Decidí hace unos días que iba a seguir leyendo todos los libros de la colección Xº Aniversario de Salamandra, dado que los cinco leidos hasta ahora, como parte de la colección, o en ediciones anteriores, me han gustado bastante. Pero si hasta ahora todas las obras leídas tenían una longitud moderada o relativamente corta, en esta ocasión me he enfrentado a 500 páginas en edición de bolsillo, de una obra inacabada. La autora, Irène Némirovsky, fue asesinada por los alemanes en Auschwitz en el verano de 1942, antes de haber podido narrar este amplio fresco de Francia de la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial.
Suite francesa
Irène Némirovsky
Salamandra; Barcelona, 2010
ISBN: 9788498383386

Vista del ayuntamiento de Le Bugue, en el Perigord Noir; pequeña población francesa, similar probablemente a algunos de los escenarios de la Suite francesa - Canon Digital Ixus 400D
En la edición que he leído, tras un prefacio de Myriam Anissimov, se incluyen las dos partes escritas de la suite, Tempestad en junio y Dolce. Finalmente, se incluyen las anotaciones encontradas sobre la obra de mano de la propia autora, y diversa correspondencia de la autora o relacionada con la autora en la epoca previa a la guerra y hasta su desaparición tras su arresto por los alemanes.
En Tempestad en junio, la acción se sitúa en el momento de la invasión alemana de Francia en junio de 1940, desde pocos días antes de la entrada de la wehrmacht en París, hasta finales de julio cuando los refugiados ya han ido regresando a sus lugares de origen y se establece una cierta normalidad bajo la ocupación. En este periodo de tiempo, la autora nos permite acompañar a distintos grupos de personas que huyen de los alemanes abandonando la capital francesa. Hay banqueros, empresarios, artistas, religiosos,… y también alguna gente humilde, y algunos soldados que huye en retirada. En su recorrido se irán encontrando con otras personas que los acogerán de diversos modos.
En Dolce, nos trasladamos a Bussy, un pueblo indeterminado en el centro de Francia (hay diversas poblaciones con este nombre repartidas por la geografía francesa), que ya aparece en algunos capítulos de Tempestad en junio. En la población se aloja un regimiento alemán, y la narración se centra en la convivencia, relativamente pacífica entre lugareños e invasores. Especialmente, nos habla de Lucile, la joven esposa de un prisionero de guerra francés, y su relación, más intelectual que otras cosa con un oficial alemán, de quien acabará enamorándose. También nos habla de otros personajes de la localidad, como un celoso campesino, evadido de un campo de prisioneros, y otros.
Por las anotaciones encontradas, sabemos que la suite iba a tener tres partes más. Cautividad iba a transcurrir en París, y algunos de los personajes de las dos partes anteriores iban a caer presos de los alemanes, mientras que el oficial alemán de Dolce, iba a caer en el frente ruso. De Batallas y La paz nada se sabe, ni siquiera sabía la propia escritora ya que iba construyendo su historia en función del transcurso de la historia real.
En cualquier caso, es una historia de ficción íntimamente arraigada a la realidad social e histórica del momento en que se escribió. Un documento de primera magnitud de una testigo directa de lo que estaba sucediendo, y de cómo se comportaban los franceses en esta situación.

Brantôme, otra coqueta población perigordina, rodeada por los brazos del Dronne - Leica CL, Voigtländer Snapshot Skopar 25/4
Hay que decir que no pretende reconstruir la historia real, sino transmitir unas vivencias que la representan. También es de notar que hay una crítica bastante feroz de la burguesía francesa, aunque no parece un ajuste de cuentas. Conviene saber que la autora fue una judía rusa que se refugió en Francia tras la ascensión de los bolcheviques al poder. A pesar de su éxito como escritora, y de su conversión al catolicismo, las autoridades francesas le negaron la nacionalidad francesa en 1938, lo que la mantuvo como apátrida, y en el momento de la invasión alemana, esta situación prácticamente la condenó a la deportación y a la muerte. Sin embargo, también se le ha acusado de haber colaborado con el antisemitismo francés, ya que colaboró con revistas francesas de esta ideología. En su suite, no menciona para nada la situación de los judíos, y a pesar de la crítica contra la burguesía, muestra simpatía sobre las clases trabajadoras y reconoce la honestidad y la integridad en algunos personajes, tanto franceses como alemanes. No está escrita con odio, a pesar de ser consciente de los peligros que corría.
Para terminar, he de reconocer que la novela me ha impresionado. El hecho de que esté inacabada no importa. De hecho, para mí, el final actual es apropiado. Nos cuenta lo que nos tiene que contar, y establece unos puntos suspensivos adecuados al momento en que se escribió. Creo que es una novela más que recomendable.
Recomendación musical
La obra de un músico, Django Reinhardt, que a pesar de su etnia, manouche, sobrevivió en París a la ocupación nazi. Aunque bien pudo haber caído en similares circunstancias a Némirovsky.

Una nueva vista de Le Bugue, a orillas del río Vézère, afluente del Dordoña - Canon Digital Ixus 400D