El día de los blogs,…

Informática e internet

Blog Day 2008 … pues eso, porque todas las cosas tienen que tener un día. A alguien se le ocurrió que con determinadas tipografías, «31.08» se parecía a la palabra «Blog», por lo tanto hoy es el día de los blogs; el Blog Day.

En la página dedicada a la ocasión, proponen una forma de celebrarlo, para la que hay que seguir una serie de pasos, pero que en esencia consiste en encontrar cinco nuevos blogs que previamente no conocías, y recomendarlos. También hay una serie de pasos previstos para poder medir el impacto… Pues bien, no tengo tiempo para hacer las cosas tal y como sugieren, pero por lo menos me sumaré en espíritu, proponiéndoos aquí los cinco últimos blogs a los que me he suscrito utilizando Google Reader. Los pongo en orden de menos reciente a más reciente subscripción.

  • Stephen Fry – Blog: Para quienes no estén al día, Stephen Fry es un actor británico, especialmente recordado por haber encarnado a un tal Peter que se reunía con sus amigos en una mansión inglesa y… bueno les pasaban cosas, derivadas de la mala costumbre que tenemos de envejecer. Pues bien, además de ser buen actor, a Fry le gusta la tecnología y con periodicidad semanal nos hace alguna recomendación que no está basada en un conocimento tecnológico exhaustivo, sino en su experiencia como usuario normalito de a pie.
  • Historias con Historia: La historia contada de forma amena en forma de pequeñas historias de lo más variado. Tiene artículos más interesantes y otros menos, pero en general merece la pena estar al tanto de cuando surgen los primeros. Hace tres días publicaron una entrada muy interesante sobre cómo se trató en la Conferencia de Potsdam la cuestión de la dictadura de Franco en España.
  • Focus on Singh-Ray Filters: Entradas dedicadas al uso adecuado de filtros fotográficos, con especial atención a los productos de la marca Singh-Ray… que lamentablemente no se encuentran habitualmente en los comercios españoles. En cualquier caso, es ilustrativo desde el punto de vista de mejorar la técnica fotográfica de cada cual.

Ayer salí al campo a tomar fotos, pero la luz se puso un poco gris en los alrededores de la estación de Orna de Gállego. Amenazadoras nubes de tormenta, que taparon la calida luz del atardecer. En cualquier caso, aún pude hacer uso de mi filtro polarizador para que destacaran más intensamente las nubes en el cielo azul.

En los alrededores de la estación de Orna de Gállego

(Canon EOS 40D; Tokina ATX-Pro 12-24/4)

Una palabra tuya (2008)

Cine

Una palabra tuya (2008), 28 de agosto de 2008.

Nos encontramos esta semana ante una adaptación de una novela de Elvira Lindo, ejecutada por la guionista y directora Ángeles González Sinde. Producto nacional, por lo tanto, lo cual nos lleva a sentir dos sensaciones contrapuestas:

  • Por un lado, la esperanza de que el cine español recupere el tono de otras épocas, especialmente de los años noventa, con imaginación, algo de riesgo y buenas historias. Muchos deseamos volver a esa situación.
  • Por otro lado, el miedo a que sea más de lo mismo de lo que se hace hoy en día, y que está alejando notablemente a los espectadores del cine patrio. Aunque los cineastas españoles no se lo crean,… Qué se le va a hacer. Es así.

Mucho me temo que nos encontramos más cerca de lo segundo que de lo primero. Parece ya una monomanía la idea de que hay que hacer cine comprometido, y que esto consiste en sacar a personas que más parecen restos de un naufragio social, que viven en la periferia de Madrid. Parece que no puede haber compromiso con otras situaciones difíciles, parece que nada hay más allá de la periferia madrileña. Llega un momento, en que empiezas a ver estas situaciones como marcianas. Como si sólo existieran en el universo cinematográfico español, aunque sí que existan y puedan ser reales. Llega un momento en que se banalizan.

Por otro lado, tengo la sensación de que la historia, que tiene su interés en el planteamiento, no está bien contada. No he leído la novela en la que se basa, pero.. una de dos, o la novela no es muy interesante, o no se ha sabido adaptar al medio cinematográfico. Quizá lo segundo. Hay algunas cuestiones que lo indican. Los personajes no están bien presentados, y no por defecto, sino por exceso. Sabemos que tienen un pasado que los condiciona, que está ahí detrás. Pero la narración, en lugar de hacernos sentir interés, más nos lleva a pensar «venga ya, pesados, decidnos de dónde viene el problema, y avanzar un poco en lo que va a pasar». Y en un momento dado, te das cuenta de que ya no te interesa, y aquellos momentos que deberían resultar los más dramáticos del filme… te dejan frío… También está el problema del manejo del tiempo cronológico. Hay elipsis, muchas. O si no no tiene sentido. La acción, para que sea coherente, debería pasar en el lapso no de semanas, ni siquiera meses, sino de años. Pero esto no está bien contado. Incluso cuesta un poco darse cuenta al principio de que la historia es un flash back… claro, que eso también pudo ser culpa mía. Uno no siempre está en la debida forma… Pero bueno… No acaba de encajar el asunto.

La interpretación es buena. Creo que Malena Alterio lo hace muy bien, y está correctamente acompañada del resto del reparto. Siempre he pensado que Malena Alterio era buena actriz. Pero da la impresión un físico poco destacado la ha relegado a papeles secundarios. Con frecuencia cómicos o humorísticos. Lo cual se ha visto empeorado por las tontadas que ha hecho en televisión. Porque da igual el éxito de audiencia que haya tenido; son tontadas. En cualquier caso, el trabajo actoral no basta para salvar la película. Quizá no es «salvar» lo adecuado; no basta para que nos interese el filme.

Resumiendo, otra oportunidad perdida para el cine español, últimamente poco motivador. No le pondré más que un cinco, con la misma nota en la dirección y un siete en la interpretación. Qué se le va a hacer.

Otras opiniones sobre el filme en:

Madrid, siempre Madrid. Para los cineastas españoles sólo existe la capital,… Aburren… como las colas ante Doña Manolita.

Doña Manolita

(Fujifilm Finepix F10)

El mundo de hoy cuando imaginamos el de dentro de 1000 años: Futurama

Televisión

El verano zaragozano es propicio para hacer actividades domésticas, especialmente si disfrutas de aire condicionado en casa. En Zaragoza, en verano, hace calor. Incluso mucho calor. No es que este año haya sido especialmente agresivo, ha sido normal. Es decir, insisto, hace calor.

Con esta cuestión en consideración, llevo un par de años que aprovecho el verano para rescatar productos televisivos que en su momento me pasaron desapercibidos, o que por las características de su emisión, sencillamente no me vino bien verlos. Este año le ha tocado a Futurama.

Producto del creador de Los Simpson, Matt Groening, narra las aventuras de un grupo de personajes, humanos, mutantes, alienígenas y robots, en torno a Fry, el personaje central, un joven e inadaptado repartidor de pizzas del año 2000, que es crionizado por error (o quizá no, el que se quiera enterar que vea la serie), volviendo a la vida en el año 3000. Se emitió entre los años 1999 y 2003, aunque en la actualidad se están realizando largometrajes para televisión con el mismo entorno y personajes.

La base de la teleserie es la utilización del futuro para realizar un conjunto de críticas mordaces a la socidad actual, especialmente a la sociedad norteamericana. El consumismo, la política, las relaciones familiares, las relaciones de pareja, el racismo, la religión, la fama… no deja títere con cabeza. Fry es el antihéroe por el excelencia; mediocre, débil tanto en lo físico como en la personalidad, dependiente de los demás. Sus soportes principales son Bender, un robot que ejerce el papel de pícaro por excelencia, el lado negativo pero simpático, y Leela, una guapa mutante con un solo ojo, con quien surgirá la inevitable tensión sexual, y que a la vez representa lo más cercano a la ética y la integridad personal. A su alrededor, el resto de los empleados del Planet Express, empresa de mensajería espacial, y una serie de personajes recurrentes, algunos realmente divertidos. Mis favoritos son Amy Wong, Nibbler y las amazonas gigantes que ejecutan a los hombres haciéndoles «snu-snu«.

Otra carácterística notable de la serie es su elevado índice de «geek-ismo«. Por un lado, son continuas las referencias a aspectos científicos, especialmente de las matemáticas y de la física moderna que aparecen continuamente en los diversos episodios. Universos paralelos, códigos binarios, la teoría de la relatividad, juegos numéricos diversos,… incluso se han dedicado páginas en internet y trabajos científicos a este aspecto de la serie. Por otro lado, los guiños al cine o al cómic de ciencia ficción son constantes, y hay que estar muy puestos para pillar todas las referencias. Las referencias a Star Wars, los alienígenas de Roswell, Star Trek, Forbidden Planet y muchas otras están a la orden del día. Lo dicho, la delicia de un buen geek.

Dicho lo cual, la serie es muy recomendable. Es muy divertida y es mordaz sin caer en ningún momento en el chabacanismo o en el mal gusto. Ha sido una buena forma de pasar las calurosas horas de las tardes de verano. La recomendación no se puede extender a los largometrajes más actuales. Los 90 minutos de duración son más exigentes desde el punto de vista del guion que los ágiles episodios de 22 minutos de la serie, y no se ha conseguido acercarse al elevado listón del producto original. Así que son prescindibles, salvo para fanáticos de la serie.

Quizá nuestros descendientes del siglo XXX conserven todavía algunos de los objetos en los museos de los museos de la técnica del siglo XX, como los aeroplanos del Deutsche Museum de Munich.

Deutsche Museum, veleros y otros aeroplanos

(Pentax K10D; SMC-DA 21/3,2)

¿Sabríais distinguir una fotografía “photoshopada” de una que no lo está?

Fotografía, Fotografía personal, Viajes

Ayer domingo, me pegué la tarde terminando de organizar la fotografías de mi escapada a Munich y alrededores. Entre otras cosas, ya tengo subidas en la correspondiente colección de fotografías en Flickr, con tres álbumes: Munich, Zugspitze y Salzburgo

También estuve preparando el libro que voy a encargar a MyPublisher. En realidad, intenté encargarlo ya, pero se produjo un fallo de conexión. Así que hoy volveré a intentarlo.

Para preparar todo ello, tuve que revelar los archivos RAW de mis fotografías, y dedicarles algo de tiempo en un programa de tratamiento de imágenes. No soy partidario de grandes intervenciones en las fotos en la fase de procesado. Creo que conviene tener una buena imagen de base, y realizar aquellas intervenciones encaminadas a restaurar el ambiente o la sensación que nos llevó a tomar la imagen. Esta sensación no siempre queda plasmada en nuestro archivo ya que la fotografía como cualquier otra técnica tienen limitaciones devidas a impertivos físicos.

Dicho esto, no tengo nada especialmente en contra del trabajo en Photoshop u otros programas de tratamiento de imágenes. De tener algo en contra sería en relación con la intencionalidad del autor. Si lo que se pretende es una creación artística, transmitir una sensación, etc… pues que cada uno aplique las técnicas que quiera, y que el público lo juzgue. Bien. Viva la libertad. Otra cosa es si se intenta engañar al personal; dar gato por liebre. Y así, si uno ve una imagen de una mujer que se sabe que está en los 50 años y en la foto parece tener un cutis de una cría de 17, y además te recomienda una crema cosmética… pues está claro que es un engaño de tomo y lomo, que toma a las mujeres por tontas (o a los hombres si no han aprendido a controlar sus hormonas y a saber valorar correctamente a las mujeres) y que menosprecia a las mujeres de 50 años. Mal.

Cuando terminé mis tareas, revisé las noticias en el Google Reader, y me encontré con una curiosa anotación en Xataka Foto. Nos proponía realizar una prueba para ver si somos capaces de distinguir una foto «photoshopada» de una que no lo está.

Para realizar la Real or Shopped Challenge, visita http://theirtoys.com/RealorShopped. Al final te dará el porcentaje de aciertos. A mí no me fue mal… un 70%.

Photoshop Quiz
Created By Their Toys

En general, fui mejorando mi nivel de aciertos conforme avancé en la prueba… No os voy a contar los trucos. Que cada uno se afane como mejor pueda.

La imagen que os pongo hoy es una de las que sufrió un tratamiento más enérgico de las que me traje de viaje. Está tomada en Salzburgo, donde estuvo nublado y lloviendo casi todo el día. Como consecuencia, las diferencias de luminosidad entre el cielo y el suelo, y los problemas de microcontraste en cada una de estas zonas, obligan a un mayor trabajo con máscaras y curvas para llegar a una representación razonable de la realidad. En este caso, la fortaleza Hohensalzburg vista desde las orillas del Salzsach.

Fortaleza de Hohensalzburg desde el Salzsach

(Pentax K10D; SMC-DA 70/2,4)

Recordar (fotográficamente) la primavera de Praga

Fotografía, Política y sociedad

El pasado viernes, además de publicar la entrada dedicada a Cartier Bresson, como homenaje al maestro me dediqué a visitar mucha fotografía en la red de redes. Y en una de estas descubré otra efeméride. En estas fechas, hace 40 años, los tanques soviéticos aplastaron el movimiento aperturista conocido como la Primavera de Praga. Una de tantas primaveras que hubo aquel año a lo largo del mundo y que tan poco se notan hoy en día. Pienso yo.

En cualquier caso, no es mi intención hacer un comentario sociopolítico de aquel acontecimiento, sino ofrecer una recomendación fotográfica. La intervención del Pacto de Varsovia en Checoslovaquia fue admirablemente recogida por el fotógrafo Josef Koudelka, en un amplio reportaje que recoge con una expresividad desusada los sentimientos que se vivieron en la capital checa en aquel momento. Cuando se publicaron se publicaron por primera vez en 1969 lo fueron de forma anónima, ya que había miedo sobre la seguridad del fotógrafo en caso de que las autoridades prosoviéticas conocieran quien fue el fotógrafo que expuso la barbaridad de la intervención. Un par de años más tardes, ya fuera de Checoslovaquia, el autor se unió a la Agencia Magnum donde podemos apreciar una estupenda selección de aquel reportaje. Merece mucho la pena visitar el sitio.

Debería poder acompañar esta entrada con una foto de la capital checa, pero por una desidia imperdonable no tengo digitalizadas las diapositivas de aquel viaje hace 11 años en estas fechas. Así que lo haré con una imagen de la huella soviética en la capital donde se firmó el Pacto de Varsovia.

Palacio de la Ciencia y la Cultura

(Canon EOS 40D; EF 24-105/4L IS USM)

Henri Cartier-Bresson, centenario de un «instante decisivo»

Fotografía

Hoy, 22 de agosto, es el centenario del nacimiento de Henri Cartier-Bresson, fotógrafo francés que tanto contribuyo a cambiar la manera de entender la fotografía. Si tuviera que hacer una lista del tipo «mis 10 fotógrafos favoritos» seguro que estaría ahí. Probablemente también en una del tipo «mis 5 fotógrafos favoritos» o «mis 3 fotógrafos favoritos». No me atrevo a decir que sea mi fotógrafo favorito, porque depende. Depende del tipo de fotografía que me guste apreciar en cada momento.

No voy a dar datos biográficos que podéis encontrar sin problemas en muchos sitios. Podéis seguir el enlace que he puesto en su nombre, aunque os recomiendo que leáis la entrada de la versión inglesa de la Wikipedia, mucho más amplia. Incluso mucho más amplia que la versión francesa, a pesar de la nacionalidad del autor.

Este fotógrafo siempre ha supuesto para mí una alegría por poder disfrutar de su obra, pero sobre todo de su estilo, de su forma de expresarse en el medio fotográfico. Pero también ha supuesto una tristeza porque sistemáticamente, día a día, compruebo que estoy a años-luz de su capacidad de observar el mundo y captar lo que el llamó el «instante decisivo». Ese momento en el que los actores, el escenario, la luz y el fotógrafo entran en una alineación espacio-temporal que permite obtener esas maravillosas imágenes que el tomaba.

Trabajó fundamentalmente el reportaje, pero en su obra encontramos también excelentes retratos, o paisajes, o simplemente, fotografías tomadas en la calle cuando uno pasea. Fue su instrumento fundamental, por su calidad, por su discreción, las cámaras telemétricas de la casa Leica. Su soporte, el negativo en blanco y negro. Fue maestro e inspirador de generaciones de fotógrafos posteriores. Todavía lo es.

Como dicen que vale más una imagen que mil palabras, os dejo algún enlace.

Henri Cartier-Bresson en Agencia Magnum

Images a la sauvette en Agencia Magnum

Tête à tête: Portraits by Henri Cartier-Bresson

El 22 de agosto de 1908, en Chanteloup-en-Brie, cerca del Marne, no muy lejos de París, fue un «instante decisivo». Nació el maestro. Nació Henri.

Tremenda responsabilidad, la de ilustrar la entrada de hoy con una imagen… en fin… seguiré con las de mi reciente viaje por la capital bávara. Dos niños en la Frauenkirche.

Frauenkirche

(Pentax K10D; SMC-DA 40/2,8)

La probabilidad de morir en accidente aéreo

Política y sociedad, Viajes

Hace un par de meses, reunidos en una terraza tomando unas cervezas, salía a colación el tema del miedo a volar. En avión, se sobrentiende. La conversación derivó por diversos cauces. Y acabamos contando cuántos viajes en avión habíamos realizado a lo largo de nuestra vida. Quien más, no era capaz de hacer la cuenta. Por motivos de trabajo, lleva varios años volando todos los meses. Se ha convertido en una rutina. Quien menos, nunca. Tiene miedo a volar. Yo hice mis cuentas. En aquel momento eran 65 vuelos; 60 vuelos comerciales, 2 en avioneta y 3 en velero (vuelo sin motor). A fecha de hoy, hay que sumar 6 vuelos más; un total de 71, de los que 66 han sido vuelos comerciales.

Todo esto viene a colación del accidente que se produjo ayer en Barajas. Existen muchas ideas preconcebidas sobre el riesgo de morir en accidente aéreo. Ayer por la tarde, un piloto de una aerolínea afirmaba que era el medio de transporte más seguro. Si uno busca por internet, obtiene con facilidad la probabilidad de morir viajando en distintos medios de transporte. No he podido verificar la fuente original de estos datos que se repiten por la red de redes, pero supongamos que puedan ser razonables:

  • 1 de cada 237 personas morirá en accidente de coche.
  • 1 de cada 625 personas morirá en accidente peatonal.
  • 1 de cada 1.020 personas morirá en accidente de moto.
  • 1 de cada 4.910 personas morirá en accidente de bicicleta.
  • 1 de cada 5.051 personas morirá en acidente aéreo o espacial.
  • 1 de cada 104.113 personas morirá en accidente de autobús.
  • 1 de cada 156.169 personas morirá en accidente de tren.

El problema es que estas cifras, sin más información son falaces. Obviamente, el número de personas que viaja en coche o se desplaza entre dos puntos caminando es muy superior al que lo hace en un avión. Es difícil decir qué es más peligroso, sin más datos. Por otro lado, es muy probable que el número de personas que viaja utilizando el ferrocarril sea muy superior al de los que viajan en avión. Casi seguro que viajar en tren es más seguro. Con esos datos,… sobre los que me manejo con cierto escepticismo al no haber verificado la fuente original como ya he dicho.

Se ha propuesto que se utilice como referencia el número de muertes por hora de viaje y viajero. Pero el tema también es delicado a la hora de realizar comparaciones. En el medio aéreo, la mayor parte de los siniestros se producen en las maniobras de despegue o aterrizaje. Por lo tanto, la duración del viaje y la acumulación de horas de viaje y viajero subsiguiente no aumenta mucho el riesgo. Sin embargo, en los medios terrestres, si bien es cierto que la probabilidad de un accidente no es igual en todo el recorrido, la duración del mismo sí tiene una incidencia en el riesgo. Mal sistema para comparar. He encontrado alguna referencia que indicaría que el número de muertes por horas de viaje y viajero sería similar viajando en coche o en avión. No sé.

Otra propuesta es el número de muertes por millas recorridas. Es el indicador que viene en el artículo dedicado a los accidentes aéreos en la versión inglesa de la Wikipedia. Nos informa de que:

  • en los viajes en automóvil se producirían 0,94 muertes por cada 100 millones de millas recorridas,
  • en los viajes en ferrocarril se produciría 0,04 muertes por cada 100 millones de millas recorridas, y
  • en los viajes aéreos la cifra bajaría a 0,01 muertes por cada 100 millones de millas recorridas.

Según estas cifras, quedaría reforzada la opinión del piloto que ayer opinaba por la radio. El avión es el medio de transporte más seguro. Pero claro, volvemos a lo de antes, el riesgo de los viajes en avión se concentra en muy poquitas millas en cada vuelo.

Por otra parte, olvidándonos de las comparaciones, un tal Barnett nos dice (PDF; 102 Kbytes) que la probilidad de morir en un vuelo doméstico en el mundo desarrollado en el período que va entre 1990 y 1999 se situó en 1 de cada trece millones. Baja. Realmente baja. Para un vuelo internacional entre países del mundo desarrollado la probabilidad de morir se situó en 1 de cada seis millones. Más alta… pero baja. Realmente baja.

Seguir las noticias o las impresiones periodísticas de un accidente como el de ayer es realmente desalentador. El rigor de los medios a la hora de suministrar datos fiables es bajísimo. La tendencia al amarillismo, a golpear en los hígados y las tripas del espectador en lugar de alimentar su razonamiento, es abrumadora. Los gráficos están deliveradamente deformados para obtener un mayor impacto emocional… Si bastante emotiva y difícil es la situación, hay que reconocer que poco contribuyen los medios a introducir racionalidad. Y esa ha sido mi intención con esta entrada. Introducir un poco de racionalidad a la hora de analizar los riesgos de viajar en avión. O en otros medios. Y los riesgos son bajos. Que el miedo no os impida disfrutar de la vida y de los viajes.

La fotografía de hoy corresponde al Museo Alemán de la Tecnología en Berlín, en cuya fachada podemos ver un avión C-47, equivalente militar de los DC-3, de los que participaron en el puente aéreo para burlar el bloqueo soviético de la ciudad en 1948 y 1949. En esta operación aérea, los C-47 y los C-54 realizaron unos 150 millones de kilómetros. Como la distancia entre la Tierra y el Sol. Se produjeron 101 muertes. Aproximadamente, 1 muerte por cada 1,5 millones de kilómetros. Menos, puesto que hubo otros modelos de avión que participaron y también sumaron kilómetros recorridos.

Dewtsches Technikmuseum Berlin

(Fujifilm Finepix F10)

El caballero oscuro (2008)

Cine

El caballero oscuro (The Dark Knight, 2008), 19 de agosto de 2008.

Es típico, tópico y tradicional que durante el verano uno acabe viendo películas de superhéroes u otro tipo de aventureros. Particularmente, el hombre murciélago nunca ha sido uno de mis favoritos. La verdad es que el género de superhéroes en su conjunto, tanto en cómic como en cine, nunca ha sido precisamente uno de mis favoritos. Pero, en esta ocasión, el filme que nos ocupa venía precedido por unas críticas buenísimas y por una aceptación popular muy notable. Así que nada, había que ver la película.

En primer lugar, hay que decir que el tono de la película, dirigida por Christopher Nolan, se sale de las anteriores de la saga. Incluso de su precursora en esta reimaginación del personaje. Es más adulta, más dura, con menos concesiones. No hay humor, no hay malos de colorines, no hay chascarrillos. Los riesgos son reales, los muertos son reales. Si bien la realización evita cebarse en las escenas violentas desviando el ojo de la cámara, las mutilaciones están ahí. La película es tan oscura como el propio título. Y eso le sienta bien.

Los personajes están mejor definidos y, todos tienen su lado más claro y su lado más oscuro, salvo el Joker en quien todo es oscuridad y la chica en quien todo es claridad. La ausencia de maniqueismo también es algo que le sienta muy bien a la película.

No obstante, a pesar de todas las alabanzas que ha recibido el guion del filme, a mi me parece que las dos horas y media son demasiadas, que hay elementos de la trama demasiado circunstanciales, y que se podrían haber resuelto de otra forma. Por ejemplo, toda la historia que pasa en Hong Kong está muy bien desde el punto de vista de la habilidad técnica en el rodaje, pero me resulta superflua, y se podría haber resuelto de otra forma manteniendo la estructura global de la historia. Sin embargo, hay elementos que están desaprovechados como los traidores en la policía, tema que queda resuelto de una forma un poco patética.

En cuanto a la interpretación, me parece que esta en general bastante bien. Christian Bale hace un trabajo solvente como Batman/Bruce Wayne, y lo mismo se podría decir del comisario Gordon que compone Gary Oldman, siempre eficaz. Desde mi punto de vista, es mejor todavía el trabajo de Aaron Eckart como Harvey Dent. Este es un actor que creo que en general esta desaprovechado. Y el que ha hecho correr más ríos de tinta,… el del difunto Heath Ledger como Joker… pues no sé… el hecho de ver dobladas las películas hace que los personajes muy caracterizados no puedan ser apreciados correctamente. A mí me parece un villano bastante competente, con una interpretación notable… pero como podría haber sido con otros actores y de otras formas. Lo que está bien es el tratamiento que se le da al personaje, del que se beneficia el actor que lo interpreta. Creo que hay mucho de operación de venta del producto a propósito de la desgracia del actor. Pero vamos, a este paso le dan el Oscar. Lo que me parece una tristeza, porque para mí la gracia de los premios es poder disfrutarlos, y no estar criando malvas cuando te reconocen. Magie Gyllenhall es el florero de turno, importante, con incidencia en la trama, pero florero. Desde luego, infinitamente más solvente que la petarda de su predecesora en el papel. También creo que es una actriz desaprovechada. A mí me gusta.

Resumiendo, la película en su conjunto está bien. Pero bajo ningún concepto puedo considerarla como una de las mejores de la historia como se ha dicho por ahí. Supera con mucho a casi todo lo que se ha visto en el género de superhéroes, y es válida como una buena película independientemente del género a la que pertenece. Sin embargo, es una más de muchas buenas películas de similar nivel de realización e interpretativo que se han hecho. Reconozco estar lastrado por mi floja afición al género, pero la cosa es así. Yo le pongo un siete en la valoración global subjetiva, con un ocho en la interpretación y un siete en la dirección.

Una tónica habitual de las películas de Batman, es que en la mayor parte de las ocasiones, los malos actúan de noche, lo cual viene bien dado el caracter «murcielagoso» del héroe. En la foto de hoy, la noche cae sobre Munich, y puedo asegurar que los murciélagos pululaban por las orillas del Isar, cenándose los insectos propios de estos lugares fluviales.

Prinzregentenstraße

(Pentax K10D; SMC-DA 70/2,4)

Actualización en De viaje con la cámara al hombro

Fotografía personal, Páginas personales, Viajes

Mantengo varias páginas de contenido diverso en Google Pages. Este es un servicio de Google que permite crear páginas en internet de forma muy sencilla. Bien es verdad que con opciones bastante limitadas, pero que para lo que yo buscaba ya me han valido. Una de estas páginas es la versión 2 de mis páginas dedicadas a la fotografía en mis viajes De viaje con la cámara al hombro. Pero estoy en un relativo sinvivir. Google ha anunciado que dentro de unos meses dejará de prestar este servicio, en favor del que actualmente está desarrollando llamado Google Sites. Se supone que Google establecerá algún sistema para migrar los contenidos de uno a otro servicio,… pero ya veremos como queda…

En cualquier caso, de momentos sigo actualizando el mencionado sitio sobre mis viajes, y actualmente he incluido el reportaje sobre mi reciente escapada a Munich, con excursiones a los Alpes y a Salzburgo. La dirección:

Munich y Salzburgo en Google Pages

Para quienes hayáis seguido las entradas de este diario, los contenidos os serán familiares, porque se trata de un transcripción de los mismos. Para los que no, ahí están todos organizadicos.

La foto de hoy, cómo no, del mencionado viaje. El pabellón Pagodenburg en el jardín botánico del Palacio de Nymphenburg, en la capital bávara.

Pagodenburg

(Pentax K10D; SMC-DA 70/2,4)

Lecturas de vacaciones; algo serio y algo «menos serio»

Literatura

Siempre las vacaciones son un buen momento para leer. Incluso cuando uno se va de viaje con el correspondiente ajetreo de los desplazamientos y las visitas, es posible encontrar momentos para enfrascarse en la lectura de buenos libros.

Es mi costumbre llevarme dos libros a los viajes, en formato de bolsillo, y al menos uno de ellos procuro que esté relacionado de alguna forma, directa o indirectamente, con el destino del viaje. Con esta filosofía, a mi reciente viaje por Munich y alrededores me he llevado un clásico del siglo XX de la literatura alemana. No es otro que Sin novedad en el frente de Erich Maria Remarque. Como segunda opción, he optado por algo menos trascendente, en concreto El restaurante del fin del mundo de Douglas Adams.

Hacía tiempo que quería leer algo de Remarque, de quien conocía su obra por las adaptaciones al cine de algunas de sus novelas. En concreto, la interesante Tiempo de amar, tiempo de morir (el título original de la novela es Tiempo de vivir, tiempo de morir, pero ya se sabe que las cosas del cine…), la floja adaptación Arco de triunfo, y la más que interesante y temprana adaptación Sin novedad en el frente. Me encontré en una librería una versión de bolsillo de esta última novela, y me dije… «para el viaje a Munich».

No diré otra cosa más que me la merendé en el viaje de ida. En un día. Es una novela poco extensa, que con gran acierto va narrando diversos episodios en la vida de un soldado reservista alemán de apenas 20 años cuando comienza el relato, durante la Primera Guerra Mundial. El estilo es directo y claro tanto en la narración de la acción como en las descripciones de las personas y los ambientes. Pero sobretodo, es claro y directo en sus opiniones y en sus sentimientos puestos en boca del soldado protagonista. Remarque participó también como soldado en esa contienda, y se ve que sabe de lo que escribe. La novela es una de las piezas fundamentales de la literatura antibelicista, ya que expone sin ambages el sinsentido de la guerra. Pero también es una obrá básicamente antimilitarista, al describir la deshumanización y la alienación del soldado en una estructura, la militar, donde todo lleva a la eliminación de la personalidad del individuo que si no no podría enfrentar la idea de la muerte en un acto tan absurdo e irracional como la guerra. Después de leerlo, creo que es un imprescindible. Absolutamente recomendable.

El otro libro, al que le dediqué algunos ratos esporádicos del resto de las vacaciones, es la continuación de la acción narrada en La guía del autoestopista galáctico. No sé muy bien porque la elegi, porque la obra original que continúa me divirtió pero no me entusiasmó. Siempre he bordeado el friquismo en los temas de ciencia ficción, pero siempre he conservado un punto de escepticismo y de racionalidad que me ha impedido caer en «el vicio». Reconozco que el cachondeo sobre los vogones, el 42, o el campo de improbabilidad me divierten mucho… y que quedé enamorado de Trillian en su adaptación cinematográfica… pero, tampoco esta novela nunca me pareció para tanto (la película me parece incluso bastante fallida).

La cuestión es que, tal vez por las bajas expectativas, esta continuación me ha parecido divertida y entretenida. No entraré en mucho detalle. Humor absurdo basado sobre diversas teorías científicas reales o hipotéticas, que sirve al interés del autor por criticar los comportamientos más estandarizados de la especie humana, y en especial de eso que se ha dado en llamar «la clase media». Bueno. Para los que gusten de un poco de ciencia ficción entretenida, recomendable. Los que no, que lean otra cosa.

La imagen de hoy, una belicosa escultura en la Frauenkirche de Munich, Alemania.

Frauenkirche

(Pentax K10D, SMC-DA 40/2,8)

Última mañana en Munich; Deutsche Museum, sopa y de vuelta a casa

Viajes

Hoy nos hemos dividido al principio de la mañana. A mí no me apetecía ver tiendas. Así que entre las 10 y las 12 de la mañana, me he dirigido al Deutsche Museum para echar un vistazo al que dicen que es uno de los mejores y el más grande de los museos de la ciencia y de la técnica de Alemania, o sea de Europa. Tan grande es que apenas he paseado someramente por alguna de sus salas.

Las salas más visitadas probablemente sean las de la navegación y de la aeronáutica, por la espectacularidad de las naves expuestas. A parte de barcos y aviones diversos, me ha llamado la atención que, de alguna forma, presumen de ser inventores del cohete. Y por ello, exponen una V2. Una de aquellas bombas volantes que los nazis usaron para bombardear Gran Bretaña. Curioso avance. Eso sí. Ninguno de los vehículo de la época aquella luce la cruz gamada. Está prohibida en Alemania.

No dispone de salas dedicadas al ferrocarril como sí tiene el museo de Berlín, hay que contentarse con modelos ferroviarios a escala. Eso sí, disponen de una maqueta funcional que ponen en marcha tres veces al día que hace las delicias de grandes y pequeños. Controlada digitalmente, también tiene cámaras en todo el circuito, incluido en alguno de los trenes que se desplazan, y que emiten por diversas pantallas.

Camino de la sección de fotografía, obligatoria para mí, me he entretenido un rato viendo como trabajaba un vidriero. Luego, he consumido el resto de mi tiempo admirando todo tipo de aparatos fotográficos. Pensaba que estaría más dedicado a los aparatos alemanes, pero había una buena selección de diversos hitos de la fotografía de todo el mundo. Bien.

A mediodía, nos hemos reunido en el Viktuelmarkt, donde hemos tomado un piscolabis muy muniqués a base de sopa y weißbier (la alternativa hubiese sido weißwurst y weißbier, pero era demasiado weiß, y ya la probamos en el Spitze).

Tamibén he admirado allí a un ciudadano que lejos de tirar de cámara digital, se mantenía fiel a su Leica con montura de rosca, con un teleobjetivo y un visor múltiple de revolver. Que estupendo.

Después, a recoger las maletas al hotel, coger el S-Bahn al aeropuerto,… y para casa. Se acabó.

Salzburgo: Mozart, sonrisas y lágrimas, y lluvia, mucha lluvia

Viajes

La primera vez que supe algo de Salzburgo fue una de las varias en las que siendo niño mi madre me llevó/obligó a ver Sonrisas y lágrimas, en las que una virginal novicia acaba liando a un «pobre» viudo con una caterva de hijos a cual más ñoño. Eso sí, parecía ser todo muy bonito, con muchos montes, y con calles y paseos muy monos para montar en bicicleta y cantar canciones sobre el do, re, mi,… etc, etc.

Bueno, sí, muy bonito, pero hoy todo con un nublado de preocupar. Y tan de preocupar que lo que ha hecho ha sido llover casi todo el día. A ratos, con cierta intensidad. Si hasta se estaba produciendo una invasión de babosas. Me refiero a los limacos,… había también muchas señoras y señoritas de diversas partes del mundo invadiendo la ciudad, pero no me atrevo a calificarlas con tan grosero adjetivo.

La ciudad es bonita en sí. Tiene sus jardincitos bien cuidados, sus casas monas, su río, sus puentes,… vamos lo que toca. Hay una calle, la Gedartegasse, llena de tiendas. Y por consiguiente llena de turistas. Los cuales hoy andaban muy decepcionados porque al parecer es fiesta. Supongo que en Austria, o al menos en Salzburgo, también celebran la Virgen de agosto. Son muy católicos ellos. Hasta el punto de que durante gran parte de su historia, Salzburgo fue un electorado del Sacro Imperio, cuyo príncipe elector era el arzobispo de la ciudad. Estos curas nunca han entendido bien qué quiso decir el Cristo con aquello de «al Cesar lo del Cesar, y a Dios…», lo que fuere.

Dominando la ciudad, una imponente fortaleza con sus torreones, sus almenas y sus cañones. Se sube en funicular. También puedes subir andando, pero la gente que lo hacía llegaba bastante cansadica. Así que lo mejor es caminar cuesta abajo, y que te suban tirando de la cuerda. En cualquier caso, teniendo en cuenta que las vistas estaban poco vistosas por culpa del nublado y la lluvia, la fortaleza en cuestión tampoco tenía mucho de donde rascar.

Más majetes son dos antiguos cementerios, el de la Iglesia de San Pedro y el de la Iglesia de San Sebastian. Muy recoletos y muy cuidados. El primero me ha gustado más por lo recogido y lo vistoso de sus tumbas. El segundo más seriote, hecho para más gloria de uno de los príncipes-arzobispos de la ciudad, tenía alguna celebridad enterrada. La que más me ha llamado la atención ha sido la tumba de Paracelso, de los médicos el más excelso. El epitafio, en latín, miente bastante. Ni harto de vino era aquel buen hombre capaz de curar la lepra. Pero eso es lo que dice, según las traducciones que por allí han puesto.

Finalmente, el rollito de Mozart. Porque el famoso músico nació en el lugar. Y allí le han puesto una estatua todo serio y majestuoso. Nada que ver con el descerebrado que retrato Milos Forman en su excelente película Amadeus. Pero nada. Eso sí, luego su música hay quien se la toma en serio, y otros la tocan con balalaicas. Si el bueno de Amadeo levantara la cabeza…

Bueno. Mañana es día de regreso. Aún podremos dedicar la mañana ha ver algo por Munich. Quizá nos acerquemos al enorme Deutsche Museum, el mayor museo de ciencia y tecnología del país y de Europa. O quizá no, y si eso nos dedicamos a pasear si sale bueno. Ya os contaré.