[Libro] El viaje de Shuna – Hayao Miyazaki

Literatura

Hayao Miyazaki no es conocido como escritor. Ni siquiera como ilustrador. Es conocido como director de cine de animación. En ese ámbito, no sólo es conocido. Es célebre. Y celebrado. Como una de las cabezas de Studio Ghibli, es responsable de algunas de las mejores películas de animación de la historia del género. Hay heroinas y héroes de la animación absolutamente geniales que han salido de su creatividad; Nausicaä, Chihiro, Ashitaka y San, Porco Rosso, Niki, Totoro, Sophie y Howl, Ponyo… Incluso si algunos de ellos son adaptados de obras literarias, les supo dar una impronta especial que los ha hecho especialmente queridos por muchos aficionados al cine de animación o al cine en general. Por supuesto, es escritor también, puesto que ha sido el guionista de sus películas, sean obras originales o sean obras adaptadas. Pero también se ha internado en el terreno del manga, del cómic.

Por algún motivo, me ha parecido adecuado ilustrar la entrada con unas fotos de la isla de Itsukushima, también conocida como Mijajima. Tanto Shuna, como Ashitaka más tarde, usan como monturas animales herbívoros con cornamentas. Como también las tienen los ciervos shika de esta isla japonesa.

Tengo por casa la historieta gráfica Nausicaä del Valle del Viento, que publicó en 1982, dos años antes de estrenar la película que la adaptaba al cine de animación. Sinceramente, no la he leído entera de principio a fin, pero de vez en cuando repaso algún pasaje o algún detalle de la historia que me interesa. Podríamos decir que, de esta forma, la he ido leyendo a lo largo de los años, desde que la compré poco después de ver en la gran pantalla la versión restaurada de la película con motivo de su 25º aniversario. Muchos piensan que Nausicaä es la primera película de Studio Ghibli, pero no es así. Aunque el estudio de animación tenga o gestione los derechos de la misma, el estudio se constituyó como consecuencia del éxito de la película, para permitir un ámbito de creación dentro del mismo espíritu, como así fue.

Recientemente se publicó en español el libro que nos ocupa hoy y que recibí como regalo esta navidad. Su publicación original, en Japón, data de 1983. Generalmente suele encontrarse encuadrado entre el manga, cómic, historieta o relato gráfico. Y se podría incluir en este género… visto desde un punto de vista amplio. Basándose en una leyenda tibetana, Miyazaki nos cuenta las historia del príncipe Shuna, hijo del rey de un valle en las montañas, remoto, pobre, con problemas para alimentar con sus cosechas a su población, y que parte en un viaje hacia el oeste en busca de las semillas que pueden dar cosechas de grano mucho más ricas y fructíferas que acaben con la necesidad de su pueblo. Pero el viaje no será fácil. Tendrá que luchas con forajidos, con esclavistas… se involucrará en el destino de otras personas, e incluso tendrá que desafiar a los propios dioses. Y recibirá el castigo por ello, aunque las relaciones establecidas por el camino en su pelea con las injusticias darán su fruto y le abrirán el camino futuro.

No pensemos en el libro como un cómic o un manga al uso, en el que cada viñeta nos presenta una escena, con sus diálogos contenidos en los típicos bocadillos, y con la expresividad propia de la acción. Más bien es una sucesión de cuadros, realizados a la acuarela, que de forma ordenada, y con la ayuda de una escueta narración con palabras, nos va desarrollando la acción. Hasta cierto punto parece el esbozo de una futura película que nunca se realizó. Las historia como tal parece inacabada, con un final abierto a futuras aventuras de Shuna con las jóvenes a las que salva y que a su vez lo salvan. Deja con ganas de saber más.

No es difícil ver en Shuna características de otros personajes de Miyazaki. Como príncipe preocupado por su pueblo, vemos rasgo de este personaje tanto en Nausicaä como en Ashitaka. En este último, especialmente, su viaje voluntario alejándose de su pueblo, para el beneficio de este. Y desde luego, vemos los valores habituales que impregnan los personajes y las películas posteriores de Miyazaki. No son héroes/heroínas perfectos/as. Presentan dudas y debilidades. Necesitan crecer, mejorar. Su viaje tiene un fin, pero también es un vieja interior para madurar, para ser mejor, para cambiar. Y todo ello con unas ilustraciones absolutamente estupendas, que hacen que el libro sea imprescindible para el aficionado a la obra de Miyazaki. Desde ese punto de vista, total y absolutamente recomendable. Me gustaría conocer la historia completa, no me importaría nada haberla visto en el cine. Aunque de alguna forma, con el conjunto de sus películas, ya lo hemos hecho.

[Cine] Saltburn (2023)

Cine

Saltburn (2023; 03/20240114)

Las semanas cinematográficas suelen empezar los viernes. Es el día en que llegan a las salas de cines los nuevos estrenos. También suele coincidir con el día en que las plataformas en línea estrenan sus largometrajes propios. Al fin y al cabo, es la víspera del fin de semana, cuando el público tiene fiesta y más tiempo y posibilidad de ir a las salas o acoplarse al televisor. A nosotros eso nos influye relativamente. No es infrecuente que la película de la semana la veamos llegado ya el miércoles o el jueves, al final de la semana cinematográfica. Pero en este principio de año estamos acumulando nuestra asistencia a los estrenos en los primeros días de la semana. Bueno… desde el punto de vista cinematográfico, el lunes sería el día del medio de la semana, con viernes, sábado y domingo por delante, y martes, miércoles y jueves por detrás. El caso es que, al igual que la semana anterior, hemos iniciado la semana cinematográfica con dos estrenos, uno en plataforma y otro en salas, que nos han resultado más interesantes de lo que pensábamos, lo cual está muy bien.

Ilustro con fotografías del viaje a Inglaterra, Londres y Cambridge, en el invierno de 1994, realizadas en blanco y negro con la extraviada Minox 35ML y película Ilford Delta 400.

E iniciamos el comentario con el estreno en plataforma, en Amazon Prime Video. Es un estreno que lleva ya unas semanas, y que estaba despertando muchos comentarios positivos en distintos medios. Dirigida por Emerald Fennell, que ya sorprendió con su más que interesante primer largometraje. Fennell es también actriz, e interpretó a la joven Camilla Parkes-Bowles en The Crown, entre otros papeles muy diversos en su carrera, habitualmente en papeles secundarios. Y aquí nos lleva a una comedia retorcida, comedia negra, con regusto a Patricia Highsmith. Un joven con pocos amigos (Barry Keoghan), poco integrado, es admitido, becado, en la universidad de Oxford, donde es mirado con desprecio por los alumnos más privilegiados por la posición social de sus familias. No obstante, tras un incidente con una bicicleta, y tras contarle la triste historia de su familia, hace amistad con una de esos estudiantes privilegiados y adinerados (Jacob Elordi), que le invitará a pasar unas vacaciones en su mansión, Saltburn, con su familia, donde destaca la matriarca (Rosamund Pike). Pero allí empezarán a suceder tragedias.

No esperaba mucho de esta película. Pero claro, aquel primer largometraje, protagonizado por Carey Mulligan, que también tiene un pequeño papel en esta película, y las buenas críticas eran aliciente suficiente para ver esta nueva película. Al puro estilo británico, la película está realizada con excelente oficio. Filmada en un agobiante formato académico (1,37:1), con película fotográfica tradicional, muy bien fotografiada por el sueco Linus Sandgren, garantía de calidad, queda claro que Fennell sabe cómo hacer cine, aun con su escaso bagaje como directora. Si a eso añades un reparto de intérpretes británicos que tienen calidad para dar y vender, cierto grado de éxito está asegurado.

Sin embargo, la historia es compleja. Es compleja de contar y de digerir. Este Ripley universitario que nos ofrece Fennell es inequívocamente perverso, pero también lleno de complejos y de contradicciones internas. Y la familia de aristócratas vacíos de contenido y pensamiento, muchas veces mera fachada, también tiene algunas complejidades internas que son complejas de explorar. Fennell, evidentemente busca epatar al espectador. Con escenas de erotismo, enfermizo en no pocas ocasiones, y violencia, que no se recrean en lo explícito o en el gore, pero son elementos que están ahí. Y esta complejidad en combinar temas, historia y personajes hace que la película tenga sus altibajos, y sea en algunos momentos difícil de digerir. No obstante, creo que merece la pena darle una oportunidad. Es menos frecuente de lo que parece que los directores rueden con libertad. Véase uno de los éxitos del año pasado, que presentaba constricciones evidentes a la hora de transgredir, y que a la corta o a la larga le pueden pasar factura en la temporada de premios. Claro,… no está claro que Hollywood le hubiese perdonado las transgresiones que merecía.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Fotos] Mañana soleada

Fotografía

Hoy no tengo mucho tiempo para hacer comentarios sobre nada, así que simplemente pondré algunas fotos realizadas en una mañana soleada de noviembre, realizadas en blanco y negro tal y como explico en Blanco y negro urbano en Super Slide – Hasselblad 500CM con Distagon 50 mm y Foma Ortho 400. A ver si mañana me da tiempo a hablar un poco de cine, con una comedia negra que me resultó más interesante de lo que esperaba a priori.

[Recomendaciones fotográficas] Un obituarios y una diversidad de recomendaciones

Fotografía

Llevo varias semanas que, por distintos motivos, no he hablado de mis recomendaciones fotográficas. Hoy quería hacerlo. Aunque voy un poco justo de tiempo. Y además, me despertado más tarde que de costumbre. El «pote caliente» chino que comimos ayer, aun con su picante, no me ha impedido dormir bien. Así que vamos allá, con agilidad. Como fotos acompañantes, algunas más del rollo del que hablaba el jueves. Una tarde con luz privilegiada.

Hace unos días nos daban la noticia de que el fotógrafo japonés Kishin Shinoyama (1940 – 2024) había fallecido. Lo leí en PetaPixel primero, pero hasta Yoko Ono se hacía eco de la noticia en su cuenta de Twitter. Y es que casi nadie hablaba del conjunto de su obra. Todos contaban que era el responsable de las fotos de algunos de los álbumes de John Lennon y Yoko Ono. Yo he hablado de él, y era mucho más. Especialmente por sus fotografías de desnudos, realizados con gran angular con mucha aproximación y con las proporciones distorsionadas por ello. También con alguna polémica, por las edades de algunas de sus modelos, en la adolescencia. Tuvo una larga e interesante trayectoria como fotógrafo.

Robert Frank es uno de los fotógrafos de referencia del siglo XX, especialmente en Estados Unidos. Aunque nació suizo. Algunas de sus obras, The Americans, se consideran absolutamente fundamentales. En Oldskull nos han recordado al fotógrafo y nos han hablado de un curioso experimento suyo, ir fotografiando las calles de la ciudad montado en un autobús urbano, con la ventanilla abierta, mientras hace su recorrido. No deja de tener su punto de genialidad.

La neoyorquina, que creció en Argentina, Alessandra Sanguinetti es especialmente conocida por el seguimiento fotográfico de un par de amigas argentinas a las que conoció cuando eran poco más que unas niñas, unas preadolescentes, pero que ha seguido fotografiando incluso de jóvenes adultas, alguna de ellas madre ya. Pero tiene otras obras, y en Magnum Photos nos han hablado de sus fotografías en blanco y negro inspiradas por el invierno en Wisconsin.

Cerraré con una artículo en The Picture Show, un blog fotográfico de la NPR, la cadena de emisoras de radio públicas de Estados Unidos, en el que nos muestran el trabajo colectivo de los fotógrafos de emisora. Fotógrafos muchas veces desconocidos de la mayor parte de los aficionados a la fotografía, no digamos del gran público, que trabajan para las emisoras de la cadena, y que documentan la vida y los acontecimientos de sus entornos. Me ha parecido estupendo. Y un reconocimiento a los muchos fotógrafos que hacen su trabajo documentando el mundo con honestidad y sin alaracas.

[Cine] The holdovers (2023)

Cine

The holdovers (2023; 02/20240106)

Había muchas razones por las que nos apetecía ver esta película. Y alguna por la que nos apetecía menos. No he visto todas las películas de Alexander Payne, pero todas las que he visto me han gustado mucho, desde la primera que vi, que también coprotagonizaba Paul Giamatti, que es la segunda razón por la que me apetecía ver la película. Giamatti es un actor que ha estado en permanente ascenso en su calidad interpretativa. Con un reconocimiento de los que tardan en llegar… porque es bajito, calvo y regordete. Un petardo alto y guapo siempre tiene más oportunidades que un excelente intérprete que no se ajuste a las tendencias y prejuicios de la moda en vigor. Otra razón es que todo el mundo hablaba muy bien de la película a priori. Esta película ha tardado un tiempo desde su estreno en Estados unidos hasta que ha llegado a España, por lo que ha habido reacciones a la misma de sobra. Pero… ¿otra película de profesor inspirando al alumno adolescente en crisis? Las hay muy buenas, pero no sé si es lo que me apetecía ver. Bueno. Los pros superaron a las contras y fuimos al cine a las cinco de la tarde de un sábado.

Un internado para chicos, extremadamente pijo, en Nueva Inglaterra, con un invierno gélido y nevado como toca en esas latitudes, que no están más al norte que donde yo vivo, al contrario, pero que no reciben el templado influjo de la corriente del Golfo, sino el gélido influjo de la corriente del Labrador. Creo que es ese el motivo por el que una región en la latitud de Madrid es mucho más fría en invierno. Varios alumnos no se van a casa por Navidad, y al profesor más gruñón e impopular del colegio (Paul Giamatti), el de historia antigua, le toca ser el guardián de los chicos. Por todo apoyo, la cocinera (Da’Vine Joy Randolph), negra, que acaba de perder a un hijo de 19 años. Alumno brillante, no pudo ir a la universidad por carecer de dinero al contrario que sus compañeros blancos, y lo han matado en Vietnam. Estamos en 1970. Todos los chicos menos uno, brillante pero rebelde y conflictivo (Dominic Sessa), conseguirán irse de vacaciones a esquiar con uno de sus compañeros. Pero el que se queda no consigue contactar con su familia para conseguir el permiso. En esos días, estas tres personas, pasarán de repelerse a una mutua comprensión y acercamiento. Aunque no sin consecuencias.

Payne revisa algunos de los temas que aparecen en su filmografía. La familia es uno de los más característicos. Pero además hace una incisiva crítica de las desigualdades sociales en Estados Unidos, al mismo tiempo que revisa lo que une y lo que separa a las personas. Frente a los profesores inspiradores y carismáticos que suelen aparecer en este tipo de películas, Payne ofrece a Giamatti un personaje lleno de afrentas y rencores, que siente que el mundo le ha tratado de forma injusta, por lo que trata a sus alumnos con mordacidad y rigor, sin plegarse a las conveniencias que le expone el director para el sostenimiento del centro. Pero al mismo tiempo, hay otras personas a su alrededor que expondrán sus propias carencias y sus propios pecados, y pondrán en duda de su planteamiento docente es el adecuado, en este pequeño experimento navideño con consecuencias. Rodada con milimétrica precisión, en digital revelado para un aspecto viejuno, propio de las películas de la época. Incluso la resolución de la fotografía es baja, 2K a idea, con el fin de que no sea demasiado nítida.

Por supuesto, el gran activo de la película son las interpretaciones; no sólo de Giamatti, sino de los tres principales y de varios de los secundarios, que se asoman a la película de forma esporádica. Alguna de las cuales (Carrie Preston) quizá merecería que el trío protagonista hubiese sido un cuarteto. La película tiene algo de teatral. El guion original de David Hemingson recuerda en ocasiones a las adaptaciones de obras teatrales, aunque se mueve más libremente entre escenarios. Pero puedo imaginar la misma historia reducida a tres o cuatro actos, en dos o tres escenarios diferentes. Excelente en cualquier caso.

Muy recomendable. Qué puedo decir. Dentro del género, es original, la figura del profesor es distinta y con más sutilezas. Y la posición ante las desigualdades sociales aporta un plus de profundidad a la película. Una película que, desde mi punto de vista, es mucho más válida para una reflexión navideña que la mayor parte de las tontás que se hacen a tal efecto. Buena cosecha la de este año para la temporada de premios.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: *****
  • Valoración subjetiva: ****

[TV] Cosas de series; en la esencia de lo británico

Televisión

Pues sí… dos elementos tan distintos como Doctor Who y la Casa Real de los Windsor están en la esencia de lo británico. Para bien o para mal. Y como han estado en el candelero televisivo, los Windsor también en el candelabro, durante las fechas navideñas, vamos a ocuparnos de ellos. En un caso para echar el cierre a una de las series más prestigiosas de Netflix en los últimos años. En el otro, porque nos advierten de un cambio de ciclo en las aventuras del más estrafalario viajero del espacio-tiempo de la televisión, así como el más longevo. Es lo que tiene,… tener dos corazones y ser capaz de regenerarse.

Buckingham Palace y los soldaditos de plomo que adornan las dependencias reales de los Windsor y otros entes públicos londinenses.

The Crown, una ficción histórica basada inspirada en hechos reales de la vida y de la historia de la familia real británica, ha sido durante años una de las series más prestigiosas de Netflix y de la televisión en general. Seis temporadas de diez episodios cada una, con tres protagonistas distintas en el papel de Isabel II del Reino Unido, en tres épocas de su vida, o en tres intervalos de edad distintos. En realidad cuatro. En los últimos episodios, en un flashback, se nos presentó a la Isabel adolescente de 19 años, al final de la guerra mundial en Europa. Como he dicho… FICCIÓN. Aunque esté basado en lo que la prensa y los historiadores saben de los acontecimientos que han protagonizado durante la segunda mitad del siglo XX y en los primeros años del XXI, la mayor parte de lo que aparece ante nuestros ojos es ficción, más o menos plausible, sobre lo que pudo pasar en la esfera privada de la familia real o en sus interacciones con otras personas, públicas o privadas. Hay quien no tiene en cuenta esto a la hora de valorar la serie, y la considera como una especia de docudrama, que no es. Los grandes activos de la serie han sido sus excelentes interpretaciones y la grandísima calidad de la dirección de producción.

La sexta y última temporada nos la han presentado en dos partes, separadas por algunas semanas, aunque ahora se puede ver de tirón. Los primeros cuatro episodios nos marcan el camino que llevó a la muerte de Diana de Gales (Elizabeth Debicki) y sus consecuencias inmediatas, mientras que los últimos seis episodios recorre el salto de siglo hasta el jubileo de la reina y el matrimonio de Carlos de Gales (Dominic West) con su amante de largo recorrido, Camilla Parkes Bowles (Olivia Williams). Han dedicado cierta atención a los hijos de Diana de Gales, especialmente al príncipe Guillermo (Ed McVey), actual Príncipe de Gales. Y sí… probablemente sea la más floja de las temporadas de la serie. Aunque hay que manifestar que la misma había acumulado un cierto agotamiento, a lo que hay que sumar que el fallecimiento de la reina, punto al que no llegan, y la historia mediática posterior y reciente de los Windsor también han restado interés a lo que contaba esta temporada. Y las críticas sobre cómo se cuenta la muerte de Diana de Gales… pues si tenemos en cuenta que es FICCIÓN… tan válido como cualquiera otra forma. Pero sigue siendo una buena serie; otra cosa es que haya dejado de interesar en la misma medida en la que lo hizo en su inicio. Pero bueno. Punto final. Y creo que de forma adecuada. Ah… se me olvidaba… Imelda Staunton está al mismo nivel o superior al de sus predecesoras en el trono. ¿La más verosímil de las «tres reinas»?

Y hemos tenido cuatro especiales de Doctor Who. Uno de ellos el especial navideño. Los tres primeros han sido la transición del decimotercer(a) Doctor(a) al decimoquinto (Ncuti Gatwa). Síp… el decimocuarto Doctor sólo ha durado tres especiales de una hora de duración, con el mismo rostro y personalidad que el décimo Doctor (David Tennant). Por lo tanto, hemos podido tener en pantalla, durante unos minutos simultáneamente, al que probablemente sea la regeneración más popular del personaje, Tennant, sin duda alguna, nos ha ofrecido siempre una de las personalidades más interesantes y exuberantes, con el futuro protagonista de la serie durante un par de años por lo menos. De forma similar, se recupera a una de las compañeras más populares y con más perosnalidad, Donna Noble (Catherine Tate) y se nos presenta a la futura, Ruby Sunday (Millie Gibson), una expósita con un misterio a cuestas, que ha protagonizado el especial navideño. Y sobre estas novedades, lo que puede marcar más la serie en un futuro, creo que ya lo ha hecho en estos especiales, el regreso como showrunner a la serie de Russell T. Davies. En mi opinión, Davies ha sido responsable junto con Steven Moffat de los mejores arcos de la serie. Aunque yo prefiero a Moffat.

Los cuatro especiales han sido muy divertidos. Lejos quedan las pajas mentales sobre el sobre Flux de la temporada anterior. Los tres especiales con Tennant y Tate al frente han ido a esquemas clásicos pero bien hechos. Realizados para celebrar el 60º aniversario de la llegada al universo televisivo del primer Doctor, hemos tenido una buena invasión alienígena en Londres, una nave espacial varada en el fin del universo con un «monstruo» invisible que amenaza a los protagonistas y a todo el universo conocido, y un siniestro y avieso juguetero (Neil Patrick Harris), uno de esos rivales tradicionales del Doctor, amenazando Londres y al planeta. Afortunadamente, nada de Daleks o Cybermen, que me parece muy cutres… Muy entretenidos. En el mismo nivel o muy cerca de mi especial favorito. Y el especial navideño también ha sido muy divertido. La serie precisaba una renovación o estaba condenada a languidecer. Ya estaba languideciendo. Frente a quienes criticaban a los protagonistas por ello, creo que el problema han sido los guiones. Por ejemplo, los tres especiales del 60º aniversario han mostrado cómo se puede integrar la necesaria diversidad humana en las historias, sin que resulte forzada o chirriante. Por supuesto, a los sectores más conservadores e intolerantes toda integración de la diversidad les parecerá mal. Davies señala que a partir de ahora debemos considerar como un nuevo ciclo completamente nuevo. Algo como lo que supuso el regreso de la serie en 2005… aunque con un poco más de continuidad. Veremos. Ncuti Gatwa promete. Viene de bordarlo en Sex Education, es un intérprete muy versátil. Aunque hasta ahora con cierta tendencia a la sobreactuación. Y si se confirma el regreso a un sólo acompañante principal, frente a los grupetes de los últimos tiempos… también puede ser bueno. Favorece que el espectador empatice con quien le representa en la serie… el ser humano común. Confiemos en el futuro.

[Fotos] Las tardes de sábado en otoño… el mejor momento para fotografiar

Fotografía

Todo el mundo alaba la belleza de las fotografías otoñales y de sus colores. Generalmente refiriéndose a los colores de las hojas de los árboles caducifolios con sus tonos ocres. Con una variedad entre los amarillos y ocres amarillo y los rojos y ocres rojos, son fotografías que gustan mucho. Y que en nuestras latitudes, con nuestra flora y con nuestras condiciones climáticas son raras. Muy raras. Lo cierto es que, en la mayor parte de los valles del sur de Europa, los árboles caducifolios no llegan a alcanzar esa riqueza cromática propia de los bosques de latitudes más frías, o en las montañas. En Zaragoza, no es infrecuente que a lo que las hojas verdes empiecen a amarillear, el tiempo empeore, llegue alguna borrasca con abundante cierzo, el viento del noroeste dominante, y caigan. Del verde al suelo sin apenas transición por esa famosa gama de colores ocres. Y con lo benignos que están siendo los otoños últimamente,… esta mañana, desde mi puesto de trabajo, veía los plátanos de sombra del hospital psiquiátrico al otro lado de la avenida, y estaban todavía con hojas, aunque ciertamente ocres. Y paseando recientemente por el Ebro, aun había árboles, a principios de enero, con hojas verdes.

Pero los colores del otoño no son sólo los de las hojas de los árboles. Son los de los atardeceres, más prolongados, con una luz suave y matizada que dura más tiempo, con la luz del sol poniente reflejándose sobre la parte inferior de las nubes con mayor o menor intensidad, luz que a su vez es reenviada al paisaje que adquiere unos tonos agradables. Si a eso sumas esas temperaturas más benignas, es el tiempo ideal para hacer fotos. Como las del rollo de película negativa en color que comento en Paisaje en naturaleza urbana con teleobjetivo – Canon EOS 3 con EF 70-210 mm f3.5-4.5 USM y Fujifilm 200, y del que traigo aquí unos ejemplos. Además, como el atardecer sucede mucho antes que en verano, aun te da tiempo a volver a casa, cambiarte y salir a disfrutar de la velada del sábado con los amigos. En verano, o una cosa o la otra. Las dos… difícil. Así que ya sabéis. En otoño, los sábados por la tarde, sacudiros la pereza y la modorra y salid a disfrutar del paisaje. Incluso del urbano.

[Libro] Hacia la belleza – David Foenkinos

Literatura

Hace tiempo que quería leer algo de David Foenkinos, escritor francés relativamente popular en los últimos tiempos. Algún corresponsal mío desde el país vecino me había hablado de él en buenos términos. O por lo menos de algunas de sus novelas. Cierto es que ese entusiasmo se apagaba en mí por el hecho de que la adaptación cinematográfica de su novela más alabada… no me gustó gran cosa. Pero claro, eso puede ser culpa de la adaptación, no del material original. ¡Como si no hubiera abundancia de películas mediocres a partir de excelentes relatos literarios! El caso es que hace unos meses apareció esta novela de Foenkinos de oferta, con un precio muy muy rebajado durante 24 horas en versión electrónica, y la compré para cuando le encontrara un hueco.

La novela transcurre entre París y Lyon. En Lyon sólo he visitado la estación de ferrocarril, creo que fue Lyon-Perrache, pero puedo equivocarme y quizá fuese Part-Dieu.

La comencé a leer durante el viaje en el día que hice a Barcelona a principios de diciembre. En el viaje de vuelta. Y le di un buen empujón. El misterio del prestigioso profesor de historia del arte en la escuela de bellas artes de Lyon que abandona su trabajo para acomodarse como vigilante de sala en el Museo de Orsay de París mientras se celebra una exposición dedicada a Amedeo Modigliani, y que parece salir de su evidente estado depresivo en contacto con las bellas obras del pintor italiano, y también con la atractiva directora de recursos humanos del museo, me pareció muy interesante. Pero tras esta primera parte introductoria, cuando vuelve a Lyon y en flashback se nos empiezan a desvelar las circunstancias que le llevaron a pedir la excedencia de su puesto como profesor, se me atascó. Durante las vacaciones de Navidad, estando relajado y centrado, volví a ella, y no me costó cogerle el ritmo y terminarla.

No quiero desvelar la trama de la novela. El evento que desencadena todo y que nos es desvelado hacia la tercera de las cuatro partes en que se divide el relato. Pero es que ahí está el motivo por el que esta novela, pareciéndome interesante y bien escrita, me haya causado cierto rechazo. Y es que hay un malo en esta novela. Y Foenkinos cae en todos los tópicos absurdos de la ficción comercial occidental, y probablemente de todo el mundo. Los buenos son guapos y bien vestidos. Los malos tienden a la obesidad, comen de forma compulsiva, van desaliñados y son físicamente anodinos o incluso desagradables. Una suma de estereotipos en los que incide el autor y de los que estoy hasta los mismísimos. Especialmente, porque en el tema que estamos, genera que en la vida cotidiana, las víctimas se fíen de determinados individuos que son potencialmente peligrosos, y rechacen o se burlen de gente normal y honesta, siempre por su apariencia física.

Llevado a otro orden de cosas, es la misma situación que cuando tanta gente identifica al negro como delincuente, mientras que el señor trajeado con corbata es respetable. Aunque el inmigrante africano sea un honrado trabajador que busca una oportunidad para salir adelante, y el señor trajeado sea un defraudador, un miserable acumulador de riqueza a costa de los otros, o simplemente… ¡un banquero! ¿Qué opinan los banqueros de los tópicos populares sobre su profesión? Pero bueno, tienen un «aspecto respetable». Creo que el tema que toca es serio. Importante. La reflexión es necesaria. Existen víctimas a nuestro alrededor que son silentes, que no cuentan su drama o nos hablan de sus secuelas. Y no las detectamos. Muchas veces incluso las ignoramos, porque en realidad somos egoístas y no queremos llevar a cuestas el sufrimiento de los demás. Bastante tenemos con nuestros problemas. Por eso todo el mundo dice que hay que sonreír siempre, que no hay que mostrar tristeza o enfado, aunque esté justificados. No es porque eso sea mejor para el que sufre. Es porque la apariencia de que todo va bien tranquiliza al personal. Si encima reducimos las agresiones a un tópico, a un lugar común injustificado… pues no. Una pena, porque el planteamiento general, el tema, y la forma de escribir de Foenkinos me han gustado. Y lo que más lamento es no haberme estirado en el gasto y haber cogido el original en francés.

[Cine] La sociedad de la nieve (2023)

Cine

La sociedad de la nieve (2023; 01/20240105)

Con esta película del director español Juan Antonio Bayona, aunque suele aparece en todas partes como J. A. Bayona, dimos comienzo el año cinematográfico 2024. En el 2023, pocas películas españolas no llevaron a las salas de cine; demasiado pocas. No sé muy bien el porqué… pero fallan en motivarnos. Cierto es que alguna de las películas de directores españoles venían como producciones extranjeras… pero bueno. Pero este año empezamos con una película de nuestra nacionalidad, producida por o para Netflix, que ha tenido un estreno limitado en salas de cine, pero que hemos esperado a ver, poquitas semanas después, con la película todavía en salas, el día de su estreno en Netflix. Preferimos dedicar el tiempo que teníamos que dedicar en acudir a las salas en otras producciones que no estuvieran tan disponibles. Aunque siempre que podemos, preferimos ver los estrenos en pantalla grande.

No tengo fotografías de los Andes. La película tiene secuencias rodadas en la cordillera sudamericana, pero en su mayor parte está rodada en Sierra Nevada. Lo único que tengo de esta sierra son tomas generales desde Granada. Así que he optado por los cuatromiles próximos a Zermatt, Suiza, para ilustrar esta entrada, que recuerdan un poco mejor al entorno del accidente… aunque ellos no dispusieran de un tren de cremallera o de un teleférico para bajar al valle.

También he de reconocer que el tema no nos motivaba mucho. Al menos a mí. Ya se han hecho películas previas del accidente del avión de la fuerza aérea uruguaya en los Andes en 1972. El suceso fue muy mediático y tuvo mucha repercusión. Se escribieron libros sobre los hechos, algunos muy vendidos, y que fueron la base de la mejor película sobre el suceso hasta la fecha. Los espectadores que tenemos cierta edad, y yo tengo la superficie para tener algún recuerdo de la época, sabíamos razonablemente bien cómo fueron los hechos. Como de costumbre, no se incide en exceso, no se hace sangre de por qué sucedió un accidente evitable. La cosa va de la superación de las enormes dificultades y del instinto de supervivencia del ser humano. Realmente fue muy notable que sobreviviera 16 personas al accidente; cierto que todos ellos jóvenes veinteañeros, deportistas, en el punto de su vida de mayor nivel de salud y fortaleza. Se incide menos en que fueron 29 las personas que perdieron la vida, algunas tras mucho sufrimiento, al sobrevivir inicialmente al accidente. Pero vamos. Lo normal es que no hubieran supervivientes. Por lo que si que fue un hecho notable.

No voy a negar dos cosas sobre la realización de esta película, relacionadas con su director. Bayona sabe dirigir de sobras cualquier película que se le ponga por medio, tiene oficio de sobras. Pero,… generalmente no me atrae demasiado la forma en que plantea las historias, y sus películas me dejan un tanto frío. Por ello, no suele ser un director cuyo nombre me arrastre a las salas de cine. Una de sus películas más conocidas e internacionales,… incluso me disgustó. En esta ocasión, su tendencia melodramática está mas contenida, aunque no faltan las secuencias de «cine cebolla». Una película rodada en español, pero que parece muy destinada a atraer al público norteamericano al que atraen estas películas frecuentes en la cinematografía de Hollywood, tanto en grandes producciones como en telefilmes de bajo presupuesto. Está muy bien rodada y transmite una sensación habitual de veracidad. En ningún momento sentí que se pusiera al límite, ni siquiera por aproximación, mi suspensión temporal de la credibilidad. Así que, podríamos decir que en lo que se refiere a la realización es la película de Bayona que claramente más aprecio.

Las interpretaciones, dentro de que quedan diluidas por ser una película coral, aunque haya personajes con más peso que otros, son bastante encomiables. Más si como se nos cuenta son actores noveles o con poca experiencia, o en general poco conocidos fuera de sus países. Si hay algún momento en que alguno flojea, se debe más a la inserción de esas secuencias de «cine cebolla» que he comentado y que rompen con la dinámica general de la película. Hay momentos en que no sabemos donde está el foco de la película, si en los sentimientos o en el esfuerzo global.

En general, me parece una película bastante recomendable. No sé que posibilidades tiene para ganar el Oscar a la mejor película de habla no inglesa. De momento, la estupidez de los franceses al no elegir para representar a su cine a una de las mejores películas del 2023, mejora sus posibilidades. Pero ya entre lo que he visto de las películas que han salvado el primer corto, al menos una o dos me parecen preferibles, o a mí me han gustado más. Y quedan pesos pesados por estrenar. Las películas de hablan no inglesa suelen tardar en estrenarse en España, pero con ganas de ver a Wim Wenders rodando en japonés, o Glazer rodando en alemán y polaco, entre otras cosas. Estas dos películas llegarán en enero. Sabremos más entonces. De todas formas está bien. Mejor para todos.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

[Fotos] Mas aves y otros bichos de la naturaleza en Navidad

Fotografía, naturaleza

El miércoles de la semana pasada os hablaba de mis actividades fotografiando aves durante las fiestas navideñas. Pero ha habido más. Como consecuencia de los ciclos de desgaste y, hasta cierto punto, obsolescencia, de las cámaras fotográficas digitales, ha tocado hacer cambios significativos en el equipo después de casi seis años desde los últimos en el mismo sentido. Os hablo más despacio de ello en Renovando equipo para una buena temporada – Panasonic Lumix G9 Mark II.

Aunque el equipo fotográfico micro cuatro tercios llegó a mí como la mejor solución para disfrutar de la fotografía en mis viajes, en el último año y medio, y como consecuencia de mi pertenencia a ASAFONA Asociación aragonesa de fotógrafos de naturaleza, se ha despertado en mí el deseo de hacer más fotografía en este ámbito. Especialmente en la macrofotografía y en la fotografía de aves. Sin una ambición excesiva. Simplemente como algo de lo que se puede disfrutar durante mis caminatas, eligiendo las zonas verdes de Zaragoza para el ejercicio conveniente y necesario para mantener un buen nivel de salud. Y eso ha influido en la elección del equipo. Espero ofrecer con el tiempo más ejemplos de este tipo de fotografía. Aunque de momento estoy muy lejos del nivel de los compañeros de la asociación que se dedican preferencialmente a esa dimensión de la práctica fotográfica.

[Libros] El año 2023 en libros

Literatura

Ayer me empané. Desde que abrí mi cuenta en Goodreads, a final de año realizo un resumen de mis lecturas durante la ronda solar que termina. Y lo suelo hacer el día de Reyes,… porque es un día tranquilo para escribir este tipo de entradas. Pero ayer… me puse a revisar un rollo de película fotográfica de noviembre, y se me fue el santo al cielo. En cualquier caso, para el año 2023, me dicen en GoodReads que son 51 los libros que he leído. Nada más y nada menos que 20 más que el año pasado. En el mismo orden de magnitudes que los 53 libros que registré en 2019. Pero… tiene truco hasta cierto punto. No son los mismos que el año 2019. Pero sí que he mejorado con respecto a estos últimos años en los que me ha costado concentrarme mucho en la lectura. No es que ahora no me cueste… pero voy algo mejor.

Ya que mis libros mejor puntuados han tenido un sabor nipón, ilustraré la entrada con unas fotografías en blanco y negro de nuestra estancia en Tokio en 2019. Nos gustaría volver este año… ya veremos.

En lugar de comparar con el año anterior, el 2022, compararé con ese 2019 que parece similar. En 2019, 53 libros frente a los 51 de este 2023 que acaba de terminar. Muy similar. Pero si este año han supuesto un total de 9538 páginas, 187 páginas por libro de promedio, en 2019 fueron un total de 15 435 páginas, con un promedio de 291 páginas por libro. Está clara la diferencia, no. En realidad he leído un 60 % de lo que leí cuatro años antes. Sin entrar a valorar otros factores, como el tipo de libros que configuran esos 51 libros. Ahora iré un poco con eso.

Quince de los libros que he leído son cómics, frente a seis en 2019. Esto es una diferencia apreciable. Todos los años leo varios relatos gráficos. Pero este año, esa cifra viene algo «alterada» por un hecho. En los primeros días del año, visitamos el Centro de Historias de Zaragoza, y había una pequeña exposición sobre el proceso de concepción y creación de una serie de manga japones, Dandadan de Yukinobo Tatsu. Ese día, un sábado, estábamos pensando en que regalar a un chaval de 13 años que cumplía años. En su momento, a su hermana mayor le regalamos unos cuantos números de la estupenda Paper Girls de Brian K. Vaughan. Así que, aprovechando que estaban ya a la venta los primeros tres números de Dandadan, se los regalamos, pero yo aproveché para leerlos. Muy divertidos. Así que conforme de una forma u otra el chaval ha ido puntualmente leyendo los que han ido saliendo de la serie durante el año… yo también los he leído. Nueve en total. Esto ya es una fuente de distorsión de mis estadísticas de lectura habituales.

En otro orden de cosas, en primavera me entró la curiosidad por un autor norteamericano del que había oído hablar mucho, Dr. Seuss, y me agencié dos de sus libros. Que son muy breves. Y eso altera también en cierta manera la estadística. No es que no pasen en otros años cosas similares… es que últimamente pasan más menudo. Y en general, precisamente por ser consciente de que me cuesta concentrarme en la lectura, tiendo a elegir libros con no demasiadas páginas. Menudean en mi listado de libros leídos durante el año las que pueden ser consideradas como novelas cortas. Aunque es un concepto cuya definición es algo imprecisa. El libro más largo que he leído en 2023 tiene 528 páginas, en 2019, el libro más largo tenía 912 páginas.

Mis puntuaciones con cinco estrellas se han ido a los relatos cortos sobre su padre de Murakami, a alguna de las novelas cortas del quinteto L’ombre du Chardon de Aki Shimazaki, a los estremecedores relatos del norcoreano Bandi, a la versión original de una estupenda aventura de Corto Maltés y a la imaginación de Hayao Miyazaki a la hora de imaginar visualmente una aventura de descubrimiento y autodescubrimiento, un libro que todavía no he tenido tiempo de comentar, porque fue el último del año. Este año ha habido dos suspensos, libros con dos estrellas en mi puntuación,… pero de esos no pienso hablar. Hablemos sólo de las cosas buenas. Mi promedio anual ha sido de 3.8 estrellas, en línea con otros años. Creo que no selecciono mal lo que leo, y hay muchos con cuatro estrellas.

Más datos:

  • Libro más popular en Goodreads: Una de las aventuras de Dr. Seuss, que fue escogido por 1 202 772 personas en la plataforma.
  • Libro menos popular: El de Corto Maltés, sólo 8 personas, pero es una nueva edición de una vieja aventura. Si sumáramos los lectores de otras ediciones sería muchísimo más popular..

Curiosamente, este libro de Hugo Pratt es también el mejor considerado como promedio por esos lectores de Goodreads. Y es que es muy muy muy bueno.

En cualquier caso, he conseguido sobrepasar el reto de 30 libros que me había propuesto de forma muy sobrada. Como el año pasado los periodos vacacionales han sido fundamentales para dar un empuje a mi actividad lectora, ya que son momentos en los que me relajo y me animo con las lecturas. Que además me cunden mucho en los desplazamientos viajeros, si no me enredo a hablar demasiado con mis compañeros de viaje.. Para 2024… me he propuesto una meta un poco más ambiciosa. 35 libros. Parece que he terminado el año más animado en la lectura. Pero quien sabe lo que puede pasar a lo largo del año. Pero mucho me extrañaría que unos ocho de ellos fueran las siguientes aventuras de Momo Ayase y Okarun en Dandadan. De las que además nos adelantan que se viene una adaptación en anime. Aventuras que no falten.

[Fotos] Pasear la ciudad «ligero de equipaje»

Fotografía

Me gusta pasear la ciudad. Elegir, aproximadamente, sin compromisos, un poco a lo flâneur un zona por donde ir, y ver la ciudad con distintas luces, en distintos momentos días, con distinto paisaje humano. Y llevar conmigo siempre una cámara fotográfica que me permita reflejar en imágenes el ambiente del momento y el lugar. Es también un buen ejercicio fotográfico. Un buen entrenamiento para «mantenerse en forma» cuando los motivos a fotografiar sean menos cotidianos, más especiales, y queramos, necesitemos que las fotos «salgan bien».

Pero no siempre me apetece llevar una de las cámaras más versátiles y capaces. Porque generalmente son más grandes, pesadas, conspicuas… o, simplemente, interfieran con los pensamientos que me acompañan en los paseo. Por eso sigo aficionado a las cámaras compactas, de buena calidad, que pueden pasear conmigo en el bolsillo del chaquetón, o en un pequeño bolso colgado en bandolera. Y hacer fotos cuando venga bien. Como estas que hice a principios de noviembre del año pasado. Si queréis saber más de las cuestiones técnicas, podéis visitar Sensibilidad media en cámara compacta – Olympus mju-II con Lomography Color Negative 100.