no cuento para no destripar el argumento. Unos tipos hastan han rodado una breve «precuela» de la precuela, en la que se cachondea de todas estas cosas.

Y finalmente, están las interpretaciones. El rey de la fiesta es Fassbender que compone un androide a la altura de lo mejor del género, y mira que hay muchas cosas buenas en lo que se refiere a interpretar «pellejudos». Si queréis entender la referencia. Muy bien. Muy inquietante. Merecedor de un guion con más profundidad. En el lado del aprobado, Noomi Rapace, que sin embargo en su papel de heroína principal no aguanta la comparación con la sargento Ripley.  Las comparaciones son odiosas. En el lado del suspenso, y esto sí que me cuesta decirlo, una Charlize Theron que parece durante toda la película que la cosa no vaya con ella. Aunque siga estando guapa y maciza hasta decir basta. En el lado del «qué pena que no le hayan dado más juego», Idris Elba con un personaje injustamente reducido a su mínima expresión. Lo anecdótico, un Guy Pearce bajo una tonelada de horrible maquillaje para hacer que sea muy muy viejo.

Consideraciones finales

De la misma forma que hay películas que crecen en tu memoria conforme pasa el tiempo, y acaban gustándote más que cuando saliste de la sala de cine, las hay en las que pasa todo lo contrario. Y esta es una de ellas. Cuando sales, lo que tienes en la memoria es lo que tienes en la retina. Que es la parte positiva de la película. El espectáculo visual, el buen cine que sabes que tiene un director que desgraciadamente ha sido muy irregular en su carrera. Pero conforme va pasando el rato, conforme vas comentando la película, cuantas más cervezas consumes tras cenar algo con tus acompañantes, más consciente eres de que la pobreza argumental y las tonterías que salpican aquí y allí esta película que tenía todo para ser magnífica. Todo menos un guionista con dos dedos de frente. Ni siquiera brillante. Simplemente que no fuera un simple y tratase a la audiencia como simples. Y esto, en el momento en que escribo esta reseña, lastra considerablemente mi consideración por la película. Que estaría encantado de volver a ver, con el sonido apagado, simplemente para disfrutar de los aspectos visuales de la misma.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

Lamentablemente, no dispongo de fotografías de los bellos saltos de agua islandeses, como el espectacular Dettifoss del principio de la película. Pero sí puedo subir unos cuantos saltos de agua también de la nórdica Noruega.

[Cine / Fotografía] Marilyn Monroe, hace 50 años, tal día como hoy…

Cine, Fotografía

Hace ya un par de meses que hice un primer borrador, elemental de esta entrada. Hoy había que reservar el día, independientemente de mis costumbres habituales, para uno de los iconos de la cultura popular del siglo XX. Para algunos el mayor. Hace cincuenta años en el momento en que se publique esta entrada, está programada para que sea así, un médico de Los Ángeles, declaró a la actriz Marilyn Monroe oficialmente fallecida. La hora de la muerte real, algún momento al final de la noche del 4 de agosto de 1962 o más probablemente en las primeras horas del 5 de agosto. La causa de la muerte fue una intoxicación por Pentobarbital sódico, conocido popularmente por uno de sus nombres comerciales, Nembutal.

Ha habido mucha polémica sobre la muerte de Norma Jeane Baker, auténtico nombre de soltera de la actriz aunque al nacer portara brevemente el apellido Mortenson. Y no han faltado las teorías conspirativas de todo tipo. Suicidio u homicidio,… me da igual. No vengo a celebrar su muerte sino su vida. Y la mejor forma que encuentro para hacerlo es recordar sus principales obras.

En el cine, su obra muy variada, desde sus primeras películas en las que ni siquiera aparecía en los títulos de crédito, hasta su último largometraje completo en 1961. Dejó una película inacabada, Something’s Got to Give. Mis favoritas… pues las siguientes.

Niagara (Niágara): Un película en la que los protagonistas salen menos que los secundarios. Estaba guapísima, y en su belleza conseguía transmitir un aire trágico que convenía perfectamente a los efectos del filme de Hathaway.

The Seven Year Itch (La tentación vive arriba): Quién no perdería la cabeza con una vecinita como esta. Para mí, el paradigma de la actriz como símbolo erótico.

Some Like It Hot (Con faldas y a lo loco): Una de las grandes comedias de todos los tiempos. Se han comentado mucho los problemas de rodaje, en gran medida causados por la rubia actriz, que casi volvieron loco al director Billy Wilder, maestro del guion. Se ha hablado también de que la actriz había entrado ya en su camino a su perdición. Pero en cualquier caso, el resultado fue inigualable desde muchos puntos de vista. Si me preguntan cual es la mejor película de la Monroe, para mí, fue ésta. Cuestión discutible por otros, pero…

The Misfits (Vidas rebeldes): Auténtico western crepuscular ambientado en 1960, última película completa de la actriz y de su compañero de rodaje Clark Gable, que moriría poco después del rodaje. Aunque pocas veces considerada como una película conseguida, inferior a otras de su director, John Huston, lo cierto es que con el tiempo ha ido ganando valor. Desde mi punto de vista, tiene momento muy conseguidos, impagables. Tanto desde el punto de vista de la realización, como de la interpretación de sus protagonistas, a los que no podemos olvidar añadir a Montgomery CliftThelma Ritter.

Marilyn de rebajas

Marilyn, como icono de la cultura popular, aparece constantemente por todas partes. Como en las rebajas de una tienda de ropa en un barrio de Zaragoza.

Pero si el ascenso al Olimpo de la fama de Norma Jeane fue de la mano de su carrera cinematográfica, su condición de ídolo popular que ha perdurado consistentemente hasta hoy día viene de la mano de la fotografía. La iconografía fotográfica de la actriz es inabarcable. Como ejemplo, sugiero hacer una búsqueda con el término Marilyn Monroe en Google Images, o buscar en Tumblr con la misma etiqueta. Pero hay algunos fotógrafos que podríamos destacar en su imaginería y en su carrera.

Hace unas semanas comentaba aquí la vida y obra de Bert Stern, fotógrafo y creativo publicitario famoso popularmente por haber realizado la última sesión de fotos de la actriz, semanas antes de su fallecimiento.

Lawrence Schiller debemos las fotografías desnuda en la piscina durante el rodaje de su inacabada última película, y que también han alcanzado gran popularidad.

El rodaje de The Misfits fue documentado por un grupo de fotógrafos de la agencia Magnum, entre los cuales se encontraban Eve ArnoldCornell CapaHenri Cartier-BressonBruce DavidsonElliot ErwittErnst HaasErich HartmannInge MorathDennis Stock. Ahí es nada. Creo que las mejores imágenes, o por lo menos las que más me gustan a mí, entre las que es protagonista Marilyn son las de las fotógrafas, Inge Morath y, sobretodo, Eve Arnold. Pero bueno esto es elegir lo mejor de lo mejor.

Richard Avedon probablemente es responsable de alguno de los retratos más significativos de la actriz, en los que se ponía más de manifiesto la vulnerabilidad de la mujer.

Y en el lado de lo picante, también han adquirido categoría de mito las fotografías que el fotógrafo Tom Kelley tomo de la actriz desnuda cuando tenía 23 años, y que luego fueron publicadas en el primer número de la revista Playboy.

El nombre del fotógrafo André de Dienes estará siempre asociado a las fotografías que realizó de una juvenil Norma Jeane Dougherty (apellido de uno de sus maridos), antes de ser Marilyn Monroe, en 1945.

Y podríamos hablar de muchas más. Y de otros aspectos de su vida. Su forma de cantar, las pinturas de Warhol, sus amoríos con unos y otros,… pero lo que a mí me interesa, creo que ha reflejado en las líneas anteriores. Cincuenta años de mito. Y serán muchos más.

En una reciente exposición celebrada en el Centro de Historias de Zaragoza, el pintor valenciano Antonio de Felipe utilizaba el rostro de Marilyn para algunas de sus obras.

[Fotografía] Recomendaciones semanales – De los Juegos Olímpicos

Deporte, Fotografía

Adelanto un día mi sección de recomendaciones semanales de fotografía. Mañana veréis por qué. Es preciso reservar el día para hablar de algo relacionado con el cine. En cuanto a lo de hoy,… cierto es que había un cierto número de recomendaciones interesantes, que quizá guarde para dentro de una semana. Pero con el bombardeo mediático sobre las fotografías que se están tomando estos días en los Juegos Olímpicos de Londres, parecía obligado hablar de esto.

Muchas fotos. Muchas. Muchos fotógrafos. Ardua competición entre los teleobjetivos blancos de Canon, que llevaban dominando muchos años, contra los teleobjetivos negros de Nikon, que se van recuperando poco a poco. El resto de las marcas ni se notan.  O sí. Porque viendo el otro día desde mi casa la competición individual femenina de gimnasia artística me sorprendí viendo a un tipo con una cámara de gran formato para película entre la masa de modernas reflex megapros digitales. Y no soy el único que lo vio, que en Popular Photography también lo vieron y hablaron de ello. Hay fuertes sospechas que se trata del fotógrafo David Burnett, con una Speed GraphicDavid Burnett ya tuvo un lugar destacado en una entrada de este Cuaderno de ruta.

Fotos londinenses, claro. The Millenium Bridge con St-Paul al fondo.

Aunque no es el único que utiliza este tipo de material para documentar el acontecimiento olímpico. En PetaPixel nos cuentan cómo un fotógrafo de Los Angeles Times, Jay L. Clendenin, tuvo la experiencia de retratar a deportistas olímpicos con dos materiales muy distintos. Con una moderna Canon EOS 5D Mark II y con una cámara de campo de gran formato calzada con un objetivo Petzval de más de 100 años de antigüedad. Toma ya.

Por supuesto, si de lo que se trata es de ver fotografías modernas y espectaculares de los juegos, hay muchas opciones, aunque con frecuencia las fotos se repiten de uno a otro sitio.

El mencionado Los Angeles Times prácticamente saca una galería sobre los juegos cada día.

En The Big Picture de The Boston Globe son más selectivos y, además de la dedicada a la ceremonia inaugural, tienen una galería a la que van añadiendo fotografías paulatinamente, y otra de resumen de la primera semana de juegos.

La mejor presentación, con resoluciones más altas en las fotos, está en In Focus de The Atlantic. Yo juraría que estaban sacando galerías cada día, pero cuando he ido a ver, no es así. De momento han dedicado alguna suelta de momentos destacado. Supongo que irán sacando otras de vez en cuando. Podéis buscarlas bajo la categoría sports, o seguirlos por Twitter.

«Los burgueses de Calais» de Rodin en los jardines de las Cámaras del Parlamento.

Hay muchos más sitios donde ver las fotos de los juegos, pero sería excesivamente prolijo ponerlos aquí. Los fotógrafos que están allí destacados están haciendo un excelente trabajo y nos están proporcionado magníficas imágenes. Pero también hay lugar para la crítica. En Metro.us se han puesto ha buscar entre los fondos de Getty Images y han encontrado que las fotos de voleibol playa están fuertemente sesgadas en sus temas. Básicamente culos femeninos embutidos en los ajustados biquinis de las deportistas. Diría que utilizan alguna talla menos de las que necesitan. Muestran a continuación una serie de imágenes de otros deportes si se fotografiasen utilizando los mismos criterios. Y resulta absolutamente anormal, claro. Nada tengo yo contra un buen culo femenino, pero estoy de acuerdo con la crítica, y que hay que estar a lo que se está. Claro que las agencias parece que están sólo a vender más aprovechando la líbido desatada del personal. Como curiosidad, la fotografías de ejemplo son de traseros con el biquini con los colores de España. En algo teníamos que destacar en estos juegos. Con todos mi respetos a las dos medallas de Mireia Belmonte y a la de la piragüista Maialen Chourraut. Únicas medallas hasta el momento para el medallero de este decaído país.

Entre los pubs y los teatros del West End londinense.

[Televisión] Cosas de series; … y de juegos olímpicos

Televisión

Pues sí. Esta semana, aprovechando que el número de series de ficción que estoy siguiendo es limitado, voy viendo retransmisiones de los Juegos Olímpicos que se están celebrando en este final de julio y principio de agosto en Londres. Ya tuve la oportunidad de comentar extensamente la ceremonia de apertura, así que ahí no me voy a entretener. Comentar simplemente que sigo optando por la calidad de imagen sobre otras consideraciones, así que lo estoy siguiendo en Eurosport HD. La calidad de imagen buenísima. La calidad de los comentarios,… depende un poco de quien comente. Pero en general entre mediana y lamentable. Sigo preguntándome por qué son tan cenutrios los periodistas y comentaristas deportivos. Y el caso es que siendo que los deportes son de los espectáculos y de las noticias que más se ven o se leen, debería ser al revés. Que estuviera lo mejor. Para tener un mejor impacto en la sociedad. Salvo que lo único que importe es vender, aunque sea cutre. Tendría la opción de pasarme a otro canal, sacrificando la calidad de imagen, pero por las referencias que tengo, tampoco ganaría gran cosa. Bueno. Mala suerte. En otra vida, en otro universo, será mejor.

Pasándonos a la ficción, me sorprende no haber hecho ninguna referencia en lo que llevamos de verano a Futurama. Y el caso es que mi impresión es que ha mejorado en esta su séptima temporada con respecto a la anterior. Bien. En cualquier caso, si emiten Futurama, yo lo veo. Seguiré fiel a estos simpáticos personajes del tercer milenio hasta el final.

De los dos estrenos destacados del verano, sigo viendo con ganas The Newsroom, donde poco a poco van dando minutos a los secundarios. En el último episodio, tuvo un papel destacado la economista responsable del espacio económico de la cadena. La interpreta la guapa Olivia Munn. Realmente está impresionante esta chica. Pero lo bueno es el carácter que le han puesto a su personaje. Lejos de hacer valer su físico, cosa de la que se aprovechan sus productores, es una tía íntegra, y un poco freak, que se toma todo en serio. De alguna forma emparentada, aunque versión drama, con Temperance Brennan y Sheldon Cooper. Claro… que los anteriores son científicos,… y cada vez hay más dudas sobre si la economía es una ciencia… visto lo visto… «con lo que está cayendo», frase más tristemente popular en este país en los últimos años.

Bunheads, la gilmoriana comedia del verano, ha dado un cambiazo. Desaparecida, supongo que temporalmente, una de sus presuntas protagonistas, nos quedamos con tramas en las que empieza a ser cada vez más importante la interacción entre Michelle (Sutton Foster, he dicho ya lo que me gusta esta chica) y las adolescentes. No está mal.

Y la que me está encantando es Political Animals. Con un reparto de impresión, y a pesar de que el segundo episodio tiraba al culebrón familiar, la intriga política en la que nadie se puede fiar de nadie cada vez me gusta más. En el tercer episodio incluso hemos tenido la visita inesperada de Vanessa Redgrave. Que está muy mayor. Pero me ha alegrado verla por ahí.

Finalmente, hoy han colgado en internet el trailer de lo nuevo de Doctor Who. Supongo que es el trailer de toda o buena parte de la séptima temporada, porque si ha de salir todo eso en el primer capítulo,… igual se pasan. Qué ganas. No hay fecha fijada. Dicen que para final de agosto. Qué ganas. Ay,… ya lo había dicho.

Os dejo con una foto de Londres, ya que es la capital del mundo deportivo en estos momentos. Fotografía que con otras de diversos lugares de Europa podréis encontrar en mi Tumblr, De viaje con Carlos, del que hacía tiempo que no os recordaba su existencia.

Paseando al atardecer por el South Bank del Támesis junto a The London Eye.

[Cine] El Skylab (2011)

Cine

El Skylab (Le Skylab, 2011), 31 de julio de 2012.

A unos días del estreno del acontecimiento cinematográfico del verano para los aficionados del cine de ciencia ficción, pero ya habrá tiempo para hablar de eso por que no me la voy a perder, sigo con las comedias de lo que algunos llaman «otras cinematografías». Es decir, ni la omnipresente norteamericana, ni la decaída cinematografía patria. Con críticas tibias por algunos, y más favorables por otros, nos acercamos a ver esta película de la actriz, directora, cantante y no sé cuantas cosas más, francesa, Julie Delpy. Dirige e interpreta. No podemos decir que protagoniza aunque tiene uno de los papeles destacados. Ahora me explico.

En la actualidad, una familia convencional francesa monta en un moderno tren camino de algún lugar en provincias. Tras un rifi-rafe de la madre de familia con algunos viajeros por los asientos, esta se sumerge en sus recuerdos mientras viajan, y mediante un largo flashback que dura toda la película, vemos cómo cuando era niña, a sus once años, Albertine (de pequeña Lou Avarez), que así se llama, se traslada con sus padres, Anna (Delpy)Jean (Eric Elmosnino), y su abuela materna a Bretaña, para celebrar el cumpleaños de su abuela paterna, Amandine (Bernadette Lafont). Allí, durante dos días convivirán con el resto de los numerosos y variados hermanos de su padre, con sus familias. Una gran reunión en la que surgirán los cariños y las rivalidades de todo tipo, bajo la «amenaza» de la caída incontrolada de la primera estación espacial, el Skylab, lo que nos sitúa en los días 10 y 11 de julio de 1979, con precisión. Y sobretodo, asistiremos a los primeros pasos del cambio de la niña que es Albertine a la preadolescente que va a ser muy pronto.

Básicamente, nos encontramos ante una comedia costumbrista, en la que la Delpy hace un ejercicio de profunda nostalgia al echar la vista atrás, realizando un retrato de la sociedad francesa de entonces, que por lo que se puede comprobar y para mi sorpresa, no era tan diferente de la española. Digo para mi sorpresa, porque en aquel momento vivíamos en España los turbulentos momentos de la transición a la democracia, y nos parecía que cualquier país europeo estaba a años-luz de nosotros. Pero por lo que se puede ver en este filme, pues la verdad,… en el nivel familiar, no había grandes diferencias si yo mismo echo la vista atrás. Rodada con una fotografía que busca emular el aspecto de las fotografías de aquel entonces, y con razonable habilidad técnica, nos mantiene razonablemente interesados durante los dos días que dura la reunión familiar, con algunos momento muy buenos, divertidos o entrañables, pero también con otros más flojos. Una realización apañada pero con escaso brillo. La película se sostiene por la empatía con los personajes. Habrá que suponer que sin ser autobiográfica, existen elementos tomados de la propia vida de la directora. Por ejemplo, tantos los padres de Albertine como los de la Delpy son actores de teatro. Su padre, Albert Delpy, tiene un papel, el tío Hubert en el filme, como ya sucedió en alguna otra película de la actriz. Está dedicada a su madre, que murió hace pocos años.

En cuanto a la interpretación, es una obra coral, en la que si hay un protagonista en las niña que interpreta a Albertine, Lou Alvarez. Que lo hace bastante bien. Claro está que los dos actores que hacen de padres de la niña tienen algo más de presencia que el resto, pero no se puede hablar de protagonistas. El conjunto de este reparto coral también es bastante sólido.

En conjunto, es un filme razonable, aunque no especialmente brillante. Como en muchas otras ocasiones, si cada vez me repatea más el doblaje de las películas, por algún motivo el doblaje de las películas francesas es especialmente catastrófico, resultando los diálogos en castellano poco naturales. No ha habido posibilidad de acceder a una versión original con unos subtítulos que ayuden en esta ocasión. Me defiendo con el francés, pero al nivel de conversación coloquial rápida de esta película, pierdo demasiado. No obstante, puede ser una opción razonable para este verano. Aunque inferior a lo que yo esperaba encontrar.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

El estuario de La Rance, entre Dinard y St-Malo, en Bretaña. St-Malo es la estación de tren en la que se baja la familia de Albertine cuando se dirigen a la casa de campo no muy lejos de la costa donde vive su abuela.