[Cine] Kimitachi wa Dō Ikiru ka [君たちはどう生きるか] (El chico y la garza) (2023)

Cine

Kimitachi wa Dō Ikiru ka [君たちはどう生きるか] (2023; 61/20231029)

Hace ya años que se anunció la que iba a ser la última película de Hayao Miyazaki, que se estrenó en 2013, y que a mí me gustó mucho, aunque comúnmente no se incluye entre sus grandes obras. Pero cuando un director está lúcido, «todavía» tiene 82 años, y en forma, y le quedan cosas que contar… pues a ello. Afortunadamente. Así que, con ilusión, en una matinal de domingo hace ya 10 días, nos fuimos a ver esta película, cuyo título original es una pregunta, ¿Cómo vives?, un homenaje a un libro de un autor japonés de 1937 que aparece en alguna secuencia. El título en inglés/español… no me convence. La garza es un personaje totalmente instrumental, secundario. Un macguffin destinado a introducir al protagonista en el camino del héroe que toda aventura desarrolla. La peripecia que le lleva a cambiar el mundo, o bien su mundo, o bien a sí mismo.

Y nuestro héroe particular es Mahito, un chaval de 12 años que, en tiempos de guerra, queda huérfano de madre, una madre a la que se encontraba muy unido, en el incendio del hospital donde trabajaba. Su padre, un industrial de la industria de armamentos, vuelve a casarse, con la hermana pequeña de la fallecida, y traslada su fábrica al campo para evitar los bombardeos. Y allí, doliente, desconcertado, desconfiado de su nueva madre, tan similar en aspecto a la fallecida, sintiéndose traicionado por el padre, comenzará un fantástica aventura para descubrirse a sí mismo y a su familia, cuando siga a una garza parlante a un mundo paralelo y peculiar, creado por uno de sus antepasados.

De toda la filmografía de Miyazaki, y de Studio Ghibli en general, el referente más próximo a esta película, sin duda, es Chihiro. El sentimiento de pérdida, el enfado con los padres, la necesidad de crecer, el paso por un mundo fantástico en paralelo, donde encontrará insospechados aliados en su recorrido de descubrimiento. Al igual que en aquella, Miyazaki hace desfilar ante nuestros ojos una maravillosa fantasía, una peculiar mitología llena de sensibilidad y significados, no siempre fáciles de descifrar, pero fascinantes para el espectador que se deja arrastrar por la historia y por el estilo. Una aventura algo más oscura que la de Chihiro. Si aquella pierde un entorno, pero recupera otros, Mahito no podrá recuperar definitivamente a su madre fallecida, aunque al final encuentre la paz en su nueva realidad, cuando salga al rescate de su nueva madre en ese mundo fantástico creado por el tío abuelo décadas atrás. Por otro lado, la historia recoge vivencias del propio Miyazaki. Su padre trabajó en una fábrica de componentes para aviación durante la guerra. Se sintió fuertemente apegado a su madre, cuyo carácter independiente y crítico con las normas sociales establecidas, a pesar de una larga enfermedad crónica, inspiró el carácter de muchas heroínas de la filmografía del director.

Para mí está claro. Las aventuras del joven Mahito [眞人, persona veraz, confiable] quizá no lleguen al nivel de las grandes heroínas de Miyazaki, como Nausikaa, Chihiro, San, Kiki,… o Ponyo, si nos trasladamos a un entorno más infantil,… pero le falta muy poquito y está en la misma onda. Es coherente en los mensajes, en los medios, y en la capacidad de crear mundos especiales, maravillosos, esa mezcla de lo fantástico con lo cotidiano, que invita a soñar a imaginar, pero que de alguna forma nos permite e invita a mantener los pies en el suelo y crecer. Quizá sea realmente la última película de Miyazaki. O quizá no. Si vienen más, bienvenidas serán.

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

[Libro] Guía de los viajes en el tiempo – David Nel

Literatura

Uno de los subgéneros que más me gusta en el ámbito de la fantasía o de la ciencia ficción, dos géneros distintos aunque algunas veces se agrupen o incluso se confundan, es el de los viajes en el tiempo. Generalmente mejor en el ámbito de la ciencia ficción que en el de la fantasía, pero sin desdeñar este último tampoco. Y creo que el motivo fundamental es que es un recurso argumental muy interesante para explorar los dilemas de ser humano, de ser persona… a través de las paradojas que impone el viaje en el tiempo, que bien utilizadas por un escritor (de relatos, novelas o guiones cinematográficos, me da igual) nos proporciona horas de diversión garantizada, pero no vacía, sino con alimento para las neuronas. No sé decir cuándo comenzó mi afición a los viajes en el tiempo… pero sin duda, una novela de Isaac Asimov fue instrumental en esta, The End of Eternity.

Todo viaje en el espacio, a culturas o paisajes distintos, tiene también su parte de viaje en el tiempo. Ya he comentado que leí el libro a la vuelta de Estocolmo. Y en la región de la capital sueca, en Sollentuna, tuve ocasión de viajar al pasado de la cultura escandinava.

Comentar ahora cuáles son las obras literarias o audiovisuales que me han gustado o me han marcado con viajes en el tiempo… pues sería muy prolijo y no nos llevaría a nada en términos prácticos. Como ya he dejado establecido, me gustan. Ya está. Por ello, cuando en algún momento de finales de julio o principios de agosto encontré recomendado (creo que fue en Microsiervos pero no estoy seguro) este libro de David Nel, en vísperas de mi reciente viaje a Estocolmo, y dado que se podía adquirir en versión electrónica de forma muy asequible, no me lo pensé mucho y lo compré con vistas a dedicarle uno de los vuelos a la capital sueca. Como así fue. El de regreso. Al fin y al cabo, los comentarios eran muy elogiosos. Qué podía ir mal…

Pues lo que podía ir mal es que esta guía es una esfuerzo muy elogiable de realizar una especie de manual para el escritor/lector de la ficción con viajes en el tiempo… pero que acaba siendo tremendamente repetitiva a lo largo de sus capítulos. Lo cual tiene un punto paradójico, porque el libro no es muy extenso, y te da todo el rato la impresión de que estás volviendo de nuevo a leer sobre lo mismo continuamente. Eso sin contar la pesadez de que en todos y absolutamente todos los capítulos dedique un espacio, excesivo, a autopromocionar su novela de viajes en el tiempo. Ya sé que es un libro que tiene su origen en una blog o algo por el estilo. Pero hombre, un esfuerzo de edición de contenidos para adaptarlo al formato de ensayo/guía en forma de libro hubiera sido de agradecer. No me parece mal que el autor dedique un espacio a contarnos que tiene una propuesta, una aportación al tema… pero que no se repita como los pepinos en la ensalada. Creo además que se queda en los aspectos más superficiales, y que no acaba de profundizar en lo más importante del viaje en el tiempo, el potencial valor como metáfora que las paradojas temporales tienen en relación con los dilemas éticos, políticos y sociales que los seres humanos afrontamos en el día a día, en el mundo real, en el que todos viajamos en el tiempo hacia el futuro a una velocidad de 60 segundos por minuto (o a la velocidad de la luz como afirman algunos físicos especulativos), o viajamos al pasado con nuestra imaginación o nuestra memoria, a la velocidad que queremos. O podemos.

Si el escenario de un relato se corresponde o se resuelve considerando la teoría de los universos o líneas temporales paralelas, o en cualquiera de las variantes de un único universo con líneas temporales… lo que sea, es circunstancial. Eso es el macguffin de Hitchcock. Y como charla de café vale. Pero si hemos de adentrarnos en el valor del viaje en el tiempo en la narrativa, creo que hay que meterse más a fondo en su valor para profundizar en lo que significa ser humano. Y ahí, este ensayo se queda en lo superficial. No lo disfruté. Alabo el intento y el esfuerzo, pero me costó entrar en la propuesta, y al final no entré. Qué se le va a hacer.

[TV] Cosas de series; ucronías en el periodo Edo y otros mundos alternativos

Televisión

Vamos con una ronda de animación japonesa con isekai [異世界,mundos alternativos] y alguna curiosa, e interesante ucronía, que de alguna forma también es una variante del isekai. El isekai es un género de la ficción fantástica, que también existe en la ficción occidental, pero que por volumen y características propias ha adquirido señas de identidad propia a través de medios como el manga o el anime. Un género en el que el protagonista principal se ve trasladado a un mundo alternativo, diferente, generalmente en el que existe la magia o seres fantásticos, y donde vive una vida de aventuras. El primer isekai que yo recuerdo haber leído fueron las aventuras de Un yanqui en la corte del rey Arturo de Mark Twain. Evidentemente, nada japonesa la cosa. Y por supuesto, en aquel momento ni se me hubiera ocurrido que el género pudiera tener un nombre japonés. En el cine, un isekai clásico es El mago de Oz, claro. Pero claro, otros considerarán la obra de Twain dentro del género de los viajes en el tiempo, y las aventuras de Dorothy, un mundo de ensueño. Y Alicia, ¿dónde queda en todo esto? Lo dicho… hay géneros universales, aunque se popularicen más en una determinada cultura o país.

Vistas del palacio imperial en Tokio, y sus alrededores, incluyendo la estación de Tokio (una de las muchas de la capital japonesa, la que oficialmente se llama «Tokyo») que se levanta donde el antiguo castillo de Edo, residencia de los Tokugawa, castillo que se incendió hacia finales del siglo XIX, cuando ya era dominio imperial.

Ōoku [大奥] también conocido como Ōoku: The Inner Chambers o también, en castellano, Ōoku: Los aposentos privados, es una ingeniosa ucronía que transcurre en una versión alternativa de las primeras décadas del período Edo, cuando Japón fue gobernado por los shōgun de la dinastía Tokugawa. El ōoku son los aposentos privados del shōgun, una especie de serrallo, harén, donde residía la esposa, las concubinas, los hijos y otros sirvientes del gobernante militar de turno. Pero en la versión de este anime, basado en un manga, como de costumbre, durante el mandato del tercer Tokugawa, se desata una terrible epidemia en Japón que hace que la población masculina quede reducida a una cuarta o quinta parte. También muere el shōgun, pero para evitar el caos en el país, esto se oculta y es sustituido por su hija, que lo suplanta. En paralelo, el ōoku se transforma de un territorio femenino, en un territorio masculino al servicio de la nueva mandataria. La historia me ha parecido curiosa, bien llevada e interesante. Se han cuidado las formas tanto en las formas como en los detalles, y empatizas con los caracteres principales. Es un original de Netflix.

Frente a la seriedad del anterior, Kono Subarashii Sekai ni Shukufuku wo! [この素晴らしい世界に祝福を!, ¡Una bendición para este maravilloso mundo!], más conocido simplemente como Konosuba! [このすば], es un cachondeo. Prácticamente una parodia en la que un otaku adolescente, un día que sale a la calle muere de forma ridícula y, en el más allá, se le da la oportunidad de reencarnarse en un aventurero de los que aparecen en los mangas y los videojuegos, lo cual acepta con la condición de ir acompañado de una de las diosas. Ambos, junto con un par más, o tres, según como lo cuentes, de personajes femeninos, con caracteres mágicos o heroicos, pero con debilidades ridículas, forman una compañía de aventureros cuya misión final será derrotar al gran villano de ese mundo. Es muy divertido, pero es el típico producto para adolescentes masculinos, lleno de fan service, no demasiado ofensivo que está ahí, que se salva por el dinamismo de la trama, lo ingenioso de los diálogos y la más que correcta realización. Se puede ver en Netflix. Se supone que hay una tercera temporada reciente, las dos primeras que he visto son de 2016-2017, pero no disponible en Netflix. Veré si la pillo en algún sitio.

Finalmente dedicaré poco esfuerzo a comentar Isekai Yakkyoku [異世界薬局, La farmacia de otro mundo], basado en unas novelas ligeras como el anterior, y que se estrenó el año pasado, y es uno de los que seleccioné a principio de verano para familiarizarme con distintos géneros. Sin saber que luego iba a encontrar otros isekai más divertidos e interesantes. Es la historia de un joven farmacéutico que, tras morir, se reencarna en el hijo del farmacéutico real (de la realeza, no de la realidad) en un mundo alternativo ambientado en el siglo XVIII europeo. Es gracioso que una de las ciudades se llame Marseirre, que teniendo la «confusión» entre las r y las l en la fonética nipona, se podría transliterar como Marseille, el nombre original de Marsella en francés. Está bien hecho… pero el argumento es muy naif. Y al final me ha cansado un poco.

[Cine] Indiana Jones and the Dial of Destiny (2023)

Cine

Indiana Jones and the Dial of Destiny (2023; 39/20230629)

Sería 1991 cuando conocí a Luis. Tenía tres perritas. Se llamaban Marion, Willie y Elsa. Y yo tenía el suficiente nivel de amor por el cine y por el buen cine de aventuras para coscarme de inmediato de cuál era la inspiración para los nombres de los animales de compañía de su familia. Un par de meses más tarde me enteré de que Luis iba a convertirse en el cuñado de una amiga de los tiempos de universidad, que con el tiempo regresaría a mi vida y se convertiría en una de mis mejores amistades, todos los tiempos incluidos. Pero siempre resultó raro incluir a las tres «chicas Indiana» en el mismo saco. Por que la última cruzada tenía una dinámica distinta. La cosa no iba de la dinámica entre el héroe y la chica, sino entre el héroe y su padre. Y Elsa Schneider no dejaba de estar del lado de los malos. Al menos una cosa estuvo clara desde el principio… nunca volvería a salir en una secuela. Algunos se han preguntado porqué es Marion Ravenwood (Karen Allen) y no Willie Scott la que permaneció en la saga. Olvidan que la acción del arca perdida es posterior en la cronología interna de la saga a la del templo maldito. Y al mismo tiempo, apareció antes en la vida del doctor Henry Jones Jr. (Harrison Ford)

Una de mis más graves carencias viajeras es no haber visitado todavía Sicilia. Así que para suplir los sitios arqueológico de la isla con presencia en la película de hoy, utilizaré los de Pompeya… que también tienen un volcán de fondo.

En la última entrega de las aventuras de Indiana Jones, se rompe también la dinámica entre el héroe y la chica, aunque haya chica. Porque Helena Shaw (Phoebe Waller-Bridge) es familia. Es la ahijada de Jones. Por lo tanto… no puede haber el mismo rollo. De hecho, si de algo va es de que parece que es el último tenue hilo que le queda al anciano profesor universitario para alejarse de la soledad en la vida. Un profesor que está retirándose de la docencia al mismo tiempo que los norteamericanos celebran la llegada a la luna, que ya no conecta con sus alumnos… y especialmente con sus alumnas,… y que ha perdido las ganas de vivir, el humor, la ilusión, y más cosas. Un Jones más cínico que nunca, pero además desencantado. Pero es Helena la que lo va a sacar de esa pendiente descendiente hacia la soledad, en la búsqueda de un nuevo macguffin con propiedades sobrenaturales, en esta ocasión el mecanismo de Anticitera. Este mecanismo, una calculadora mecánica para conocer las fechas de determinados eventos, se atribuye en la película a Arquímedes (Nasser Memarzia), que se convierte en un personaje más de la historia. Junto con un buzo español (Antonio Banderas) que se pasea por las islas griegas, y el malo de la película (Mads Mikkelsen, muy en su salsa), un nazi, conforman el conjunto de personajes de la aventura. Ah bueno,… y un adolescente marroquí (Ethann Isidore), que no sé si pretendían que fuese el nuevo Short round/Tapón, en lo que fracasan notablemente.

La historia… es lo de menos. Con las variaciones apropiadas a las circunstancias, no deja de ser la historia de siempre. Pero está bien contada. El director de la fiesta deja de ser Spielberg, supongo que precavido por si la cosa no funciona, para no manchar su prestigio como en la cuarta entrega (que hoy en día valoro con menos optimismo que cuando la vi). Así que la papeleta se la han encargado a James Mangold, lo que se llamaba antaño un artesano frente a los directores de cine que se consideraban autores. Que conste que no es mal director y que su filmografía tiene títulos interesantes. Para mí la cosa tiene sus aspectos buenos y sus aspectos menos buenos. Es entretenida, y aunque dura más de dos horas y media, se te pasa en un vuelo. Es digna en su guion y dinámica, aunque es muy convencional y… hasta cierto punto,…. previsible. Pero le falta más humor. Más cinismo. Más socarronería. Waller-Bridge hace lo que puede para ello, pero el pesimismo gruñón del protagonista no le sienta bien al carácter. Están a punto de desbarrar en algún momento cuando se introducen en el berenjenal de los viajes en el tiempo… pero creo que acierta al no profundizar, y dar una salida rápida al asunto sin preocuparse por las paradojas de los ciclos infinitos que pueden generarse. Están ahí… que se le va a hacer si se va al garete la cadena causal; esto es para entretenerse y no para divagar.

En fin. Película nada original, película que procura ser fiel a la saga. Con unas interpretaciones entre buenas y muy buenas, a la que falta un poco de desparpajo y buen humor, y que cierra de forma razonable las aventuras de Indiana. Por contra… no aporta nada especialmente nuevo; lo que ya le pasaba a la cuarta entrega. Porque no ha habido nunca ninguna necesidad de cerrar nada. Si se han hecho más películas más allá de las aventuras originales, es porque la gente se lo pasaba bien, iba al cine, producían dinero a los empresarios, y un héroe popular bastante simpático para la cultura popular. Pero quizá ya no tiene sentido. Y parece que las cifras de taquilla indican que las nuevas generaciones ya no sienten tanto apego al personaje, y menos si ya es un abuelete. Pero vamos. Que se puede recomendar sin problemas para pasar un buen rato en el cine sin más trascendencia. Mejor en pantalla grande que en pequeña, estoy seguro. Ahora… teniendo en cuenta que la cosa está en manos de Disney… temamos con horror por un hipotético reboot del personaje. Quizá los malos datos de taquilla sean una bendición después de todo, porque igual lo impiden.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine] Asteroid City (2023)

Cine

Asteroid City (2023; 37/20230616)

Con mucha expectación se esperaba la nueva película de Wes Anderson, que se está convirtiendo, ¡oh, cielos, qué horror!, en un director «de culto». Sea lo que sea lo que signifique ser «de culto», porque os puedo asegurar que a estas alturas de mi vida he escuchado conversaciones absolutamente delirantes sobre este concepto. Y sobre todo da miedo porque cuando un director se considera «de culto» por lo que está haciendo «ahora»,… suele «estropearse». Además es un sentido. Para mí, en el sentido original del concepto, «el culto» surgía con el tiempo, cuando una creación que en su momento recibió un interés limitado por el público y la crítica, con el paso de los años es reconsiderada, aumenta el número de sus partidarios y empieza a ser objeto de debate, a veces apasionado, manteniéndose en el candelero, no «en el candelabro» como decía aquella «Miss», de forma continua. Anderson es un director personal, con un estilo y una estética muy definidas, que ha conquistado ya el éxito de público y de crítica por varias de sus obras. Es no es «ser de culto», eso es ser un director de éxito y respetado. Pero en fin,… es muy difícil razonar sobre determinados conceptos con los «millenials«, que por otro lado no son ni mejores ni peores que otras generaciones, y también tienen derecho a opinar.

Con la película que hoy nos ocupa, Anderson sigue a lo suyo. Adultos perdidos, adolescentes rarunos, niños listillos, más o menos impertinentes, mujeres híbridas entre lo normal y lo fatal, y una estética muy definida en sus composiciones simétricas y en sus colores, que en esta ocasión se acercan peligrosamente al pop chiclé, para mi gusto. O pop piruleta. Lo cual quizá sea apropiado, porque el pop piruleta o pop chiclé (bubblegum pop), un concepto más próximo a la música pop que a lo visual, pero creo que perfectamente aplicable, se enraíza en el optimismo y el colorido de la sociedad de los años 50, aunque apareciese más tarde. En Estados Unidos. En España, el color dominante de los años 50 del siglo XX fue el gris mediocre. En fin… la televisión también era en blanco y negro, pero no el cine…

En cualquier caso, también alterna esa colorida estética con un blanco y negro más expresionista, en formato académico, o sea, cuadradote en lugar de panorámico, porque la historia principal es una historia dentro de otra historia. Es una obra de teatro, entre cuyos creadores e intérpretes también existe un drama que ha de ser contado. Así pues, dos historias, la de los intervinientes en el drama teatral y la del drama teatral, en el que unos adolescentes superdotados se reúnen para optar a un premio de ciencias otorgado por los militares en un pueblo perdido en el desierto donde hay un cráter de impacto, y que da nombre a la película, Asteroid City, y donde se desarrolla el drama «de ciencia ficción», con los extraterrestres propios de las tradiciones del desierto de Nuevo Méjico, mezclado con los accidentes geológicos del desierto de Arizona.

A caballo entre la comedia y el drama, con un reparto muy coral en el que destacan nombres como los que tienen más presencia, Jason Schwartzman, Scarlett Johansson, Tom Hanks, los secundarios de lujo, Edward Norton, Liev Schreiber, Hope Davis, Margot Robbie, Matt Dillon, Steve Carell, Tilda Swinton, Jeff Goldblum, Adrien Brody, los protagonistas más jóvenes, Jake Ryan, Grace Edwards, o secundarios que hasta ahora pasaban desapercibidos pero que ahora vemos constantemente y que lo hacen bien, Hong Chau, gracias a los repartos inclusivos… vamos un montón de gente. Interesante de ver, o al menos de mirar, con un diseño de producción excelente, pero con un guion irregular, que parece abrir muchas vías de desarrollo para luego profundizar en pocas, o dejar insatisfechos con la forma en que lo hacen. Quien mucho abarca, poco aprieta. Tiene momentos que se acercan a la genialidad,… pero hay momento en los que decae, corriendo un cierto de riesgo de situarse en el nivel de los pestiños.

Recomendable para los aficionados al cine de Wes Anderson, puede atraer a algunos espectadores más con ganas de ver algo distinto, pero se queda muy lejos de los mejores momentos de su director. Y es que, como decía al principio, bajo esta nueva forma de conceptualizar el cine o los directores «de culto», el peligro de que estos descarrilen parecen que aumenta considerablemente.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

[TV] Cosas de series; la galaxia vista por otros y la galaxia de la habitación de cuatro tatamis y medio

Cine, Televisión

Es domingo y normalmente debería recomendar fotografías y fotógrafos. Pero realmente,… hoy no me apetece. Y lo que me apetece es hablar de buena animación televisiva. Así que voy a ello.

Hace un par de años, Diney+ nos sorprendió gratamente con Visions. Una antología de animación, con pequeños cortos realizados en distintos países por todos el mundo, no americanos, por autores a los que se dio libertad para interpretar a su manera el universo Star Wars. Sip. Hay jedis, hay señores del Sith, hay imperio, hay rebeldes, hay contrabandistas, y hay gente de todo tipo de especies más o menos alienígenas, algunas que nos resultan familiares y otras que no. Pero los elementos formales, el expresionismo del dibujo, las historias son originales, siempre que sean fieles al espíritu global de la franquicia. Y sinceramente, de promedio, es mejor que los materiales originales y «auténticos» de Disney/Lucasfilm actuales (o pasados). Evidentemente son píldoras entre 13 y 22 minutos, propuestas conceptuales que, al menos de momento, no van más allá. No parece que se vaya a aprovechar estas ideas para realizar nuevas propuestas. Disney es muy conservadora y no va a arriesgar. Porque los fanáticos de la franquicia son muy conservadores y ya han demostrado que sólo quieren más de lo mismo aunque acaben descontentos cuando se lo dan. Recientemente se estrenó la segunda temporada, o segunda tanda de cortometrajes. Y si no me ha causado el mismo impacto es porque ya no ha perdido el efecto sorpresa, el efecto de lo realmente novedoso. Por lo demás, bien. Ojalá arriesgasen más los productos «oficiales» de la franquicia.

Y lo que realmente me ha encantado es la llamada The Tatami Galaxy. Este universo universitario en la ciudad de Kioto lo empecé por el final, viendo la secuela que recientemente pude ver en Disney+, con la que me divertí mucho, por lo que busqué por internet cómo ver los materiales originales. Incluso he localizado las novelas originales en las que se basan las producciones de animación. Ya veremos si las leo o no en un futuro. La serie principal y central de este universo es Yojōhan Shinwa Taikei [四畳半神話大系, las crónicas mitológicas de los cuatro tatamis y medio], aunque se suele titular fuera de Japón como The Tatami Galaxy. Primero… voy a explicar la cosa de los tatamis. Para mucha gente, un tatami es el tipo de suelo propio de las casas tradicionales japonesas, realizado con planchas de paja originalmente, aunque hoy en día se usan materiales diversos. Pero también es una unidad de medida para la superficie de las habitaciones, porque cada plancha de tatami está normalizada a unas dimensiones en torno a los 90 x 180 cm, aunque varían por regiones. Así,… una habitación de 6 tatamis tendría una superficie de 0,9 x 1,8 x 6 = 9,72 metros cuadrados. Y la habitación de Watashi [私, la forma más popular y común de decir yo en japonés], el protagonista de nuestras historias, sería la de una residencia universitaria de 0,9 x 1,8 x 4 = 7,29 metros cuadrados. Cuatro tatamis y medio es muy versátil porque las planchas se pueden disponer de diversas formas, en una configuración perfectamente cuadrada de 2,7 metros de lado. No muy grande verdad. Una plancha de 90 x 180 cm es similar a las camas individuales de 90 cm que se pueden encontrar en países occidentales. Suficiente si la persona no es muy alta.

La serie original consta de 11 episodios. Y la tónica general es que cada uno de ellos es como si fuera lo que sucede a Watashi en sus dos primeros años de estudiante universitario en diversos universos paralelos, dependiendo de las elecciones que realiza al llegar a la universidad en su primer año, especialmente en lo que se refiere a los clubes universitarios a los que se apunta. Su aspiración al llegar a la universidad es pasárselo lo mejor posible, disfrutar de la vida universitaria y vivir romances con hermosas «doncellas de cabello negro» [Kurokami no otome 黒髪の乙女] Pero indefectiblemente todas las alternativas acaban en catástrofe, especialmente por la intervención de su amigo Ozu, cuyo aspecto es el de un yōkai [妖怪, espíritu o criatura de carácter malévolo] Y nunca consigue pasarlo bien y ligar, aunque la doncella de pelo negro que busca está ahí, es un compañera un año menor llamada Akashi. Así es durante los seis primeros episodios. Luego hay tres en los que se centran sobre sus opciones de ligue entre tres mujeres, una atractiva estudiante que trabaja como higienista dental, una muñeca hinchable muy realista, y una chica a la que no conoce, pero con la que se cartea. Y finalmente, los dos episodios finales, en los que una de las versiones de Watashi descubre que ha estado viviendo en realidades alternativas centradas alrededor de la habitación de cuatro tatamis y medio, y queda metido en un bucle del que habrá de salir para poder continuar con su vida.

Esta serie es fenomenal. Es imaginativa, original, muy dinámica, llena de personajes divertidísimos que se repiten, pero nunca son iguales, juega de forma divertida con el concepto de universos paralelos a partir de unas decisiones originales y, por encima de todo, es una romántica historia de un amor que «nunca» llega a materializarse con una chica absolutamente encantadora, casi ideal, cuyo único defecto parece ser su irracional terror hacia las polillas. Pero la cosa no queda aquí.

La serie es de 2010, basada en una novela de 2004 de Tomihiko Morimi. Que en 2006 escribió otra novela, Yoru wa Mijikashi Aruke yo Otome [夜は短し歩けよ乙女, la noche es corta, la doncella pasea], que narra el after party de una boda a la que asisten como invitados Kōhai/Kurokami no otome [ya hemos mencionado que la segunda denominación es doncella de cabello negro, 後輩 hai sería un estudiante más joven respecto a otro de un curso superior], una chica, y Senpai [先輩, un estudiante mayor respecto a otro de un curso inferior], un chico. Y Senpai está colado por Kurokami no otome. Y mientras la chica pasa numerosas aventuras, pasándoselo estupendamente, disfrutando de la vida y de la relación con otras personas, el chico las pasas canutas, metido en problemas constantemente mientras intenta acercarse a la chica y declararle su amor. La cuestión es que en 2017 se adaptó a una película, quedando meridianamente claro que es una historia alternativa más en Tokio, alrededor de los personajes de The Tatami Galaxy, en otro universo paralelo a los anteriores. Y es enormemente divertida y disfrutable, con una animación estupenda, muy expresionista, llena de acción y buen rollo. Y, también, muy romántica.

El descubrimiento de este universo de universos paralelos en torno a la vida universitaria en Kioto ha sido un descubrimiento absoluto. Me lo he pasado como pocas veces, y me han entrado ganas de más. Aparte de «enamorarme» perdidamente de las «doncellas de cabello negro» que, por lo demás, nunca me han hecho caso. Siempre he tenido más éxito con las rubias, naturales o no. Muy recomendables. La serie y la película… de las chicas/mujeres, cada cual se las verá con quien quiera o pueda.

[Cine] Suzume no tojimari [すずめの戸締まり] (2022)

Cine

Suzume no tojimari [すずめの戸締まり] (2022; 27/20230415)

Tras la pifia de la semana pasada de dinosaurios y aventuras espaciales, estábamos con ganas de ver algo interesante en las salas de cine, y la oportunidad surgió con el estreno de la más reciente película de Makoto Shinkai. Con los comentarios que había recibido hasta el momento tras su estreno en Japón, le teníamos ganas. He visto prácticamente todo de este director japonés, dedicado a la animación, y hay muchas cosas que me gustan. Aunque tengo más debilidad por los mediometrajes, de cuando no era tan conocido, que por sus grandes, y no tan grandes, éxitos en el ámbito del largometraje. Por cierto, en la versión doblada se ha optado por el sencillo título Suzume, el nombre de la chica protagonista frente al original que significa La cerradura de Suzume, que tiene mucho sentido.

Naturaleza y mitología, una combinación que podemos encontrar en la isla de Itsukushima, en el mar interior de Seto, y que se encuentra también en muchas obras de animación japonesas, entre ellas las de Makoto Shinkai.

En el ámbito de lo fantástico, Suzume es una adolescente huérfana que vive con su tía en una ciudad de Kyūshū, la isla sur de las cuatro grandes del archipiélago japonés. Cuando de repente conoce a un atractivo universitario de visita en la población y comienzan a suceder extraños fenómenos. Una misteriosa criatura en forma de gran gusano se asoma por una misteriosa puerta y amenaza con causar un gran terremoto en el lugar, lo cual el joven intenta evitar, y lo conseguirá con la ayuda de Suzume. Pero algunas alteraciones se producirán que llevarán a la pareja… con el joven convertido en… ya lo veréis si vais a verla… bueno… llevarán a la pareja a recorrer Japón hasta la región de Tōhoku en el norte de Honshu, para prevenir catástrofes similares.

Y disfrazada de aventuras fantásticas y de romance, Shinkai se dedica a hacer catarsis sobre las catástrofes que asuelan periódicamente el País del Sol Naciente. No es casual que entre los destinos del viaje de Suzume y de su compañero se encuentre Kobe, Tokio y el nordeste de la isla de Honshu. Catástrofes que han marcado el imaginario y la mentalidad del pueblo japonés, y que se encuentran en la base de muchas de sus creaciones artísticas, cinematográficas, literarias, o televisivas, en acción real o imaginación. La inestabilidad del choque entre placas tectónicas y las bombas nucleares de la Segunda Guerra Mundial han condicionado un cierto estado mental. Si al último gran seísmo le añades la catástrofe nuclear de la central de Fukushima… ya tienes el completo. Porque además de esta catarsis, también es una película sobre la gestión del duelo, por las pérdidas personales que se sufren en estas catástrofes y como marcan la vida de los supervivientes. Una de los temas que me hubiera gustado ver más desarrollado es el impacto en la relación entre Suzume y su joven y atractiva tía Tamiki, y el impacto del terremoto de 2011 en sus vidas.

Como de costumbre, la atención al detalle en la animación de Shinkai es primorosa. Y los temas y elementos comunes al conjunto de su obra también están presentes. Una de las apuestas del grupo de personas que fuimos a ver la película en la matinal del sábado pasado es ver quien descubría antes la presencia de un cordón rojo, el cordón del destino, que aparece en muchas películas del director. No tardamos mucho en encontrarlo. Claro.

Acompañada como de costumbre con la banda sonora de RADWIMPS, ya un clásico de las películas de Makoto Shinkai, más una divertida playlist de temas del pop de décadas atrás para el momento más road movie de la película, cuando a los dos protagonistas principales se les suman un par más que lanzan y animan la idea de familia, de amistad, y de solidaridad con quienes lo necesitan, la película no alcanza los niveles épicos de Kimi no na wa…, pero supero a Tenki no ko, y se convierte en una película altamente recomendable. Imprescindible para los amantes de la animación, pero muy recomendable para cualquier aficionado al cine que quiere una aventura altamente entretenida, pero al mismo tiempo con corazón, con sentimiento y con reflexión.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

[TV] Cosas de series; terror y fantasía en la animación japonesa

Televisión

Dos series de animación japonesa en el que el terror y la fantasía tienen mucho que decir. Series que, a pesar del tradicional aspecto aniñado de los caracteres del manga en el que se basan y que se traslada a la animación, entran dentro del ámbito de la animación para adultos. O por lo menos para espectadores adolescentes, pero mayorcicos. Generalmente el anime se dirige a un público joven, pero no necesariamente infantil o adolescente. A pesar de lo que parezca.

Mi única experiencia en islas del mar interior de Seto fue la visita a Itsukushima, cerca de Hiroshima, en 2014. Pero ya me vale para ilustrar la entrada de hoy.

Junji Itō es un clásico en activo dentro del ámbito del manga japonés. Extremadamente prolífico, su especialidad es el horror y la fantasía terrorífica. A veces con saludables notas de humor. Humor negro, por supuesto. He leído alguna cosa de él y he dejado pendiente alguna otra. Pero he de reconocer el horror no es un género que me atraiga mucho, y me cuesta leerlo. Recientemente, hace unos meses ya, llegó a Netflix la antología Itō Junji Maniac [伊藤潤二『マニアック』], que en la versión en castellano alarga su título como Junji Ito Maniac: Relatos japoneses de lo macabro. Como digo es una antología. Cada episodio, hasta un total de 12, contiene una o dos historias independientes y autocontenidas, todas en el ámbito del género fantástico, pero siempre orientado al horror. Incluye fragmentos o interpretaciones de algunas de las obras más características y conocidas del mangaka. A mí me ha resultado irregular y con una animación no especialmente inspirada. He aguantado hasta el final, pero, ante una posible segunda temporada, no tengo claro que repita. Quizá… lo dicho. El horror no es lo mío.

Como ya comenté la semana pasada a propósito de los dramas coreanos, Disney Plus a través de Star, va incluyendo en su catálogo series de otros países y otros géneros, también anime. Y leí recientemente críticas muy elogiosas de Summer time rendering [サマータイムレンダ, Samā Taimu Renda en japonés], que es muy valorada en diversas plataformas. El promedio de los votantes de IMDb se sitúa en 8,2/10 por ejemplo, que no está nada mal. Basada también en un manga de éxito, se mueve en el género del suspense sobrenatural. Combina en una misma aventura la existencia de monstruos bastante aterradores, por sus efectos más que por su aspecto, bucles en el tiempo, mucha acción y un entorno global que camina por el límite entre el fantástico de inspiración en la mitología nipona y la ciencia ficción. En la historia, un joven universitario huérfano que abandonó su pequeña localidad natalidad en una isla del mar interior de Seto para irse a estudiar a Tokio, vuelve a la isla para el funeral de la hija mayor de la familia que lo acogió como un hijo más tras la muerte de sus padres. La chica, de su edad, ha muerto ahogada. Pero al llegar a la isla, empezará a notar cosas raras. Y pronto, junto con sus antiguos amigos de la isla, mas una escritora de éxito que también abandonó el lugar tiempo atrás, se verá luchando en una aventura desesperada contra unas misteriosas sombras que quieren acabar con todos los habitantes de la isla en el festival anual del templo sintoísta del lugar. En lo positivo, la animación es de gran calidad, de lo mejor que he visto en la animación televisiva, que suele estar siempre un paso por debajo de la animación cinematográfica. También la concepción general de la aventura… que nadie olvide que a mí me suelen gustar los viajes o los bucles en el tiempo. En lo negativo, las «reglas» del universo en el que transcurre la acción están un poco embrolladas y a veces parece que se van inventando sobre la marcha, lo cual siempre me resulta tramposo. Esto lleva a que, tras unos primeros episodios muy divertidos, la serie tiene una sección central embrollada, con poca progresión real en la acción, hasta que esta vuelve a coger carrerilla de nuevo, con unos cinco o seis episodios finales también muy entretenidos. Está bien, en general. Pero sobra en la práctica algún bucle en el tiempo, y se podría haber contado la misma historia en la mitad de extensión.

[Cine] Avatar: The way of water (2022)

Cine

Avatar: The way of water (2022; 64/20221218)

Sinceramente, no había hecho intención de ver esta película. Vi la original en su momento. Hace mucho menos tiempo del que yo pensaba, tenía la sensación de que era más antigua. Y en aquel momento, es una película que me entretuvo, pero no me entusiasmó. Un pastiche con múltiples préstamos argumentales de otras películas realmente originales. Nada realmente original ahí, salvo los adelantos tecnológicos en imágenes generadas por computadora; una película que era más animación que otra cosa, pero con un alma prefabricada, de consumo fácil y rápido. Eso es algo que caracteriza el cine de James Cameron, incluso en sus mejores momentos. Mucha espectacularidad, pero todo muy superficial, en realidad. Lo que sucede es que me encontré con una sesión matinal, y más barata, en versión original en un domingo por la mañana en el que no tenía especiales planes.

La película transcurre con abundancia de escenas submarinas con los indígenas de Pandora buceando. Lo cual me ha llevado a ilustrar la entrada con las mujeres «ama» de la prefectura de Mie, que se ganaban la vida buceando para recolectar de alimentos y perlas de los fondos submarinos de las costas de Japón.

La primera sorpresa es que en una película de tanto relumbrón… fui el único espectador en la sala de cine. El nivel de alergia a las versiones originales, a otros idiomas, en este/a triste país/ciudad… lleva a esta situación. Triste herencia del franquismo y de los espíritus carpetovetónicos. Pero bueno… por lo menos no vino un empleado de las salas de cines a cancelar la proyección con la excusa de problemas técnicos como me pasó un par de veces en el pasado en situaciones similares. y a partir de ahí, más de tres horas de animación generada por computadora, con alguna presencia de escenas de acción real, de más de lo mismo. Nada nuevo con respecto a lo que se pueda decir de la primera película de la saga, salvo que los adelantos tecnológicos hacen que sea animación más realista. Porque estamos ante eso. Animación. Aunque la matriz de la misma se ruede con actores. Es algo que ya se hacía con las técnicas de rotoscopia, dentro de las formas de animación tradicional. Para los quisquillosos, ya sé que la captura de movimiento no es lo mismo que la rotoscopia,… pero me refiero a las esencias. Pero en fin. Unos malos muy malos, codiciosos, que matan «a modo de ballenas inteligentes», militarotes que dicen «uhaaa», e indígenas buenos buenísimos, muy armoniosos y muy majos. El mito del buen salvaje, que es un mito, nunca ha sido una realidad, volando y bajo el agua, sacando la lengua como los maoríes neozelandeses. Porque seguimos con el pastiche en el que nada es original en realidad, todo es cortar y pegar de otros sitios.

Dicho lo cual, la película podría recibir muy buena nota si no fuera por algunos problemas. El primero es que los diálogos están estereotipados hasta la saciedad. Son absolutamente previsibles. Una enorme colección de clichés, de frases hechas, que se emplean hasta la saciedad en multitud de películas. Cualquier día de estos, se reunirán todas en una base de datos, se despedirá a todos los guionistas, y un programa de inteligencia artificial las combinará de forma más o menos convincente y obtendremos un guion parecido. El segundo es que es demasiado larga. Empieza muy bien, con ritmo, muy entretenida, y después entra en una fase desesperante, la convivencia de los indígenas arborícolas entre los indígenas acuáticos, en la que los elementos que hacen avanzar la película se suministran con cuentagotas, o se cuentan de forma prolija y en ocasiones aburrida. Y como ya he dicho, tópica y previsible. Finalmente, llegamos a la última hora de película, en la que la acción vuelve a la película… y está muy bien. Es realmente muy entretenida y te lo pasas muy bien. Una lástima que entre medias hayas tenido una hora o más que se podría haber resumido en quince o veinte minutos, y así comer en casa a una hora más civilizada, ya que era una sesión matinal.

Sobre las interpretaciones, poco se puede decir. Una película que básicamente es animación, con un montón de diálogos absolutamente prefabricados, no permite valorar realmente el trabajo interpretativo de los numerosos actores y actrices que han participado en esta supermegaproducción que ha costado muchísimo dinero, para un espectáculo tecnológicamente y visualmente apabullante, pero con un fondo que es poco más que una aventureta de serie B más o menos bien planteada. Se deja ver con agrado. Pero me pasará como la otra. Que al cabo de un par de años, recordaré haberla visto, recordaré las sensaciones que me dejó, pero no me acordaré de nada de lo que pasa en la película. Pero seguro que los amantes del cine palomitero y de fácil digestión se lo pasarán bien, y no deja de ser recomendable en ese espíritu.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

[Libro] Como un espectro / Miao Dao – Joyce Carol Oates

Literatura

Este es el segundo libro que dedico este año a las novelas cortas de Joyce Carol Oates. Dos de ellas reunidas en un único volumen. Ya hace unos meses, a primeros de junio, leí otra edición similar de dos novelas cortas. Aquellas estaban dedicadas a dos mujeres que se ven metidas en unos misterios que emparentar con la Rebecca de Du Maurier, pero con una visión más moderna, más actualizada, y más feminista. Y eso que en la novela de Du Maurier había más chicha de lo que parecía a este respecto. En la pareja de relatos que traigo hoy, nos vamos a introducir en el ámbito del… ¿realismo fantástico? ¿terror? Hay que reconocer que Oates es una escritora polivalente, camaleónica, que se adapta perfectamente a cualquier género para contar su mensaje, y sin olvidar enganchar al lector con historias atractivas.

Comencé a leer estas novelas cortas en el último tramo de mi viaje al sur de Francia, y las terminé de leer poco después de regresar. Elijo por lo tanto algunas fotos del día más lluvioso del viaje para ilustrar estas desasosegantes historias.

En el primero de los dos relatos que componen este volumen seguimos las andanzas de una estudiante de una universidad de algún lugar de la costa este de los Estados Unidos. Estudiante dedicada y modélica, poco destacada desde un punto de vista físico, vive angustiada por el posible embarazo como consecuencia de una relación con un joven profesor que después de unos breves encuentros la ignora. Todo ello en épocas de abortos clandestinos. La aparición de prestigioso poeta sexagenario puede procurar alivio a la joven… o no. Sobre todo porque quizá su punto de vista de la realidad esté un poco desviado…

Una jovencita preadolescente vive angustiada en un entorno familiar en la que el padre/marido les abandonado por otra mujer y otra familia, y por los abusos que sufre por parte de algunos compañeros del colegio. Y las cosas no mejoran cuando su madre se case con un tipo, aparentemente simpático, pero que le dirige unas miradas preocupantes. De fondo… misteriosas muertes empiezan a producirse en el vecindario.

Oates sigue analizando las complejas relaciones de las mujeres con los hombres, en los que estos tienen un papel dominante o determinante en las vidas de estas, especialmente en la medida en que estas se lo permiten. Como ya he comentado en otras ocasiones, Oates es feminista. Pero no se anda con paños calientes a la hora de atribuir a las propias mujeres una buena dosis de responsabilidad sobre sus problemas. Y todo aderezado con unas historias inquietantes, agobiantes en ocasiones, dignas del mejor suspense de Hitchcock, con finales que pueden sorprender al lector que no ha estado atento a los detalles y a las metáforas del texto.

Joyce Carol Oates es una autora prolífica, diversa, y siempre recomendable. Y si bien estas dos novelas cortas no destacan tanto como otras obras más conocidas o prestigiadas de la autora norteamericana, no por ella dejan de estar a una buen altura. Siendo además una lectura que se acomoda bien a un viaje o a una tarde de mal tiempo para salir a caminar. Especialmente si el tiempo es tormentoso y agitado…

[Cine] Ame wo Tsugeru Hyōryū Danchi [雨を告げる漂流団地] (2022)

Cine

Ame wo Tsugeru Hyōryū Danchi [雨を告げる漂流団地] (2022; 51/20221021)

En los últimos años ha aumentado la oferta de cine de animación japonés en las salas de cine. Pero también es cierto que, más recientemente todavía, están llegando muchos largometrajes que son extensiones de series o mangas de éxito. Si estás en el ajo de ese mundo te interesa, pero si no… no tienen mucho sentido. También se ha dado que, por culpa o gracias a la pandemia, las plataformas de contenidos en línea han adquirido muchas películas que no encontraban su camino hacia el público por las disrupciones en el sistema de exhibición. La consecuencia es que cuesta saber qué películas de animación nipona de las que se van estrenando aquí o allá van a tener interés o no. En cualquier caso, esta que nos ocupa, dirigida por Hiroyasu Ishida, ha llegado a Netflix… así que estando suscrito a la plataforma parecía obvio darle una oportunidad.

Titulada en castellano Hogar a la deriva, el título original viene a significar algo así como Edificio de apartamentos a la deriva con pronóstico de lluvia. Sí… los títulos de las película japonesas a veces son peculiares. En cualquier caso, una pareja, chico y chica, de unos 11 o 12 años, todavía van a la escuela primaria, que vivieron juntos, aun no siendo familia, bajo la tutela del abuelo de él, en un apartamento en un edificio que va a ser demolido, se encuentran en este, ya abandonado, con algunos otros críos de clase, para una última y clandestina visita antes de la demolición. Ambos se trataron durante un tiempo como hermanos, pero ahora viven extrañados uno de otro a pesar de compartir clase. Durante el encuentro en el edificio, una fuerte lluvia se levanta, y de repente se encontrarán todos en medio del océano, a la deriva, y sin saber cómo volver a sus vidas.

La película tiene un tono familiar y está dirigida a los más jóvenes de la familia. Reflexiona sobre las relaciones de familia, o sobre lo que significa ser familia, independientemente de que a las personas les unan o no lazos de sangre. No está mal, pero la historia se hace larga, innecesariamente larga. Hay momentos en que da la sensación de que se repite o no avanza, aunque es evidente que lo hará tarde o temprano hacia un final razonablemente feliz. Está bien hecha en lo técnico, pero sin nada que la haga realmente especial. No me dejará mucha huella, realmente. Pero ya digo que para un público infantil, en una tarde tonta de fin de semana, puede estar bien.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

[Cine] Three Thousand Years of Longing (2022)

Cine

Three Thousand Years of Longing (2022; 46/20220917)

No sabíamos qué esperar de esta película de George Miller. Un director que no se ha prodigado mucho en sus más de cuatro décadas de carrera. Y que, aunque alabado por muchos, son poquitas las cosas que ha hecho que me interesen. Que no me interesen no quiere decir que esté mal o que sea mal director… es eso… que no me interesan. Las expectativas sobre esta película era altas antes del estreno, pero los críticas después del estreno eran mixtas, y la atracción del público… parece que escasa. Pero el elenco del filme nos decidió a acercarnos a las salas de cine un sábado por la tarde. Una hora poco propia para nosotros por que va mucha gente poco respetuosa con el cine. Se habla y se come, ruidosamente, demasiado en esta ciudad.

Miller nos cuenta un cuento moderno sobre los mitos de los cuentos tradicionales. Una profesora universitaria (Tilda Swinton) especializada en cuentos y sus mitos asociados viaja a Estambul para dar una conferencia. Y tras un desmayo, se relaja en el Gran Bazar, donde compra una botellita de la que aparece un genio (Idris Elba). Sí, como el de Aladino. Y como a Aladino, le concede tres deseos. Pero la universitaria duda, ante lo cual el genio le contará su historia, que nos llevará del mítico reino de Saba a la Estambul de Suleiman el Magnífico y a la de la decadencia del siglo XIX. Hasta que la profesora exprese su interesante pero problemático primer deseo.

Sinceramente, nos acercamos a ver esta película con cierta reticencia, por lo ya comentado en el primer párrafo de esta entrada. Pero salimos de buen humor. Miller tiene ciertamente mucho oficio a la hora de narrar con la cámara, a la hora de poner en escena y a la hora de dirigir unos intérpretes que necesitan poca dirección, porque también andan muy sobrados de oficio. Y el conjunto, muy bonito visualmente, te traslada a un mundo de fantasía, de romances malhadados y de esperanzas y desesperanzas, que nos enganchó, por lo menos a mí, mucho más de lo que esperaba.

La película no es una mera narración fantástica. Es también una reflexión sobre el significado del amor, muchas veces unido a la soledad, a lo largo de los tiempos. O tal vez una reflexión sobre la soledad, sólo aliviada, aquí o allá, por el amor… o simplemente la pasión y el deseo. Y la idea más rompedora… Que en su soledad, Alithea, la protagonista, no quiera desear nada… que pueda estar satisfecha con su soledad y sus libros. ¿Será convencida por el genio de la botella de que no está realmente satisfecha? Tendréis que ir a verla para saberlo. No es perfecta, pero está bastante bien.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***